Enfoque Principal: Psicología Analítica y Profunda ( Junguiana ) Ampliado: Psicología Cognitivo-Conductual (PCC), Terapia con foco en las Necesidades Sociales, Terapia con foco en la Compasión (CFT), Terapia Focalizada en las Emociones (EFT), Psicoanálisis, Perspectiva Sistémica, Psicología Adleriana.
ENFOQUE TERAPÉUTICO
Perspectiva integradora
Articulación de diferentes enfoques y herramientas psicológicas, con el propósito de diseñar intervenciones ajustadas a la singularidad de cada consultante, abordando aspectos emocionales, cognitivos y conductuales, y acompañando en la resolución de conflictos, la regulación emocional y el desarrollo de recursos internos
Explora la dinámica inconsciente, los arquetipos y el proceso de individuación como vía de integración psíquica, ofreciendo un marco para comprender los conflictos internos y las motivaciones profundas. A través del análisis de sueños, símbolos e imágenes internas, permite acceder a contenidos que influyen en la vida emocional, los patrones relacionales y la toma de decisiones. Favorece el autoconocimiento, la integración de polaridades internas y la construcción de un sentido de vida auténtico y coherente, incorporando las raíces del psicoanálisis iniciado por Sigmund Freud y sus desarrollos posteriores, incluyendo aportes de Jung, Lacan y otros referentes que amplían la comprensión de la psique humana.
Enfoque de Aaron Beck y Albert Ellis que analiza la interacción entre cogniciones, emociones y conductas, considerando cómo los pensamientos influyen en la percepción y el comportamiento. Emplea técnicas validadas empíricamente, como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual y el entrenamiento en habilidades, con el objetivo de modificar patrones desadaptativos y promover cambios sostenibles. Facilita la regulación emocional, potencia la capacidad de afrontamiento frente a situaciones difíciles y proporciona recursos prácticos para manejar el estrés, la ansiedad y los conflictos cotidianos de manera eficaz y sostenida en el tiempo.
Estas aproximaciones trabajan sobre la autocrítica, la vergüenza y los bloqueos afectivos, integrando la seguridad vincular y los procesos emocionales. Incluyen la TFNS (Grawe), orientada a fortalecer vínculos interpersonales; la CFT (Gilbert), que promueve la autocompasión y la regulación emocional; y la EFT (Greenberg), que facilita el acceso a emociones profundas para generar cambios significativos. A través de prácticas de compasión, visualizaciones y estrategias de integración, estas terapias fortalecen la resiliencia y la estabilidad interna, fomentando vínculos más seguros, sostenibles y un bienestar emocional integral.
Estas corrientes examinan al individuo en relación con sus vínculos, contextos y dinámicas familiares. La Perspectiva Sistémica (Minuchin) se enfoca en patrones de interacción y estructuras familiares para fortalecer relaciones y resolver conflictos. La Psicología Adleriana (Adler) destaca la motivación, la cooperación y el sentido de comunidad, orientando al crecimiento personal y a metas vitales coherentes. La Gestalt (Perls) potencia la conciencia del presente y la integración de experiencias emocionales, favoreciendo la autopercepción y la adaptación funcional al entorno.
La intersección de estos enfoques terapéuticos permite un abordaje integral de la persona, combinando la comprensión profunda de la psique y los procesos inconscientes (psicoanálisis y psicología analítica) con herramientas prácticas para modificar patrones de pensamiento y conducta (terapia cognitivo-conductual), al mismo tiempo que fortalece la regulación emocional, la autocompasión y la resiliencia (enfoques centrados en emociones y necesidades sociales). La inclusión de perspectivas sistémicas, adlerianas y gestalt aporta conciencia sobre los vínculos, contextos y la experiencia presente, facilitando la integración de la identidad, la mejora de las relaciones interpersonales y la construcción de un sentido de vida coherente y auténtico.
Como decía Carl Gustav Jung, “el terapeuta que domina todas las técnicas se enfrenta, al final, con un ser humano frente a otro ser humano”. Esto implica que más allá de la teoría, la eficacia terapéutica reside en ajustar el enfoque al consultante, adaptando las herramientas a su experiencia, y no al contrario: no se trata de encajar al individuo en un marco único, sino de acompañarlo en su singularidad. En conjunto, estos enfoques permiten ofrecer un marco terapéutico sólido, personalizado y holístico, orientado al autoconocimiento, el crecimiento emocional y la funcionalidad adaptativa.