Dos Caras de una Misma Moneda: Cambio y Estabilidad en el Sistema de Partidos Multinivel Brasileño (1998-2018)



Por:  Jayane dos Santos Maia (German Institute for Global and Area Studies y Universidad de Erfurt, Alemania)

En Brasil, la elección de Jair Bolsonaro en 2018 representó un importante giro electoral que consolidó a nivel nacional el realineamiento del país de izquierda hacía la derecha. El fin de la polarización entre el Partido dos Trabalhadores (PT) y el Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB), que habían protagonizado la competición política federal desde la redemocratización, vino acompañado de un sentimiento generalizado anti-PT y del ascenso electoral de los partidos de derecha. A pesar de la victoria del ex presidente Lula da Silva frente a Bolsonaro en las elecciones de 2022, los partidos de derecha obtuvieron más representantes en la Cámara de Diputados y el Senado en las últimas elecciones generales que el PT y sus aliados.

 

Estos resultados imprevistos mostraron que el sistema de partidos brasileño no era tan estable como afirmaban algunos autores. En este post, basado en un artículo que recientemente publiqué con mis co-autores en el Bulletin of Latin American Research (BLAR) como parte de la sección especial sobre elecciones desde una perspectiva multinivel en América Latina, muestro a través de la evidencia empírica para el caso brasileño cómo patrones heterogéneos de competencia partidaria en el territorio están relacionados con la expansión de partidos nuevos o no tradicionales a nivel subnacional. Según Suarez-Cao y Freidenberg (2014), la congruencia está relacionada con el predominio de los partidos políticos establecidos. Entonces podemos suponer que, por el contrario, cuando los patrones de competencia partidaria entre los niveles nacional y subnacional no son homogéneos, es probable que esto suceda porque los partidos no tradicionales han ganado espacio en el nivel subnacional y, por ende, los niveles de congruencia entre los niveles sean más bajos.

 

Nuestro estudio innova al comparar, por primera vez, que sepamos, los resultados de tres medidas de cambio del sistema de partidos en dos cargos electivos y dos niveles de gobierno en Brasil: el número efectivo de partidos (NEP), la volatilidad electoral, y la medida de congruencia. Sostenemos que la combinación de estas medidas ofrece una imagen más clara y completa de un sistema de partidos multinivel como el de Brasil, que se caracteriza por múltiples sistemas de partidos delimitados territorialmente.

 

Las elecciones de 2018 son consideradas como un punto de inflexión en la dinámica de los partidos políticos brasileños. Sin embargo, nuestros hallazgos evidencian que incluso antes de esa fecha los sistemas de partidos subnacionales en Brasil mostraban rasgos de mayor inestabilidad en comparación con el sistema de partidos nacional.  Desde 1998, el número de partidos electorales ha aumentado constantemente en Brasil en ambos niveles de gobierno (Figura 1). Sin embargo, los valores medios del NEP son más elevados para las elecciones subnacionales que para las nacionales en todos los casos.

Figura 1. Evolución del Número Efectivo de Partidos (NEP) por año y nivel de gobierno para elecciones legislativas (1998-2018)

Fuente: Elaboración propia

Esta constatación confirma nuestra suposición de que las dinámicas interpartidistas a nivel subnacional no sólo difieren de las nacionales, sino que también son más inestables. La distribución de los valores del NEP para las elecciones legislativas revela una importante heterogeneidad en la fragmentación del sistema de partidos y, por tanto, en la competencia interpartidaria en el país.

 

Esta impresión se confirma cuando se aplica la medida de congruencia [1] a las elecciones legislativas (Cuadro 1). Considerando estas elecciones en ambos niveles de gobierno, el sistema de partidos brasileño multinivel ha sido incongruente durante todo el periodo de análisis. Sin embargo, a partir de 2010 esta tendencia fue más pronunciada. La varianza horizontal en la competencia partidaria a nivel subnacional es lo que más explica el alto nivel de incongruencia en todas las elecciones de los últimos 20 años, excepto en 2010.


Cuadro 1. Congruencia versus volatilidad tipo A en las elecciones legislativas (1998-2018)

Fuente: Elaboración propia

La rotación de partidos en puestos legislativos aumentó considerablemente en dos elecciones durante el período de análisis: 2014 y 2018. En 2014, el sistema de partidos de Brasil alcanzó el nivel más alto de incongruencia (15,729), que converge con el período en que se hizo evidente que los partidos tradicionales perdían espacio en las arenas electorales nacionales y subnacionales tras las protestas de junio de 2013 (Jornadas de Junho). En 2014, el poder legislativo estatal del PT sufrió una significativa reducción del 22,8% en escaños, mientras que el PSDB y el DEM fueron testigos de una disminución del 9,3% y del 43%, respectivamente. Por el contrario, pequeños partidos que ya habían competido en las elecciones de 2010, como el PSL (al que Bolsonaro se afilió de cara a los comicios de 2018), ampliaron el número de diputados estatales.

 

Sin embargo, aunque hemos identificado patrones distintos de competencia entre los niveles nacional-subnacional e intra-nacional, esta diferencia es evidente en la volatilidad. A pesar de ser incongruentes, las disputas legislativas a nivel nacional y subnacional muestran patrones de estabilidad similares cuando analizamos la volatilidad [2]: la volatilidad de tipo A tiene un peso menor en la volatilidad total, lo que significa que los votos tanto en el ámbito nacional como subnacional se transfieren entre partidos consolidados en todas las elecciones. Los datos muestran que en las elecciones a las asambleas estatales de 2018, por ejemplo, solo el 2,62% de los votos fueron obtenidos por partidos nuevos o que no compitieron en elecciones anteriores. En cuanto a la Cámara de Diputados en el nivel nacional, esa cifra alcanzó solo el 3,87%. El valor más alto se produce en las elecciones de 2014, donde los valores para ambas elecciones alcanzan alrededor del 7%, que también es bajo si se consideran los porcentajes de renovación.  Por lo tanto, la volatilidad de tipo A es menor para ambas elecciones, lo que indica una competencia más estable o ningún cambio real.

 

El mismo escenario incongruente es visible cuando analizamos las elecciones ejecutivas. Nuestros datos muestran una variación sustancial en la fragmentación de la competencia partidista en los estados (Figura 2). Es notable que la dispersión del número efectivo de partidos que compiten por cargos ejecutivos aumentó a nivel estatal en 2014 y especialmente en 2018, lo que converge con el inicio del reposicionamiento de las fuerzas políticas en Brasil, especialmente a nivel nacional. La variación en el NEP que se presentaron a las elecciones ejecutivas estatales en 2018 puede indicar que las élites políticas estaduales habían aumentado su autonomía para dar forma a la competencia política subnacional frente a la reorganización del sistema nacional de partidos.

Figura 2. Número Efectivo de Partidos en las elecciones presidenciales y de gobernador (1998-2018)

Fuente: Elaboración propia

El Cuadro 2 confirma que la congruencia en el sistema de partidos brasileño disminuyó  en 2006, pero alcanzó su punto máximo en los años electorales de 2014 y 2018 (aunque los resultados son en general relativamente bajos en comparación con otros países). Considerando las elecciones de gobernadores en 2014, hubo un aumento en la dispersión de partidos ganadores y en el número de votos por partido político. En esta elección, los 27 cargos de gobernación fueron distribuidos entre nueve partidos, los cuales tuvieron porcentajes disímiles de votos entre los estados. La varianza subnacional de 0,645 encontrada para esta elección ilustra esta dispersión.

Cuadro 2. Congruencia versus volatilidad tipo A en las elecciones ejecutivas (1998-2018)

Fuente: Elaboración propia

Mientras que la competencia entre partidos difiere de un estado a otro en las elecciones a gobernador de 2014, la transferencia de votos de los partidos existentes a los nuevos aumenta en estas elecciones. No obstante,  la transferencia de votos entre los partidos existentes en las elecciones a gobernador a lo largo del periodo explica en mayor medida la tasa general de volatilidad electoral, lo que contradice parcialmente nuestra hipótesis. Los partidos tradicionales (PT, PSDB, PMDB -actualmente MDB -, DEM) han sido los principales perdedores en las elecciones a gobernador, en particular desde 2010 (Figura 3). Por el contrario, otros partidos existentes, pero comparativamente menores, aparecen como ganadores, especialmente a partir de 2014, como el PSL (que muestra un ligero aumento electoral desde 2010), el Partido Progresista (PP) y el Partido Social Cristiano (PSC). Observamos que la disminución gradual del número de votos recibidos por los partidos tradicionales a lo largo de las elecciones estatales se produjo simultáneamente con el aumento general del apoyo electoral a los pequeños partidos de derecha. Este hallazgo responde a nuestra expectativa de que los partidos no tradicionales se han fortalecido a nivel subnacional.

Figura 3. Perdedores y ganadores de las elecciones para gobernador en Brasil (1998-2018)

Fuente: Elaboración propia

Del caso de Brasil, aprendimos que, a pesar de la incongruencia en la competencia partidaria entre los niveles nacional y subnacional, no se identifica ningún cambio real en los sistemas de partidos a partir del análisis de la volatilidad electoral y que el nivel subnacional parece funcionar como un reservorio de partidos tradicionales. Además, nuestros hallazgos contradicen lo informado en la literatura de que no existe separación entre la competencia política a nivel nacional y subnacional, particularmente en lo que respecta a las elecciones legislativas en el país.

 

Nuestra hipótesis se verifica parcialmente ya que nuestros resultados muestran un aumento electoral a nivel subnacional de los partidos de derecha ya existentes a expensas de los partidos tradicionales. Fue a partir de las elecciones de 2014 que el PT empezó a decrecer como fuerza política y cuando empezó a terminar su polarización con el PSDB. En estas elecciones, la fuerza de los partidos establecidos se redujo, especialmente del PT y del PMDB (actualmente MDB), y hubo un aumento de partidos pequeños y medianos a nivel nacional y estatal. En contrapartida, hay un crecimiento de partidos de derecha asociados a valores conservadores y religiosos, como los demócratas cristianos. A esto le siguió el aumento de los partidos y políticas populistas de derecha con la elección de Jair Bolsonaro en 2018.

[1] Es una medida de diferencias/similitudes en los patrones de competencia electoral entre los sistemas nacionales y subnacionales de un sistema de partidos federalizado. Siguiendo a Gibson y Suárez-Cao (2010), para calcular la congruencia utilizamos el NEP. La congruencia es una medida relativa: cuanto menor es el valor, más “congruente” es el sistema de partidos (federalizado) y, a la inversa, cuanto mayor sea su valor, más “incongruente” será el mismo y, por tanto, más disímiles las dinámicas entre los niveles del sistema de partidos.


[2] Nos basamos en Neff Powell y Tucker (2014) para calcular la volatilidad electoral tanto a nivel nacional como subnacional en las elecciones entre 2002 y 2018. Los autores dividen el índice de Pedersen (1979) en dos tipos de volatilidad: Tipo A y Tipo B. La volatilidad tipo A mide las transferencias de votos de los partidos existentes a los nuevos, mientras que la volatilidad tipo B cuantifica las transferencias de votos entre los partidos existentes/establecidos.



Jayane dos Santos Maia es candidata a doctora en Ciencia Política en el Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA Hamburgo) y en la Universidad de Erfurt, Alemania.