El cambio climático, en conjunto con el efecto isla de calor urbana, está causando que la ciudades estén cada vez más calurosas. Santiago no es la excepción, generando una amenaza creciente para nuestra comunidad.
El calor es peligroso para la salud. Durante las olas de calor, aumentan la mortalidad por causas asociadas al calor y las hospitalizaciones por condiciones de salud que se ven agravadas por el calor. Veranos más calurosos también afectan el ambiente urbano, impactando la calidad de vida en formas que empeoran la salud y el bienestar de las personas en el corto y largo plazo.
El calor nos afecta a todos. Sin embargo, ciertos grupos presentan mayor riesgo por su condición de salud, edad, u ocupación. El calor es especialmente peligroso para los niños, adultos mayores, personas embarazadas y trabajadores que realizan sus labores en el exterior.
Por otro lado, factores socioeconómicos y ambientales también inciden en la distribución del riesgo. Usualmente sectores de la ciudad que agrupan a población mas vulnerable presentan mayores temperaturas y menos recursos para mitigar el calor
La ciudad está cubierta por distintos materiales que acumulan o disipan el calor de manera distinta, causando importantes diferencias de temperatura dentro de la ciudad. Por ejemplo, sectores con superficies pavimentadas y poca vegetación pueden presentar varios grados más de temperatura que áreas cubiertas por vegetación.
Los científicos han estudiado el calor urbano usando mediciones de temperatura superficial derivadas de imágenes satelitales. La temperatura superficial es muy útil para identificar sectores más o menos calurosos, pero no captura la experiencia de las personas con el calor.
Este mapa del Gran Santiago ilustra las diferencias en temperatura de superficie que se observan durante una ola de calor que ocurrió el verano de 2019. Durante este evento, se observaron diferencias de temperatura superficial de más de 25°C!