Este sitio web profundiza en las dimensiones multiculturales del Trastorno del Espectro Autista (TEA), ofreciendo recursos valiosos para que los consejeros comprendan mejor cómo las normas culturales influyen en el diagnóstico, tratamiento y cuidado de las personas con TEA. Destaca la importancia de la competencia multicultural, explora las disparidades en la atención y proporciona orientación sobre cómo ofrecer un apoyo culturalmente receptivo.
Este recurso es especialmente crítico para los consejeros, ya que los niños con TEA a menudo enfrentan barreras significativas para acceder a una atención médica de calidad. Como se señala en el Informe del Cirujano General (Oficina del Cirujano General, Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 2002), existe una escasez de médicos dispuestos a tratar a personas con discapacidades intelectuales y del desarrollo, y muchos proveedores de atención médica se sienten insuficientemente preparados para abordar sus necesidades especializadas. Esta falta de acceso a la atención se ve aún más agravada en el caso de los niños de entornos multiculturales, quienes ya enfrentan mayores desafíos para recibir un tratamiento oportuno y efectivo en comparación con sus pares blancos (Mandell et al., 2007; Magaña et al., 2013).
Este recurso subraya dos prioridades clave:
La necesidad de la competencia multicultural: Los terapeutas y consejeros que demuestran humildad y competencia cultural tienden a lograr mejores resultados con sus clientes (Anders et al., 2021).
La importancia de aplicar la competencia multicultural en la atención del TEA: Al comprender y abordar las barreras culturales, lingüísticas y sistémicas únicas que enfrentan las familias, los consejeros pueden brindar un apoyo más equitativo y efectivo a los niños con TEA.
Al integrar los principios de los marcos MCC y MOC, los consejeros pueden brindar una atención más efectiva y culturalmente receptiva a las personas con TEA. Esto incluye:
Construir confianza con las familias al reconocer y respetar sus valores culturales.
Adaptar la atención para que se alinee con los contextos culturales de los clientes.
Reflexionar continuamente y abordar los propios sesgos y limitaciones.
Hoy en día, el autismo es reconocido como una condición del neurodesarrollo de por vida caracterizada por diferencias en la comunicación social, el procesamiento sensorial y el comportamiento. La prevalencia del autismo ha aumentado significativamente en las últimas décadas, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que 1 de cada 36 niños en los EE. UU. es diagnosticado con TEA. Este aumento se atribuye a una mayor concienciación, criterios diagnósticos más amplios y mejores herramientas de detección.
Algunos de los rasgos comunes del autismo incluyen, pero no se limitan a:
Desafíos en la Comunicación Social:
Dificultad para comprender señales sociales (por ejemplo, expresiones faciales, tono de voz).
Preferencia por el juego solitario o interacciones con adultos en lugar de compañeros.
Desarrollo del lenguaje tardío o atípico (por ejemplo, ecolalia, guiones).
Comportamientos e Intereses Repetitivos:
Realizar movimientos repetitivos (por ejemplo, aleteo de manos, balanceo).
Enfoque intenso en temas u objetos específicos.
Resistencia a cambios en la rutina o el entorno.
Sensibilidades Sensoriales:
Hiper- o hiporreactividad a estímulos sensoriales (por ejemplo, ruidos fuertes, luces brillantes, ciertas texturas).
Comportamientos inusuales de búsqueda sensorial (por ejemplo, oler objetos, tocar superficies).
(American Psychiatric Association, 2013)