Minimizando el sesgo nacional de los análisis de las elecciones locales en Colombia 2023


 Por:  Juan Albarracín - Universidad de Illinois (Estados Unidos) y Juan Pablo Milanese - Universidad Icesi (Colombia)

Fecha: 16 de noviembre de 2023

La celebración de las elecciones municipales y departamentales del pasado 29 de octubre dejó un denominador común en buena parte de los análisis mediáticos: el gobierno nacional sufrió una estruendosa derrota en comicios que se erigieron como un plebiscito sobre su gestión. El presidente Gustavo Petro, por el contrario, desde las redes sociales proclamó su victoria, haciendo toda suerte de maromas de aritmética electoral para justificar esta interpretación.

 

Si bien el descontento con el gobierno es creciente y el presidente cometió un error estratégico al nacionalizar la elección de Bogotá –que magnificó la idea de que la derrota en este distrito fue un rechazo a su gestión–, la evaluación de este tipo de comicios requiere un análisis mucho más minucioso, dado que existe evidencia suficiente para afirmar que en Colombia la política subnacional no es función de la nacional. De hecho, las elecciones locales y departamentales no se disputan por las agendas de política pública que dominan las discusiones nacionales ni en torno las alianzas partidarias que se tejen alrededor de esos temas. Por el contrario, priman asuntos singulares desde un punto de vista territorial y coaliciones electorales que serían impensables nacionalmente hablando. En ese sentido, la alianza liderada por Petro no fue la excepción, primando la falta de conexión entre las elites partidarias pertenecientes a los distintos niveles.

 

Para profundizar en este fenómeno, analizamos de forma comparada los resultados de las elecciones de concejos municipales con los del Senado (desagregados a nivel municipal, dado que la Cámara Alta en Colombia cuenta con un solo distrito de nivel nacional) en dos ciclos electorales (2018/2019 vs. 2022/2023), concentrándonos en los 29 distritos (municipios) de más de 100.000 votantes que representan poco más del 45% del electorado del país. Utilizamos las elecciones a cuerpos colegiados porque son aquellas donde puede apreciarse la existencia de etiquetas partidarias estables a diferencia de lo que sucede en las de cargos ejecutivos que muestran una notable volatilidad, particularmente por el frecuente uso de candidaturas “por firmas” que permiten a los competidores anticipar el inicio de sus campañas y formar coaliciones entre diferentes fuerzas políticas reduciendo las trabas legales. 

Dos tipos de partidos en Colombia


En Colombia, la mayoría de los partidos en el nivel nacional son poco más que confederaciones de máquinas políticas regionales. Estas máquinas se conforman para resolver problemas de coordinación entre sus líderes, a la vez que garantizan un gran nivel de autonomía a estos, especialmente, a la hora de formar alianzas. Aunque el perfil programático de este tipo de partidos está bastante diluido, desplazándolos como opciones en las disputas presidenciales, su dinámica organizativa les consiente mantener un razonable número de legisladores en el Congreso de la República, en un contexto de alta y creciente fragmentación partidaria en todos los niveles.

 

El Partido Liberal es, hoy en día, el arquetipo de este modelo de organización. Aun cuando en ocasiones lanza candidatos en sus listas al Senado que intentan atraer un voto más programático, buena parte de su caudal electoral depende de la movilización realizada por las máquinas regionales y locales. Esto se manifiesta en una sorprendente estabilidad, en promedio, de sus votos. Como puede apreciarse en los gráficos 1 y 2, a pesar de que existen diferencias entre el porcentaje que obtiene a nivel municipal en sus listas al Senado (años pares) y a concejos (años impares) en algunos municipios, las diferencias promedio son muy cercanas a cero. Así, si en 2019 obtuvo apenas 0.22 puntos porcentuales menos que en 2018, en 2023 solo fueron 0.11 puntos más que en 2022 (para información más detallada sobre el nivel de congruencia multinivel de los partidos ver Milanese y Albarracín 2022).

Gráfico 1. Diferencias en el porcentaje de votos del Partido Liberal (PL) en elecciones al Senado (2018) y concejos municipales (2019)

Fuente: Elaboración propia.

Gráfico 2. Diferencias en el porcentaje de votos del Partido Liberal (PL) en elecciones al Senado (2022) y concejos municipales (2023)

Fuente: Elaboración propia.
Nota: Las ciudades con asterisco indican municipios donde el PL se presentó en coalición con otro partido. Por la forma como se realiza el material electoral en Colombia, es imposible distinguir a qué partido pertenece cada voto. Sin embargo, el PL realizó coaliciones con partidos muy pequeños, lo que sugiere que buena parte del caudal de votos pertenece a esta agrupación.


Un segundo tipo de partido o movimiento político es aquel que desarrolla rasgos más programáticos y que tiende a atraer a los votantes en las elecciones presidenciales. El Centro Democrático (CD), partido creado por el expresidente Álvaro Uribe, es un ejemplo de esto. Este desarrolló un perfil programático en torno al tema de la seguridad y su rechazo a proceso de negociación y posterior acuerdo con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), convirtiéndose rápidamente en una de las fuerzas más relevantes en las disputas presidenciales de 2014 y 2018, así como una de las bancadas más amplias en el Congreso.

 

Mientras tanto, como consecuencia de su fuerte centralización decisoria (sobre todo en la figura de Uribe), el énfasis en agendas de corte nacional, junto a una política de alianzas electorales más restrictiva (congruente con las realizadas en el nivel nacional), el CD tiende a ser comparativamente más débil en las disputas municipales y departamentales (ver Albarracín, Gamboa y Milanese). Esto se ve reflejado nuevamente en la diferencia de los resultados de las elecciones para el Senado y los concejos. Entre 2018 y 2019, la brecha fue de -6.79, lo que implica que, en promedio, el CD obtuvo 6.79 puntos porcentuales menos en las elecciones locales que en los comicios para Senado (resultado que proviene del promedio de los datos del gráfico 3).

 

Aunque la diferencia promedio es menor para la comparación 2022 y 2023 (-2.94 puntos porcentuales), se mantiene la tendencia de un peor desempeño en el ámbito local que en el Senado (resultado apreciable en el promedio de los datos del gráfico 4). Es importante resaltar que, aunque estas brechas puedan parecer pequeñas, son de hecho bastante significativas en un contexto de fuerte (y creciente) fragmentación partidaria.  

Gráfico 3. Diferencias en el porcentaje de votos del Centro Democrático (CD) en elecciones al Senado (2018) y concejos municipales (2019)

Fuente: Elaboración propia. 

Gráfico 4. Diferencias en el porcentaje de votos del Centro Democrático (CD) en elecciones al Senado (2022) y concejos municipales (2023)

Fuente: Elaboración propia.
Nota: Las ciudades con asterisco indican municipios donde el CD se presentó en coalición con otro partido (pequeño).

El Pacto Histórico: entre su programa nacional y las fracturas subnacionales

 

El Pacto Histórico (PH) –compleja y heterogénea coalición constituida por fuerzas que van desde el liberalismo social hasta otras marxistas leninistas, pasando por agrupaciones de carácter étnico (ver tabla 1) –fue creado para apoyar las aspiraciones presidenciales de Gustavo Petro y ofrecerle una bancada legislativa. Similar al Centro Democrático –aunque en las antípodas desde el punto de vista ideológico–, se constituyó para disputar (con éxito) el ejecutivo y legislativo nacional, a partir de un programa de cambio socio-económico enfocado en políticas redistributivas.

Tabla 1. Partidos y movimientos que constituyen el Pacto Histórico

Fuente: Elaboración propia con datos de la CIRCULAR POLÍTICA ELECTORAL N˚ 3 del 7 de junio de 2023, Comité Político Nacional – Comisión Nacional Electoral del Pacto Histórico

En este sentido, se esperaría que una coalición o partido de sus características tuviera dificultades en disputar las elecciones municipales. En efecto, como sucediera con el CD, cuando el PH presentó listas en los concejos de nuestra muestra de ciudades, tuvo un desempeño incluso comparativamente peor que este: una diferencia de -12.33 puntos porcentuales. En otras palabras, el PH obtuvo en promedio 12.33 puntos porcentuales menos en los concejos que en el Senado (calculados de las diferencias de votos apreciables en el gráfico 5). La magnitud de esta diferencia casi dobla aquella del CD (2018-2019), robusteciendo las tesis del fracaso electoral del PH en las elecciones locales.

Gráfico 5. Diferencias en el porcentaje de votos del Pacto Histórico (PH) en elecciones al Senado (2022) y concejos municipales (2023)

Fuente: Elaboración propia. 

Sin embargo, al ser una coalición, el Pacto Histórico (nacional), por defecto, pudo responder con mayor flexibilidad al entorno local y regional que el CD. Los partidos y movimientos que hacen parte de ella no tienen la obligación de concurrir juntos como PH en todos los municipios. Así, en un número significativo de distritos, muchos de los partidos que la constituyen se lanzaron de forma individual (o incluso en alianza con otras agrupaciones que no forman parte de él) y no compartiendo el rótulo de la coalición (ver tabla 2). 

Tabla 2. Resultados lista(s) Pacto Histórico, Concejos Municipales Ciudades de más de 100.000 habitantes (2023)

Fuente: Elaboración propia con datos de la RNEC (preconteo)

Notas: 

(1) % de votos lista del PH

(2) % de votos partidos que forman parte del PH pero que lanzaron listas por fuera de él

(3) Número de partidos pertenecientes al PH que lanzaron listas por fuera de él

(4) Municipios en los que la lista del PH obtuvo más votos que los partidos pertenecientes a la coalición que sacaron lista por fuera de ella

Esto no representa una atipicidad, especialmente en un sistema donde la autonomía dirigencial desde una óptica local produce una fuerte desconexión partidaria entre los niveles, haciendo de estas etiquetas un indicador poco fiable desde un punto de vista organizativo, mucho más si se hace referencia a una coalición. 

Lo llamativo es que un movimiento político con perfil y una agenda más nacional replique la flexibilidad característica de partidos más intensamente enfocado en territorios como el Liberal, aunque es muy probable que este comportamiento refleje más la incapacidad del PH de coordinarse que una estrategia premeditada. Lo cierto es que esta flexibilidad le permitió achicar sensiblemente la brecha entre las elecciones municipales (2023) con las de Senado en 2022, obteniendo un resultado, desde el punto de esas brechas, mucho más cercano al del CD. De modo que si sumamos a todos los partidos que constituyen el PH (esto es, también aquellos que se fueron por fuera de las listas con la marca del “Pacto”), encontramos que la diferencia se redujo a -4.05 puntos porcentuales entre 2022 y 2023. En otras palabras, todos los partidos que conforman el PH obtuvieron en promedio 4.05 puntos porcentuales menos en las elecciones locales que en las elecciones al Senado (calculados de las diferencias de votos apreciables en el gráfico 6).

Gráfico 6. Diferencias en el porcentaje de votos de todos los partidos y movimientos que conforman el PH en elecciones al Senado (2022) y concejos municipales (2023)

Fuente: Elaboración propia. 

Es difícil saber con precisión si la diferencia real es de 12.33 o 4.05 puntos porcentuales. Lo que es evidente es que el PH no es lo mismo desde un punto de vista nacional que local. En este último ámbito, sus partes pueden jugar (y muchas veces juegan) de forma separada, tratando de maximizar sus propios intereses. Esto muestra también cómo las fracturas que Petro puede en alguna medida subsanar a nivel nacional no necesariamente desaparecen en el subnacional, donde la heterogeneidad y los intereses divergentes de las etiquetas que constituyen la coalición son más fuertes que la “fuerza de gravedad” que su líder puede producir.

Naturalmente, para obtener una mejor comprensión de los resultados, se debería profundizar en cada uno de los casos. Especialmente en un contexto como el colombiano donde, particularmente a nivel subnacional, las etiquetas partidarias ofrecer poca información e, incluso, pueden llegar a ser espejismos que nos engañen, distorsionando nuestra comprensión de la realidad. Por eso mismo, no cabe duda de que es importante eliminar, o por lo menos reducir, el sesgo nacional de los análisis de las elecciones locales y departamentales si queremos comprender estos procesos de forma más rigurosa y sin llegar a conclusiones apresuradas de una política que no es un reflejo de la nacional.

Juan Albarracín es Profesor asistente del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Illinois, Chicago (EE.UU.). 


Juan Pablo Milanese es Profesor del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad Icesi, Colombia.