Irak fue la cuna hace 5.000 años del cultivo de la palmera más conocida para nosotros. La PHOENIX DACTYLIFERA. Es decir, las palmeras datileras. Vinieron con los fenicios, pero fueron los árabes los que nos transmitieron la cultura del agua y su aprovechamiento en el riego.
Se remonta hacia el año 5000 a. C., en la era del Neolítico. Durante la Edad del Cobre, la población estuvo diseminada en grupos o clanes asentados en aldeas cerca del río Vinalopó. En el siglo V a. C. se fundó la ciudad ibera de Ilici, momento en el que se esculpe el busto conocido como la Dama de Elche, escultura de una supuesta sacerdotisa que constituye una de las más importantes obras del arte ibérico.
Bajo el dominio musulmán en la Edad Media, la ciudad se estableció en su emplazamiento actual, en la zona denominada la Vila Murada. Es en esta época de desarrollo agrícola cuando se introdujo un complejo sistema de regadío.
El tránsito de los siglos XIX al XX marcó una inflexión dramática en la evolución del Palmeral. El impacto de las revoluciones industrial y urbanística puso en grave riesgo su continuidad histórica. El ferrocarril, inaugurado en 1884, seccionó en dos el gran Palmeral periurbano e incentivó la ocupación de los huertos adyacentes por la incipiente industria ilicitana del calzado.
La gran demanda de obreros para las fabricas de calzado hicieron que se tuviesen que construir nuevos barrios, estos barrios se construyeron en los huertos de palmeras por tanto parecía que la suerte de las palmeras en Elche estaba sellada.
Pero afortunadamente en los años 20 comenzaron a alzarse voces en defensa del Palmeral que comenzó a tener reconocimiento a nivel nacional y local. La segunda República promulgo una legislación en el año 1933 en defensa del Palmeral y el régimen Franquista lo declaro Jardín Artístico por el año 1943. Entre los años 30 y 80, el Ayuntamiento de Elche promulgó una prolija normativa urbanística encaminada a una protección más eficaz del Palmeral.
Hoy en día, gracias a esta magnifica planta tenemos la suerte de tener dos grandes oficios: la preparación de la palma blanca y los Palmereros.
La preparación de la palma blanca es un oficio que requiere de mucha paciencia y expertos artesanos que les dan su singular forma y el oficio de Palmerero, fue reconocido como tal en noviembre de 2012. Ambos, han pasado a considerarse "Bien de Interés Cultural".