historia

IAN FADET VERBEL MUGNO

Nací el 19 de noviembre del año 2006 en el municipio de Maicao del departamento de La Guajira, si soy Guajiro, aunque no lo parezca, en fin, nací en casa de mis abuelos maternos ya que soy el hijo mayor de mis padres y mi abuela materna quería que mi mama estuviera con ella en todo el proceso del embarazo, soy el primer nieto y sobrino en la familia de mi mama y el sexto en la familia de mi papa.

 

Cuando nací fue todo un acontecimiento en la casa, todas mis tías en el hospital con mis abuelos y mi papa, todos nerviosos hasta que mi mama por fin me dio a luz. Según me cuentan mis padres fue una locura mi mama no me vio porque la enfermera que ayudo en el parto es comadre de abuela y lo que hizo fue mostrarme corriendo a todos los que estaban en la sala de espera.

 

La mayor sorpresa para ellos fue que pesé 4.500 gramos y medí 62cm de estatura, todo un bebe grande. Me cuentan que al día siguiente cuando me dieron salida como buenos guajiros y vallenatos mi papa y mi abuelo hicieron una parranda para celebrar mi nacimiento mi mama quería matarlos jajaja porque no nos dejaban dormir.

Al ser el primer sobrino y nieto fui muy consentido mis tías se peleaban por quien me cargara más, pero al cumplir un año ya mis padres decidieron que lo mejor ya era hacer su hogar independiente y nos mudamos a la ciudad de Valledupar, ciudad natal de mi papa y también tenía muchas ganas de estar en Valledupar ya que iba a compartir con mis primos paternos.

Mi papa no tenía un empleo fijo así que ellos emprendieron con un café internet en esa casa me divertí mucho ya que tenía acceso a los computadores y desde entonces comencé a sentirme atraído por las tecnologías. Al tener cuatro años mi mama quedo embarazada de mi hermano Dylan, mi papa comenzó a trabajar en la empresa de catastro municipal Agustín Codazzi y vendimos el café internet, nos mudamos para un apartamento pequeño que quedaba en el patio de una casa, allí hice 3 amigas y me la pasaba jugando con ellas, los dueños de la casa eran personas muy amables y nos amañamos mucho allí. En esa casa nació Dylan y también fue un niño muy querido por todos mientras yo fui consentido cuando nací por mi familia materna mi hermano fue consentido por la familia paterna. Mi abuela que es muy apegada a mi mama decidió vender la casa en Maicao y comprar una casa en Valledupar. Yo estaba muy feliz ya que mi abuela y mis tías estarían cerca de nosotros.

 

 Lo que más me gustaba de vivir en Valledupar no es solo por mis familiares, sino que tenía un rio hermoso llamado Guatapurí e ir al balneario Hurtado me emocionaba mucho ya que mi papa nos lleva de pesca. Sus aguas cristalinas y su bello paisaje ha sido inspiración para múltiples composiciones de música vallenata.

 

 

Luego nos mudamos a otra casa que era independiente ya mi papa comenzó a ganar un poco mas y no solo comenzamos a comprar cosas para la casa, sino que llega otro miembro mas a nuestro hogar, teniendo Dylan solo 9 meses de nacido mis papas me dan la noticia que vendría otro hermano en camino. Ya no solo era el hermano mayor de Dylan ahora tendría otro hermanito o hermanita, pero no resulto ser otro niño. Mis padres querían una niña, pero ellos nunca van en contra la voluntad de Dios, así que recibieron a mi segundo hermano con mucho amor y cariño. A pesar que mi mama y mi papa cuando se juntaron no tenían nada poco a poco con trabajo en equipo han logrado construir lo que tenemos hoy en día.

 Al cumplir Liam un año mi segundo hermano mis padres compraron un lote y comenzamos la construcción de nuestra casa, una casa que construimos con mucho esfuerzo y dedicación. Cuando la casa tenia a penas solo paredes, techo y un piso sin pulir mi mama decidió mudarse porque decía que uno habitando su casa podría ver todo lo que le hacía falta por terminar. Nos llevó varios años y aun le falta mucho por dar por terminada la casa, pero cada vez vamos haciéndole arreglos y ya casi la vemos culminada.

 

Hace 5 años a mi papa se le termino el contrato en la empresa que trabajaba entonces y le dijeron que en la ciudad de Cúcuta había una vacante. Mi papa decidió postularse y le dieron el contrato para Cúcuta, pero decidió irse solo y que mi mama, mis hermanos y yo nos quedáramos en Valledupar, ya que era una nueva ciudad que no conocíamos nunca habíamos vivido y no sabíamos que tal podría ser, nuestros familiares no querían que nos mudáramos porque temían que estuviéramos nosotros cinco solos sin familiares ni amigos cercanos.

 

Y así fue mi papa viaja hacia Cúcuta y se dio cuenta que era una buena ciudad y al mes llama a mi mama y le dice que alistara todo para la mudanza, con mucha tristeza y nostalgia dejamos atrás nuestra casa en Valledupar y toda nuestra familia y decidimos emprendernos en esta nueva aventura.

 

Mis padres consiguen cupo para que estudiáramos en el colegio municipal maría concepción Loperena ya que los tres íbamos a estar en el mismo colegio y misma jornada así le sería más fácil a ello estar pendiente de nosotros. Nos mudamos al barrio quinta Bosch donde los vecinos fueron muy buenas personas con nosotros y nos acogieron muy bien.

 

Con los vecinos de al lado hicimos una bonita amistad que al día de hoy aún está vigente a pesar que vivimos en otro barrio actualmente. Cúcuta nos acerco mucho como familia, ya que solo éramos nosotros cinco siempre nos teníamos unos a otros. Hemos conocido pueblos cercanos muy hermosos como Pamplona, Pamplonita, Chinácota, Bochalema, Durania y muchos más. Hemos conocido el páramo en Berlín paisaje que nunca nos hubiese imaginado conocer en la guajira o el cesar.

Luego entro la pandemia de nuestro amigo el COVID, llego el tiempo de aislamiento, encierro y con ello nuevos desafíos que nos toco enfrentar, mis papas hacían todo lo posible por mantenernos a salvo no salíamos para nada. Estuvimos en confinamiento hasta el mes de octubre del 2020 que al ver que íbamos a seguir en la virtualidad decidimos que en el tiempo de pandemia nos regresáramos a Valledupar y así estar cerca de nuestros seres queridos en esta dura prueba.

 

Al llegar a Valledupar estábamos muy nerviosos, claro veníamos de un aislamiento total pero no a mi familia no les importo ningún distanciamiento nos esperaron con fiesta, se podrán imaginar la emoción y el nervio porque nos abrazamos después de mucho tiempo, pero seguía el temor de que no estábamos tomando medidas. Todo un reto para nosotros que vivimos con mucha cautela la pandemia y todo el autocuidado. Pero como todo en la costa es folclor que más podíamos hacer.

 

Llega el año 2021 seguimos en virtualidad y yo cada vez crecía mas al punto que ya me había alcanzado a mi papa, llega la adolescencia y muchos cambios en mi cuerpo llegando a ser el mas alto en mi familia. Este año no hubo tantas cosas solo era estudiar virtualmente, mi papa trabajaba de forma remota y mi mama se encargaba de nosotros ya que vivíamos pegados al computador o celulares. Los fines de semana me iba para donde mis primos con los que crecí que son como mis hermanos. En las vacaciones me mudaba para la casa de mi tía porque sabía que el siguiente año nos tocaba retornar a Cúcuta y ya no iba a pasar tanto tiempo con ellos así que aprovechaba mi tiempo libre para compartir con todos ellos.

Llego el día del retorno a Cúcuta nos despedimos con mucha tristeza de nuestra familia y nuestra casa una vez más los íbamos a dejar. Pero también muy contento de regresar al colegio y ver a mis antiguos amigos. Al llegar a la nueva casa nos dimos cuenta que tenemos una cancha cerca y en esa cancha hay un club de baloncesto mis padres me inscriben y así entre al Club Cúcuta Norte, con ellos estuve un año junto con mi hermano Liam, pero a pesar de mi estatura y que todos me decían que jugara yo no me sentía bien ya que a mi el baloncesto no me llamaba la atención, estuve en el club un año por hacer otras actividades fuera de las académicas.

Este año no quise seguir ya que quería enfocarme en los estudios y en las pruebas ICFES, así que mis papas respetaron mi decisión. Al sentirme en el ultimo año inicie con muchas dudas y temores acerca de mi futuro, porque no sabia que estudiar ni que iba a ser de mí, si tendría éxito con la carrera que decidiera tomar. Mis papas quieren que yo estudie Ingeniería Civil, pero a mi no me llama la atención hable con ellos y les dije que yo me inclinaba mucho por la tecnología así que quiero estudiar Ingeniería de Sistemas, ellos no les agrado la idea, pero saben que el reto es mío y ellos no solo respetaron mi decisión, sino que me apoyan en todo momento.

A todo esto, tengo que agradecer a Dios y a todas las personas que ha puesto en nuestros caminos. En especial a mis padres que nos han mantenido unidos y que trabajan para darnos lo mejor y por enseñarnos grandes valores.

 

Esperando con ansias los siguientes capítulos de esto que se llama vida.