Poeta y educadora de madre alemana y padre chileno, la biculturalidad es algo que marca toda su vida. En 1980, cursando tercero básico se produce su primer acercamiento a la literatura y a la poesía, a partir del libro de las preguntas de Pablo Neruda, guiado por su profesora Victoria Castro, quien en 1984 recopila el trabajo realizado y publica en una edición a cargo del poeta Alfonso Alcalde.
Estudió Literatura en la Universidad de Chile. Vivió en Alemania desde 1999. A pesar de ser mitad alemana por descendencia materna no tenía un dominio completo del idioma, por lo que en un comienzo le cuesta adaptarse, así comenzó sus estudios sobre Escritura Autobiográfica y Creativa en la Alice Salomon Hochschule en Berlín. Fue allí donde encontró su pasión por educar, donde en 2008 se tituló como “pedagoga de la poesía”, enfocada en la enseñanza de literatura en niños. El año 2009 se regresa a Chile y con el apoyo de Balmaceda Arte Joven, realiza junto con otro grupo de educadores el Club de Poetas en una escuela básica de Pedro Aguirre Cerda, experiencia que hace concreta y materializa los sustentos teóricos que Alejandra desarrolla en su tesis titulada “Entre la sombra y la esperanza. Fundamentos de le educación poética temprana”.
Ha publicado los libros de poesía "El Yo Cactus" (1994), "Escrito en braile" (1998), "Material Mente Diario" (2009), "Dios es el Yotro" (2010), "Llaves del pensamiento cautivo" (2015), y "Dramatis Personae" (2018), siendo una de las más destacadas voces de su generación. Con una vasta trayectoria dictando cátedras, cursos, talleres, seminarios y charlas en colegios y universidades de todo el país, Alejandra del Río se ha destacado por su labor como didacta, entusiasmando a profesores y educadores de la necesidad de contar con metodologías adecuadas, divertidas y efectivas para la enseñanza del lenguaje, y de hecho fue en la tierra de Gabriela Mistral, en Montegrande, entre el 2011 y 2013, donde levantó una biblioteca pública gestionada desde la educación popular y desde la educación poética.
En 2016 fue invitada a exponer y realizar un taller frente a cerca de 100 profesores en el Seminario Literatura y Sentido. En junio del 2017 obtuvo una certificación como terapeuta humanista-transpersonal extendido por el Instituto Humanista-Transpersonal de Santiago.