El control de accesos es la función más desempeñada por los vigilantes de seguridad en nuestro país. Se trata de un servicio muy transversal y que, son escasos los lugares que contando con un servicio de seguridad ofrecido por una empresa profesional no dispongan de control en sus accesos.
Ya sean centros o parques comerciales, edificios públicos o privados, residenciales o comunidades de vecinos, eventos, etc. Contar con un vigilante de seguridad privada para controlar los accesos genera un plus de seguridad que únicamente con dispositivos electrónicos no se consigue.
Es el pilar del sistema integral de seguridad, distinguiendo además control de acceso a personas, vehículos, mercancías, etc.
Las funciones a llevar a cabo por el vigilante de seguridad para un control de accesos se establece en cuatro pasos:
Identificación, Autorización, Registro y Acreditación.
La función principal del vigilante de seguridad en el control de accesos es garantizar el desarrollo de la actividad que se realiza en el interior de la zona a proteger de forma adecuada, sin ningún elemento que pueda alterarla. Ahí reside la importancia de contar con profesionales debidamente formados y especializados para el desarrollo de su labor de manera eficaz.
La identificación de la persona que quiere acceder es el objetivo fundamental. Hay que conocer quién accede a una instalación y en qué condiciones lo hace. Esto consiste en comprobar por medios documentales que la persona que va a acceder es quien dice ser.
Para ello, el personal de seguridad privada debe conocer los documentos válidos para la identificación y sus medidas de seguridad de forma que si una persona malintencionada enseña un documento falso, por ejemplo diciendo que es inspector de hacienda o trabajo, el vigilante lo descubra en el control de acceso y no le permita la entrada.
Básicamente un rondín, es una colección de puntos geográficos a los cuales el guardia de seguridad o supervisor debe visitar con una frecuencia predeterminada. Generalmente estos puntos son áreas clave de la empresa o propiedad particular, como ser puertas de entrada/salida, almacenes, áreas comunes o similares. Las instrucciones para cada uno de estos checkpoints pueden ser tan simples como pasar por el lugar y realizar una verificación a simple vista o tan complejas como realizar inspecciones de activos, cámaras, maquinaria u otros.
El generar reportes con la periodicidad apropiada ayuda a la empresa de seguridad a contar con información importante y oportuna conforme a las novedades presentadas en cada uno de los puntos asignados en las rondas. Por ejemplo, si existe alguna emergencia, algún daño o algo que levante sospecha en algún área del cliente, la acción inmediata o simplemente el registro del evento puede ser un factor clave al momento de resolver dicho problema e incluso podría liberar de potenciales problemas legales al guardia y a la empresa. Todo esto sin mencionar que el cliente necesita conocer, en tiempo real, todo lo que sucede en su propiedad.