Dificultades en el aula

Adquisición de contenidos

La manera en la que alumnado TEA se acerca a los contenidos académicos, va a depender en gran medida de si esos contenidos se encuentran dentro de su área de interés o no. Su rendimiento es muy irregular y está muy condicionado por la motivación.

El rendimiento cognitivo de las personas con TEA dentro y fuera de su área de interés experimenta grandes diferencias. Mientras están manejando contenidos de su área de interés, su lenguaje es estructurado, mantienen la atención durante largo tiempo, asimilan la información fácilmente y cuando hablan incluso miran al interlocutor a los ojos. Estas diferencias desconciertan enormemente. Si no estamos familiarizados con este tipo de perfil, es fácil que interpretemos que el chico realmente tiene la capacidad para actuar así y que si no lo hace siempre es porque no quiere. Lamentablemente, esta visión no es cierta y mantenernos rígidamente en ella, solo nos llevará a frustrarnos nosotros y ellos.

Cuando el chico o chica con TEA no se mueve dentro de su área de interés, nos encontramos con las dificultades nucleares de su cuadro. Una de ellas es el déficit en la coherencia central. Este déficit hace que les resulte muy complicado dar un sentido global a los contenidos y extraer de ellos una idea general o síntesis. Para ellos son un cúmulo de datos que van almacenando de manera más o menos inconexa. Durante los niveles más básicos del recorrido educativo, son capaces de compensar estas dificultades de comprensión global con su buena memoria. Simplemente se aprenden el texto, lo vuelcan en el examen y listo. Uno de sus puntos fuertes es una buena memoria mecánica y para el detalle.

La tarea se complica cuando van subiendo de nivel, especialmente en secundaria. Los textos son más complejos y se requiere una base previa. Ya no basta con reproducir mecánicamente un contenido, se espera cierto trabajo personal de elaboración de la información, extracción de ideas significativas o centrales, resumir e incluso dar una opinión como ocurre en los comentarios de textos. En la propia dinámica del aula, es bastante frecuente, que el profesor explique y los alumnos elaboren sus apuntes sobre la marcha seleccionando lo que les parece más importante. Para las personas con TEA, esta es una tarea titánica. Requiere atención dividida para escuchar, sintetizar y escribir al mismo tiempo. Añadimos las dificultades en cada uno de esos pasos: en entender el contenido, en la síntesis y finalmente en la propia grafía. Los apuntes resultantes suelen ser caóticos y difíciles de entender. Estos apuntes serán su base para estudiar. Ante todo este panorama, su estrategia de leer y memorizar se vuelve totalmente insuficiente. Ocurre entonces, que comienzan a bajar en las notas y con ello en autoestima y en su ya complicada motivación.



¿Qué podemos hacer?

1. Utilizar mapas conceptuales como organizadores previos de la información. Al igual que un mapa de carreteras nos ayuda a ubicarnos en el espacio cuando nos queremos mover en él, un mapa conceptual ayuda a ubicarnos en algo mucho más abstracto como son los conceptos y contenidos de una materia. Un mapa no deja de ser un apoyo visual que a todos nos viene bien en alguna ocasión. Para el alumnado con TEA es imprescindible. Le va a permitir relacionar unos conceptos con otros, organizarlos adecuadamente y por lo tanto aprenderlos de una manera mucho más significativa. En consecuencia, si los conceptos están mejor organizados, se almacenan mejor y por tanto se recuperan mejor.

2. Hacer explícita la relación entre los contenidos. Es conveniente que las semejanzas, diferencias, paralelismos, o relaciones entre diferentes informaciones sean nombradas de manera explícita. Por muy claro que nos parezca a nosotros que está y aunque el resto de compañeros no tenga problemas en verlas, es un error dar por hecho que la persona con TEA será capaz de realizar las inferencias. También podemos funcionar como facilitadores del pensamiento ayudándoles con alguna pregunta a que se den cuenta por ellos mismos de la relación mediante preguntas y conflictos cognitivos. Algo como por ejemplo… ¿Qué otra especie que hemos visto se reproducía igual que esta?... Se trata de asegurarnos de que las relaciones que nos parecen importante que hagan, las han hecho.

3. Utilizar su tema de interés en la medida de lo posible. En función del contenido que estemos trabajando y del tema de interés del alumno o alumna, esta estrategia se vuelve más o menos posible. La idea es convertir su tema en nuestro aliado. Por ejemplo, si estamos haciendo problemas de matemáticas, en lugar de hablar de caramelos, balones o trompos, podemos cambiar los elementos por animales, dinosaurios o algo relacionado con su tema de interés.

Comprobaremos que el rendimiento cambia notablemente. Lo mismo podemos hacer con dictados, copiados, frases de lengua para analizar, lecturas, trabajos, etc.

A veces es muy complicado introducir su tema en el curriculum. Para aumentar su autoestima y su motivación podemos organizar una actividad en la que por un día sea el chico o chica con TEA quien dé a sus compañeros una clase magistral sobre el tema del que es experto. Mejorará la imagen que sus compañeros tienen de él o ella.




Trabajo autónomo

Nos referimos al tiempo en el que el alumno debe trabajar solo sin la constante supervisión de un adulto. Puede ser en casa cuando hace los deberes, en clase cuando hace alguna actividad, un examen, etc.

En este punto, debemos tener en cuenta que el alumno tiene dificultades en la función ejecutiva y en la planificación y organización. Cuando le encargamos a un alumno que realice una actividad, lo que realmente le estamos dando es un objetivo a cumplir. Su trabajo autónomo consiste en realizar todos los pasos intermedios necesarios para llegar hasta ese objetivo.

Las personas con TEA se pierden en todos estos pasos intermedios. Su atención es muy inconsistente y cualquier estímulo les distrae, especialmente si no coincide con su tema de interés.

Desde fuera se observa un alumno disperso, al que hay que llamar la atención en incontables ocasiones, el trabajo se le eterniza y en el mejor de los casos termina haciéndolo de cualquier manera para “quitárselo de en medio”. Puede dar la sensación de que es vago y que su intención es trabajar lo menos posible. La realidad es que, sus dificultades en función ejecutiva les demanda mucho esfuerzo cognitivo para mantener todo el proceso activo y por tanto terminan perdiéndose y agotándose.

¿Qué podemos hacer?

La mejor estrategia que podemos utilizar es proporcionarles herramientas que funcionen como su función ejecutiva externa, como una "guía" que puedan consultar en cada paso del proceso.

1. Estructuración de la tarea: secuenciar la tarea en pasos lo más pequeños posibles.

2. Listas de pasos: Como si de una receta de cocina se tratara, consiste en detallar uno a uno los pasos de manera resumida. El objetivo es que,

progresivamente, el alumno interiorice la lista y termine por no necesitarla. Así le estaremos ayudando a ser más autónomo.

3. Organización visual del tiempo de trabajo: Utilizar cuadrantes o listas de las tareas que tiene que realizar, horarios, agendas visuales…

4. Marcadores visuales para la gestión del tiempo: pocas cosas hay tan inconsistentes y simbólicas como el tiempo. Es intangible y lo único que manejamos realmente es una representación mental del mismo. Podemos ayudar mucho al alumno con TEA en el manejo del tiempo si vamos secuenciando la duración de cada tarea y colocamos marcadores en un reloj cercano para indicar el final de una actividad. Así puede ir comprobando cuánto tiempo le queda y regularse solo.

5. Uso de agenda: es muy importante que aprendan a utilizar una agenda en la que apunten todo lo que tienen que hacer y lo que necesitan. Es la base sobre la que podrán organizar la tarde de estudio y trabajo. Además, es la única manera que los padres tienen de conocer qué tiene que hacer su hijo, sin esta información por muchas horas que le dediquen a los deberes en casa es muy posible que falten cosas importantes. Esto es frustrante para padres y para los propios chicos. Es bastante posible que se olviden de apuntar o que no apunten todo correctamente. Una buena estrategia para asegurarnos de que lo han anotado todo es asignarles un compañero tutor con el que puedan comparar la agenda al final del día.





En cuanto a los trabajos...

  1. Flexibilizar las fechas: a veces es simplemente cuestión de no ser rígidos en las fechas de entrega. Obviamente no se puede convertir en un privilegio continuado. Deben aprender a ajustarse a los plazos y fechas igual que el resto de sus compañeros. Si vemos que realmente ha habido un esfuerzo por entregarlo podemos conservar su motivación dándole esta pequeña tregua.

  2. Flexibilizar los formatos de entrega: Sus problemas con la grafía hace que presentar un trabajo escrito a mano les suponga casi una tortura. Si lo que queremos evaluar es un contenido y otras habilidades que no están relacionadas con la grafía, también podemos verlo en un trabajo realizado a ordenador y nuevas tecnologías. Seguramente el contenido estará mejor al estar más motivados ante la tarea. Su autoestima también nos lo agradecerá.No se trata de un privilegio con respecto a sus compañeros, sino de ofrecerle las mismas posibilidades de desarrollo y éxito que a los demás.

  3. Dividir el trabajo en pasos más pequeños: Realizar un trabajo del que nos dan un tema y unos requisitos a cumplir, implica una larga lista de pasos intermedios. Es fácil que los chicos y chicas con TEA se pierdan en ellos. Por eso les va a resultar muy útil que le facilitemos una lista con los pasos intermedios. Por ejemplo:

  • Reunir información sobre el tema: proporcionar alternativas donde pueda buscar esta información.

  • Leer la información

  • Seleccionar la que nos parece más relevante para el trabajo.

  • Organizarla en apartados.

  • Buscar fotos, dibujos o gráficos que apoyen la información.

  • Redactarlo y darle formato.

  • Repasar faltas de ortografía y errores.

  • Entregarlo.

  1. Supervisar cada paso: Sobre todo las primeras veces que haga un trabajo de este tipo, puede ser beneficioso acompañar cada paso con una fecha en la que debe tenerlo listo. Podemos revisar el proceso para asegurarnos de que los está haciendo cada paso y no es una tarea que esté posponiendo. Poco a poco se hará más autónomo y sabrá los pasos que tiene que seguir.