Francisco Tau
El único relicto del bioma del Espinal que se ha conservado como parte central de un área urbana
La reserva natural “Francisco Tau” representa al bioma del Espinal y es el único relicto que se ha conservado como parte central de un área urbana.
Su nombre se debe al propietario de las tierras, Francisco Tau (1839-1921), que fue autoridad municipal y posteriormente jefe político del Departamento Unión. Tau mantuvo el “monte” original, autorizando a los pobladores para usar los balnearios.
Desde 1938 un grupo de vecinos se propuso preservar las tierras con su vegetación nativa y evitar el peligro de que sus propietarios lo destinaran a otros usos con fines de lucro. Realizó gestiones ante la Administración de Parques Nacionales, la cual recomendó que el lugar fuera protegido como parque natural provincial o municipal. Ya en ese entonces, el Espinal como bioma estaba casi extinguido por los desmontes que ampliaron la frontera agroganadera.
En 1939 el legislador Linamón Ortiz Soria solicitó a la provincia de Córdoba la expropiación de las tierras a los sucesores de Torres (heredero de Tau), para "conservar este lugar estratégico, como verdadera reliquia de nuestra flora, para el pueblo en general y especialmente para los niños de Bell Ville".
En 1942 fue adquirido por la provincia de Córdoba, que transfiere la propiedad a la Municipalidad de Bell Ville en 1972.
El municipio puso el énfasis en el uso recreativo- turístico y en la dotación de infraestructura con ese fin. El corte de “césped” o estrato herbáceo, se fue extendiendo y como consecuencia poco a poco aumentaron los claros, espacios sin sombra, en los que se implantaron especies exóticas con fines ornamentales: coníferas, ligustros, yucas y otras.
A partir de la década del '80 parte creciente de la población asume una mirada que revaloriza el espacio por su carácter autóctono. En 1984 el Municipio convoca un equipo de la UNC para hacer estudios sobre "factores que inciden en la presencia de claveles del aire" y "estructura de la vegetación arbórea del Parque Tau". El informe también incluye una Propuesta de manejo y destaca las particularidades que lo hacen relevante a nivel provincial y aun nacional: representa un ecosistema único, con flora y fauna nativas que debe preservarse.
Así se comienzan a organizar jornadas de reforestación con especies autóctonas y se alientan todas las actividades educativas y recreativas de bajo impacto ambiental.
Se generaron muchos debates en torno a dos visiones: el espacio verde como reserva y área protegida, o bien como un área verde muy intervenida y artificial.
La legislación en esos años gira en torno al uso racional y consensuado:
La Ordenanza 089/84 declara que “el Parque Municipal requiere especial cuidado y conservación, y ésta tiene que armonizarse con el uso a fin de que toda la Comunidad y las generaciones por venir puedan disfrutarlo y estudiarlo"
La Ordenanza 433/89 Declara “al Parque Municipal Francisco Tau Patrimonio Ecológico Inalterable de la ciudad" y establece "toda obra de infraestructura o modificación de condiciones deberá ser aprobada previamente por ordenanza" . La misma ordenanza crea “una Comisión ejecutiva con representación del Departamento Ejecutivo Municipal. Del H. Concejo Deliberante y del Grupo Ecológico Bell Ville, para organizar y ejecutar el manejo y conservación del Parque Tau, y la difusión cultural del mismo”. En la misma línea siguen las ordenanzas posteriores: 838/95 y 2186/2018
En los ‘90 y década del 2000 siguieron las visiones contradictorias. En 1990 se declara al Parque "Reserva Natural Provincial" por Ley 7999; en 1995 la Carta Orgánica del Bell Ville confirma la declaración de "Patrimonio Ecológico Inalterable"; en 2009 se crea el cargo de Guardaparques. A la vez, se siguen realizando acciones como la implantación de especies exóticas, la extracción de árboles, corte o podas en la vegetación autóctona, prohibidos por el marco legal.
A pesar de esto se ha sostenido el diálogo entre vecinos, ONG y autoridades, estableciendo acuerdos y avanzando en las acciones de protección. En 2019 se aprueba el Plan de Manejo por Ordenanza 2303, elaborado por la actual comisión ejecutiva, que busca concretar este consenso a través de acciones efectivas y coherentes. Es el desafío actual.