" Para mí, un masaje es una conexión.

Es ese vínculo sutil que se crea entre el terapeuta y la persona que yace sobre la camilla. Desde ahí, nace un baile, un fluir de movimientos que, guiados por la respiración, buscan llevar al cliente a un profundo estado de relajación.

Este espacio de calma me permite trabajar la musculatura en profundidad, liberando tensiones tanto del cuerpo como de la mente. "                         Sheila P.