Elegir entre emprender o trabajar en una empresa es una de las decisiones profesionales más importantes de cualquier persona. La búsqueda “¿es mejor emprender o trabajar en una empresa?” crece cada año, especialmente entre jóvenes, trabajadores formales que buscan un cambio y profesionales que desean mayor independencia financiera. Según Google Trends, el interés por el emprendimiento ha aumentado más de 200% en Latinoamérica desde 2020.
Sin embargo, la respuesta no es universal. Depende de tu contexto, habilidades, tolerancia al riesgo, estabilidad económica y objetivos a largo plazo.
En el entorno actual, muchas personas se preguntan:
¿Es mejor iniciar un negocio propio?
¿Sigo en un trabajo estable?
¿Cuál es más rentable?
¿Qué camino deja más libertad y crecimiento?
La verdad es que ambas opciones tienen ventajas y desventajas, pero la decisión correcta dependerá de un análisis realista y basado en evidencia, no en discursos motivacionales.
Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM 2023):
Solo 3 de cada 10 emprendimientos sobreviven más de 5 años.
El 55% de los emprendedores inicia por necesidad, no por oportunidad.
Los mayores índices de éxito se dan cuando el emprendedor tiene experiencia previa corporativa.
Por otro lado, según LinkedIn Workforce Insights (2024), en Latinoamérica:
Los empleos formales crecieron un 7.8%.
Los trabajadores con especialización corporativa tienen ingresos 32% mayores en promedio.
Estos datos muestran que no hay un ganador absoluto, pero sí un camino más adecuado para cada perfil.
Crear y gestionar un negocio propio.
Afrontar altos niveles de incertidumbre.
Tomar decisiones estratégicas, financieras y operativas.
Construir ingresos variables (que pueden crecer sin techo).
Recibir un salario estable.
Seguir procesos estructurados y roles definidos.
Tener beneficios laborales (seguro, vacaciones, etc.).
Crecer dentro de un marco corporativo.
Ambos caminos pueden darte crecimiento, pero con dinámicas totalmente distintas.
Según la OIT, más del 70% de trabajadores formales en Latinoamérica identifican la estabilidad como la mayor ventaja del empleo tradicional.
Seguro de salud
CTS
Seguro de vida
Fondo de pensiones
Vacaciones pagadas
Estos beneficios NO existen cuando emprendes.
Las empresas estructuradas ofrecen:
Planes de carrera
Ascensos
Oportunidades internas
No inviertes capital propio y no respondes con tus activos en caso de pérdidas.
Tú decides horarios, proyectos y crecimiento.
Es el camino preferido por quienes buscan autonomía.
Según un estudio de Harvard Business Review, los emprendedores exitosos pueden multiplicar sus ingresos hasta 10 veces más que un empleado promedio en un periodo de 10 a 15 años.
Un negocio puede:
Escalar
Ser vendido
Generar ingresos pasivos
Algo imposible cuando solo se es empleado.
Tomas decisiones, experimentas, construyes productos.
Para muchos, esto es altamente gratificante.
Ingresos limitados.
Dependencia de un jefe o estructura rígida.
Riesgo de despidos, crisis internas o reestructuraciones.
Crecimiento lento en compañías tradicionales.
Alto riesgo financiero.
Ingresos insuficientes durante los primeros años.
Estrés elevado.
Falta de estructura si no se planifica.
Según GEM, el 50% de los emprendimientos cierran antes de 3 años.
A continuación, un análisis basado en psicología laboral, data económica y estudios de desempeño profesional.
Recomendación: Trabajar en una empresa
Si valoras estabilidad, procesos claros, beneficios y una ruta definida.
Recomendación: Emprender
Si disfrutas la incertidumbre, tomar decisiones y resolver problemas.
Recomendación: Construir habilidades laborales primero, emprender después
Recomendación: Híbrido
Ejemplo: consultoría + empleo parcial.
El potencial de ingresos es mayor, pero depende de:
Capital inicial
Experiencia
Sector
Habilidades de gestión
Según el MIT Sloan (2023), emprendedores con experiencia previa corporativa tienen 62% más probabilidades de éxito.
Ofrece ingresos constantes y crecientes según desempeño.
En países como Perú, México y Colombia, el salario promedio crece entre 3% y 10% anual (OIT, 2024).
Tienes experiencia sólida en un área específica.
Cuentas con ahorros para al menos 12 meses de gastos.
No te incomoda la incertidumbre.
Tienes ideas validadas o clientes potenciales.
Quieres crecer sin límites.
Quieres aprender, crecer y adquirir habilidades.
Valoras la estabilidad económica.
Prefieres estructuras claras.
No deseas asumir riesgos financieros.
No existe una respuesta universal.
La mejor decisión depende de tu contexto, tus habilidades, tus metas y tu tolerancia al riesgo.
Lo ideal para la mayoría es una estrategia híbrida: trabajar primero, aprender del entorno corporativo y luego emprender con mayor probabilidad de éxito.
Esta fórmula está respaldada por estudios de Harvard, MIT y el GEM.
Sí. El empleo ofrece estabilidad, beneficios y riesgo mínimo, mientras que emprender implica incertidumbre y capital propio.
Los datos muestran que emprendedores con experiencia corporativa tienen más éxito. Trabajar primero suele ser la mejor estrategia.
El emprendimiento tiene mayor potencial, pero también más riesgo. El empleo es más seguro, pero con límite de ingresos.
Sí, es el camino recomendado para minimizar riesgos y validar ideas antes de renunciar al empleo.
Depende del tipo de negocio. La mayoría requiere capital, pero existen modelos de bajo costo (servicios, consultoría, educación online, etc.).
Elegir entre emprender o trabajar en una empresa no es una pregunta sencilla, pero sí una decisión que puedes tomar con estrategia, datos y autoconocimiento. Analiza tu perfil, tu tolerancia al riesgo, tu contexto económico y tus objetivos de vida.
Tanto el emprendimiento como el empleo pueden darte éxito, siempre que elijas el camino alineado con tu propósito.
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