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El Liceo Francisco Restrepo Molina, una obra nombrada en agradecimiento a un distinguido servidor de la comunidad y médico, el Doctor Francisco Restrepo Molina, fiel testimonio de que el hombre nuevo del Evangelio se manifiesta en el servicio a sus hermanos.

A raíz de los cambios, las nuevas necesidades y la evolución de la sociedad durante el siglo XX; el Municipio de Envigado empezó a tener un crecimiento demográfico significativo, donde pasa de ser un territorio rural a uno urbano; pues sus habitantes en ese entonces, empezaron a solicitar mejoras en diversos ámbitos de la vida cotidiana, entre ellos la educación.

Es así como nace el Liceo Francisco Restrepo Molina, una obra social educativa impulsada por la Parroquia bicentenaria Santa Gertrudis, que entendió la necesidad de evangelizar educando y de educar evangelizando, teniendo en cuenta lo valioso que sería servir a Dios, a la iglesia y a los envigadeños valiéndose de todos los medios. En sus inicios, el Liceo Francisco Restrepo Molina solo contaba con 225 estudiantes y 10 profesores, mencionando de igual modo que, con sacrificio y tesón, se logró la aprobación de su plan de estudios y la creación paralela de un instituto femenino que fue posteriormente anexado al Liceo.

Desde el año 2004 y con la idea de alcanzar la excelencia, se inició la implementación del Sistema de Gestión de la Calidad, logrando la certificación bajo la Norma ISO 9001: 2000 en junio del año 2006, en mayo de 2012; y nuevamente en el 2015, se renovó el certificado bajo la norma NTC-ISO 9001-2008. Actualmente, y bajo la Norma ISO 9001: versión 2015, se renovó el certificado de calidad para el Liceo.

Desde el año 2016, la Institución empezó a pertenecer a la Fundación Arquidiocesana para la Educación, que reúne a los colegios arquidiocesanos en el Valle de Aburrá; esto nos permite hacer un trabajo asociado con el objetivo de unificar criterios en torno a lo pedagógico, económico y en la formación en valores.

En este proceso de transformación han contribuido sacerdotes, religiosas, laicos, maestros, directivos, empleados y trabajadores que han dejado preciosas huellas a su paso; haciendo del Liceo Francisco Restrepo Molina un lugar reconocido para el proceso de la educación de los niños y jóvenes, artífices del mañana.