La capital de Irlanda es una ciudad dinámica, joven y vibrante. A pesar de la convulsa historia que ha vivido el país en los últimos cien años, los irlandeses son gente amable, abierta y muy buenos anfitriones.

La historia de la independencia, la revolución de 1916 y la guerra entre unionistas y separatistas está muy presente en toda ciudad. El Spire es un monolito situado en O’Connell Street, justo delante del edificio de correos, donde tuvo lugar la auto proclamación de la independencia de Irlanda, que conmemora la revolución de 1916. El nombre de esta calle está dedicado a Daniel O’Connell, propulsor de la creación de la República de Irlanda. Cerca de Grafton Street se alza la escultura de Molly Malone, importante ….y el City Hall recuerda también a los héroes de la independencia con esculturas de O'Connell.

Pasear por el barrio Temple Bar se convierte en un must do para el visitante. Un barrio antiguo rehabilitado en los años noventa, y que aglutina en sus pubs la marchosa vida nocturna de la ciudad. En todos se puede escuchar música en directo mientras tomas una pinta de Guinness o alguna de la variada oferta de cervezas irish que fabrican en la isla. Sus calles peatonales y adoquinadas confieren un aire bohemio y antiguo a la vez, pero no deja de ser un espacio muy turístico y patrocinado. Temple Bar es el corazón de la vida juvenil nocturna. Sin embargo otros pubs fuera de este perímetro son los espacios más genuinos y especiales donde disfrutar de una buena cena con cerveza y música tradicional irish. The Celt y The Coblestone son sitios donde se reúnen músicos de todas las edades para tocar la música tradicional en un ambiente muy variado y auténtico. Guitarras, violines, flauta irlandesa, acordeón y gaita nos trasladan a la cultura celta mientras charlas amigablemente con cualquier lugareño que de manera natural entabla conversación contigo. Los irlandeses tienen fama de abiertos a la vez que simpáticos, y no hay tópico mejor adjudicado para un pueblo que sabe disfrutar la vida, que se siente orgulloso de sus costumbres y leyendas, y que hace partícipe al visitante de todo ello. Es común en estos pubs reservar un sitio para los músicos que van llegando. En Coblestone, por ejemplo, nos llamó la atención la esquina con sillones y mesas donde solo estaba permitido sentarse a los músicos, todos ellos desconocidos entre sí, pero que iban llegando, sacando su instrumento para unirse al grupo que en ese momento tocaba. Después de dos pintas y cuatro temas, uno recoge su violín y se marcha, dando paso a otros músicos. 

Vivir el Dublín es caro, y el alojamiento es el principal problema al que se enfrentan los jóvenes. No obstante el transporte público cubre casi la totalidad de la ciudad y conecta con la mayoría de municipios y condados del país mediante tren, bus y tranvía.

Dublín es una ciudad de contrastes, donde la modernidad y la tradición se dan de la mano. Su urbanismo abarca desde la torres de la City hasta las edificaciones de estilo georgiano del centro histórico. Sus fachadas son reconocibles a simple vista por el arco en curva del dintel de sus puertas. 

El puerto abarca la zona de los muelles y es el sector más industrial y (podríamos decir) feo de la ciudad. En cambio, la moderna City alberga un original puente del arquitecto español Santiago Calatrava que dibuja la silueta del arpa irlandesa, emblema del país.

Estos contrastes se hayan también en sus edificaciones religiosas, iglesias protestantes y católicas conviven en Dublín. La ciudad tiene dos catedrales: la catedral de San Patricio (católica), y la catedral de la Iglesia de Cristo (protestante), cada una con características propias.

Numerosas destilerías de whisky y fábricas de cerveza se aglutinan en Dublín y se organizan visitas guiadas a los store house de estos establecimientos.

Pero Dublín es también una ciudad universitaria y una ciudad de escritores. El Trinity College es considerado una de las universidades más punteras y antiguas del mundo. Su precioso campus y su Old Library merecen una visita. Por sus aulas han pasado escritores como Oscar Wilde o Jonathan Swift.

Los puentes sobre el rio Liffey homenajean a los grandes escritores irlandeses: Samuel Becket, James Joyce, Jonatahn Swift, y las esculturas de Oscar Wilde y Gogarty están salpicadas por la ciudad.

Esta ciudad alberga una gran superficie de zonas verdes para pasear, correr, montar en bici o pasar un día de picnic. Hemos conocido los traes grandes parques de la ciudad: el Merrion Sq. Park, Stephen Park y el gigantesco Phoenix Park, de más de 700 hectáreas. Sus lagos, árboles y fauna invitan a relajarse y desconectar del bullicio de la ciudad.

Dublín tiene una amplia oferta cultural que la convierte en capital de arte y música en todos los órdenes. Entre sus sus numerosos museos destaca la National Gallery y el National Museum of Ireland que son las más importantes pinacotecas de la ciudad. Pero cuenta con instituciones como el Trinity College que albergan tesoros como son la Old Library y el libro de Kells (fotos 1 y 2).

El Trinity College es una de las universidades más valoradas del mundo, y la mas antigua de Irlanda; por sus aulas han pasado escritores como Oscar Wilde, Samuel Beckett, Bernard Shaw o Jonathan Swift. Fue fundada por la Reina Isabel I en 1592.

Y alberga una de las bibliotecas más aclamadas del mundo, donde se custodia el libro de Kells, un códice medieval que constituye una de las joyas manuscritas mejor conservadas del mundo. La riqueza de su ornamentación, la calidad de los pigmentos, las ilustraciones y su simbólica iconografía constituyen una obra única en la historia del arte. Este espacio expositivo se encuentra en uno de los pabellones del Trinity College, con un recorrido fácil e intuitivo y muy bien comisariado. 

La National Gallery se encuentra a escasos metros del RIAM, y alberga piezas importantes como cuadros de Rembrandt, una importante colección de pintura flamenca en la que destaca una copia de Van der Eyden, y un maravilloso Caravaggio que preside la sala de pintura barroca. Nos sorprendió la importante colección de pintura española que posee esta galería: seis lienzos de Murillo, un Zurbaran, un Ribera y un Picasso.

La vida musical goza de diversas salas como el National Concert Hall y el moderno Energy Theatre, sede habitual de la Irish National Opera.  Durante nuestra estancia pudimos asistir a una produccion de El caballero de la rosa (Die Rosencavalier) de Richard Strauss. 

Dublín tiene sedes del Instituto Cervantes (Linconl St.) y del Goethe Institut (Merrion Sq.), que dinamizan también la vida cultutal de la capital.

Irlanda está liderando un crecimiento económico den Europa desde 2017. Su renta se sitúa entre las más altas y, desde el Brexit británico, numerosas empresas han establecido su sede social en la capital. En la city dublinesa se reúnen algunas empresas de energías renovables y parece que hay interés del gobierno en implementar políticas renovables.

En nuevo edificio del Royal Irish Academy of Music está acondicionado térmica y acústicamente. En todas las plantas hay modernas papeleras de separación de residuos. Estos se clasifican en: compostables, reciclables (que incluyen papel y envases) y no compostables ni reciclables. 

Los parques naturales de Irlanda están emprendiendo el camino hacia la sostenibilidad, pues han sufrido talas masivas durante décadas. En las montañas de Wiklow nos sorprendió la cantidad de abetos que habían sido talados, todos ellos de gran diámetro y antigüedad. 

Sin embargo todos los espacios naturales están impecablemente cuidados, sin restos de basura, a pesar de que el viento fuerte es una constante en Irlanda.

En muchas playas, como en Bray (ver foto), se propone al visitante recoger tres piezas de plástico para contribuir al medio ambiente. Y las diversidad de especies autóctonas se conserva en zonas de acantilados como en Howth.

Todo esto contrasta con ciertos aspectos de la gestión municipal que nos sorprendió. La recogida de basura (residuos orgánicos y reciclables) no corre a cargo del ayuntamiento ni de la empresa municipal de limpieza. Los vecinos están obligados a contratar la recogida de residuos a una de muchas empresas privadas, siendo estas las que gestionan este servicio. De este modo a partir de las siete de la tarde es común ver en los portales de las casas y en las aceras bolsas con la basura de las viviendas y negocios, algo extraño para el visitante y que da una sensación de abandono y poca salubridad a la ciudad, pues en muchos casos los gatos y los indigentes abren las bolsas dejando todo tipo de deshechos esparcidos en la calzada, no siendo competencia de las empresas públicas de limpieza su recogida.

Royal Academy of Music of Dublin - RIAM - está ubicado en el centro de la ciudad, a espaldas de la prestigiosa universidad Trinity College, en un edificio de cinco plantas del s. XIX, un antiguo palacete, que conserva aún su olor a historia y sus chimeneas con columnas y esculturas de mármol en cada una de sus salas, ahora llenas de música.   Las paredes de las salas aún muestran los frescos y del techo penden  lámparas de araña que, en su época original, darían luz a la familia que habitase este lujoso edificio. Tenemos la suerte de llegar justo cuando han inaugurado el nuevo edificio, solapado a este, dándole al conjunto un toque pastiche. Las nuevas salas se unen a este edificio por un gran hall en la planta baja y por módulos o puentes de cristal y metal. Las nuevas salas son amplias, luminosas y bien insonorizadas con paneles coloridos en sus paredes. Las paredes al pasillo son íntegras de cristal para permitir su visión hacia dentro y desde dentro. Algún alumno aprovecha para estudiar o para tomar algo en el office, con una cocina completa.

El primer día nos recibe en su aula uno de los maestros de piano más longevos y prestigiosos, Anthony Byrne, con 64 años, ya conocido por habernos visitado en el conservatorio Superior en varias ocasiones gracias al programa Erasmus, en su aula un alumno de Birmingham que se ha trasladado a Dublín para hacer un año del programa de mentoring con Byrne. Nos deleita con una audición de obras que prepara para un concurso y un recital. Byrne nos invita a hacerle comentarios. No es fácil explicar en inglés que necesita desmelenarse, solucionable con algo de mímica.   

La profesora de piano Thèrése Fahy, que nos visitó el pasado mes de octubre, dará esta semana clases magistrales de piano o piano y voz sobre Debussy que hicimos coincidir con nuestra movilidad,   Asistimos todas las mañanas. Se aprecia el gran nivel del alumnado y la profesionalidad de los mismos y de Fahy. A su vez nos invita a sus propias clases con una alumna de 13 años dulcísima que le muestra su medalla de oro del concurso nacional que ganó el pasado fin de semana. 

También tenemos una entrevista con Ross Lynnes, trombonista y jefe de estudio de lo que es el grado profesional (aquí la misma institución ofrece clases desde los dos años de edad hasta programas de máster o mentoring, todo bajo el mismo organismo o edificio). Procedente de Belfast, se formó en Guildhall entre otros sitios, lleva cuatro cursos como profesor en RIAM y también es trombonista de la orquesta de la ópera. Fue muy fructífera la reunión pues le ayudaremos en todo lo posible para que soliciten el programa erasmus en este grado, lo que nos permitirá hacer más movilidades de docentes o alumnado con este centro. 

Por suerte, esta semana había una producción de ópera en la moderna sala Bord Gáis Energy Theatre, ubicada en la zona portuaria, ojalá Málaga tuviera algo así. La ópera a la que asistimos fue Der Rosenkavalier , de Strauss, con una producción íntegra irlandesa, y una gran calidad en solistas, vestuarios, puesta en escena.   En este centro enseñaba la recién fallecida Veronica Dunne, que ha dejado una espléndida escuela de cantantes.