La concepción operativa del grupo (Bauleo, 1980, 1997; Bauleo et al., 2005; Pichón-Rivière, 1977) define éste como “una situación constituida por individuos en torno a una finalidad común o tarea” (Bauleo, 1997).
Otra acepción más completa, ya que incluye teoría y técnica, dice que: “El grupo operativo, según lo ha definido el iniciador del método Enrique Pichón-Rivière, es ‘un conjunto de personas con un objetivo común’ al que intentan abordar operando como equipo. La estructura del equipo sólo se logra mientras se opera; gran parte del trabajo del grupo operativo consiste, sucintamente expresado, en el adiestramiento para operar como equipo”.
Según Baz el grupo establece “constantes metodológicas que permiten la observación y lectura del proceso (encuadre); y un rol diferenciado de los integrantes (coordinación) que, bajo la tarea de observar qué hace el grupo con su tarea, cumple una función de aportación de significaciones del proceso grupal (señalamientos e interpretaciones), con el propósito de propiciar y sostener el proceso de esclarecimiento que apunta al aprendizaje grupal” (Baz, 1990).
Uno de los aspectos fundamentales para entender cómo funciona el grupo es el Esquema Conceptual Referencial Operativo (ECRO). Para Pichón-Rivière es “el conjunto de experiencias, conocimientos y afectos con los que un individuo piensa y actúa” (Pichón-Rivière, 1977). Bauleo et al. lo definen como: “El bagaje afectivo-cognoscitivo estructurado durante las experiencias vividas con el cual afrontamos las vicisitudes cotidianas; de su rigidez o flexibilidad depende el aprovechamiento de lo que se puede aprender en cada momento” (Bauleo et al., 2005). Checa además añade que “cada uno de nosotros a lo largo de los años y a través de innumerables fuentes, lo ha ido conformando, es nuestra filosofía y siempre que se aprende en grupo el propio ECRO se ve cuestionado” (Checa, 1995). En este sentido el aprendizaje pone en cuestión el propio esquema de referencia, lo que genera ansiedades y en definitiva actitudes defensivas y estereotipadas. Es la capacidad de flexibilizar el propio esquema de referencia a través del grupo lo que permite el aprendizaje (Baz, 1990; Checa, 1995).
La tarea es otro de los elementos centrales del grupo operativo, de hecho a éstos se les denomina como grupos centrados en la tarea (Buzzaqui-Echevarrieta, 2001). Bauleo considera que la tarea se sitúa “como pivote sobre el cual gira el proceso grupal” (Bauleo, 1997). Este mismo autor afirma que “el inicio de un grupo se emprende con el delimitar una finalidad, objetivo o tarea, por lo tanto los comienzos no nacen por los individuos ahí reunidos, sino que comienza con la construcción de una hipótesis para elaborar” (Bauleo et al., 2005).
En esta concepción del grupo de los participantes asumen la tarea como propia y trabajan en el grupo general por la consecución de los objetivos (Colomer Simón et al., 2003). Esto implica que, en cada participante, la información recibida, la experiencia acumulada, los conocimientos y habilidades que se poseen, así como su posición subjetiva con relación a la tarea, van a favorecer o generar oposición a la dinámica productiva que pretende implantarse y a la consecución de los objetivos formulados en la tarea (Colomer Simón et al., 2003).
El papel fundamental de la coordinación es favorecer la tarea grupal, identificar la distancia del grupo a la misma, disolver o ayudar a esclarecer las resistencias al cambio que se interponen y actuar como soporte del grupo a lo largo de su trabajo, en especial a la asunción y presentación final de la producción (Bauleo, 1997; Bauleo et al., 2005).
Bibliografía
Bauleo, A. (1980). Grupo operativo y psicología social. Imago.
Bauleo, A. (1997). La operación grupal. Área 3. Cuadernos De Temas Grupales E Institucionales, 5, 1–6.
Bauleo, A., Monserrat, A., & Suárez, F. (2005). Psicoanálisis Operativo: A propósito de la grupalidad. Atuel/Parusía.
Baz, M. (1990). Reflexiones sobre la didáctica grupal. In A. Bauleo, J. C. Duro, & R. Vignale (Eds.), La concepción operativa de grupo (pp. 203–222). Asociación Española de Neuropsiquiatría.
Buzzaqui-Echevarrieta, A. (2001). En el campo grupal: grupo, tarea y coordinación. Área 3. Cuadernos De Temas Grupales E Institucionales, 8, 1–10.
Checa, L. (1995). El grupo como espacio privilegiado del pensamiento. Área 3. Cuadernos De Temas Grupales E Institucionales, 2, 1–7.
Colomer Simón, A. J., Benedí Sanz, L., Granada López, J. M., Royuela Valero, M., & Romero Morales, F. (2003). Un proceso formativo “a medida” para los equipos de cuidados de enfermería de los Servicios de Salud Mental y Psiquiatría. Boletín Epidemiológico de Aragón, 6(2), 21–25.
Pichón-Rivière, E. (1977). El proceso grupal. Del psicoanálisis a la psicología social (I). Nueva Visión.