Formación continua
Curso Especializado de Ética e Integridad en la Administración Pública
S2: Prevención y Gestión de Conflicto de Intereses
S2: Prevención y Gestión de Conflicto de Intereses
Capacitación impartida por Eloy Alberto Munive Pariona, Experto en Integridad y lucha contra la corrupción
Sílabo del Curso Especializado de Ética e Integridad en la Administración Pública disponible haciendo clic aquí
1. Conflicto de intereses vs corrupción
Conflicto de Intereses
Situación en la que los intereses privados de una persona (ya sean personales, laborales, económicos o financieros) podrían interferir o afectar su juicio profesional, objetividad e imparcialidad al tomar, influir o participar en una decisión pública.
Los conflictos de intereses se consideran un riesgo de corrupción, no un acto de corrupción en sí mismo. Su mera existencia ya puede cuestionar la fiabilidad del juicio profesional y dañar la confianza ciudadana en las instituciones públicas
Corrupción
Comprenden conductas ilícitas no solo de funcionarios o servidores públicos, sino también de terceros (particulares o empresas) que participan activamente en ellos. Estos actos ilegales, implican un abuso del poder público o una instrumentalización de este para obtener ventajas ilegítimas. Estas figuras delictivas están tipificadas y sancionadas en el Código Penal, afectando gravemente la integridad de la administración pública, la confianza ciudadana y los recursos del Estado.
2. ¿Por qué es importante gestionar un conflicto de interés?
La gestión de un conflicto de intereses es crucial porque asegura la imparcialidad y la objetividad de los servidores públicos, pilares fundamentales de cualquier Estado de derecho.
La ciudadanía tiene el derecho a esperar que las decisiones tomadas en su nombre no estén influenciadas por intereses particulares, ganancias o pérdidas privadas. La mera existencia de un conflicto de intereses puede poner en duda la fiabilidad del juicio profesional y socavar la confianza pública en las instituciones. Es importante entender que un conflicto de intereses no es un acto de corrupción en sí mismo, sino un riesgo de corrupción común en todas las organizaciones públicas. Por ello, el problema principal no es la existencia del interés particular, sino no reconocerlo y no gestionarlo adecuadamente para evitar cualquier sesgo en la decisión pública.
No gestionar apropiadamente los conflictos de intereses conlleva serias repercusiones. Puede conducir a que el interés particular termine sesgando efectivamente el juicio profesional, lo que convertiría la situación de riesgo en un acto de corrupción consumado. Además, la falta de gestión traiciona la confianza depositada en el profesional, disminuye su fiabilidad y causa perjuicios directos a las personas que dependen de su juicio, así como a las propias organizaciones públicas, afectando su imagen y exponiéndolas a reclamaciones o pérdidas de recursos.
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Unidad Funcional de Integridad Institucional