Solanum tuberosum, de nombre común patata, es una especie herbácea perteneciente al género Solanum de la familia de las solanáceas. Fue domesticada en el altiplano andino y en las cercanías del lago Titicaca por los habitantes de esta región desde hace unos ocho mil años. Comenzó a ser trasladada a Europa por los conquistadores españoles quienes la consideraban una curiosidad botánica y no una planta alimenticia. Su consumo fue creciendo, aunque al principio como planta forrajera y de jardín por sus flores.
Cuando Federico el Grande firmó el Decreto de la Patata en 1746 para introducir el tubérculo en Prusia y acabar con las hambrunas, los campesinos, desconfiados del nuevo cultivo, no le hicieron caso. El monarca ordenó entonces plantar patatas en sus propias tierras en torno a Berlín y desplegó a sus soldados para protegerlas. Esto provocó la curiosidad de los campesinos de la región, a los que los militares informaron de que tenían orden de evitar cualquier robo. Esto provocó que por las noches las robaran para plantarlas en sus propios huertos. Todo, con el consentimiento de los soldados, cuya consigna era echarse a dormir y hacer la vista gorda para facilitar los hurtos.