Es curioso cómo se nos pinta la vida como un camino ya trazado que no nos permite desviarnos sin represalias. Asimilamos la realidad como si no hubiese campo para tomar decisiones, confirmando que la libertad es condicionada.
Ambulante es un proyecto pictórico que muestra la travesía de una pequeña conejita blanca por medio de los pequeños momentos que atraviesa.
La vida es un viaje perpetuo, un fragmento en la línea de tiempo que nos permite ir y venir, que da para intentar distintas formas de hacer las cosas, donde constantemente estamos perdiéndonos, encontrándonos, sorprendiéndonos, dándonos la oportunidad de conocernos una y otra vez hasta que nuestra estadía en este mundo eventualmente cese.
He logrado encontrar la belleza y serenidad en lo efímero y lo represento en esta serie de ilustraciones acompañadas por pensamientos que he reflexionado en esta etapa de mi
adultez.
Los estándares culturales de Japón y su definición de belleza se han nutrido por muchos años influenciados por la naturaleza y el curso natural del tiempo.
Han desarrollado una sensibilidad y apreciación por lo natural. Mono no Aware no tiene una traducción literal, pero se le puede conocer como una sensación compleja que estremece ante la belleza en lo efímero de las cosas. Dentro de su filosofía, está el encontrar la belleza en formas inesperadas. En los pequeños momentos, en la ausencia, en los espacios, en el paso natural del tiempo sobre las cosas. Abrazar las imperfecciones.
Este concepto estético comenzó a tener su evolución en la era Heian, el último periodo clásico en la historia de Japón (794-1185), esto previo a la influencia budista. Esta filosofía no tiene una influencia religiosa, antecede a ello. El antecedente donde podemos ver esto de manera más fehaciente, es en la literatura japonesa, sobre todo en Genji Monogatari (La historia de Genji), considerada la primera novela del mundo. Escrita por Murasaki Shikibu que nos narra la vida cortesana del personaje principal, sus costumbres y sucesos durante su vida.
En este proyecto descubrí la importancia y conexión del Mono no aware con mi trabajo. Esta filosofía de las artes japonesas que se enfoca a la apreciación de la belleza en lo efímero, lo contemplativo me ayudó a perfilar y entender qué es lo que me interesa representar en mi producción de obra.
Lo represento por medio de este personaje principal que se va encontrando con distintas criaturas y lugares en su travesía, aprende de sí misma, de su entorno, se maravilla de los espacios que puede presentar sabiendo que esas circunstancias jamás se repetirán. La agridulce sensación de que todo termina.
Una belleza que quizá nos genera nostalgia y tristeza porque no volverá, pero a la vez, es lo que nos permite apreciarlo con más ímpetu. Y es un poco como la vida misma, aceptar que todo esto que experimentamos tendrá un fin puede generarnos tristeza, pero a la vez, le da un valor especial a cada momento.