Los implantes osteointegrados son una nueva técnica que han revolucionado los tratamientos odontológicos, ya que permiten reponer de forma fija las piezas dentarias perdidas, devolviendo la funcionalidad y la estética a la boca de nuestros pacientes. Este tratamiento requiere realizar previamente un estudio clínico-radiológico del estado óseo de los maxilares para valorar la viabilidad del alojamiento de los implantes, y diseñar la técnica de tratamiento más adecuada en cada paciente.
Las ventajas de este tratamiento es que ofrecen un aspecto y una funcionalidad muy similar a los dientes naturales, además de aportar mayor comodidad, seguridad y confianza que otras alternativas de tratamiento. Mantienen la anatomía facial ya que evitan la perdida de hueso que se produce cuando tenemos pérdidas o ausencia de piezas dentales. Mantienen el resto de dientes intactos, ya que con implantes dentales se puede reponer una pieza dental sin tener que tallar los dientes vecinos como ocurre con las fundas y puentes tradicionales.
Los implantes dentales son pequeños tornillos de titanio u otros materiales biocompatibles, es decir, que no generan rechazo por parte del sistema inmunológico de nuestro organismo. Estos tornillos, cumplen la función de las raíces naturales de los dientes que hemos perdido.
La metodología de este tratamiento, simula muy bien la anatomía de un diente natural, por lo que es muy difícil distinguir un diente natural de un diente soportado por un implante dental,
Los implantes se pueden colocar en el mismo acto quirúrgico de la extracción de un diente, tras un traumatismo o después de un tiempo sin tener una pieza dental. El momento de colocación del implante, siempre será decisión del cirujano y se tendrán en cuenta criterios como la cantidad y calidad ósea que será diagnosticada por el implantólogo mediante un CBCT (Escáner de haz cónico o Radiografía en 3D).
Enfermedades como la Diabetes, Osteoporosis no son contraindicaciones absolutas, pero estas enfermedades siempre deben estar controladas por su médico y deberá informar a su odontólogo para que pueda trabajar conjuntamente con su médico y pueda tomar la decisión correcta.
La duración del proceso va a depender de diversos factores como son la salud general de paciente, la salud bucodental, la densidad ósea, el protocolo quirúrgico, etc. Esto hace que en algunas situaciones se pueda realizar en un día y en otras se tardara varios meses. Lo importante en este tratamiento, es que el implante se integre al hueso correctamente (osteointegración) para aumentar las probabilidades de éxito.
Después de la colocación de los implantes, se deben de evitar situaciones que comprometan el tratamiento como son una higiene pobre que puedan provocar infecciones o fumar. Por lo tanto, si realizamos una correcta higiene y una cuidada salud periodontal se evitará la aparición de infecciones. Los pacientes que fuman tienen un mayor riesgo de alterar el proceso de osteointegración ya que el tabaco es un vasoconstrictor que disminuye el aporte sanguíneo, esto altera el proceso normal de osteointegración y aumenta la posibilidad de que el implante fracase. Otro cuidado que se deba realizar tras la colocación del implante es cuidar la dieta ya que comer alimentos duros que generen excesiva fuerza sobre el implante recién colocado puede ocasionar que este se mueva y altere el proceso de osteointegración. Una vez que el tratamiento ha terminado, deberá tener los mismos cuidados en cuanto a higiene que con sus dientes naturales. En cualquier caso, será su Dentista o Cirujano Maxilofacial quien le aconseje sobre los cuidados que debe tener.