Confieso que le quité las plumas al pájaro
Me descolgué de él como lluvia de invierno
Me vestí de fracaso
Me fastidié de volar
Me paré en una cornisa
Decidí caminar como los peces
El cielo se coló por mis agallas
Se llenaron de brisas nuevas
Descubrí árboles con sus raíces al aire
Los ensueños caían como frutas
Decidí escribir sobre las hojas
No necesito dormir de día
Me he quitado el peso de los hombros
Soy una biología eterna,
Aérea
Exento de vejez perfecta
El silencio me ensordece
Pero la noche siempre devuelve las estrellas
Mis ojos se llenan de soles lejanos
Y yo devuelvo las plumas robadas.