REFLEXIONES SOBRE LA ARTESANÍA
¿“Hecho en España”?: La triste realidad de la tienda La PeSeta y sus productos “artesanales”
Por Adrienne Stinson
¿Por qué compras lo que compras?
Algunas compras son por necesidad, como la pasta de dientes. Otras veces es por conveniencia. A veces buscamos el mejor valor al mejor precio. Pero muchas de las razones detrás de nuestras compras van más allá del precio, la comodidad, la necesidad o las leyes de oferta y demanda.
El valor de los valores
Hablemos de los valores a la hora de comprar. No del valor monetario, sino de los valores personales. Cuando compras algo a veces estás demostrando tus valores. Cuando una persona compra fruta orgánica, demuestra su compromiso con su salud y la del medio ambiente. Cuando se compra fruta del huerto local en vez de naranjas de Sudáfrica, se muestra apoyo hacia la agricultura española. Cada vez hay más consumidores responsables que basan sus elecciones de consumo en un sistema de valores comprometido con la ética.
Lo local sale más caro
Muchos consumidores saben que comprar local está bien. Prefieren apoyar al vecino y al productor local. Puede que hasta estén dispuestos a pagar precios más altos por un producto parecido si creen que trae beneficios (de sabor, calidad o simplemente el orgullo de apoyar al productor local).
¿Pero qué pasa cuando los negocios se aprovechan de estas etiquetas de un modo poco ético? Existen acreditaciones y etiquetas oficiales que anuncian una empresa como artesana, pero el consumidor no necesita tanto. Es muy fácil insinuar de una manera muy obvia al consumidor de que están comprando un objeto con una producción limitada, artesanal y local con palabras como “hecho en España” “sostenible” etc. Sin embargo, eso no garantiza que los productos no hayan sido importados.
Estos negocios se aprovechan del consumidor dispuesto a pagar un poco más para apoyar un producto sostenible y el artesano español. Es más, engañan. Es posible que el consumidor ni siquiera hubiera comprado un producto sabiendo su procedencia. No es tomar la decisión de comprar un producto artesano, es calcular cuanto uno está dispuesto a pagar por un producto. No se paga el mismo precio para un producto de SheIn o AliExpress que algo que apoyaría a un artesano de España.
La PeSeta
Tengo una tienda fetiche en Madrid para comprar bisutería: La PeSeta. Sus pendientes oscilan entre los 10 y 35 euros. Durante los últimos años, fácilmente habré gastado más de 200 euros en sus tiendas (5 sucursales en Madrid), tanto en regalos como en caprichos para mí.
No era la primera vez que buscaba información sobre la procedencia de los pendientes que compraba. Había buscado la marca puesta en los pendientes (Océano) y no encontré nada acerca de su origen ni las artistas detrás de la marca.
Cuando una amiga me dijo que le encantaban unos pendientes que llevaba, me puse en contacto con la tienda para ver si tenía más en stock. Me dijeron que no. Cuando mencioné que no podía encontrar nada sobre la marca en internet (con la esperanza de contactar con ellos directamente), el empleado mencionó que la “marca” Océano era en realidad el nombre que La PeSeta pone por defecto en todos los productos importados.
"¿Importados? Me quedé en shock."
Me quedé en shock. Usé la función de búsqueda por imagen de Google con una foto de mis pendientes y, ¡zas!: allí estaban a la venta en SheIn, en AliExpress; todas las páginas que no había usado nunca para evitar los productos de moda rápida y desechables.
No era solo descubrir que los pendientes “artesanos” que había estado comprando durante años venían de China. Era ver el precio al que los vendían. En vez de 30 euros, 1 euro con poco. En vez de 35 euros, 3,50 euros. No hace falta ser matemático para saber que esos precios son entre 10 y 30 veces menos que lo que había pagado yo en La PeSeta. Supongo que es posible que AliExpress y SheIn encontraron la obra de un diseñador artesano español y la copiaron, pero ya tenemos la confirmación de la propia tienda La PeSeta que estos productos son importados.
Entiendo que hay que sacar beneficio, pero una cosa es vender pendientes a un precio más alto y otra cosa es “ir de” algo. Ir de artesano, local o “Hecho en España” y que una gran cantidad de tus productos estén hechos en China crea una nebulosidad donde es muy fácil un engaño muy ventajoso. Aunque no sea ilegal usar el término “Hecho en España” para vender ropa diseñada en España y fabricada en otros países, me parece un engaño intencionado al consumidor, y no soy la única. A una conocida mía le pasó lo mismo. Compró una prenda “Hecha en España” y al llegar a casa descubrió que era 100% Made in RPC (República Popular de China).
"Un popurrí de artesanía e importación"
La PeSeta tiene algunas piezas de artesanía, como las de María Torné, que es una ceramista que crea joyería original en porcelana, pero las expone al lado de piezas importadas. Vender piezas importadas al lado de piezas de artesanía no solo destaca la diferencia de precio, sino que también hace que perdamos la idea de cuánto debería realmente valer una pieza hecha por un artesano local.
No sé qué porcentaje de todos los productos de la tienda son “hechos en España” o “sostenible” (según el criterio de la propia tienda), pero por la cantidad de pendientes Océano que había, “Hecho en España” no es la norma.
No es lo mismo fabricar pendientes en un país casi sin derechos laborales que el trabajo de una sola persona intentando sostener económicamente un emprendimiento creativo en España.
No sabemos de dónde vienen los pendientes Océano a la venta en las sucursales de La PeSeta. A lo mejor son la obra de una artesana China que vende su trabajo por SheIn y AliExpress. A lo mejor las fábricas que los producen en masa venden también por internet. ¿Quién sabe? Solo sé una cosa: que esos pendientes “Hechos en España" precisamente no están.
LA IMPORTANCIA DE LA ARTESANÍA: VALORANDO LO HECHO A MANO
Por Laura B.R.
En un mundo cada vez más globalizado y dominado por la producción en masa, donde la velocidad y la eficiencia a menudo prevalecen sobre la calidad y la singularidad, la artesanía y los objetos hechos a mano están recobrando una importancia significativa. Estos productos no solo son artículos funcionales o decorativos, sino que representan la creatividad, la tradición y la conexión personal entre el creador y su obra. Es esencial aprender a valorar estos objetos, ya que nos ofrecen mucho más de lo que parece a simple vista.
La artesanía es un reflejo de la cultura y la identidad de un pueblo. Cada pieza elaborada a mano lleva consigo una historia, un legado que ha sido transmitido de generación en generación. Ya sea una cerámica pintada a mano, un tejido bordado o un mueble tallado, cada objeto es el resultado de habilidades y conocimientos que han sido perfeccionados a lo largo del tiempo. Estos productos son el resultado del trabajo y la dedicación de los artesanos, quienes dedican horas a perfeccionar su técnica y a crear algo único. Al adquirir una pieza hecha a mano, no solo estamos comprando un objeto; estamos llevando a casa una parte de la historia y la cultura de un lugar. Por ejemplo, una alfombra tejida por una comunidad indígena no solo es un hermoso adorno, sino que también puede contar la historia de sus costumbres, su entorno y su visión del mundo. Esta conexión emocional enriquece nuestra experiencia como consumidores y nos invita a reflexionar sobre el impacto que nuestras decisiones de compra tienen en las comunidades que producen estos objetos.
Una de las características más destacadas de los productos artesanales es su calidad. A diferencia de los artículos fabricados en serie, que a menudo son producidos con materiales baratos y sin atención al detalle, los objetos hechos a mano suelen ser elaborados con esmero, utilizando materiales de mayor calidad. Cada pieza es única, con características que la distinguen de cualquier otra, lo que aporta un valor adicional. Los pequeños detalles, las imperfecciones y las variaciones en el acabado son lo que hacen que cada objeto sea especial. Un jarrón hecho a mano puede presentar pequeñas irregularidades que reflejan el proceso de su creación, recordándonos que lo humano es imperfecto y bello a la vez. Esta singularidad convierte a cada objeto en una pieza que puede ser valorada no solo por su funcionalidad, sino también por su estética y la historia que representa.
También influye en la economía local, apoyar la artesanía local tiene un impacto positivo en las economías de las comunidades. Al comprar productos hechos a mano, estamos contribuyendo directamente a que los artesanos puedan ganarse la vida haciendo lo que aman. Esto, a su vez, ayuda a preservar técnicas y tradiciones que de otro modo podrían perderse en un mundo cada vez más homogéneo. Las pequeñas empresas y los talleres de artesanía suelen ser la columna vertebral de muchas comunidades. Fomentan el empleo local, mantienen vivas las tradiciones culturales y promueven la sostenibilidad. En lugar de enriquecer a grandes corporaciones, elegir lo hecho a mano significa reinvertir en nuestra comunidad, creando un ciclo de apoyo que beneficia a todos.
En una era donde la producción masiva tiende a prevalecer, la elección de objetos artesanales puede verse como un acto de resistencia. Al optar por lo hecho a mano, estamos rechazando la uniformidad que a menudo imponen las grandes marcas y afirmando nuestra individualidad. Cada vez que elegimos un objeto artesanal, estamos eligiendo calidad, autenticidad y un enfoque más consciente hacia el consumo. Esto también se traduce en un estilo de vida más sostenible. Los productos elaborados de forma artesanal suelen ser duraderos y atemporales, a diferencia de las tendencias rápidas que caracterizan a la moda y el diseño contemporáneo. Al invertir en objetos de calidad que han sido hechos para durar, estamos reduciendo nuestra dependencia de los productos desechables y promoviendo una relación más saludable con lo que consumimos.
Además de ser consumidores de artesanía, involucrarse en el proceso de creación puede ser igualmente gratificante. Muchos talleres ofrecen clases y experiencias donde las personas pueden aprender a hacer sus propios objetos, ya sea cerámica, tejido o carpintería. Estas actividades no solo son una excelente manera de desconectar de la rutina diaria, sino que también permiten a las personas experimentar la satisfacción de crear algo con sus propias manos. Al aprender y experimentar en un taller, las personas desarrollan una mayor apreciación por el trabajo artesanal. Comprenden la dedicación y el tiempo que se invierte en cada pieza, lo que les lleva a valorar más los objetos que adquieren. Esta conexión directa con el proceso creativo también fomenta un sentido de comunidad, donde las personas pueden compartir sus experiencias y aprender unas de otras.
Valorar la artesanía y los objetos hechos a mano significa reconocer la historia, el esfuerzo y la creatividad que hay detrás de cada pieza. Nos invita a ser consumidores más conscientes, a tomar decisiones que no solo beneficien nuestras necesidades personales, sino que también tengan un impacto positivo en el mundo que nos rodea. Al elegir lo hecho a mano, estamos eligiendo apoyar a comunidades, preservar tradiciones y fomentar un entorno más sostenible.
En un mundo que a menudo parece deshumanizado y dominado por lo efímero, la artesanía nos recuerda la belleza de lo individual y lo auténtico. Nos invita a apreciar el trabajo humano, a valorar la calidad sobre la cantidad y a conectar con nuestras raíces culturales. La próxima vez que pienses en hacer una compra, considera optar por un objeto hecho a mano. No solo estarás adquiriendo algo especial, sino que también estarás apoyando una forma de vida que merece ser preservada y celebrada.
SOBRE EL SENTIDO ÉTICO Y SIMBÓLICO
DEL TRABAJO ARTESANO
por Amanda Peña
“Canta, Musa de voz clara, a Hefesto, célebre por su talento, el que, con Atenea, enseñó espléndidos oficios a los hombres sobre la tierra, hombres que antes habitaban en grutas en los montes como fieras”.
Himno Homérico XX.
Así hablaron los clásicos sobre Hefesto, dios del fuego, de la forja y de los artesanos, quien enseñó los oficios al hombre para alejarlo de las fieras, unos hombres que habían sido modelados por el titán Prometeo a partir de agua y tierra y que recuerda, según el génesis bíblico, a cómo Dios se sirvió del barro para dar vida al ser humano. Pero el mito de creación no solo fue explicado a través del barro en occidente, muchas fueron las culturas que se sirvieron de él para tales relatos. En Babilonia, Marduk, amasó la sangre y la tierra para generar una arcilla roja con la que formó al primer hombre. En Egipto, Khnum, dios alfarero, haría lo mismo con el lodo del río Nilo, y de igual forma actuó Nüwa, en la mitología china, con el barro del río Amarillo. También en América ciertos pueblos precolombinos encontraron en el trabajo del barro una forma de creación capaz de explicar el mayor de los misterios.
Esta fascinación que debió despertar el acto de crear, explica en gran medida toda una serie de valores asociados a la figura del artesano, figura que se describe, todavía hoy, a partir de un ideal de templanza, sosiego y serenidad, y que representa, a través de su labor y trabajo, una práctica honesta, comprometida y anónima. Fue así como el cristianismo primitivo encontró, en la dignidad asociada al artesano, un reflejo de los valores y virtudes que proyectaba la propia figura de Cristo. En palabras de Sennet “que Cristo fuera hijo de un carpintero era un hecho de gran relevancia tanto para los teólogos como los laicos, pues los humildes orígenes de Dios enviaban una señal acerca de la universalidad de su mensaje”. Una representación paradigmática de este hecho la podemos encontrar en el famoso cuadro prerrafaelita Cristo en casa de sus padres, de John Everett Millais, una polémica representación de la sagrada familia que el mismo Charles Dickens tachó de blasfemo. En el cuadro podemos contemplar una íntima escena familiar dentro de un taller de carpintería. En él observamos cómo San José, ocupado en sus labores, revisa la mano de su hijo, que parece haberse clavado una astilla, gesto que presagia su futura crucifixión. Arrodillada se encuentra su madre, la virgen María.
La elección de la escena, para nada fortuita, entronca claramente con la visión y valores asociados a la hermandad prerrafaelita, de la que Millais fue miembro fundador, y cuyos intereses se encontraban estrechamente ligados al movimiento Arts and Crafts, el cual abogaba por una revalorización de la artesanía y de los oficios frente a la incipiente industrialización. William Morris, para quien la artesanía fue una unión entre habilidad, trabajo armonioso y comunidad, encontraba en un sistema de producción alternativo basado en la práctica de los oficios, la solución a muchos de los problemas que la sociedad industrial estaba generando. En sus palabras: “debo concluir que la esperanza de llevar una vida ennoblecida por un ejercicio placentero de nuestras energías no ha muerto, aunque lo hayamos olvidado por un tiempo.”
CERÁMICA
LA CERÁMICA QUE ATRAE A LOS MILLENNIAL
Por Sara Sáez
Puede que tras la pandemia se haya buscado un hobby o profesión slow y que conecte más con la naturaleza pero, la verdad es que los espacios para aprender cerámica han crecido como la espuma. Gracias a esta interesante oferta y a las múltiples beneficios (es relajante, potencia la creatividad…), la cerámica se ha convertido en un auténtico boom que no sólo hace valorar mucho más la artesanía sino que también, crea comunidad.
barro -así, en minúscula-, es de los últimos espacios en abrir -septiembre de 2023- y se ha convertido en uno de los epicentros creativos de Malasaña. El proyecto nació de la mano de la artista y comisaria Jimena Guajardo y es la encargada de dar las clases de modelado. Junto a ella, la artista el ilustradora Elisabeth Karin encargada de impartir las clases de torno. “Quería crear un espacio en el que se diera acceso a la cerámica de una forma didáctica y acompañada pero enfocada en la libertad creativa y en los intereses de cada persona, y también crear un espacio de estudio para artistas de cerámica”.
No hace falta tener conocimientos previos. “Puedes empezar desde cero ya sea en el torno o en modelado. Cada persona tiene intereses diferentes”. También programan sesiones para niños y nocturnas, para aquellos grupos de amigos que quieren divertirse de manera creativa. “A la gente le encanta y se sorprenden con lo accesible que es la cerámica. Muchas personas llegan diciendo ‘yo no sé nada’ o que son muy malas para las cosas manuales pero en tres semanas, se están bebiendo su café en la taza que hicieron esa noche entre cervezas, vinos y amigos”.
Las clases están pensadas para que el aprendizaje sea continuo. “Las personas traen ideas e inspiración y vamos acompañándoles técnicamente para lograrlas”. Incluso ofrecen la modalidad de coworking, para los ceramistas ya avanzados que quieren hacer alguna pieza puntual ya sea para uso personal o para vender o exponer. “Es de horario flexible y acceso completo a los materiales del taller. Vienen artistas que tienen que hacer obra para exponer o productos de diseño para vender, o personas que tienen los conocimientos ya adquiridos y la cerámica es su hobby”.
En el local cuentan con una pequeña tienda donde venden piezas de artistas jóvenes y emergentes y han servido de espacio expositivo para diversos proyectos creativos. “Para mí es importante que barro sea un punto de encuentro en el que converjan diferentes tipos de públicos, ya sea que ven la cerámica con curiosidad para un día, como un hobby, como terapia o como su práctica artística”.
barro. Calle Jesús del Valle, 28. Madrid. Tel. 665 70 97 92
Eloïse y Alex son las artífices de este interesante proyecto aunque en ocasiones, cuentan con la ayuda de Marciel. “Es un poco como nuestro abuelo, nuestro maestro de artesanía, Marcel es un señor que tiene unos 70 años y cuenta con el premio de Mejor Artesano de Francia. El trabaja con nosotros como maestro que quiere pasar todo su conocimiento a nosotras”.
Ambas se conocieron en clases de cerámica. “Alex era mi profe, y conectamos muy rápido. Fue después de la pandemia y las dos estábamos tristes y perdidas sobre qué era la vida y dijimos ‘ok, hacemos algo juntas’. Mi formación era sobre sostenibilidad, materiales y demás, y Alex, diseñadora gráfica y ceramista. La idea era mezclar estos conocimientos y así nació Volupte”. En su estudio, capaz de realizar proyectos grandes, han creado vajillas para restaurantes como por ejemplo, 'Tramo'.
“Este proyecto ha sido muy interesante -asegura Eloïse- porque hemos hecho la vajilla utilizando con los escombros de sus obras. Lo mejor del proceso fue la investigación previa de cómo convertir un material que iba a acabar en la basura, en un material con valor”. Su apuesta va principalmente en ese camino. “La búsqueda de materiales. Cómo podemos utilizar esa tierra que viene del desierto, de un río o a partir de conchas del mar, cómo podemos utilizar cosas así en la práctica”.
En Volupte se puede aprender tanto cerámica con torno como modelado. “Al final es aprendizaje -comenta la ceramista-. El torno es otro tipo de metodología pero un principiante puede empezar por él, no pasa nada”. Eso sí, no hay alumno que no se divierta con un proceso más que con otro. “Creo que los alumnos disfrutan en todas las etapas igual porque… ¡Cambia tanto! cuando sale de los hornos! Y para ser sincera, también hay mucha decepción porque siempre hay un proceso químico detrás de los esmaltes y, si no tenías experiencia previa, nunca va a salir como has pensado entonces siempre hay muchas sorpresas. Y esto es lo que más me gusta de trabajar con materiales naturales y hacer tus propios esmaltes porque al final, no vas a estar tan decepcionada porque no tenías una idea preconcebida de cómo va a ser”.
Eso sí, tienen muy presente que no quieren ser un espacio para pasarlo bien un rato. “Tener estudiantes que quieren venir para tener una experiencia de una noche y después se van, pues eso no porque no hay mucho donde aprender -asegura Eloïse-. Lo que me parece muy bonito de nuestro estudio es que tenemos estudiantes que de verdad quieren estar ahí y un año dando clases y luego se van a convertir en coworkers. Queremos construir comunidad y con la comunidad aprendemos y experimentamos juntos”.
Además, el proceso de hacer cerámica es muy relajante. “Puedes estar inmerso en tu mundo, haciendo tu pieza, pero al mismo tiempo hay movimiento alrededor tuyo con gente hablando y música sonando… Ese me parece como el único momento donde puedes tener las dos cosas a la vez, puedes estar en tu mundo pero también disfrutando del ambiente que te rodea”.
Volupte. Calle Amaniel, 28. Madrid.
Dentro de poco, no habrá barrio en Madrid que tenga un espacio donde aprender cerámica. La demanda es alta y Chema, de Ceramicarte, expone el motivo: “Quizás haya sido la pandemia, pero creemos que actualmente existe una mayor tendencia del ser humano a reconectar con su pasado, con las experiencias vividas, y ahí la cerámica juega un papel muy importante”.
El proyecto nace en 2022 en el barrio de La Latina. “Irene (mi pareja) llevaba dos años como alumna en un taller de cerámica y me metió el gusanillo en el cuerpo. Yo vengo del mundo del marketing, e Irene de los recursos humanos, por lo que ninguno de los dos éramos ‘ceramistas de formación’ y eso nos tiraba para atrás, pero el destino puso en nuestro camino a Alessandra, la tercera pata de Ceramicarte. En diciembre de ese mismo año, Ceramicarte abría sus puertas y no podemos estar más orgullosos de lo conseguido en este tiempo”.
Sus clases, de modelado y torno, se imparten en turnos de mañana o tarde, de dos horas semanales y en ellos utilizan principalmente arcilla de baja temperatura aunque también disponen de otras materias como arcilla roja, negra y otras con chamota, un material granular que tiene más textura. En Ceramicarte señalan que es importante mantener una continuidad. “La cerámica es como ir en bicicleta, no se olvida, pero es necesario tener relativa constancia para poder asentar los conocimientos y desarrollarse creativamente”.
Eso sí, recomiendan a los principiantes empezar con el modelado para posteriormente iniciarse en otras técnicas más complejas, como el torno. “El modelado te conecta con tus orígenes, donde te manchas las manos y comienzas a dar forma a una primera idea”. Otra de las etapas que fascina a los alumnos es la artística, “el momento de jugar con los esmaltes, las arcillas de colores, las formas… para darle a la pieza ese toque íntimo y personal”. Después de adquirir las nociones básicas, el alumno puede seguir formándose porque “la cerámica, como la imaginación, no tiene límites”.
Hay personas que se acercan a su taller para relajarse, divertirse e incluso, dedicarse a ello profesionalmente y que incluso, puedan autofinanciarse los cursos gracias a su e-commerce donde sus alumnos vendan sus piezas. “Nacimos con la voluntad de poder acercar la cerámica a todo tipo de personas, y por eso hacemos y haremos todo lo posible para intentar que la parte económica no sea una barrera para nuestros alumnos. De ahí surgió la idea de la plataforma de autofinanciación. Además, creemos que es un escaparate para ellos de tal manera que puedan valorar su propio talento”.
Ceramicarte. Calle de la Paloma, 5. Tel. 619935120 y 686639982.
En 2016, Déborah Abizanda abrió D’A Ceramics y en este tiempo, se ha convertido en uno de los talleres de cerámica de autor de referencia en Madrid. Desde entonces hasta ahora el panorama se ha transformado. “¡Ha habido unos cuantos cambios! -cuenta Déborah-. Creo que el encierro durante la pandemia ha acelerado una tendencia que ya estaba en proceso ascendente, en relación al interés por los trabajos manuales y artesanales. Con la cerámica el boom está siendo increíble. No sólo se debe al interés por lo manual. Creo que hay una pequeña dicotomía. Desde el encierro vivimos más ‘conectados’ aún si cabe de lo que estábamos, y al mismo tiempo necesitamos experiencias tangibles y reales. Es un efecto ‘rebote’. Por otro lado, mi teoría en relación a la cerámica es que es una disciplina muy visual y eso en las redes, es un gran gancho. Sin embargo de lo que se ve a lo que implica hacerlo, hay un gran camino de aprendizaje y destreza”.
En sus clases de cerámica se trabaja técnicas de construcción y decoración (incluido el torno) y, una vez que el alumno adquiere conocimientos, es guiado para desarrollar sus propios proyectos. Más que por aprender, Déborah apunta que una de las razones por las que la gente se apunta es por vivir experiencias. “También el hecho de desarrollar destrezas personales, sentirnos capaces de hacer algo con nosotros como única ‘herramienta’, creo que es uno de los mayores atractivos. Hay algo de moda también, no nos vamos a engañar”. Eso sí, Déborah apunta que la cerámica es una disciplina artística que requiere de paciencia.
“Es una disciplina compleja cuyos resultados se ven con el tiempo. Sólo tenemos que pensar en el tiempo que conlleva realizar una primera pieza, que tarda en secar tal vez entre tres y siete días, que tiene que ser cocida dos veces, y cada cocción tarda entre 24 y 36 horas… Un cuadro, un bordado, una escultura de escayola, puede ser terminado en un día, si se quiere y se decide así. Con la cerámica los tiempos no los marcas tú, los marca el material. Y eso es lo maravilloso de ella. Es materia pura, y hay que aprender a ‘acompañarla’. Asimismo hay mucho dominio de la técnica, como es el caso del torno, y eso es echarle horas, no hay secretos”.
En sus clases trabajan con diverso tipos de tierras. “Pastas de alta y baja temperatura según el proyecto que vayamos a enseñar o que el alumno quiera abordar. Mas específicamente, utilizamos dos tipos de lozas, blanca y roja, dos greses, un barro refractario y barro Buño, de Galicia, que nos gusta mucho”. Es el contacto con el barro lo que más les apasiona. “Hay barros con chamota, que son arenosos, y dan mucho gusto al tocarlos. Yo lo que siento con los alumnos nuevos, que no han hecho cerámica anteriormente es que ‘desaparecen’ en su primera clase. En el buen sentido. Hay algo que les ‘atrapa’, pasa el tiempo como si nada. Porque la cerámica es muy seductora. Hay veces que lo que sale del horno les apasiona y otras, no. “Las expectativas siempre están en juego -puntualiza Déborah-. Pero a medida que cogen experiencia, lo hacen mejor, o bien aceptan lo que sale y que no esperaban. Porque si algo hay que enseñar (y aprender) del oficio cerámico, es que siempre hay un porcentaje del trabajo que se escapa al control que incluso no depende de ti. Como la vida misma, en definitiva”.
Lamentablemente, aunque el interés por aprender cerámica es algo creciente, no ocurre lo mismo con los compradores de artesanía. “Creo que en España está habiendo cierto cambio en el valor que se da nuestros trabajos. Se están realizando acciones para promover el valor de lo hecho a mano, de la artesanía, e incluso de la artesanía de lujo, a caballo entre la pieza artística y artesana, que quizás en donde precisamente me encuentro yo. Asociaciones como Fundesarte y Somos Saco están haciendo un gran trabajo reflexionando y poniendo las bases de lo que puede ser alta artesanía. Aún así, creo fervientemente que la enseñanza del medio cerámico, de manera continua y comprometida, hace que las personas que son alumnos valoren mucho más una pieza de cerámica que lo que podían hacerlo antes de conocer sus procesos”.
Cuando Déborah abrió su tienda y con sólo un mes de vida, mucha gente le preguntaba si daba clases. Ver sus piezas sirvió de motivación a mucha gente interesada en aprender. “Debería de ser sostenible también económicamente, que la gente se dedique a su creación, en exclusiva. Y vender, y vivir de ello. Para mí es uno de los objetivos constantes, y resulta complicado. Considero que todo puede tener cabida, sabemos que en un mundo globalizado, así es. Aunque quizás me identifico menos con los formatos que sólo realizan de talleres rápidos porque se alejan de la esencia del medio. Si algo hizo que me dedicara a la cerámica ha sido precisamente esto, alejarme de aquellas cosas que el mundo globalizado nos impone y que no me gustan. Así que, si algo te lleva a dedicar tiempo, a pararse, a mirar a tu alrededor, a sentir, reflexionar, es bueno incorporarlo en tu vida. La cerámica puede ser un ‘faro’, lo es para mí. Como lo es la creación, en general”.
D’A Ceramics. Calle Doctor Fourquet, 35. Madrid. Tel. 652936237
La madre de Andrea Menéndez estudió cerámica y durante un tiempo, tuvo un taller en casa. “Recuerdo que cuando acababa los deberes me escapaba para ver lo que estaba haciendo y pedirle que me dejara un trozo de barro para trabajar con las manos. Creo que de esas primeras experiencias surge mi vocación por los trabajos manuales. Cuando acabé el instituto, lo que comenzó siendo un juego se convirtió en una pasión y me matriculé en la Escuela de Arte Francisco Alcántara. Allí aprendí buena parte de lo que sé, que completé con el trabajo en un par de talleres antes de dar el salto definitivo de crear, en 2021, mi propio proyecto, Doro”.
En este taller se pueden hacer cursos mensuales y de fin de semana. “En ambas disciplinas enseñamos desde cero o nos adaptamos al nivel previo con el que llega el alumno. Las clases son personalizadas y los grupos reducidos, lo que nos permite dedicarnos a cada persona según sus necesidades. Los alumnos de modelado aprenden diferentes técnicas de construcción: pellizco, planchas y churros, y les guiamos para que den forma al proyecto que tengan en mente. También les enseñamos diversas técnicas decorativas para que encuentren el acabado que quieran dar a sus piezas. El proceso de las clases de torno es similar, y aprenden desde cómo centrar la pella hasta crear una pieza. De las cocciones nos encargamos en el taller, pero también estamos encantados de explicarles el proceso a los alumnos más curiosos”.
Después de asimilar los conocimientos básicos, los alumnos pueden ir adquiriendo conocimientos e ir perfeccionado sus técnicas. “Programamos cursos monográficos específicos de técnicas concretas o clases especiales con otras arcillas y materiales. Si al final de todo este aprendizaje la cerámica les ha hechizado y quieren dedicarse a este oficio de manera profesional, les recomendamos que se matriculen en la la Escuela de Arte Francisco Alcántara o en la Escuela de Cerámica de la Moncloa”.
Andrea es consciente del gran interés que suscita la cerámica hoy en día y tiene su teoría sobre el motivo. “Cuando empecé a estudiar cerámica la gente no sabía muy bien lo que hacía y ahora, hasta la cantante Rosalía ha aparecido por las redes sociales haciendo algo de cerámica. Tengo la impresión de que después de la pandemia, que nos obligó a estar encerrados en casa, y el teletrabajo, que ha encerrado nuestra vida en una pantalla y transformado las relaciones personales, la gente tiene la necesidad de salir de casa y encontrarse con los demás a través de una actividad manual, sin tecnologías de por medio, como la cerámica, la costura o la pintura. Las personas somos seres sociales, manuales, y en mis talleres se combinan a la perfección el placer de crear con las manos y de socializar con otras personas”.
Sin duda, la cerámica está de moda y aunque el número de alumnos crece en su taller, asegura que la mayoría lo hace por hobby. “Por un lado está la satisfacción que produce ver cómo la idea que tenías en la cabeza adquiere forma, se puede tocar y disfrutar, y, por otro, estamos ante un proceso creativo que engancha. Mientras modelamos ponemos distancia con el ritmo de vida tan acelerado que llevamos, y el hecho de trabajar con las manos nos ayuda a tomar constancia de nuestro propio ser. Por último, el proceso creativo exige paciencia, que es el antídoto perfecto contra la ansiedad y estrés”.
Y aunque la gente está apartando a un lado las pantallas y a valorar más lo hecho con las manos, aún falta mucho para dar a la artesanía el puesto que se merece. “Cada día hay más información sobre los procesos creativos pero tengo la impresión de que, pese a ello, sigue siendo reticente a pagar por ello. Hay marcas comerciales muy conocidas que se han sumado a la moda de la artesanía con colecciones fabricadas de manera industrial que venden como si estuvieran hechas a mano. Desgraciadamente, los artesanos no podemos competir con estas firmas. Nuestras creaciones son únicas, y eso no se valora aún como debiera”.
En Taller Doro también realizan trabajos personalizados. Gente que busca tener algo único en casa realizado de manera artesanal pero lo deseable es que existieran tiendas o ferias (como la de Cerámica de Zamora) donde la gente pudiera acercarse a comprar cerámica de autor. “La cerámica está cogiendo mucha fuerza y espero que en pocos años podamos disfrutar de más tiendas, galerías y exposiciones con trabajos de cerámica”. Si la afición sigue creciendo así sería el siguiente paso, sin duda.
Taller Doro. Martín de los Heros, 71. Madrid. Tel 618148008.
LA CERÁMICA COMO MEDIO ARTÍSTICO CONTEMPORÁNEO
por Noelia Amaro Ray
La artista Zizipho Poswa. Fuente: "Zizipho Poswa: uBuhle boKhokho" Lifestyling (25 de noviembre de 2022).
La cerámica ha experimentado un renacimiento como medio artístico en las últimas décadas, atrayendo a numerosos artistas contemporáneos que han explorado y adoptado este material versátil como un nuevo soporte para su expresión creativa. Estos son algunos de los motivos del por qué la cerámica se ha convertido en un medio atractivo para los artistas actuales:
Su versatilidad creativa: Tiene una gran capacidad para ser moldeada y transformada en una amplia variedad de formas y estilos artísticos.
El trabajo con las texturas y formas: La cerámica permite una amplia gama de texturas y formas, desde lo suave y orgánico hasta lo angular y abstracto.
La exploración de superficies: Los ceramistas pueden experimentar con esmaltes, engobes y técnicas de decoración para crear superficies complejas y visualmente interesantes.
Escultura y funcionalidad: La cerámica puede ser tanto funcional como puramente escultórica, lo que ofrece a los artistas diversas posibilidades creativas.
Historia y Tradición: Tiene una rica historia cultural en todo el mundo, lo que proporciona una fuente de inspiración para los artistas que desean conectarse con tradiciones ancestrales y técnicas antiguas.
Las posibilidades de experimentación técnica: Los avances tecnológicos han permitido a los ceramistas explorar nuevas técnicas, desde la impresión 3D hasta la cerámica digital, ampliando las posibilidades creativas.
La ruptura de barreras entre arte y oficio: La línea entre el arte y la artesanía se ha vuelto cada vez más borrosa en el mundo del arte contemporáneo. La cerámica, al ser una forma de arte y artesanía, desafía estas distinciones, permitiendo a los artistas jugar con esta dualidad.
Las oportunidades de establecer colaboraciones con otras disciplinas: La cerámica se presta a colaboraciones interdisciplinarias, donde artistas, ceramistas y expertos en otras disciplinas trabajan juntos para crear obras innovadoras y únicas. En ese sentido, la cerámica contemporánea a menudo cruza fronteras con la fotografía, la performance y el videoarte, desafiando las categorías tradicionales del arte.
La exploración de conceptos y narrativas: Los artistas contemporáneos utilizan la cerámica para explorar una variedad de conceptos, desde cuestiones sociales y políticas hasta la identidad cultural y la memoria histórica. La cerámica se convierte en un lenguaje visual para contar historias y transmitir significados profundos.
La técnica y el proceso: La cerámica ofrece un enfoque táctil y a menudo meditativo que contrasta con el ritmo rápido de la vida moderna. Los artistas valoran el proceso lento y la naturaleza a menudo impredecible del fuego y el esmalte.
Las instalaciones y presentaciones: Algunos artistas crean instalaciones inmersivas que incluyen elementos de cerámica, invitando a los espectadores a experimentar el arte de una manera más física y espacial.
Esta diversidad de enfoques y posibilidades ha llevado a un resurgimiento significativo del interés en la cerámica como un medio artístico contemporáneo. Los artistas actuales están redefiniendo y ampliando los límites de lo que se puede lograr con este antiguo material, y como resultado, se está viendo una explosión creativa en el mundo de la cerámica contemporánea que es, a su vez, un reflejo de una tendencia más amplia en el arte contemporáneo centrada en la revalorización de los materiales y técnicas tradicionales así como en la exploración de las posibilidades expresivas.
Muchos artistas contemporáneos han estado experimentando con la cerámica, fusionando tradición y modernidad para crear obras innovadoras y emocionantes. Aquí hay algunos ejemplos de artistas nacionales e internacionales que han incursionado en el mundo de la cerámica.
Ai Weiwei: Conocido por su trabajo provocador y políticamente cargado, Ai Weiwei ha utilizado la cerámica en sus instalaciones artísticas, fusionando la tradición cerámica china con mensajes contemporáneos.
Grayson Perry: Un artista británico conocido por sus cerámicas ornamentales y coloridas que exploran temas de identidad, clase y género. Ganó el premio Turner en 2003 y a menudo utiliza la cerámica como medio para abordar cuestiones sociales y culturales.
Kathy Butterly: Una escultora cerámica estadounidense que crea obras abstractas y coloridas que desafían las convenciones tradicionales de la cerámica. Su trabajo ha sido exhibido en galerías y museos de todo el mundo.
Bouke de Vries: Un artista neerlandés que trabaja con cerámica rota y fragmentos de porcelana para crear esculturas contemporáneas. Su enfoque único transforma objetos cerámicos dañados en obras de arte nuevas y sorprendentes.
Jessica Stoller: Una ceramista estadounidense cuyas obras combinan la belleza clásica con elementos grotescos y surrealistas. Sus esculturas cerámicas exploran temas de feminidad, cuerpo y poder a través de una lente surrealista.
Claire Curneen: Una escultora cerámica británica que crea obras figurativas delicadas y emocionales. Sus piezas evocan una sensación de vulnerabilidad y exploran temas de conexión humana y espiritualidad.
Betty Woodman: Fue una de las figuras principales en la introducción de la cerámica en el campo del arte contemporáneo. Sus obras a menudo juegan con la idea del espacio y la pintura, yuxtaponiendo formas y colores.
Zizipho Poswa: Es una ceramista sudafricana que destaca por fusionar tradiciones africanas y contemporáneas en esculturas de cerámica expresivas, que exploran la feminidad y la identidad cultural con formas orgánicas y colores vibrantes.
Simone Leigh: Su obra aborda temas de la diáspora africana y explora la experiencia y el cuerpo de la mujer negra. Leigh utiliza la cerámica para crear impresionantes esculturas que a menudo incorporan elementos de la historia africana y de la diáspora.
Miquel Barceló: Aunque es conocido principalmente por su pintura, Barceló ha experimentado con la cerámica y ha creado obras que reflejan su interés por las texturas y los procesos naturales.
Xavier Toubes: Un artista que explora ideas de identidad y memoria a través de formas cerámicas que a menudo parecen estar en proceso de descomposición o transformación.
Eduardo Chillida: Famoso por sus esculturas en hierro y piedra, Chillida también trabajó con la cerámica y creó obras que reflejan su interés por la forma y el espacio.
Pepa Reverter: Una diseñadora y artista que crea piezas cerámicas con una fuerte identidad visual, sus obras son a menudo coloridas y con influencias de la arquitectura y el diseño.
Estos son solo algunos ejemplos de artistas contemporáneos que han estado experimentando con la cerámica de maneras innovadoras. Su trabajo refleja la diversidad y la creatividad en el mundo de la cerámica contemporánea.
SOSTENIBILIDAD EN LOS ESTUDIOS CERÁMICOS. RESTAURACIÓN Y RECICLAJE
por Santiago González Gómez
La sostenibilidad en los productos cerámicos tiene muchas vertientes. Si nos planteáramos "¿Qué atributos posee la cerámica relacionados con la sostenibilidad?", nos vendrían a la cabeza algunos de los siguientes:
Durabilidad. Baldosas, ladrillos, tejas, entre otros materiales poseen una larga vida útil gracias a su lento deterioro.
Bajo mantenimiento. Gracias a su lento deterioro requieren menos mantenimiento en comparación con otros materiales.
Eficiencia energética. Los productos cerámicos tienen gran inercia térmica, es decir que almacenan el calor liberándolo cuando va bajando la temperatura.
Reciclabilidad. Muchos productos cerámicos pueden ser reciclados al final de su vida útil, lo que reduce la cantidad de desechos enviados a vertederos.
Sin embargo, cabría señalar que la cerámica puede ser considerado un material sostenible siempre y cuando la ética y la responsabilidad impregnen su proceso de fabricación y su uso, que reflejamos a continuación:
Extracción de materias primas ➡️ 1ªMolienda ➡️Transporte a industria ➡️ 2ª Molienda ➡️Fabricación ➡️ Distribución ➡️Uso ➡️Reciclaje, reutilización, plantas de residuos
Con esta inspiración, desde hace años España lideran varios proyectos dirigidos a optimizar los recursos generados y minimizar la huella ecológica del sector industrial cerámico:
En la Comunidad Valenciana un proyecto liderado por “Facsa” desarrolla un sistema avanzado de tratamiento de aguas residuales sostenible; un biorreactor de membranas -lo que se conoce como MBR- basadas en el reciclaje de cerámicas provenientes del polo industrial de la zona de Castellón; varios procesos agro-industriales que regenerarán aguas residuales para uso agrícola. Las membranas cerámicas actuales se fabrican a partir de óxidos cerámicos puros (como alúmina, zirconia o titania), que implican un elevado coste debido a lo caras que son estas materias primas y al complejo proceso de fabricación. Este hecho limita el uso de los MBR cerámicos a pesar de tratarse de uno de los sistemas más avanzados en el sector del tratamiento de aguas residuales.
En la Universidad de Jaén y miembros del grupo de Ingeniería de Materiales y Minerales (TEP-222) de la Escuela Politécnica Superior de Linares, han determinado la viabilidad de un material totalmente elaborado a partir de chamota, un residuo de la industria cerámica proveniente del norte de la provincia, y de cenizas volantes de biomasa de olivo, reduciendo las emisiones de dióxido de carbono y el empleo de materias primas.
Por otro lado, el sector de la educación también se ha volcado en fomentar las competencias en materia de sostenibilidad entre sus estudiantes. Las enseñanzas de Artes Plásticas y Diseño comparten el objetivo común de proporcionar a los alumnos una formación artística de calidad, que les permita apreciar la importancia de las artes plásticas como lenguaje artístico y medio de expresión cultural y desarrollar su capacidad creativa, tomando conciencia de las posibilidades de realización profesional que todo ello implica. Así pues, dentro de la formación, la sostenibilidad se convierte en un valor fundamental y su influencia aparece reflejada;
En los planes de estudios* de estudio se describe:
-COMPETENCIAS TRANSVERSALES DE LOS ESTUDIOS EN CERÁMICA relacionadas con la sostenibilidad tales como "desarrollar una ética profesional basada en la apreciación y sensibilidad estética, medioambiental y hacia la diversidad" y "usar los medios y recursos a su alcance con responsabilidad hacia el patrimonio cultural y medioambiental".
-El PERFIL PROFESIONAL DEL GRADUADO EN CERÁMICA, en el que se menciona el desarrollo juicio crítico objetivo y honesto con el medio ambiente como algo fundamental, siendo una de las salidas profesionales la de responsable de la aplicación y seguimiento de los protocolos ISO aplicables a los productos y procesos cerámicos y de la aplicación de la normativa nacional y europea relativa a la protección medioambiental y a la certificación.
En el establecimiento de medidas encaminadas a la reutilización de materias primas tales como:
-Bidones de decantado de residuos en las pilas.
-Reciclado de pastas en contenedores, galletera, mesas y placas de amasado.
-Reciclado de Escayola. Vertido en contenedores de escombro, placas de amasado.
-Elaboración de vidriados a partir de los residuos de cabinas de esmaltado.
Por último, no podemos sino mencionar los progresos en materia de reciclaje o reutilización de productos cerámicos. Si bien es cierto que una vez que la arcilla se ha convertido en cerámica, no podemos volver a usar la materia prima aunque si disponemos de varias opciones de uso:
El reciclaje cerámico: pese a no ser la mejor opción, la cerámica se recicla en el contenedor amarillo:
La restauración cerámica: Desde sus comienzos en la prehistoria se ha procedido a la reparación de los recipientes cerámicos con la técnica del cosido o lañado utilizando diferentes materiales dependiendo del modelo histórico: fibra vegetal, grapa metálica, abrazadera simple de plomo, abrazadera compuesta de cobre, laña de hierro, laña de hierro en forma de cola de milano simple.**
La tercera, el upcycling o suprarreciclaje, una tendencia inscrita en el marco de la economía circular que plantea un paso más en el reciclaje de residuos; transformar los deshechos en productos de mayor calidad y valor ecológico.
Si pensamos en referentes que se inscriban dentro del upcycling cerámico, entre los pioneros de esta tendencia podemos destacar la obra de Antoni Gaudí, célebre arquitecto que se anticipó a su época al poner en práctica, muchas décadas antes, la reutilización de restos de deshecho como revestimientos para recubrir y decorar sus icónicas obras. Otros autores de mayor actualidad inscritos en esta tendencia son los siguientes:
-ARTEFACTO. Franco y Santi, diseñadores argentinos han conseguido consolidarse con una propuesta decorativa en la que los platos antiguos de porcelana asumen el papel protagonista, sirviendo de soporte para una divertida decoración basada en la iconografía pop.
-CARLOS VILLOSLADA. Su obra, trabajada en diferentes soportes siempre reciclados, está basada en su arraigo a la naturaleza.
-CATEDRAL DE JUSTO GALLEGO MEJORADA DEL CAMPO. Se trata, sin lugar a dudas, del templo del reciclaje. Al igual que griegos o romanos reutilizaron como material de acarreo aquel que componía diferentes edificaciones en desuso, Julio, hizo lo mismo con deshechos industriales provenientes de la industria cerámica de la construcción.
-GLEN TAYLOR. Artista de Ohio que redefine el arte tradicional japonés de Kintsugi, sustituyendo la reparación con oro por la soldadura, los metales oxidados, sacando el lado mas oscuro del arte.
-INGO MAURER. Diseñador de producto de origen alemán. Diseño de iluminación con aires surrealistas.
-JUANJO FUENTES. Artista malagueño que interviene figuritas de porcelana antiguas, combinando crítica social y humor.
-STUDIO LA CUBE. Estudio de diseño con base a Madrid, fundado por los diseñadores Stefano Fusani y Clara Hernandez. La idea de crear un espacio de trabajo en el que construir y deconstruir la forma de los objetos cotidianos, convive con la búsqueda de la mejor calidad de los productos, basándose en dos conceptos fundamentales: la calidad de la materia prima y el proceso de producción artesanal.
*Real Decreto 630/2010, de 14 de mayo, por el que se regula el contenido básico de las enseñanzas artísticas superiores de Grado en Arte Dramático establecidas en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
Real Decreto 634/2010, de 14 de mayo, por el que se regula el contenido básico de las enseñanzas artísticas superiores de Grado en Artes Plásticas en las especialidades de Cerámica y Vidrio establecidas en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
**Alonso-Cortés, E. “Arqueología y etnografía de la laña y de la conservación de cerámicas”. Pátina. Mayo 2006. época II. No 13-14, pp. 75-86. ISSN: 1133-2972
por Victoria Zárate
Tres piezas de Asterisque.
El final de la Segunda Guerra Mundial trajo el optimismo y un nuevo material a la obra de Picasso, la cerámica. Instalarse en 1946 en Vallauris, localidad al sur de Francia conocida por su tradición alfarera, hizo que el maestro se reencontrara con sus raíces mediterráneas, llenando con motivos mitológicos una producción en arcilla que duró más de veinte años. Ese oficio que ha nutrido nuestro patrimonio durante siglos, y como sucedió con la obra del malagueño, se desdibuja en el presente con el arte entre generaciones que reivindica su maleabilidad y sinfín de posibilidades más allá de su función decorativa.
Andrea Santamarina (Madrid, 44 años) sintió también la llamada del Mediterráneo al ahondar en su tradición artística tras formarse en Europa. Su trabajo se orienta hacia la cerámica colaborativa junto a diferentes artesanos como el taller de San Ginés, en Talavera de la Reina. “Me centro en mantener vivas las tradiciones del dibujo en este material, en trabajar con la iconografía popular sin caer en clichés y viajar desde la alfarería hacia la objetualidad escultórica”. Su última colección, Cantareras, presentada en la galería Rossana Orlandi de Milán, convierte la cerámica popular en una herramienta de activismo que reivindica la memoria histórica, la perspectiva de género o la sostenibilidad. “Es un homenaje a las mujeres rurales invisibles de España que llevaban el agua potable a sus hogares”, explica.
El paso de Diana Bonet (Banyoles, 32 años) de la pintura a la escultura, y en concreto a la cerámica, fue algo natural, “una forma de expresión en la que me sentía cómoda.”, explica. “Manipular, tocar, modificar y construir con las manos fueron aspectos que me interesaron mucho y se convirtieron en mi forma de trabajar”, dice. Uno de los fichajes de Pott Gallery —la primera galería de cerámica artística en España—, centra su trabajo en la naturaleza, reflejando en sus piezas la búsqueda de formas orgánicas e irregulares que encuentra en su entorno. Una residencia artística en Itoshima (Japón) dio a la gerundense la oportunidad de observar de cerca técnicas orientales como Karatsu-yaki, la cerámica reconocible por su tono grisáceo tras la cocción. “Experimentar con el material se ha convertido en una pasión constante para mí. Mi objetivo siempre ha sido infundir a mis creaciones un carácter único y personal: cada irregularidad, cada marca que dejó en la arcilla, es una manifestación de mi propia búsqueda”.
Para César Rivas (Madrid, 48 años), la cerámica artística es una vía constante para la creatividad. Primero, al frente durante 25 años de Delacava, la marca de cerámicas de líneas simples y rústicas en barrio rojo que viajó de Madrid hasta La India o Melbourne en busca de inspiración, y que ahora se asienta tranquila en una finca de Villanueva de la Vera, Extremadura. Después como un miembro más de Pott Gallery, con un trabajo homónimo que define como brutalista y tribal y que tiene mucho de autoconocimiento. “El error me lleva a construir piezas basadas en ese propio accidente, que no terminan siendo 100% como el diseño original. Trabajo desde bocas irregulares a uniones como cicatrices, asimetrías que las dejo estar, engobes que desaparecen o marcas de cualquier herramienta que utilizo”, explica.
La imperfección es también el motor de cada colección que concibe Estefania Padilla (Cartagena, 51 años), más conocida en el mundillo como Asterisque. La murciana que ha conquistado Estelle Loiseau, referente de la cerámica en Francia, no usa torno ni moldes, lo que confiere a cada pieza una naturalidad que se traduce en un tacto crudo y áspero sin precedentes. " Me identifico con el concepto de Mahk que trabaja el arquitecto coreano Byoung Soo Cho, ese estado de imperfección y crudeza de una pieza que surge de forma deliberadamente improvisada”. Su amplio catálogo trabaja la nostalgia y el recuerdo, es el caso de las jarras Cut trabajadas como si fueran papel recortado por un niño, los platos de Aga, amasados con arena del desierto de Tabernas por donde pasea o los objetos de Hom, su última colección que rememora una infancia a orillas del Mar Menor por la textura arenosa y sin retoques. “Me atrae este material por la libertad que proporciona. En un mundo cada vez más normativo sentarme frente al barro en mi taller cada día me hace sentir que el tiempo no existe. Es el lugar donde todo es posible”.
EMPRENDIMIENTO Y SALUD LABORAL
LA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA EN LA PREVENCIÓN DE RIESGOS
Por Laura B.R.
La prevención de riesgos laborales es un tema al que a menudo no se le da la importancia que merece, tanto en el trabajo como en las escuelas. Muchas veces, pensamos que los accidentes no nos van a tocar, que estamos a salvo, y por eso ignoramos las normas de seguridad. Este pensamiento puede ser peligroso, ya que los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento y las consecuencias pueden ser graves.
Es cierto que los superiores, como jefes o profesores, tienen la responsabilidad de crear un entorno seguro, de dar formación y de asegurarse de que las reglas se sigan. Pero también es nuestra responsabilidad como trabajadores o estudiantes. No basta con que ellos hagan su parte; cada uno de nosotros debe ser consciente de los riesgos que enfrentamos y actuar con responsabilidad. No se trata solo de evitar accidentes, sino de cuidarnos unos a otros.
A menudo, no seguimos las normas porque creemos que no pasará nada, que estamos invulnerables. Pero esa mentalidad es peligrosa. La seguridad no es algo opcional, es esencial. Si cada uno de nosotros toma en serio las medidas de prevención, podremos evitar muchos problemas. La clave está en cambiar nuestra forma de pensar y entender que nuestra salud y la de los demás depende de ello.
Personalmente opino que la prevención de riesgos es responsabilidad de todos. No podemos esperar a que algo malo suceda para darnos cuenta de lo importante que es seguir las normas de seguridad. Es un esfuerzo conjunto que comienza con la conciencia y el respeto por la seguridad en todos los aspectos de nuestra vida.
EL DAFO; HERRAMIENTA IMPRESCINDIBLE PARA UN PEQUEÑO NEGOCIO
Por Laura B.R.
El DAFO es una herramienta de análisis que permite a un artesano evaluar su situación actual y planificar su futuro. Esta herramienta se basa en identificar cuatro aspectos clave: Fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Al hacerlo, el artesano puede tener una visión más clara de cómo está en su negocio y qué factores internos y externos influyen en su éxito.
- Fortalezas: son las habilidades, conocimientos o recursos únicos que el artesano posee, como su experiencia, creatividad, calidad del trabajo o una buena red de clientes.
- Debilidades: se refieren a los aspectos que necesitan mejorar, como la falta de recursos, habilidades en marketing o problemas en la gestión del tiempo.
- Oportunidades: son los factores externos que pueden beneficiar al artesano, como el aumento de la demanda por productos artesanales o nuevas plataformas para vender online.
- Amenazas: son los desafíos externos, como la competencia, cambios en las preferencias del mercado o la subida de costos de materiales.
Entre las Ventajas de conocer el DAFO para un artesano tenemos el autoconocimiento, porque ayuda a reconocer sus fortalezas y áreas de mejora, permitiendo crecer profesionalmente. También una visión de futuro puesto que facilita la identificación de oportunidades en el mercado y cómo aprovecharlas. Prioriza la prevención de riesgos, detectando amenazas externas para anticiparse a posibles problemas. Además mejora en la toma de decisiones ya que con una comprensión clara de su situación, el artesano puede tomar decisiones más informadas, como en qué invertir o cómo diferenciarse de la competencia.
En resumen, el DAFO es una herramienta imprescindible para que el artesano gestione su negocio de manera más estratégica y eficiente, maximizando su potencial.