Elecciones municipales de 2024 en Costa Rica: ¿continuidad o cambio?


 Por: Eugenia C. Aguirre Raftacco - Universidad de Costa Rica (Costa Rica)

El pasado 4 de febrero Costa Rica realizó sus terceras elecciones municipales a medio periodo del mandato presidencial y su sexto proceso local desde que reformó la normativa para elegir popularmente el cargo de Alcaldía en 1998. La jornada transcurrió sin contratiempos y al cierre del día ya se contaba con resultados preliminares del 97,7% de las mesas. Cada uno de los 84 cantones escogió una alcaldía como figura ejecutiva municipal con sus dos vicealcaldías y a las regidurías integrantes del Concejo Municipal de entre cinco y 13 personas de acuerdo a la población cantonal. Con la elección municipal de Costa Rica, se inauguró el calendario electoral subnacional de América Latina de 2024.

 

En estas elecciones municipales se aplicaron por primera vez los límites a la reelección de todas las autoridades locales, la obligatoriedad de cumplir con la paridad vertical y horizontal en las postulaciones partidarias y se aplicó también un plan piloto de votación electrónica. Sumadas estas reformas al aumento de cargos totales a elegir por la creación de nuevas jurisdicciones, estas elecciones se convierten en unas de las más complejas en la historia reciente del país. Pese a lo anterior, en esta columna argumento que el resultado de las elecciones municipales del 4 de febrero es coincidente con las tendencias y las trayectorias históricas identificadas en los procesos electorales municipales del país en las últimas dos décadas.

 

La persistencia cada vez más debilitada del bipartidismo y la llegada de nuevos actores. Los partidos tradicionales del bipartidismo, Liberación Nacional (PLN) y Unidad Social Cristiana (PUSC) se repartieron el 58,4% de las alcaldías, mientras que el 41,6% restante se distribuyó entre otras agrupaciones con mayor o menor tradición en la arena política local (Tabla 1).

Tabla 1. Distribución de alcaldías según partido político (2002-2024)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Tribunal Supremo de Elecciones. 

El bipartidismo se mantiene con cambios en la correlación de fuerza entre las dos agrupaciones. Este año, el PLN perdió 14 alcaldías y el PUSC ganó cinco. Entre las derrotas más significativas del liberacionismo se encuentra la capital San José, que tras ser gobernada desde 2002 por el PLN es derrotada por el partido cantonal Juntos San José. Otra pérdida significativa la representa el cantón de San Ramón, territorio donde se fundó Liberación Nacional. También se lograron mantener el número de alcaldías Curridabat Siglo XXI, el Partido Republicano Social Cristiano y Nueva Generación. El partido Unidos Podemos tuvo un crecimiento significativo del número de alcaldías, pues pasó de una a nueve, pese a que seis de ellas son lideradas por figuras tránsfugas provenientes de otras agrupaciones políticas.

 

Nueve agrupaciones nuevas en el poder local se suman a las 32 que en algún momento de la historia han gobernado una alcaldía. Entre ellas destaca la llegada de cuatro partidos políticos nacionales, tres de ellos con representación legislativa. Otras ocho agrupaciones desaparecen de la escena política local al no lograr elegir una sola figura ejecutiva, entre ellas el anterior partido gobernante Acción Ciudadana. En suma, 73 alcaldías quedaron distribuidas entre 10 partidos nacionales, 10 alcaldías las ganaron los partidos de su respectivo cantón y un partido provincial eligió una única alcaldía (Tabla 2).

Tabla 2. Alcaldías ganadas por tipo de partido político (2002-2024)

*En 2020 y 2024 aumentó el número de alcaldías en razón de la creación de tres nuevos cantones: Río Cuarto (2020) cantón 82, Monteverde y Puerto Jiménez (2024) cantones 83 y 84 respectivamente.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Tribunal Supremo de Elecciones. 


La reelección como norma. La limitación a la reelección indefinida de las autoridades locales a dos períodos consecutivos impidió a 46 cantones reelegir a sus alcaldes(as), pues ya contaban con ocho años en el ejercicio del poder y la reforma aprobada en 2022 les exige separarse por dos términos del cargo para poder volver a postularse. En elecciones anteriores del periodo 2006-2020, la tendencia de la reelección de alcaldías se mantuvo al alza y alcanzó su nivel máximo en 2020 con el 60% de las alcaldías reelectas.

 

En 2024, alcaldes(as) que, con sólo un periodo en el cargo, se presentaron a la reelección, lograron el triunfo ampliamente. En otros 10 casos que se podía reelegir el incumbente, el mismo no se postuló al cargo. De 28 incumbentes que se postularon para un nuevo periodo, 22 se reeligieron, representando un 78,6% de los que buscaron mantenerse en el poder y un 26% de todas las alcaldías electas. Del total de los 84 nuevos ejecutivos locales, cuatro alcaldes reelectos pueden ser considerados tránsfugas, pues cambiaron de agrupación partidaria para volver a postular su nombre. [1]

 

Los resultados demuestran que los incumbentes mantienen incentivos para reelegirse y que tienen buenos resultados electorales, en parte explicado por la posibilidad que tienen para efectos de continuar en el ejercicio de la alcaldía durante la campaña electoral, asociado con la exposición pública, el reconocimiento de la ciudadanía y la disposición de recursos públicos.

 

La paridad incumplida en las alcaldías. La obligatoriedad a los partidos políticos de presentar nóminas paritarias al cargo de alcaldía amplió la oferta electoral de mujeres al cargo, pero los resultados se mantienen lejanos de alcanzar la paridad en el ejercicio del poder local.  Para los efectos cada agrupación al momento de la inscripción debía tener una sumatoria total de candidaturas de hombres y mujeres iguales o con diferencias de máximo una persona, sin obligatoriedad de alternancia cada partido decidió donde postuló mujeres u hombres.

 

Un total de 231 mujeres se postularon al cargo de alcaldía frente a 319 hombres. El próximo 1 de mayo, 22 mujeres asumirán el cargo ejecutivo local frente a 62 hombres. La vasta mayoría de ellas proviene de los partidos nacionales: 12 de ellas fueron electas por el PLN, seguido por cinco alcaldesas del PUSC. Pese a que respecto a la presencia histórica los resultados del 4 de febrero representan un aumento importante de mujeres en las instancias ejecutivas municipales (Gráfico 1), pues Costa Rica entre 2002 y 2020 nunca escogió en el mismo ciclo electoral más de 12 mujeres alcaldesas, el número dista de alcanzar la paridad al representar solo un 26% de las alcaldías electas. Además, destaca que de las 22 mujeres electas como alcaldesas sólo seis de ellas no cuentan con alguna experiencia política formal previa al ejercicio del cargo. La mayoría de ellas ha ejercido el cargo de vicealcaldesas o regidoras municipales, cuatro han ejercido la alcaldía en otros periodos, lo que las dota de experiencia en la arena municipal para asumir el cargo y combate los estereotipos de género asociados al ejercicio del poder de las mujeres.

Gráfico 1. Alcaldías electas por sexo (2006-2024)

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Tribunal Supremo de Elecciones.

El abstencionismo como ganador. Pese a la disminución del abstencionismo en los cinco procesos electorales transcurridos entre 2002 y 2020, que pasó de un 77,2% a un 63,7%, las elecciones de 2024 mostraron un aumento con un abstencionismo global del 68,07%. Sólo en cinco cantones de 84 creció en términos porcentuales la participación con respecto a las elecciones municipales de 2020. Los alcaldes y alcaldesas electas en los diez cantones más poblados del país, no alcanzaron el apoyo del 15% del padrón electoral y la participación allí no superó en promedio el 28%. Por tanto, los niveles de abstencionismo muestran históricamente una amplia heterogeneidad territorial y un sesgo hacia una muy baja participación en las zonas urbanas.

 

El recuento realizado reitera la relevancia del peso histórico del bipartidismo y de las ventajas asociadas a los partidos políticos nacionales que compiten en la distribución del poder local. En materia de reformas electorales, pese a su incidencia en materia de reelección, se mantiene como una posibilidad ampliamente utilizada por los partidos políticos y que aporta ventajas a quienes buscan postularse. De la misma manera este ciclo electoral pone en evidencia la relevancia de las acciones afirmativas en razón del género para que más mujeres alcancen el poder.

 

El proceso electoral - aunque impecable en términos técnicos - deja un sin sabor por la falta de entusiasmo que se manifestó en calles y avenidas entre partidarios, candidaturas y quienes asistieron a las urnas. Pese a ello, 6212 autoridades locales fueron efectivamente electas y asumirán un nuevo mandato a partir del próximo 1ro de mayo con importantes retos, como la aplicación de la nueva ley de empleo público y la coordinación con el gobierno nacional de turno, que no participó en la elección de alcaldías por incumplimiento de normas de paridad y obtuvo una representación territorial mínima en regidurías.

 

Con el cierre del ciclo electoral municipal, en el cálculo de ganadores y perdedores de la jornada los partidos nacionales empiezan a discutir los procesos internos de cara a las elecciones nacionales de presidencia y asamblea legislativa en 2026, con la tentación (y amenaza) al frente de unificar nuevamente las elecciones municipales con las nacionales a través de una reforma legislativa que prometa acabar con el abstencionismo en el escenario local.

Imagen 1. Elecciones Municipales de 2024 en Costa Rica

Fuente: Archivo personal de la autora.


[1] Entre estos casos, destaca el de Mario Redondo, alcalde reelecto de Cartago quien es el alcalde con mayor cantidad de votos recibidos en la jornada electoral, y Manuel Hernández, alcalde reelecto de Pococí, quien fue el segundo en número de votos alcanzados. Ambos, cambiaron de agrupación política y lograron mantenerse en el cargo.


Eugenia C. Aguirre Raftacco es docente e investigadora del Observatorio de la Política Nacional de la Universidad de Costa Rica.