Desde que surgió la idea, nos apasionó, ¿pero logramos entender la relatividad especial que nos planteó Einstein?
Desde que surgió la idea, nos apasionó, ¿pero logramos entender la relatividad especial que nos planteó Einstein?
Hasta 1800, aproximadamente, los físicos se sentían en la cúspide: las grandes interrogantes parecían resueltas y la comprensión del funcionamiento del universo era clara, totalmente mesurable y lógica desde todos los puntos de vista.
Newton había sentado las bases para entender el movimiento y parecía que, conociendo posición, distancia y tiempo todo era predecible y perfectamente controlable.
Cómo suele suceder en la vida, cuando piensas haber entendido de qué va la cosa...cambia el juego en un instante. La conmoción vino de la mano de unas dudas nada novedosas: aunque todo parecía dicho, aún permanecían grandes incógnitas y la más popular del momento era la luz y su naturaleza, muy bien acompañada de los misterios del mundo ínfimo de las partículas.
Además, un estimado señor Maxwell estaba fascinado por los experimentos con la novedosa electricidad y el magnetismo, por sus implicaciones y cómo explicar esos fenómenos en un lenguaje matemático inequívoco (obvio la matemática llega a complicar las cosas con carita de voy a facilitarlas).
En pocas palabras la receta para el desastre estaba dada: toda la confianza se volvía dudas y preguntas sin respuesta...¿Oh, y ahora, quién podrá defendernos?
Aún falta camino para entender este chaparrón de dudas y preguntas sin respuesta, pero en el horizonte se comenzaba a dejar ver la LUZ...y justamente será la luz la que traiga respuestas...y una mochilota de otras preguntas. Para entender y curiosear un poco más en cómo se originó la teoría de la relatividad especial te invito a seguir el viaje... (click en next)