"Es una condición de la psicopedagogía, transversaliza todas sus áreas (salud, educación, laboral y forense) compartiendo sus especificidades, pero recreando sus dispositivos y estrategias de intervención como así también el marco teórico crítico sobre el que abreva, en un territorio donde la comunidad es compleja, capaz de reconocer sus propias fortalezas y dificultades y abierta al trabajo mancomunado entre sus miembros y equipos psicopedagógicos. Es una condición sin la cual la clínica, la orientación y diversos abordajes psicopedagógicos no serían posibles porque operamos sobre una comunidad con todo lo que ella implica" (Sarthe, 2023).