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Tesis en tiempos de regalías para la ciencia
Estos discursos siempre me han parecido lo más aburrido de estas ceremonias. Así que intenté no hacerlo aburrido pero, anoche que lo leí, me di cuenta que me había quedado aburrido y hasta hostil. Debo mencionar que incorporé ideas de las columnas del profesor Wasserman y utilicé un modelo de lenguaje para pulir el estilo… pero me gustó más el mio.
Me pidieron que hablara en nombre de todos los estudiantes, con anécdotas, logros, y agradecimientos. Eso me puso ante dos problemas iniciales: el primero, que hablar no me gusta. El segundo, es que con seguridad no conozco a las otras personas que se gradúan. Y las experiencias de cada uno son muy diferentes. Solo por dar un ejemplo, y con todo respeto por las personas y las familias de quienes hoy no nos acompañan por culpa del Covid, debo decir que la pandemia fue para mi una buena circunstancia mientras hacía el doctorado. Me permitió no perder tiempo en el tráfico, ahorrar dinero en ropa, comer mejor, hacer más ejercicio, compartir más con mi esposa; y en resumen, ser dueño de mi tiempo de una forma que hoy en día extraño. Y no tengo muertos que lamentar. Y esta no es la historia de todos. Lo único que puedo hacer en nombre de todos los que se graduan es agradecer, y supongo que ya todos lo hemos hecho. Porque vaya que sí hay que agradecer. ¿Y a quién?
Colombia es un país que vive en una edad oscura. La ilustración aún no llega completa. Hay que ver cuántas personas aún se refugian en la fe para explicar la naturaleza, cuántos aún llevan amuletos por si las moscas, o cuántos consideran importante la posición relativa del sol, la luna y las estrellas para saber como es la personalidad de alguien, o aún peor, para tomar decisiones. Hacer ciencia en una circunstancia social de este estilo, es complicadísimo. Y va a seguir siendo complejo: en el Anteproyecto de la vigencia Fiscal del 2025 se estipula que el presupuesto para Ciencia será de solo 0.2 billones de pesos. Si la cifra le parece alta, por favor revise sus prioridades.
Para analizar el problema hay que empezar por ver al Ministerio de Ciencia. El presupuesto para la ciencia es inquietante pero no solo por su insuficiencia; sino porque, en el esfuerzo por hacerlo parecer más sustancial, las condiciones para hacer investigación sofocan la creatividad. La cuestión central es que parece priorizar la imagen sobre la acción efectiva.
Desde hace más de 10 años tenemos un sistema de financiación que tiene un “buen lejos”. Se anunció en esa época que se iba a dedicar el 10 por ciento de las regalías a proyectos de ciencia, tecnología e innovación. Era una aspiración de años para resolver la carencia crónica de financiamiento de un sector reconocido como propulsor del desarrollo.
Infortunadamente, los términos del acto legislativo y la posterior reglamentación enfriaron el entusiasmo. En julio de este año se van a cumplir trece años de la citada reforma a la Constitución y hace más de diez años había ya razones para promover una revisión de lo que estaba pasando.
El sistema de regalías de ciencia se organizó en paralelo al existente de ciencia y tecnología. Se creó una institución directiva, el Órgano Colegiado de Administración y Decisión, diferente al rector nacional de la ciencia, que en ese momento era Colciencias. Ese órgano tiene tres votos, uno del gobierno nacional, otro del departamental, y uno más de las universidades. Los proyectos en realidad son iniciativas que se construyen en la gobernación, y requieren de su aval previo de pertinencia (entendida ésta como la concordancia con el plan de corto término del gobernador).
Un problema enorme de este sistema, es la definición terriblemente laxa que permite, de hecho, que cualquier propuesta sea considerada ciencia, tecnología e innovación. Un proyecto que da becas para mejorar a maestros de escuela es importante, pero no es de investigación y no debería ser cargado a estos fondos. Otro ejemplo: el análisis de impacto de una carretera debe hacerse antes del diseño, y es parte del mismo, pero no una investigación. Otro ejemplo: llamar de “innovación social” no vuelve ciencia a un software para planeación y manejo financiero. Pocos de los proyectos aprobados serían aceptados como inversión en ciencia por los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos).
Los errores del Gobierno y el Congreso en el diseño del sistema se dieron por desconocer la forma como se construye el conocimiento científico en el mundo: ni los gobernadores tienen porque estar preparados para decidir cuáles proyectos se realizan, ni los problemas se distribuyen de acuerdo a fronteras políticas. El mundo ya sabe cómo hacer buena investigación, y no es como lo hacemos acá.
Idealmente, el gobernador, un político estudioso (por eso digo “idealmente”), define unas tareas en las que la ciencia podría ayudar. A partir de eso se harían convocatorias públicas que serían respondidas con una explosión de ideas de la comunidad científica. Luego, un comité experto calificaría las propuestas y el gobernador, con asesores muy especializados, podría decidir cuáles proyectos son factibles y convenientes.
¿Qué se hace acá en cambio? Empezamos por una disputa no sobre cómo se van a ejecutar los recursos, sino sobre quién los ejecutará. No hacen convocatorias. A veces alguien convincente le vende una idea al gobernador, que es quien manda, y otras veces él tendrá una ocurrencia personal inspirada de una revista, a lo mejor no científica. Así es frecuente que el gobernador vete los proyectos de su antecesor o decida retirar los propios porque se disgustó con el socio científico. Ejecutan las gobernaciones mismas y los gerentes son personas sin preparación como investigadores. Y así el papel del ministerio de ciencia es minúsculo.
Se quejaban alguna vez que no habían proyectos de ciencias básicas. Pero no se dan cuenta que estas no caben en las prioridades del sistema. ¿Por qué? Respondo con otro ejemplo:
James Clerk Maxwell fue un científico motivado por el deseo de unificar el entendimiento de los fenómenos eléctricos y magnéticos, que hasta su momento se consideraban fenómenos separados o, como mucho, ligeramente relacionados. En el siglo XIX, la investigación en electricidad y magnetismo estaba avanzando rápidamente, pero faltaba una teoría cohesiva que pudiera explicar la relación entre estos dos campos. Si Maxwell hubiera nacido en estas épocas por estas tierras, estaría teniendo problemas.
Para dar mayor contexto, a Maxwell le debemos el marco matemático que explica y predice cómo los campos eléctricos y magnéticos se influencian y generan mutuamente. Sus ecuaciones demostraron que los campos eléctricos y magnéticos se propagan a través del espacio en forma de ondas, y que la luz es una forma de radiación electromagnética. Explíquele eso a un gobernador.
Gracias a Maxwell tenemos televisores, podemos hacer llamadas y tener internet inalámbrico. Mucha ciencia, tecnología e innovación. De pronto eso sí lo entiende el gobernador. Pero Maxwell no estaba pensando en televisores ni celulares. Si hubiera tenido que presentar ante Minciencias en Colombia una propuesta de investigación para concursar por los recursos de regalías Maxwell tendría que preguntarse primero: ¿Por cuál departamento aplicar?
Yo le diría:
- Ojalá no por Bogotá - porque va a haber mucha gente pidiendo recursos de allí, así que las probabilidades de éxito son bajas.
- ¡Ah! ¿No encuentras ningún objetivo definido por la gobernación donde se encaje tu línea de investigación? Tranquilo, maquíllala. Di que puedes modelar como la radiación afecta el crecimiento de la papa, de pronto les parece interesante. -
La investigación básica no vende.
Mi idea original de tesis estaba muy ligada al desarrollo fundamental de modelos de aprendizaje de máquina. Hace 4 años muy pocos ligaban el término con inteligencia artificial. Hace 4 años no nos imaginábamos la realidad de la inteligencia artificial. Yo concursé por una beca de esas de las regalías. No por Bogotá, porque sabíamos que iba a haber mucha gente, y con un proyecto de corte muy aplicado, porque no había ningún eje de desarrollo en donde encajara el desarrollo de modelos de machine learning. Lejos estuve de que me asignaran presupuesto.
Fue Google Latinoamérica quién por azares de la vida me terminó dando el primer impulso económico que me permitió dedicarme a esto de lleno. Fue mi director de Tesis, el profesor Fabio González, quien no me desamparó, y a los estímulos internos de la Universidad a quienes les debo el éxito del quehacer científico de mi trabajo. Fue a mi esposa, mis padres, mi hermano y el resto de mi familia y amigos, y a mis compañeros del grupo de investigación del Mindlab, que hoy estoy aquí. Es a ustedes a quienes hay que agradecer.
Muchas gracias.
Palabras en nombre de los estudiantes de postgrado, para la Primera Ceremonia de Grados de la Facultad de Ingeniería -
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 9 de abril de 2024.
Referencias
Wasseman, Moisés. Cómo tener siempre la razón. Fondo de Cultura Económica. 2018, Bogotá, Colombia.
Cigüenza Riaño, Noelía. Así se distribuirá el Presupuesto General de la Nación del 2025: más del 23% iría para pagar la deuda. El Tiempo, 9 de abril de 2024, Bogotá, Colombia. https://www.eltiempo.com/economia/sectores/mas-del-23-del-presupuesto-general-de-la-nacion-del-2025-iria-para-pagar-la-deuda-3331457
Dissertation in Times of Royalty Payments for Science
These speeches have always seemed to me the most boring part of these ceremonies. So I tried not to make them boring, but when I read them last night, I realized that I had come across as boring and even hostile. I should mention that I took ideas from Professor Wasserman's columns and used a language model to polish the style...but I liked mine better.
I was asked to speak on behalf of all the students, with anecdotes, accomplishments, and thanks. This presented me with two initial problems: first, I don't like to talk. Second, I certainly don't know the other graduates. And everyone's experience is very different. Just to give an example, and with all due respect to the people and families of those who are not with us today because of Covid, I must say that the pandemic was a good circumstance for me while I was doing my doctorate. It allowed me not to waste time in traffic, to save money on clothes, to eat better, to exercise more, to share more with my wife; in short, to be master of my time in a way that I miss today. And I have no deaths to mourn. And that's not everybody's story. The only thing I can do on behalf of all the graduates is to say thank you, and I think we've all done that. Because, boy, are there thanks to be given. And to whom?
Colombia is a country living in a dark age. The enlightenment is not yet complete. It is necessary to see how many people still take refuge in faith to explain nature, how many still carry amulets in case of flies, or how many consider the relative position of the sun, the moon and the stars important to know what someone's personality is like, or even worse, to make decisions. Doing science in such a social circumstance is extremely complicated. And it will continue to be complex: in the Preliminary Draft of the Fiscal Year 2025 it is stipulated that the budget for Science will be only 0.2 billion pesos. If this figure seems high to you, please review your priorities.
To analyze the problem we must start by looking at the Ministry of Science. The budget for science is disturbing but not only because of its insufficiency; but because, in the effort to make it appear more substantial, the conditions for doing research stifle creativity. The central issue is that it seems to prioritize image over effective action.
For more than 10 years we have had a funding system that has a "good far". It was announced at that time that 10 percent of royalties were to be dedicated to science, technology and innovation projects. It was an aspiration of years to solve the chronic lack of financing for a sector recognized as a propeller of development.
Unfortunately, the terms of the legislative act and the subsequent regulation cooled enthusiasm. In July of this year it will be thirteen years since the aforementioned reform to the Constitution and more than ten years ago there were already reasons to promote a review of what was happening.
The science royalty payments-based system was organized in parallel to the existing science and technology system. A directive institution was created, the Collegiate Body of Administration and Decision, different from the national rector of science, which at that time was Colciencias. This body has three votes, one from the national government, one from the departmental government, and one from the universities. The projects are actually initiatives that are built in the governor's office, and require prior endorsement of their relevance (understood as the concordance with the governor's short term plan).
A huge problem with this system is the terribly loose definition that allows, in effect, any proposal to be considered science, technology and innovation. A project that gives grants to improve school teachers is important, but it is not research and should not be charged to these funds. Another example: the impact analysis of a road should be done before the design, and is part of the design, but not research. Another example: calling "social innovation" does not make planning and financial management software science. Few of the projects approved would be accepted as an investment in science by OECD (Organization for Economic Cooperation and Development) countries.
The mistakes of the Government and the Congress in the design of the system occurred because they were unaware of the way scientific knowledge is built in the world: neither governors have to be prepared to decide which projects are carried out, nor problems are distributed according to political boundaries. The world already knows how to do good research, and it is not the way we do it here.
Ideally, the governor, a studious politician (that's why I say "ideally"), defines some tasks in which science could help. Based on that, public calls for proposals would be made, which would be answered with an explosion of ideas from the scientific community. Then, an expert committee would qualify the proposals and the governor, with very specialized advisors, could decide which projects are feasible and convenient.
What is done here instead? We start with a dispute not about how the resources will be executed, but about who will execute them. There are no calls for proposals. Sometimes someone convincing sells an idea to the governor, who is in charge, and other times he will have a personal idea inspired by a magazine, perhaps not a scientific one. Thus it is frequent that the governor vetoes the projects of his predecessor or decides to withdraw his own because he was displeased with the scientific partner. The governorates themselves execute the projects and the managers are people with no training as researchers. And so the role of the Ministry of Science is minuscule.
They once complained that there were no basic science projects. But they do not realize that these do not fit in the priorities of the system. Why? I answer with another example:
James Clerk Maxwell was a scientist motivated by the desire to unify the understanding of electrical and magnetic phenomena, which until his time were considered separate or, at best, loosely related phenomena. In the 19th century, research in electricity and magnetism was advancing rapidly, but a cohesive theory that could explain the relationship between these two fields was lacking. If Maxwell had been born in these times in these parts, he would have been in trouble.
To give further context, to Maxwell we owe the mathematical framework that explains and predicts how electric and magnetic fields influence and generate each other. His equations demonstrated that electric and magnetic fields propagate through space as waves, and that light is a form of electromagnetic radiation. Explain that to a governor.
Thanks to Maxwell we have televisions, we can make phone calls and have wireless internet. Lots of science, technology and innovation. Maybe the governor does understand that. But Maxwell wasn't thinking about televisions or cell phones. If he had to present a research proposal to Minciencias in Colombia to compete for royalty resources, Maxwell would have to ask himself first: For which department should he apply?
I would say:
- Hopefully not for Bogotá - because there are going to be a lot of people asking for resources from there, so the chances of success are low.
- Oh! So you can't find any target defined by the governor's office where your line of research fits? Easy, make it up. Say you can model how radiation affects potato growth, suddenly they find it interesting. -
Basic research doesn't sell.
My original thesis idea was very much tied to fundamental development of machine learning models. Four years ago very few linked the term with artificial intelligence. Four years ago, we did not imagine the reality of artificial intelligence. I competed for one of those royalty grants. Not for Bogota, because we knew that there would be many people, and with a very applied project, because there was no development axis where the development of machine learning models would fit. I was far from being assigned a budget.
My original thesis idea was closely tied to the fundamental development of machine learning models. Four years ago very few linked the term with artificial intelligence. Four years ago we did not imagine the reality of artificial intelligence. I competed for one of those royalty grants. Not for Bogota, because we knew that there would be many people, and with a very applied project, because there was no development axis where the development of machine learning models would fit. I was far from being assigned a budget.
It was Google Latin America who, by the vagaries of life, ended up giving me the first economic boost that allowed me to dedicate myself fully to this. It was my thesis director, Professor Fabio Gonzalez, who did not let me down, and the internal stimuli of the University to whom I owe the success of the scientific work of my work. It is to my wife, my parents, my brother and the rest of my family and friends, and to my colleagues in the MindLab research group, that I am here today. It is you who are to be thanked.
Thank you very much.
Speech on behalf of the graduate students, for the First Graduation Ceremony of the Faculty of Engineering -
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, April 9th, 2024.
References
Wasseman, Moisés. Cómo tener siempre la razón. Fondo de Cultura Económica. 2018, Bogotá, Colombia.
Cigüenza Riaño, Noelía. Así se distribuirá el Presupuesto General de la Nación del 2025: más del 23% iría para pagar la deuda. El Tiempo, 8 de abril de 2024, Bogotá, Colombia. https://www.eltiempo.com/economia/sectores/mas-del-23-del-presupuesto-general-de-la-nacion-del-2025-iria-para-pagar-la-deuda-3331457