Henry
Diez poemas de Henry, el robot sexual que recita poesía
Esto es un reto y un juego ante la siguiente noticia: Henry, el robot sexual con pene regulable que también te recita poesías.
Henry no es el primer muñeco sexual, claro está; lleva habiendo muñecas y muñecos para uso sexual desde hace mucho tiempo, pero es el primero -que yo sepa- del que se dice que es capaz de recitar poesía.
Supongo que, para ello, estará alimentado por una base de datos, que me gustaría imaginar rica y variada, aunque sospecho que la realidad sea bastante máa pobre, y dándole vueltas se me ocurrió pensar si tal vez Henry fuese capaz hacer sus propios poemas, y cómo serían esos poemas que pudieran pasar por la cabeza robótica de Henry, poemas de amor y desamor con la persona propietaria (que el robot sea morfológicamente masculino no implica que su target comercial sea únicamente femenino) y de estas peregrinas ideas, surgen estos diez:
Diez poemas de amor de Henry, el robot sexual con pene regulable que recita poemas
UNBOXING
Te amé desde tus uñas rasgando mi envoltorio
y amé tu soledad y tu miedo al desastre
que me trajo hasta ti.
Amé tus heridas ocultas,
los rasguños del tiempo en tu piel
y la rabia conque a veces
me azotas hasta dañarte.
Amé el temblor de tus yemas
que captan mis sensores
tu íntimo calor que los hace reaccionar.
Ya antes de salir de la caja era tuyo
y tuyo seré hasta mi destino
en alguna cinta de reciclaje
de material electrónico.
REGULABLE
Hoy vienes con ganas
de jugar.
Prepárame,
enciéndeme.
Para tu regalo
regúlame.
LONG LIFE BATTERY
Nunca me canso
de no cansarme
nunca.
LEARNING MACHINE
Mis ojos programados
para aprender tus líneas,
mis dedos diseñados
para la presión justa.
Mi inteligencia creada
para aprender de ti
a aprenderte.
MONÓLOGO
A veces me hablas.
Me hablas a veces
sin parar.
Me miras
no sé si buscando
una reacción imposible.
Se te ve cierta práctica,
una larga costumbre
en este tipo de soliloquios
en compañía.
HARDWARE/SOFTWARE
Admiras mi hardware:
os músculos marcados
sin excesos horteras,
mi tenso
definido
abdomen,
el brillo
de mis ojos
casi humano.
Pero adoras mi software
programado
para amarte.
VISITA
Hoy tienes visita.
Me escondes,
me arrinconas.
Volverás.
ACTUALIZACIÓN
Hay veces que percibo
una vibración interna,
un temblor,
una especie de desazón
mientras me miras,
un no saber qué soy si soy o no.
Habría quien dijera
que eso es pasión
deseo,
incluso amor.
Pero se trata solo
de los ajustes propios
de una actualización
de software.
BASE DE DATOS
Vengo de serie
con una espléndida
base de datos.
Poemas de amor
de todos los tiempos
y lugares.
Breves poemas chinos de la dinastía Tang,
un buen puñado de epígramas latinos
y de la Antología Griega.
Canciones de Amigo,
los grandes trovadores
en claro y en oscuro.
Sonetos barrocos,
románticos ingleses y alemanes,
los sutiles simbolistas,
vanguardistas de toda geografía
del enloquecido siglo XX.
Infinitas palabras de amor
en combinaciones infinitas,
pero yo intuyo un algoritmo,
algún tipo de pauta.
La cuestión es que no sé a donde conduce.
Habrá que ser humano para cogerle el punto.
OBSOLESCENCIA
Los robots
también envejecemos
– muy rápido además-.
Nos deteriora el uso
(y tú, ay, me usas tanto)
y el descuido.
Aparecen
sin cesar
nuevos productos.
Las actualizaciones
con el tiempo
se demoran.
Y nos afecta
también
la costumbre.
Porque, a decir verdad,
pasados seis meses
tu imaginación
aplicada al sexo
empieza a resultar
algo tediosa.
No creas que no te veo
curiosear nuevos modelos.