Mi historia

Una rayita sobre mi labio

Supongo que mi vida siempre estará presente una pregunta: porque tienes esa cicatriz así que yo sólo puedo responder que es algo con lo que nací, tal vez si me abro más le cuento toda la historia, como le contaré a continuación:

Era obvio que algo especial o raro iba a pasar conmigo cuando mi mamá queda embarazada aun ella teniendo un método anticonceptivo puesto la T o diu, después de un tiempo mi mamá se entera que está embarazada de mí se demoró en descubrirlo pues como se suponía que estaba planificando aunque ella siempre me ha dicho que no fui una bebe buscada o planeada pero amada, el tiempo pasó y nací, aunque yo al parecer no quería nacer pues estuve en el vientre de mi mamá hasta que me sacaron es decir nací por cesárea y menos mal pues nací con el cordón umbilical envuelto en el cuello lo bueno es que no pasó a mayores, pero esa no era la noticia más importante apenas el doctor me vio le dijo a mi mamá que no se fuera a asustar, había nacido con labio leporino, eso fue una noticia muy impactante para mi mamá y mi papá ya que un labio leporino no se detecta en una ecografía y pues tampoco es que hubiera un registro de que en mi familia más personas hubieran nacido así, es decir soy la primera, ahora se venía una travesía muy grande para mis papás y si esto no era suficiente en Colombia los médicos no están capacitados o no saben dar razón de que deben hacer unos papas ante una situación cómo está, mi mamá comenzó a ir a mis controles y de ahí la remetían a cirujanos plásticos del seguro, pero siempre le decían la misma frase “yo no operó eso” de consulta en consulta pasaron 5 meses más o menos en los cuales mi mamá ya preocupada se fue de Cartagena a Ibagué donde por esos días estaba la fundación “que canten los niños” pues estaban en una jornada de cirugías, me valoraron y a la semana ya estaba operada, pase un mes en Ibagué y luego me devolví a Cartagena ahí siguieron los controles hasta aproximadamente cuando tenía un año de edad cuando mis papás decidieron irse a vivir por completo en Ibagué con mi familia materna.

 

El tiempo transcurrió y crecí, cuando cumplí 8 años aproximadamente comencé a ir a consulta con maxilofacial donde comencé mi proceso de ortodoncia por decirlo de alguna manera, cuando pasaron dos años y tenía 10 fue mi segunda cirugía pero esta vez con la fundación “operación sonrisa” los cuales me hicieron seguimiento después de mi primera cirugía, al ser mi primera cirugía a conciencia estaba muy nerviosa y con miedo, me operaron y cuando salí de cirugía no podía sonreír ya que la cirugía era para tapar un orificio que tenía el cual conectaba mi nariz con la parte de adentro de mi boca, y para ello me sacaron un minúsculo huesito de la aparte de la cadera y me dolía demasiado caminar por lo mismo me sentía como reina pues me atendía y eso me gustaba por lo mismo comí muchas galletas de chispas de chocolate algo que me encantaba y ahora recuerdo con cariño. Pasaba el tiempo y yo seguía yendo a mis consultas de “ortodoncia”. Años después cuando cumplí 12 años fue mi tercera cirugía prácticamente era la misma cirugía que la anterior pues esta era para reforzar al ser el mismo procedimiento me sacaron el pedacito de hueso del otro lado de la cadera por lo que ahora tengo dos cicatrices prácticamente iguales en los dos lados de mi cadera, la recuperación de esta cirugía fue igual que la anterior sin dolor en la boca, pero mucho dolor al caminar, pero como la vez pasada disfrutando de mis galletas de chispas de chocolate.

Cuando me mude a Cúcuta perdí contacto con operación sonrisa y también dejé el maxilofacial que me atendía por lo que me toco iniciar de cero, comencé mi tratamiento de ortodoncia pero por pandemia se atrasó mucho por lo que no veía resultados además quien me atendía no era especialista en mi tipo de caso por lo que se me realizaba el mismo procedimiento que  una “persona normal”, cuando pasaron 3 años de estar aquí en Cúcuta  vino una fundación llamada “dibujando sonrisas” Y hubo jornada de revisión, cabe recalcar que para ese momento no estaba cómoda con el aspecto en mi nariz quería con todo mi corazón que me operaran llego el día de la consulta de valoración y tenía la esperanza de que me dijeran que si me iban a operar, se demoraron mucho en pasarme a la consulta prácticamente estuve todo el día esperando, cuando me pasaron el cirujano me dijo que había prioridad con los niños pequeños en sus palabras eran “cirugías de emergencia” pues por la pandemia había muchos bebes y niños que no se habían hecho ni siquiera su primera cirugía, yo me eche a llorar entendía la situación, me sentía egoísta por sentirme así pero era inevitable no sentirme triste, lloré y ore a Dios para que me quitará ese dolor  injustificado pasaron dos horas o más en los que por fin pude calmarme y al momento el teléfono de mi mama sonó la llamaba la persona que estaba organizando todo referente a las cirugías para decirle que el cirujano que me había valorado en consulta hizo un cupo para mí, me puse feliz y mi familia y yo saltamos de la alegría no me lo podía creer, al siguiente día fui a practicarme unos exámenes de sangre que se necesitaban por protocolo, me citaron para el día de cirugía y ese día por mucho de que suene no fue, después de esperar todo el día en ayunas me dijeron que si bien me iban a operar no alcanzaban ese día pues ya necesitaban entregar quirófanos, así que el otro día fui la primera para entrar a quirófano estaba asustada pero muy feliz, entre a quirófano y temblaba por el frío  me dormí y cuando desperté tenía ganas vomitar algo que nunca antes me había pasado al despertarme de una cirugía pero paso cuando tome conciencia me di cuenta que me dolía demasiado las orejas pues el cirujano había utilizado el cartílago de mis orejas para ponerlo en mi nariz, cuando dejaron pasar a mi mama a la sala de recuperación me vio y le dio sentimiento pero yo sólo estaba ahí acostada toda hinchada tratando de hablarle pero me regañaron y dijeron que no podía hablar mucho, en esa cirugía fue la primera vez en la vida en la que me hospitalizaron con conciencia pues las dos anteriores cirugías habían sido ambulatorias pero en la primera también quede internada pero yo no me acuerdo por obvias razones, llegué a mi casa y como cuando era bebé volví a pasar Halloween recién operada, paso un buen tiempo para que me quitaran el espadarapo porque tenía la nariz todavía muy hinchada.

ya ha pasado casi un año de eso y aunque mi nariz no quedó perfecta me siento más segura de mi misma. Según el cirujano todavía falta otra intervención no sé cuándo será por lo que tocará esperar, por ahora me estoy concentrando en mi futuro y en la carrera que voy a estudiar. Y como dije al principio de mi historia supongo que en la universidad también me preguntaran ¿Qué es esa rayita sobre tu labio?