S. Ignacio de Antioquía (s. II, Roma), obispo y mártir. XXVIII semana del Tiempo Ordinario.
CANTO: Yo ya sé que veré la dicha del Señor en el país de la vida. Sí, yo veré la dicha del buen Dios, confía, espera en el Señor.
LECTURA MEDITATIVA:
Muchas veces nos quejamos de que hay determinadas virtudes que nos gustaría tener y no tenemos.
La solución para ser buenos a veces la busquemos en aparentar serlo representando papeles magistrales en la obra de la vida pública. Todo por fuera.
Pero hoy el Señor me dice: no te ocupes tanto de las apariencias, ni siquiera de lo que no tienes y te gustaría tener. Céntrate en dar lo que tienes y lo tendrás todo limpio. Céntrate en ser un don de Dios con lo que te he dado y entrega tu vida con autenticidad.
Porque ser bueno no es sólo hacer cosas buenas, sino hacer las que Dios quiera que yo haga. Dad limosna de lo de dentro y lo tendréis todo limpio.
https://proyectoamorconyugal.es/de-lo-de-dentro-comentario-para-matrimonios-lucas-11-37-41-2/
SALMO 18
CANTO: Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor ¡Aleluya!
El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos: el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra. El cielo proclama la gloria de Dios. Cantad al Señor...
Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje. El cielo proclama la gloria de Dios. Cantad al Señor...
(Nos ponemos en pie para expresar que la lectura del evangelio es una llamada. Uno de nosotros mantiene en sus manos una vela encendida, símbolo del amor de Cristo, fuego que nunca se apaga, ni en la noche oscura de nuestra existencia ni en las tinieblas de la humanidad.)
LECTURA DEL EVANGELIO (Lucas 11, 37-41)
En aquel tiempo, cuando Jesús terminó de hablar, un fariseo le rogó que fuese a comer con él.
Él entró y se puso a la mesa.
Como el fariseo se sorprendió al ver que no se lavaba las manos antes de comer, el Señor le dijo:
«Vosotros, los fariseos, limpiáis por fuera la copa y el plato, pero por dentro rebosáis de rapiña y maldad.
¡Necios! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro?
Con todo, dad limosna de lo que hay dentro, y lo tendréis limpio todo».
PALABRA DEL SEÑOR
CANTO: O-o-o. Jubilate Deo, omnis terra! O-o-o. Alleluia, alleluia!
(Alabad a Dios. ¡Aleluya!)
SILENCIO
CANTO: La luz de luz eres tú. Señor, disipa mis tinieblas. ¡Oh, Dios, mi Dios! Disipa mis tinieblas. ¡Oh, Dios, mi Dios! Disipa mis tinieblas.
ORACIÓN DE INTERCESIÓN: Te rogamos, óyenos.
Dios misericordioso, queremos acoger tu alegría en cada momento. Haznos comprender que nos amas y que nos abres el camino hacia la vida eterna. Que así, esa alegría brote de lo más profundo de nosotros. Y si se nubla, que sepamos volver nuestra mirada hacia ti y llenarnos de tu compasión. Te lo pedimos, Señor. Te rogamos, óyenos.
Cristo Jesús, luz del mundo, cuando la oscuridad nos fascina, ilumina nuestros corazones, aleja de nosotros todo lo que nos separa de ti. Que tu luz nos transforme e ilumine nuestro camino. Y sin que nos demos cuenta, que nuestros más humildes gestos de bondad hacia los demás se conviertan en un resplandor de tu presencia. Te lo pedimos, Señor. Te rogamos, óyenos.
Espíritu Consolador, estás a nuestro lado para apoyarnos en todo momento. Limpia nuestra sequedad y suaviza nuestra dureza para moldearnos día tras día a imagen de Jesús, manso y humilde de corazón, rebosante de vida. Te lo pedimos, Señor. Te rogamos, óyenos.
(Expresamos peticiones espontáneas, acciones de gracias, súplicas de perdón, etc., con agilidad y sin prolongar excesivamente la oración.)
PADRE NUESTRO
ORACIÓN FINAL:
Dios fiel, luz y vida, tenemos sed de ti. A veces te buscamos como a tientas, pero siempre vas delante de nosotros. Desde lo más profundo de nosotros surge una voz: «Busca el rostro de Dios». Y entonces, sí, nos atrevemos a decirte: «Es tu rostro, Señor, el que busco». Ayúdanos a reconocerte donde estás presente: en la belleza de la creación, en tu Palabra, en nuestro prójimo, en la persona inesperada que se cruza en nuestro camino.
CANTOS: O-o-o. Este es el día del Señor. O-o-o. ¡Aleluya, aleluya!
Cantate Domino, alleluia, alleluia! Jubilate Deo. (Canon)
(Cantad al Señor, aleluya, alabad al Señor.)