Son lo colectivo, lo comunitario, lo personal, lo familiar, lo autogestivo.
Son los activismos, los archivos que escapan al lenguaje de las normas, los que desbordan los protocolos.
Son las prácticas que no tienen recursos para cumplir con los estándares, pero también archivan.
Las orillas también sostienen la memoria colectiva, aunque no encajen en el centro.
Archivología desde las orillas es una invitación a pensar lo archivístico más allá de las técnicas y los procedimientos.
Es una propuesta para repensar la archivología como teoría, como campo profesional y como entramado de prácticas situadas, atravesadas por preguntas sobre la memoria, el patrimonio, la identidad y el derecho a narrarse.
Desde las orillas, interrogamos los límites de lo que se reconoce como archivo y los sentidos que se le asignan a conservar, describir y dar acceso.
No como negación, sino como creación de otros sentidos.
No como reacción, sino como gesto propositivo.
Nacemos desde el Sur, pero pensamos desde todas las orillas:
las estructurales, las institucionales, las políticas, las lingüísticas, las culturales.
Desde donde se resiste, se reconstruye, se reinventa, se archiva.
Esta iniciativa surge como respuesta a discursos que buscan universalizar lo que es situado,
a normas que silencian lo diverso,
a definiciones que establecen límites donde podría haber preguntas.
¿Qué memorias se reconocen como legítimas?
¿Quién tiene derecho a archivar(se)?
¿Desde dónde se decide qué es un archivo y qué no?
¿Con qué condiciones materiales, con qué lenguajes, con qué cuerpos?
Desde nuestras prácticas construimos:
Archivos colectivos, personales y autogestionados.
Saberes archivísticos situados, en diálogo con el contexto, el pasado y el porvenir.
Redes de cuidado, memoria y acción desde los márgenes.
Espacios de formación, crítica y producción de conocimiento.
Nos pensamos en movimiento.
Desde las orillas, imaginamos otras formas de encuentro, de lectura, de presencia.
No buscamos ocupar el centro, sino abrir sendas donde antes no las había.
A veces serán preguntas compartidas, otras veces serán gestos, silencios o interrupciones.
Pequeñas acciones que, sin nombrarse del todo, ensayan un porvenir distinto.
Archivología desde las orillas no es una organización, no es un frente, no es un protocolo.
Es un lugar de enunciación.
Una posibilidad de articular lo que no encuentra espacio en las definiciones dominantes.
Un gesto para habilitar, no para clausurar.
Nos pensamos desde ahí, desde acá.
Nos archivamos desde ahí, desde acá.
Y desde ahí invitamos a imaginar otras formas de acceso, de memoria y de poder.