"Al estilo de Jesús, de El Rey de los Mindundis, los que son sal, los don nadie, los extranjeros, los pobres, los invisibles, los sin nombre, aquellos que viven a pecho descubierto, que no conciben la vida sin esfuerzo, sin compromiso. Los que huyen de lo establecido, los que no se quedan en la superficie, los que quieren vivir desde el corazón.

Soy un enamorado del ser humano, de cada persona. El amor es mi única ley.

Te propongo un camino al que te invito libremente y que yo elegí libremente: ser sal. No busco clones, sino seguidores y compañeros que asuman la construcción del Reino sin complejos, seguidores que aporten lo que son en esta aventura. No importa si te caes, te equivocas o te pierdes. Lo que importa es que caminemos juntos."

“El rey de los mindundis” Editorial Edelvives, 2016

Soy un tipo como tú. Un tipo normal ni muy guapo, ni muy feo. Pero con encanto, con mucho encanto porque quiere vivir la vida desde lo profundo, ser sincero y buscar la verdad; denunciar las injusticias. Un tipo normal cuya única bandera es el amor.

Me define lo que soy, mi esencia, mi corazón, para lo que fui pensado y creado. Lo que hago es anecdótico y en ocasiones disfraza lo que soy, me despista. Soy persona, soy imagen de Dios igual que somos todos. Todo lo demás pasa.

Y tú ¿de qué vas? Yo no voy, yo soy. Tú también eres, tienes la posibilidad de ser. ¡Vive desde lo que eres! Porque hay en ti muchos “yo” que habrás ido cogiendo por el camino prestados, pensando que eran tuyos, lo que se esperaba de ti, lo que tú creías ser, lo que te enseñaron a ser, lo que heredaste, lo que copiaste, lo que quisiste ser…

De la manera más honesta contigo y con el corazón limpio, sin vergüenza y sin prejuicios hará posible el encuentro con los demás desde la verdad. Y la verdad es la que te hace libre para amar, para crecer, para construir, para salir al encuentro.

No confundas la gratuidad con el dinero. Generosidad a lo bestia, pura y dura. La gratuidad no reside en los bolsillos, la gratuidad habita en el corazón. La gratuidad enriquece. Yo lo doy todo gratis.

Pero no lo olvides, nada, ni siquiera dar la vida tiene sentido si no es por amor.

Yo todos los días salgo a buscarte. Y tú ¿a quién sales a buscar?

Esbozos de nosotros mismos desdibujados, adaptados a las circunstancias, al momento que nos toca vivir. Los discursos, los aplausos, los planteamientos, lo aprendido, se vuelve en contra de nosotros cuando nos impiden conocer lo que de verdad hay en nuestro corazón, lo que nos conmueve y nos hace respirar. Atrévete a ser coherente, sin miedo de caminar, de ser fiel a lo que tú has visto y vivido, de ir a contracorriente. No seas una idea, encárnate.

Porque la buena noticia está en ti. No podrás callarlo, ni esconderlo, porque la vida no puede disimularse. Pero no lo busques fuera ni lejos. Está en ti. Busca en tu interior. En lo más íntimo de tu ser. Encuéntrate, encuéntrale.

Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón.