Sinopsis

En Por engaños perecemos encontramos dos voces narrativas y tres cadáveres. 

Héctor es un bibliotecario en Estepona, una ciudad de la Costa del Sol, amante de la literatura y de la cultura clásica. Aparentemente disfruta de una vida apacible, pero una sombra del pasado lo atormenta. Cuando conoce a Marta Díaz, una misteriosa mujer que frecuenta la biblioteca, creerá haber encontrado de nuevo el amor. Sin embargo, esta relación lo envuelve en una confusa trama de engaños y muerte. Y, para colmo, el azar lo convierte en el principal sospechoso de un asesinato.

Ángela Martín, inspectora de policía, es la otra voz, y será la encargada de investigar este crimen, que salpica a Héctor, y que a ella le hará revivir otra muerte, más cercana y dolorosa, acaecida hace años cuando era una joven agente en Málaga. De una manera u otra el pasado siempre regresa. En el caso de Ángela aparecen con fuerza episodios casi olvidados de traiciones y corrupción.

Las vidas de Ángela y Héctor confluyen en la última parte de la novela, donde se asoma un nuevo cadáver para recordar que la venganza y la justicia a menudo son cómplices. Héctor se dispone, junto a su joven compañera Valeria, a desenredar la madeja que lo tiene atrapado. Ángela, por su parte, hace lo propio, tira de los hilos de sus recuerdos y sus errores para esclarecer no solo los crímenes presentes sino también la muerte del pasado que aún la persigue. 

El bibliotecario y la inspectora, dos náufragos de nuestros días, colaboran sin pretenderlo en la resolución de un caso que cierra algunas heridas y abre otras.