Parte II: El universo local
Auspiciada por un colectivo de seres personales del universo local de Nebadón con el beneplácito de Gabriel de Lugar de Salvación.
Escrito 32 Evolución de los universos locales
1. LA APARICIÓN FÍSICA DE LOS UNIVERSOS
2. LA ORGANIZACIÓN DEL UNIVERSO
3. LA IDEA EVOLUTIVA
4. RELACIÓN DE DIOS CON LOS UNIVERSOS LOCALES
5. EL PROPÓSITO ETERNO Y DIVINO
Escrito 33 La administración del universo local
1. MIGUEL DE NEBADÓN
2. EL SOBERANO DE NEBADÓN
3. EL HIJO Y EL ESPÍRITU DEL UNIVERSO
4. GABRIEL: MANDATARIO EN JEFE
5. LOS EMBAJADORES DE LA TRINIDAD
6. LA ADMINISTRACIÓN GENERAL
7. LOS TRIBUNALES DE NEBADÓN
8. FUNCIONES LEGISLATIVAS Y EJECUTIVAS
Escrito 34 El espíritu materno del universo local
1. LA MANIFESTACIÓN PERSONAL DEL ESPÍRITU CREATIVO
2. LA NATURALEZA DE LA BENEFACTORA DIVINA
3. EL HIJO CREADOR Y EL ESPÍRITU CREATIVO EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO
4. LAS VÍAS CIRCULATORIAS DEL UNIVERSO LOCAL
5. EL MINISTERIO DEL ESPÍRITU CREATIVO
6. EL ESPÍRITU EN EL HOMBRE
7. EL ESPÍRITU Y LA CARNE
Escrito 35 Los Hijos de Dios de los universos locales
1. EL PADRE MELQUISEDEC
2. LOS HIJOS MELQUISEDECS
3. LOS MUNDOS MELQUISEDECS
4. EL TRABAJO ESPECIAL DE LOS MELQUISEDECS
5. LOS HIJOS VORONDADECS
6. LOS PADRES DE LAS CONSTELACIONES
7. LOS MUNDOS VORONDADECS
8. LOS HIJOS LANONANDECS
9. LOS GOBERNANTES LANONANDECS
10. LOS MUNDOS LANONANDECS
Escrito 36 Los portadores de vida
1. ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS PORTADORES DE VIDA
2. LOS MUNDOS DE LOS PORTADORES DE VIDA
3. TRASPLANTE DE LA VIDA
4. LOS PORTADORES DE VIDA MELQUISEDECS
5. LOS SIETE ESPÍRITUS ASISTENTES DE LA MENTE
6. LAS FUERZAS VIVAS
Escrito 37 Los seres personales del universo local
1. LOS AUXILIARES DEL UNIVERSO
2. LAS BRILLANTES ESTRELLAS VESPERTINAS
3. LOS ARCÁNGELES
4. LOS ASISTENTES ALTÍSIMOS
5. LOS ALTOS COMISIONADOS
6. LOS SUPERVISORES CELESTIALES
7. LOS MAESTROS DE LOS MUNDOS DE LAS MORADAS
8. LOS ÓRDENES ESPIRITUALES SUPERIORES CON ASIGNACIÓN PERMANENTE
9. LOS CIUDADANOS PERMANENTES DEL UNIVERSO LOCAL
10. OTROS GRUPOS DEL UNIVERSO LOCAL
Escrito 38 Los espíritus servidores del universo local
1. EL ORIGEN DE LOS SERAFINES
2. NATURALEZAS ANGÉLICAS
3. LOS ÁNGELES NO REVELADOS
4. LOS MUNDOS SERÁFICOS
5. FORMACIÓN DE LOS SERAFINES
6. ORGANIZACIÓN SERÁFICA
7. LOS QUERUBINES Y LOS SANOBINES
8. EVOLUCIÓN DE LOS QUERUBINES Y SANOBINES
9. LAS CRIATURAS INTERMEDIAS
Escrito 39 Las multitudes seráficas
1. LOS SERAFINES SUPREMOS
2. LOS SERAFINES SUPERIORES
3. LOS SERAFINES SUPERVISORES
4. LOS SERAFINES GESTORES
5. LOS AYUDANTES PLANETARIOS
6. LOS SERVIDORES DE LAS CRIATURAS EN TRANSICIÓN
7. LOS SERAFINES DEL FUTURO
8. EL DESTINO DE LOS SERAFINES
9. EL COLECTIVO SERÁFICO DE LA CONSUMACIÓN
Escrito 40 Los Hijos ascendentes de Dios
1. LOS SERAFINES EVOLUTIVOS
2. HIJOS MATERIALES ASCENDENTES
3. SERES INTERMEDIOS TRASLADADOS
4. LOS MODELADORES PERSONIFICADOS
5. LOS MORTALES DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO
6. LOS HIJOS DE DIOS POR LA FE
7. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL PADRE
8. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL HIJO
9. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL ESPÍRITU
10. EL DESTINO DE LOS ASCENDENTES
Escrito 41 Aspectos físicos del universo local
1. LOS CENTROS DE LA POTENCIA DE NEBADÓN
2. LOS CONTROLADORES FÍSICOS DE SATANIA
3. NUESTROS ACOMPAÑANTES ESTELARES
4. LA DENSIDAD DE LOS SOLES
5. LA RADIACIÓN SOLAR
6. EL CALCIO: EL ERRANTE DEL ESPACIO
7. FUENTES DE LA ENERGÍA SOLAR
8. REACCIONES DE LA ENERGÍA SOLAR
9. LA ESTABILIDAD DE LOS SOLES
10. ORIGEN DE LOS MUNDOS HABITADOS
Escrito 42 Energía, mente y materia
1. LAS FUERZAS Y LAS ENERGÍAS DEL PARAÍSO
2. LOS SISTEMAS DE ENERGÍA UNIVERSALES NO ESPIRITUALES (LAS ENERGÍAS FÍSICAS)
3. CLASIFICACIÓN DE LA MATERIA
4. TRANSMUTACIONES DE LA ENERGÍA Y DE LA MATERIA
5. LAS MANIFESTACIONES DE LA ENERGÍA ONDULATORIA
6. ULTIMATONES, ELECTRONES Y ÁTOMOS
7. LA MATERIA ATÓMICA
8. LA COHESIÓN DEL ÁTOMO
9. LA FILOSOFÍA NATURAL
10. LOS SISTEMAS DE ENERGÍA UNIVERSALES NO ESPIRITUALES (LOS SISTEMAS DE LA MENTE MATERIAL)
11. LOS MECANISMOS DEL UNIVERSO
12. MODELO Y FORMA: EL PREDOMINIO DE LA MENTE
Escrito 43 Las constelaciones
1. LA SEDE CENTRAL DE LA CONSTELACIÓN
2. EL GOBIERNO DE LAS CONSTELACIONES
3. LOS ALTÍSIMOS DE NORLATIADEC
4. EL MONTE DE LA ASAMBLEA: EL FIEL DE DÍAS
5. LOS PADRES DE EDENTIA DESDE LA REBELIÓN DE LUCIFER
6. LOS JARDINES DE DIOS
7. LOS UNIVITATIAS
8. LOS MUNDOS FORMATIVOS DE EDENTIA
9. CIUDADANÍA EN EDENTIA
Escrito 44 Los artesanos celestiales
1. LOS MÚSICOS CELESTIALES
2. LOS INTÉRPRETES CELESTIALES
3. LOS CONSTRUCTORES DIVINOS
4. LOS ARCHIVISTAS DEL PENSAMIENTO
5. LOS OPERADORES DE LA ENERGÍA
6. DISEÑADORES Y EMBELLECEDORES
7. LOS LABORADORES DE LA ARMONÍA
8. ASPIRACIONES HUMANAS Y LOGROS MORONTIALES
Escrito 45 La administración del sistema local
1. LOS MUNDOS DE CULTURA Y TRANSICIÓN
2. EL SOBERANO DEL SISTEMA
3. EL GOBIERNO DEL SISTEMA
4. LOS VEINTICUATRO CONSEJEROS
5. LOS HIJOS MATERIALES
6. FORMACIÓN ADÁNICA DE LOS SERES ASCENDENTES
7. LAS ESCUELAS DE LOS MELQUISEDECS
Escrito 46 La sede central del sistema local
1. ASPECTOS FÍSICOS DE JERUSEM
2. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE JERUSEM
3. LAS ESTACIONES DE RECEPCIÓN Y TRANSMISIÓN DE JERUSEM
4. LAS ÁREAS RESIDENCIALES Y ADMINISTRATIVAS
5. LOS CÍRCULOS DE JERUSEM
6. LOS CUADRADOS EJECUTIVOS-ADMINISTRATIVOS
7. LOS RECTÁNGULOS: LOS ESPORNAGIAS
8. LOS TRIÁNGULOS DE JERUSEM
Escrito 47 Los siete mundos de las moradas
1. EL MUNDO DE LOS FINALIZADORES
2. LAS GUARDERÍAS PROBATORIAS
3. EL PRIMER MUNDO DE MORADA
4. EL SEGUNDO MUNDO DE MORADA
5. EL TERCER MUNDO DE MORADA
6. EL CUARTO MUNDO DE MORADA
7. EL QUINTO MUNDO DE MORADA
8. EL SEXTO MUNDO DE MORADA
9. EL SÉPTIMO MUNDO DE MORADA
10. LOS CIUDADANOS DE JERUSEM
Escrito 48 La vida morontial
1. MATERIALES MORONTIALES
2. LOS SUPERVISORES DE LA POTENCIA MORONTIAL
3. LOS ACOMPAÑANTES MORONTIALES
4. LOS DIRECTORES DE REVERSIÓN
5. LOS MAESTROS DE LOS MUNDOS DE LAS MORADAS
6. LOS SERAFINES DE LOS MUNDOS MORONTIALES: LOS SERVIDORES DE LAS CRIATURAS EN TRANSICIÓN
7. LA MOTA MORONTIAL
8. LOS PROGRESADORES MORONTIALES
Escrito 49 Los mundos habitados
1. LA VIDA PLANETARIA
2. TIPOS FÍSICOS DE CRIATURAS PLANETARIAS
3. LOS MUNDOS DE LOS NO RESPIRADORES
4. LAS CRIATURAS EVOLUTIVAS DE VOLUNTAD
5. LOS GRUPOS PLANETARIOS DE MORTALES
6. SALIDA DEL PLANETA
Escrito 50 Los príncipes planetarios
1. LA MISIÓN DE LOS PRÍNCIPES
2. LA ADMINISTRACIÓN PLANETARIA
3. LA COMITIVA CORPÓREA DEL PRÍNCIPE
4. LAS SEDES CENTRALES Y LAS ESCUELAS PLANETARIAS
5. EL PROGRESO DE LA CIVILIZACIÓN
6. LA CULTURA PLANETARIA
7. LAS RECOMPENSAS DEL AISLAMIENTO
Escrito 51 Los adanes planetarios
1. ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS HIJOS MATERIALES DE DIOS
2. EL TRASLADO DE LOS ADANES PLANETARIOS
3. LAS MISIONES ADÁNICAS
4. LAS SEIS RAZAS EVOLUTIVAS
5. CRUZAMIENTO RACIAL: LA DOTACIÓN DE LA SANGRE ADÁNICA
6. EL RÉGIMEN EDÉNICO
7. ADMINISTRACIÓN CONJUNTA
Escrito 52 Épocas planetarias de los mortales
1. EL HOMBRE PRIMITIVO
2. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL PRÍNCIPE PLANETARIO
3. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DE ADÁN
4. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO MAGISTRADO
5. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO DE GRACIA
6. LA ERA POSTERIOR A LA MISIÓN DE GRACIA EN URANTIA
7. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO PRECEPTOR
Escrito 53 La rebelión de Lucifer
1. LOS LÍDERES DE LA REBELIÓN
2. LAS CAUSAS DE LA REBELIÓN
3. EL MANIFIESTO DE LUCIFER
4. EL ESTALLIDO DE LA REBELIÓN
5. LA NATURALEZA DEL CONFLICTO
6. UN LEAL COMANDANTE DE SERAFINES
7. LA HISTORIA DE LA REBELIÓN
8. EL HIJO DEL HOMBRE EN URANTIA
9. EL ESTADO ACTUAL DE LA REBELIÓN
Escrito 54 Los problemas de la rebelión de Lucifer
1. LA VERDADERA LIBERTAD Y LA FALSA LIBERTAD
2. EL ROBO DE LA LIBERTAD
3. LA DILACIÓN DE LA JUSTICIA
4. LA MISERICORDIOSA DILACIÓN
5. LA SABIDURÍA DE LA DEMORA
6. EL TRIUNFO DEL AMOR
Escrito 55 Las esferas de luz y vida
1. EL TEMPLO MORONTIAL
2. MUERTE Y TRASLADO
3. LAS ERAS DE ORO
4. REAJUSTES GOBERNATIVOS
5. LA CIMA DEL DESARROLLO MATERIAL
6. EL SER HUMANO INDIVIDUAL
7. LA PRIMERA ETAPA O ETAPA PLANETARIA
8. LA SEGUNDA ETAPA O ETAPA DEL SISTEMA
9. LA TERCERA ETAPA O ETAPA DE LA CONSTELACIÓN
10. LA CUARTA ETAPA O ETAPA DEL UNIVERSO LOCAL
11. LA ETAPA DE LOS SECTORES MENORES Y MAYORES
12. LA SÉPTIMA ETAPA O ETAPA DEL SUPRAUNIVERSO
Escrito 56 La unidad universal
1. LA COORDINACIÓN FÍSICA
2. LA UNIDAD INTELECTUAL
3. LA UNIFICACIÓN ESPIRITUAL
4. LA UNIFICACIÓN DEL SER PERSONAL
5. LA UNIDAD DE LA DEIDAD
6. LA UNIFICACIÓN DE LA DEIDAD EVOLUTIVA
7. REPERCUSIONES EVOLUTIVAS UNIVERSALES
8. EL UNIFICADOR SUPREMO
9. LA UNIDAD DEL ABSOLUTO UNIVERSAL
10. VERDAD, BELLEZA Y BONDAD
Escrito 32
Evolución de los universos locales
32:0.1 (357.1) Cada universo local es obra de uno de los hijos creadores del Paraíso del orden de Miguel. Cada cual consta de cien constelaciones, que están a su vez compuestas de mil sistemas de mundos habitados. Con el tiempo, cada sistema terminará por tener aproximadamente mil esferas habitadas.
32:0.2 (357.2) Todos estos universos del tiempo y del espacio son evolutivos. El plan creativo de los migueles del Paraíso sigue siempre la senda del crecimiento gradual y el desarrollo progresivo de la naturaleza y de la capacidad física, intelectual y espiritual de las múltiples criaturas que habitan los diferentes tipos de esferas que integran cualquier universo local.
32:0.3 (357.3) Urantia pertenece a un universo local cuyo soberano es el Dios-hombre de Nebadón, Jesús de Nazaret, Miguel de Lugar de Salvación. Y la Trinidad del Paraíso dio su plena aprobación a todo el plan de Miguel previsto para este universo local antes de que él emprendiera la suprema aventura del espacio.
32:0.4 (357.4) Los Hijos de Dios pueden elegir las áreas de su actividad creadora, pero son los arquitectos paradisíacos del universo matriz los que originariamente conciben y diseñan estas creaciones materiales.
1. LA APARICIÓN FÍSICA DE LOS UNIVERSOS
32:1.1 (357.5) La actuación sobre el espacio-fuerza y las energías primordiales que precede a la creación de los universos constituye el trabajo de los organizadores paradisíacos mayores de la fuerza; pero en los ámbitos del suprauniverso, cuando la energía emergente se hace sensible a la gravedad local o lineal, estos se retiran en favor de los directores de la potencia del suprauniverso correspondiente.
32:1.2 (357.6) En cuanto a la creación de los universos locales, los directores de la potencia actúan solos durante las etapas premateriales y posteriores a la fuerza. Los hijos creadores no tienen posibilidad alguna de comenzar la organización del universo hasta que los directores de la potencia no hayan llevado a efecto la suficiente movilización del espacio-energías como para proporcionar una base material —soles verdaderos y esferas materiales— al universo emergente.
32:1.3 (357.7) Aunque difieran de forma considerable en sus dimensiones físicas y puedan variar cada cierto tiempo en su contenido de materia visible, todos los universos locales tienen aproximadamente un mismo potencial energético. La carga de la potencia y la dotación del potencial de la materia de un universo local se establecen por medio de la acción directiva de los directores de la potencia y de sus predecesores, al igual que por la actividad del hijo creador y por la inherente capacidad de su colaboradora creativa para el control físico.
32:1.4 (358.1) La carga energética de un universo local es aproximadamente una cienmilésima parte de la dotación de fuerza del suprauniverso al que pertenece. En el caso de Nebadón, vuestro universo local, la materialización de la masa es algo menor. En un sentido físico, Nebadón posee toda la dotación física de la energía y la materia que se pueda encontrar en cualquiera de las creaciones locales de Orvontón. La única limitación física a la expansión evolutiva del universo de Nebadón radica en la carga cuantitativa del espacio-energía sujeta al control gravitatorio de la conjunción de las potencias y seres personales del mecanismo combinado del universo.
32:1.5 (358.2) Cuando la energía-materia ha alcanzado un cierto grado de materialización de su masa, aparece en escena un hijo creador del Paraíso, acompañado por una hija creativa del Espíritu Infinito. En simultaneidad con la llegada del hijo creador, da comienzo la labor de construir la esfera arquitectónica, que se convertirá en el mundo-sede central del universo local en proyecto. Durante largas eras, esa creación local evoluciona, los soles se estabilizan, los planetas se forman y giran alrededor de sus órbitas, mientras que continúa la tarea de creación de los mundos arquitectónicos, destinados a ser las sedes centrales de las constelaciones y las capitales de los sistemas.
2. LA ORGANIZACIÓN DEL UNIVERSO
32:2.1 (358.3) En la organización del universo, a los hijos creadores les preceden los directores de la potencia al igual que otros seres de origen en la Tercera Fuente y Centro. A partir de las energías del espacio, previamente organizadas de ese modo, Miguel, vuestro hijo creador, estableció las regiones habitadas del universo de Nebadón y desde entonces siempre se ha dedicado con esmero al gobierno de las mismas. A partir de la energía preexistente, estos Hijos divinos materializan la materia visible, diseñan a las criaturas vivas y, con la cooperación de la presencia en el universo del Espíritu Infinito, crean una variada comitiva de seres personales espirituales.
32:2.2 (358.4) Estos directores de la potencia y controladores de la energía, que precedieron con tanta antelación al hijo creador en la tarea física preliminar de organizar el universo, realizan posteriormente un espléndido servicio en coordinación con este Hijo del universo, conservando para siempre el control de aquellas energías que organizaron y pusieron en circulación. En Lugar de Salvación, todavía están en funcionamiento estos mismos cien centros de la potencia que cooperaron con vuestro hijo creador en la formación inicial de este universo local.
32:2.3 (358.5) El primer acto completo de creación física ocurrido en Nebadón consistió en la organización del mundo-sede central o esfera arquitectónica de Lugar de Salvación, con sus satélites. Desde el momento de la actuación inicial de los centros de la potencia y de los controladores físicos hasta la llegada del equipo asistente de existencia viva a las esferas ya completadas de Lugar de Salvación, transcurrieron algo más de mil millones de años de vuestro presente tiempo planetario. A la construcción de Lugar de Salvación, le siguió inmediatamente la creación de cien mundos-sede de las constelaciones en proyecto y diez mil esferas sedes de los sistemas locales igualmente en proyecto, planificados para la dirección y la administración planetarias, junto con sus satélites arquitectónicos. Estos mundos arquitectónicos se diseñan para albergar tanto a seres personales físicos como a seres espirituales, al igual que a seres en estado morontial intermedio o de transición.
32:2.4 (359.1) Lugar de Salvación, la sede central de Nebadón, está situada en el centro exacto de la energía-masa del universo local. Pero vuestro universo local no es un sistema astronómico simple, a pesar del hecho de que existe un sistema de gran tamaño en su centro físico.
32:2.5 (359.2) Lugar de Salvación es la sede personal de Miguel de Nebadón, pero no siempre se encuentra allí. Para que vuestro universo local funcione armoniosamente no es preciso que el hijo creador esté presente en la esfera capital permanentemente; esto, sin embargo, no era cierto en las primeras épocas de la organización física del universo. Un hijo creador no puede dejar su mundo-sede hasta que no se instaura la gravedad de la zona espacial, que se realiza por medio de una materialización de energía suficiente como para permitir que las distintas vías y sistemas se equilibren entre sí mediante la atracción mutua de la materia.
32:2.6 (359.3) En este momento, llega a su fin el proyecto físico del universo, y el hijo creador junto con el espíritu creativo diseñan su plan para la creación de la vida; tras ello, esta representante del Espíritu Infinito inicia su actividad en el universo como ser personal creativo diferenciado. Cuando se lleva a efecto y se articula esta primera acción creativa, surge a la existencia la brillante estrella de la mañana, la personificación de este concepto creativo inicial de identidad e ideal de la divinidad. Se trata del mandatario en jefe del universo, el colaborador personal del hijo creador, alguien semejante a él en todos los aspectos de su carácter, aunque notablemente limitado en cuanto a atributos divinos.
32:2.7 (359.4) Y, entonces, a la aparición del brazo derecho y mandatario en jefe del hijo creador le sigue la creación de un inmenso y maravilloso grupo de criaturas de diversa índole. Empezaron a aparecer hijos e hijas del universo local y, poco después, se establece el gobierno de ese universo, desde los consejos supremos del universo hasta los Padres de las constelaciones y los soberanos de los sistemas locales —integrados por esos mundos que están destinados a convertirse más tarde en la morada de las distintas razas mortales de criaturas de voluntad—. Un príncipe planetario presidirá cada uno de estos mundos.
32:2.8 (359.5) Y, entonces, cuando dicho universo se ha organizado por completo y se ha provisto de abundante personal, el hijo creador acomete el plan del Padre de crear al hombre mortal a su imagen divina.
32:2.9 (359.6) En Nebadón, la organización de las moradas planetarias sigue su curso. Este universo constituye, de hecho, un aglomerado joven entre las regiones estelares y planetarias de Orvontón. De acuerdo con el último registro, había 3 840 101 planetas habitados en Nebadón, y Satania, que es el sistema local al que pertenece vuestro mundo, es bastante común en relación con otros sistemas.
32:2.10 (359.7) Satania no es un sistema físico uniforme, esto es, una unidad o estructura astronómica simple. Los 619 mundos habitados de que consta se localizan en más de quinientos sistemas físicos diferentes. Únicamente cinco de estos sistemas tienen más de dos mundos habitados, y de ellos solamente uno tiene cuatro planetas poblados; mientras que hay cuarenta y seis sistemas con dos mundos habitados.
32:2.11 (359.8) El sistema de mundos habitados de Satania está a una gran distancia de Uversa y de ese gran aglomerado de soles que funciona como centro físico o astronómico del séptimo suprauniverso. Desde Jerusem, la sede central de Satania, hay más de doscientos mil años luz hasta el centro físico del suprauniverso de Orvontón, situado lejos, muy lejos en el denso diámetro de la Vía Láctea. Satania está en la periferia del universo local, y Nebadón se encuentra ahora muy afuera hacia el borde de Orvontón. Desde el sistema ultraperiférico de mundos habitados hasta el centro del suprauniverso hay algo menos de doscientos cincuenta mil años luz.
32:2.12 (360.1) En este momento, el universo de Nebadón gira lejos hacia el sureste en la vía circulatoria del suprauniverso de Orvontón. Los universos limítrofes más cercanos son: Avalón, Henselón, Sanselón, Portalón, Wolverín, Fanovín y Alvorín.
32:2.13 (360.2) Pero la evolución de un universo local es un largo relato. En los escritos dedicados al estudio del suprauniverso se introduce este tema. En los de esta sección, que tratan de las creaciones locales, se continúa, mientras que en los siguientes, que abordan la historia y el destino de Urantia, se completa dicho relato. No obstante, solo podréis comprender suficientemente el destino de los mortales de una creación local como esta si examináis el relato de la vida y enseñanzas de vuestro hijo creador, cuando vivió la vida de un hombre mortal de vuestro propio mundo evolutivo.
3. LA IDEA EVOLUTIVA
32:3.1 (360.3) La única creación perfectamente estable es Havona, el universo central, que se creó directamente por el pensamiento del Padre Universal y la palabra del Hijo Eterno. Havona es un universo existencial, perfecto y completo, que rodea la morada de las Deidades eternas, el centro de todas las cosas. Los siete suprauniversos son creaciones finitas, evolutivas y en avance continuo y sistemático.
32:3.2 (360.4) Los sistemas físicos del tiempo y del espacio tienen un origen evolutivo. Ni siquiera son estables físicamente hasta que no entran en las vías circulatorias establecidas de sus suprauniversos. Tampoco se asienta en luz y vida un universo local hasta que no se hayan agotado sus posibilidades físicas de expansión y desarrollo, y hasta que no se haya asentado y estabilizado para siempre el estatus espiritual de todos sus mundos habitados.
32:3.3 (360.5) Con la excepción del universo central, la perfección se consigue de forma progresiva. En la creación central encontramos un modelo de perfección, pero todas las otras regiones espaciales deben alcanzar esa perfección siguiendo los métodos establecidos para el avance de esos mundos o universos concretos. Y los planes de los hijos creadores en relación con la organización, evolución, entrenamiento sistemático y establecimiento de sus respectivos universos locales se caracterizan por una casi infinita variedad de métodos.
32:3.4 (360.6) Exceptuando la presencia en cuanto deidad del Padre, cada universo local es, en cierto sentido, una copia de la organización administrativa de la creación central o modelo. Aunque el Padre Universal está personalmente presente en el universo en el que reside, no habita en las mentes de los seres originarios de dicho universo tal como lo hace literalmente en las almas de los mortales del tiempo y del espacio. Allí parece darse una omnisapiente compensación en cuanto al ajuste y regulación de los acontecimientos espirituales de la extensa creación. En el universo central, el Padre está personalmente presente como tal, pero está ausente de la mente de los hijos de esa creación perfecta. En los universos del espacio, el Padre está ausente en persona, siendo los Hijos soberanos quienes lo representan, aunque está íntimamente presente en las mentes de sus hijos mortales, representado espiritualmente por la presencia prepersonal de los mentores misteriosos, que habitan en las mentes de estas criaturas de voluntad.
32:3.5 (360.7) En la sede de un universo local residen todos aquellos seres personales creadores y creativos que ostentan autoridad de forma independiente y autonomía de orden administrativo, salvo la presencia personal del Padre Universal. En el universo local, salvo al Padre universal, es posible encontrar algo de todas y de cada una de casi todas las clases de seres inteligentes existentes en el universo central. A pesar de que el Padre Universal no está personalmente presente en un universo local, está personalmente representado por su hijo creador, primeramente actuando como vicerregente de Dios y, después, como gobernante soberano y supremo por derecho propio.
32:3.6 (361.1) Cuanto más descendemos en la escala de la vida, más arduo es encontrar, con los ojos de la fe, al Padre invisible. A las criaturas más modestas —y, a veces, incluso a los seres personales más elevados—, les resulta siempre difícil concebir al Padre Universal en sus hijos creadores. Así pues, en espera de su exaltación espiritual, cuando su perfección alcance un desarrollo que les permita percibir a Dios en persona, se sienten cansados de este proceso, albergan dudas espirituales, caen en la confusión y, como consecuencia, se apartan del propósito de progreso espiritual de su tiempo y universo. De esta manera, pierden la capacidad de ver al Padre cuando contemplan al hijo creador. Durante el prolongado esfuerzo por alcanzar al Padre, en el período en que las condiciones que esto conlleva hacen imposible tal logro, la más segura salvaguarda para la criatura consiste en aferrarse con tenacidad a la verdad-hecho de la presencia del Padre en sus Hijos del Paraíso. De forma literal y figurativa, espiritual y personal, el Padre y sus Hijos son uno solo. Es un hecho: el que ha visto a un hijo creador, ha visto al Padre.
32:3.7 (361.2) Los seres personales de un determinado universo son solamente estables y dignos de confianza en el comienzo, según su grado de confluencia con la Deidad. Cuando el origen de la criatura está demasiado lejos de las fuentes originales y divinas, ya sea en referencia a los Hijos de Dios o a las criaturas servidoras pertenecientes al Espíritu Infinito, se puede dar la posibilidad de que aumente la falta de armonía, la confusión y a veces la rebelión —esto es, el pecado—.
32:3.8 (361.3) Con la excepción de los seres perfectos que se originan en la Deidad, todas las criaturas de voluntad de los suprauniversos son de naturaleza evolutiva; comienzan desde una condición humilde y se elevan siempre hacia arriba, en realidad hacia dentro. Incluso los seres personales sumamente espirituales ascienden continuamente en la escala de la vida mediante traslaciones progresivas de vida en vida y de esfera en esfera. Y en el caso de aquellos que albergan a mentores misteriosos, no existe, de hecho, límite alguno en cuanto a las alturas posibles a las que pueden llegar en su ascenso espiritual y en sus logros en el universo.
32:3.9 (361.4) Esta perfección de las criaturas del tiempo, cuando finalmente se consigue, es enteramente posesión genuina de su ser personal. Aunque los elementos de la gracia se añadan profusamente, los logros de la criatura son, sin embargo, el resultado de su esfuerzo individual y de verdaderas experiencias de vida, esto es, de la respuesta de su persona al entorno existente.
32:3.10 (361.5) Desde la visión del universo, el origen evolutivo animal no supone un estigma para ningún ser personal dado que este es el método exclusivo de creación de uno de los dos tipos básicos de criaturas de voluntad finitas e inteligentes. Cuando se alcancen las cimas de la perfección y de la eternidad, se tendrá en gran consideración a aquellos que comenzaron desde abajo y ascendieron con regocijo en la escala de la vida, peldaño tras peldaño, y que, cuando verdaderamente lleguen a las alturas gloriosas, habrán adquirido una experiencia personal que conlleva un conocimiento real de cada una de las etapas de la vida, desde abajo hacia arriba.
32:3.11 (361.6) En todo esto se ve la sabiduría de los creadores. Sería igualmente fácil para el Padre Universal hacer de todos los mortales seres perfectos, impartir perfección con su palabra divina. Pero eso los privaría de la maravillosa vivencia de la aventura y de la formación en su largo y gradual ascenso hacia el interior, una experiencia reservada solo para aquellos que tienen la buena fortuna de comenzar su existencia en el escalón más bajo de la vida.
32:3.12 (362.1) En los universos que rodean a Havona, solamente se dispone de un número de criaturas perfectas suficiente para atender la necesidad de guías instructores que sirvan de modelo a los órdenes de seres que ascienden en la escala evolutiva de la vida. La naturaleza experiencial del ser personal de tipo evolutivo constituye el complemento cósmico natural de la naturaleza perfecta de las criaturas del Paraíso-Havona. En realidad, tanto las criaturas perfectas como las perfeccionadas son incompletas en lo que respecta a la totalidad finita. Si bien, en la relación de complementariedad de las criaturas existencialmente perfectas del sistema del Paraíso-Havona con los finalizadores experiencialmente perfeccionados que ascienden desde los universos evolutivos, ambos tipos de seres logran liberarse de sus propias limitaciones y, de este modo, pueden conjuntamente intentar alcanzar las sublimes alturas de la ultimidad de la condición creatural.
32:3.13 (362.2) Esta interacción entre criaturas es la consecuencia de acciones y reacciones que se dan en el universo dentro de la Deidad Séptupla, en la cual la divinidad eterna de la Trinidad del Paraíso se une con la divinidad evolutiva de los creadores supremos de los universos espacio-temporales en y por medio de la actualización-potenciación de la Deidad del Ser Supremo.
32:3.14 (362.3) La criatura divinamente perfecta y la criatura evolutiva perfeccionada tienen un mismo grado de potencial de divinidad aunque de diferente clase. Cada cual tiene que depender de la otra para alcanzar la supremacía de servicio. Los suprauniversos evolutivos dependen del perfecto Havona para proporcionar la formación final de sus ciudadanos ascendentes, pero al universo central perfecto también le hace falta la existencia de los suprauniversos en proceso de perfección para proporcionar a sus habitantes descendentes un desarrollo pleno.
32:3.15 (362.4) Las dos manifestaciones fundamentales de la realidad finita, la perfección innata y la perfección evolucionada, ya se trate de seres personales o de universos, son iguales en importancia, dependientes e integradas. Cada cual precisa que la otra logre completar su cometido, servicio y destino.
4. RELACIÓN DE DIOS CON LOS UNIVERSOS LOCALES
32:4.1 (362.5) No alberguéis la idea de que, puesto que el Padre Universal ha delegado tanto de sí mismo y de su poder en otros, sea un miembro silente o inactivo de entre sus compañeros de la Deidad. Aparte de su área de acción respecto al ser personal y de su dádiva de los modeladores, es al parecer el menos activo de las Deidades del Paraíso, ya que permite a sus coiguales en la Deidad, a sus hijos creadores y a muchas inteligencias creadas desempeñar un papel tan relevante en la realización de su propósito eterno. Es, en efecto, el miembro silente del trío creativo únicamente por el hecho de que nunca hace nada que cualquiera de sus colaboradores de igual o de menor rango pueda hacer.
32:4.2 (362.6) Dios comprende a la perfección la necesidad de todas las criaturas inteligentes de actuar y experimentar y, por consiguiente, en cualquier situación, ya se trate del destino de un universo o del bien de la más humilde de sus criaturas, se aparta en favor de la constelación de seres personales creados y creadores que de forma natural median entre él mismo y cualquier situación dada del universo o acontecimiento creativo. No obstante, pese a este retiro, a esta manifestación de coordinación infinita, hay por parte de Dios una participación real, literal y personal en estos acontecimientos, directa e indirectamente, por medio de dichas instancias intermedias y seres personales designados. El Padre obra en y por medio de estos canales por el bien de toda su extensa creación.
32:4.3 (363.1) Por lo que se refiere a normas, al curso de acción y a la administración de un universo local, el Padre Universal actúa en la persona de su hijo creador. El Padre Universal nunca interviene en lo que respecta a la interrelación entre los Hijos de Dios, a las relaciones grupales de seres personales originados en la Tercera Fuente y Centro o a las relaciones que se dan entre otros tipos de criaturas, tales como los seres humanos. La ley del hijo creador, las directrices de los Padres de las constelaciones, de los soberanos de los sistemas y de los príncipes planetarios —las normas y procedimientos prescritos para tal universo— siempre prevalecen. No hay división de autoridad, nunca hay discordia entre poder y propósito divino. Las Deidades obran con unanimidad perfecta y eterna.
32:4.4 (363.2) El hijo creador gobierna supremo en todas las cuestiones de tipo ético, esto es, en las relaciones que se dan entre distintos grupos y clases de criaturas o entre dos o más seres individuales dentro de un grupo dado, pero este plan no significa que el Padre Universal no pueda a su manera intervenir y hacer todo lo que complazca a su mente divina con cualquier criatura determinada por doquier de la creación, en cuanto al estatus presente de ese ser o a sus perspectivas futuras, y en lo pertinente al plan eterno del Padre y a su propósito infinito.
32:4.5 (363.3) El Padre está realmente presente en las criaturas mortales de voluntad mediante el modelador interior, una fracción de su espíritu prepersonal; y el Padre es también la fuente del ser personal de estas criaturas mortales.
32:4.6 (363.4) Estos modeladores del pensamiento, que otorga el Padre Universal, se encuentran relativamente aislados; moran en las mentes humanas pero no tienen relación perceptible con las cuestiones éticas de una creación local. No se coordinan directamente con el servicio seráfico ni con la administración de los sistemas, constelaciones o universos locales, ni siquiera con el gobierno de los hijos creadores, cuya voluntad es la ley suprema de su universo.
32:4.7 (363.5) Los modeladores interiores constituyen uno de los modos de contacto particular pero unificado de Dios con las criaturas de su creación casi infinita. Así pues, él, que es invisible para el hombre mortal, manifiesta su presencia y, si pudiera hacerlo, se nos mostraría de otras maneras, pero otro tipo de revelación no es divinamente posible.
32:4.8 (363.6) Podemos observar y entender el mecanismo por el que los hijos creadores disfrutan de un conocimiento directo y completo de los universos bajo su jurisdicción. Pero no podemos entender del todo los modos por los que Dios conoce de forma tan completa y personal los detalles del universo de los universos, aunque seamos capaces al menos de reconocer los cauces por los que el Padre Universal puede recibir información acerca de los seres de su inmensa creación, al igual que manifestarles su presencia. A través de la vía circulatoria del ser personal el Padre es consciente —tiene conocimiento personal— de todos los pensamientos y actos de todos los seres de todos los sistemas de todos los universos de toda la creación. Aunque no podemos alcanzar a comprender por completo la forma de comunión de Dios con sus hijos, podemos sentirnos fortalecidos en la seguridad de que “el Señor conoce a sus hijos” y de que, de cada uno de nosotros, “toma nota de dónde hemos nacido”.
32:4.9 (363.7) Espiritualmente hablando, el Padre Universal está presente en vuestro universo y en vuestros corazones mediante uno de los siete espíritus mayores de la morada central y, particularmente, por medio del modelador divino que vive y obra y aguarda en las profundidades de la mente mortal.
32:4.10 (363.8) Dios no es un ser personal egocéntrico. El Padre se distribuye profusamente en su creación y en sus criaturas. Vive y obra no solo en las Deidades, sino también en sus Hijos, a quienes encomienda que hagan todo aquello que les es divinamente posible hacer. El Padre Universal se ha despojado verdaderamente de toda aquella labor que cualquier otro ser pueda llevar a cabo. Y esto es cierto tanto del hombre mortal como del hijo creador, que gobierna en lugar de Dios en la sede de un universo local. Así es como contemplamos el resultado del amor ideal e infinito del Padre Universal.
32:4.11 (364.1) En este darse a sí mismo tenemos una prueba suficiente tanto de la magnitud como de la magnanimidad de la naturaleza divina del Padre. Si Dios ha retenido algo de la creación universal para sí mismo, entonces, de ese resto, otorga, con prodigalidad y generosidad, los modeladores del pensamiento a los mortales de las regiones espaciales, los mentores misteriosos del tiempo que con tanta paciencia habitan en los aspirantes mortales a la vida eterna.
32:4.12 (364.2) El Padre Universal se ha derramado, por decirlo de alguna manera, para que toda la creación se beneficie con la posesión del ser personal y el potencial para alcanzar el logro espiritual. Dios nos ha dado de sí mismo para que nosotros podamos ser como él, y de poder y gloria se ha reservado tan solo lo necesario para mantener aquellas cosas por cuyo amor se ha despojado a sí mismo de todo lo demás.
5. EL PROPÓSITO ETERNO Y DIVINO
32:5.1 (364.3) Existe un propósito grande y glorioso en la marcha de los universos por el espacio. Todas vuestras luchas humanas no son en vano. Todos somos parte de un plan inmenso, de un gigantesco emprendimiento, y es la inmensidad de esta labor la que imposibilita que, en un momento determinado o durante una vida, veamos gran parte de ella. Todos formamos parte de un proyecto eterno que los Dioses dirigen y llevan a cabo. La espléndida totalidad del mecanismo universal sigue su marcha a través del espacio, con majestuosidad, al compás de la música del pensamiento infinito y del propósito eterno de la Primera Gran Fuente y Centro.
32:5.2 (364.4) El propósito eterno del Dios eterno es un elevado ideal espiritual. Los acontecimientos del tiempo y los afanes de la existencia material no son otra cosa que el andamiaje transitorio que tiende un puente hacia el otro lado, hacia la tierra prometida de la realidad espiritual y de la existencia celestial. Es natural que a vosotros, los mortales, os resulte difícil captar la idea de este propósito eterno; sois prácticamente incapaces de comprender el concepto de eternidad, de algo que no tiene ni principio ni fin. Todo lo que os resulta familiar tiene un final.
32:5.3 (364.5) Si nos fijamos en una vida particular, en la duración de un mundo o en la cronología de una serie interconectada de sucesos, parece que observamos un trecho aislado de tiempo y nos da la impresión de que todo tiene comienzo y fin. Y podría parecer que un conjunto de tales experiencias, vidas, eras o épocas, dispuesto de forma sucesiva, constituyera una línea recta, un acontecimiento aislado del tiempo que destellara momentáneamente cruzando la faz infinita de la eternidad. Pero cuando contemplamos todo esto entre bastidores, surge una visión de conjunto y un entendimiento más completo que sugieren que esto es un pensamiento inadecuado, desconectado y totalmente inconsistente para describir con propiedad y para poder, además, correlacionar los acontecimientos temporales con el propósito subyacente y la respuesta fundamental de la eternidad.
32:5.4 (364.6) Con el fin de ofrecer una explicación asequible a la mente mortal, me parece más conveniente concebir la eternidad como un ciclo y el propósito eterno como un círculo interminable, un ciclo de eternidad de algún modo sincronizado con los ciclos materiales transitorios del tiempo. En lo referente a los sectores de tiempo conectados con el ciclo de la eternidad, y del que forman parte, nos vemos obligados a reconocer que, estas épocas temporales del tiempo se originan, tienen su existencia y se extinguen precisamente al igual que nacen, viven y mueren los seres transitorios. La mayoría de los seres humanos mueren porque, al no lograr alcanzar el nivel espiritual que conlleva la fusión con el modelador, la metamorfosis de la muerte constituye el único modo posible por el que pueden escapar de las cadenas del tiempo y de las ataduras de la creación material, pudiendo así marchar al paso espiritual de la procesión progresiva de la eternidad. Habiendo sobrevivido a la prueba de la vida temporal y de la existencia material, os será posible continuar en contacto con la eternidad, incluso como parte de ella, girando para siempre con los mundos del espacio alrededor del círculo de las eras eternas.
32:5.5 (365.1) Los sectores del tiempo son como los rápidos destellos del ser personal en forma temporal; aparecen durante un tiempo y luego se pierden de la visión humana, solo para reaparecer como nuevos actores y factores persistentes en la vida superior que se desplaza sin fin alrededor del círculo eterno. Difícilmente se puede concebir la eternidad como una línea recta a la vista de nuestra percepción de un universo delimitado, que se mueve en un círculo inmenso y alargado, alrededor de la morada central del Padre Universal.
32:5.6 (365.2) Con franqueza, la eternidad es incomprensible para la mente temporal y finita. Sencillamente no podéis concebirla; no podéis llegar a comprenderla. Yo no la visualizo del todo, e incluso si pudiese hacerlo, me sería imposible transmitir a la mente humana la noción que tengo de ella. No obstante, he hecho todo lo posible para exponer algo de nuestro punto de vista, y hablaros de cómo entendemos nosotros las cosas eternas. Mi afán es ayudaros a formar vuestros pensamientos con relación a estos valores que son de naturaleza infinita y de eterna relevancia.
32:5.7 (365.3) Hay en la mente de Dios un plan que incluye a todas las criaturas de todos sus inmensos dominios, y este plan consiste en un propósito eterno de oportunidades sin límites, de progreso ilimitado y de vida sin fin. ¡Y los tesoros infinitos de una andadura tan inigualable son vuestros si os esforzáis por conseguirlos!
32:5.8 (365.4) ¡La meta de la eternidad os aguarda! ¡La aventura de lograr la divinidad se encuentra frente a vosotros! ¡La carrera por la perfección está en marcha! Quien lo desee puede correr, y la victoria de cierto coronará los esfuerzos de todo ser humano que participe en la carrera de la fe y de la esperanza, dependiendo a cada paso de la dirección del modelador interior y de la guía de ese buen espíritu del Hijo del universo, que tan generosamente se ha derramado sobre toda carne.
32:5.9 (365.5) [Exposición de un mensajero poderoso adscrito temporalmente al Consejo Supremo de Nebadón y asignado a esta misión por Gabriel de Lugar de Salvación.]
Escrito 33
La administración del universo local
33:0.1 (366.1) Aunque no hay duda de que el Padre Universal gobierna sobre su inmensa creación, es el hijo creador quien se encarga de la administración del universo local. El Padre no actúa de forma personal en los asuntos administrativos de dicho universo; estos se confían al hijo creador, al espíritu materno del universo local y a la múltiple progenie de ambos. Este Hijo gesta y ejecuta los planes, normas y actos administrativos del universo local y, conjuntamente con su Espíritu colaborador, delega el poder ejecutivo en Gabriel y la autoridad jurisdiccional en los Padres de las constelaciones, los soberanos de los sistemas y los príncipes planetarios.
1. MIGUEL DE NEBADÓN
33:1.1 (366.2) Nuestro hijo creador es la personificación 611 121 del concepto primigenio de identidad infinita originado de forma simultánea en el Padre Universal y en el Hijo Eterno. Este Miguel de Nebadón es el “Hijo unigénito” que constituye la manifestación personal 611 121 del concepto universal de divinidad e infinitud. Su sede se encuentra en la triple mansión de luz, en Lugar de Salvación. Y esta morada está así establecida debido al hecho de que Miguel ha experimentado la vida en cada una de las tres facetas en las que las criaturas inteligentes tienen su existencia: la espiritual, la morontial y la material. Debido a que se asocia el nombre a su séptimo y último ministerio de gracia en Urantia, a veces se le llama Cristo Miguel.
33:1.2 (366.3) Nuestro hijo creador no es el Hijo Eterno, el compañero existencial del Padre Universal y del Espíritu Infinito del Paraíso. Miguel de Nebadón no es miembro de la Trinidad del Paraíso. No obstante, nuestro hijo mayor posee, en su ámbito, todos los atributos y poderes divinos que el propio Hijo Eterno manifestaría si estuviese en realidad presente en Lugar de Salvación y obrara en Nebadón. Miguel posee incluso poder y autoridad añadidos, porque no solo personifica al Hijo Eterno sino que representa en plenitud y expresa realmente la presencia de la persona del Padre Universal fuera y dentro de este universo local. Representa incluso al Padre-Hijo. Estas relaciones hacen que el hijo creador sea el más poderoso, versátil e influyente de todos los seres divinos y que le sea factible administrar, de forma directa, los universos evolutivos y ponerse en contacto personal con los inmaduros seres creaturales.
33:1.3 (366.4) Nuestro hijo creador ejerce, desde la sede del universo local, el mismo poder de atracción espiritual, o gravedad espiritual, que ejercería el Hijo Eterno del Paraíso si estuviera presente de forma personal en Lugar de Salvación, e incluso más. Este Hijo del universo es igualmente la personificación del Padre Universal para el universo de Nebadón. En los hijos creadores se centran el ser personal y las fuerzas espirituales del Padre-Hijo del Paraíso; en ellos convergen finalmente la potencia-ser personal y los poderosos atributos espacio-temporales del Dios Séptuplo.
33:1.4 (367.1) El hijo creador, como su vicerregente, es la manifestación personal del Padre Universal, el coigual en divinidad del Hijo Eterno, y compañero creativo del Espíritu Infinito. Para nuestro universo y para todos sus mundos habitados, a todos sus efectos prácticos, el Hijo soberano es Dios. Personifica todo lo que los mortales evolutivos pueden comprender y percibir de las Deidades del Paraíso. Este Hijo y su Espíritu colaborador son vuestros padres creadores. Para vosotros, Miguel, el hijo creador, es supremamente personal; para vosotros, el Hijo Eterno es suprasupremo, es una persona infinita de la Deidad.
33:1.5 (367.2) En la persona del hijo creador tenemos a un gobernante y a un padre divino que es tan poderoso, eficiente y bienhechor como lo serían el Padre Universal y el Hijo Eterno, si ambos estuviesen presentes en Lugar de Salvación y se ocuparan de la administración de los asuntos del universo de Nebadón.
2. EL SOBERANO DE NEBADÓN
33:2.1 (367.3) Cuando se observa a los hijos creadores, se revela que algunos de ellos se parecen más al Padre y otros más al Hijo, mientras que otros son una combinación de sus dos padres infinitos. Nuestro hijo creador manifiesta inequívocamente rasgos y atributos que lo hacen parecerse más al Hijo Eterno.
33:2.2 (367.4) Miguel decidió organizar este universo local, y ahora reina en él con supremacía. Su poder personal está limitado por las vías circulatorias de la gravedad ya existentes con centro en el Paraíso y por la estipulación por parte de los ancianos de días, gobernantes de los suprauniversos, de reservarse todo juicio ejecutivo final sobre la extinción del ser personal. El ser personal es la dádiva exclusiva del Padre, pero los hijos creadores, con la aprobación del Hijo Eterno, sí emprenden el diseño de nuevos modelos de criaturas y, con el trabajo cooperativo de sus colaboradores procedentes del Espíritu, pueden intentar llevar a cabo nuevas transformaciones de la energía-materia.
33:2.3 (367.5) Miguel es la personificación del Padre-Hijo del Paraíso fuera y dentro del universo local de Nebadón. Por consiguiente, cuando el espíritu creativo materno, que representa al Espíritu Infinito en el universo local, se subordinó a Cristo Miguel, al regreso de este de su último ministerio de gracia en Urantia, al hijo mayor se le concedió con ello “toda potestad en el cielo y en la tierra”.
33:2.4 (367.6) Esta subordinación de las benefactoras divinas hacia los hijos creadores de los universos locales hacen de estos hijos mayores los depositarios personales de la divinidad del Padre, el Hijo y el Espíritu tal como se manifiesta en la finitud; a su vez, las experiencias de los migueles como criaturas en sus ministerios de gracia los facultan para representar la divinidad experiencial del Ser Supremo. No hay otros seres en los universos que hayan de este modo agotado personalmente los potenciales de la experiencia finita actual, y no hay otros seres en los universos que posean atributos semejantes para ejercer la soberanía en solitario.
33:2.5 (367.7) Aunque tiene su sede oficial en Lugar de Salvación, la capital de Nebadón, Miguel pasa una gran parte de su tiempo visitando las sedes de las constelaciones y de los sistemas e incluso los distintos planetas. Viaja con periodicidad al Paraíso y con frecuencia a Uversa, donde se reúne en consejo con los ancianos de días. Cuando está ausente de Lugar de Salvación, es Gabriel quien ocupa su lugar y actúa como regente del universo de Nebadón.
3. EL HIJO Y EL ESPÍRITU DEL UNIVERSO
33:3.1 (368.1) A pesar de que infunde todos los universos del tiempo y el espacio, el Espíritu Infinito obra desde la sede de cada uno de los universos locales como un punto de convergencia específico, adquiriendo plenas cualidades personales mediante su cooperación creativa con el hijo creador. Con respecto al universo local, la autoridad administrativa de un hijo creador es suprema; el Espíritu Infinito, en la figura de la benefactora divina, presta su plena colaboración aunque totalmente como un igual.
33:3.2 (368.2) El espíritu materno del universo, asentado en Lugar de Salvación, colaboradora de Miguel en la dirección y administración de Nebadón, pertenece al sexto grupo de espíritus supremos; es la número 611 121 de ese orden. Se ofreció como voluntaria para acompañar a Miguel cuando este se liberó de sus obligaciones en el Paraíso y, desde entonces, ha trabajado con él en la creación y gobierno de su universo.
33:3.3 (368.3) El hijo creador mayor es el soberano personal de su universo, pero, en todos los pormenores de su gestión de este, el Espíritu del universo ejerce con él la codirección y, aunque siempre reconoce al Hijo como soberano y gobernante, este invariablemente concede al Espíritu una posición paritaria e igualdad de autoridad en todos los asuntos del universo. En toda su labor de amor y dádiva de vida, el hijo creador está siempre y para siempre perfectamente apoyado y hábilmente asistido por este Espíritu, de gran sabiduría y sempiterna fidelidad, y por toda su diversa comitiva de seres personales angélicos. Esta benefactora divina es, en realidad, la madre de los espíritus y de los seres personales espirituales, la siempre presente y llena de sabiduría asesora del hijo creador, manifestación fiel y verdadera del Espíritu Infinito del Paraíso.
33:3.4 (368.4) El hijo creador ejerce la labor de padre en su universo local. El espíritu creativo, tal como lo entenderían las criaturas mortales, desempeña el papel de madre, siempre asistiendo al Hijo y siendo eternamente indispensable para la administración del universo. Frente a la insurrección, solamente el hijo creador y aquellos Hijos adjuntos a él pueden actuar como libertadores. El Espíritu nunca puede combatir una rebelión ni defender la autoridad, pero permanentemente apoya al Hijo en cualquier medida que este necesite tomar para estabilizar el gobierno y mantener la autoridad en los mundos contaminados por el mal o dominados por el pecado. Solo un hijo creador puede rescatar la labor de creación que ambos llevaron a cabo, pero no puede esperar conseguir el triunfo final sin contar con la constante cooperación de su benefactora divina y de su inmenso grupo de ayudantes espirituales, de las hijas de Dios, que con tanta fidelidad y valentía luchan por el bien de los hombres mortales y la gloria de sus padres divinos.
33:3.5 (368.5) Cuando el hijo creador completa su séptimo y último ministerio de gracia como criatura, se acaba para la benefactora divina la incertidumbre de su aislamiento periódico y se asienta para siempre con certeza y potestad en el universo en el que presta su ayuda al Hijo. En la entronización del hijo creador como hijo mayor, en el jubileo de los jubileos, el Espíritu del universo reconoce por primera vez, de forma pública y universal, ante una congregación de multitudes celestiales, su subordinación al Hijo y su promesa de fidelidad y obediencia. Este acontecimiento tuvo lugar en Nebadón al regreso de Miguel a Lugar de Salvación tras su misión de gracia en Urantia. Nunca antes de esta trascendental ocasión había el Espíritu del universo reconocido su subordinación hacia el Hijo del universo; y no fue hasta después de esta renuncia voluntaria de poder y autoridad por parte del Espíritu que se pudo en verdad proclamar del Hijo que “toda potestad en el cielo y en la tierra se le encomienda a sus manos”.
33:3.6 (369.1) Tras esta promesa de subordinación del espíritu creativo materno, Miguel de Nebadón reconoció con nobleza su eterna dependencia a su Espíritu acompañante, nombrándolo Espíritu cogobernante de los dominios de su universo y pidiendo a todas sus criaturas que le prometiesen la misma lealtad que le habían prometido a él. Así se emitió y promulgó la “Proclamación de igualdad” definitiva. A pesar de ser el soberano de este universo local, el Hijo proclamó a los mundos la igualdad del Espíritu con él en cuanto a dotes personales y atributos de carácter divino. Y esto se convierte en el modelo de excelencia para la organización y gobierno de la familia de incluso las más modestas criaturas de los mundos del espacio. Este es, de hecho y en verdad, el elevado ideal de la familia y de la institución humana del matrimonio voluntario.
33:3.7 (369.2) El Hijo y el Espíritu presiden ahora el universo tal como un padre y una madre que velan, y asisten, a su familia de hijos e hijas. No está del todo fuera de lugar referirse al Espíritu del universo como a la acompañante creativa del hijo creador y considerar a las criaturas de esos dominios como sus hijos e hijas; configuran una familia magnífica y gloriosa, pero con indecibles responsabilidades e ilimitados cuidados protectores.
33:3.8 (369.3) El hijo creador inicia la creación de ciertos hijos del universo, mientras que el Espíritu del universo es el responsable único de dar origen a sus numerosos órdenes de seres personales que asisten y sirven bajo su dirección y guía. En la creación de otros tipos de seres personales del universo, tanto uno como otro actúan juntos, y en todo acto creativo ninguno de ellos hace nada sin la recomendación y la aprobación del otro.
4. GABRIEL: MANDATARIO EN JEFE
33:4.1 (369.4) En su persona, la brillante estrella de la mañana es la manifestación personal del primer concepto de la identidad y del ideal del ser personal concebido por el hijo creador y por la manifestación del Espíritu Infinito en el universo local. Retrocediendo a los primeros días del universo local, antes de que el hijo creador y el espíritu materno se vinculasen en su colaboración creativa, allá por las épocas previas al inicio de la creación de su versátil familia de hijos e hijas, el primer acto conjunto del vínculo, primigenio y libre, de estas dos personas divinas resultó en la creación del ser personal espiritual más elevado del hijo creador y del espíritu creativo: la brillante estrella de la mañana.
33:4.2 (369.5) Solo nace un ser de tal sabiduría y majestad en cada universo local. El Padre Universal y el Hijo Eterno pueden crear, como de hecho hacen, un ilimitado número de Hijos iguales a ellos mismos en divinidad. Si bien, tales Hijos, en unión con las Hijas del Espíritu Infinito, pueden solamente crear una brillante estrella de la mañana en cada universo, un ser parecido a ellos, que participa profusamente de sus naturalezas combinadas pero no de sus prerrogativas creativas. Gabriel de Lugar de Salvación es como el Hijo del universo en su naturaleza divina, aunque esté considerablemente limitado en cuanto a los atributos propios de la Deidad.
33:4.3 (369.6) Este primogénito, nacido de los padres de un nuevo universo, es un ser personal único que posee muchas características extraordinarias no apreciables en ninguno de sus progenitores; se trata de un ser de una versatilidad sin precedentes y de una brillantez inimaginable. Esta persona celestial reúne la voluntad divina del hijo creador en combinación con la imaginación creativa del Espíritu. Sus pensamientos y acciones serán siempre enteramente representativos tanto del hijo creador como del espíritu creativo. La brillante estrella de la mañana es igualmente capaz de manifestar un gran entendimiento, y una relación afectuosa y comprensiva, hacia las multitudes espirituales seráficas y hacia las criaturas materiales y evolutivas de voluntad.
33:4.4 (370.1) Este ser no es un creador sino un espléndido administrador; representa personalmente al hijo creador en cuestiones gobernativas. Aparte de la creación e implantación de vida, el Hijo y el Espíritu jamás tratan de importantes procedimientos de acción en el universo sin la presencia de Gabriel.
33:4.5 (370.2) Gabriel de Lugar de Salvación es el mandatario en jefe del universo de Nebadón y el árbitro de todas las apelaciones administrativas que surjan respecto a su gobernación. Este mandatario del universo se creó plenamente dotado para la tarea que realiza, pero ha adquirido experiencia con el crecimiento y la evolución de nuestra creación local.
33:4.6 (370.3) Gabriel de Lugar de Salvación es el encargado jefe de llevar a cabo los mandatos del suprauniverso respecto a las cuestiones no personales del universo local. La mayor parte de los asuntos relativos a los juicios multitudinarios y a las resurrecciones dispensacionales, arbitrados por los ancianos de días, se delegan también en Gabriel y en su equipo asistente para su ejecución. Gabriel es, por lo tanto, el mandatario en jefe con doble cometido, sirviendo tanto a los gobernantes del suprauniverso como a los del universo local. Tiene a su mando a un competente colectivo de asistentes administrativos creados para esta especial tarea, no revelados a los mortales evolutivos. Pero, además de estos asistentes, Gabriel puede valerse de algunos o de todos los órdenes de seres celestiales que actúan en Nebadón, y él es también el comandante en jefe de “los ejércitos celestiales”—las multitudes celestiales—.
33:4.7 (370.4) Gabriel y su equipo asistente no son maestros; son administradores. Nunca se ha conocido que se desviaran de su trabajo habitual, excepto durante las encarnaciones de Miguel semejando a sus criaturas. Durante estos ministerios de gracia, Gabriel siempre estuvo a disposición de la voluntad del Hijo encarnado y, con la colaboración del unión de días, verdaderamente se convirtió en el director de los asuntos del universo durante los últimos ministerios de gracia del hijo creador. Gabriel siempre ha estado muy estrechamente identificado con la historia y el desarrollo de Urantia desde la misión de Miguel como mortal.
33:4.8 (370.5) Además de encontrar a Gabriel en los mundos de encarnación y en los momentos del llamamiento nominal a la resurrección general y especial, los mortales rara vez lo encontrarán en su ascenso a través del universo local hasta que se les admita para trabajar en la administración de la creación local. Y como administradores, de cualquier orden o grado, pasaréis a estar bajo la dirección de Gabriel.
5. LOS EMBAJADORES DE LA TRINIDAD
33:5.1 (370.6) La administración de los seres personales con origen en la Trinidad acaba en el gobierno de los suprauniversos. Los universos locales se caracterizan por una doble supervisión, que indica el comienzo del concepto de padre/madre. El padre del universo es el hijo creador; la madre del universo es la benefactora divina, o espíritu creativo del universo local. Sin embargo, cada universo local está bendecido con la presencia de ciertos seres personales del universo central y del Paraíso. Encabezando este grupo del Paraíso presente en Nebadón, está el embajador de la Trinidad del Paraíso —Emanuel, de Lugar de Salvación—, el unión de días asignado al universo local de Nebadón. En cierto sentido, este elevado Hijo de la Trinidad es también el representante personal del Padre Universal ante la junta de gobierno del hijo creador, de ahí su nombre de Emanuel.
33:5.2 (370.7) Emanuel de Lugar de Salvación, número 611 121 del sexto orden de seres personales supremos trinitarios, es un ser de dignidad sublime y de una condescendencia tan elevada que rehúsa aceptar el culto y la adoración de cualquier criatura viva. Se distingue por ser la única persona de todo Nebadón que jamás ha manifestado su subordinación a su hermano Miguel. Actúa como asesor del Hijo soberano, pero solo ofrece sus consejos cuando se le solicitan. En ausencia del hijo creador podría presidir cualquiera de los altos consejos del universo, si bien, a menos que se le necesite, no participa en las cuestiones gobernativas del universo de ningún otro modo.
33:5.3 (371.1) Este embajador del Paraíso presente en Nebadón no está sujeto a la jurisdicción del gobierno del universo local. Tampoco ejerce su reconocida jurisdicción en temas de gobernación de un universo local en evolución, excepto en la supervisión de sus hermanos de enlace, los fieles de días, que sirven en las sedes de las constelaciones.
33:5.4 (371.2) Los fieles de días, al igual que el unión de días, nunca prestan asesoramiento ni ofrecen asistencia a los gobernantes de las constelaciones, a menos que se lo soliciten. Estos embajadores del Paraíso representan, ante las constelaciones, la presencia personal final de los hijos estacionarios trinitarios, que desempeñan funciones consultivas en los universos locales. Las constelaciones están más estrechamente relacionadas con la administración del suprauniverso que los sistemas locales, que se administran exclusivamente por seres personales nativos del universo local.
6. LA ADMINISTRACIÓN GENERAL
33:6.1 (371.3) Gabriel es el mandatario en jefe y el verdadero administrador de Nebadón. El hecho de que Miguel se ausente de Lugar de Salvación no interfiere de manera alguna con la dirección regular de los asuntos del universo. Durante la ausencia de Miguel, como la reciente misión de reunirse en el Paraíso con los hijos mayores de Orvontón, Gabriel es el regente del universo. En esos momentos, Gabriel siempre busca el asesoramiento de Emanuel de Lugar de Salvación para cualquier problema de importancia que pueda surgir.
33:6.2 (371.4) El Padre Melquisedec es el primer ayudante de Gabriel. Cuando la estrella brillante de la mañana está ausente de Lugar de Salvación, las responsabilidades las asume este primigenio hijo melquisedec.
33:6.3 (371.5) A las distintas subadministraciones del universo se les asignan ciertas parcelas especiales de responsabilidad. Aunque el gobierno del sistema cuida del bien de sus planetas en general, se preocupa de manera más particular del estatus físico de los seres vivos, de los problemas biológicos. A su vez, los gobernantes de la constelación prestan una atención especial a las condiciones sociales y gubernamentales que imperan en los distintos planetas y sistemas. Su gobierno se ejerce principalmente en el campo de la unificación y de estabilización. Y, yendo incluso un escalafón más arriba, los gobernantes del universo se ocupan más del estatus espiritual de los mundos.
33:6.4 (371.6) Los embajadores se nombran mediante decreto judicial y representan a unos universos ante otros. Los cónsules son representantes de las constelaciones entre sí y ante la sede del universo; se nombran mediante decreto legislativo y desempeñan su función solamente dentro de los confines del universo local. Los observadores se designan por decreto ejecutivo del soberano del sistema para representar a ese sistema ante otros sistemas y ante la capital de la constelación; ejercen también su actividad solamente dentro de los confines del universo local.
33:6.5 (371.7) Desde Lugar de Salvación, se emiten transmisiones de forma simultánea hasta las sedes de las constelaciones, las sedes de los sistemas y los distintos planetas. Todos los órdenes superiores de seres celestiales pueden hacer uso de este servicio para comunicarse con sus semejantes dispersos por todo el universo. En el universo, las transmisiones se hacen extensivas a todos los mundos habitados sin tener en cuenta su estatus espiritual. La intercomunicación planetaria solamente se niega a aquellos mundos que están en cuarentena espiritual.
33:6.6 (372.1) El jefe de los Padres de la constelación emite, periódicamente, las transmisiones de la constelación.
33:6.7 (372.2) Un grupo especial de seres ubicados en Lugar de Salvación mide, calcula y rectifica la cronología. El día regular de Nebadón equivale a dieciocho días y seis horas del tiempo de Urantia más dos minutos y medio. El año de Nebadón consiste en un segmento de tiempo del desplazamiento del universo en relación con el circuito de Uversa y equivale a cien días del tiempo regular del universo, aproximadamente cinco años del tiempo urantiano.
33:6.8 (372.3) El tiempo de Nebadón, que se transmite desde Lugar de Salvación, es el tiempo regular para todas las constelaciones y sistemas de este universo local. Cada constelación rige sus asuntos de acuerdo al tiempo de Nebadón, pero los sistemas mantienen su cronología propia, al igual que lo hacen los distintos planetas.
33:6.9 (372.4) El día en Satania, tal como se mide en Jerusem, es algo menos (1 hora, 4 minutos, 15 segundos) de tres días del tiempo de Urantia. Por lo general, se conoce esta medición temporal como tiempo de Lugar de Salvación o del universo y tiempo de Satania o del sistema. El tiempo regular constituye el tiempo del universo.
7. LOS TRIBUNALES DE NEBADÓN
33:7.1 (372.5) Miguel, el hijo mayor, tiene eminentemente tres ocupaciones: creación, sostenimiento y ministerio de sus criaturas. No participa personalmente en la labor judicial del universo. Los creadores nunca juzgan a sus criaturas. Esa tarea corresponde exclusivamente a seres de gran formación y verdadera experiencia como criaturas.
33:7.2 (372.6) Todo el mecanismo judicial de Nebadón está bajo la supervisión de Gabriel. Los altos tribunales, situados en Lugar de Salvación, se ocupan de problemas de trascendencia general para el universo y de casos de apelación que proceden de los tribunales del sistema. Hay setenta ramas de estos tribunales del universo y actúan en siete divisiones de diez secciones cada una. En todos los asuntos a juzgar, hay una magistratura doble consistente en un juez con antecedentes de perfección y un magistrado con experiencia como ascendente.
33:7.3 (372.7) En lo que respecta a la jurisdicción, los tribunales del universo local están limitados en los siguientes asuntos:
33:7.4 (372.8) 1. La administración del universo local se ocupa de la creación, la evolución, el sostenimiento y el ministerio. Así pues, los tribunales del universo carecen del derecho a dictaminar sobre casos que guarden relación con la cuestión de la vida eterna y la muerte. Esto no se refiere a la muerte corporal, tal como se da en Urantia, sino a la cuestión del derecho a la existencia continuada, o vida eterna. Si esta ha de resolverse, el caso debe remitirse a los tribunales de Orvontón, y si hay un fallo desfavorable para el individuo, toda sentencia de extinción se ejecuta bajo la orden, y mediante las instancias intermedias, de los dirigentes del gobierno del suprauniverso.
33:7.5 (372.9) 2. El incumplimiento o la deserción de cualquiera de los Hijos de Dios de los universos locales que ponga en peligro su estatus y autoridad como tales Hijos nunca se juzgan en los tribunales del hijo creador. Una disensión de este tipo se llevaría de inmediato a disposición del sistema jurídico del suprauniverso.
33:7.6 (372.10) 3. La cuestión de la readmisión de cualquier parte integrante de un universo local —como por ejemplo un sistema local— a su fraternidad y pleno estatus espiritual con la creación local se debe acordar en la alta asamblea del suprauniverso.
33:7.7 (373.1) En todos los demás casos, los tribunales de Lugar de Salvación son determinantes y supremos. Sus decisiones y decretos no se pueden apelar ni eludir.
33:7.8 (373.2) Por muy injustamente que parezcan arbitrarse a veces en Urantia las disputas humanas, en el universo realmente prevalecen la justicia y la ecuanimidad divinas. Vivís en un universo bien organizado y justo, y podéis estar seguros de que tarde o temprano se os tratará con justicia y, más aún, con misericordia.
8. FUNCIONES LEGISLATIVAS Y EJECUTIVAS
33:8.1 (373.3) En Lugar de Salvación, sede central de Nebadón, no existen órganos legislativos auténticos. Los mundos-sede de los universos se ocupan esencialmente de los pronunciamientos judiciales. Las asambleas legislativas del universo local están situadas en las sedes de sus cien constelaciones. Los sistemas se encargan principalmente de la labor ejecutiva y administrativa de las creaciones locales. Los soberanos de los sistemas y sus colaboradores tienen por objeto hacer cumplir los mandatos legislativos de los gobernantes de las constelaciones y ejecutar los decretos judiciales de los altos tribunales del universo.
33:8.2 (373.4) Aunque en la sede del universo no se promulguen verdaderas disposiciones legislativas; no obstante, en Lugar de Salvación ciertamente operan diferentes asambleas consultivas y de investigación, constituidas y dirigidas de forma diversa, en conformidad con su campo de acción y su propósito. Algunas son permanentes; otras se disuelven una vez alcanzados los objetivos trazados.
33:8.3 (373.5) El consejo supremo del universo local está compuesto por tres miembros de cada sistema y por siete representantes de cada constelación. Los sistemas puestos en aislamiento no tienen representación en esta asamblea, pero se les permite enviar observadores que presencian y analizan todas las deliberaciones.
33:8.4 (373.6) Los cien consejos de aprobación suprema están también situados en Lugar de Salvación. Los presidentes de estos consejos constituyen el gabinete de trabajo directo de Gabriel.
33:8.5 (373.7) Todas las conclusiones de los altos consejos consultivos del universo se remiten o bien a los órganos judiciales de Lugar de Salvación o bien a las asambleas legislativas de las constelaciones. Estos altos consejos no tienen autoridad o poder para hacer cumplir sus recomendaciones. Si su informe se sustenta en las leyes fundamentales del universo, entonces los tribunales de Nebadón emitirán la resolución de ejecución. Pero, si sus recomendaciones guardan relación con condiciones locales o de urgencia, estas se deben enviar a las asambleas legislativas de la constelación para su deliberación, y luego a las autoridades del sistema para su ejecución. Estos altos consejos son, en realidad, las asambleas supralegislativas del universo, pero operan sin autoridad para promulgar una ley y sin poder de ejecución de tales recomendaciones.
33:8.6 (373.8) Cuando hablamos de la administración del universo en términos de “tribunales” y “asambleas”, se debe comprender que estas actuaciones espirituales son muy diferentes de esas otras primitivas y materiales de Urantia que llevan sus mismos nombres.
33:8.7 (373.9) [Exposición del jefe de los arcángeles de Nebadón.]
Escrito 34
El espíritu materno del universo local
34:0.1 (374.1) Cuando el hijo creador se hace personal mediante la acción del Padre Universal y del Hijo Eterno, el Espíritu Infinito, entonces, individualiza una representación nueva y única de sí mismo para acompañar a este hijo creador a las regiones espaciales y ser allí su acompañante, primero, en la organización física y, luego, en la creación y el ministerio de las criaturas del recién proyectado universo.
34:0.2 (374.2) El espíritu creativo responde tanto a las realidades físicas como a las espirituales, tal como lo hace el hijo creador, y son, por ello, complementarios y colaboradores en la administración de uno de los universos locales del tiempo y el espacio.
34:0.3 (374.3) Estas Hijas espirituales son de la esencia del Espíritu Infinito, pero no pueden desempeñar su labor de forma simultánea en la creación física y en el ministerio espiritual. En la creación material, el Hijo del universo proporciona el modelo mientras que el Espíritu del universo inicia la materialización de las realidades físicas. El Hijo obra en los diseños de la potencia, pero el Espíritu transforma estas creaciones de energía en substancias físicas. Aunque resulta difícil describir en el universo esta presencia temprana del Espíritu Infinito como persona, para el hijo creador, el Espíritu colaborador es personal y siempre ha obrado como un ser individual diferenciado.
1. LA MANIFESTACIÓN PERSONAL DEL ESPÍRITU CREATIVO
34:1.1 (374.4) Después de que se ha completado la organización física del conjunto planetario y estelar y se han establecido las vías circulatorias de la energía a través de los centros de potencia del suprauniverso, tras esta labor preliminar de creación de las instancias intermedias del Espíritu Infinito, que operan a través, y bajo la dirección, de su convergencia creativa en el universo local, el hijo miguel anuncia públicamente que acto seguido se establecerá la vida en el recién organizado universo. Cuando el Paraíso reconoce esta declaración de intención, se produce una respuesta aprobatoria en la Trinidad del Paraíso, seguida de la desaparición en el resplandor espiritual de estas Deidades del espíritu mayor en cuyo suprauniverso se está organizando esta nueva creación. Mientras tanto, los otros espíritus mayores se acercan a este alojamiento central de las Deidades del Paraíso y, posteriormente, cuando dicho espíritu mayor, acogido por la Deidad, emerge al reconocimiento de sus compañeros, tiene lugar, repentinamente, lo que se conoce como “estallido inaugural”. Es un fabuloso destello espiritual, un fenómeno claramente perceptible incluso desde la distante sede del suprauniverso en cuestión. Y, en simultaneidad con esta manifestación trinitaria, poco entendida, se produce un cambio notable en la naturaleza de la presencia del espíritu creativo y en la potencia del Espíritu Infinito que reside en el universo local correspondiente. De forma inmediata, en respuesta a estos fenómenos con origen en el Paraíso, y ante la presencia misma del hijo creador, se hace personal una nueva representación individual del Espíritu Infinito. Se trata de la benefactora divina. El espíritu creativo, como ser individual, ayudante del hijo creador, se convierte en su estrecho colaborador creativo, en el espíritu materno del universo local.
34:1.2 (375.1) A partir y a través de este nuevo ser que se ha segregado del Creador Conjunto, circulan las corrientes establecidas y las vías prescritas de la potencia espiritual y la influencia espiritual destinadas a infundir todos los mundos y seres de ese universo local. En realidad, esta nueva presencia no es más que la transformación de la colaboradora preexistente y menos personal del hijo creador, que lo había acompañado con anterioridad en la organización del universo físico.
34:1.3 (375.2) Este es el relato en pocas palabras de un formidable suceso que, no obstante, constituye casi todo lo que se puede decir con respecto a acontecimientos tan cruciales; son instantáneos, inescrutables e incomprensibles, y su secreto reside en el seno de la Trinidad del Paraíso. Tan solo estamos ciertos de algo: la presencia del espíritu creativo en el universo local, durante el momento de la creación u organización puramente física de este, no se diferencia totalmente del espíritu del Espíritu Infinito del Paraíso; en tanto que, después de que el espíritu mayor a cargo reaparece del acogimiento secreto de los Dioses y tras el destello de la energía espiritual, dicha manifestación del Espíritu Infinito en el universo local se transforma, de súbito y por completo, semejándose personalmente al espíritu mayor que mantuvo esa unión transformadora con el Espíritu Infinito. El espíritu materno del universo local adquiere así una naturaleza personal matizada por la del espíritu mayor del suprauniverso que ostenta esa jurisdicción astronómica.
34:1.4 (375.3) A esta presencia personal del Espíritu Infinito, o espíritu materno creativo del universo local, se le conoce en Satania como la benefactora divina. En la práctica, para cualquier fin y propósito espiritual, esta manifestación de la Deidad es un ser individual divino, una persona espiritual. Y así lo reconoce y considera el hijo creador. Es a través de esta ubicación y expresión personal de la Tercera Fuente y Centro en nuestro universo local por la que el espíritu creativo pudo, con posterioridad, someterse con tanta plenitud al hijo creador y se pudo, en verdad, decir de él que “toda potestad en el cielo y en la tierra se le ha confiado”.
2. LA NATURALEZA DE LA BENEFACTORA DIVINA
34:2.1 (375.4) Habiendo experimentado una notable metamorfosis de su ser personal en el momento de la creación de la vida, la benefactora divina ejerce a partir de entonces su labor como persona y coopera, de una manera muy personal, con el hijo creador en la planificación y dirección de los muchos asuntos de su conjunta creación local. Para muchos tipos de seres del universo, incluso esta representación del Espíritu Infinito puede que no parezca completamente personal durante las eras que preceden al ministerio de gracia final de Miguel. No obstante, con posterioridad a la elevación del hijo creador a la autoridad soberana como hijo mayor, el espíritu creativo materno crece de tal manera en cualidades personales que es reconocido personalmente por todos aquellos con los que se relaciona.
34:2.2 (375.5) Desde su más temprana vinculación con el hijo creador, el Espíritu del universo posee todos los atributos del Espíritu Infinito en cuanto al control físico, incluyendo unos plenos atributos de antigravedad. Al lograr el estado personal, este Espíritu ejerce en el universo local un dominio sobre la gravedad mental tan completo que se equipara al que ejercería el Espíritu Infinito si estuviese personalmente presente.
34:2.3 (375.6) En cada uno de los universos locales, la benefactora divina obra en conformidad con la naturaleza y las características consustanciales del Espíritu Infinito, tal como se reflejan en uno de los siete espíritus mayores del Paraíso. Aunque los Espíritus del universo son básicamente uniformes en carácter, es igualmente cierto que ostentan funciones diversas, de acuerdo con el espíritu mayor a partir del que tuvieron su origen. Esta diferencia de origen en los diferentes suprauniversos explica los distintos modos de actuación de estos espíritus maternos de los universos locales. Si bien, en todos sus atributos espirituales esenciales, estos Espíritus son idénticos, igualmente espirituales y totalmente divinos, sea cual fuere la diferencia existente entre los suprauniversos.
34:2.4 (376.1) El espíritu creativo es corresponsable con el hijo creador en la creación de las criaturas de los mundos y nunca le falla en la labor de sostener y conservar estas creaciones. La vida se provee y mantiene por mediación del espíritu creativo. “Envías tu Espíritu, son creados y renuevas la faz de la tierra”.
34:2.5 (376.2) En la creación de un universo de criaturas inteligentes, el espíritu creativo materno obra, primero, en el ámbito de la perfección del universo, colaborando con el hijo creador en la creación de la brillante estrella de la mañana; después, los vástagos del espíritu creativo se aproximan cada vez más al orden de seres creados de los planetas, del mismo modo que los Hijos se escalonan en orden descendente desde los melquisedecs hasta los hijos materiales, que son los que realmente se ponen en contacto con los mortales de los mundos. En la etapa evolutiva posterior de las criaturas mortales, los hijos portadores de vida proporcionan el cuerpo físico, formado a partir de materia organizada existente en el mundo, mientras que el Espíritu del universo aporta “el aliento de vida”.
34:2.6 (376.3) Aunque el séptimo segmento del gran universo pueda, en muchos aspectos, tener un desarrollo tardío, un meticuloso análisis de esta situación revela que, en épocas venideras, dicho segmento evolucionará en una creación excepcionalmente bien equilibrada. Predecimos este alto grado de simetría en Orvontón, porque el Espíritu que preside este suprauniverso es el jefe de los espíritus mayores en las alturas; se trata de una inteligencia espiritual que engloba la unión armonizada y la perfecta coordinación de los rasgos y el carácter de las tres Deidades eternas. Avanzamos con lentitud y nos encontramos rezagados en comparación con otros sectores, pero sin duda nos aguarda algún día, en las eternas eras del futuro, un desarrollo extraordinario y un logro sin precedentes.
3. EL HIJO CREADOR Y EL ESPÍRITU CREATIVO EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO
34:3.1 (376.4) Ni el Hijo Eterno ni el Espíritu Infinito están limitados ni condicionados por el tiempo o el espacio, pero la mayoría de sus vástagos sí.
34:3.2 (376.5) El Espíritu Infinito se infunde sobre todo el espacio y habita en el círculo de la eternidad. No obstante, en su contacto personal con los hijos temporales, los seres personales del Espíritu Infinito deben a menudo tener en consideración el factor tiempo, no tanto el factor espacio. Muchos aspectos del ministerio de la mente no se ven afectados por el espacio, si bien, experimentan una dilación en el tiempo a la hora de coordinar los diversos niveles de la realidad del universo. Un mensajero solitario es prácticamente independiente del espacio aunque necesite realmente tiempo para trasladarse de un lugar a otro; en este sentido, hay otras entidades que desconocéis con características similares.
34:3.3 (376.6) En cuanto a sus prerrogativas personales, el espíritu creativo es completamente independiente del espacio, aunque no del tiempo. No hay presencia personal particular de este Espíritu del universo ni en las sedes de las constelaciones ni en las de los sistemas. Se difunde por igual por todo su universo local y está, por consiguiente, genuinamente presente de forma personal tanto en un mundo como en otro.
34:3.4 (376.7) El tiempo siempre limita al espíritu creativo con relación a su servicio en el universo. El hijo creador obra de forma instantánea en todo su universo, pero el espíritu creativo debe contar con el elemento tiempo en su ministerio de la mente universal, salvo cuando de manera consciente e intencional se vale de las prerrogativas personales del Hijo del universo. En su labor relativa al espíritu puro, el espíritu creativo también actúa con independencia del tiempo al igual que lo hace en su colaboración con el misterioso funcionamiento de la reflectividad del universo.
34:3.5 (377.1) Aunque la vía circulatoria de la gravedad espiritual del Hijo Eterno obra independientemente del tiempo y del espacio, no toda la labor de los hijos creadores está exenta de las limitaciones del espacio. Si exceptuamos su actuación en los mundos evolutivos, estos hijos migueles parecen ser capaces de operar con relativa autonomía respecto al tiempo. Y, aunque este no representa un obstáculo para ellos, el espacio sí los condiciona. No pueden estar personalmente en dos lugares a la vez. Miguel de Nebadón actúa con independencia del tiempo dentro de su propio universo y, mediante la reflectividad, prácticamente de la misma manera en el suprauniverso. El tiempo no es barrera en su comunicación directa con el Hijo Eterno.
34:3.6 (377.2) La benefactora divina ayuda y responde al hijo creador, facilitándole la superación y compensación de sus inherentes limitaciones con respecto al espacio. Así pues, cuando ambos desempeñan su actividad gestora unidos, se muestran, dentro de los confines de su propia creación local, virtualmente independientes del tiempo y del espacio. En consecuencia, tal como se observa de manera práctica en todo el universo local, el hijo creador y el espíritu creativo actúan habitualmente con independencia del tiempo y del espacio, puesto que cada cual siempre dispone de la posibilidad de poder liberarse de estos factores por medio del otro.
34:3.7 (377.3) Solo los seres absolutos son independientes del tiempo y del espacio en un sentido absoluto. La mayoría de las personas de rango menor que el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito están sujetas tanto al tiempo como al espacio.
34:3.8 (377.4) Cuando el espíritu creativo se vuelve “consciente del espacio” es que se dispone a reconocer como suyo un “dominio espacial” delimitado, una zona en la que estará libre de espacio en contraposición con cualquier otra que lo llegaría a condicionar. Solamente dentro del entorno de la propia conciencia se es libre para elegir y actuar.
4. LAS VÍAS CIRCULATORIAS DEL UNIVERSO LOCAL
34:4.1 (377.5) En el universo local de Nebadón hay tres vías circulatorias espirituales diferentes:
34:4.2 (377.6) 1. El espíritu de gracia del hijo creador, el consolador, el espíritu de la verdad.
34:4.3 (377.7)2. La vía circulatoria espiritual de la benefactora divina, el espíritu santo.
34:4.4 (377.8) 3. La vía del ministerio de la inteligencia, que incluye las acciones más o menos unificadas, aunque diversas, de los siete espíritus asistentes de la mente.
34:4.5 (377.9) Los hijos creadores están dotados de un espíritu con presencia en el universo, análogo, de muchas maneras, al de los siete espíritus mayores del Paraíso. Se trata del espíritu de la verdad, que el Hijo de gracia hace derramar sobre el mundo tras recibir potestad espiritual sobre dicha esfera. El consolador, que otorga como don, es la fuerza espiritual que por siempre atrae a los buscadores de la verdad hacia Aquel que personifica la verdad en el universo local. Este espíritu, del que el hijo creador está dotado de forma consustancial, emerge de su naturaleza divina de la misma forma que las vías circulatorias mayores se derivan de las presencias de las personas de las Deidades del Paraíso.
34:4.6 (377.10) El hijo creador va y viene; su presencia personal puede estar en el universo local o en cualquier otra parte. Sin embargo, el espíritu de la verdad obra sin perturbación en este sentido, porque dicha presencia divina, aunque procede del ser personal del hijo creador, está centrada operativamente en la persona de la benefactora divina.
34:4.7 (378.1) El espíritu materno del universo, sin embargo, nunca se retira del mundo-sede del universo local. El espíritu del hijo creador puede realizar su labor, y de hecho lo hace, independientemente de la presencia personal de este hijo creador, pero no sucede así con el espíritu perteneciente al espíritu materno. El espíritu santo de la benefactora divina se volvería inoperante si la presencia personal de esta se alejase de Lugar de Salvación. Dicha presencia espiritual parece situarse fija en la sede planetaria del universo, y es precisamente este hecho el que permite al espíritu del hijo creador actuar con independencia de la localización de dicho hijo creador. El espíritu materno del universo actúa como centro y punto de actividad del universo para el espíritu de la verdad y para el espíritu santo, su propia influencia personal.
34:4.8 (378.2) Tanto el Hijo-Padre creador como el espíritu materno creativo contribuyen de distintas maneras a la dotación de mente de sus hijos del universo local. Si bien, el espíritu creativo no otorga la mente hasta que no se le confieren prerrogativas personales para ello.
34:4.9 (378.3) Los órdenes personales supraevolutivos del universo local están dotados del tipo de mente correspondiente a ese universo local, según el modelo que rige en el suprauniverso al que pertenecen. Los órdenes humanos y subhumanos de vida evolutiva están, por su parte, dotados de los tipos de espíritus asistentes que sirven en la mente.
34:4.10 (378.4) Los siete espíritus asistentes de la mente son creación de la benefactora divina del universo local; son similares en carácter pero diferentes en cuanto a sus capacidades, y todos ellos comparten la naturaleza del Espíritu del universo del mismo modo, aunque, al margen de su madre creadora, difícilmente se les puede considerar seres personales. A estos siete asistentes se les ha dado los siguientes nombres: espíritu de sabiduría, espíritu de adoración, espíritu de consejo, espíritu de conocimiento, espíritu de valentía, espíritu de entendimiento y espíritu de intuición—o de percepción diligente—.
34:4.11 (378.5) Estos son los “siete espíritus de Dios”, “como lámparas de fuego delante del trono”, que el profeta observó en los símbolos de su visión. Pero no vio los tronos de los veinticuatro centinelas alrededor de estos siete espíritus asistentes de la mente. Esto indica la confusión de ambos relatos; uno se refiere a la sede del universo y, el otro, a la capital del sistema. Los tronos de los veinticuatro ancianos están en Jerusem, la sede de vuestro sistema local de mundos habitados.
34:4.12 (378.6) Pero fue de Lugar de Salvación que Juan escribió: “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces” —o transmisiones del universo a los sistemas locales—. También visualizó a las criaturas encargadas del control direccional del universo local, las brújulas vivas de su mundo-sede. Estas cuatro criaturas de Lugar de Salvación, que operan sobre las corrientes del universo, mantienen dicho control direccional en Nebadón. Los asiste capazmente el primer espíritu-mente en actuar, el asistente de intuición o el espíritu de “entendimiento diligente”. No obstante, la descripción de estas cuatro criaturas —llamadas “bestias”— ha sido lamentablemente deformada; son de una belleza incomparable y de una delicada apariencia.
34:4.13 (378.7) Los cuatro puntos de la brújula son universales y consubstanciales a la vida de Nebadón. Todos los seres vivos poseen unidades corporales que son sensibles y responden a estas corrientes direccionales. Esta constitución de los seres se reproduce desde el universo hasta los distintos planetas y, en conjunción con las fuerzas magnéticas de los mundos, activan en el organismo animal a multitudes de cuerpos microscópicos de tal modo que estas células direccionales señalan siempre al norte y al sur. Por lo tanto, en los seres vivos del universo, está el sentido de orientación por siempre fijado. La humanidad no carece por completo de un conocimiento consciente de dicho sentido. Estos corpúsculos se observaron por primera vez en Urantia, aproximadamente en la época en la que se realizaba esta narrativa.
5. EL MINISTERIO DEL ESPÍRITU CREATIVO
34:5.1 (379.1) La benefactora divina coopera con el hijo creador en la formulación de la vida y en la creación de nuevos órdenes de seres hasta el momento del séptimo ministerio de gracia de este y, posteriormente, tras la elevación del Hijo a la soberanía plena del universo, continúa colaborando con él y con el espíritu que este Hijo otorga, en la tarea añadida de servir al mundo y hacer progresar al planeta.
34:5.2 (379.2) En los mundos habitados, el espíritu creativo inicia su tarea de alentar la evolución, comenzando con el material inanimado de estos mundos, otorgando primero la vida vegetal, luego los organismos animales, más tarde los primeros órdenes de existencia humana; y cada uno de estos dones sucesivos contribuye a un mayor desarrollo del potencial evolutivo de la vida planetaria desde las etapas iniciales y primitivas hasta la aparición de las criaturas de voluntad. Esta labor del Espíritu se lleva a efecto, en gran parte, a través de los siete asistentes, los espíritus de la promesa, el espíritu-mente unificador y coordinador de los planetas evolutivos, que guían a las razas de los hombres, por siempre y de manera unida, hacia ideas superiores y hacia los más altos ideales espirituales.
34:5.3 (379.3) El hombre mortal tiene una primera experiencia del ministerio del Espíritu en concurrencia con la mente cuando la mente, puramente animal de las criaturas evolutivas, desarrolla cualidades que la hacen receptiva a los asistentes sexto y séptimo, los de adoración y de sabiduría. La acción de estos asistentes indica que la mente ha llegado a un desarrollo que la hace cruzar al umbral del ministerio espiritual. Y tales mentes, en su capacidad de adoración y sabiduría, se incorporan de inmediato a las vías espirituales de la benefactora divina.
34:5.4 (379.4) Cuando la mente goza del ministerio del espíritu santo, posee la capacidad de elegir (consciente o inconscientemente) la presencia espiritual del Padre Universal —el modelador del pensamiento—. No obstante, las mentes normales no están necesariamente preparadas para recibir a los modeladores del pensamiento hasta que el Hijo de gracia no ha dado de sí el espíritu de la verdad para que lleve a cabo su ministerio planetario a todos los mortales. Este espíritu, en íntima conjunción con la presencia del espíritu de la benefactora divina, ronda los mundos, intentando impartir la verdad e iluminar espiritualmente la mente de los hombres, buscando inspirar las almas de las criaturas de las razas ascendentes y conducir a los seres que moran en los planetas evolutivos por siempre hacia su destino divino: llegar al Paraíso.
34:5.5 (379.5) Aunque el espíritu de la verdad se derrame sobre toda carne, este espíritu del hijo creador está casi enteramente limitado en su acción y capacidad por la propia receptividad personal del hombre hacia lo que constituye la esencia de la misión del Hijo de gracia. El espíritu santo es en parte independiente de la actitud humana y en parte está condicionado por las decisiones y la cooperación misma de la voluntad del hombre; no obstante, su ministerio se hace progresivamente más efectivo en la santificación y espiritualización de la vida interior de aquellos mortales que más plenamente se dejan regir por las directrices divinas.
34:5.6 (379.6) Como seres individuales, no poseéis personalmente una parte o entidad separada del espíritu del Hijo-Padre creador o del espíritu materno creativo. Estos espíritus servidores no se ponen en contacto con los centros pensantes de las mentes particulares ni moran en ellos como lo hacen los mentores misteriosos. Los modeladores del pensamiento constituyen individualizaciones concretas de la realidad prepersonal del Padre Universal, que realmente residen en la mente mortal como parte misma de ella y siempre obran en perfecta armonía con los espíritus, vinculados entre sí, del hijo creador y el espíritu creativo.
34:5.7 (380.1) La presencia del espíritu santo de la Hija del universo del Espíritu Infinito, del espíritu de la verdad del Hijo del universo del Hijo Eterno y del espíritu modelador del Padre del Paraíso con un mortal evolutivo o en él indica que existe correspondencia de dones y ministerio espirituales, y lo capacita para comprender conscientemente el hecho de fe de su filiación con Dios.
6. EL ESPÍRITU EN EL HOMBRE
34:6.1 (380.2) Con el avance de la evolución de un planeta habitado y la consiguiente espiritualización de sus habitantes, esos seres personales, que han alcanzado un cierto grado de madurez, se hacen receptivos a otras influencias espirituales. A medida que los mortales progresan en dominio mental y en percepción espiritual, la acción de esta asistencia espiritual múltiple se armoniza cada vez más; aumenta de forma creciente en unión con el supraministerio de la Trinidad del Paraíso.
34:6.2 (380.3) Aunque en su manifestación la Divinidad puede ser plural, en la experiencia humana la Deidad es singular, siempre una. El ministerio espiritual tampoco es plural en la experiencia humana. Sea cual fuese la pluralidad de su origen, todas las influencias espirituales actúan como una sola. En realidad son una, pues el ministerio espiritual del Dios Séptuplo se da en y para las criaturas del gran universo; y, a medida que las criaturas crecen en apreciación, y receptividad, de tal ministerio unificador, este, en la experiencia de dichas criaturas, se convierte en el ministerio del Dios Supremo.
34:6.3 (380.4) Mediante una larga serie de pasos, el espíritu divino desciende desde las alturas de la gloria eterna para encontrarse contigo tal cual eres y dondequiera que estés y entonces, en alianza de fe, abraza tiernamente tu alma de origen mortal y emprende el cierto y seguro camino de vuelta sobre esos pasos que descendieron, sin detenerse nunca, hasta que tu alma evolutiva sea firmemente exaltada hasta las alturas mismas de la dicha desde las que el espíritu divino partió originalmente en su misión de misericordia y ministerio.
34:6.4 (380.5) Las fuerzas espirituales buscan y alcanzan infaliblemente sus propios niveles originales. Habiendo salido del Eterno, es seguro que regresarán allí, llevando consigo a todos aquellos hijos del tiempo y del espacio que han aceptado la guía y la enseñanza del modelador interior, a aquellos que verdaderamente han “nacido del espíritu”, a los hijos de Dios por la fe.
34:6.5 (380.6) El espíritu divino es fuente de incesante ministerio y estímulo para los hijos de los hombres. Vuestra capacidad y vuestros logros son “conforme a su misericordia, por la renovación del espíritu”. La vida espiritual, al igual que la energía física, se consume. El esfuerzo espiritual conduce a un cierto agotamiento espiritual. Toda la experiencia del camino ascendente es tan real como espiritual; por ello está en verdad escrito: “Es el espíritu el que vivifica”. “El espíritu da vida”.
34:6.6 (380.7) Los supuestos teóricos de incluso las más elevadas doctrinas religiosas se muestran inertes; no son capaces de transformar el carácter humano ni de regir la conducta de los mortales. Lo que el mundo de hoy necesita es lo que vuestro antiguo maestro declaró: “No en palabras solamente sino también en poder y en el espíritu santo”. La semilla de la verdad teórica no tiene vida, los conceptos morales más elevados carecen de validez, a menos que, y hasta que, el espíritu divino no insufle su aliento sobre las formas de la verdad y vivifique los códigos de la rectitud.
34:6.7 (381.1) Aquellos que han recibido y reconocido la presencia interior de Dios han nacido del espíritu. “Sois templos de Dios, y el espíritu de Dios está en vosotros”. No es suficiente con que este espíritu se haya derramado sobre vosotros; el espíritu divino debe regir todas las etapas de la experiencia humana.
34:6.8 (381.2) La presencia del espíritu divino, el agua de la vida, previene de la sed abrasadora, que embarga al mortal insatisfecho, y del ansia indescriptible de la mente humana no espiritualizada. Aquellos a los que el espíritu impulsa “no tendrán sed jamás, porque el agua espiritual será en ellos una fuente que sacia y brota para vida eterna”. Estas almas así saciadas de modo divino por esta agua prácticamente no dependen del entorno material para hallar gozo en la vida o satisfacción en la existencia terrenal. Están iluminadas y renovadas espiritualmente, fortalecidas y dotadas moralmente.
34:6.9 (381.3) En todo mortal existe una doble naturaleza: la herencia de tendencias animales y el estímulo hacia lo superior del que está dotado espiritualmente. Durante vuestra breve vida en Urantia, estos dos impulsos disímiles y opuestos raramente podrán reconciliarse por completo; difícilmente se pueden armonizar ni unificar; si bien, a lo largo de vuestra vida, las influencias espirituales, obrando en combinación, jamás cesarán de daros asistencia para someter la carne cada vez más a la guía del espíritu. Y, aunque debéis vivir vuestra vida material, aunque no podáis escapar al cuerpo y sus necesidades, no obstante, en propósito e ideales, cada vez os sentiréis más dotados de la capacidad de subordinar la naturaleza animal a la supremacía del espíritu. En verdad existe en vosotros una afiliación de fuerzas espirituales, una coalición de poderes divinos, cuyo único propósito consiste en liberaros finalmente de la atadura a lo material y de los impedimentos finitos.
34:6.10 (381.4) El propósito de todo este ministerio es “que podáis ser fortalecidos con poder mediante Su espíritu en el hombre interior”. Y todo esto no es más que los primeros pasos para poder lograr definitivamente la perfección de la fe y del servicio, ese estado en el que estaréis “llenos de la entera plenitud de Dios”, “porque todos los que son guiados por el espíritu de Dios son los hijos de Dios”.
34:6.11 (381.5) El espíritu nunca fuerza, solo guía. Si aprendéis con voluntariedad, si queréis conseguir niveles espirituales y alcanzar las alturas divinas, si sinceramente deseáis lograr el objetivo eterno, entonces el espíritu divino os conducirá con delicadeza y cariño por el camino de la filiación y del progreso espiritual. Cada paso que deis debéis darlo de buena voluntad y cooperando con inteligencia y alegría. El predominio del espíritu nunca se distorsiona por la coacción ni se pone en peligro por la imposición.
34:6.12 (381.6) Y, cuando se acepta con libertad e inteligencia esa vida bajo la guía del espíritu, se desarrolla de forma gradual, en la mente humana, una inequívoca conciencia de contacto divino y una certitud de comunión espiritual; tarde o temprano “el Espíritu mismo se une a tu espíritu (el modelador) para dar testimonio de que eres hijo de Dios”. Ya tu propio modelador del pensamiento te ha hablado de tu relación de parentesco con Dios, por ello, el texto refleja que el Espíritu da testimonio no a tu espíritu sino en unión con él.
34:6.13 (381.7) La conciencia del predominio del espíritu en una vida humana viene acompañada de una creciente manifestación de características espirituales en la respuesta que, bajo su dirección, da el mortal ante la vida “porque los frutos del espíritu son amor, gozo, paz, mansedumbre, dulzura, bondad, fe, humildad, y templanza”. Estos mortales, divinamente iluminados, que siguen la guía del espíritu, incluso cuando recorren los humildes senderos del trabajo agotador y con lealtad humana cumplen con las obligaciones de sus deberes terrenales, han comenzado ya a percibir las luces de la vida eterna que brillan en las lejanas orillas de otro mundo; ya han comenzado a comprender la realidad de esa verdad inspiradora y reconfortante, “El reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz, y gozo en el espíritu santo”. Y, a través de cada prueba, frente a cada penuria, las almas nacidas del espíritu se sostienen en esa esperanza que trasciende todos los temores, porque el amor de Dios se esparce a todos los corazones mediante la presencia del espíritu divino.
7. EL ESPÍRITU Y LA CARNE
34:7.1 (382.1) La carne, intrínseca a las razas de origen animal, no da de manera natural los frutos del espíritu divino. Cuando se eleva la naturaleza de los mortales con la aportación de la naturaleza de los hijos materiales de Dios, como lo hicieron en cierta medida las razas de Urantia con la dádiva de Adán, entonces el camino se allana para que el espíritu de la verdad coopere con el modelador interior con el fin de producir en vuestro carácter la hermosa cosecha de los frutos del espíritu. Si no rechazáis a este espíritu, y aunque se necesite la eternidad para cumplir tal cometido, “él os guiará a toda la verdad”.
34:7.2 (382.2) Los mortales evolutivos, habitantes de los mundos que progresan espiritualmente con normalidad, no experimentan los graves conflictos entre el espíritu y la carne que caracterizan a las razas actuales en Urantia. Pero incluso en los planetas más modélicos, el hombre preadánico debe realizar un decidido esfuerzo para ascender desde el plano existencial puramente animal hasta alcanzar niveles consecutivos de contenidos intelectuales crecientes y de valores espirituales superiores.
34:7.3 (382.3) En un mundo normal, los mortales no experimentan esa guerra constante entre su naturaleza material y espiritual. Se enfrentan a la necesidad de elevarse desde los niveles de la existencia animal hasta los planos superiores de la vida espiritual, pero este movimiento ascendente parece más un recorrido educativo si se le compara con los intensos conflictos que experimentan los mortales de Urantia ante naturalezas tan divergentes como la material y la espiritual.
34:7.4 (382.4) Los pueblos de Urantia sufren el resultado de la falta de ayuda en nuestra labor de lograr un desarrollo espiritual planetario progresivo. Por un lado, la sublevación de Caligastia provocó una confusión a nivel mundial y despojó a todas las generaciones que siguieron de la asistencia moral que una sociedad bien organizada hubiese podido ofrecer; por otro, la transgresión de Adán, incluso de consecuencias más catastróficas, desposeyó a las razas de ese tipo superior de la naturaleza física que hubiese estado más en consonancia con las aspiraciones espirituales.
34:7.5 (382.5) Los mortales de Urantia se ven obligados a experimentar esa manifiesta lucha entre el espíritu y la carne debido a que sus antepasados remotos no fueron completamente adanizados durante la misión de Adán. Según el plan divino, las razas mortales de Urantia deberían haber gozado de forma natural de una disposición física de mayor receptividad al espíritu.
34:7.6 (382.6) A pesar de este doble desastre para la naturaleza del hombre y para su entorno, los mortales de hoy en día experimentarían menos este patente enfrentamiento entre la carne y el espíritu si se dispusieran a entrar en el reino del espíritu, donde los hijos de Dios por la fe disfrutan de un relativo rescate de la servidumbre y las ataduras de la carne, dedicándose de todo corazón, en un servicio edificante y libertador, a cumplir la voluntad del Padre de los cielos. Jesús mostró a la humanidad el nuevo modo de vivir la vida mortal para que los seres humanos pudiesen, en gran manera, evitar las funestas consecuencias de la rebelión de Caligastia y compensar con mayor efectividad las privaciones resultantes de la transgresión de Adán. “El espíritu de vida de Cristo Jesús nos ha librado de la ley de la vida animal y de las tentaciones del mal y el pecado”. “Esta es la victoria que vence la carne, vuestra fe”.
34:7.7 (383.1) Esos hombres y mujeres que conocen a Dios y que han nacido del espíritu no experimentan más conflicto con sus naturalezas mortales que los habitantes de los mundos, de planetas más normales que nunca se vieron contaminados por el pecado ni afectados por la rebelión. Los hijos de la fe actúan en niveles intelectuales y viven en planos espirituales que los hacen sobreponerse a los conflictos que pueden ocasionar los deseos físicos irrefrenables o innaturales de otras personas sin fe. Los deseos propios de los seres animales y los apetitos e impulsos ordinarios de la naturaleza física no entran en conflicto ni con los mayores logros espirituales, salvo en las mentes de personas ignorantes, mal instruidas o lamentablemente escrupulosas en extremo.
34:7.8 (383.2) Habiendo iniciado el camino de la vida eterna, habiendo aceptado la misión y recibido las instrucciones para avanzar, no temas los riesgos del olvido humano ni la veleidad del mortal, no te preocupes por el temor al fracaso ni te desconcierte la confusión, no vaciles ni cuestiones tu estatus ni tu posición, porque en esas horas oscuras, en cada encrucijada en la que te encuentres en tu lucha por seguir adelante, el espíritu de la verdad siempre hablará, diciendo: “Este es el camino”.
34:7.9 (383.3) [Exposición de un mensajero poderoso que realiza su servicio temporalmente en Urantia.]
Escrito 35
Los Hijos de Dios de los universos locales
35:0.1 (384.1) Los Hijos de Dios anteriormente mencionados tuvieron su origen en el Paraíso. Son los vástagos de los Gobernantes Divinos de los ámbitos universales. Los hijos creadores pertenecen al primer orden de filiación del Paraíso; en Nebadón solamente hay uno de ellos: Miguel, el padre y soberano del universo. Los avonales o hijos magistrados pertenecen al segundo orden. Nebadón tiene su contingente íntegro: un total de 1062. Y estos “cristos menores” son tan eficientes y todopoderosos en sus respectivos ministerios de gracia planetarios como lo fue el hijo creador y mayor en Urantia. Por ser de origen trinitario, no hay registro en el universo local del tercer orden de Hijos de Dios, pero calculo que hay en Nebadón entre quince y veinte mil hijos preceptores de la Trinidad, excluyendo los 9642 asistentes trinitizados por criaturas que sí constan en registro. Estos dainales del Paraíso no son ni magistrados ni administradores; son maestros consumados.
35:0.2 (384.2) Los Hijos de Dios que se van a examinar tienen su origen en el universo local; descienden de un hijo creador del Paraíso en distintos modos de conjunción con el espíritu materno del universo, su complementario. En estas narraciones se mencionan los siguientes órdenes de filiación:
35:0.3 (384.3) 1. Los hijos melquisedecs.
35:0.4 (384.4) 2. Los hijos vorondadecs.
35:0.5 (384.5) 3. Los hijos lanonandecs.
35:0.6 (384.6) 4. Los hijos portadores de vida.
35:0.7 (384.7) La Deidad trina del Paraíso crea tres órdenes de filiación: los migueles, los avonales y los dainales. En el universo local, la Deidad doble, el Hijo y el Espíritu, coopera también en la creación de tres elevados órdenes de Hijos de Dios: los melquisedecs, los vorondadecs y los lanonandecs; y, habiendo logrado esta triple expresión, estos colaboran con el siguiente nivel de Dios Séptuplo en la creación de la versátil orden de los portadores de vida. Estos seres están clasificados con los Hijos de Dios que descienden, pero en el universo constituyen una forma de vida única y primigenia. Todo el siguiente escrito está dedicado a su estudio.
1. EL PADRE MELQUISEDEC
35:1.1 (384.4) Una vez que han tenido su origen los ayudantes personales, tales como la brillante estrella de la mañana y otros seres personales con cometidos gobernativos, según el propósito divino y los planes creativos de un universo dado tiene lugar una nueva forma de unión creativa entre el hijo creador y el espíritu creativo del universo local, o Hija del Espíritu Infinito. De esta alianza nace un ser personal, el Melquisedec primigenio o Padre Melquisedec, ese ser único que con posterioridad colaborará con el hijo creador y el espíritu creativo en dar a su vez existencia al grupo completo que lleva ese nombre.
35:1.2 (385.1) En el universo de Nebadón, el Padre Melquisedec actúa como el primer mandatario adjunto de la brillante estrella de la mañana. Gabriel se ocupa más de las políticas del universo y Melquisedec lo hace de los procedimientos prácticos. Gabriel preside los tribunales y consejos que se constituyen regularmente en Nebadón, mientras que Melquisedec preside las comisiones especiales, extraordinarias y de emergencia al igual que los órganos consultivos. Gabriel y el Padre Melquisedec nunca se alejan al mismo tiempo de Lugar de Salvación; en ausencia de Gabriel, el Padre Melquisedec ejerce la función de mandatario en jefe de Nebadón.
35:1.3 (385.2) Todos los melquisedecs de nuestro universo se crearon durante el transcurso de un milenio de tiempo regular por el hijo creador y el espíritu creativo en conjunción con el Padre Melquisedec. Siendo un orden de filiación en el que uno de sus propios integrantes obró como cocreador, los melquisedecs, en su constitución, se originaron en parte a sí mismos y, por ello, pueden aspirar a tener una excelsa forma de autogobierno. Eligen periódicamente a su propio jefe de gobernación por un término de siete años de este tiempo estándar y actúan por lo demás como un orden de seres que se regula a sí mismo, aunque el melquisedec primigenio ejerce ciertas prerrogativas consustanciales a su calidad de coprogenitor. Ocasionalmente, este Padre Melquisedec designa a ciertos miembros de su orden para que desempeñen la labor de portadores de vida especiales en los mundos midsonitas, un tipo de planeta habitado no revelado hasta ahora en Urantia.
35:1.4 (385.3) Los melquisedecs no realizan una gran actividad fuera del universo local, excepto cuando se les convoca como testigos en asuntos pendientes ante los tribunales del suprauniverso y cuando se les designa como embajadores especiales, como a veces sucede, para representar a un universo ante otro en el mismo suprauniverso. El Melquisedec primigenio o primogénito de cada uno de los universos puede siempre viajar libremente a los universos cercanos o al Paraíso en misiones que guardan relación con los intereses y obligaciones de su orden.
2. LOS HIJOS MELQUISEDECS
35:2.1 (385.4) Los melquisedecs constituyen el primer orden de Hijos divinos que se acercan lo suficientemente a la vida de las criaturas de menor rango como para poder realizar, de forma directa, su ministerio de elevar a los mortales, de servir a las razas evolutivas sin necesidad de encarnarse. Estos Hijos se hallan por naturaleza en el punto medio de la gloriosa escala descendente de seres personales, encontrándose por su origen aproximadamente a medio camino entre la Divinidad más elevada y las criaturas de voluntad más modestas. Son, pues, intermediarios naturales entre los niveles más elevados y divinos de la existencia viva y de las formas de vida de los mundos evolutivos, de orden inferior e incluso materiales. A los órdenes seráficos, o ángeles, les deleita trabajar con los melquisedecs; de hecho, todas las formas de vida inteligente hallan en ellos amigos comprensivos, maestros receptivos y consejeros sensatos.
35:2.2 (385.5) Los melquisedecs se rigen de manera autónoma. En este singular grupo, encontramos la primera iniciativa de autodeterminación por parte de seres del universo local y contemplamos la forma más notable de un verdadero autogobierno. Estos Hijos establecen sus propios mecanismos para la gobernación de su grupo y de su planeta de residencia, así como para las seis esferas vinculadas y sus mundos integrantes. Y debe quedar constancia de que estos hijos melquisedecs jamás han abusado de sus prerrogativas; ni una sola vez han traicionado en todo el suprauniverso de Orvontón la confianza depositada en ellos. Representan la esperanza de cualquier grupo del universo que aspire al autogobierno; son el modelo al igual que los maestros del autogobierno para todas las esferas de Nebadón. Todos los órdenes de seres inteligentes, los superiores de arriba y los de menor rango de abajo, sinceramente elogian el gobierno de los melquisedecs.
35:2.3 (386.1) El orden de filiación de los melquisedecs ocupa la posición, y asume la responsabilidad, del hijo mayor en una familia numerosa. Realizan un trabajo mayormente sin cambio y algo rutinario, si bien, buena parte del mismo es voluntario y enteramente autoimpuesto. La mayoría de las asambleas especiales que se reúnen ocasionalmente en Lugar de Salvación se convocan a petición de los melquisedecs. Por iniciativa propia, estos Hijos patrullan su universo nativo; mantienen una estructura autónoma dedicada a la recogida de información relativa al universo y presentan informes periódicos al hijo creador, con independencia de cualquier otra información que llegue a la sede del universo, a través de las instancias intermedias regulares encargadas de la gestión rutinaria de este. Por naturaleza, son observadores imparciales; cuentan con la total confianza de todas las clases de seres inteligentes.
35:2.4 (386.2) Los melquisedecs actúan como tribunales de apelación itinerantes y consultivos de los mundos; estos Hijos del universo acuden en pequeños grupos a estos mundos con el fin de prestar servicio como comisiones asesoras para tomar declaración, recibir sugerencias y ejercer de letrados, ayudando así a solventar las dificultades importantes y a resolver las graves diferencias que surgen ocasionalmente en los asuntos de los dominios evolutivos.
35:2.5 (386.3) Estos hijos mayores del universo son los principales ayudantes de la brillante estrella de la mañana en llevar a cabo los mandatos del hijo creador. Cuando un melquisedec va a un mundo remoto en nombre de Gabriel, se le puede designar, a efecto de esa misión particular, como sustituto de aquel que lo envía; en cuyo caso, aparecerá en dicho planeta con toda la autoridad de la brillante estrella de la mañana. Esto es especialmente cierto en aquellas esferas donde un Hijo de mayor rango aún no ha hecho su aparición semejando a las criaturas que las habitan.
35:2.6 (386.4) Cuando un hijo creador emprende su andadura de gracia en un mundo evolutivo, va solo; pero cuando uno de sus hermanos del Paraíso, un hijo avonal, inicia su propio ministerio de gracia, lo hace acompañado y apoyado por melquisedecs, doce en número, que tan eficazmente contribuyen al éxito de tal misión. Los melquisedecs apoyan igualmente a los avonales del Paraíso en sus misiones como magistrados a los mundos habitados y, durante este cometido, son visibles a los ojos de los mortales si el hijo avonal se manifiesta también de esta forma.
35:2.7 (386.5) No hay faceta alguna de las necesidades espirituales planetarias a la que no dejen de atender. Son los maestros que tan frecuentemente ganan mundos completos de avanzada vida para el reconocimiento último y total del hijo creador y de su Padre del Paraíso.
35:2.8 (386.6) Los melquisedecs son casi perfectos en sabiduría, pero no son infalibles en su juicio. Cuando se han encontrado aislados y solos en misiones planetarias, a veces han incurrido en errores sobre cuestiones menores; esto es, han optado por hacer ciertas cosas que no contaban con la aprobación posterior de sus supervisores. Este error de apreciación incapacita temporalmente a un melquisedec hasta que acude a Lugar de Salvación y, en audiencia con el hijo creador, recibe esa instrucción que lo exonera de la disonancia que provocó la desavenencia con sus compañeros; y, entonces, tras un cese de carácter correctivo, se reincorporará a su servicio al tercer día. En Nebadón, raras veces se han producido estas pequeñas disfunciones en la actividad de los melquisedecs.
35:2.9 (387.1) Estos Hijos de Dios no son un orden de seres en aumento; su número, aunque varía en función del universo local, es fijo. El número de melquisedecs registrados en su planeta sede en Nebadón supera los diez millones.
3. LOS MUNDOS MELQUISEDECS
35:3.1 (387.2) Los melquisedecs tienen su propio mundo cerca de Lugar de Salvación, la sede del universo local. Esta esfera, llamada Melquisedec, es el mundo piloto de la vía circulatoria de Lugar de Salvación, que está compuesta de setenta esferas primarias, cada una de las cuales está circundada a su vez por seis esferas dependientes dedicadas a alguna actividad especial. A estas maravillosas esferas —70 primarias y 420 dependientes— se las denomina con frecuencia Universidad Melquisedec. Los mortales ascendentes de todas las constelaciones de Nebadón pasan por un proceso de formación en todos estos 490 mundos con el fin de adquirir la condición de residentes en Lugar de Salvación. Sin embargo, tal instrucción no es más que un aspecto de la actividad plural que tiene lugar en el conjunto de esferas arquitectónicas de esta sede del universo local.
35:3.2 (387.3) Las 490 esferas que circulan alrededor de Lugar de Salvación se dividen en diez grupos, cada uno de los cuales contiene siete esferas primarias y cuarenta y dos dependientes. Cada uno de estos grupos está bajo la supervisión general de uno de los órdenes principales de vida existente en el universo. El primer grupo, que comprende el mundo piloto y las seis esferas primarias siguientes en la circundante procesión planetaria, se encuentra bajo la supervisión de los melquisedecs. Estos mundos melquisedecs son:
35:3.3 (387.4) 1. El mundo piloto: el mundo de residencia de los hijos melquisedecs.
35:3.4 (387.5) 2. El mundo de las escuelas de la vida física y los laboratorios de energías vivas.
35:3.5 (387.6) 3. El mundo de la vida morontial.
35:3.6 (387.7) 4. La esfera de la vida espiritual inicial.
35:3.7 (387.8) 5. El mundo de la vida espiritual intermedia.
35:3.8 (387.9) 6. La esfera de la vida espiritual en avance.
35:3.9 (387.10) 7. El ámbito de la autorrealización correlacionada y suprema.
35:3.10 (387.11) Los seis mundos dependientes de cada una de estas esferas de los melquisedecs están dedicados a actividades relacionadas con el trabajo de la esfera primaria a la que están vinculados.
35:3.11 (387.12) El mundo piloto, la esfera Melquisedec, es el espacio común de encuentro para todos los seres que participan en la instrucción y espiritualización de los ascendentes mortales del tiempo y del espacio. Para dichos ascendentes, este mundo es probablemente el lugar más interesante de todo Nebadón. Todos los mortales que han completado su formación en las constelaciones están destinados a arribar en el planeta Melquisedec, donde se les inicia en el régimen de disciplinas y de perfeccionamiento espiritual del sistema educativo de Lugar de Salvación. No olvidaréis jamás vuestras reacciones aquel primer día de vida ante este singular mundo, ni siquiera cuando hayáis alcanzado vuestro destino en el Paraíso.
35:3.12 (387.13) Los mortales ascendentes residen en el mundo Melquisedec mientras realizan su formación en los seis planetas de educación especializada que circundan dicho mundo. Esta es la pauta que se sigue durante toda su estancia en los setenta mundos culturales, las esferas primarias de la vía circulatoria de Lugar de Salvación.
35:3.13 (387.14) La actividad que ocupa el tiempo de los numerosos seres que moran en los seis mundos dependientes de la esfera Melquisedec es plural y variada; si bien, en cuanto a los mortales ascendentes, estos satélites están destinados a las siguientes facetas de estudio:
35:3.14 (388.1) 1. La esfera número uno se dedica a la reflexión sobre la vida planetaria inicial de tales ascendentes, y se lleva a cabo en clases integradas por aquellos que proceden de un determinado mundo de origen mortal. Los que provienen de Urantia realizan juntos este examen de sus experiencias.
35:3.15 (388.2) 2. La tarea especial de la esfera número dos consiste igualmente en una reflexión, aunque, en este caso, de las experiencias vividas al paso por los mundos de las moradas que rodean el satélite primario de la sede del sistema local.
35:3.16 (388.3) 3. La reflexión que se realiza en la esfera tercera se centra en la estancia de los ascendentes en la capital del sistema local y abarca la actividad realizada en los restantes mundos arquitectónicos del conjunto que forma la sede del sistema.
35:3.17 (388.4) 4. La cuarta esfera se dedica a la reflexión de las experiencias en los setenta mundos dependientes de la constelación y de las esferas vinculadas a estos mundos.
35:3.18 (388.5) 5. En la quinta esfera, se lleva a cabo la reflexión sobre la estancia del ascendente en el mundo-sede de la constelación.
35:3.19 (388.6) 6. En la esfera número seis, el tiempo se dedica a intentar correlacionar estas cinco épocas y lograr así una coordinación de las experiencias con el fin de prepararse para el ingreso en las escuelas primarias Melquisedec, que imparten formación en los asuntos del universo.
35:3.20 (388.7) Las escuelas de administración del universo y de sabiduría espiritual están situadas en el mundo de residencia de los melquisedecs, donde también se encuentran las escuelas dedicadas a una sola línea de investigación, tales como energía, materia, organización, comunicación, archivo, ética y existencia comparada de las criaturas.
35:3.21 (388.8) En la Facultad de Dotación Espiritual de los melquisedecs, todos los órdenes de Hijos de Dios —incluso aquellos órdenes del Paraíso— cooperan con los melquisedecs y los maestros seráficos en la formación de las multitudes que acuden como evangelistas de destino a los mundos remotos del universo para proclamar la libertad espiritual y la filiación divina. Esta división especial de la Universidad Melquisedec es una institución exclusiva del universo; no se admiten visitantes estudiantiles de otras regiones espaciales.
35:3.22 (388.9) Los melquisedecs imparten, en su mundo de residencia, el curso superior de formación en administración del universo. El primigenio Padre Melquisedec preside esta Facultad de Alta Ética. A estos centros de formación se envían a los estudiantes de intercambio desde los distintos universos. Aunque el joven universo de Nebadón se halla en un bajo nivel en la escala de los universos en cuanto a logros espirituales y a un elevado desarrollo ético, nuestros problemas de gobernación han sido de tal grado que el universo completo se ha convertido en un enorme campo de prácticas para otras creaciones cercanas y las facultades de los melquisedecs están atestadas de visitantes estudiantiles y observadores de otros mundos. Además del inmenso grupo de estudiantes locales matriculados, siempre hay más de cien mil estudiantes extranjeros que asisten a estas clases, porque el orden de los melquisedecs de Nebadón goza de renombre en todo Esplandón.
4. EL TRABAJO ESPECIAL DE LOS MELQUISEDECS
35:4.1 (388.10) Dentro de la actividad de los melquisedecs, hay un área sumamente especializada que guarda relación con la supervisión de la trayectoria morontial progresiva de los mortales ascendentes. Una gran parte de esta formación está a cargo de los sabios y pacientes servidores seráficos, asistidos por mortales que han alcanzado un nivel de logro relativamente superior en la escala del universo; si bien, toda esta labor educativa está bajo la supervisión general de los melquisedecs en colaboración con los hijos preceptores de la Trinidad.
35:4.2 (389.1) Aunque los órdenes de los melquisedecs se dedican mayormente al inmenso sistema educativo y al régimen de formación experiencial del universo local, también prestan su servicio en misiones excepcionales y en circunstancias extraordinarias. En un universo en evolución, que acabará por sumar aproximadamente diez millones de mundos habitados, muchas cosas fuera de lo común están llamadas a suceder, y es en esas urgencias cuando actúan los melquisedecs. En Edentia, la sede de vuestra constelación, se les conoce como “Hijos de emergencia”. Están siempre preparados para servir en cualquier situación de dificultad —física, intelectual o espiritual—, ya sea en un planeta, en un sistema, en una constelación o en el universo. Cuando y dondequiera que se precise ayuda de carácter especial, allí encontraréis a uno o más hijos melquisedecs.
35:4.3 (389.2) Cuando algún aspecto del plan del hijo creador corre peligro de malograrse, un melquisedec acudirá de inmediato a prestar ayuda. Pero, con frecuencia, no se requieren sus servicios como se requirieron en el caso de la impía rebelión ocurrida en Satania.
35:4.4 (389.3) En cualquier mundo habitado por criaturas de voluntad, cuando surge una situación de emergencia, sea cual fuese su naturaleza, los melquisedecs son los primeros en operar. A veces lo hacen como custodios temporales de planetas insubordinados, sirviendo como síndicos de gobiernos rebeldes. En una crisis planetaria, estos hijos melquisedecs prestan sus servicios realizando muchos cometidos singulares. A este tipo de Hijos les resulta fácil hacerse visible a los seres mortales y, a veces, alguno de ellos ha llegado incluso a encarnarse con la semejanza de un hombre mortal. En Nebadón, un melquisedec ha servido siete veces en un mundo evolutivo manifestándose de esta manera y, en numerosas ocasiones, estos Hijos han aparecido semejando otros órdenes de criaturas del universo. Son, en efecto, los versátiles y voluntarios servidores en casos de urgencia para todos los órdenes de inteligencia del universo y para todos los mundos y sistemas de mundos.
35:4.5 (389.4) Al melquisedec que vivió en Urantia en los tiempos de Abraham se le conoció en la región como el Príncipe de Salem porque presidía una pequeña comunidad de buscadores de la verdad que residía en un lugar llamado Salem. Se ofreció como voluntario para encarnarse como hombre mortal, y lo hizo con la aprobación de los síndicos melquisedecs del planeta, que temían que se extinguiese la luz de la vida durante ese período de creciente oscuridad espiritual. Y este melquisedec realmente impulsó la verdad de sus días, transmitiéndola con éxito a Abraham y a sus colaboradores.
5. LOS HIJOS VORONDADECS
35:5.1 (389.5) Tras la creación de los auxiliares personales y del primer grupo de los versátiles melquisedecs, el hijo creador y el espíritu creativo del universo local planificaron y dieron existencia al segundo gran orden de filiación del universo: los vorondadecs. A este variado orden de Hijos se les conoce de manera más general como “los Padres de las constelaciones”, porque en todos los universos locales hay regularmente uno de ellos a la cabeza del gobierno de cada una de las constelaciones.
35:5.2 (389.6) El número de vorondadecs varía en cada universo local. Los que están registrados en Nebadón se elevan a un millón y, al igual que sus coiguales, los melquisedecs, no poseen el poder de reproducirse. No existe método alguno conocido por el que puedan aumentar su número.
35:5.3 (389.7) En muchos aspectos, estos Hijos constituyen un órgano autónomo; de forma individual y grupal, e incluso como totalidad, tales Hijos gozan, en buena parte, de autodeterminación, de la misma manera que los melquisedecs; si bien, los vorondadecs no actúan en un campo de actividad tan amplio. No igualan a sus hermanos melquisedecs respecto a su brillante versatilidad, pero son incluso más dignos de confianza y eficientes como gobernantes y administradores previsores. Tampoco son exactamente iguales a sus subordinados, los lanonandecs, soberanos de los sistemas, en cuanto a sus destrezas como administradores, pero superan a cualquier otro orden de filiación del universo respecto a la estabilidad de sus propósitos y a la divinidad de sus juicios.
35:5.4 (390.1) Aunque las decisiones y reglamentaciones de este orden de Hijos están siempre de acuerdo con el espíritu de la filiación divina y en armonía con las políticas del hijo creador, se les ha llegado a citar a causa de sus errores ante el hijo creador y, con relación a detalles técnicos, sus decisiones se han revocado a veces por apelación ante los tribunales superiores del universo. No obstante, los vorondadecs rara vez caen en el error y jamás se han rebelado; nunca en toda la historia de Nebadón se ha hallado a uno de ellos en desacato del gobierno del universo.
35:5.5 (390.2) Los vorondadecs realizan un amplio y variado servicio en los universos locales. Sirven como embajadores ante otros universos al igual que como cónsules representando a las constelaciones dentro de su universo nativo. De todos los órdenes de filiación del universo local, es a ellos a quienes con más frecuencia se les confían y delegan plenos poderes soberanos para que se ejerzan en las situaciones críticas del universo.
35:5.6 (390.3) En esos mundos segregados en oscuridad espiritual, en esas esferas que, por rebelión y transgresión, han sufrido aislamiento planetario, un observador vorondadec está generalmente presente hasta el restablecimiento de su condición normal. En ciertos casos de emergencias, este observador Altísimo podría ejercer autoridad absoluta y discrecional sobre todos los seres celestiales destinados en ese planeta. En Lugar de Salvación, hay constancia de que los vorondadecs han hecho a veces uso de dicha autoridad en tales planetas como regentes Altísimos. Esto también ha ocurrido incluso en mundos habitados no tocados por rebeliones.
35:5.7 (390.4) Con frecuencia, un grupo de doce o más hijos vorondadecs se constituye en tribunal superior de revisión judicial y apelación con respecto a casos especiales que afecten el estado de un planeta o de un sistema. No obstante, su trabajo está normalmente relacionado con las funciones legislativas autóctonas de los gobiernos de las constelaciones. Como resultado de todos estos actos de servicio, los vorondadecs se han convertido en los historiadores de los universos locales; están familiarizados personalmente con todas las disensiones políticas y agitaciones sociales de los mundos habitados.
6. LOS PADRES DE LAS CONSTELACIONES
35:6.1 (390.5) Al menos tres vorondadecs están asignados al gobierno de cada una de las cien constelaciones de un universo local. El hijo creador los elige y Gabriel los nombra como los Altísimos de las constelaciones para servir durante un decamilenio —10 000 años de tiempo estándar, unos 50 000 años de tiempo de Urantia—. El Altísimo reinante, el Padre de la constelación, tiene dos colaboradores, uno de mayor rango y otro de menor rango. En cada cambio de gobierno, el de mayor rango pasa a ser el jefe de gobierno y el de menor rango asume las funciones del de mayor rango; al mismo tiempo, los vorondadecs sin destino, con residencia en los mundos de Lugar de Salvación, proponen a uno de sus propios miembros como candidato para asumir las responsabilidades del colaborador de menor rango. Así pues, según la política actual, cada uno de los gobernantes Altísimos sirve en la sede de una constelación durante un periodo de tres decamilenios, unos 150 000 años de Urantia.
35:6.2 (390.6) Los cien Padres de las constelaciones, los que en verdad presiden los gobiernos de las constelaciones, componen el supremo órgano de consulta del hijo creador. Este consejo celebra sesiones frecuentes en la sede del universo y no tiene límites en cuanto al ámbito y alcance de sus deliberaciones; no obstante, se ocupa principalmente del bienestar de las constelaciones y de la unificación de la administración de todo el universo local.
35:6.3 (391.1) Cuando un Padre de la constelación está atendiendo sus obligaciones en la sede del universo, como hace con frecuencia, el colaborador de mayor rango pasa a ser el director en funciones de los asuntos de la constelación. La actividad normal de este colaborador es la supervisión de los asuntos espirituales, mientras que el colaborador de menor rango se ocupa personalmente del bienestar físico de la constelación. Sin embargo, no se lleva a cabo ninguna política de importancia en la constelación a menos que los tres Altísimos estén de acuerdo en todos los detalles de su ejecución.
35:6.4 (391.2) Todo el mecanismo de la información espiritual y de los canales de comunicación está a disposición de los Altísimos de la constelación. Están en perfecto contacto con sus superiores de Lugar de Salvación y con sus subordinados directos, los soberanos de los sistemas locales. Con frecuencia, se reúnen en consejo con estos soberanos para deliberar sobre el estado de la constelación.
35:6.5 (391.3) Los Altísimos se rodean de un equipo de asesores, que regularmente varía en cantidad y en personal, con arreglo a la presencia de los distintos grupos en las sedes de las constelaciones e, igualmente, a medida que las condiciones locales cambien. En momentos de tensión, se pueden solicitar más Hijos del orden de los vorondadecs, que se recibirán con celeridad, para ayudar en la labor de gobernación. Norlatiadec, vuestra propia constelación, está actualmente regida por doce hijos vorondadecs.
7. LOS MUNDOS VORONDADECS
35:7.1 (391.4) Los planetas de los vorondadecs constituyen el segundo grupo de siete mundos de la vía circulatoria de las setenta esferas primarias que rodea a Lugar de Salvación. Cada una de estas esferas, con sus seis satélites circundantes, está dedicada a una faceta especial de la actividad de los vorondadecs. En estos cuarenta y nueve ámbitos espaciales, los mortales ascendentes llegan a la cima de su educación con respecto a la legislación del universo.
35:7.2 (391.5) En los mundos-sede de las constelaciones, los mortales ascendentes han observado el funcionamiento de las asambleas legislativas, pero aquí, en estos mundos de los vorondadecs, participan en la promulgación de la legislación general real del universo local bajo la tutela de los vorondadecs de mayor rango. Tales promulgaciones están encaminadas a coordinar los variados pronunciamientos de las asambleas legislativas autónomas de las cien constelaciones. La instrucción que se recibe en las escuelas vorondadecs no tiene parangón ni incluso en Uversa. Esta formación es progresiva, extendiéndose desde la primera esfera, con trabajo suplementario en sus seis satélites, hasta las seis esferas primarias restantes y a sus grupos de satélites vinculados.
35:7.3 (391.6) En estos mundos de estudio y de trabajo práctico, los peregrinos ascendentes se iniciarán en numerosas actividades nuevas a medida que prosiguen su instrucción en estos cuarenta y nueve mundos. No se nos prohíbe dar a conocer estas inconcebibles y excelsas ocupaciones, pero no tenemos esperanza de ser capaces de describirlas para la mente material de los seres mortales. No encontramos palabras para transmitir su significado y no existe labor humana análoga que se pueda utilizar para ilustrarlas. En los mundos vorondadecs de la vía circulatoria de Lugar de Salvación, también se efectúan otras muchas actividades que no forman parte del régimen dispuesto para los mortales ascendentes.
8. LOS HIJOS LANONANDECS
35:8.1 (392.1) Después de la creación de los vorondadecs, el hijo creador y el espíritu materno del universo se unen con el propósito de dar existencia al tercer orden de filiación del universo: los lanonandecs. Y, aunque estos seres se encargan de diversas tareas relacionadas con la administración de los sistemas, se les conoce mejor como los “soberanos de los sistemas”, o gobernantes de los sistemas locales, y como “príncipes planetarios”, o jefes del gobierno de los mundos habitados.
35:8.2 (392.2) Al ser seres creados de un orden de filiación último y de inferior rango —en cuanto a niveles de divinidad—, necesitaron superar ciertos cursos de formación en los mundos melquisedecs a fin de prepararse para el servicio que tenían que prestar. Fueron los primeros alumnos de la Universidad Melquisedec y sus maestros y examinadores melquisedecs los clasificaron y certificaron según su aptitud, ser personal y logros.
35:8.3 (392.3) El universo de Nebadón comenzó su existencia exactamente con doce millones de lanonandecs y, tras pasar por la esfera Melquisedec, en las pruebas finales, se les dividió en tres clases:
35:8.4 (392.4) 1. Lanonandecs primarios. Había 709 841 de los de más alto rango. A estos Hijos se les nombra soberanos del sistema y asistentes de los consejos supremos de las constelaciones al igual que asesores de la administración superior del universo.
35:8.5 (392.5) 2. Lanonandecs secundarios. De este orden emergente de la esfera Melquisedec, había 10 234 601. Se les nombra príncipes planetarios y se les destina a las reservas de dicho orden.
35:8.6 (392.6) 3. Lanonandecs terciarios. Este grupo estaba formado por 1 055 558 Hijos de este orden. Actúan de asistentes de rango menor, mensajeros, custodios, comisionados, observadores, y llevan a cabo diversos cometidos relacionados con el sistema y los mundos que lo componen.
35:8.7 (392.7) Tal como ocurre con los seres evolutivos, a estos Hijos no les es posible avanzar de un grupo a otro. Una vez expuestos a la formación auspiciada por los melquisedecs, una vez que se les ha probado y clasificado, sirven de forma continuada en la categoría asignada. Tampoco pueden reproducirse. Su número en el universo es fijo.
35:8.8 (392.8) Redondeando su número, en Lugar de Salvación, el orden de hijos lanonandecs se divide de la siguiente manera:
35:8.9 (392.9) Coordinadores del universo y asesores de las constelaciones….………….100 000.
35:8.10 (392.10) Soberanos de los sistemas y asistentes…………… 600 000.
35:8.11 (392.11) Príncipes planetarios y reservas…………… 10 000 000.
35:8.12 (392.12) Colectivo de mensajeros…………………… 400 000.
35:8.13 (392.13) Custodios y archivistas.……………………. 100 000.
35:8.14 (392.14) Colectivo de reserva........................................800 000.
35:8.15 (392.15) Al ser un orden de filiación de rango algo menor que los melquisedecs y los vorondadecs, los lanonandecs pueden realizar un servicio incluso mayor en las unidades menores del universo, ya que son capaces de acercarse más a las modestas criaturas de las razas inteligentes. No obstante, también se hallan en un mayor riesgo de descarriarse, de apartarse de un modo de proceder aceptable del gobierno del universo. Si bien, estos lanonandecs, especialmente los de orden primario, son los más aptos y versátiles de todos los administradores de los universos locales. En capacidad ejecutiva solamente los superan Gabriel y sus colaboradores no revelados.
9. LOS GOBERNANTES LANONANDECS
35:9.1 (393.1) Los lanonandecs gobiernan los planetas de forma continuada y los sistemas en turno rotatorio. Uno de ellos ostenta en este momento el gobierno de Jerusem, la sede de vuestro sistema local de mundos habitados.
35:9.2 (393.2) Los soberanos del sistema ejercen su labor de gobierno desde las sedes de cada uno de los sistemas de mundos habitados con un régimen de comisiones de dos o tres miembros. Cada decamilenio, el Padre de la constelación nombra jefe a uno de estos lanonandecs. No obstante, al ser algo totalmente facultativo para los gobernantes de la constelación, a veces no se producen cambios en la jefatura del trío. Los gobiernos del sistema no cambian repentinamente su personal a no ser que ocurra algún tipo de tragedia.
35:9.3 (393.3) Cuando los soberanos del sistema o sus asistentes están llamados a retirarse, el consejo supremo, situado en la sede de la constelación, elige a aquellos que ocuparán sus puestos a partir de las reservas existentes de ese orden, un grupo más numeroso en Edentia que el promedio indicado anteriormente.
35:9.4 (393.4) Los consejos supremos de los lanonandecs están emplazados en las distintas sedes de las constelaciones. El colaborador Altísimo de mayor rango del Padre de la constelación preside este grupo mientras que el de menor rango supervisa las reservas de los lanonandecs del orden secundario.
35:9.5 (393.5) Los soberanos del sistema hacen honor a sus propios nombres; es prácticamente la actividad que realizan con relación a los asuntos locales de los mundos habitados. Ejercen la dirección de los príncipes planetarios, de los hijos materiales y de los espíritus servidores de una manera que se aproxima a lo paternal. Su dominio personal es prácticamente completo. No están supervisados por los observadores trinitarios del universo central. Forman la división ejecutiva del universo local y, como custodios del cumplimiento de los mandatos legislativos y encargados de la aplicación de veredictos judiciales, se encuentran en una posición dentro de toda la administración del universo en la que la deslealtad personal a la voluntad del hijo miguel podría fácil y rápidamente afianzarse e intentar imponerse.
35:9.6 (393.6) Es de lamentar que en nuestro universo local más de setecientos hijos lanonandecs se rebelaran contra el gobierno del universo y provocaran la confusión en algunos sistemas y en numerosos planetas. De todos estos casos de malogro, únicamente tres de ellos eran soberanos del sistema; prácticamente todos pertenecían a los órdenes segundo y tercero, esto es, a príncipes planetarios y a lanonandecs terciarios.
35:9.7 (393.7) El gran número de estos Hijos que ha faltado a su integridad no es atribuible a fallo alguno en su creación. Se podrían haber creado divinamente perfectos, pero se hicieron así para que pudiesen entender mejor, y acercarse más, a las criaturas evolutivas que habitan en los mundos del tiempo y el espacio.
35:9.8 (393.8) De todos los universos locales de Orvontón, nuestro suprauniverso, exceptuando Henselón, es el que ha perdido a un mayor número de miembros de este orden de Hijos. Existe consenso en Uversa de que la causa de muchos de los problemas de gobernación que se han dado en Nebadón se ha debido a que nuestros hijos lanonandecs se crearon con un amplio grado de libertad personal para tomar decisiones. No realizo esta observación en un sentido crítico. El creador de nuestro universo tiene pleno poder y autoridad para hacer esto. Nuestros altos gobernantes sostienen que, aunque estos Hijos en su libertad de elección ocasionan un desmesurado problema en las etapas tempranas del universo, cuando las circunstancias se han sometido a un análisis detallado y finalmente se han aclarado, la mayor lealtad y el más completo servicio por voluntad propia de parte de estos Hijos totalmente probados traerán beneficios que resarcirán con creces la confusión y las tribulaciones de tiempos anteriores.
35:9.9 (394.1) En caso de rebelión en la sede de un sistema, por lo general, en un plazo relativamente corto, un nuevo soberano toma posesión, pero esto no sucede así con los distintos planetas. Estos constituyen las unidades básicas de la creación material, y la libertad de elección de las criaturas es un factor a tener en cuenta en la resolución final de tales problemas. Se nombran príncipes planetarios sucesores para los mundos aislados, para esos planetas cuyos príncipes gobernantes se hayan descarriado, aunque no asumen el gobierno efectivo de tales mundos hasta que las consecuencias de la insurrección no se hayan superado y eliminado parcialmente gracias a las medidas correctoras adoptadas por los melquisedecs y otros seres personales servidores. La rebelión de un príncipe planetario conlleva el aislamiento instantáneo de su planeta; las vías espirituales locales se cortan de inmediato. Solamente un Hijo de gracia puede restablecer las líneas interplanetarias de comunicación en un mundo espiritualmente aislado.
35:9.10 (394.2) Existe un plan para salvar a estos Hijos rebeldes e imprudentes, y muchos han hecho uso de esta medida misericordiosa; no obstante, nunca más podrán actuar en aquellos puestos en los que fallaron. Tras su rehabilitación, se les asigna a tareas de custodia y a departamentos de administración física.
10. LOS MUNDOS LANONANDECS
35:10.1 (394.3) El conjunto de las esferas de administración de los lanonandecs conforman el tercer grupo de siete mundos de la vía circulatoria de Lugar de Salvación compuesta de setenta planetas, con sus cuarenta y dos satélites respectivos. En estos ámbitos los lanonandecs experimentados, pertenecientes al colectivo de los ex soberanos de los sistemas ofician como docentes, impartiendo administración a los peregrinos ascendentes y a las multitudes seráficas. Los mortales evolutivos observan el trabajo de los administradores de los sistemas en sus propias capitales, aunque aquí participan igualmente en la coordinación real de los pronunciamientos administrativos de los diez mil sistemas locales.
35:10.2 (394.4) Estas escuelas de administración del universo local están bajo la supervisión de un colectivo de hijos lanonandecs con una larga experiencia como soberanos de los sistemas y como consejeros de las constelaciones. Solo las escuelas de mandatarios de Ensa superan en excelencia a estas facultades para líderes.
35:10.3 (394.5) Aunque sirven como esferas de instrucción para los mortales ascendentes, los mundos lanonandecs son igualmente centros de gran actividad con relación a las gestiones normales y rutinarias de la administración del universo. En todo el camino hacia el Paraíso, los peregrinos ascendentes continúan sus estudios en las escuelas de prácticas y conocimiento aplicado, en las que verdaderamente se les entrena para hacer realmente lo que se les imparte. El sistema educativo del universo auspiciado por los melquisedecs es práctico, progresivo, significativo y experiencial. Abarca la formación en las cosas materiales, intelectuales, morontiales y espirituales.
35:10.4 (394.6) Con respecto a estas esferas de administración de los lanonandecs, la mayoría de los Hijos rescatados de ese orden sirven como custodios y directores de asuntos planetarios. Estos príncipes planetarios transgresores y sus colaboradores en rebelión, que optan por aceptar la rehabilitación que se les ofrece, continuarán sirviendo en estas tareas rutinarias, al menos hasta que el universo de Nebadón se asiente en luz y vida.
35:10.5 (394.7) Sin embargo, muchos de los hijos lanonandecs de los sistemas de mayor antigüedad han dejado constancia de espléndidos historiales de servicio, administración y logros espirituales. Constituyen un grupo noble, fiel y leal, a pesar de su tendencia a caer en el error por las falacias de la libertad personal y las ilusiones de autodeterminación.
35:10.6 (394.8) [Auspiciado por el jefe de los arcángeles que actúa con el beneplácito de Gabriel de Lugar de Salvación.]
Escrito 36
Los portadores de vida
36:0.1 (396.1) La vida no se origina espontáneamente. La vida se forma según los planes formulados por los (no revelados) arquitectos del ser y aparece en los planetas habitados por importación directa o como consecuencia de las intervenciones de los portadores de vida de los universos locales. Estos portadores de vida se cuentan entre los seres más interesantes y versátiles de la diversa familia de Hijos del universo. A ellos se les ha confiado diseñar y llevar la vida a las esferas planetarias. Y, una vez que han implantado la vida en estos mundos nuevos, permanecen allí durante largos períodos de tiempo para impulsar su desarrollo.
1. ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS PORTADORES DE VIDA
36:1.1 (396.2) Aunque los portadores de vida pertenecen a la familia de filiación divina, constituyen un tipo de Hijos del universo peculiar y diferenciado; es el único grupo de vida inteligente del universo local en cuya creación participan los gobernantes del suprauniverso. Los portadores de vida son los vástagos de tres seres personales preexistentes: el hijo creador, el espíritu materno del universo y, por designación, uno de los tres ancianos de días que presiden los destinos del suprauniverso correspondiente. Estos ancianos de días, que son los únicos que pueden decretar la extinción de la vida inteligente, participan en la creación de los portadores de vida, a quienes se les confía el establecimiento de la vida física en los mundos evolutivos.
36:1.2 (396.3) En el universo de Nebadón tenemos constancia de la creación de cien millones de portadores de vida. Este eficiente colectivo encargado de diseminar la vida no es un grupo que verdaderamente se gobierne a sí mismo. Los dirige el trío que determina la vida, integrado por Gabriel, el Padre Melquisedec y Nambia, el portador de vida primigenio y primogénito de Nebadón; si bien, son autónomos en todas las facetas de sus divisiones administrativas.
36:1.3 (396.4) Los portadores de vida se clasifican en tres grandes categorías: la primera corresponde a los portadores de mayor rango; la segunda, a los asistentes; y, la tercera, a los custodios. La primera categoría se subdivide a su vez en doce grupos de portadores que son especialistas en las distintas formas de manifestación de la vida. La separación de estas tres categorías se llevó a cabo por parte de los melquisedecs, que para tal propósito realizaron pruebas en la esfera sede de los portadores de vida. Los melquisedecs están, desde entonces, estrechamente vinculados a estos seres y siempre los acompañan cuando salen para establecer la vida en un planeta nuevo.
36:1.4 (396.5) Cuando un planeta evolutivo finalmente se asienta en luz y vida, los portadores se organizan en órganos deliberantes supremos con capacidad consultiva a fin de ayudar a fomentar la administración y el desarrollo del mundo y de sus seres glorificados. En esas eras futuras de estabilización de un universo evolutivo a estos portadores de vida se les confían muchos cometidos nuevos.
2. LOS MUNDOS DE LOS PORTADORES DE VIDA
36:2.1 (397.1) Los melquisedecs ejercen la supervisión general del cuarto grupo de siete esferas primarias de la vía circulatoria de Lugar de Salvación. A estos mundos de los portadores de vida se les denomina de la siguiente manera:
36:2.2 (397.2) 1. La sede de los portadores de vida.
36:2.3 (397.3) 2. La esfera de planificación de la vida.
36:2.4 (397.4) 3. La esfera de conservación de la vida.
36:2.5 (397.5) 4. La esfera de la evolución de la vida.
36:2.6 (397.6) 5. La esfera de la vida vinculada con la mente.
36:2.7 (397.7) 6. La esfera de la mente y del espíritu en los seres vivos.
36:2.8 (397.8) 7. La esfera de la vida no revelada.
36:2.9 (397.9) Cada una de estas esferas primarias está rodeada por seis satélites, en los que se centran las facetas especiales de la actividad que los portadores de vida realizan en el universo.
36:2.10 (397.10) El mundo número uno, la esfera sede, junto con sus seis satélites dependientes, está dedicado al estudio de la vida universal, esto es, de la vida en todas sus manifestaciones conocidas. Aquí se sitúa la facultad de planificación de la vida, en la que maestros y asesores de Uversa y Havona, e incluso del Paraíso, ejercen su labor. Me está permitido revelar que en este mundo de los portadores de vida se hallan los siete emplazamientos centrales de los espíritus asistentes de la mente.
36:2.11 (397.11) El número diez —el sistema decimal— es consustancial al universo físico, aunque no al espiritual. El ámbito de la vida se caracteriza por tres, siete y doce o por múltiplos y combinaciones de estos números básicos. Existen tres planificaciones de la vida que son primordiales y esencialmente diferentes, según el orden de las tres Fuentes y Centros del Paraíso, y, en el universo de Nebadón, estas tres formas elementales de la vida se dividen en tres tipos diferentes de planetas. Había, originariamente, doce conceptos divinos distintos de la vida transmisible. Este número doce, con sus divisores y múltiplos, está presente en todos los modelos básicos de la vida de la totalidad de los siete suprauniversos. También hay siete tipos arquitecturales relativos al diseño de la vida, o distribuciones fundamentales de la configuración reproductiva de la materia viva. Los modelos de la vida de Orvontón se configuran en doce portadores de la herencia. Los distintos órdenes de criaturas volitivas se configuran según los números 12, 24, 48, 96, 192, 384 y 768. En Urantia existen cuarenta y ocho unidades rectoras del modelo de la vida —o rasgos determinantes— en las células sexuales de la reproducción humana.
36:2.12 (397.12) El segundo mundo es la esfera donde se diseña la vida. Aquí se determinan todas sus formas nuevas de organización. Aunque los diseños originales de la vida parten del hijo creador, son los portadores de vida y sus colaboradores quienes llevan realmente a efecto estos planes. Una vez que se establece el plan general de vida para un nuevo mundo, este se transmite a la esfera sede, donde el consejo supremo de los portadores de vida de mayor rango, en colaboración con un colectivo de asesores melquisedecs, lo analiza minuciosamente. Si este plan se desvía de las especificaciones previamente aceptadas, debe someterse al estudio y aprobación del hijo creador. Con frecuencia, el jefe de los melquisedecs representa al hijo creador en estas deliberaciones.
36:2.13 (397.13) En consecuencia, aunque la vida planetaria sea similar en ciertos aspectos, difiere de muchas maneras en cada uno de los mundos evolutivos. Incluso en una simple familia de mundos que comparten sucesivamente uniformidad de vida, esta no es exactamente idéntica en dos planetas; existe siempre algún tipo de vida planetario que los distingue. Esto es así porque los portadores de vida laboran constantemente para mejorar las fórmulas vitales asignadas a su cuidado.
36:2.14 (398.1) Hay más de un millón de fórmulas químicas fundamentales o cósmicas que componen los modelos parentales y las numerosas variaciones funcionales básicas de las manifestaciones de la vida. El satélite número uno de la esfera de la planificación de la vida es el campo de acción de los físicos y de los electroquímicos del universo, que sirven como asistentes técnicos de los portadores de vida en la labor de capturar, organizar y actuar sobre las unidades esenciales de energía empleadas para construir los vehículos materiales de transmisión de la vida, el llamado plasma germinal.
36:2.15 (398.2) Los laboratorios de planificación de la vida planetaria están situados en el segundo satélite de este mundo número dos. En dichos laboratorios, los portadores de vida y todos sus colaboradores cooperan con los melquisedecs a fin de modificar y posiblemente mejorar la vida concebida para su implantación en los planetas decimales de Nebadón. La vida que evoluciona actualmente en Urantia se planificó y se desarrolló en parte en este mismo mundo, ya que Urantia es un planeta decimal, un mundo de experimentación de la vida. En un mundo de cada diez se permite que los diseños normales de la vida sufran una variación mayor que en los otros mundos (no experimentales).
36:2.16 (398.3) El mundo número tres está dedicado a la conservación de la vida. Aquí los asistentes y los custodios del colectivo de portadores de vida estudian y desarrollan distintos modos de protegerla y preservarla. En la planificación de la vida para cualquier mundo nuevo, siempre se prevé el rápido establecimiento de la comisión de conservación de la vida, integrada por custodios especialistas que saben manipular con destreza los modelos básicos de la vida. En Urantia había veinticuatro de estos custodios, miembros de la comisión, dos por cada modelo fundamental o parental de la organización arquitectural de la vida material. En planetas como el vuestro, la forma más elevada de vida se reproduce mediante un conjunto portador de la vida que consta de veinticuatro unidades modelo. (Y puesto que la vida intelectual se deriva de la vida física, y se funda en ella, de ahí tienen su existencia los veinticuatro órdenes elementales característicos de la organización psíquica).
36:2.17 (398.4) La esfera número cuatro y sus satélites dependientes están dedicados al estudio de la evolución de la vida creatural en general y de los antecedentes evolutivos de cada uno de los niveles de vida en particular. El plasma de vida original de un mundo evolutivo debe contener el pleno potencial de todas las posibles variaciones que se puedan desarrollar y de todos los cambios evolutivos y modificaciones que se puedan producir con posterioridad. Los requisitos de estos proyectos de tan largo alcance con relación a la metamorfosis de la vida pueden exigir la aparición de muchas formas aparentemente inútiles de vida animal y vegetal. Estos subproductos de la evolución planetaria, previstos o imprevistos, aparecen en el campo de acción solamente para desaparecer; si bien, en todo este largo proceso subyacen las acertadas e inteligentes formulaciones de los diseñadores primigenios que planificaron la vida planetaria y el esquema de las especies. Los múltiples subproductos de la evolución biológica son en su totalidad esenciales para el funcionamiento último e íntegro de las formas superiores de vida inteligente, a pesar de que periódicamente pueda predominar una gran disonancia externa en la larga lucha ascendente de las criaturas superiores por lograr el dominio sobre las formas de vida de inferior rango, muchas de las cuales resultan a veces tan hostiles para la paz y la complacencia de las criaturas volitivas evolutivas.
36:2.18 (398.5) El mundo número cinco se ocupa en su totalidad de la vida en vinculación con la mente. Cada uno de sus satélites está dedicado al estudio de una única faceta de la mente de las criaturas en su correlación con la vida creatural. La mente, tal como el hombre la comprende, es un don de los siete espíritus asistentes de la mente que las instancias intermedias del Espíritu Infinito superponen a los niveles mecánicos o no educables de la mente. Los modelos de vida responden de distintas maneras a estos asistentes y a los distintos ministerios espirituales que operan en todos los universos del tiempo y del espacio. La capacidad de respuesta espiritual de las criaturas materiales depende enteramente de la dote de la mente a ellas vinculada, algo que, a su vez, ha determinado el curso de la evolución biológica de estas mismas criaturas mortales.
36:2.19 (399.1) El mundo número seis está dedicado a la correlación de la mente con el espíritu tal como se vinculan con las formas y los organismos vivos. Este mundo y sus seis mundos dependientes contienen las escuelas de coordinación creatural, donde los maestros del universo central y del suprauniverso colaboran con los instructores de Nebadón en la exposición de los más elevados niveles de logro alcanzables por las criaturas en el tiempo y el espacio.
36:2.20 (399.2) La séptima esfera de los portadores de vida está dedicada a los ámbitos no revelados de la vida de las criaturas evolutivas en relación con la filosofía cósmica de la creciente efectuación del Ser Supremo.
3. TRASPLANTE DE LA VIDA
36:3.1 (399.3) La vida no aparece de forma espontánea en los universos; los portadores de vida han de iniciarla en planetas estériles. Ellos son los portadores, diseminadores y custodios de la vida tal como aparece en los mundos evolutivos del espacio. Toda vida conocida en Urantia, cualquiera que sea su orden o forma, hace su aparición con estos Hijos, aunque no todas las formas de vida planetaria existen en Urantia.
36:3.2 (399.4) El colectivo de portadores encargado de implantar la vida en un nuevo mundo consta generalmente de cien portadores de mayor rango, cien asistentes y mil custodios. Con frecuencia, aunque no siempre, los portadores traen específicamente el plasma de vida a un nuevo mundo. A veces, organizan los modelos de la vida tras llegar al planeta de destino, siguiendo directrices previamente aprobadas, a fin de dar comienzo a una nueva aventura en el establecimiento de la misma. Así fue el origen de la vida planetaria en Urantia.
36:3.3 (399.5) Una vez que se conforman los modelos físicos según dichas directrices, los portadores de vida catalizan este material inanimado e imparten a través de sus personas la chispa vital del espíritu e, inmediatamente, los modelos inertes se convierten en materia viva.
36:3.4 (399.6) La chispa vital —el misterio de la vida— se otorga a través de los portadores de vida, no por ellos. Estos ciertamente supervisan esos procesos y formulan el plasma de la vida misma, pero es el espíritu materno del universo quien proporciona el factor esencial del plasma vivo. De la hija creativa del Espíritu Infinito emerge esa chispa de energía que vivifica el cuerpo y augura la llegada de la mente.
36:3.5 (399.7) En la dádiva de la vida, los portadores no transmiten nada de su naturaleza personal, ni siquiera en aquellas esferas en las que se proyectan nuevos órdenes de vida. En estas ocasiones, sencillamente inician y transmiten la chispa de la vida, dando comienzo a las mociones de rotación necesarias de la materia según las especificaciones físicas, químicas y eléctricas de las planificaciones y modelos previstos. Los portadores de vida son presencias catalíticas vivas que agitan, organizan y vitalizan los elementos de orden material que en otras circunstancias estarían inertes.
36:3.6 (400.1) Para establecer la vida en un nuevo mundo, el colectivo planetario de portadores dispone de un plazo determinado de aproximadamente medio millón de años del tiempo de ese planeta. Al final de este período, indicado por la consecución de ciertos logros en el desarrollo de la vida planetaria, dan por concluida esta tarea y, de ahí en adelante, ya no les es posible añadir nada nuevo o suplementario a la vida de ese planeta.
36:3.7 (400.2) Durante las épocas que median entre el establecimiento de la vida y la gradual aparición de criaturas humanas de estatus moral, a los portadores se les permite actuar sobre el entorno de la vida además de dirigir favorablemente el curso de la evolución biológica. Así lo hacen durante largos períodos de tiempo.
36:3.8 (400.3) La labor de los portadores de vida que operan en un nuevo mundo acaba en el momento en el que consiguen dar nacimiento a un ser de voluntad, con capacidad de decisión moral y de elección espiritual. Ya han terminado. Ya no pueden actuar más sobre la vida en evolución. De ahí en adelante, el desarrollo de los seres vivos debe continuar conforme a los recursos propios de la naturaleza y las tendencias impartidas, y establecidas, en las fórmulas y modelos de la vida planetaria. A los portadores de vida no se les permite ni experimentar ni interferir con la voluntad. No pueden a su arbitrio ejercer ningún dominio ni influencia sobre las criaturas morales.
36:3.9 (400.4) A la llegada del príncipe planetario se preparan para partir, aunque dos de los portadores de mayor rango y experiencia y doce custodios pueden ofrecerse como voluntarios, haciendo votos temporales de renuncia, para permanecer indefinidamente en el planeta como asesores en lo referente al posterior desarrollo y conservación del plasma de vida. Dos de esos Hijos y sus doce colaboradores prestan en la actualidad sus servicios en Urantia.
4. LOS PORTADORES DE VIDA MELQUISEDECS
36:4.1 (400.5) En cada uno de los sistemas locales de mundos habitados de todo Nebadón, hay una única esfera en la que los melquisedecs desempeñan funciones como portadores de vida. Estas moradas se conocen como los mundos midsonitas de los sistemas y, en cada uno de ellos, un hijo melquisedec, materialmente modificado, elige y se une a una de las Hijas pertenecientes al orden material de filiación. Las madres evas de estos mundos midsonitas acuden procedentes de la sede del sistema en jurisdicción una vez que el portador de vida melquisedec, designado para esta labor, las escoge de entre las numerosas voluntarias que responden a la llamada que el soberano del sistema ha realizado a las hijas materiales de su ámbito.
36:4.2 (400.6) A la progenie de un portador de vida melquisedec y de una hija material se la denomina midsonitas. El melquisedec, padre de esta raza de excelsas criaturas, termina por dejar el planeta en el que realiza esta excepcional función de vida y, Eva, madre de este orden especial de seres del universo, se marcha igualmente de allí cuando la séptima generación de sus vástagos planetarios hace su aparición. La dirección de dicho mundo se delega entonces en su hijo de mayor edad.
36:4.3 (400.7) Las criaturas midsonitas viven y actúan como seres reproductivos en sus magníficos mundos hasta que cumplen mil años de edad de tiempo estándar; después de lo cual se les traslada mediante transporte seráfico. A partir de entonces los midsonitas pierden su capacidad de reproducción, porque la técnica de desmaterialización por la que pasan en preparación para tal tipo de transporte en el que viajan envueltos en un serafín los priva para siempre de esta prerrogativa.
36:4.4 (400.8) En su estatus actual, estos seres no pueden considerarse ni mortales ni inmortales ni se les puede clasificar de forma categórica como humanos o divinos. Estas criaturas no tienen modelador interior, por lo tanto, es difícil suponer que sean inmortales. Pero tampoco parecen ser mortales; ningún midsonita ha experimentado la muerte. Todos los midsonitas nacidos en Nebadón siguen vivos hoy en día, ejercen su actividad en sus mundos nativos, en alguna esfera intermedia o en la esfera midsonita de Lugar de Salvación, en el grupo de mundos de los finalizadores.
36:4.5 (401.1) Los mundos de los finalizadores de Lugar de Salvación. Los portadores de vida melquisedecs, así como las madres evas a ellos vinculadas, van desde las esferas midsonitas del sistema a los mundos de los finalizadores de la vía circulatoria de Lugar de Salvación, donde sus vástagos están igualmente destinados a reunirse.
36:4.6 (401.2) Se debe explicar a este respecto que el quinto grupo de siete mundos primarios de la vía circulatoria de Lugar de Salvación corresponde a los mundos de los finalizadores de Nebadón. Los hijos de los portadores de vida melquisedecs y las hijas materiales tienen su residencia en el séptimo mundo de los finalizadores, la esfera midsonita de Lugar de Salvación.
36:4.7 (401.3) Los satélites de los siete mundos primarios de los finalizadores son el lugar de reunión de los seres personales de los suprauniversos y del universo central que puedan estar prestando sus servicios en Nebadón. Aunque los mortales ascendentes circulan libremente por todos los mundos culturales y esferas de formación de los 490 mundos que componen la Universidad Melquisedec, hay ciertas escuelas especiales y numerosas zonas restringidas a las que no se les permite el acceso. Esto es particularmente cierto de las cuarenta y nueve esferas bajo la jurisdicción de los finalizadores.
36:4.8 (401.4) Actualmente no se conoce el propósito que mueve a estas criaturas midsonitas, pero parece que estos seres personales se están reuniendo en el séptimo mundo de los finalizadores en preparación para cualquier eventualidad futura respecto a la evolución del universo. Siempre dirigimos nuestras cuestiones sobre las razas midsonitas a los finalizadores, y siempre estos declinan hablar del destino de sus pupilos. A pesar de nuestra incertidumbre con respecto al futuro de estas criaturas, sí sabemos que cada universo local en Orvontón alberga un colectivo en aumento de estos misteriosos seres. Los portadores de vida melquisedecs creen que, a sus hijos midsonitas, el Dios Último los dotará algún día del espíritu trascendental y eterno de la absonitidad.
5. LOS SIETE ESPÍRITUS ASISTENTES DE LA MENTE
36:5.1 (401.5) Es la presencia de los siete espíritus asistentes de la mente en los mundos primitivos la que determina el curso de la evolución orgánica; eso explica por qué la evolución tiene un propósito definido y no casual. Estos asistentes representan ese ministerio de la mente del Espíritu Infinito, que se extiende a los órdenes más modestos de vida inteligente mediante la actuación del espíritu materno del universo local. Los asistentes son los hijos del espíritu materno del universo y constituyen el ministerio personal de este espíritu materno a las mentes materiales de los mundos. Estos espíritus obran de diversas maneras dependiendo del momento o lugar en el que se manifieste este tipo de mente.
36:5.2 (401.6) Los siete espíritus asistentes de la mente responden a nombres que equivalen a los siguientes apelativos: intuición, entendimiento, valentía, conocimiento, consejo, adoración y sabiduría. Estos espíritus de la mente expanden su influencia a todos los mundos habitados siguiendo un impulso diferenciado, cada cual buscando capacidad receptiva para manifestarse, con independencia del grado en el que sus compañeros puedan encontrar receptividad y oportunidad para operar.
36:5.3 (401.7) Los alojamientos centrales de los espíritus asistentes, situados en el mundo-sede de los portadores de vida, indican a los supervisores de estos portadores el alcance y la calidad de la actividad mental de los asistentes en cualquier mundo y en cualquier organismo determinado dotado de intelecto. Estos emplazamientos de vida y mente son indicadores perfectos de la actividad de la mente viva de los primeros cinco asistentes. No obstante, con respecto a los espíritus asistentes sexto y séptimo —adoración y sabiduría—, estos alojamientos solo muestran el aspecto cualitativo de su actividad. El aspecto cuantitativo de la actividad del asistente de la adoración y del de la sabiduría se registra en la inmediata presencia de la benefactora divina en Lugar de Salvación; es una experiencia personal de este espíritu materno del universo.
36:5.4 (402.1) Los siete espíritus asistentes de la mente siempre acompañan a los portadores de vida a un nuevo planeta, pero no deben considerarse como entidades; son más bien vías circulatorias. Los espíritus de los siete asistentes del universo no actúan como seres personales a no ser en la presencia de la benefactora divina en el universo; son, de hecho, un nivel de la conciencia de la benefactora divina y están siempre subordinados a la acción y presencia de su madre creativa.
36:5.5 (402.2) No encontramos las palabras adecuadas para designar a estos siete espíritus asistentes de la mente. Realizan su servicio en los niveles inferiores de la mente experiencial, y se les puede describir, siguiendo la secuencia de sus logros evolutivos, como sigue:
36:5.6 (402.3) 1. El espíritu de intuición: percepción rápida, inherentes instintos primitivos físicos y reflejos, dotación del sentido de la dirección y de otros sentidos de preservación de todas las creaciones dotadas de mente; el único de los asistentes que obra, en gran medida, en los órdenes inferiores de la vida animal y el único que tiene un amplio contacto de carácter operativo con los niveles no educables de la mente maquinal.
36:5.7 (402.4) 2. El espíritu de entendimiento: impulso de coordinación, asociación de ideas espontánea y aparentemente automática. Se trata del don de coordinación del conocimiento adquirido, del fenómeno de razonamiento rápido, juicio rápido y prontitud de decisión.
36:5.8 (402.5) 3. El espíritu de valentía, o don de la fidelidad, en los seres personales, la base de la adquisición del carácter y la raíz intelectual del vigor moral y de la valentía espiritual. Cuando está iluminado por los hechos, e inspirado por la verdad, este don se convierte en el secreto del impulso de la ascensión evolutiva por la vía de la autodirección inteligente y concienzuda.
36:5.9 (402.6) 4. El espíritu de conocimiento: la curiosidad, madre de la aventura y del descubrimiento, el espíritu científico; guía y fiel colaborador de los espíritus de valentía y de consejo; el impulso para dirigir los dones de la valentía por las sendas del crecimiento útil y progresivo.
36:5.10 (402.7) 5. El espíritu de consejo: el impulso hacia lo social, el sentido de cooperación del que están dotadas las especies; la facultad de las criaturas volitivas para relacionarse con los demás, el origen del instinto gregario entre las humildes criaturas.
36:5.11 (402.8) 6. El espíritu de adoración: el afán por lo religioso, el primer impulso diferenciador que separa a las criaturas de mente en dos clases fundamentales de mortales. El espíritu de adoración marca para siempre la distinción entre el animal al que está vinculado y aquellas criaturas sin alma, dotadas de mente. La adoración es el distintivo que nos permite aspirar a la ascensión espiritual.
36:5.12 (402.9) 7. El espíritu de sabiduría: la inherente tendencia de todas las criaturas morales hacia el avance evolutivo metódico y progresivo. Este es el más elevado de los asistentes, el espíritu que coordina y articula la labor de todos los demás. Este espíritu es el secreto de ese impulso innato de las criaturas dotadas de mente, que inicia y mantiene el plan práctico y efectivo de la escala ascendente de la existencia; ese don de los seres vivos que da razón de su inexplicable capacidad para sobrevivir y ejercitar, en la supervivencia, la coordinación de todas sus experiencias pasadas y oportunidades presentes a fin de adquirir, en su totalidad, lo que los otros seis servidores de la mente pueden movilizar en la mente del organismo correspondiente. La sabiduría es la cima de la realización intelectual; la sabiduría es el objetivo de una existencia puramente mental y moral.
36:5.13 (403.1) Los espíritus asistentes de la mente crecen en experiencia, pero nunca se vuelven personales. Evolucionan en cuanto a su función y, la función de los primeros cinco en los órdenes animales es, hasta cierto punto, esencial, para la de los siete como intelecto humano. Esta relación con el orden animal hace que los asistentes sean, desde el punto de vista práctico, más efectivos en su función como mente humana; así pues, los animales son, en cierto modo, indispensables tanto para la evolución intelectual como física del hombre.
36:5.14 (403.2) Estos asistentes de la mente del espíritu materno del universo local guardan relación con la vida de las criaturas inteligentes de una forma similar a la relación de los centros de la potencia y los controladores físicos con las fuerzas no vivas del universo. En los mundos habitados, los asistentes realizan un servicio inestimable en las vías circulatorias de la mente y colaboran eficazmente con los controladores físicos mayores, que también sirven como rectores y directores de los niveles mentales que preceden a los asistentes, esto es, los niveles no educables o mecánicos de la mente.
36:5.15 (403.3) La mente viva, antes de la aparición de la capacidad de aprender de la experiencia, es competencia del servicio que realizan los controladores físicos mayores. La mente creada, antes de adquirir la facultad de reconocer la divinidad y adorar a la Deidad, es competencia exclusiva de los espíritus asistentes. Con la aparición de la respuesta espiritual del intelecto de la criatura, estas mentes creadas se tornan de inmediato en supramentes y se encauzan en el acto en la vía circulatoria de los ciclos espirituales del espíritu materno del universo local.
36:5.16 (403.4) Los espíritus asistentes de la mente no están directamente relacionados de manera alguna con la labor diversa y sumamente espiritual del espíritu santo de los mundos habitados, que constituye la presencia personal de la benefactora divina; pero son operativamente precursores, y sirven de preparación, a la aparición de este mismo espíritu en el hombre evolutivo. Los asistentes proporcionan al espíritu materno del universo un contacto variado con las criaturas materiales vivas del universo local al igual que un influjo directivo sobre las mismas, pero cuando actúan en niveles prepersonales no tienen repercusión en el Ser Supremo.
36:5.17 (403.5) Una mente no espiritual es o bien una manifestación de espíritu-energía o bien un fenómeno de energía física. Incluso la mente humana, la mente personal, no puede poseer cualidades de supervivencia a no ser que se identifique con el espíritu. La mente es un don de naturaleza divina, pero no es inmortal cuando actúa sin percepción espiritual y cuando está desprovista de la capacidad para adorar y para ansiar la supervivencia.
6. LAS FUERZAS VIVAS
36:6.1 (403.6) La vida es a la vez mecanicista y vitalista —material y espiritual—. Los físicos y los químicos de Urantia siempre podrán progresar en su comprensión de las formas protoplásmicas de la vida vegetal y animal, pero nunca podrán dar origen a organismos vivos. La vida es algo que difiere de todas las manifestaciones de energía; incluso la vida material de las criaturas físicas no es algo inherente a la materia.
36:6.2 (403.7) Las cosas materiales pueden tener una existencia independiente, pero la vida surge tan solo de la vida. La mente solamente puede derivarse de una mente preexistente. El espíritu solo puede proceder de antecedentes espirituales. La criatura puede dar origen a las formas de la vida, pero solamente un ser personal creador o una fuerza creativa pueden proporcionar la chispa activadora de la vida.
36:6.3 (404.1) Los portadores de vida pueden organizar las formas materiales, o modelos físicos, de los seres vivos, pero el Espíritu proporciona la chispa inicial de la vida y otorga el don de la mente. Hasta incluso las formas vivas de vida experimental que los portadores organizan, en sus mundos de Lugar de Salvación, están siempre desprovistas de poderes reproductivos. Cuando las fórmulas de la vida y los modelos vitales están correctamente ensamblados y adecuadamente organizados, la presencia de un portador es suficiente para iniciar la vida, pero todos estos organismos vivos que resultan carecen de dos atributos esenciales: del don de la mente y de poderes reproductivos. La mente animal y la mente humana son dones del espíritu materno del universo local, que obra por mediación de los siete espíritus asistentes de la mente, mientras que la capacidad de reproducción de la criatura es concesión expresa y personal del Espíritu del universo al plasma ancestral de la vida establecido por los portadores.
36:6.4 (404.2) Una vez que los portadores han diseñado los modelos de la vida, tras haber organizado los sistemas de energía, se ha de producir un nuevo fenómeno; se ha de impartir “el aliento de vida” a estas formas sin vida. Los Hijos de Dios construyen las formas de la vida, pero es el Espíritu de Dios quien realmente contribuye con la chispa vital. Y cuando la vida que se ha conferido se extingue, entonces el cuerpo material que queda se vuelve materia no viva. Cuando se agota esa vida otorgada, el cuerpo retorna al seno del universo material de donde los portadores de vida lo tomaron prestado, a fin de servir como vehículo transitorio para ese don de vida que transmitieron a esa visible conjunción de energía-materia.
36:6.5 (404.3) La vida que los portadores otorgan a las plantas y a los animales no regresa a los portadores tras la muerte de la planta o del animal. La vida que sale de estos seres vivos no posee ni identidad ni ser personal; no sobrevive individualmente a la muerte. Durante su existencia y el tiempo de estancia en el cuerpo material, ha sufrido un cambio; ha experimentado la evolución de la energía y sobrevive solamente como parte de las fuerzas cósmicas del universo; no sobrevive como vida individual. La supervivencia de las criaturas mortales está basada enteramente en la evolución de un alma inmortal dentro de la mente mortal.
36:6.6 (404.4) Hablamos de la vida como “energía” y como “fuerza”, pero en realidad no es ninguna de las dos. La fuerza-energía es sensible a la gravedad de distintas formas; la vida no lo es. El modelo tampoco es sensible a la gravedad, al ser una configuración de energías que ya ha pagado su tributo respecto a su respuesta a la gravedad. La vida, como tal, constituye la animación de un sistema de energía —material, mental o espiritual— ya sea configurado en un modelo o separado de alguna manera.
36:6.7 (404.5) Hay algunas cosas relacionadas con la elaboración de la vida en los planetas evolutivos que no nos resultan del todo claras. Comprendemos plenamente la organización física de las fórmulas electroquímicas de los portadores de vida, pero no entendemos por completo la naturaleza y fuente de la chispa activadora de la vida. Sabemos que la vida fluye del Padre a través del Hijo y mediante el Espíritu. Es más que posible que los espíritus mayores sean el canal séptuplo del río de vida que se derrama sobre toda la creación. Pero no comprendemos el modo en el que el espíritu mayor supervisor participa en el episodio inicial de la concesión de la vida en un nuevo planeta. Estamos seguros de que los ancianos de días participan también en esta inauguración de la vida en un nuevo mundo, pero ignoramos por completo la naturaleza de esta participación. Sabemos de cierto que el espíritu materno del universo realmente vitaliza los modelos sin vida e imparte en ese plasma activado las prerrogativas de la reproducción orgánica. Observamos que ellos tres, a veces denominados creadores supremos del tiempo y el espacio, constituyen los niveles del Dios Séptuplo; pero, por lo demás, sabemos poco más al respecto de lo que saben los mortales de Urantia —simplemente que el concepto es inherente al Padre, expresión en el Hijo y realización de vida en el Espíritu—.
36:6.8 (405.1) [Redactado por un hijo vorondadec emplazado en Urantia como observador, que desempeña esta función a petición del jefe melquisedec del colectivo de reveladores encargado de la supervisión.]
Escrito 37
Los seres personales del universo local
37:0.1 (406.1) Al frente de todos los seres personales de Nebadón se encuentra Miguel, el hijo mayor y creador, padre y soberano del universo. El espíritu materno del universo local, la benefactora divina de Lugar de Salvación, es su coigual en divinidad y su complementaria en atributos creativos. Y estos creadores son, en el sentido más literal de las palabras, el Padre-Hijo y la Madre-Espíritu de todas las criaturas oriundas de Nebadón.
37:0.2 (406.2) Los escritos anteriores han versado sobre los órdenes de filiación creados; en las siguientes narrativas se ofrecerá una descripción de los espíritus servidores y de los órdenes ascendentes de filiación. Este escrito hace referencia principalmente a un grupo intermedio, a los auxiliares del universo, pero también se examinarán brevemente algunos de los espíritus más elevados emplazados en Nebadón al igual que ciertos órdenes de ciudadanos permanentes del universo local.
1. LOS AUXILIARES DEL UNIVERSO
37:1.1 (406.3) Muchos de los singulares órdenes que generalmente se clasifican en esta categoría no se han revelado, si bien, tal como se expone en estos escritos, dentro de este grupo de auxiliares del universo figuran los siguientes siete órdenes:
37:1.2 (406.4) 1. Las brillantes estrellas de la mañana.
37:1.3 (406.5) 2. Las brillantes estrellas vespertinas.
37:1.4 (406.6) 3. Los arcángeles.
37:1.5 (406.7) 4. Los asistentes altísimos.
37:1.6 (406.8) 5. Los altos comisionados.
37:1.7 (406.9) 6. Los supervisores celestiales.
37:1.8 (406.10) 7. Los maestros de los mundos de las moradas.
37:1.9 (406.11) Del primer orden de auxiliares, las brillantes estrellas de la mañana, solamente hay uno de sus miembros en cada universo local, y es el primogénito de todas las criaturas originarias de este universo. La brillante estrella de la mañana de nuestro universo se conoce como Gabriel de Lugar de Salvación. Gabriel es el mandatario en jefe de todo Nebadón y actúa como representante personal del Hijo soberano y como portavoz de su consorte creativa.
37:1.10 (406.12) Durante las primeras épocas de Nebadón, Gabriel trabajó completamente solo con Miguel y con el espíritu creativo. Conforme el universo creció y se multiplicaron los problemas de tipo administrativo, se le proporcionó un equipo personal de asistentes no revelados. Este grupo acabó por aumentar al crearse el colectivo de estrellas vespertinas de Nebadón.
2. LAS BRILLANTES ESTRELLAS VESPERTINAS
37:2.1 (407.1) Los melquisedecs hicieron el diseño de estas brillantes criaturas y el hijo creador y el espíritu creativo les dieron posteriormente su existencia. Realizan su servicio de muchas maneras, pero, principalmente, lo hacen como oficiales de enlace de Gabriel, el mandatario en jefe del universo local. Uno o más de estos seres lo representan en las capitales de cada una de las constelaciones y sistemas de Nebadón.
37:2.2 (407.2) Como mandatario en jefe de Nebadón, Gabriel es presidente de oficio, u observador, de la mayoría de los cónclaves de Lugar de Salvación, y es frecuente que hasta mil de ellos se hallen en sesión de forma simultánea. Las brillantes estrellas vespertinas representan a Gabriel en estas ocasiones; él no puede estar en dos lugares a la vez y estos superángeles compensan dicha limitación. Desempeñan un servicio análogo para el colectivo de los hijos preceptores de la Trinidad.
37:2.3 (407.3) Aunque se ocupe personalmente de cometidos de tipo administrativo, Gabriel se mantiene en contacto con todas las demás facetas de la vida y de los asuntos del universo a través de las brillantes estrellas vespertinas. Estas siempre lo acompañan en sus giras planetarias y, con frecuencia, van en misiones especiales a los distintos planetas en calidad de representantes personales suyos. En tales responsabilidades, se les ha conocido a veces como “el ángel del Señor”. A menudo acuden a Uversa para representar a la brillante estrella de la mañana ante los tribunales y asambleas de los ancianos de días, pero raramente viajan más allá de los confines de Orvontón.
37:2.4 (407.4) Las brillantes estrellas vespertinas constituyen un orden doble de carácter singular, englobando algunos creados con tal dignidad y otros que la lograron mediante el servicio. En Nebadón, el colectivo de estos superángeles asciende en estos momentos a un total de 13 641. Hay 4832 de ellos creados con tal elevado rango y 8809 espíritus ascendentes que han alcanzado este objetivo mediante un excelso servicio. Muchas de estas estrellas vespertinas ascendentes comenzaron sus andaduras en el universo como serafines; otras han ascendido desde niveles no revelados de vida creatural. Respecto al logro de esta meta mediante el servicio, este prominente colectivo no está nunca cerrado para los candidatos a la ascensión hasta que un universo no se asienta en luz y vida.
37:2.5 (407.5) Las dos clases de brillantes estrellas vespertinas resultan fácilmente visibles para los seres personales morontiales y para ciertos tipos de seres materiales supramortales. Los seres creados de este interesante y versátil orden poseen una fuerza espiritual que se puede manifestar con independencia de su presencia personal.
37:2.6 (407.6) El jefe de estos superángeles es Gavalia, el primogénito de dicho orden en Nebadón. Desde el regreso de Cristo Miguel de su triunfal misión de gracia en Urantia, Gavalia ha estado destinado al servicio de los mortales ascendentes y, durante los últimos mil novecientos años en tiempo de Urantia, su colaborador, Galantia, ha mantenido su sede en Jerusem, lugar en el que pasa casi la mitad de su tiempo. Galantia es el primero de los superángeles ascendentes en alcanzar esta elevada condición.
37:2.7 (407.7) Las brillantes estrellas vespertinas no se organizan ni en grupos ni en compañías; suelen realizar muchas de sus tareas en parejas. Pocas veces se les destina a misiones relacionadas con la andadura ascendente de los mortales, pero, cuando este es el caso, no actúan nunca solas. Lo hacen siempre en parejas: una estrella vespertina creada y, la otra, ascendente.
37:2.8 (407.8) Uno de los importantes cometidos de las estrellas vespertinas consiste en acompañar a los hijos avonales de gracia en sus misiones planetarias, tal como Gabriel acompañó a Miguel en su ministerio de gracia en Urantia. Los dos superángeles que los atienden son los seres personales de alto rango de tales misiones y actúan como comandantes conjuntos de los arcángeles y de todos los demás seres asignados a esta labor. Es el de mayor grado de estos superángeles al mando quien, en el momento y periodo oportunos, le dice al hijo avonal de gracia: “ocúpate de los asuntos de tu hermano”.
37:2.9 (408.1) Al colectivo de los hijos preceptores de la Trinidad, encargado de establecer la era de posgracia o de los albores espirituales de un mundo habitado, se destinan similares parejas de estos superángeles. En misiones así, las estrellas vespertinas sirven de enlace entre los mortales de los planetas y el invisible colectivo de los hijos instructores.
37:2.10 (408.2) Los mundos de las estrellas vespertinas. El sexto grupo de los siete mundos de Lugar de Salvación y sus cuarenta y dos satélites dependientes se destinan al gobierno de las brillantes estrellas vespertinas. Los órdenes creados de estos superángeles presiden los siete mundos primarios, mientras que las estrellas vespertinas ascendentes rigen los satélites dependientes.
37:2.11 (408.3) Los satélites de los primeros tres mundos se designan a las escuelas de los hijos instructores y de las estrellas vespertinas dedicadas a los seres personales espirituales del universo local. Los tres grupos siguientes albergan escuelas conjuntas de características similares encargadas de la formación de los mortales ascendentes. Los satélites del séptimo mundo se reservan para las deliberaciones trinas de los hijos instructores, las estrellas vespertinas y los finalizadores. Recientemente, estos superángeles se relacionan estrechamente con el trabajo del colectivo de los finalizadores en el universo; también llevan mucho tiempo vinculados a los hijos instructores. Existe una coordinación de una extraordinaria efectividad e importancia entre las estrellas vespertinas y los mensajeros de la gravedad asignados a los grupos de trabajo de los finalizadores. El mismo séptimo mundo primario está reservado para aquellos asuntos no revelados, concernientes a la relación futura que se llevará a efecto entre los hijos instructores, los finalizadores y las estrellas vespertinas una vez que aparezca por completo, en el suprauniverso, la manifestación del ser personal del Dios Supremo.
3. LOS ARCÁNGELES
37:3.1 (408.4) Los arcángeles son vástagos del hijo creador y del espíritu materno del universo. En el universo local constituyen la clase más elevada de seres espirituales, cuya creación se hace en gran número. En el momento del último censo había en Nebadón casi ochocientos mil de ellos.
37:3.2 (408.5) Los arcángeles forman uno de los pocos grupos de seres personales del universo local que no se encuentran normalmente bajo la jurisdicción de Gabriel. No se implican de manera alguna en la administración rutinaria del universo, sino que se dedican a la tarea de la supervivencia de las criaturas y al desarrollo de la andadura ascendente de los mortales del tiempo y del espacio. Aunque los arcángeles no están generalmente sujetos a la dirección de la brillante estrella de la mañana, a veces sí actúan bajo su autoridad. También colaboran con otros auxiliares del universo tales como las estrellas vespertinas, como lo muestran ciertos hechos descritos en la narrativa sobre la implantación de la vida en vuestro mundo.
37:3.3 (408.6) El primogénito de este orden dirige el colectivo de arcángeles de Nebadón y, desde tiempos más recientes, se mantiene en Urantia una sede local de los arcángeles. Es este inusual hecho el que rápidamente capta la atención de los visitantes estudiantiles provenientes de fuera de Nebadón. Entre las primeras observaciones que hacen de los acontecimientos que ocurren dentro de las lindes del universo está el descubrimiento de que mucha de la actividad de las brillantes estrellas vespertinas relacionada con la andadura ascendente está dirigida desde la capital de un sistema local, Satania. Tras un análisis más profundo descubren que ciertas actuaciones de los arcángeles están dirigidas desde un pequeño y aparentemente insignificante mundo habitado llamado Urantia. Y entonces conocen la revelación del ministerio de gracia de Miguel en Urantia y, de forma inmediata, se aviva el interés de estos visitantes por vosotros y por vuestra humilde esfera.
37:3.4 (409.1) ¿No os percatáis de la importancia de que vuestro modesto y confundido planeta se haya convertido en una sede local del gobierno del universo y la dirección de las mencionadas actuaciones de los arcángeles en referencia al plan de ascensión al Paraíso? Sin duda, esto augura la futura concentración de otras acciones relativas a la ascensión en el mundo donde Miguel realizó su misión de gracia y presta una enorme y solemne importancia a la promesa personal del Maestro cuando dijo “Regresaré”.
37:3.5 (409.2) En general, los arcángeles están asignados al servicio y al ministerio del orden de filiación de los avonales, pero no sin antes haber pasado por una intensa formación preliminar en todas las etapas del trabajo de los distintos espíritus servidores. Un colectivo de cien arcángeles acompaña a cada uno de los Hijos de gracia del Paraíso a un determinado mundo habitado y se asignan temporalmente a él durante el tiempo de su misión. Si el hijo magistrado se convirtiese en gobernante temporal del planeta, estos arcángeles desempeñarían la labor de jefes de toda la vida celestial en tal esfera.
37:3.6 (409.3) Siempre se asigna a dos de los arcángeles de mayor rango como ayudantes personales de un avonal del Paraíso en todas sus misiones planetarias, ya se trate de acciones judiciales, misiones como magistrados o encarnaciones de gracia. Cuando este Hijo del Paraíso ha completado el juicio de un mundo y se hace el llamamiento nominal a los muertos (la denominada “resurrección”), es literalmente cierto que los guardianes seráficos de los seres personales dormidos responden a “la voz del arcángel”. Uno de los arcángeles acompañantes da a conocer la lista de nombres al término de una dispensación. Este es el arcángel de la resurrección, a veces llamado “el arcángel de Miguel”.
37:3.7 (409.4) Los mundos de los arcángeles. El séptimo grupo de los mundos que circundan Lugar de Salvación, con sus satélites dependientes, está asignado a los arcángeles. Los encargados de los archivos sobre los seres personales ocupan la esfera número uno y todos sus seis satélites secundarios. Este enorme colectivo de archivistas se dedica a mantener, convenientemente, el registro de los antecedentes de cada uno de los mortales del tiempo desde el momento de su nacimiento, pasando por su andadura en el universo, hasta que este abandona Lugar de Salvación y se incorpora al régimen del suprauniverso o es “borrado de la existencia constatada” por mandato de los ancianos de días.
37:3.8 (409.5) Es en estos mundos donde los expedientes de los seres personales y las evidencias de su identificación se clasifican, archivan y conservan durante el espacio de tiempo que transcurre entre su muerte física y la hora en la que retoman su ser personal: la resurrección de la muerte.
4. LOS ASISTENTES ALTÍSIMOS
37:4.1 (409.6) Los asistentes altísimos son un grupo de seres voluntarios, procedentes del exterior del universo local, que se asignan temporalmente como representantes, u observadores, de los suprauniversos y el universo central ante las creaciones locales. Su número varía constantemente, pero siempre se eleva a millones.
37:4.2 (409.7) Periódicamente, por consiguiente, nos beneficiamos del ministerio y la ayuda de seres de origen en el Paraíso tales como los perfeccionadores de la sabiduría, los consejeros divinos, los censores universales, los espíritus inspirados de la Trinidad, los hijos trinitizados, los mensajeros solitarios, los supernafines, los seconafines, los terciafines y otros servidores misericordiosos, que residen temporalmente con nosotros con el fin de asistir a nuestros seres personales nativos, en su empeño por llevar a todo Nebadón hacia una armonía más plena con las ideas de Orvontón y los ideales del Paraíso.
37:4.3 (410.1) Cualquiera de estos seres personales podría realizar sus servicios en Nebadón de forma voluntaria y estar, por ello, teóricamente fuera del ámbito de nuestra jurisdicción, pero, cuando actúan por designación, estos seres provenientes de los suprauniversos y del universo central no están del todo exentos de las reglamentaciones del universo local en el que residen, aunque continúan ejerciendo de representantes de los universos superiores y obran según las instrucciones que constituyen su misión en nuestras lindes. Su sede general está situada en Lugar de Salvación, en el sector del unión de días, y operan en Nebadón sujetos a la plena supervisión de este embajador de la Trinidad del Paraíso. Cuando sirven en grupos autónomos, estos seres de los dominios superiores generalmente se dirigen a sí mismos, pero cuando lo hacen a instancias de otros, con frecuencia se someten voluntariamente a la total jurisdicción de los directores que supervisan los dominios a donde se les ha destinado.
37:4.4 (410.2) Los asistentes altísimos desempeñan sus funciones en el universo local y en la constelación, pero no están directamente adscritos a los gobiernos del sistema o de los planetas. Pueden actuar, sin embargo, en cualquier parte del universo local y ocupar puestos relacionados con cualquier aspecto de la actividad que tiene lugar en Nebadón, ya sea administrativa, ejecutiva, educativa o de otro tipo.
37:4.5 (410.3) La mayor parte de este colectivo se alista para asistir a los seres personales del Paraíso que se encuentran en Nebadón —el unión de días, el hijo creador, los fieles de días, los hijos magistrados y los hijos preceptores de la Trinidad—. De vez en cuando, en el tratamiento de los asuntos de una creación local, resulta razonable ocultar, de forma temporal, ciertos detalles al conocimiento de prácticamente todos los seres personales oriundos de ese universo local. Hay ciertos planes de envergadura y ciertas decisiones complejas, que también pueden llegarse a comprender mejor y más plenamente por el colectivo más maduro y previsor de los asistentes altísimos y es, en tales situaciones, y en muchas otras, en las que estos seres son tan sumamente útiles para los gobernantes y administradores del universo.
5. LOS ALTOS COMISIONADOS
37:5.1 (410.4) Los altos comisionados son mortales ascendentes que se han fusionado con el Espíritu; no se fusionan con el modelador. Vosotros comprendéis muy bien el camino de ascensión en el universo de los mortales que aspiran a fusionarse con el modelador; este es el elevado destino que todos los mortales de Urantia tienen ante sí desde el ministerio de gracia de Cristo Miguel. Pero tal no es el destino exclusivo de todos los mortales en las eras anteriores a estas misiones de gracia que se realizan en mundos como el vuestro; existe otro tipo de mundo en cuyos habitantes los modeladores del pensamiento nunca moran de forma permanente. Estos mortales no se unen para siempre con un mentor misterioso, dádiva del Paraíso; no obstante, los modeladores los habitan de manera transitoria, sirviéndoles como guías y modelos mientras dure la vida en la carne. Durante dicha residencia temporal, los modeladores impulsan la evolución del alma inmortal tal como lo hacen en aquellos seres con quienes esperan fusionarse, pero cuando termina la andadura mortal, se despiden eternamente de las criaturas a las que acompañaron temporalmente.
37:5.2 (410.5) Las almas supervivientes de este orden logran la inmortalidad mediante la fusión eterna con una fracción individualizada del espíritu materno del universo local. No constituyen un grupo numeroso, al menos en Nebadón. En los mundos de las moradas, conoceréis a estos mortales fusionados con el Espíritu y fraternizaréis con ellos ya que ascienden con vosotros por la ruta que conduce al Paraíso hasta llegar a Lugar de Salvación, donde se detienen. Algunos de ellos pueden ascender posteriormente en el universo hasta niveles superiores, si bien, la mayoría permanecerá para siempre al servicio del universo local; como clase, no están destinados a alcanzar el Paraíso.
37:5.3 (411.1) Al no haberse fusionado con el modelador, nunca llegarán a ser finalizadores, aunque acabarán ciertamente por integrarse en el colectivo de la perfección del universo local. En espíritu, han obedecido el mandato del Padre: “Sed perfectos”.
37:5.4 (411.2) Tras alcanzar el colectivo de la perfección de Nebadón, los ascendentes fusionados con el Espíritu pueden aceptar misiones como auxiliares del universo, al ser esta una de las posibilidades que se abre ante ellos para poder continuar su crecimiento experiencial. De este modo, se convierten en aspirantes a miembros de comisiones con el más excelso servicio de interpretar los puntos de vista de las criaturas evolutivas de los mundos materiales para las autoridades celestiales del universo local.
37:5.5 (411.3) Los altos comisionados comienzan su servicio en los planetas como comisionados de las razas. En este cometido, interpretan los puntos de vista y reflejan las necesidades de las diversas razas humanas. Están sumamente dedicados al bienestar de las razas mortales de las que son sus portavoces, siempre tratando de conseguir para ellos misericordia, justicia y trato ecuánime en todas sus relaciones con otros pueblos. Los comisionados de las razas operan en interminables series de crisis planetarias y constituyen la expresión elocuente de grupos completos de tenaces mortales.
37:5.6 (411.4) Tras una prolongada experiencia en la resolución de problemas en los mundos habitados, a estos comisionados de las razas se los asciende para que desempeñen su labor en planos superiores, alcanzando con el tiempo la condición de altos comisionados del universo local. En el último censo, se registraron algo más de mil quinientos millones de ellos en Nebadón. Estos seres no son finalizadores, pero son seres ascendentes de larga experiencia y con un gran bagaje de servicio en su universo de origen.
37:5.7 (411.5) Sin duda, encontraremos a estos comisionados en todos los tribunales de justicia, desde los menores hasta los superiores. No es que participen en los procedimientos jurídicos, sino que actúan como amigos del tribunal, asesorando a los magistrados que presiden en lo que concierne a los antecedentes, entorno y naturaleza intrínseca de aquellos que son objeto de la sentencia.
37:5.8 (411.6) Los altos comisionados se vinculan a las distintas multitudes de mensajeros del espacio y siempre lo están a los espíritus servidores del tiempo. Se les encuentra participando en los programas de las distintas asambleas del universo, y estos mismos comisionados, conocedores de la naturaleza mortal, siempre se unen a las misiones de los Hijos de Dios en los mundos del espacio.
37:5.9 (411.7) Cuando la ecuanimidad y la justicia exijan comprender cómo la consideración de alguna norma o procedimiento puede afectar a las razas evolutivas del tiempo, estos comisionados están disponibles para exponer sus recomendaciones; están siempre presentes para hablar por aquellos que no pueden estar presentes para expresarse por sí mismos.
37:5.10 (411.8) Los mundos de los mortales fusionados con el Espíritu. El octavo grupo de siete mundos primarios y sus satélites dependientes de la vía circulatoria de Lugar de Salvación pertenece exclusivamente a los mortales de Nebadón fusionados con el Espíritu. A los ascendentes mortales que se fusionan con el modelador no les atañen estos mundos salvo para disfrutar de muchas estancias agradables y provechosas como huéspedes por invitación de los residentes fusionados con el Espíritu.
37:5.11 (411.9) Exceptuando a aquellos pocos que alcanzan Uversa y el Paraíso, en estos mundos residen permanentemente los supervivientes que se han fusionado con el Espíritu. Hay una restricción expresa en este sentido a los mortales ascendentes, que opera para bien de los universos locales porque asegura la delimitación de una población evolucionada permanente, cuya creciente experiencia continuará mejorando la estabilización y diversificación futuras de la administración del universo local. Puede que estos seres no lleguen al Paraíso, pero sí consiguen tener una sabiduría experiencial en el ámbito de los problemas de Nebadón que sobrepasa por completo a la que logran los ascendentes transitorios. Y estas almas supervivientes, en su singular unión de lo humano y lo divino, son cada vez más capaces de enlazar los puntos de vista de estos dos niveles tan sumamente separados y de exponerlos con una sabiduría cada vez mayor.
6. LOS SUPERVISORES CELESTIALES
37:6.1 (412.1) Los hijos preceptores de la Trinidad y el colectivo de enseñantes de los melquisedecs dirigen de forma conjunta el sistema educativo de Nebadón, pero son los supervisores celestiales los que realizan gran parte del trabajo destinado a su mantenimiento y desarrollo. Estos supervisores forman parte de un colectivo, llamado para dicha responsabilidad, que se compone de seres relacionados con el plan de instrucción y formación de los mortales ascendentes. Hay más de tres millones en Nebadón y todos ellos son voluntarios con experiencia demostrada para servir como asesores de enseñanza en todo el universo. Desde su sede en los mundos de Lugar de Salvación de los melquisedecs, estos supervisores recorren el universo local como inspectores del régimen de instrucción de Nebadón, articulado para formar la mente y educar el espíritu de las criaturas ascendentes.
37:6.2 (412.2) Esta formación de la mente y educación del espíritu se lleva a efecto desde los mundos de origen humano, pasando por los mundos de las moradas del sistema y las otras esferas de avance evolutivo vinculadas a Jerusem, hasta los setenta mundos de socialización adscritos a Edentia y a las cuatrocientas noventa esferas de perfeccionamiento espiritual que circundan Lugar de Salvación. En la sede misma del universo, se encuentran las numerosas escuelas Melquisedec, las facultades de los Hijos del universo, las universidades seráficas y las escuelas de los hijos instructores y del unión de días. Se toman todas las medidas posibles a fin de capacitar a los distintos seres personales del universo para que avancen en su servicio y mejoren su labor. El universo entero es una inmensa escuela.
37:6.3 (412.3) Los métodos empleados en muchas de las escuelas superiores sobrepasan toda noción humana del arte de la enseñanza de la verdad, pero la tónica general del conjunto de este sistema educativo consiste en la adquisición del carácter mediante la experiencia fundamentada. Los maestros aportan los conocimientos; la posición en el universo y el estatus de los ascendentes proporcionan la oportunidad para la experiencia; el uso inteligente de estos dos elementos engrandece el carácter.
37:6.4 (412.4) Básicamente, en el sistema educativo de Nebadón se establece que se os asigne una tarea, para luego daros la oportunidad de recibir formación respecto al método ideal y divino que os ayude a llevarla a cabo de la mejor manera posible. Esto es, se os encarga una determinada tarea y, al mismo tiempo, se ponen a vuestra disposición maestros cualificados que os instruyan en cuanto al método más adecuado de abordarla. En el plan educativo divino se estipula que debe existir una estrecha relación entre trabajo e instrucción. Os enseñamos cómo realizar de la mejor manera lo que os pedimos que hagáis.
37:6.5 (412.5) El objetivo de toda esta formación y experiencia es el de prepararos para ser admitidos en las esferas educativas superiores y de mayor espiritualidad del suprauniverso. El progreso dentro de un determinado entorno es individual, pero la transición de una etapa a otra se realiza generalmente agrupados en clases.
37:6.6 (412.6) El progreso en la eternidad no consiste únicamente en el desarrollo espiritual. La adquisición intelectual es igualmente parte de la educación universal. La experiencia de la mente se amplía de forma equivalente a la expansión del horizonte espiritual. A la mente y al espíritu se les ofrecen las mismas oportunidades para formarse y avanzar. Pero, en toda esta magnífica formación de la mente y del espíritu, sois para siempre libres de los impedimentos de la carne mortal. Ya no tenéis que actuar constantemente de árbitros en las enfrentadas contiendas entre vuestras divergentes naturalezas espiritual y material. Por fin estáis capacitados para gozar del impulso unificado de una mente glorificada que, desde hace mucho tiempo, se ha despojado de las primitivas tendencias animales hacia las cosas materiales.
37:6.7 (413.1) Antes de dejar el universo de Nebadón, la mayoría de los mortales de Urantia tendrán la oportunidad de servir durante un periodo de tiempo largo o corto como miembros del colectivo de los supervisores celestiales de Nebadón.
7. LOS MAESTROS DE LOS MUNDOS DE LAS MORADAS
37:7.1 (413.2) Los maestros de los mundos de las moradas son querubines glorificados, llamados para dicha responsabilidad. Como sucede con la mayoría de los otros instructores de Nebadón, son nombrados por los melquisedecs. Estos maestros participan en la mayor parte de los proyectos educativos de la vida morontial. Su número sobrepasa en mucho la comprensión de la mente mortal.
37:7.2 (413.3) En cuanto a su nivel de logro, los querubines y los sanobines se examinarán con más detenimiento en el próximo escrito, mientras que, en cuanto a su importante papel como maestros en la vida morontial, estos seres serán objeto de un estudio más completo en el escrito de ese mismo nombre.
8. LOS ÓRDENES ESPIRITUALES SUPERIORES CON ASIGNACIÓN PERMANENTE
37:8.1 (413.4) Además de los centros de la potencia y de los controladores físicos, hay ciertos seres espirituales de origen superior, pertenecientes a la familia del Espíritu Infinito, que están permanentemente asignados al universo local. De entre ellos, los que siguen desempeñan sus servicios de la siguiente manera:
37:8.2 (413.5) Los mensajeros solitarios, cuando operan adscritos a la administración del universo local, nos prestan un inestimable servicio en nuestro afán por superar los impedimentos del tiempo y del espacio. Cuando no están asignados a esta tarea, nosotros, los de los universos locales, no tenemos en absoluto autoridad alguna sobre ellos, pero, aun así, estos singulares seres están siempre dispuestos a ayudarnos a resolver nuestros problemas y llevar a cabo nuestros mandatos.
37:8.3 (413.6) Andovontia es el nombre del supervisor terciario de las vías circulatorias del universo emplazado en nuestro universo local. Solamente se ocupa de las vías espirituales y morontiales y no de aquellas que están bajo la jurisdicción de los directores de la potencia. Andovontia fue quien aisló a Urantia en la época en la que Caligastia traicionó al planeta durante los duros momentos de la rebelión de Lucifer. Al enviar sus saludos a los mortales de Urantia, expresa su satisfacción ante la expectativa de vuestra futura restitución a las vías circulatorias del universo bajo su supervisión.
37:8.4 (413.7) Salsatia, director del censo de Nebadón, tiene su sede en Lugar de Salvación, en el sector de Gabriel. Conoce al instante el nacimiento y la muerte de la voluntad y mantiene un registro del número exacto de las criaturas que operan en el universo local. Trabaja en estrecha colaboración con los archivistas del ser personal, domiciliados en los mundos de registro de los arcángeles.
37:8.5 (413.8) En Lugar de Salvación reside un inspector adjunto. Él es el representante personal del mandatario supremo de Orvontón. Sus colaboradores, los centinelas con asignación de los sistemas locales, representan igualmente a dicho mandatario supremo.
37:8.6 (414.1) Los conciliadores universales son los tribunales ambulantes de los universos del tiempo y del espacio que desempeñan su actividad desde los mundos evolutivos hasta cada sector del universo local e incluso más allá. Estos árbitros judiciales están inscritos en los registros de Uversa; no hay constancia del número exacto de los que operan en Nebadón, pero estimo que el número de comisiones conciliadoras en nuestro universo local estará cercano a cien millones.
37:8.7 (414.2) Tenemos nuestro cupo de asesores técnicos, las mentes legales del universo, con unos quinientos millones de ellos. Son las bibliotecas legales y experienciales, al igual que vivas e itinerantes, de todo el espacio.
37:8.8 (414.3) Hay en Nebadón setenta y cinco archivistas celestiales o serafines ascendentes. Se trata de archivistas supervisores o de mayor rango. Los estudiantes avanzados de este orden que cumplen su formación suman casi cuatro mil millones.
37:8.9 (414.4) El ministerio que realizan los setenta mil millones de acompañantes morontiales de Nebadón se describe en esas narrativas que tratan de los planetas de transición de los peregrinos del tiempo.
37:8.10 (414.5) Cada universo tiene su propio colectivo angélico nativo; no obstante, hay ocasiones en las que resulta de gran utilidad contar con la asistencia de espíritus superiores que tienen su origen fuera de la creación local. Los supernafines realizan ciertos servicios excepcionales y únicos; el jefe actual de los serafines de Urantia es un supernafín primario del Paraíso. Los seconafines reflectantes se encuentran donde quiera que opere el equipo asistente encargado del suprauniverso, y hay un importante número de terciafines prestando temporalmente sus servicios como asistentes altísimos.
9. LOS CIUDADANOS PERMANENTES DEL UNIVERSO LOCAL
37:9.1 (414.6) Al igual que los suprauniversos y el universo central, el universo local tiene sus órdenes de ciudadanía permanente, en los que se incluyen los siguientes tipos de seres creados:
37:9.2 (414.7) 1. Los susatias.
37:9.3 (414.8) 2. Los univitatias.
37:9.4 (414.9) 3. Los hijos materiales.
37:9.5 (414.10) 4. Las criaturas intermedias.
37:9.6 (414.11) Estos seres originarios de la creación local, junto con los ascendentes fusionados con el Espíritu y los espirongas (clasificados en otro grupo), constituyen una ciudadanía relativamente permanente. En general, estos órdenes de seres no son ni ascendentes ni descendentes. En su totalidad, son criaturas experienciales, pero su creciente experiencia sigue estando disponible para el universo en el nivel en el que tuvieron su origen. Aunque esto no es del todo cierto en lo que respecta a los hijos adánicos y a las criaturas intermedias, relativamente lo es en cuanto a estos órdenes.
37:9.7 (414.12) Los susatias. Estos seres maravillosos residen y obran como ciudadanos permanentes en Lugar de Salvación, la sede de este universo local. Son la brillante progenie del hijo creador y del espíritu creativo y guardan una estrecha relación con los ciudadanos ascendentes del universo local, con esos mortales que se han fusionado con el Espíritu y que integran el colectivo de la perfección de Nebadón.
37:9.8 (414.13) Los univitatias. Cada uno de los grupos de esferas arquitectónicas que conforman las sedes de las cien constelaciones goza del servicio continuo de un orden de seres conocido como los univitatias. Estos hijos del hijo creador y del espíritu creativo constituyen la población con residencia estable de los mundos-sede de las constelaciones. Son seres sin capacidad de reproducción cuya existencia se desarrolla en un plano de vida aproximadamente a medio camino entre el estatus semimaterial de los hijos materiales domiciliados en las sedes de los sistemas y el plano más claramente espiritual de los mortales fusionados con el Espíritu y de los susatias de Lugar de Salvación; si bien, los univitatias no son seres morontiales. La aportación de los univitatias a los mortales ascendentes durante su travesía por las esferas de la constelación es afín a la que realizan los nativos de Havona a los espíritus peregrinos a su paso por la creación central.
37:9.9 (415.1) Los hijos materiales de Dios. Cuando la unión creativa entre el hijo creador y el espíritu materno del universo, representante del Espíritu Infinito en el universo, ha completado su ciclo, cuando ya no se esperan más vástagos de esta naturaleza combinada, entonces el hijo creador confiere estado personal doble a su último concepto del ser, confirmando así, por último, su propio origen doble primigenio. Crea en ese momento, a partir de sí mismo, a los hermosos y magníficos Hijos e Hijas del orden material de filiación del universo. Este es el origen de los primigenios Adán y Eva de cada uno de los sistemas locales de Nebadón. Habiendo sido creados masculinos y femeninos, forman un orden de filiación con capacidad de reproducción. Su progenie constituye la ciudadanía relativamente permanente de las capitales de los sistemas, aunque a algunos de ellos se les destina como adanes planetarios.
37:9.10 (415.2) En una misión planetaria, los hijos e hijas materiales se encargan de fundar la raza adánica de ese mundo, una raza destinada a mezclarse finalmente con los habitantes mortales de esa esfera. Los adanes planetarios son Hijos tanto descendentes como ascendentes, pero generalmente los clasificamos como ascendentes.
37:9.11 (415.3) Las criaturas intermedias. En la mayoría de mundos habitados, durante sus primeras épocas, existen ciertos seres sobrehumanos, aunque materializados, que se encuentran allí destinados, y que normalmente se retiran a la llegada de los adanes planetarios. Las actuaciones de estos seres y los esfuerzos de los hijos materiales por mejorar las razas evolutivas a menudo resultan en la aparición de un limitado número de criaturas difíciles de clasificar. Estos singulares seres están con frecuencia a medio camino entre los hijos materiales y las criaturas evolutivas, de ahí su denominación de criaturas intermedias. En términos comparativos, estos seres intermedios son los ciudadanos permanentes de los mundos evolutivos. Desde los primeros días de la llegada de un príncipe planetario hasta esos días lejanos del asentamiento del planeta en luz y vida, constituyen el único grupo de seres inteligentes que permanece de forma continua en la esfera. En Urantia estos servidores son, en realidad, los verdaderos custodios del planeta; son, a efectos prácticos, los ciudadanos de Urantia. Los mortales son de hecho los habitantes físicos y materiales de un mundo evolutivo, pero todos sois tan efímeros; permanecéis en vuestro planeta natal por tan corto tiempo. Nacéis, vivís, morís y, en vuestro progreso evolutivo, pasáis a otros mundos. Incluso los seres sobrehumanos que sirven en los planetas como servidores celestiales tienen destinos transitorios; pocos de ellos se adscriben por un largo periodo de tiempo a una esfera determinada. Las criaturas intermedias, sin embargo, proporcionan continuidad a la administración planetaria frente a la continua variabilidad de los ministerios celestiales y a los siempre cambiantes habitantes mortales. Durante esta incesante variabilidad y cambios, estas criaturas permanecen en el planeta realizando su labor sin interrupción.
37:9.12 (415.4) Del mismo modo, todas las divisiones de la organización administrativa de los universos locales y de los suprauniversos poseen poblaciones más o menos permanentes, esto es, habitantes con condición de ciudadanía. Al igual que Urantia tiene sus seres intermedios, Jerusem, la capital de vuestro sistema, tiene a las hijas y a los hijos materiales; Edentia, la sede de vuestra constelación, tiene a los univitatias, mientras que los ciudadanos de Lugar de Salvación son de dos tipos: los susatias creados y los mortales evolucionados que se han fusionado con el Espíritu. Los mundos rectores de los sectores menores y mayores de los suprauniversos no tienen ciudadanos permanentes. Si bien, las esferas sedes de Uversa acogen continuamente a un sorprendente grupo de seres conocidos con el nombre de abandontes, creación de instancias intermedias no reveladas de los ancianos de días y de los siete espíritus reflectores residentes en la capital de Orvontón. Estos ciudadanos residentes en Uversa están actualmente a cargo de la administración de los asuntos rutinarios de su mundo bajo la directa supervisión del colectivo con sede en dicha capital de los mortales fusionados con el Hijo. Hasta Havona tiene sus propios seres nativos, y la Isla central de Luz y Vida es el hogar de los distintos grupos de ciudadanos del Paraíso.
10. OTROS GRUPOS DEL UNIVERSO LOCAL
37:10.1 (416.1) Además de los órdenes seráficos y mortales, que se examinarán en escritos siguientes, hay numerosos otros seres implicados en el mantenimiento y perfeccionamiento de una organización tan gigantesca como el universo de Nebadón, que cuenta hasta ahora con más de tres millones de mundos habitados y con diez millones en perspectiva. Los diferentes tipos de vida de Nebadón son demasiado numerosos para poder catalogarse en este escrito, pero existen dos órdenes poco comunes, que desempeñan una amplia labor en las 647 591 esferas arquitectónicas del universo local, y que podemos mencionar.
37:10.2 (416.2) Los espirongas son vástagos espirituales de la brillante estrella de la mañana y del Padre Melquisedec. Están exentos del acabamiento de sus personas, pero no son seres evolutivos ni ascendentes. Tampoco se implican de forma activa en el régimen de ascensión evolutivo. Son los ayudantes espirituales del universo local que llevan a cabo las tareas espirituales rutinarias de Nebadón.
37:10.3 (416.3) Los espornagias. Los mundos que integran las sedes arquitectónicas del universo local son mundos reales —creaciones físicas—. Hay mucho trabajo relacionado con su conservación física y, por ello, contamos con la asistencia de un grupo de criaturas físicas llamadas espornagias. Estos seres se dedican al cuidado y la cultura de los aspectos materiales de estos mundos-sede, desde Jerusem hasta Lugar de Salvación. Los espornagias no son ni espíritus ni personas; son un orden de existencia animal, pero si pudierais verlos, estaríais de acuerdo en que parecen ser animales perfectos.
37:10.4 (416.4) Las distintas colonias de cortesía están domiciliadas en Lugar de Salvación al igual que en otros lugares. En las constelaciones, nos beneficiamos especialmente del ministerio de los artesanos celestiales y nos favorecemos de la actividad de los directores de reversión, que operan sobre todo en las capitales de los sistemas locales.
37:10.5 (416.5) Hay siempre un colectivo de mortales ascendentes, que incluye a las criaturas intermedias glorificadas, adscrito al servicio del universo. Tras llegar a Lugar de Salvación, estos ascendentes realizan una variedad interminable de actividades relacionadas con la dirección de los asuntos del universo. Desde cada uno de los niveles alcanzados, estos mortales, en su avance, dan marcha atrás para echarle una mano a aquellos semejantes suyos que los siguen en su ascenso. A dichos mortales, que residen de forma temporal en Lugar de Salvación, se les destina, según se les necesite, a prácticamente todos los colectivos de seres personales celestiales como ayudantes, estudiantes, observadores y maestros.
37:10.6 (416.6) Existen todavía otros tipos de vida inteligente implicados en la administración del universo local, pero no es la intención de esta narrativa profundizar en la revelación de estos órdenes de creación. Lo que se expone aquí sobre la vida y la administración de este universo es suficiente para que la mente mortal pueda alcanzar a comprender la realidad y la grandiosidad de la realidad de la supervivencia. A medida que avanzáis en vuestra andadura y adquirís una mayor experiencia, más luz podréis tener sobre estos seres interesantes y encantadores. Esta narrativa no puede ser más que un breve esbozo de la naturaleza y tarea de los múltiples seres personales que pueblan los universos del espacio y que rigen estas creaciones como si fueran enormes escuelas de formación. En ellas, los peregrinos del tiempo avanzan de vida en vida y de mundo en mundo hasta que amorosamente se les envía desde las lindes de su universo de origen hasta el suprauniverso, incorporándose al régimen educativo de orden superior y, desde allí, hacia los mundos de formación espiritual de Havona para llegar finalmente al Paraíso, y ser parte del excelso destino de los finalizadores —eternamente destinados a misiones aún por revelar de los universos del tiempo y del espacio—.
37:10.7 (417.1) [Dictado por una brillante estrella vespertina de Nebadón, la número 1146 del colectivo creado.]
Escrito 38
Los espíritus servidores del universo local
38:0.1 (418.1) Existen tres órdenes diferentes de seres personales del Espíritu Infinito. El impetuoso apóstol lo entendió cuando escribió de Jesús: “Quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles y autoridades y potestades”. Los ángeles son los espíritus servidores del tiempo; las autoridades, las multitudes de mensajeros del espacio; las potestades, los seres personales superiores del Espíritu Infinito.
38:0.2 (418.2) Del mismo modo que los supernafines en el universo central y los seconafines en los suprauniversos, los serafines, con sus colaboradores los querubines y sanobines, constituyen el colectivo angélico de los universos locales.
38:0.3 (418.3) Los serafines son bastante uniformes en cuanto a su configuración. De universo en universo, a través de los siete suprauniversos, manifiestan un mínimo de variaciones; de todas las otras clases espirituales de seres personales, son las que más se acercan a un modelo tipo. Sus diversos órdenes componen un colectivo de hábiles servidores, habituales de las creaciones locales.
1. EL ORIGEN DE LOS SERAFINES
38:1.1 (418.4) Los serafines son creación del espíritu materno del universo y se conciben conformando unidades —41 472 a la vez— desde la creación de los “ángeles que son modelos originales” y de ciertos arquetipos angélicos en los primeros tiempos de Nebadón. El hijo creador y la representación del Espíritu Infinito en el universo colaboran en la creación de un gran número de Hijos y de otros seres personales del universo. Una vez que se completa esta tarea conjunta, el hijo creador se ocupa seguidamente de la creación de los hijos materiales, las primeras de las criaturas sexuadas, mientras que el espíritu materno del universo, de forma simultánea, se encarga de iniciar en solitario su labor de reproducción espiritual. Así comienza la creación de las multitudes seráficas de un universo local.
38:1.2 (418.5) Estos órdenes angélicos se conciben en el momento en el que se planifica la evolución de las criaturas volitivas mortales. La creación de los serafines data del tiempo en el que el espíritu materno logró un estado personal relativo, no el que tendría después como coigual del hijo mayor, sino como asistente creativo previo del hijo creador. Con anterioridad a este acontecimiento, los serafines de servicio en Nebadón habían sido cedidos temporalmente por un universo cercano.
38:1.3 (418.6) Todavía se continúan creando serafines periódicamente. El universo de Nebadón aún está en proceso de formación y el espíritu materno del universo nunca cesa su actividad creativa en un universo que crece y se perfecciona.
2. NATURALEZAS ANGÉLICAS
38:2.1 (419.1) Los ángeles no tienen cuerpos materiales, pero son claramente seres individuales; son espíritus en su naturaleza y origen. Aunque invisibles a los mortales, ellos os perciben a vosotros tal como sois en la carne sin la ayuda de transformadores ni de traductores; comprenden intelectualmente el modo de vida de los mortales y comparten todas las emociones y sentimientos no sensuales del hombre. Aprecian y disfrutan enormemente de vuestros esfuerzos en el campo de la música, el arte y el auténtico humor. Conocen plenamente vuestras luchas morales y vuestras dificultades espirituales. Aman a los seres humanos y solo puede resultar algo bueno de vuestro tesón por comprenderlos y amarlos.
38:2.2 (419.2) Aunque los serafines son seres muy afectuosos y comprensivos, carecen de emociones sexuales. Estas criaturas son, en gran parte, como seréis vosotros en los mundos de las moradas, en los que “ni os casaréis ni seréis dados en casamiento sino que seréis como los ángeles que están en el cielo”. Puesto que todos los que “sean tenidos por dignos de alcanzar los mundos de las moradas ni se casan ni se dan en casamiento; porque ya no pueden morir, pues son iguales a los ángeles”. No obstante, al tratar con criaturas sexuadas como vosotros, es nuestra costumbre aludir a los seres que descienden más directamente del Padre y del Hijo como “los hijos de Dios” y referirnos a los vástagos del Espíritu como “las hijas de Dios”. Por consiguiente, en planetas donde habitan estas criaturas, normalmente designamos a los ángeles con pronombres femeninos.
38:2.3 (419.3) Los serafines se crean para servir tanto en el nivel espiritual como en el físico. Hay pocos aspectos de la actividad morontial o espiritual que no sean susceptibles a sus servicios. Aunque los ángeles, en cuanto a su estatus personal, no están tan lejos de los seres humanos, en el desempeño de ciertas funciones, los serafines los trascienden en mucho. Poseen muchas facultades que sobrepasan la comprensión humana. Por ejemplo: se os ha dicho que “hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados”, y en verdad es así, pero un serafín no pasa el tiempo contándolos y actualizando las cantidades. Los ángeles poseen facultades consustanciales y automáticas (es decir, automáticas en cuanto a vuestra percepción) de saber estas cosas; no dudaríais en considerar a los serafines como un prodigio matemático. Por ello, los serafines desempeñan con gran facilidad numerosos cometidos que representarían un enorme esfuerzo para los mortales.
38:2.4 (419.4) Los ángeles son superiores a vosotros en estatus espiritual, pero no son vuestros jueces ni vuestros acusadores. Sean cuales fueren vuestras faltas, “los ángeles, aunque mayores en poder y fuerza, no presentan acusación alguna contra vosotros”. Si los ángeles no juzgan a la humanidad, tampoco deberían los mortales prejuzgar a sus semejantes.
38:2.5 (419.5) Hacéis bien en amarlos, pero no debéis adorarlos; los ángeles no son objetos de adoración. El gran serafín, Loyalatia, cuando vuestro profeta “se postró a los pies del ángel para adorarlo”, dijo: “No, cuidado; yo soy consiervo tuyo y de tu raza; todos tenemos que adorar a Dios”.
38:2.6 (419.6) En cuanto a su naturaleza y al ser personal del que están dotados, los serafines están algo por delante de las razas mortales en la escala de la existencia creatural. De hecho, cuando os liberáis de la carne, os volvéis muy parecidos a ellos. En los mundos de las moradas, empezaréis a valorar a los serafines; en las esferas de la constelación, disfrutaréis de ellos; mientras que en Lugar de Salvación compartirán sus sitios de descanso y adoración con vosotros. A lo largo de todo vuestro ascenso morontial y, posteriormente, espiritual, vuestra fraternidad con los serafines será ideal; vuestro compañerismo será magnífico.
3. LOS ÁNGELES NO REVELADOS
38:3.1 (420.1) Hay numerosos órdenes de seres espirituales que, aunque ejercen su labor en todos los ámbitos del universo local, no se revelan a los mortales por no tener conexión alguna con el plan evolutivo diseñado para la ascensión al Paraíso. En este escrito, la palabra “ángel” se limita expresamente a designar a la progenie seráfica vinculada al espíritu materno del universo y que, en su mayor parte, está implicada en el funcionamiento de los planes de supervivencia de los mortales. Pero en el universo local realizan su servicio otros seis órdenes de seres afines; se trata de ángeles no revelados, sin relación concreta con dicho ámbito de actividad del universo respecto a la ascensión al Paraíso de los mortales evolutivos. A estos seis grupos de colaboradores angélicos nunca se les llama serafines; tampoco se hace referencia a ellos como espíritus servidores. En Nebadón, estos seres personales están totalmente dedicados a asuntos como los de tipo administrativo entre otros, que nada tienen que ver con el camino de ascenso progresivo espiritual del hombre y su logro de la perfección.
4. LOS MUNDOS SERÁFICOS
38:4.1 (420.2) El noveno grupo de las siete esferas primarias de la vía circulatoria de Lugar de Salvación forma los mundos de los serafines. Cada uno de ellos tiene seis satélites dependientes, en donde se encuentran las escuelas especiales dedicadas a todas las etapas de la formación seráfica. Aunque tienen acceso a los cuarenta y nueve mundos que componen este grupo de esferas de Lugar de Salvación, los serafines habitan exclusivamente solo el primero de los siete grupos de esferas. Los restantes seis están ocupados por los seis órdenes de colaboradores angélicos no revelados en Urantia; cada uno de estos grupos mantiene su sede central en uno de estos seis mundos primarios y desarrolla su especial labor en los seis satélites dependientes. Todos los órdenes angélicos gozan de libre acceso a la totalidad de mundos de estos siete grupos diferentes.
38:4.2 (420.3) Estos mundos-sede se cuentan entre los magníficos entornos de Nebadón; las residencias seráficas se caracterizan tanto por su belleza como por su inmensidad. Aquí cada serafín tiene su verdadero hogar; “hogar” alude al domicilio de dos serafines: viven en parejas.
38:4.3 (420.4) Los serafines no son ni masculinos ni femeninos como lo son los hijos materiales y las razas mortales, sino negativos y positivos. En la mayoría de las tareas que se les encargan, se requieren dos ángeles para realizarla. Cuando no permanecen conectados entre sí, pueden trabajar solos; tampoco necesitan a su ser complementario cuando están estacionarios. Por lo común, conservan a sus seres complementarios primigenios, pero no forzosamente. La funcionalidad, y no la emoción de carácter sexual, es la que los impulsa mayormente a vincularse, aunque sean sumamente personales y verdaderamente afectuosos.
38:4.4 (420.5) Aparte de los hogares que se les asignan, los serafines también tienen sedes centrales de grupo, compañía, batallón y unidad. Se reúnen cada milenio y están todos presentes de acuerdo al momento en el que fueron creados. Si un serafín tiene responsabilidades que le impiden ausentarse de su puesto, alternará la asistencia con su complemento y se le reemplazará por un serafín nacido en otra fecha. De esta manera, cada compañero seráfico estará presente al menos en una reunión de cada dos.
5. FORMACIÓN DE LOS SERAFINES
38:5.1 (420.6) Los serafines pasan su primer milenio sirviendo como observadores sin nombramiento en Lugar de Salvación y en sus mundos escuela. El segundo milenio están en los mundos seráficos de la vía circulatoria de Lugar de Salvación. Su escuela central de formación está en este momento presidida por los primeros cien mil serafines de Nebadón y, a la cabeza, está el ángel primigenio o primogénito de este universo local. Un colectivo de mil serafines provenientes de Avalón formó al primer grupo de serafines que se creó en Nebadón; posteriormente, nuestros ángeles recibieron instrucción de parte de sus propios compañeros de mayor rango. Los melquisedecs también desempeñan un papel esencial en la educación y formación de todos los ángeles del universo local: los serafines, los querubines y los sanobines.
38:5.2 (421.1) Al concluir este período de formación en los mundos seráficos de Lugar de Salvación, los serafines se movilizan en los grupos y unidades convencionales de la organización angélica y se les destina a una de las constelaciones. Todavía no se les nombra como espíritus servidores, aunque ya se encuentran en una etapa de instrucción que precede a dicho nombramiento.
38:5.3 (421.2) Los serafines se inician como espíritus servidores actuando como observadores en los mundos evolutivos de inferior rango. Tras esta experiencia regresan a los mundos vinculados a la sede de la constelación en la que están destinados para comenzar estudios superiores y prepararse más concretamente para el servicio en algún sistema local determinado. Después de completar esta instrucción de tipo general, se les eleva de rango y entran al servicio de algún sistema local. En los mundos arquitectónicos asociados a la capital de algún sistema de Nebadón, nuestros serafines completan su formación y se les designa como espíritus servidores del tiempo.
38:5.4 (421.3) Una vez que los serafines reciben su nombramiento, pueden recorrer todo Nebadón, e incluso Orvontón, en el cumplimiento de alguna misión. Su labor en el universo no tiene límites ni limitaciones; se relacionan estrechamente con las criaturas materiales de los mundos y están constantemente al servicio de los órdenes menores de seres personales espirituales, estableciendo contacto entre estos seres del mundo espiritual y los mortales de los reinos materiales.
6. ORGANIZACIÓN SERÁFICA
38:6.1 (421.4) Después del segundo milenio de permanencia en las sedes seráficas, los serafines se organizan en grupos de doce (12 pares, 24 serafines) bajo las órdenes de sus respectivos jefes, y doce de estos grupos constituyen una compañía (144 pares, 288 serafines), al mando de un líder. Doce compañías, bajo un comandante, constituyen un batallón (1728 pares o 3456 serafines), y doce batallones bajo la autoridad de un director equivalen a una unidad seráfica (20 736 pares o 41 472 serafines), mientras que doce unidades, sujetas a la autoridad de un supervisor, constituyen una legión compuesta de 248 832 pares o 497 664 serafines. Jesús aludió a un grupo de estos ángeles aquella noche en el jardín de Getsemaní cuando dijo: “Ahora mismo puedo pedírselo a mi Padre y enseguida me dará más de doce legiones de ángeles”.
38:6.2 (421.5) Doce legiones de ángeles componen un cuerpo de ejército integrado por 2 985 984 pares o 5 971 968 serafines y doce de estos cuerpos (35 831 808 pares o 71 663 616 serafines) conforman la más grande estructura operativa de los serafines: un ejército angélico. Cada uno de los cuerpos seráficos está al mando de un arcángel o algún otro ser de coigual estatus, mientras que los ejércitos angélicos están bajo la dirección de las brillantes estrellas vespertinas o de lugartenientes directos de Gabriel. Y Gabriel es el “comandante supremo de los ejércitos del cielo”, el mandatario en jefe del soberano de Nebadón, “el Dios Señor de los ejércitos”.
38:6.3 (421.6) Aunque sirven bajo la supervisión directa del Espíritu Infinito tal como se manifiesta personalmente en Lugar de Salvación, desde el ministerio de gracia de Miguel en Urantia, los serafines y todos los demás órdenes del universo local están bajo la soberanía del hijo mayor. Incluso cuando Miguel nació de la carne en Urantia, se emitió un comunicado desde el suprauniverso a todo Nebadón que anunciaba, “Adórenlo todos los ángeles de Dios”. Todas las jerarquías de ángeles están sujetas a su soberanía; son parte de ese grupo que se ha denominado “sus ángeles poderosos”.
7. LOS QUERUBINES Y LOS SANOBINES
38:7.1 (422.1) En todos sus atributos esenciales, los querubines y los sanobines son similares a los serafines. Comparten el mismo origen, pero no siempre el mismo destino. Son asombrosamente inteligentes, maravillosamente eficaces, conmovedoramente afectuosos y casi humanos. Constituyen el orden más modesto de ángeles y son, por consiguiente, los parientes más próximos del grupo de seres humanos más progresivos de los mundos evolutivos.
38:7.2 (422.2) Los querubines y sanobines están intrínsecamente relacionados, funcionalmente unidos. A nivel energético, uno de estos seres personales es positivo y, el otro, negativo. El deflector derecho, o ángel cargado positivamente, es el querubín —el de mayor rango o el ser personal rector—. El deflector izquierdo, o ángel cargado negativamente, es el sanobín —su ser complementario—. Cuando operan de forma solitaria, están muy limitados en cuanto a actividad; de ahí que presten sus servicios normalmente en parejas. Cuando sirven independientemente de sus directores seráficos, dependen más que nunca de su contacto mutuo y siempre actúan juntos.
38:7.3 (422.3) Los querubines y los sanobines son los ayudantes fieles y eficaces de los servidores seráficos, y todos los siete órdenes de serafines gozan de estos asistentes de menor rango. Los querubines y sanobines desempeñan estas funciones durante eras, pero no acompañan a los serafines cuando realizan misiones más allá de los confines del universo local.
38:7.4 (422.4) Los querubines y sanobines son los laboradores espirituales rutinarios de los distintos mundos de los sistemas. En una misión no personal y en casos de emergencia, pueden servir en sustitución de una pareja seráfica, pero no pueden actuar, ni siquiera temporalmente, como ángeles acompañantes de los seres humanos; ese es un privilegio exclusivamente seráfico.
38:7.5 (422.5) Cuando se les destina a un planeta, los querubines realizan cursos locales de formación que incluyen un estudio de las costumbres y de los idiomas planetarios. Los espíritus servidores del tiempo son todos bilingües: hablan el idioma de su universo local de origen y el del suprauniverso nativo, si bien, al estudiar en estas escuelas de los mundos adquieren otras lenguas. Los querubines y los sanobines, como los serafines y todos los demás órdenes de seres espirituales, realizan esfuerzos continuos para mejorarse a sí mismos. Únicamente esos seres de menor rango que controlan la potencia y dirigen la energía se muestran incapaces de progresar. Todas las criaturas personales poseen una volición actual o potencial que les hace procurar nuevos logros.
38:7.6 (422.6) Los querubines y sanobines están por naturaleza muy cerca del nivel morontial de existencia y resultan ser sumamente eficaces en el trabajo que realizan en las zonas fronterizas entre los ámbitos físico, morontial y espiritual. Estos hijos del espíritu materno del universo local se caracterizan por ser “cuartas criaturas” como lo son los servitales de Havona y las comisiones conciliadoras. Cada cuarto querubín y cada cuarto sanobín son cuasi materiales; su existencia está claramente próxima a la del nivel morontial.
38:7.7 (422.7) Estas cuartas criaturas angélicas representan una gran ayuda para los serafines en los aspectos más materiales de la actividad que estos llevan a cabo en los planetas y en el universo. Dichos querubines morontiales desempeñan igualmente muchas tareas limítrofes, indispensables en los mundos morontiales de formación, y, en gran número, se les asigna al servicio de los acompañantes morontiales. Son para las esferas morontiales prácticamente lo que las criaturas intermedias son para los planetas evolutivos. En los mundos habitados, estos querubines morontiales, con frecuencia, operan en conjunción con las criaturas intermedias. Los querubines y las criaturas intermedias son órdenes de seres claramente distintos; tienen orígenes diferentes, pero revelan una gran similitud en cuanto a su naturaleza y labor.
8. EVOLUCIÓN DE LOS QUERUBINES Y SANOBINES
38:8.1 (423.1) Hay numerosos caminos disponibles para que los querubines y sanobines puedan realizar servicios, de cada vez mayor prestancia, conducentes al enaltecimiento de su estatus, que puede incluso engrandecerse más por el acogimiento de la benefactora divina. Respecto a su potencial evolutivo, existen tres grandes clases de querubines y sanobines:
38:8.2 (423.2) 1. Los aspirantes a la ascensión. Estos seres son por naturaleza candidatos al estatus seráfico. Los querubines y sanobines de este orden son brillantes, aunque por sus inherentes atributos no son iguales a los serafines; no obstante, gracias a su dedicación y experiencia les es posible alcanzar la plena condición seráfica.
38:8.3 (423.3) 2. Los querubines de la fase intermedia. No todos los querubines y sanobines son iguales en cuanto a su potencial de ascensión y, de las creaciones angélicas, estos son los que, por sus inherentes características, tienen límites en este sentido. La mayoría de ellos continuará siendo querubines y sanobines, aunque los más dotados podrán alcanzar un limitado grado seráfico de servicio.
38:8.4 (423.4) 3. Los querubines morontiales. Estas “cuartas criaturas” de los órdenes angélicos mantendrán siempre sus características como seres cuasi materiales. Continuarán siendo querubines y sanobines, junto con una mayoría de sus hermanos de la fase intermedia, a la espera de la completa efectuación del Ser Supremo.
38:8.5 (423.5) Aunque los querubines y sanobines del segundo y del tercer grupo están algo limitados en cuanto a su potencial de crecimiento, los aspirantes a la ascensión sí pueden alcanzar las alturas del ministerio seráfico universal. De entre ellos, a los más experimentados, se les adscribe a los guardianes seráficos de destino y, de esta manera, cuando sus superiores, los serafines, han de partir sin ellos, pueden directamente avanzar hasta el estatus de maestros de los mundos de las moradas. Cuando sus pupilos mortales alcanzan la vida morontial, los guardianes del destino no tienen como ayudantes a los querubines y sanobines. Y, cuando se concede autorización a otros tipos de serafines evolutivos para proseguir para Lugar de Serafines y el Paraíso, ellos, al salir de los confines de Nebadón, tienen que separarse de sus antiguos subordinados. El espíritu materno del universo acoge normalmente a estos querubines y sanobines que se han quedado atrás, pudiendo alcanzar así, en su camino hacia el estatus seráfico, un nivel equivalente al de maestro de los mundos de las moradas.
38:8.6 (423.6) Cuando, como maestros de los mundos de las moradas, los querubines y sanobines, ya acogidos por el espíritu materno, han servido durante largo tiempo en las esferas morontiales, desde las de rango inferior a las de rango superior, y cuando su colectivo de Lugar de Salvación excede en su dotación de miembros, la brillante estrella de la mañana convoca a estos fieles servidores de las criaturas del tiempo para que comparezcan ante su presencia. Se les toma el juramento de transformación de su ser personal; y, acto seguido, en grupos de siete mil, el espíritu materno nuevamente acoge a estos solitarios querubines y sanobines de mayor avance y experiencia. De este segundo acogimiento, emergen como plenos serafines. En lo sucesivo, se abre a estos querubines y sanobines, que han nacido de nuevo, toda la completa andadura de un serafín, con todas las posibilidades de alcanzar el Paraíso. Estos ángeles pueden ser destinados como guardianes del destino de algún mortal y, si este pupilo consigue la supervivencia, cumplirían los requisitos para poder avanzar hasta Lugar de Serafines y lograr alcanzar los siete círculos, e incluso el Paraíso y el colectivo de los finalizadores.
9. LAS CRIATURAS INTERMEDIAS
38:9.1 (424.1) Las criaturas intermedias se clasifican en tres categorías: Es adecuado clasificarlas junto con los Hijos ascendentes de Dios; objetivamente se agrupan con los órdenes de ciudadanía permanente, mientras que, funcionalmente, se cuentan entre los espíritus servidores del tiempo debido a su estrecha y eficaz relación con las multitudes angélicas, en su labor de servir al hombre mortal en los distintos mundos del espacio.
38:9.2 (424.2) Estas singulares criaturas aparecen en la mayoría de los mundos habitados y siempre se hallan en los planetas decimales o de experimentación de la vida, como es el caso de Urantia. Los seres intermedios son de dos tipos —primarios y secundarios— y tienen su origen de los siguientes modos:
38:9.3 (424.3) 1. Los seres intermedios primarios, el grupo más espiritual, constituyen un orden de seres con características uniformes que se derivan consistentemente de mortales ascendentes modificados pertenecientes a las comitivas de los príncipes planetarios. El número de criaturas intermedias primarias es siempre cincuenta mil; ningún planeta que goce de su ministerio posee un grupo más numeroso.
38:9.4 (424.4) 2. Los seres intermedios secundarios, el grupo más material de estas criaturas, varía de forma considerable en número según sea el mundo, aunque el promedio es de unos cincuenta mil. Se derivan distintamente de los mejoradores biológicos planetarios, los adanes y las evas, o de su progenie inmediata. En los mundos evolutivos del espacio existen no menos de veinticuatro modos diferentes de crear a estas criaturas intermedias secundarias. El grupo acaecido en Urantia tuvo un carácter extraordinario y poco común.
38:9.5 (424.5) Ninguno de estos grupos es un accidente evolutivo; ambos constituyen elementos fundamentales de la planificación determinada anticipadamente por los arquitectos del universo y, su aparición, en los mundos evolutivos, en la coyuntura apropiada, está conforme con los diseños originales y con los planes de desarrollo de los portadores de vida supervisores.
38:9.6 (424.6) Los seres intermedios primarios consiguen su energía intelectual y espiritual del mismo modo que los ángeles y son uniformes en cuanto a su estatus intelectual. Los siete espíritus asistentes de la mente no entablan contacto con ellos; tan solo el sexto y el séptimo, el espíritu de adoración y el espíritu de sabiduría, se muestran capaces de prestar su ministerio al grupo de seres intermedios secundarios.
38:9.7 (424.7) Los seres intermedios secundarios se energizan físicamente según el modo adánico, se conectan a las vías espirituales según el modo seráfico y se dotan intelectualmente con el tipo de mente de transición morontial. Se dividen en cuatro tipos físicos, en siete órdenes espirituales y en doce niveles pertinentes a su reacción intelectual al ministerio conjunto de los últimos dos espíritus asistentes y de la mente morontial. Esta diversidad determina su distinta labor y sus responsabilidades planetarias.
38:9.8 (424.8) Los seres intermedios primarios se asemejan más a los ángeles que a los mortales; los órdenes secundarios son mucho más parecidos a los seres humanos. Cada orden presta una inestimable asistencia al otro en la ejecución de sus numerosos cometidos planetarios. Los servidores primarios pueden conseguir enlazar y cooperar tanto con los controladores de la energía morontial y de la energía espiritual como con los encargados de las vías circulatorias de la mente. El grupo secundario puede entablar relaciones de trabajo solamente con los controladores físicos y con los operadores de las vías circulatorias materiales. Pero, puesto que cada uno de estos órdenes de seres intermedios puede establecer una sincronía perfecta en su contacto con el otro, cada uno de los grupos es, por consiguiente, capaz de conseguir la utilización práctica de toda gama de energía que se extiende desde la potencia física bruta de los mundos materiales, pasando por las etapas de transición de las energías del universo, hasta las fuerzas superiores de la realidad espiritual de los ámbitos celestiales.
38:9.9 (425.1) La brecha existente entre el mundo material y el mundo espiritual se salva espiritualmente mediante la vinculación sucesiva del hombre mortal, el ser intermedio secundario, el ser intermedio primario, el querubín morontial, el querubín de la fase intermedia y el serafín. En la experiencia personal de cualquier mortal estos distintos niveles están sin duda más o menos unificados y se hacen personalmente significativos mediante la acción inadvertida y misteriosa del divino modelador del pensamiento.
38:9.10 (425.2) En los mundos normales, los seres intermedios primarios mantienen su servicio como cuerpo de información y como anfitriones celestiales en nombre del príncipe planetario, mientras que los secundarios continúan su cooperación con el régimen adánico de impulsar la civilización planetaria progresiva. En caso de la deserción del príncipe planetario y del fracaso del hijo material, tal como ocurrió en Urantia, las criaturas intermedias se convierten en tutelados del soberano del sistema y realizan sus servicios bajo la dirección y guía del custodio en funciones del planeta. Si bien, solamente hay otros tres mundos en Satania donde estos seres actúan como un solo grupo bajo un mando unificado, como lo hacen los servidores intermedios unidos de Urantia.
38:9.11 (425.3) En los numerosos mundos del universo, la labor planetaria tanto de los seres intermedios primarios como la de los secundarios es variada y diversa, pero en los planetas típicamente normales sus cometidos son muy diferentes a los que ocupan su tiempo en las esferas aisladas como Urantia.
38:9.12 (425.4) Los seres intermedios primarios son los historiadores planetarios que, desde el momento de la llegada del príncipe planetario hasta la era asentada en luz y vida, elaboran las representaciones y diseñan las descripciones de la historia planetaria para la presentación de los planetas en los mundos-sede del sistema.
38:9.13 (425.5) Los seres intermedios permanecen durante largos períodos en un mundo habitado, pero, si son fieles a su misión, con toda seguridad, se les reconocerá su multisecular servicio en el sostenimiento de la soberanía del hijo creador; y se les compensará debidamente por su paciente ministerio a los mortales materiales en su mundo del tiempo y del espacio. Tarde o temprano, todas las criaturas intermedias autorizadas se incorporarán al grupo de Hijos ascendentes de Dios, dando comienzo merecidamente a la larga aventura de la ascensión al Paraíso en compañía de aquellos mismos mortales de origen animal, sus hermanos terrestres, a quienes tan celosamente custodiaron y tan eficazmente sirvieron durante su larga estancia planetaria.
38:9.14 (425.6) [Exposición de un melquisedec que actúa a instancias del jefe de las multitudes seráficas de Nebadón.]
Escrito 39
Las multitudes seráficas
39:0.1 (426.1) Por lo que sabemos, el Espíritu Infinito, tal como se manifiesta personalmente en la sede del universo local, se propone crear serafines uniformemente perfectos, pero, por alguna razón desconocida, estos vástagos seráficos resultan ser muy diversos. Esta diversidad puede ser el resultado de una interposición desconocida de parte de la Deidad experiencial en evolución; si es así, no podemos demostrarlo. Sin embargo, observamos que, cuando los serafines se someten a pruebas educativas y a una disciplina formativa, se clasifican inequívoca y claramente en los siguientes siete grupos:
39:0.2 (426.2) 1. Los serafines supremos.
39:0.3 (426.3) 2. Los serafines superiores.
39:0.4 (426.4) 3. Los serafines supervisores.
39:0.5 (426.5) 4. Los serafines gestores.
39:0.6 (426.6) 5. Los ayudantes planetarios.
39:0.7 (426.7) 6. Los servidores de las criaturas en transición.
39:0.8 (426.8) 7. Los serafines del futuro.
39:0.9 (426.9) Decir que un serafín de uno de estos grupos es inferior al de cualquier otro grupo no sería decir la verdad. No obstante, cada ángel está solo en un principio, limitado, en su prestación de servicio, al grupo al que pertenece intrínseca y originariamente. Manotia, mi colaborador seráfico en la elaboración de esta exposición, es un serafín supremo que, en otro tiempo, actuaba solamente como tal. Por su perseverancia y dedicación al servicio, ha llevado a cabo, uno a uno, todos los siete tipos de cometidos seráficos, habiendo desempeñado su actividad prácticamente en todos los cauces al alcance de un serafín, y actualmente está destinado como jefe adjunto de serafines en Urantia.
39:0.10 (426.10) A los seres humanos les resulta a veces difícil comprender que la facultad con la que se ha creado un ser para ejercer un ministerio de orden superior no implique necesariamente la capacidad de poder ejercerla en niveles relativamente inferiores. El hombre empieza la vida como un pequeño indefenso; de ahí que cualquier logro humano deba abarcar todas las condiciones experienciales previas para conseguirlo; los serafines no tienen existencia previa a su estado de madurez —no tienen infancia—. Sin embargo, son criaturas experienciales y, a través de la experiencia y mediante una formación complementaria, pueden engrandecer sus facultades innatas y divinas y adquirir vivencialmente la destreza que les capacite para realizar uno o más de los servicios seráficos.
39:0.11 (426.11) Tras su nombramiento, se les destina a las reservas de su propio grupo. Aquellos serafines con cometidos planetarios y de gestión de la administración con frecuencia sirven durante largos períodos de acuerdo a su clasificación inicial, pero cuanto más alto sea el nivel de servicio en el que están inherentemente inscritos, con mayor persistencia tratan estos servidores angélicos de que se les asigne a los más modestos tipos de servicio del universo. Desean especialmente que se les destine a las reservas de los ayudantes planetarios y, si tienen éxito, se incorporan a las escuelas celestiales adscritas a la sede del príncipe planetario de algún mundo evolutivo. Aquí comienzan el estudio de los idiomas, la historia y las costumbres locales de las razas de la humanidad. Los serafines han de adquirir conocimiento y experiencia tal como lo hacen los seres humanos. No están muy lejos de vosotros en cuanto a ciertos atributos personales. Todos ellos anhelan comenzar desde abajo en el nivel más inferior posible de su ministerio; de este modo, pueden esperar alcanzar el nivel más elevado posible de destino como seres experienciales.
1. LOS SERAFINES SUPREMOS
39:1.1 (427.1) De los siete órdenes revelados de ángeles del universo local, este es el de mayor elevación. Estos serafines obran en siete grupos, cada uno de los cuales está estrechamente relacionado con los servidores angélicos del colectivo seráfico de la consumación.
39:1.2 (427.2) 1. Los servidores de Hijos-Espíritus. El primer grupo de serafines supremos está asignado al servicio de los elevados Hijos y de seres de origen en el Espíritu que residen y realizan su actividad en el universo local. Este grupo de servidores angélicos también sirve al Hijo del universo y al Espíritu del universo, y se encuentra estrechamente unido al cuerpo de información de la brillante estrella de la mañana, el mandatario en jefe del universo de las voluntades unidas del hijo creador y del espíritu creativo.
39:1.3 (427.3) Al estar asignados a los elevados Hijos y a los Espíritus, estos serafines están de forma natural vinculados a los dilatados servicios que desempeñan los avonales del Paraíso, vástagos divinos del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito. En todas sus misiones en rango de magistrado y de gracia, los avonales están siempre asistidos por este orden elevado y experto de serafines, que, en tales ocasiones, se dedica a organizar y dirigir la tarea especial relacionada con la terminación de una dispensación planetaria y la inauguración de una nueva era. Si bien, no se implican en el proceso judicial, que pueda estar relacionado con tal cambio de dispensaciones.
39:1.4 (427.4) Los auxiliares de las misiones de gracia. Cuando los avonales del Paraíso, no los hijos creadores, realizan una misión de gracia siempre están acompañados de un colectivo de 144 de estos auxiliares. Estos 144 ángeles son los jefes de todos los otros servidores del Hijo-Espíritu que puedan estar relacionados con este tipo de misión. Puede que haya legiones de ángeles bajo el mando de un Hijo de Dios encarnado en su ministerio planetario, pero todos estos serafines estarán organizados y dirigidos por los 144 auxiliares de las misiones de gracia. Los órdenes superiores de ángeles, los supernafines y los seconafines, pueden también formar parte de este grupo de acompañantes y, aunque sus cometidos sean distintos a los de los serafines, toda su actividad estará bajo la coordinación de estos auxiliares.
39:1.5 (427.5) Los auxiliares de las misiones de gracia son serafines consumados; todos ellos han pasado por los círculos de Lugar de Serafines y han alcanzado el colectivo seráfico de la consumación. Y están especialmente entrenados, además, para hacer frente a las dificultades y abordar las situaciones de emergencia que puedan surgir con relación a los ministerios de gracia de los Hijos de Dios, llevados a efecto para el avance de los hijos del tiempo. Todos estos serafines han alcanzado el Paraíso y logrado el acogimiento personal de la Segunda Fuente y Centro: el Hijo Eterno.
39:1.6 (427.6) Los serafines anhelan por igual que se les asigne a las misiones de los Hijos encarnados y estar vinculados como guardianes del destino a los mortales de los mundos; esto último constituye su salvoconducto más seguro para el Paraíso, aunque, de entre los consumados serafines destinados a alcanzar el Paraíso, son los auxiliares de las misiones de gracia los que prestan un servicio de mayor relevancia al universo local.
39:1.7 (428.1) 2. Los asesores de los tribunales. Son los asesores y ayudantes seráficos adscritos a todos los órdenes de órganos judiciales desde los conciliadores hasta los más altos tribunales de los mundos. No es el propósito de estos tribunales adoptar sentencias punitivas sino más bien resolver las legítimas diferencias de opinión que se suscitan y decretar la supervivencia eterna de los mortales ascendentes. Aquí radica el deber de los asesores de los tribunales: asegurarse de que todas las imputaciones contra las criaturas mortales se consideren con justicia y se dictaminen con misericordia. En esta tarea están en estrecha colaboración con los altos comisionados, los mortales ascendentes fusionados con el Espíritu que prestan sus servicios en el universo local.
39:1.8 (428.2) Los asesores seráficos realizan un amplio servicio como defensores de los mortales. No es que haya propensión alguna a tratar de forma injusta a las humildes criaturas de los mundos, pero mientras que la justicia exige el juicio de todas las faltas cometidas en el ascenso hacia la perfección divina, la misericordia dicta que cada uno de estos fallos se considere adecuadamente conforme a la naturaleza de la criatura y al propósito divino. Estos ángeles son los exponentes y la ejemplificación de una misericordia consustancial a la justicia divina —de una ecuanimidad basada en el conocimiento de los hechos que subyacen en las motivaciones personales y en las tendencias raciales—.
39:1.9 (428.3) Este orden de ángeles presta sus servicios desde los consejos de los príncipes planetarios hasta los más altos tribunales del universo local, mientras que sus colaboradores del colectivo seráfico de la consumación obran en los dominios superiores de Orvontón, e incluso en los tribunales de los ancianos de días de Uversa.
39:1.10 (428.4) 3. Los orientadores del universo. Estos son los auténticos amigos y consejeros de los posgraduados mortales, de todas aquellas criaturas ascendentes que se detienen por última vez en Lugar de Salvación, en su universo de origen, y están a punto de emprender la aventura espiritual que se extiende ante ellos en el enorme suprauniverso de Orvontón. En ese momento, muchos de los ascendentes experimentan un sentimiento que los mortales podrían solamente comprender si se comparara con la emoción humana de la nostalgia. Atrás quedan los dominios alcanzados, esos dominios que se han vuelto familiares gracias al prolongado servicio y al logro en el camino morontial; queda por delante el estimulante misterio de un universo más grande y más inmenso.
39:1.11 (428.5) Es la tarea de los orientadores del universo facilitar el paso de los peregrinos ascendentes desde el grado de servicio alcanzado en el universo hasta el no alcanzado, ayudar a estos peregrinos a efectuar esas modificaciones, como si de un caleidoscopio se tratase, en la comprensión de los contenidos y de los valores, tomando fundamentalmente conciencia de que un espíritu de la primera etapa no se encuentra ni al final ni en el apogeo de su ascensión morontial en el universo local, sino más bien en la parte más baja de la larga escalera de ascensión espiritual que lleva al Padre Universal del Paraíso.
39:1.12 (428.6) Muchos graduados de Lugar de Serafines, miembros del colectivo seráfico de la consumación que están relacionados con estos serafines, se ocupan de amplios programas de enseñanza en ciertas escuelas de Lugar de Salvación, involucradas en la preparación de las criaturas de Nebadón para las interacciones que han de tener lugar en la próxima era del universo.
39:1.13 (428.7) 4. Los consejeros de enseñanza. Estos ángeles son los inestimables asistentes del colectivo de enseñanza espiritual del universo local. Los consejeros de enseñanza son secretarios de todos los órdenes de enseñantes, desde los melquisedecs y los hijos preceptores de la Trinidad hasta los mortales morontiales destinados como ayudantes de aquellos de su especie que se hallan justo detrás de ellos en la escala de la vida ascendente. Veréis por primera vez a estos serafines, docentes adjuntos, en alguno de los siete mundos de morada que rodean Jerusem.
39:1.14 (428.8) Estos serafines se convierten en los colaboradores de los jefes de división de las numerosas instituciones educativas y formativas de los universos locales, y están adscritos en grandes números al profesorado de los siete mundos de formación de los sistemas locales y de las setenta esferas educativas de las constelaciones. Su ministerio se extiende hacia abajo hasta abarcar a los distintos mundos. Incluso los verdaderos y devotos maestros del tiempo reciben la asistencia, y a menudo el acompañamiento, de los consejeros de estos serafines supremos.
39:1.15 (429.1) El cuarto ministerio de gracia del hijo creador como criatura fue a semejanza de un consejero de enseñanza de los serafines supremos de Nebadón.
39:1.16 (429.2) 5. Los directores por designación. Periódicamente, los ángeles que prestan su servicio en las esferas evolutivas y arquitectónicas habitadas por las criaturas eligen un cuerpo de 144 serafines supremos, que constituye el más alto consejo de cualquier otra esfera. Este consejo coordina las facetas autónomas del servicio y nombramiento seráficos. Estos ángeles presiden todas las asambleas de serafines relacionadas con el cumplimiento del deber o el llamamiento a la adoración.
39:1.17 (429.3) 6. Los archivistas. Estos son los archivistas oficiales de los serafines supremos. Muchos de estos elevados ángeles nacieron con sus facultades plenamente desarrolladas; otros se han capacitado para sus puestos de confianza y responsabilidad mediante su diligente aplicación al estudio y el fiel cumplimiento de deberes similares mientras estaban asignados a órdenes más humildes o menos responsables.
39:1.18 (429.4) 7. Los servidores sin adscripción. Hay un gran número de serafines, pertenecientes a este orden supremo, que carecen de adscripción y que prestan su servicio de manera autónoma en las esferas arquitectónicas y en los planetas habitados. Estos servidores satisfacen voluntariamente los diferentes requerimientos para la prestación de servicio de los serafines supremos, constituyendo así la reserva general de este orden.
2. LOS SERAFINES SUPERIORES
39:2.1 (429.5) Los serafines superiores no reciben este nombre porque sean en sentido alguno cualitativamente superiores a los demás órdenes de ángeles, sino porque se encargan de la actividad de mayor prestancia del universo local. Muchos integrantes de los primeros dos grupos de este colectivo seráfico han llegado a él por sus propios logros; son ángeles que han servido en todas las etapas de formación y han regresado para llevar a cabo una glorificada labor como directores de sus congéneres en las esferas donde previamente realizaron sus propias actividades. Siendo un universo joven, Nebadón no tiene muchos miembros de este orden.
39:2.2 (429.6) Los serafines superiores desempeñan su actividad en los siguientes siete grupos:
39:2.3 (429.7) 1. El cuerpo de información. Estos serafines pertenecen a los asistentes personales de Gabriel, la brillante estrella de la mañana. Recorren el universo local reuniendo información de los mundos para facilitar la dirección de Gabriel en los consejos de Nebadón. Constituyen el cuerpo de información de las poderosas multitudes que Gabriel preside como vicerregente del hijo mayor. Estos serafines no están directamente vinculados ni con los sistemas ni con las constelaciones, y su información fluye de forma directa a Lugar de Salvación por una vía circulatoria continua, directa e independiente.
39:2.4 (429.8) Los cuerpos de información de los distintos universos locales pueden comunicarse entre sí, y de hecho lo hacen, pero solo dentro de un determinado suprauniverso. Existe un diferencial de energía que eficientemente separa los asuntos y actuaciones de los distintos gobiernos de los suprauniversos. Generalmente, un suprauniverso puede comunicarse con otro suprauniverso únicamente a través de las disposiciones e instalaciones del centro de intercambio de información del Paraíso.
39:2.5 (430.1) 2. La voz de la misericordia. La misericordia es la clave del servicio seráfico y del ministerio angélico. Resulta, pues, apropiado que haya un colectivo de ángeles que, de forma especial, represente la misericordia. En los universos locales, estos serafines son los que verdaderamente ejercen el ministerio de la misericordia. Son guías inspirados que alientan los deseos superiores y las emociones más sagradas de hombres y ángeles. En la actualidad, los directores de estas legiones de seres son siempre serafines consumados y, a su vez, guardianes graduados de destino de los mortales; o sea, que cada par angélico ha servido de guía por lo menos a un alma de origen animal durante su vida en la carne y que, posteriormente, ha pasado por las vías circulatorias de Lugar de Serafines y se ha incorporado al colectivo seráfico de la consumación.
39:2.6 (430.2) 3. Los coordinadores espirituales. El tercer grupo de serafines superiores tiene su sede en Lugar de Salvación, pero estos actúan en el universo local, en cualquier sitio en el que puedan prestar algún fructífero servicio. A pesar de que sus tareas sean esencialmente espirituales y, por lo tanto, realmente inalcanzables para la mente humana, tal vez podáis comprender algo del ministerio que imparten a los mortales, si se explica que a estos ángeles se les confía la labor de preparar a los ascendentes que residen en Lugar de Salvación para su última transición en el universo local: desde el nivel morontial de mayor grado hasta el estatus de seres espirituales recién nacidos. De igual manera que los planificadores de la mente ayudan en los mundos de las moradas a la criatura superviviente a que se adapten a los potenciales de la mente morontial y los sepa utilizar con eficacia, estos serafines instruyen a los graduados morontiales de Lugar de Salvación acerca de las facultades recién adquiridas de la mente espiritual. También sirven de muchas otras formas a los mortales ascendentes.
39:2.7 (430.3) 4. Los maestros auxiliares. Los maestros auxiliares son ayudantes y colaboradores de sus compañeros serafines, los consejeros de enseñanza. De forma individual, están igualmente implicados en los grandes proyectos educativos del universo local, especialmente en el programa séptuplo de capacitación en vigor en los mundos de las moradas de los sistemas locales. Un magnífico grupo de este orden de serafines presta servicio en Urantia con el propósito de fomentar y hacer avanzar la causa de la verdad y de la rectitud.
39:2.8 (430.4) 5. Los transportadores. Todos los grupos de espíritus servidores tienen sus colectivos de transporte u órdenes angélicas dedicadas a la tarea de transportar de una esfera a otra a aquellos seres personales que no pueden hacerlo por sí mismos. Este quinto grupo de serafines superiores tiene su sede en Lugar de Salvación y desempeña su labor en calidad de surcadores del espacio, yendo y viniendo desde la sede del universo local. Como en el caso de otras categorías de serafines superiores, algunos se crearon así mientras que otros han alcanzado esta condición partiendo de grupos de menor rango o menos dotados.
39:2.9 (430.5) La “gama energética” de los serafines es enteramente adecuada para las necesidades del universo local e incluso del suprauniverso, pero no podrían soportar jamás las exigencias energéticas que entraña un viaje tan largo como el de Uversa a Havona. Este viaje tan agotador requiere las facultades especiales de un seconafín primario dotado para este fin. Los transportadores repostan energía para el vuelo mientras están en tránsito y recuperan su energía personal al fin del viaje.
39:2.10 (430.6) Los mortales ascendentes no tienen sus propios medios de desplazamiento ni siquiera cuando están en Lugar de Salvación; deben depender del transporte seráfico para avanzar de un mundo a otro hasta después de su última dormición de descanso en el círculo interior de Havona y el despertar eterno en el Paraíso. Luego, ya no dependeréis de los ángeles para trasladaros de un universo a otro.
39:2.11 (430.7) El traslado envuelto en un serafín no es muy diferente de la experiencia de la muerte o del sueño, salvo que en la dormición de tránsito hay un elemento temporal necesario. Estáis conscientemente inconscientes durante el descanso seráfico. Pero el modelador del pensamiento está entera y plenamente consciente; de hecho, es especialmente eficiente puesto que no podéis oponeros, resistiros o, de manera alguna, dificultar su labor creativa y transformadora.
39:2.12 (431.1) Cuando viajáis en un serafín, os dormís por un período determinado de tiempo y despertáis en el momento indicado. Durante el sueño de tránsito, la duración del trayecto es irrelevante. No sois directamente conscientes del paso del tiempo. Es como si os durmierais en un vehículo de transporte en una ciudad y, tras disfrutar de un sueño tranquilo toda la noche, os despertarais en otra metrópolis lejana. Habéis viajado mientras dormíais. Así pues, voláis a través del espacio, envuelto en un serafín, mientras descansáis: dormís. La acción conjunta de los modeladores y los transportadores seráficos es la que induce a este sueño.
39:2.13 (431.2) Los ángeles no pueden transportar cuerpos combustibles —carne y huesos— como los que tenéis ahora, pero sí pueden transportar todas las otras formas de seres, desde la morontial de menor rango hasta la espiritual de rango mayor. No realizan este servicio en el caso de muerte corporal. Cuando finalizas tu andadura terrenal, tu cuerpo se queda en este planeta. Tu modelador del pensamiento se dirige al seno del Padre, y estos ángeles no se implican directamente en la posterior reconstrucción de tu ser personal en el mundo de morada en el que se procederá a tu identificación. Allí tu nuevo cuerpo es una forma morontial, una forma que sí puede viajar en estos serafines. “Se siembra un cuerpo mortal” en la tumba; y “se cosecha una forma morontial” en los mundos de las moradas.
39:2.14 (431.3) 6. Los archivistas. Estos seres personales se encargan específicamente de la recepción, archivo y reenvío de los registros de Lugar de Salvación y de los mundos vinculados a esta capital. También sirven como archivistas especiales para grupos residentes del suprauniverso y para seres personales de rango superior, y como oficiales de los tribunales de Lugar de Salvación y secretarios de los dirigentes de este.
39:2.15 (431.4) Los informadores —receptores y emisores— constituyen un subgrupo especializado dentro de los archivistas seráficos implicados en el envío de documentación y en la diseminación de información de gran importancia. Su labor es de tan elevado orden que procesan multicircuitos que hacen que 144 000 mensajes puedan atravesar de forma simultánea las mismas líneas de energía. Adaptan las técnicas ideográficas superiores de los archivistas jefes superáficos y, con estos símbolos comunes, mantienen un contacto mutuo tanto con los coordinadores de la información de los supernafines terciarios como con los coordinadores glorificados de la información del colectivo seráfico de la consumación.
39:2.16 (431.5) Los archivistas seráficos del orden superior logran, de esta manera, una acción conjunta con los cuerpos de información de su propia clase y con todos los archivistas de menor rango, mientras que las transmisiones les permiten mantener una comunicación constante con los archivistas superiores del suprauniverso y, mediante este canal, con los archivistas de Havona y con los custodios del conocimiento del Paraíso. Muchos de los archivistas de este orden superior son serafines ascendidos que han realizado tareas similares en sectores inferiores del universo.
39:2.17 (431.6) 7. Las reservas. En Lugar de Salvación se mantiene un gran número de reservas de todas las clases de serafines superiores, disponibles de forma instantánea para ser enviados a los mundos más distantes de Nebadón, por requerimiento de los directores por designación o petición de los administradores del universo. Estas reservas también facilitan ayudantes mensajeros por solicitud del jefe de las brillantes estrellas vespertinas, encargado de la custodia y el envío de todas las comunicaciones personales. El universo local dispone, en todos los aspectos, de medios adecuados de intercomunicación, pero siempre queda un resto de mensajes que necesita de mensajeros personales para su envío.
39:2.18 (432.1) Las reservas centrales de las que se abastece todo el universo local se localizan en los mundos seráficos de Lugar de Salvación. En este colectivo se incluyen todas las clases de todos los grupos de ángeles.
3. LOS SERAFINES SUPERVISORES
39:3.1 (432.2) Este versátil orden de ángeles del universo está destinado exclusivamente al servicio de las constelaciones. Estos avezados servidores tienen sus sedes centrales en las capitales de las constelaciones, pero desempeñan su actividad en todo Nebadón, en beneficio de los mundos a los que están destinados.
39:3.2 (432.3) 1. Los asistentes supervisores. El primer orden de serafines supervisores está asignado a la labor colectiva de los Padres de las constelaciones, y siempre representan una eficaz ayuda para los Altísimos. Estos serafines están mayormente implicados en la unificación y estabilización de toda la constelación.
39:3.3 (432.4) 2. Los predictores de la ley. El fundamento intelectual de la justicia es la ley y, en el universo local, la ley tiene su origen en las asambleas legislativas de las constelaciones. Estos órganos deliberantes codifican y promulgan oficialmente las leyes fundamentales de Nebadón, leyes diseñadas para facilitar la máxima coordinación de toda una constelación en coherencia con la política establecida de no intrusión de la libre voluntad moral de las criaturas personales. El cometido de este segundo orden de serafines supervisores es presentar, ante los legisladores de la constelación, un pronóstico de cómo la adopción de una ley podría afectar a la vida de las criaturas de libre voluntad. Están bien cualificados para desempeñar esta tarea en virtud de su larga experiencia en los sistemas locales y en los mundos habitados. Estos serafines no buscan favorecer de manera especial a uno u otro grupo, pero comparecen ante los legisladores celestiales para hablar por aquellos que no pueden estar presentes para hacerlo por sí mismos. Incluso el hombre mortal es capaz de contribuir al desarrollo de la ley del universo, puesto que estos mismos serafines representan fiel y enteramente, no necesariamente los deseos transitorios y conscientes del hombre, sino más bien los verdaderos anhelos del hombre interior, del alma morontial evolutiva del mortal material de los mundos del espacio.
39:3.4 (432.5) 3. Los arquitectos sociales. Estos serafines obran desde los distintos planetas hasta los mundos morontiales de formación con el fin de mejorar todos los contactos sociales sinceros y de fomentar la evolución social de las criaturas del universo. Son ángeles que tratan de despojar a las relaciones entre los seres inteligentes de cualquier artificialidad, procurando, al mismo tiempo, favorecer la interrelación entre las criaturas de voluntad sobre la base de una comprensión verdadera de sí mismos y de un auténtico aprecio mutuo.
39:3.5 (432.6) Los arquitectos sociales hacen todo lo posible, dentro de su competencia y capacidad, para reunir a seres idóneos y constituir, en la tierra, grupos de trabajo eficientes y compatibles; a veces, estos mismos grupos se vuelven a formar en los mundos de las moradas para continuar allí con su fructífero servicio. Si bien, estos serafines no siempre consiguen sus objetivos; no siempre logran reunir a aquellos que podrían formar ese grupo perfecto para conseguir algún determinado propósito o para realizar alguna tarea específica; en estas condiciones, han de hacer uso de las mejores herramientas y medios que tengan a su alcance.
39:3.6 (432.7) Estos ángeles continúan su ministerio en los mundos de las moradas y en los mundos morontiales de orden superior. Se implican en toda tarea que tenga que ver con el progreso en los mundos morontiales y que concierna a tres o más personas. Cuando dos seres operan juntos se considera que lo hacen sobre la base de la pareja, el complemento mutuo o la asociación; pero cuando tres o más se agrupan para realizar algún servicio, constituye un reto social y, por lo tanto, es competencia de la jurisdicción de los arquitectos sociales. En Edentia, estos eficaces serafines se dividen en setenta unidades, que prestan sus servicios en los setenta mundos de perfeccionamiento morontial que circundan la esfera sede.
39:3.7 (433.1) 4. Los sensibilizadores éticos. Estos serafines tienen la misión de impulsar y promover en las criaturas el desarrollo de su valoración de la moralidad en las relaciones interpersonales, pues este es el germen y la clave del crecimiento continuado e intencional de la sociedad y del gobierno, tanto humano como sobrehumano. Estos ángeles, facultados para mejorar la apreciación ética de las criaturas, obran en todo lugar en el que puedan desempeñar su labor como consejeros voluntarios de los gobernantes planetarios y como maestros de intercambio en los mundos de formación del sistema. Sin embargo, vosotros no estaréis bajo su total guía hasta que no lleguéis a las escuelas de hermandad de Edentia, donde se avivará vuestro reconocimiento de aquellas mismas verdades sobre la fraternidad, que en ese momento estaréis explorando tan fervorosamente mediante vuestra experiencia real de vivir con los univitatias en los laboratorios sociales de Edentia, los setenta satélites de la capital de Norlatiadec.
39:3.8 (433.2) 5. Los transportadores. El quinto grupo de serafines supervisores opera como transportadores de seres personales, trasladándolos desde y hasta las sedes de las constelaciones. Dichos serafines, mientras vuelan de una esfera a otra, son totalmente conscientes de su velocidad, dirección y paradero astronómico. No cruzan el espacio como lo haría un proyectil inanimado. Pueden pasar uno al lado del otro durante el vuelo espacial sin el menor riesgo de colisión. Son perfectamente capaces de variar la velocidad de marcha y de alterar la dirección del vuelo, e incluso de cambiar el destino, si sus directores así se lo requieren en cualquiera de las intersecciones espaciales de las vías de información del universo.
39:3.9 (433.3) Estos seres personales de transporte están organizados de tal manera que pueden utilizar simultáneamente las tres líneas de energía distribuidas por el universo, cada una de las cuales tiene una velocidad espacial neta de 299 788,60 kilómetros por segundo. Estos seres son, por consiguiente, capaces de superponer la velocidad de la energía sobre la velocidad de la potencia hasta alcanzar, en sus largos desplazamientos, una velocidad media que oscila entre 893 185,92 y 899 623,29 de vuestros kilómetros por segundo de vuestro tiempo. La velocidad se ve afectada por la masa y la proximidad de la materia y por la intensidad y dirección de las principales vías circulatorias cercanas de la potencia del universo. Existen numerosos tipos de seres, similares a los serafines, que son capaces de surcar el espacio e, igualmente, de trasladar a otros seres que hayan sido debidamente preparados.
39:3.10 (433.4) 6. Los archivistas. El sexto orden de serafines supervisores actúa como archivista especial de los asuntos de la constelación. Hay un amplio y eficiente colectivo de estos serafines que desempeña su función en Edentia, la sede de la constelación de Norlatiadec, a la cual pertenece vuestro sistema y vuestro planeta.
39:3.11 (433.5) 7. Las reservas. En las sedes de las constelaciones se mantienen reservas de serafines supervisores. Estos reservistas angélicos no están, en modo alguno, inactivos; muchos de ellos sirven como ayudantes mensajeros para los gobernantes de la constelación. Otros se asignan a las reservas de los vorondadecs sin destino de Lugar de Salvación; e incluso otros se pueden adscribir a los hijos vorondadecs en alguna misión especial, tal como el de observador vorondadec y, a veces, regente Altísimo de Urantia.
4. LOS SERAFINES GESTORES
39:4.1 (434.1) El cuarto orden de serafines está asignado a la gestión de los sistemas locales. Son oriundos de las capitales del sistema pero, en un gran número, están emplazados en las esferas de morada y morontiales y en los mundos habitados. Los serafines de este orden están dotados por naturaleza de una capacidad de gestión poco común. Asisten eficazmente a los directores de las divisiones menores del gobierno del universo de un hijo creador y se ocupan principalmente de los asuntos de los universos locales y de los mundos que los integran. Están organizados para el servicio de la forma siguiente:
39:4.2 (434.2) 1. Los asistentes gestores. Estos hábiles serafines son los asistentes directos del soberano del sistema, de un hijo lanonandec primario. Representan una inapreciable ayuda en la realización de los intricados detalles de la labor ejecutiva de la sede del sistema. También sirven como agentes personales de los gobernantes de este y, en gran número, van y vienen a los distintos mundos de transición y a los planetas habitados, llevando a cabo numerosos cometidos para el bienestar del sistema y en el interés físico y biológico de los mundos habitados.
39:4.3 (434.3) Estos mismos gestores seráficos están igualmente adscritos a los gobiernos de los gobernantes de los mundos o príncipes planetarios. La mayoría de los planetas de cualquier universo está bajo la jurisdicción de un hijo lanonandec secundario, pero en ciertos mundos, como por ejemplo Urantia, el plan divino se malogró por la deserción de su príncipe planetario. En este caso, estos serafines se adscriben a los síndicos melquisedecs y a sus sucesores en la autoridad planetaria. Un colectivo de mil seres de este versátil orden presta asistencia al gobernante actual en funciones de Urantia.
39:4.4 (434.4) 2. Los guías de la justicia. Estos ángeles aportan el sumario de las pruebas pertinentes al eterno bienestar de los hombres y de los ángeles cuando estos asuntos se presentan a juicio en los tribunales de un sistema o de un planeta. Desarrollan los informes para todas las audiencias previas relativas a la supervivencia de los mortales, informes que se presentan con posterioridad, junto con las actas de dichos casos, ante los tribunales superiores del universo y del suprauniverso. Estos serafines preparan la defensa de todos los casos de incierta supervivencia; comprenden perfectamente todos los detalles y características de todos los cargos de las acusaciones emitidas por los administradores de la justicia del universo.
39:4.5 (434.5) No es el objetivo de estos ángeles hacer fracasar o demorar la justicia sino más bien asegurar que se aplique, con abundante misericordia y ecuanimidad a todas las criaturas, una justicia sin errores. Estos serafines a menudo desempeñan su labor en los mundos locales, compareciendo normalmente ante los tríos arbitrales de las comisiones conciliadoras —los tribunales a cargo de desacuerdos de poca importancia—. Muchos de los ángeles que alguna vez sirvieron como guías de la justicia en los mundos más modestos aparecen más adelante como voces de la misericordia en las esferas superiores y en Lugar de Salvación.
39:4.6 (434.6) Durante la rebelión de Lucifer en Satania, se perdieron muy pocos guías de la justicia, pero más de un cuarto de los otros serafines gestores y de órdenes de menor rango de servidores seráficos cayeron en el error y en el engaño a causa de los sofismas de una libertad personal desenfrenada.
39:4.7 (434.7) 3. Los intérpretes de la ciudadanía cósmica. Cuando los mortales ascendentes han completado su formación en los mundos de las moradas, su primer aprendizaje como estudiantes de su andadura en el universo, se les permite gozar de las satisfacciones pasajeras de una lograda madurez relativa: su ciudadanía en la capital del sistema. Aunque la consecución de cada una de las metas trazadas para los ascendentes sea una realidad, en un sentido más amplio dichas metas son sencillamente hitos en el largo sendero que el ascendente ha de recorrer hasta llegar al Paraíso. Pero, por muy relativos que sean estos éxitos, a ninguna criatura evolutiva se le niega la plena satisfacción, aunque pasajera, de haber alcanzado tal objetivo. En ocasiones, se hace una pausa en el ascenso al Paraíso, un breve respiro, durante la cual los horizontes del universo permanecen inmóviles, la condición de la criatura está estacionaria y el ser personal saborea la dulzura de haber cumplido una meta.
39:4.8 (435.1) En la andadura del ascendente mortal, el primero de estos períodos tiene lugar en la capital de uno de los sistemas locales. Durante esta pausa, vosotros, como ciudadanos de Jerusem, intentaréis expresar en vuestra vida lo conseguido durante esas ocho experiencias vitales que os precedieron, y que corresponden a Urantia y a los siete mundos de las moradas.
39:4.9 (435.2) Los intérpretes seráficos de la ciudadanía cósmica guían a los nuevos ciudadanos de las capitales de los sistemas y estimulan su valoración de las responsabilidades del gobierno del universo. Estos serafines también están estrechamente relacionados con los hijos materiales en la administración de los sistemas, mientras representan la responsabilidad y la moralidad de la ciudadanía cósmica para los mortales materiales de los mundos habitados.
39:4.10 (435.3) 4. Los acrecentadores de la moral. En los mundos de las moradas, comenzáis a aprender el dominio de vosotros mismos por el bien de todos. Vuestra mente aprende a cooperar, aprende a establecer planes con otros seres de más sabiduría. En la sede del sistema, los maestros seráficos acrecentarán además vuestra valoración de la moral cósmica —de las interacciones entre la libertad y la lealtad—.
39:4.11 (435.4) ¿Qué es la lealtad? Es el fruto de la valoración inteligente de la hermandad del universo; no se puede recibir mucho y dar nada a cambio. Conforme ascendéis en la escala del ser personal, primero aprendéis a ser leales, luego a amar, después a ser filiales y, más adelante, podréis ser libres; pero hasta que no seáis finalizadores, hasta que no hayáis alcanzado perfección de lealtad, no podréis conseguir por vosotros mismos completud de libertad.
39:4.12 (435.5) Estos serafines imparten en sus enseñanzas el fruto de la paciencia: que estancarse es la muerte segura, pero que crecer con una rapidez excesiva es igualmente suicida; que al igual que una gota de agua cae desde un nivel superior a otro inferior, fluye adelante, y desciende continuamente por medio de una sucesión de cortas caídas, así es el progresivo ascenso en los mundos morontiales y espirituales —igual de lento y por medio de similares etapas graduales—.
39:4.13 (435.6) Los acrecentadores de la moral representan la vida mortal para los mundos habitados como una cadena ininterrumpida de múltiples eslabones. Vuestra corta estancia en Urantia, en esta esfera lugar de infancia de los mortales, es tan solo uno de estos eslabones, el primero de la larga cadena que ha de extenderse por los universos y a lo largo de las eras eternas. No es tanto lo que aprendéis en esta primera vida; es la experiencia de vivirla lo importante. Incluso la labor que realizáis en este mundo, aunque primordial, no es ni mucho menos tan importante como la manera en la que la lleváis a cabo. No existe recompensa material para una vida en rectitud, pero hay una profunda satisfacción —una conciencia de logro— y esta trasciende toda recompensa material imaginable.
39:4.14 (435.7) Las llaves del reino de los cielos son sinceridad, más sinceridad y más sinceridad. Todos los hombres poseen estas llaves. Los hombres las usan —avanzan en condición espiritual— mediante decisiones, más decisiones y más decisiones. La elección moral más elevada es optar por el valor más preeminente posible, y siempre —en cualquier esfera y en todas ellas— esto conlleva elegir hacer la voluntad de Dios. Si el hombre lo hace así, es grande, aunque sea el ciudadano más humilde de Jerusem o incluso el más insignificante de los mortales de Urantia.
39:4.15 (436.1) 5. Los transportadores. Estos son los serafines de transporte que desempeñan su actividad en los sistemas locales. En Satania, vuestro sistema, trasladan a los pasajeros de ida y vuelta a Jerusem y sirven, además, como transportadores interplanetarios. Rara vez pasa un día en el que algún serafín de transporte de Satania no deposite en las orillas de Urantia a un visitante estudiantil o algún otro viajero de naturaleza espiritual o semiespiritual. Ellos mismos, como surcadores del espacio, os llevarán y traerán algún día a los distintos mundos del grupo planetario de la sede del sistema y, cuando hayáis concluido vuestro destino en Jerusem, os trasladarán más allá, a Edentia. Pero bajo ninguna circunstancia os llevarán de vuelta a vuestro mundo de origen. Un mortal jamás regresa a su planeta nativo durante la dispensación en la que tuvo su existencia temporal y, si lo hiciese durante una dispensación posterior, lo haría acompañado de un serafín de transporte de servicio en el grupo planetario de la sede del universo.
39:4.16 (436.2) 6. Los archivistas. Estos serafines son los custodios de los registros de los sistemas locales, los cuales se conservan por triplicado. El templo de los archivos está situado en la capital del sistema; se trata de una singular estructura: un tercio es material y está construida por metales y cristales luminosos; un tercio es morontial y está fabricada conjuntamente de energía espiritual y material, pero fuera del rango de la visión humana; y un tercio es espiritual. Los archivistas de este orden dirigen y mantienen este sistema triple de archivos. Los mortales ascendentes, al principio, realizan consultas de los archivos materiales; los hijos materiales y los seres de transición de orden superior lo hacen de aquellos archivos de las salas morontiales; mientras que los serafines y los seres personales espirituales superiores de los mundos examinan los archivos de la sección espiritual.
39:4.17 (436.3) 7. Las reservas. El colectivo de reserva de los serafines gestores de Jerusem pasa una gran parte de su tiempo de espera relacionándose, en camaradería espiritual, con los mortales ascendentes recién llegados desde los distintos mundos del sistema —graduados acreditados de los mundos de las moradas—. Uno de los placeres de vuestra estancia en Jerusem consistirá en conversar y relacionaros, durante los períodos de receso, con estos serafines del colectivo de reserva en espera, que tanto han viajado y tanta experiencia han adquirido.
39:4.18 (436.4) Son concretamente estas relaciones de amistad las que tanto hacen a los ascendentes mortales encariñarse por la capital de un sistema. En Jerusem, veréis como, por vez primera, los hijos materiales, ángeles y peregrinos ascendentes se interrelacionan. Aquí fraternizan seres enteramente espirituales y semiespirituales y seres individuales que acaban de emerger de la existencia material. Las formas mortales se han modificado tanto y el campo de la reacción humana hacia la luz se ha engrandecido tanto, que todos podrán disfrutar del reconocimiento mutuo y del entendimiento y comprensión de la persona del otro.
5. LOS AYUDANTES PLANETARIOS
39:5.1 (436.5) Estos serafines mantienen sus sedes en las capitales de los sistemas y, aunque estrechamente relacionados con los ciudadanos adánicos que allí residen, están asignados principalmente al servicio de los adanes planetarios, los mejoradores biológicos o físicos de las razas materiales de los mundos evolutivos. La labor servicial de los ángeles adquiere un mayor interés conforme se extiende a los mundos habitados, conforme se acerca a los problemas reales que afrontan los hombres y mujeres del tiempo, que se preparan para intentar alcanzar la meta de la eternidad.
39:5.2 (437.1) En Urantia, la mayoría de los ayudantes planetarios se retiraron tras la caída del régimen adánico, y la supervisión seráfica de vuestro mundo recayó en mayor medida sobre los gestores, los servidores de las criaturas en transición y los guardianes del destino. No obstante, los siguientes grupos de asistentes seráficos de vuestros hijos materiales transgresores aún prestan servicio a Urantia. Estos son:
39:5.3 (437.2) 1. Las voces del jardín. Cuando el curso planetario de la evolución humana está alcanzando su nivel biológico más elevado, siempre aparecen los hijos y las hijas materiales, los adanes y las evas, para fomentar el avance de la evolución de las razas contribuyendo materialmente con su plasma vital de orden superior. Por lo general, a la sede planetaria de dichos adanes y evas se la denomina el Jardín del Edén, y a sus serafines personales a menudo se les conoce como las “voces del jardín”. Estos serafines prestan un inestimable servicio a los adanes planetarios en todos sus proyectos destinados a elevar física e intelectualmente a las razas evolutivas. Después de la transgresión adánica en Urantia, algunos de estos serafines permanecieron en el planeta y se asignaron a los sucesores en autoridad de Adán.
39:5.4 (437.3) 2. Los espíritus de la fraternidad. Es evidente que, cuando un adán y una eva llegan a un mundo evolutivo, la tarea de conseguir la armonía racial y la cooperación social entre sus diversas razas es de considerables proporciones. Es raro que estas razas de diferentes colores y de naturalezas distintas acepten con facilidad un plan que busque la fraternidad humana. Estos hombres primitivos solo llegan a percatarse de la sensatez de la interrelación pacífica al madurar con la experiencia humana y por medio del fiel ministerio de los espíritus seráficos de la fraternidad. Sin la labor de estos serafines, la tarea de los hijos materiales de armonizar y hacer avanzar a las razas de un mundo en evolución se dilataría enormemente. Si vuestro Adán se hubiese adherido al plan original trazado para el avance de Urantia, estos espíritus de la fraternidad, llegado este punto, habrían realizado transformaciones increíbles en la raza humana. Teniendo en cuenta la trasgresión adánica, es, de hecho, extraordinario que dichos órdenes seráficos hayan sido capaces de fomentar y propiciar incluso el grado de fraternidad del que contáis ahora en Urantia.
39:5.5 (437.4) 3. Las almas de la paz. Muchas son las luchas que marcan el afán por superarse del hombre evolutivo durante los primeros milenios. La paz no es el estado natural de los mundos materiales. Los mundos llegan a darse cuenta de “la paz en la tierra y buena voluntad entre los hombres” mediante el ministerio de las almas seráficas de la paz. Aunque en Urantia los primeros esfuerzos de estos ángeles se vieron en gran parte frustrados, Vevona, jefe de las almas de la paz en los días de Adán, permaneció en Urantia y, en este momento, está adscrito al grupo de asistentes del gobernador general residente. Fue el mismo Vevona quien, como dirigente de las multitudes angélicas, cuando nació Miguel, anunció a los mundos: “Gloria a Dios en Havona y en la tierra paz y buena voluntad entre los hombres”.
39:5.6 (437.5) En las épocas de mayor avance de la evolución planetaria, estos serafines contribuyen decisivamente a reemplazar la idea de la expiación por el concepto de sintonía con lo divino como filosofía de la supervivencia de los mortales.
39:5.7 (437.6) 4. Los espíritus de la confianza. La desconfianza es una reacción innata en el hombre primitivo; las luchas por la supervivencia de las primeras eras no traen consigo la confianza de forma natural. La confianza es algo nuevo que adquieren los seres humanos gracias al ministerio de estos serafines planetarios del régimen adánico. La misión de estos ángeles consiste en infundir confianza en la mente del hombre evolutivo. Los Dioses son muy confiados; el Padre Universal está dispuesto a confiarse a sí mismo sin reservas —el modelador— al vincularse con el hombre.
39:5.8 (438.1) Tras el malogro adánico, se destinó a todo este grupo de serafines al nuevo régimen y, desde entonces, continúan con su labor en Urantia. Y sus esfuerzos no están siendo del todo infructuosos, puesto que se está desarrollando en este momento una civilización que recoge muchos de sus ideales de una verdadera confianza.
39:5.9 (438.2) En las eras planetarias más avanzadas, estos serafines amplían la comprensión humana de la verdad de que la incertidumbre es fuente de continua satisfacción. Ayudan a los filósofos mortales a percatarse de que, cuando la ignorancia es esencial para tener éxito, sería un error descomunal para la criatura conocer el futuro. Estos serafines realzan la inclinación del hombre hacia la dulzura de la incertidumbre, hacia el romanticismo y el encanto de un futuro indeterminado y desconocido.
39:5.10 (438.3) 5. Los transportadores. Los transportadores planetarios prestan sus servicios en los distintos planetas. La mayoría de los seres que viajan en serafín y llegan a este planeta están en tránsito; hacen simplemente una escala; están bajo la custodia de sus propios transportadores seráficos personales; sin embargo, existe un gran número de estos serafines emplazados en Urantia. Estos son los seres personales de transporte que operan desde los planetas locales, como por ejemplo desde Urantia hasta Jerusem.
39:5.11 (438.4) La idea tradicional que tenéis de los ángeles se ha formado de la siguiente manera: durante momentos, justo antes de la muerte física, a veces se produce en la mente humana un fenómeno reflectante, y esta conciencia que se va debilitando cree visualizar algo con la figura del ángel que nos custodia, y esto se traduce, de inmediato, en términos de la imagen habitual que la mente de esa persona tiene formada de los ángeles.
39:5.12 (438.5) La idea equivocada de que los ángeles poseen alas no proviene totalmente de nociones antiguas de que debían tener alas para poder volar por el aire. A los seres humanos algunas veces se les ha permitido observar a los serafines cuando se les está preparando para realizar su servicio de transporte, y los relatos de estas experiencias han dado pie en gran parte a la idea que se tiene en Urantia de los ángeles. Al observarlos así, en preparación para acoger a un pasajero para su traslado interplanetario, es posible que se vea lo que son aparentemente conjuntos dobles de alas que se extienden desde la cabeza hasta los pies del ángel. En realidad, estas alas son aislantes de la energía: escudos contra la fricción.
39:5.13 (438.6) Cuando los seres celestiales se trasladan de un mundo a otro en un serafín, se les lleva a la sede de la esfera y, tras identificarse de forma conveniente, se les induce al sueño de tránsito. Entretanto, el serafín de transporte se coloca en posición horizontal justo por encima del polo energético del universo relativo al planeta. Mientras los escudos de energía están completamente abiertos, los asistentes seráficos, en el ejercicio de sus funciones, colocan hábilmente a la persona dormida directamente encima del ángel transportador. Entonces, los dos pares de escudos, tanto los superiores como los inferiores, se cierran y se ajustan cuidadosamente.
39:5.14 (438.7) Tras ello, bajo la acción de los transformadores y de los transmisores, comienza una extraña metamorfosis a medida que el serafín se dispone a desplazarse hacia las corrientes energéticas de las vías circulatorias del universo. En su apariencia exterior, el serafín se alarga en ambos extremos y se cubre en tal grado de una rara luz de tonalidad ámbar que muy pronto se hace imposible percibir a la persona que viaja en él. Cuando todo está preparado para la salida, el jefe de transportes realiza la apropiada inspección de este medio de conducción de la vida, lleva a cabo las pruebas rutinarias para determinar si el ángel está adecuadamente conectado a las vías circulatorias y, a continuación, anuncia que el viajero está debidamente envuelto en el serafín, que las energías están reguladas, que el ángel está aislado de la fricción y que todo está listo para su destellante partida. Dos de los controladores mecánicos ocupan luego sus puestos. Llegado este momento, el serafín de transporte ha adquirido una silueta casi transparente, vibrante, como la forma de un torpedo de refulgente luminosidad. En este momento, el expedidor de transportes del mundo convoca a los grupos auxiliares de transmisores de energía viva, generalmente mil de ellos; al anunciar el destino del transporte, toca el punto más cercano del vehículo seráfico, que sale disparado veloz como relámpago, dejando una estela de luminosidad celestial hasta donde se extiende la capa atmosférica planetaria. En menos de diez minutos, este maravilloso espectáculo se desvanece incluso ante la grandiosa visión de los serafines.
39:5.15 (439.1) Aunque los informes planetarios espaciales se reciben al mediodía en el meridiano de la sede espiritual indicada, los transportadores se envían a medianoche, desde este mismo lugar. Ese es el momento más favorable para partir y es la hora común de hacerlo siempre que no se especifique lo contrario.
39:5.16 (439.2) 6. Los archivistas. Estos son los custodios de los asuntos principales del planeta en su función como parte del sistema y en relación y correspondencia al gobierno del universo. Registran los asuntos planetarios, pero no se ocupan de los asuntos de la vida y la existencia de los seres de forma individual.
39:5.17 (439.3) 7. Las reservas. El colectivo de reserva de serafines planetarios de Satania se mantiene en Jerusem en estrecha relación con las reservas de los hijos materiales. Estas cuantiosas reservas aseguran plenamente la realización de las múltiples facetas de este orden seráfico. Estos ángeles son también los portadores de los mensajes personales provenientes de los sistemas locales. Sirven a los mortales en transición, a los ángeles y a los hijos materiales al igual que a otros seres con domicilio en la sede del sistema. Aunque Urantia está actualmente fuera de las vías circulatorias espirituales de Satania y de Norlatiadec, vosotros sois conocedores directos de los asuntos interplanetarios, puesto que estos mensajeros de Jerusem acuden con frecuencia a este mundo a la vez que a todas las demás esferas del sistema.
6. LOS SERVIDORES DE LAS CRIATURAS EN TRANSICIÓN
39:6.1 (439.4) Como su nombre indica, los serafines que desempeñan este ministerio sirven dondequiera que puedan contribuir a la transición de la criatura desde el estado material al espiritual. Estos ángeles realizan su labor desde los mundos habitados hasta las capitales de los sistemas, pero los que lo hacen actualmente en Satania orientan sus mayores esfuerzos hacia la educación de los mortales supervivientes de los siete mundos de las moradas. Este ministerio varía conforme a las siete clases de tareas a las que están asignados:
39:6.2 (439.5) 1. Los evangelistas seráficos.
39:6.3 (439.6) 2. Los intérpretes de las razas.
39:6.4 (439.7) 3. Los planificadores de la mente.
39:6.5 (439.8) 4. Los asesores morontiales.
39:6.6 (439.9) 5. Los técnicos.
39:6.7 (439.10) 6. Los archivistas-maestros.
39:6.8 (439.11) 7. El colectivo de reserva de los servidores.
39:6.9 (439.12) Aprenderéis más acerca de estos servidores seráficos de los ascendentes en transición cuando se haga el relato de los mundos de las moradas y de la vida morontial.
7. LOS SERAFINES DEL FUTURO
39:7.1 (440.1) Estos ángeles no ejercen su amplio ministerio salvo en los mundos de mayor antigüedad y en los planetas más avanzados de Nebadón. Un gran número de ellos se mantiene en reserva en los mundos seráficos cercanos a Lugar de Salvación, donde desarrollan actividades pertinentes al nacimiento de la era de luz y vida que ha de tener lugar en Nebadón. Estos serafines se ocupan de hecho de la andadura de los mortales ascendentes, pero atienden casi exclusivamente a aquellos mortales que sobreviven siguiendo alguno de los órdenes modificados de ascensión.
39:7.2 (440.2) Puesto que estos ángeles no están directamente relacionados ni con Urantia ni con los urantianos, consideramos preferible poner límite a la descripción de sus fascinantes actividades.
8. EL DESTINO DE LOS SERAFINES
39:8.1 (440.3) Los serafines tienen su origen en los universos locales y, en estos mismos dominios en los que nacieron, algunos alcanzan el servicio futuro al que están destinados. Con la ayuda y el consejo de los arcángeles de mayor rango y experiencia, algunos serafines pueden ascender en su labor y realizar el elevado cometido de las brillantes estrellas vespertinas, mientras que otros consiguen el estatus y ejercen el servicio de los coiguales no revelados de las estrellas vespertinas. Hay también otros trepidantes destinos a su alcance en el universo local, pero Lugar de Serafines constituye siempre la eterna meta de todos los ángeles. Lugar de Serafines significa para ellos llegar al umbral del Paraíso y alcanzar la Deidad; es la esfera que marca la transición entre el ministerio del tiempo y el glorioso servicio de la eternidad.
39:8.2 (440.4) Los serafines pueden alcanzar el Paraíso en numerosas —cientos— de maneras, pero las más importantes son las que se narran a continuación:
39:8.3 (440.5) 1. Obtener la admisión en la morada seráfica del Paraíso a título personal por su perfección de servicio, al haberlo prestado de forma especializada como artesano celestial, asesor técnico o archivista celestial. Convertirse en acompañante del Paraíso y habiendo llegado, por consiguiente, al centro de todas las cosas, convertirse tal vez entonces en eterno servidor y asesor de los órdenes seráficos y al igual que de otros órdenes de seres.
39:8.4 (440.6) 2. Ser convocado a Lugar de Serafines. Bajo ciertas condiciones se emplaza a los serafines a comparecer en las alturas; en otras circunstancias, los ángeles a veces logran el Paraíso en un período de tiempo mucho más corto que los mortales. Pero por muy capacitada que esté la pareja seráfica, no puede dar comienzo a su partida hacia Lugar de Serafines ni hacia ningún otro lugar. Únicamente los guardianes del destino que han tenido éxito tienen la seguridad de continuar hacia el Paraíso, siguiendo el camino de progreso que conlleva el ascenso evolutivo. Todos los demás deben esperar con paciencia la llegada de los mensajeros del Paraíso de los supernafines terciarios que traen la convocatoria emplazándolos a hacer acto de presencia en las alturas.
39:8.5 (440.7) 3. Alcanzar el Paraíso por el método evolutivo de los mortales. En su trayectoria en el tiempo, los serafines pueden optar por la decisión suprema de tomar el puesto de ángel guardián con el fin de completar su andadura final y cualificarse para su destino como servidores seráficos en las esferas eternas. Estos guías personales de los hijos del tiempo se llaman guardianes del destino, lo que significa que guardan a las criaturas mortales en su camino hacia el destino divino y, con ello, establecen su propio elevado destino.
39:8.6 (440.8) Los guardianes del destino se seleccionan de entre los seres personales angélicos más experimentados de todos los órdenes de serafines que se han capacitado para este servicio. Todos los mortales supervivientes destinados a fusionarse con el modelador tienen asignados guardianes temporales y pueden llegar a vincularse a ellos de forma permanente cuando dichos mortales alcanzan el necesario desarrollo intelectual y espiritual. Antes de que los ascendentes mortales dejen los mundos de las moradas, todos tienen sus acompañantes seráficos permanentes. Nos aproximaremos a este grupo de espíritus servidores cuando lleguemos a las narraciones que tratan de Urantia.
39:8.7 (441.1) No les es posible a los ángeles alcanzar a Dios desde el nivel que parten los humanos, porque son creados “algo superiores a vosotros”; pero con sabiduría se ha dispuesto que, aunque no puedan comenzar desde el mismo fondo, desde las modestas tierras espirituales de la existencia mortal, pueden descender hasta aquellos que ciertamente comienzan allí su andadura y guiar a estas criaturas, paso a paso, mundo a mundo, hasta las puertas de Havona. Cuando los mortales ascendentes salen de Uversa para empezar en los círculos de Havona, aquellos guardianes, que habían estado unidos a ellos tras su vida en la carne, se despiden temporalmente de sus acompañantes peregrinos y viajan a Lugar de Serafines, el destino de los ángeles en el gran universo. Estos guardianes intentarán allí, e indudablemente lograrán, alcanzar los siete círculos de la luz seráfica.
39:8.8 (441.2) Aunque no todos, hay muchos de estos serafines designados como guardianes del destino durante la vida material que acompañan a sus allegados mortales a través de los círculos de Havona, y hay algunos otros que pasan por los círculos del universo central de un modo completamente diferente al que siguen los ascendentes mortales. Pero con independencia de la ruta de ascensión que se tome, todos los serafines evolutivos atraviesan Lugar de Serafines, y la mayoría pasa por esa experiencia en lugar de recorrer las vías circulatorias de Havona.
39:8.9 (441.3) Para los ángeles, Lugar de Serafines es la esfera a la que están destinados; si bien, la experiencia que tienen al lograr ese mundo difiere de la de los peregrinos mortales cuando llegan a Lugar de la Ascensión. Los ángeles no están completamente seguros de su futuro eterno hasta que no han llegado a Lugar de Serafines. No se sabe de ningún ángel que haya alcanzado Lugar de Serafines y se haya descarriado; el pecado nunca hallará respuesta en el corazón de un serafín consumado.
39:8.10 (441.4) Los graduados de Lugar de Serafines asumen distintos tipos de misiones: los guardianes del destino con experiencia en los círculos de Havona normalmente entran a formar parte del colectivo de los finalizadores mortales. Otros guardianes, habiendo pasado sus pruebas de separación de Havona, con frecuencia se reencuentran en el Paraíso con sus allegados mortales, y algunos se convierten en los acompañantes sempiternos de los finalizadores mortales, mientras que otros ingresan en los distintos colectivos de finalizadores no mortales y muchos se incorporan al colectivo seráfico de la consumación.
9. EL COLECTIVO SERÁFICO DE LA CONSUMACIÓN
39:9.1 (441.5) Tras conseguir llegar al Padre de los espíritus y ser admitidos en el servicio seráfico de la consumación, a los ángeles, a veces, se les encomienda el ministerio de los mundos que se han asentado en luz y vida. Logran adscribirse a los elevados seres trinitizados de los universos y al glorioso servicio del Paraíso y de Havona. Experiencialmente, estos serafines de los universos locales han compensado la diferencia de potencial divino que anteriormente les separaba de los espíritus servidores del universo central y de los suprauniversos. Los ángeles del colectivo seráfico de la consumación sirven como colaboradores de los seconafines del suprauniverso y como asistentes de los altos órdenes de supernafines del Paraíso-Havona. Para estos ángeles, la andadura del tiempo ha terminado; de ahí en adelante, y para siempre, son los siervos de Dios, los consortes de los seres personales divinos y los compañeros de los finalizadores del Paraíso.
39:9.2 (441.6) Un gran número de serafines consumados regresa a sus universos nativos para complementar el ministerio de dotación divina con el de perfección experiencial. Nebadón es, en términos comparativos, uno de los universos más jóvenes y, por lo tanto, no tiene tantos graduados retornados de Lugar de Serafines como sucede en otros universos de mayor antigüedad; no obstante, nuestro universo local dispone de un apropiado número de serafines consumados y es, en efecto, significativo que los dominios evolutivos muestren una creciente necesidad de esta asistencia a medida que se van aproximando a la condición de luz y vida. Actualmente, estos serafines sirven más ampliamente al lado de los órdenes supremos de serafines, pero algunos lo hacen al lado de cada uno de los demás órdenes angélicos. Hasta vuestro mundo disfruta del amplio ministerio de doce grupos especializados de dicho colectivo seráfico de la consumación; estos serafines mayores que atienden la supervisión planetaria acompañan a cada uno de los príncipes planetarios destinado a los mundos habitados.
39:9.3 (442.1) A los serafines consumados se les abren muchas fascinantes vías de acción, pero al igual que todos ellos anhelaban ser designados como guardianes del destino en los días anteriores a su consecución del Paraíso, en su experiencia posterior a dicho logro, desean fervientemente servir como acompañantes, en sus misiones de gracia, a los Hijos encarnados del Paraíso. Siguen estando dedicados supremamente a ese plan universal de poner en marcha a las criaturas mortales de los mundos evolutivos en el largo y tentador viaje hacia el Paraíso, meta divina y eterna. A lo largo de toda la aventura de los mortales por encontrar a Dios y alcanzar la perfección divina, estos servidores espirituales consumados, junto con los fieles espíritus servidores del tiempo, son y serán para siempre, unos auténticos amigos, cuya ayuda nunca os faltará.
39:9.4 (442.2) [Exposición de un melquisedec que actúa a instancias del jefe de las multitudes seráficas de Nebadón.]
Escrito 40
Los Hijos ascendentes de Dios
40:0.1 (443.1) Como en el caso de muchos de los principales grupos de seres del universo, se han revelado siete clases generales de Hijos ascendentes de Dios:
40:0.2 (443.2) 1. Los mortales fusionados con el Padre.
40:0.3 (443.3) 2. Los mortales fusionados con el Hijo.
40:0.4 (443.4) 3. Los mortales fusionados con el Espíritu.
40:0.5 (443.5) 4. Los serafines evolutivos.
40:0.6 (443.6) 5. Los hijos materiales ascendentes.
40:0.7 (443.7) 6. Los seres intermedios trasladados.
40:0.8 (443.8) 7. Los modeladores personificados.
40:0.9 (443.9) La historia de estos seres, que abarca desde los humildes mortales de origen animal de los mundos evolutivos hasta los modeladores personificados procedentes del Padre Universal, narra el relato glorioso de la dádiva de inagotable amor divino y de misericordiosa condescendencia durante todos los tiempos y en todos los universos de la inmensa creación de las Deidades del Paraíso.
40:0.10 (443.10) Estos escritos comenzaron con la descripción de las Deidades y, grupo tras grupo, la narración ha descendido la escala universal de seres vivos hasta llegar al orden más modesto de vida potencialmente inmortal; ahora se me ha enviado desde Lugar de Salvación —habiendo previamente sido un mortal originario de un mundo evolutivo del espacio— para elaborar y continuar el relato del propósito eterno de los Dioses, en lo que concierne a los órdenes ascendentes de filiación, más particularmente con respecto a las criaturas mortales del tiempo y del espacio.
40:0.11 (443.11) Puesto que la mayor parte de esta narrativa se dedicará al examen de los tres órdenes fundamentales de mortales ascendentes, daremos consideración, en primer lugar, a los órdenes ascendentes de filiación no mortales, esto es, al orden seráfico, al adánico, al de los seres intermedios y al de los modeladores.
1. LOS SERAFINES EVOLUTIVOS
40:1.1 (443.5) Las criaturas mortales de origen animal no son los únicos seres que gozan del privilegio de la filiación; las multitudes angélicas también comparten esa oportunidad suprema de conseguir el Paraíso. Los serafines guardianes, a través de su experiencia y del servicio que realizan para los mortales ascendentes del tiempo, logran igualmente el estatus de filiación como ascendentes. Estos ángeles alcanzan el Paraíso a través de Lugar de Serafines y, muchos de ellos, entran incluso a formar parte del colectivo de finalizadores mortales.
40:1.2 (443.6) Llegar a las excelsas alturas de la filiación con Dios como finalizador es un consumado logro para un ángel, un éxito que trasciende en mucho vuestro propio logro de la supervivencia eterna mediante el plan del Hijo Eterno y la ayuda, siempre presente, del modelador interior; pero, de hecho, los serafines guardianes, y ocasionalmente otros, consiguen llevar a efecto tal ascensión.
2. HIJOS MATERIALES ASCENDENTES
40:2.1 (444.1) Los hijos materiales de Dios se crean en el universo local junto con los melquisedecs y sus colaboradores, todos los cuales se agrupan dentro de los Hijos descendentes. Y, en efecto, los adanes planetarios —los hijos e hijas materiales de los mundos evolutivos— son Hijos que descienden a los mundos habitados desde sus esferas de origen, o sea, desde las capitales de los sistemas locales.
40:2.2 (444.2) Cuando un adán y una eva concluyen su misión planetaria conjunta como mejoradores biológicos con total éxito, llegan a compartir el destino de los habitantes del mundo al que acudieron. Cuando dicho mundo se establece en las etapas avanzadas de luz y vida, se permite a estos fieles hijos e hijas materiales renunciar a todos sus deberes en la administración del planeta, y, una vez liberados de su labor como Hijos descendentes, se les permite inscribirse en los registros del universo local como hijos materiales perfeccionados. Del mismo modo, cuando se demora durante mucho tiempo su destino planetario, los hijos materiales de estatus estacionario —los ciudadanos de los sistemas locales— pueden retirarse de la actividad que realizan en las esferas a las que pertenecen por dicho estatus e, igualmente, inscribirse como hijos materiales perfeccionados. Tras dichos trámites, a estos adanes y evas liberados se les reconoce como Hijos ascendentes de Dios y pueden iniciar de inmediato su largo viaje a Havona y al Paraíso, comenzando en el punto exacto de su actual estatus y con los logros espirituales conseguidos hasta ese momento. Hacen este viaje en compañía de los hijos mortales y de otros Hijos ascendentes, continuando hasta haber hallado a Dios y haber alcanzado el colectivo de finalizadores mortales que eternamente sirve a las Deidades del Paraíso.
3. SERES INTERMEDIOS TRASLADADOS
40:3.1 (444.3) Aunque estén privados de los beneficios inmediatos de las misiones de gracia planetarias de los Hijos descendentes de Dios, aunque el ascenso al Paraíso se demore durante mucho tiempo, poco después de que un planeta evolutivo haya alcanzado las épocas intermedias de luz y vida (si no antes), a los dos grupos de criaturas intermedias se les libera de sus deberes planetarios. A veces, a la mayoría de ellos se les traslada, junto con sus allegados humanos, el día del descenso del templo de luz y elevación del príncipe planetario a la dignidad de soberano del planeta. Una vez que se les exime de su servicio en el planeta, ambos órdenes quedan inscritos en los registros del universo local como Hijos ascendentes de Dios y, de inmediato, comienzan su largo ascenso al Paraíso por las mismas rutas dispuestas para el progreso de las razas mortales de los mundos materiales. El grupo primario está destinado a distintos colectivos de finalizadores, pero, al grupo secundario, o seres intermedios adánicos, se les encauza hacia su participación en el colectivo de los finalizadores mortales.
4. LOS MODELADORES PERSONIFICADOS
40:4.1 (444.4) Cuando los mortales del tiempo no logran la supervivencia eterna de sus almas en colaboración, en el planeta, con los dones espirituales del Padre Universal, dicho malogro no se debe en absoluto al incumplimiento, de parte del modelador, de sus obligaciones, ministerio, servicio o dedicación. En el momento de la muerte del mortal, estos mentores solitarios regresan a Lugar de la Divinidad y, posteriormente, tras haber sido juzgado este ser y no haber sobrevivido, a dichos mentores se les puede reasignar a los mundos del tiempo y del espacio. A veces, después de reiterados servicios de este tipo o consiguiente a alguna experiencia excepcional, como, por ejemplo, la de obrar como modelador interior de un Hijo de gracia encarnado, el Padre Universal otorga a estos eficientes modeladores el ser personal.
40:4.2 (445.1) Los modeladores personificados son seres de un orden singular e incognoscible. Originariamente, eran de estatus prepersonal existencial, pero se convierten en seres experienciales al ser partícipes de la vida y la andadura de los humildes mortales de los mundos materiales. Y, puesto que el ser personal que se otorga a estos experimentados modeladores del pensamiento se origina, y tiene su fuente, en el ministerio personal y continuado del Padre Universal, dador del ser personal experiencial a las criaturas de su creación, estos modeladores personificados entran a formar parte de los Hijos ascendentes de Dios, el de mayor prestancia de todos los otros órdenes de filiación.
5. LOS MORTALES DEL TIEMPO Y DEL ESPACIO
40:5.1 (445.2) Los mortales conforman el último eslabón en la cadena de los seres llamados “hijos de Dios”. La impronta personal del Hijo Primigenio y Eterno se transmite mediante una sucesión de manifestaciones personales, cada vez menos divinas y cada vez más humanas, hasta llegar a un ser con gran parecido a vosotros, a un ser al que podéis ver, oír y tocar. Entonces se os hace espiritualmente conscientes de la gran verdad que vuestra fe puede alcanzar: ¡la filiación con el Dios eterno!
40:5.2 (445.3) Del mismo modo, el Espíritu Primigenio e Infinito, mediante una larga sucesión de órdenes de seres cada vez menos divinos y cada vez más humanos, se acerca más y más a las tenaces criaturas de los mundos hasta alcanzar el límite de su expresión en los ángeles —respecto a los cuales fuisteis creados algo menores— que personalmente os guardan y guían en vuestro viaje en la vida, en vuestra andadura como mortales del tiempo.
40:5.3 (445.4) Dios Padre no desciende, no puede descender así para establecer este contacto personal tan cercano con el número casi ilimitado de criaturas ascendentes del universo de los universos. Pero el Padre no se priva a sí mismo de este contacto personal con sus humildes criaturas y vosotros no estáis carentes de su presencia divina. Aunque Dios Padre no puede estar con vosotros a través de la manifestación directa de su ser personal, él sí está en vosotros y es parte de vosotros en la identidad de los modeladores interiores del pensamiento, los mentores divinos. De este modo, el Padre, siendo quien más alejado está de vosotros en cuanto a su persona y a su espíritu, es quién más se aproxima a vosotros en la vía circulatoria del ser personal y en el contacto espiritual de su comunión interna con las mismas almas de sus hijos e hijas mortales.
40:5.4 (445.5) La identificación con el espíritu constituye la clave de la supraexperiencia personal y es determinante para lograr la meta última: la ascensión espiritual. Y como los modeladores del pensamiento son los únicos espíritus potencialmente factibles de fusionarse e identificarse con el hombre durante su vida en la carne, los mortales del tiempo y del espacio se clasifican principalmente conforme a su relación con estos dones divinos, los mentores misteriosos interiores, de la siguiente manera:
40:5.5 (445.6) 1. Mortales en quienes el modelador reside de forma transitoria o experiencial.
40:5.6 (445.7) 2. Tipos de mortales que no se fusionan con el modelador.
40:5.7 (445.8) 3. Mortales con potencial para fusionarse con el modelador.
40:5.8 (445.9) Primer grupo: mortales en quienes el modelador reside de forma transitoria o experiencial. La denominación de este grupo es temporal en cualquier planeta en evolución; se usa durante las etapas primitivas de todos los mundos habitados, exceptuando aquellos relativos al segundo grupo.
40:5.9 (445.10) Los mortales del grupo primero habitan los mundos del espacio durante las épocas más tempranas de la evolución de la humanidad e incluyen los tipos más primitivos de mentes humanas. En muchos mundos, como Urantia en la época preadánica, hay un gran número de seres primitivos de orden superior y de mayor avance que adquieren capacidad de supervivencia, pero que no consiguen fusionarse con el modelador. Durante eras tras eras, antes de que el hombre pueda ascender a un nivel superior de volición espiritual, los modeladores ocupan la mente de estas esforzadas criaturas durante sus cortas vidas en la carne y, en el momento en el que los modeladores moran en ellas, entran en acción los ángeles guardianes de grupos. Aunque estos mortales no cuenten con guardianes personales, sí tienen custodios grupales.
40:5.10 (446.1) El modelador experiencial permanece con el ser humano primitivo a lo largo de toda su vida en la carne. Los modeladores colaboran sobremanera al avance del hombre primitivo, pero son incapaces de formar uniones eternas con estos mortales. Este ministerio transitorio sirve dos propósitos: primero, los modeladores adquieren una experiencia valiosa y real de la naturaleza y el funcionamiento del intelecto evolutivo, experiencia que resultará inestimable para sus futuros contactos en otros mundos con seres más evolucionados; segundo, la estancia temporal de los modeladores contribuye, significativamente, a la preparación de sus tutorados mortales para su posible y posterior fusión con el Espíritu. Todas las almas buscadoras de Dios de este tipo logran la vida eterna mediante el acogimiento espiritual del espíritu materno del universo local, convirtiéndose así en mortales ascendentes pertenecientes al régimen del universo local. Muchas personas de la Urantia preadánica avanzaron de este modo a los mundos de las moradas de Satania.
40:5.11 (446.1) Los Dioses, que dispusieron que el hombre mortal se elevase hasta niveles superiores de inteligencia espiritual durante prolongadas eras de pruebas y tribulaciones evolutivas, toman nota de su estatus y necesidades en cada etapa de su ascenso, y siempre se muestran divinamente justos y ecuánimes, además de espléndidamente misericordiosos, en el juicio final de estos tenaces mortales que vivieron en esos tempranos días de las razas evolutivas.
40:5.12 (446.2) Segundo grupo: mortales que no se fusionan con el modelador. Se trata de clases de seres humanos de carácter especial que no pueden llevar a efecto la unión eterna con sus modeladores interiores. El hecho de que estén agrupados junto con las razas de uno, dos y tres cerebros no constituye un factor determinante en la fusión con el modelador; todos estos mortales son semejantes, pero este tipo de ser que no se fusiona con el modelador constituye un orden completamente diferente y notablemente modificado de criatura volitiva. Muchos de los seres no respiradores pertenecen a este grupo; también existen otros muchos grupos que no suelen fusionarse con los modeladores.
40:5.13 (446.3) Al igual que el primer grupo, cada uno de los miembros de este grupo disfruta del ministerio del modelador durante su vida en la carne. Durante la vida temporal, estos modeladores hacen por sus tutorados, en los que moran temporalmente, todo lo que se hace en los otros mundos donde los mortales tienen ese potencial de fusión con el modelador. Los mortales de este segundo grupo están frecuentemente habitados por modeladores vírgenes, aunque aquellos tipos humanos de orden superior están a menudo vinculados a mentores hábiles y experimentados.
40:5.14 (446.4) En el plan de ascensión diseñado para el mejoramiento de las criaturas de origen animal, estos seres disfrutan del mismo dedicado servicio de los Hijos de Dios que se hace extensivo al tipo de mortales de Urantia. En los planetas en los que no se da la fusión, la cooperación seráfica con los modeladores está tan plenamente asegurada como en los mundos que tienen esta posibilidad; los guardianes del destino sirven en estas esferas tal como lo hacen en Urantia y obran de forma similar en el momento de la supervivencia del mortal, en el que el alma superviviente se fusiona con el Espíritu.
40:5.15 (446.5) Cuando encontréis a estos tipos de mortales modificados en los mundos de las moradas, no tendréis dificultad alguna para comunicaros con ellos. Allí estos hablan el mismo idioma del sistema, pero usando un método alternativo. Estos seres son idénticos a vuestro orden de criatura en sus manifestaciones espirituales y personales; tan solo difieren en ciertas características físicas y en el hecho de que no pueden fusionarse con los modeladores del pensamiento.
40:5.16 (447.1) Me siento incapaz de explicar la razón por la que este tipo de criatura está impedido de fusionarse con los modeladores del Padre Universal. Algunos de nosotros nos inclinamos a creer que los portadores de vida, en su empeño por desarrollar seres capaces de mantener su existencia en un medio ambiente planetario poco común, han de afrontar la necesidad de hacer modificaciones tan radicales en el plan universal diseñado para las criaturas volitivas inteligentes, que resulta intrínsecamente imposible lograr su unión permanente con los modeladores. Con frecuencia nos preguntamos: ¿Es esto algo deliberado dentro del plan de ascensión o simplemente involuntario? Pero no hemos podido hallar respuesta.
40:5.17 (447.2) Tercer grupo: mortales con potencial para fusionarse con el modelador. Todos los mortales que se fusionan con el Padre tienen un origen animal, al igual que las razas de Urantia. En este grupo se incluyen a tipos de mortales de uno, dos y tres cerebros, factibles potencialmente de fusionarse con el modelador. Los habitantes de Urantia pertenecen al tipo intermedio o de dos cerebros y son, en muchos sentidos, humanamente superiores a los grupos que tienen un cerebro, aunque inequívocamente limitados respecto a los de tres cerebros. El hecho de la dotación de estos tres tipos de cerebros físicos no es un factor determinante en la concesión del modelador, del servicio seráfico ni de ningún otro aspecto del ministerio espiritual. La diferencia espiritual e intelectual entre ellos hace distinguirse a seres que, por otra parte, son bastante semejantes en cuanto a su dotación mental y potencialidad espiritual, diferencia que resulta mayor en la vida temporal, pero que tiende a disminuir en los mundos de las moradas a medida que se recorren uno tras otro. Desde la sede del sistema en adelante, la progresión de estos tres tipos de mortales es la misma y su destino final idéntico: el Paraíso.
40:5.18 (447.3) Grupos sin numerar. No es posible dar cabida en estas narrativas a todas las fascinantes variantes que se dan en los mundos evolutivos. Vosotros sabéis que cada décimo mundo es un planeta decimal o experimental, pero desconocéis las otras variables que marcan la procesión de las esferas evolutivas. Existen diferencias demasiado numerosas para ser narradas tanto incluso entre los mismos órdenes de criaturas revelados como entre los planetas pertenecientes a un mismo grupo, pero en este escrito se señalan las diferencias esenciales en lo que se refiere a la andadura ascendente de las criaturas. Y esta andadura ascendente constituye el factor de mayor importancia en cualquier consideración que aluda a los mortales del tiempo y del espacio.
40:5.19 (447.4) En cuanto a las oportunidades de supervivencia que se abren a los mortales, dejemos claro para siempre: todas las almas, en cualquier etapa de la existencia mortal en la que se encuentren, sobrevivirán, siempre y cuando manifiesten su buena voluntad de cooperar con sus modeladores interiores y muestren su deseo de encontrar a Dios y alcanzar la perfección divina, incluso cuando estos deseos no sean más que los primeros tenues destellos, como se desprende de estas simples palabras: “luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo”.
6. LOS HIJOS DE DIOS POR LA FE
40:6.1 (447.5) Las razas mortales representan el orden más modesto de la creación inteligente y personal. A vosotros, los mortales, se os ama de modo divino, y cada uno de vosotros puede optar por aceptar la experiencia gloriosa que, con toda certeza, os depara el destino, pero, por naturaleza, todavía no sois de orden divino; sois totalmente mortales. Se os considerará como hijos ascendentes en el instante en el que tenga lugar vuestra fusión, pero hasta ese momento en el que el alma del mortal que sobrevive se une finalmente con algún espíritu eterno e inmortal, el estatus de los mortales del tiempo y del espacio es la de hijos de la fe.
40:6.2 (448.1) Constituye un hecho solemne y sublime que criaturas tan humildes y materiales como los seres humanos de Urantia sean hijos de Dios, hijos del Altísimo por la fe. “Mirad, ¡cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios!”. “A todos los que lo recibieron les dio potestad de hacerse hijos de Dios”. Aunque “aún no se ha manifestado lo serás”, incluso ahora “sois hijos de Dios por la fe”; “pues no habéis recibido el espíritu de esclavos para recaer en el temor, sino que habéis recibido el espíritu de la filiación, que os hace exclamar ‘Padre nuestro’”. Dijo el profeta de la antigüedad en nombre del Dios eterno: “Yo les daré lugar en mi casa, y un nombre mejor que el de hijos; yo les daré un nombre perpetuo, que nunca perecerá”. “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el espíritu de su Hijo”.
40:6.3 (448.2) Todos los mundos evolutivos habitados por mortales dan cabida a estos hijos de Dios por la fe, hijos de la gracia y de la misericordia, seres humanos que pertenecen a la familia divina y que son por ello llamados “hijos de Dios”. Los mortales de Urantia tienen derecho a considerarse a sí mismos como los hijos de Dios porque:
40:6.4 (448.3) 1. Sois hijos de la promesa espiritual, hijos de la fe; habéis aceptado vuestro estatus de filiación. Creéis en la realidad de esa filiación y vuestra filiación con Dios se vuelve así eternamente real.
40:6.5 (448.4) 2. Un hijo creador de Dios se ha hecho uno de vosotros; él es realmente vuestro hermano mayor; y si en espíritu os volvéis hermanos verdaderos de Cristo, del victorioso Miguel, entonces, en espíritu, también debéis ser hijos de ese Padre que tenéis en común —ciertamente el Padre Universal de todos—.
40:6.6 (448.5) 3. Sois hijos porque el espíritu de uno de los Hijos de Dios se ha derramado sobre vosotros, se ha dado completamente y sin restricción a todas las razas de Urantia. Este espíritu por siempre os atrae hacia el Hijo divino, que es su fuente, y hacia el Padre del Paraíso, que es la fuente de ese Hijo divino.
40:6.7 (448.6) 4. En el ejercicio de su divina libre voluntad, el Padre Universal os ha dado vuestro ser personal creatural. Se os ha dotado de un cierto grado de esa libre voluntad de acción, espontánea y divina, que Dios comparte con todos aquellos que se convierten en sus hijos.
40:6.8 (448.7) 5. Dentro de vosotros mora una fracción del Padre Universal, y estáis por ello directamente emparentados con el Padre divino de todos los Hijos de Dios.
7. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL PADRE
40:7.1 (448.8) El envío de los modeladores, su morada en el ser humano, es verdaderamente uno de los inescrutables misterios de Dios Padre. Estas fracciones de la naturaleza divina del Padre Universal llevan consigo el potencial de la inmortalidad de las criaturas. Los modeladores son espíritus inmortales y la unión con ellos confiere vida eterna al alma del mortal que ha experimentado esa fusión.
40:7.2 (448.9) Vuestras propias razas de mortales supervivientes pertenecen a este grupo de hijos ascendentes de Dios. Ahora sois hijos planetarios, criaturas evolutivas derivadas de las implantaciones de los portadores de vida y modificadas por la infusión de la vida adánica; apenas sois todavía hijos ascendentes, pero sois realmente hijos con potencial de ascensión —incluso hasta las más elevadas alturas de la gloria y de la consecución de la divinidad— y podéis alcanzar este estatus espiritual de filiación mediante la fe y mediante vuestra voluntariosa cooperación con la acción espiritualizadora del modelador interior. Cuando vosotros y vuestro modelador os fusionéis finalmente y para siempre, cuando los dos seáis uno solo, al igual que en Cristo Miguel el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre lo son, entonces os habréis verdaderamente convertidos en hijos ascendentes de Dios.
40:7.3 (449.1) No forma parte de mi cometido ofrecer detalles sobre la andadura del modelador interior respecto a su ministerio en un planeta de prueba y evolutivo; el desarrollo de esta gran verdad abarca toda vuestra andadura propia. Hago mención de ciertas tareas de los modeladores con el fin de haceros una exposición completa de los mortales fusionados con el modelador. Estas fracciones interiores que proceden de Dios están con vuestro orden de seres desde los primeros días de vuestra existencia física, os acompañan en vuestro camino ascendente a Nebadón y Orvontón y, atravesando Havona, continúan con vosotros hasta el mismo Paraíso. A partir de ahí, en la aventura eterna, este mismo modelador se hará, y formará, uno solo con vosotros.
40:7.4 (449.2) Estos son los mortales a quienes el Padre Universal ordenó: “Sed vosotros perfectos, como yo soy perfecto”. El Padre se ha dado a sí mismo de gracia, ha puesto su propio espíritu en vosotros; por ello, requiere de vosotros suma perfección. No es el objeto de mi misión narrar el fascinante relato del ascenso de los mortales desde sus esferas del tiempo hasta las regiones divinas de la eternidad; es el hombre mortal quien debe abordar el análisis supremo de esta aventura sublime.
40:7.5 (449.3) Fusionarse con el modelador, con una fracción del Padre Universal, equivale a la confirmación divina de que se llegará a alcanzar el Paraíso, y todos los mortales que así lo hacen constituyen la única clase de seres humanos que recorrerá las vías circulatorias de Havona y encontrará a Dios en el Paraíso. Para los mortales fusionados con el modelador se abre un amplio camino de servicio universal. ¡Qué destino de tanta dignidad y tan gloriosa conquista aguarda a cada uno de vosotros! ¿Os dais verdadera cuenta de todo lo que se ha hecho por vosotros? ¿Comprendéis la grandeza y las alturas de esa meta eterna que se extiende ante vosotros? ¿Lo percibís vosotros que ahora camináis penosamente por los humildes senderos de la vida de ese llamado “valle de lágrimas”?
8. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL HIJO
40:8.1 (449.4) Aunque prácticamente todos los mortales supervivientes se fusionan con su modelador en uno de los mundos de las moradas o nada más llegar a las esferas morontiales superiores, existen ciertos casos en los que la fusión se demora; se trata de algunos seres que no experimentan esta certeza irrefutable de lograr la supervivencia hasta que alcanzan los últimos mundos educativos de la sede del universo; y algunos de esos mortales que aspiran a una vida sin fin fracasan rotundamente y no logran la fusión de su identidad con sus fieles modeladores.
40:8.2 (449.5) Los poderes judiciales consideran a tales mortales merecedores de la supervivencia, e incluso sus modeladores, al regresar a Lugar de la Divinidad, dan su conformidad a su ascensión a los mundos de las moradas. Estos seres han ascendido a través del sistema, de la constelación y de los mundos educativos de la vía circulatoria de Lugar de Salvación, y han disfrutado de las “setenta veces siete” oportunidades para lograr su fusión, pero, aun así, se han mostrado incapaces de conseguir unicidad con sus modeladores.
40:8.3 (449.6) Cuando resulta evidente que existe algún problema de sincronía que impide la fusión con el Padre, se convoca a los árbitros del hijo creador de las causas de supervivencia. Y, cuando este tribunal de instrucción, autorizado por un representante personal de los ancianos de días, resuelve por último que el mortal ascendente no es culpable de causa alguna reconocible que pudiera interferir en su fusión, lo certifica así en los registros del universo local y trasmite debidamente sus conclusiones a los ancianos de días. Acto seguido, el modelador interior retorna de inmediato a Lugar de la Divinidad para recibir la confirmación de parte de los mentores personificados y, tras esta despedida, el mortal morontial se fusiona de inmediato con un don individualizado del espíritu del hijo creador.
40:8.4 (450.1) De la misma manera que las esferas morontiales se comparten con los mortales fusionados con el Espíritu, las criaturas fusionadas con el Hijo comparten el servicio que se desempeña en Orvontón con sus hermanos fusionados con el modelador, los cuales viajan hacia el interior, hacia la remota Isla del Paraíso. Son en verdad vuestros hermanos, y tendréis el gran placer de su compañía cuando paséis por los mundos de formación del suprauniverso.
40:8.5 (450.2) Los mortales fusionados con el Hijo no son un grupo numeroso; hay menos de un millón de ellos en el suprauniverso de Orvontón. Si dejamos al margen el hecho de la residencia en el Paraíso, son, a todos los efectos, iguales a sus compañeros fusionados con el modelador. Viajan con frecuencia al Paraíso en misiones relacionadas con el suprauniverso, pero es raro que residan allí de forma permanente al estar, como clase, limitados al suprauniverso en el que nacieron.
9. LOS MORTALES FUSIONADOS CON EL ESPÍRITU
40:9.1 (450.3) Los mortales ascendentes fusionados con el Espíritu no son seres personales de la Tercera Fuente; se les incluye en la vía circulatoria del ser personal del Padre, aunque se han fusionado con individualizaciones del espíritu premente de la Tercera Fuente y Centro. La fusión con el Espíritu nunca sucede durante el transcurso de la vida física, sino que tiene lugar solamente en el momento en el que el mortal despierta a la existencia morontial en los mundos de las moradas. En el acontecimiento de la fusión no hay superposición; la criatura de voluntad se fusiona con el Espíritu, con el Hijo o con el Padre. Aquellos que se fusionan con el modelador, esto es, con el Padre, no lo hacen ni con el Espíritu ni con el Hijo.
40:9.2 (450.4) El hecho de que estas criaturas mortales no puedan aspirar a fusionarse con el modelador no impide que este habite en ellos durante sus vidas en la carne. Los modeladores verdaderamente obran en sus mentes durante el transcurso de sus vidas materiales pero no se vuelven eternamente uno con las almas de sus pupilos. Durante esta estancia de carácter temporal, los modeladores crean el mismo equivalente espiritual de la naturaleza mortal —el alma— que crean en aquellos aspirantes a fusionarse con el modelador. Hasta el momento de la muerte de estos, la labor de los modeladores es en todo semejante a la que realizan en vuestras propias razas, si bien, tras la disolución material, los modeladores se despiden eternamente de estos seres que sí pueden optar a fusionarse con el Espíritu y, dirigiéndose directamente a Lugar de la Divinidad, la sede de todos los mentores divinos, aguardan allí los nuevos destinos pertinentes a su orden.
40:9.3 (450.5) Cuando estos supervivientes dormidos retoman su ser personal en los mundos de las moradas, el lugar de los modeladores que han partido lo ocupa una individualización del espíritu de la benefactora divina, la representante del Espíritu Infinito en el universo local correspondiente. Esta infusión del espíritu hace, a estas criaturas, supervivientes mortales fusionados con el Espíritu. Dichos seres son, en todos los aspectos, vuestros iguales en mente y espíritu; y son, de hecho, contemporáneos vuestros, al compartir las esferas de morada y las morontiales con vuestro orden de seres aspirantes a fusionarse con el modelador y con aquellos que se fusionarán con el Hijo.
40:9.4 (450.6) Hay, sin embargo, un aspecto en el que los mortales fusionados con el Espíritu difieren de sus hermanos ascendentes: la memoria que estos últimos poseen de sus vivencias humanas, en sus mundos materiales de origen, sobrevive a la muerte en la carne porque el modelador interior ha adquirido un equivalente espiritual, o transcripción, de aquellos acontecimientos de la vida humana espiritualmente significativos. Si bien, los mortales fusionados con el Espíritu no tienen la posibilidad de que su memoria humana pueda perdurar. El modelador realiza una transcripción íntegra y fidedigna de la memoria, que llega a formar parte de sus propias vivencias y, por ello, al partir, ya no se encuentran disponibles para las criaturas en las que habitaron previamente; así pues, estas criaturas despiertan a la resurrección en las esferas morontiales de Nebadón como si fueran seres recién creados, sin conciencia de una existencia anterior.
40:9.5 (451.1) A estos hijos del universo local se les permite recobrar una gran parte de su memoria humana anterior haciendo que los serafines y los querubines se la relaten y consultando los archivos relativos a su andadura terrenal fichados por los ángeles archivistas. Pueden hacer esto con todas las garantías, porque el alma que sobrevive, que se origina experiencialmente durante la vida material y mortal, aunque no tenga memoria de los acontecimientos por los que los mortales han pasado, sí posee capacidad de reaccionar ante el reconocimiento vivencial de los vestigios de esos sucesos no recordados de sus experiencias previas.
40:9.6 (451.2) Efectivamente, cuando a un mortal fusionado con el Espíritu se le hace el relato de esos sucesos de sus experiencias anteriores no recordadas, se produce, de inmediato, en el alma (identidad) de dicho superviviente, tal reacción al reconocer estas vivencias que, instantáneamente, imprime al suceso narrado un matiz emocional de la realidad y una calidad intelectual factual, y esta doble respuesta constituye la reconstrucción, el reconocimiento y la validación de la faceta no recordada de su experiencia como mortal.
40:9.7 (451.3) Incluso para los aspirantes a fusionarse con el modelador, solo aquellas experiencias humanas que tuvieron valor espiritual son un bien común del mortal superviviente y del modelador retornado, de ahí que se recuerden inmediatamente tras sobrevivir a la muerte. En cuanto a aquellos sucesos que no tuvieron tal significación espiritual, hasta estos mismos aspirantes deben depender de los atributos de reacción-reconocimiento del alma que sobrevive. Y, puesto que cualquier suceso puede tener una connotación espiritual para algún mortal pero puede no tenerlo para otro, se posibilita a grupos de seres humanos contemporáneos y del mismo planeta compartir su bagaje de los sucesos recordados por el modelador y reconstruir, de este modo, cualquier experiencia que tuvieran en común y que fuese de algún valor espiritual en la vida de cualquiera de ellos.
40:9.8 (451.4) Aunque entendemos bastante bien ese método de reconstrucción de la memoria, no comprendemos el modo de reconocimiento que se establece entre los seres personales. Los seres personales que alguna vez estuvieron relacionados responden mutuamente con total independencia del funcionamiento de la memoria, aunque la memoria misma y su método de reconstrucción sean necesarios para dotar a esta respuesta mutua de los seres personales de un pleno reconocimiento.
40:9.9 (451.5) Un superviviente que se ha fusionado con el Espíritu puede también aprender mucho sobre la vida que vivió en la carne en caso de que, con posterioridad a la dispensación planetaria que le correspondió vivir, retorna al mundo en el que nació. Estos hijos pueden aprovechar esta oportunidad para hacer indagaciones sobre su andadura humana ya que están generalmente limitados a prestar sus servicios en el universo local. No participan de vuestro sublime destino en el colectivo final del Paraíso; solo los mortales fusionados con el modelador o algunos otros seres ascendentes acogidos de alguna manera especial entran a formar parte de aquellos que aguardan la eterna aventura de la Deidad. Los mortales fusionados con el Espíritu son ciudadanos permanentes de los universos locales; pueden aspirar a tener el Paraíso como destino, pero no pueden tener la seguridad de lograrlo. Dentro de Nebadón, tienen su hogar en el octavo grupo de mundos que circundan Lugar de Salvación, un destino-cielo cuya naturaleza y situación son muy parecidas al que se describen en las tradiciones planetarias de Urantia.
10. EL DESTINO DE LOS ASCENDENTES
40:10.1 (452.1) El ámbito de acción de los mortales fusionados con el Espíritu está, en términos generales, delimitado al universo local; el de los supervivientes fusionados con el Hijo lo está al suprauniverso; los mortales fusionados con un modelador están destinados a penetrar el universo de los universos. Los espíritus que se fusionan con los mortales siempre ascienden a su nivel de origen; estas entidades espirituales infaliblemente retornan a la esfera de su fuente primordial.
40:10.2 (452.2) Los mortales fusionados con el Espíritu pertenecen al universo local; por lo común, no ascienden más allá de los confines de su universo nativo, más allá del acotamiento espacial propio del espíritu del que están infundidos. Asimismo, los seres ascendentes fusionados con el Hijo se elevan hacia la fuente de su dote espiritual, porque al igual que el espíritu de la verdad de un hijo creador converge en su colaboradora, la benefactora divina, así su “espíritu de fusión” se lleva a cabo por medio de los espíritus reflectores de los universos superiores. Esta relación espiritual entre los niveles locales y los niveles del suprauniverso del Dios Séptuplo puede ser difícil de explicar pero no de percibir, porque se revela inequívocamente en aquellos hijos de los espíritus reflectores —las voces secoráficas de los hijos creadores—. El modelador del pensamiento, que proviene del Padre del Paraíso, no se detiene jamás hasta que el hijo mortal está ante el Dios eterno.
40:10.3 (452.3) La misteriosa variable existente en el método de mutua vinculación por el que un ser mortal no logra o no puede fusionarse eternamente con el modelador del pensamiento interior parece ser resultado de algún defecto en el esquema diseñado para la ascensión; en apariencia, la fusión con el Hijo y con el Espíritu parecería deberse a la compensación de fallos inexplicados en algún aspecto específico del plan destinado a la consecución del Paraíso; pero todas estas conclusiones son erróneas; se nos enseña que todos estos acontecimientos se producen en obediencia a las leyes establecidas por los gobernantes supremos del universo.
40:10.4 (452.4) Hemos analizado esta cuestión y hemos llegado a la inequívoca conclusión de que enviar a todos los mortales a su destino último en el Paraíso sería injusto para los universos espacio temporales, puesto que la administración de los hijos creadores y de los ancianos de días dependería totalmente del servicio de aquellos que estuvieran en tránsito hacia dominios espaciales superiores. Parece muy conveniente que cada uno de los gobiernos de los universos locales y de los suprauniversos disponga de un grupo estable de ciudadanos ascendentes; que el funcionamiento de sus administraciones se enriquezca con la labor de ciertos grupos de mortales glorificados de estatus permanente, complementarios evolutivos de los abandontes y de los susatias. Es muy evidente que el plan actual de ascensión efectivamente facilita que las administraciones del tiempo y del espacio dispongan de esos grupos de criaturas ascendentes; y muchas veces nos hemos preguntado: ¿Es todo esto algo ya previsto en los juiciosos planes de los arquitectos del universo matriz diseñados para proporcionar a los hijos creadores y a los ancianos de días una población permanente de ascendentes, con órdenes evolucionados de ciudadanía que se harán cada vez más competentes para dar un impulso a los asuntos de estos mundos en las eras venideras del universo?
40:10.5 (452.5) El hecho de que el destino de los mortales varíe como lo hace no prueba de modo alguno que cualquiera de ellos sea necesariamente superior o inferior al otro, sino simplemente que difieren. Es verdad que los seres ascendentes fusionados con el modelador siguen una trayectoria magnífica y gloriosa como finalizadores que se extiende ante ellos en el futuro eterno, pero esto no significa que se les privilegie por encima de sus hermanos ascendentes. No existe favoritismo, nada que sea arbitrario, en el funcionamiento selectivo del plan divino previsto para la supervivencia de los mortales.
40:10.6 (453.1) Si bien, los finalizadores que se han fusionado con el modelador disfrutan claramente de más amplias posibilidades de servicio respecto a los demás ascendentes; el haber conseguido esta meta los deja, de forma inevitable, sin la posibilidad de poder participar en la lucha de los siglos de cualquier universo o suprauniverso, desde las épocas más primitivas y menos estables hasta las épocas posteriores y estables en las que se ha alcanzado un grado relativo de perfección. Los finalizadores adquieren una magnífica e inmensa experiencia durante el servicio temporal prestado en los siete segmentos del gran universo, pero, por lo común, no obtienen el conocimiento profundo de los universos que, incluso en este momento, caracteriza a los veteranos ascendentes, fusionados con el Espíritu, que pertenecen al colectivo de la consumación de Nebadón. Estos seres tienen la oportunidad de ser testigos de la procesión ascendente de las eras planetarias, a medida que estas se ponen de manifiesto una a una en diez millones de mundos habitados. Y, en el fiel servicio de estos ciudadanos del universo local, la experiencia adquirida se superpone a las experiencias anteriores hasta que la plenitud de los tiempos hace madurar esa elevada calidad de sabiduría que se engendra a partir de la experiencia consolidada —sabiduría válida— y esto es, en sí mismo, un factor vital en la estabilización de cualquier universo local.
40:10.7 (453.2) Como es con quienes se fusionan con el Espíritu, así es con los mortales fusionados con el Hijo que han logrado su estatus de residentes en Uversa. Algunos de estos seres proceden de las épocas más tempranas de Orvontón y representan un colectivo que acumula lentamente una sabiduría y percepción cada vez más profundas, lo que contribuye al constante engrandecimiento de su servicio a favor del bien y del establecimiento futuro del séptimo suprauniverso.
40:10.8 (453.3) No sabemos cuál será el destino último de estos órdenes de ciudadanos estacionarios del universo local y del suprauniverso, pero es muy posible que, cuando los finalizadores del Paraíso estén explorando las fronteras en expansión de lo divino en los sistemas planetarios del primer nivel del espacio exterior, sus hermanos fusionados con el Hijo y con el Espíritu, con los que comparten la lucha evolutiva ascendente, contribuirán, de manera satisfactoria, al mantenimiento del equilibrio experiencial de los suprauniversos perfeccionados, mientras se preparan para recibir a una oleada entrante de peregrinos en dirección al Paraíso que, en ese remoto día, pueda acudir a raudales a Orvontón y a sus creaciones hermanas, como si se tratase de una marea inmensa de búsqueda espiritual, desde estas galaxias actualmente inexploradas y deshabitadas del espacio exterior.
40:10.9 (453.4) Aunque la mayoría de los que se fusionan con el Espíritu prestan un servicio permanente como ciudadanos de los universos locales, no todos lo hacen. Si en alguna etapa de su ministerio en el universo se requiriese su presencia personal en el suprauniverso, se efectuarían entonces, en estos ciudadanos, transformaciones de su ser que les permitirían ascender a ese universo superior; y a la llegada de los guardianes celestiales con la orden de presentar a estos mortales fusionados con el Espíritu ante la sede de la administración de los ancianos de días, ascenderían así para no regresar jamás. Se convierten en pupilos del suprauniverso, sirviendo como asistentes de los guardianes celestiales de forma permanente, salvo aquellos pocos a los que se les llama al servicio del Paraíso y de Havona.
40:10.10 (453.5) Como sus hermanos fusionados con el Espíritu, aquellos que se fusionan con el Hijo no pasan por Havona ni logran el Paraíso, a menos que sufran ciertas transformaciones. Por una buena y justificada razón, estas modificaciones se han efectuado en algunos supervivientes fusionados con el Hijo y se les puede encontrar ocasionalmente en las siete vías circulatorias del universo central. Así es como cierto número de mortales fusionados con el Hijo o con el Espíritu efectivamente ascienden al Paraíso, alcanzan de hecho una meta equivalente, en muchos sentidos, a la que aguarda a los mortales fusionados con el Padre.
40:10.11 (453.6) Los mortales fusionados con el Padre son finalizadores potenciales; su destino es el Padre Universal y, en efecto, logran llegar hasta él; si bien, dentro del ámbito de la presente era del universo, los finalizadores como tales, aún tienen una meta por alcanzar. Continúan siendo criaturas inconclusas en cuanto a su destino —son espíritus de la sexta etapa— y, por consiguiente, sin la capacidad para obrar en los dominios evolutivos precedentes al estatus de luz y vida.
40:10.12 (454.1) Cuando la Trinidad acoge a un finalizador mortal —se convierte en un hijo trinitizado, como, por ejemplo, en un mensajero poderoso—, entonces ese finalizador habrá alcanzado su destino, al menos en cuanto a la presente era del universo. Los mensajeros poderosos y sus similares quizás no sean, en un sentido preciso, espíritus de la séptima etapa, pero, entre otras cosas, el acogimiento de la Trinidad los dota de todo lo que un finalizador alguna vez logrará como espíritu de la séptima etapa. Tras ser trinitizados, los mortales fusionados con el Espíritu o con el Hijo pasan por la experiencia del Paraíso con los ascendentes fusionados con el modelador y, en lo que se refiere a todos los asuntos de la administración del universo, son idénticos. Estos hijos trinitizados de selección o de logro son, al menos de momento, criaturas conclusas, en contraste con los finalizadores, que son en la actualidad criaturas inconclusas.
40:10.13 (454.2) Así pues, en última instancia, no sería del todo apropiado utilizar las palabras “más grande” o “menor” para diferenciar los destinos de los distintos órdenes ascendentes de filiación. Cada uno de los hijos de Dios comparte la paternidad de Dios, y Dios ama a cada una de sus criaturas de la misma manera; no hace diferencia de los destinos de los ascendentes, al igual que no lo hace de las criaturas que logran tales destinos. El Padre ama a cada uno de sus hijos, y ese afecto no es sino verdadero, sagrado, divino, ilimitado, eterno y único —un amor dado de gracia a este hijo y a ese hijo, de forma individual, personal y exclusiva—. Y un amor así eclipsa por completo todo lo demás. La filiación es la relación suprema de la criatura con su Creador.
40:10.14 (454.3) Como mortales, podéis ahora determinar vuestro lugar en la familia de la filiación divina y empezar a sentiros en la responsabilidad de ser beneficiarios de las oportunidades que tan abundantemente os proporciona el plan del Paraíso destinado a la supervivencia de los mortales, plan que se ha visto sumamente realzado e iluminado gracias a la experiencia de vida de un Hijo de gracia. Se os han facilitado todos los medios y capacidades para garantizaros la consecución de vuestra última meta: el Paraíso y la perfección divina.
40:10.15 (454.4) [Exposición de un mensajero poderoso temporalmente asignado a los asistentes personales de Gabriel de Lugar de Salvación.]
Escrito 41
Aspectos físicos del universo local
41:0.1 (455.1) La presencia del espíritu creativo es el factor espacial diferenciador que distingue a un universo local de todos los demás. Todo Nebadón está ciertamente infundido de la presencia espacial de la benefactora divina de Lugar de Salvación, y dicha presencia termina, ciertamente igual, en las fronteras exteriores de nuestro universo local. Lo que nuestro espíritu materno del universo local infunde es Nebadón; aquello que se extiende más allá de su presencia espacial está fuera de Nebadón; se trata de las regiones espaciales del suprauniverso de Orvontón, externas a Nebadón —otros universos locales—.
41:0.2 (455.2) Aunque en la organización administrativa del gran universo se percibe una clara división entre los gobiernos del universo central, de los suprauniversos y de los universos locales, y aunque estas divisiones tengan su paralelo astronómico en la separación espacial entre Havona y los siete suprauniversos, no existen unas líneas divisorias físicas tan perceptibles que delimiten las creaciones locales. Aunque los sectores mayores y menores de Orvontón (para nosotros) se puedan distinguir con claridad, no resulta tan fácil identificar los límites físicos de los universos locales. Esto se debe a que estas creaciones locales se organizan administrativamente en conformidad con ciertos principios creativos que rigen la segmentación de la carga total de energía de un suprauniverso, mientras que sus componentes físicos, las esferas del espacio —los soles, las islas oscuras, los planetas, etc.— se originan principalmente en las nebulosas, y estas hacen su aparición astronómica de acuerdo con ciertas planificaciones precreativas (trascendentales) de los arquitectos del universo matriz.
41:0.3 (455.3) Una o más de estas nebulosas —incluso muchas de ellas— se pueden circunscribir dentro del ámbito de un solo universo local, tal como Nebadón se formó físicamente a partir de la progenie estelar y planetaria de Andrónover y de otras nebulosas. Las esferas de Nebadón proceden de distintas nebulosas, pero todas tenían un cierto grado de movimiento mínimo espacial que se ajustó de tal manera mediante la actividad inteligente de los directores de la potencia, dando origen a nuestro conjunto actual de cuerpos espaciales, que viajan juntos, uno al lado del otro, como una unidad, por las órbitas del suprauniverso.
41:0.4 (455.4) Esta es la constitución de la nube estelar local de Nebadón, que en la actualidad gira en una órbita cada vez más estable alrededor del centro, en Sagitario, del sector menor de Orvontón al que pertenece nuestra creación local.
1. LOS CENTROS DE LA POTENCIA DE NEBADÓN
41:1.1 (455.5) Los organizadores de la fuerza del Paraíso dan inicio a las nebulosas espirales y a otras formas de nebulosas, las ruedas matrices de las esferas del espacio, y, consiguiente a la evolución de la nebulosa en su respuesta a la gravedad, se reemplaza a estos organizadores de la fuerza de su función en el suprauniverso por los centros de la potencia y por los controladores físicos que, acto seguido, asumen toda la responsabilidad de dirigir la evolución física de generaciones futuras de descendientes estelares y planetarios. Con la llegada de nuestro hijo creador y, con él, de su plan de organización del universo, se llevó a cabo de inmediato la coordinación de esta supervisión física del preuniverso de Nebadón. Dentro del ámbito de este Hijo de Dios del Paraíso, los centros supremos de la potencia y los controladores físicos mayores colaboraron con los supervisores de la potencia morontial, que harían su aparición con posterioridad, y con otros seres para producir el inmenso complejo de líneas de comunicación, vías circulatorias de la energía y rutas de potencia, que enlazan firmemente los múltiples cuerpos espaciales de Nebadón en una unidad administrativa conjunta.
41:1.2 (456.1) Hay cien centros supremos de la potencia del cuarto orden permanentemente asignados a nuestro universo local. Estos seres reciben las líneas entrantes de la potencia procedentes de los centros del tercer orden de Uversa y redirigen las vías circulatorias reducidas y modificadas a los centros de la potencia de nuestras constelaciones y sistemas. Estos centros de la potencia actúan en conjunción y producen el sistema vivo de control e igualación que opera para mantener el equilibrio y la distribución de las energías que, de otra manera, serían fluctuantes y variables. Los centros de la potencia no intervienen, sin embargo, en las convulsiones transitorias y locales de la energía, tales como las manchas solares y las perturbaciones eléctricas del sistema; la luz y la electricidad no son las energías básicas del espacio; son manifestaciones secundarias y subsidiarias.
41:1.3 (456.2) Los cien centros del universo local están emplazados en Lugar de Salvación y operan en el centro energético exacto de esta esfera. Las esferas arquitectónicas, tales como Lugar de Salvación, Edentia, y Jerusem, están iluminadas, calentadas y energizadas mediante métodos que las hacen totalmente independientes de los soles del espacio. Los centros de la potencia y los controladores físicos construyeron —hicieron por encargo— estas esferas que se diseñaron para ejercer un poderoso efecto sobre la distribución de la energía. Basando su actividad en tales puntos de actividad y control de la energía, los centros de la potencia, por su presencia viva, dirigen y canalizan las energías físicas del espacio. Y estas vías circulatorias de la energía son fundamentales para todos los fenómenos físico-materiales y morontio-espirituales.
41:1.4 (456.3) Hay diez centros supremos de la potencia del quinto orden asignados a cada una de las subdivisiones principales de Nebadón, a sus cien constelaciones. En Norlatiadec, vuestra constelación, estos centros no están emplazados en su esfera sede sino que se localizan en el centro del enorme sistema estelar que constituye el núcleo físico de la constelación. En Edentia hay diez controladores mecánicos obrando en vinculación y diez frandalancs que actúan en perfecta y constante coordinación con los centros de la potencia cercanos.
41:1.5 (456.4) Hay un centro supremo de la potencia del sexto orden emplazado en el punto exacto de actividad de la gravedad de cada uno de los sistemas locales. En el sistema de Satania, el centro de la potencia allí asignado ocupa una isla oscura del espacio que se sitúa en el centro astronómico del sistema. Muchas de estas islas oscuras son inmensas dinamos que movilizan y orientan ciertas energías espaciales, y estas circunstancias naturales se utilizan eficientemente por el centro de la potencia de Satania, cuya masa viva actúa en conjunción con los centros superiores, dirigiendo las corrientes de la potencia más materializada a los controladores físicos mayores de los planetas evolutivos del espacio.
2. LOS CONTROLADORES FÍSICOS DE SATANIA
41:2.1 (456.5) Aunque los controladores físicos prestan sus servicios con los centros de la potencia en todo el gran universo, sus funciones, en un sistema local como Satania, resultan más fáciles de comprender. Satania es uno de los cien sistemas locales que integran la organización administrativa de la constelación de Norlatiadec; en su entorno más inmediato, están los sistemas de Sandmatia, Assuntia, Porogia, Sortoria, Rantulia y Glantonia. Los sistemas de Norlatiadec difieren en muchos aspectos, pero todos ellos son evolutivos y progresivos, muy parecidos a Satania.
41:2.2 (457.1) Satania misma se compone de más de siete mil grupos astronómicos, o sistemas físicos, pocos de los cuales tuvieron un origen similar al de vuestro sistema solar. El centro astronómico de Satania es una enorme isla oscura del espacio que, con sus esferas acompañantes, se sitúa no lejos de la sede del gobierno del sistema.
41:2.3 (457.2) Salvo por la presencia del centro de la potencia destinado en el sistema, la supervisión de todo el sistema de energía física de Satania se centra en Jerusem. Uno de los controladores físicos mayores, emplazado en esta esfera sede, opera en coordinación con el centro de la potencia del sistema, prestando sus servicios como jefe de enlace de los inspectores de la potencia con sede en Jerusem y ejerciendo sus funciones por todo el sistema local.
41:2.4 (457.3) Distribuidos por todo Satania, hay quinientos mil operadores de la energía; son seres vivos e inteligentes que se encargan del establecimiento de los ciclos de la energía y de su canalización. Gracias a la acción de estos regidores de la energía física, los centros de la potencia en supervisión ejercen un perfecto y completo control sobre la mayoría de las energías básicas del espacio, incluyendo las emanaciones de órbitas altamente recalentadas y de las esferas oscuras cargadas de energía. Este grupo de entidades vivas es capaz de movilizar, transformar, transmutar, manejar y transmitir casi todas las energías físicas del espacio organizado.
41:2.5 (457.4) La vida tiene una capacidad intrínseca para movilizar y transmutar la energía universal. Estáis familiarizados con la acción de la vida vegetal y su transformación de la energía material de la luz en diversas manifestaciones del reino vegetal. También conocéis algo del método por el que esta energía vegetal se puede convertir en los fenómenos del funcionamiento de vida animal, pero no sabéis prácticamente nada de los métodos de los directores de la potencia y de los controladores físicos, que están dotados de la capacidad de movilizar, transformar, orientar y concentrar las múltiples energías del espacio.
41:2.6 (457.5) A estos seres de los reinos energéticos no les concierne de forma directa la energía como factor componente de las criaturas vivas, ni siquiera el ámbito de la química fisiológica. Algunas veces les competen los preliminares físicos de la vida, la elaboración de aquellos sistemas de energía que pueden servir como vehículos físicos para las energías vivas de los organismos materiales elementales. De alguna manera, los controladores físicos están relacionados con las manifestaciones anteriores a la vida de la energía material, al igual que los espíritus asistentes de la mente lo están respecto a las funciones pre-espirituales de la mente material.
41:2.7 (457.6) Estas criaturas inteligentes que controlan la potencia y dirigen la energía deben acomodar su acción a la constitución y a la arquitectura física del planeta implicado. Utilizan de forma infalible los cálculos y conclusiones de sus respectivos asistentes físicos personales y de otros asesores técnicos con respecto a la influencia local de los soles altamente recalentados y de otros tipos de estrellas sobrecargadas. Se debe contar incluso con los enormes gigantes fríos y oscuros del espacio y las nubes plagadas de polvo estelar; hay que tener en cuenta todas estas cosas materiales al abordar las cuestiones prácticas del manejo de la energía.
41:2.8 (457.7) La supervisión de la energía-potencia de los mundos habitados evolutivos es cometido de los controladores físicos mayores, pero estos seres no son responsables de todos los desajustes energéticos que se producen en Urantia. Hay varias razones que justifican estas perturbaciones, algunas de las cuales están más allá del ámbito y del control de los custodios físicos. Urantia se sitúa en el paso de energías formidables; es un pequeño planeta en medio de una vía de masas enormes y, a veces, los controladores locales hacen uso de un gran número de miembros de su orden para intentar equilibrar estas líneas de energía. En las vías circulatorias de Satania tienen bastante éxito, pero encuentran dificultades para aislar al planeta de las poderosas corrientes de Norlatiadec.
3. NUESTROS ACOMPAÑANTES ESTELARES
41:3.1 (458.1) Hay más de dos mil soles brillantes que derraman luz y energía en Satania, y vuestro Sol es un llameante globo de tipo medio. De los treinta soles más cercanos al vuestro, solo tres son más luminosos. Los directores de la potencia del universo dan origen a las corrientes de energía, creadas con un propósito específico, que entran en juego entre cada una de las estrellas y sus sistemas respectivos. Estos hornos solares, junto con los gigantes oscuros del espacio, sirven a los centros de la potencia y a los controladores físicos como estaciones de tránsito para concentrar y orientar eficazmente las vías circulatorias de la energía de las creaciones materiales.
41:3.2 (458.2) Los soles de Nebadón no difieren de los soles de los otros universos. La composición material de todos los soles; islas oscuras, planetas y satélites, e incluso meteoros, es muy similar. Estos soles tienen un diámetro medio de alrededor de un millón setecientos mil kilómetros; vuestro propio globo solar es ligeramente menor. La estrella más grande del universo, la nube estelar de Antares, tiene un diámetro que es cuatrocientas cincuenta veces mayor que el de vuestro Sol y un volumen sesenta millones mayor. Pero hay espacio abundante para dar cabida a todos estos enormes soles. En comparación, tienen tanto espacio disponible como el que tendría una docena de naranjas circulando por el interior de Urantia, si el planeta fuese una esfera hueca.
41:3.3 (458.3) Cuando una rueda matriz nebular libera soles demasiado grandes, estos pronto se fragmentan o forman estrellas dobles. Todos los soles son, en un principio, realmente gaseosos, aunque más tarde puedan existir, de forma transitoria, en estado semilíquido. Cuando vuestro Sol alcanzó este estado cuasi líquido sometido a la presión de un extraordinario gas, no era lo suficientemente grande para dividirse por su ecuador, que es la manera en la que se forman las estrellas dobles.
41:3.4 (458.4) Cuando son menores de una décima parte del tamaño de vuestro sol, estas abrasadoras esferas se contraen, se condensan y se enfrían rápidamente. Cuando tienen más de treinta veces su tamaño —más bien treinta veces el contenido bruto de su materia real—, los soles se dividen rápidamente en dos cuerpos separados o se convierten en los centros de sistemas nuevos o permanece cada cual dentro de la atracción de la gravedad del otro, girando alrededor de un centro común como un tipo de estrella doble.
41:3.5 (458.5) La más reciente de todas las grandes erupciones cósmicas ocurridas en Orvontón fue la extraordinaria explosión de una estrella doble, cuya luz llegó a Urantia en el año 1572. La llamarada fue tan intensa que la explosión se divisó con claridad a plena luz del día.
41:3.6 (458.6) No todas las estrellas son sólidas, aunque muchas de las más antiguas sí lo son. Algunas de las estrellas rojizas, que brillan con una débil luz trémula, han adquirido una densidad en el centro de sus enormes masas que se podría explicar diciendo que un centímetro cúbico de dicha estrella, si estuviese en Urantia, pesaría 166 kilos. La enorme presión, acompañada de la pérdida de calor y de energía circulante, ha dado lugar a que las órbitas de sus unidades materiales elementales se aproximen cada vez más hasta llegar acercarse en este momento a un estado próximo al de la condensación electrónica. Este proceso de enfriamiento y contracción puede continuar hasta el punto límite y crítico de explosión en masa de la condensación ultimatónica.
41:3.7 (459.1) La mayoría de los soles gigantes son relativamente jóvenes; la mayor parte de las estrellas enanas, aunque no todas, son viejas. Las estrellas enanas formadas por colisión pueden ser muy jóvenes y pueden brillar con una intensa luz blanca; nunca han pasado por la etapa inicial de color rojo brillante de las estrellas jóvenes. Por lo general, tanto los soles muy jóvenes como los más longevos despiden un brillo de color rojizo. El tono amarillento es característico de las estrellas moderadamente jóvenes o ya cercanas a la longevidad, si bien, la luz blanca brillante es indicativa de estrellas resistentes y duraderas que han llegado a su pleno desarrollo.
41:3.8 (459.2) Aunque no todos los soles más jóvenes pasan por una etapa de pulsación, al menos no de forma visible, cuando oteéis el espacio quizás podáis observar muchas de estas estrellas, cuyos gigantescos vaivenes respiratorios necesitan de dos a siete días para completar un ciclo. Vuestro propio Sol todavía lleva consigo un remanente en disminución de las grandes oscilaciones de sus días más jóvenes, pero la periodicidad se ha prolongado desde las anteriores pulsaciones de tres días y medio hasta los actuales ciclos de manchas solares de once años y medio.
41:3.9 (459.3) Las variables estelares tienen un buen número de causas. En algunas estrellas dobles, las corrientes de marea ocasionadas por la rapidez de los cambios de distancia entre los dos cuerpos al girar alrededor de sus órbitas también provocan fluctuaciones periódicas de luz. Estas variaciones de la gravedad producen llamaradas regulares y reiteradas, al igual que el aumento de energía-materia en la superficie por la colisión de meteoros podría resultar en un destello de luz relativamente repentino, que con toda rapidez se reduciría hasta el brillo normal de ese sol. A veces un Sol puede atraer a una sucesión de meteoros en un punto que oponga poca resistencia a la gravedad, y a veces las colisiones producen llamaradas estelares, pero la mayoría de dichos fenómenos se debe por completo a fluctuaciones internas.
41:3.10 (459.4) En un grupo variable de estrellas, el período de fluctuación de la luz depende directamente de su luminosidad, y el conocimiento de este hecho permite a los astrónomos utilizar dichos soles como si fuesen faros en el universo o puntos de medición precisos para la exploración más detallada de aglomeraciones distantes de estrellas. Mediante este procedimiento, es posible calcular las distancias estelares con mayor exactitud de hasta más de un millón de años luz. Algún día, existirán mejores métodos de medición del espacio y técnicas telescópicas más perfectas que os mostrarán, de forma más completa, las diez grandes divisiones del suprauniverso de Orvontón; vosotros llegaréis a distinguir al menos ocho de estos inmensos sectores como aglomeraciones estelares enormes y bastante simétricas.
4. LA DENSIDAD DE LOS SOLES
41:4.1 (459.5) La masa de vuestro Sol es ligeramente mayor de la estimada por vuestros físicos, que han calculado que es unos dos mil cuatrillones (2 x 1027) de toneladas. En este momento, está aproximadamente a medio camino entre las estrellas de mayor densidad y las más difusas; tiene alrededor de una vez y media la densidad del agua. Pero vuestro Sol no es ni líquido ni sólido —es gaseoso— y esto es cierto a pesar de la dificultad de explicar cómo puede alcanzar la materia gaseosa esta densidad e incluso densidades mucho mayores.
41:4.2 (459.6) Los estados gaseoso, líquido y sólido hacen referencia a relaciones atómico-moleculares, pero la densidad alude a la relación entre espacio y masa. La densidad de un cuerpo es directamente proporcional a la cantidad de masa que tiene con relación al espacio que ocupa e inversamente proporcional al volumen de espacio que contiene con relación a su masa; se trata del espacio existente entre los núcleos centrales de la materia y las partículas que giran alrededor de estos centros, al igual que el que existe dentro de dichas partículas materiales.
41:4.3 (459.7) Las estrellas en estado de enfriamiento pueden ser físicamente gaseosas y enormemente densas al mismo tiempo. No estáis familiarizados con los extraordinarios gases solares, pero estas y otras formas poco comunes de la materia explican cómo incluso los soles no sólidos pueden alcanzar una densidad igual a la del hierro —más o menos la misma que tiene Urantia— y, sin embargo, encontrarse en un estado gaseoso altamente recalentado y seguir funcionando como soles. Los átomos de estos densos gases son excepcionalmente pequeños; contienen pocos electrones. Dichos soles también han perdido, en gran medida, sus reservas energéticas de ultimatones libres.
41:4.4 (460.1) Uno de los soles cercanos a vosotros, que empezó su vida con una masa prácticamente igual a la del vuestro, se ha contraído actualmente a un tamaño como el de Urantia y se ha vuelto cuarenta mil veces más denso que vuestro Sol. El peso de este sólido-gaseoso, a su vez caliente-frío, es de unos sesenta y un kilogramos por centímetro cúbico. Y este Sol todavía brilla con un débil resplandor de color rojizo, el trémulo y senil destello de un monarca de luz que se extingue.
41:4.5 (460.2) La mayor parte de los soles, sin embargo, no son tan densos. Uno de vuestros vecinos más cercanos tiene una densidad exactamente igual a la de vuestra atmósfera a nivel del mar. Si estuvieseis en el interior de este sol, no podríais distinguir nada. Y, si la temperatura lo permitiese, podrías penetrar en la mayoría de los soles que destellan en el cielo nocturno, pero no notaríais más materia que la que podéis percibir en el aire de vuestra sala de estar terrestre.
41:4.6 (460.3) El masivo Sol de Veluntia, uno de los soles más grandes de Orvontón, tiene una densidad que es solamente una milésima parte de la atmósfera de Urantia. Si su composición fuese similar a la de vuestra atmósfera y no estuviese sobrecalentado, habría tal vacío que los seres humanos se asfixiarían rápidamente si estuviesen sobre él o dentro de él.
41:4.7 (460.4) Otro de los gigantes de Orvontón tiene en este momento una temperatura en su superficie de algo menos de mil seiscientos cuarenta y nueve grados (C). Su diámetro es de más de cuatrocientos ochenta y tres millones de kilómetros —suficiente espacio como para dar cabida a vuestro Sol y a la órbita actual de la tierra—. No obstante, a pesar de su enorme tamaño, más de cuarenta millones de veces el de vuestro sol, su masa es únicamente unas treinta veces mayor. Estos enormes soles tienen una periferia que se expande hasta casi alcanzarse el uno al otro.
5. LA RADIACIÓN SOLAR
41:5.1 (460.5) Las mismas corrientes constantes de energía luminosa que despiden los soles del espacio demuestran que estos no son muy densos. Una densidad excesivamente grande retendría la luz por opacidad hasta que la presión de la energía luminosa alcanzara el punto de explosión. Hay una enorme presión de luz o gas dentro de un Sol que le hace lanzar tal corriente de energía que es capaz de traspasar el espacio durante millones y millones de kilómetros para energizar, iluminar y calentar planetas distantes. Unos cuatro metros y medio de superficie con la densidad de Urantia evitarían de hecho el escape de todos los rayos X y todas las energías lumínicas de un sol, hasta que la creciente presión interna de las energías acumuladas resultantes de la desmembración atómica vencieran a la gravedad con una colosal explosión.
41:5.2 (460.6) La luz, en presencia de gases propulsores, es sumamente explosiva cuando se le constriñe a temperaturas altas mediante paredes opacas de contención. La luz es real. Según valoráis la energía y la potencia en vuestro mundo, la luz del Sol resultaría económica aunque medio kilo costase un millón de dólares.
41:5.3 (460.7) El interior de vuestro Sol es un inmenso generador de rayos X. Los soles se sostienen desde dentro mediante un incesante bombardeo de estas potentes emanaciones.
41:5.4 (460.8) Se necesita más de medio millón de años para que un electrón potenciado por rayos X se abra camino desde el centro mismo de un Sol de grado medio hasta la superficie solar, desde donde parte hacia su aventura espacial, quizás para calentar un planeta habitado, ser atrapado por un meteoro, participar en el nacimiento de un átomo, ser atraído por una isla oscura del espacio altamente cargada o finalizar su vuelo espacial, precipitándose sobre la superficie de un Sol de características similares al que le dio origen.
41:5.5 (461.1) Los rayos X del interior de un Sol cargan a los electrones altamente recalentados y agitados de una energía suficiente como para impulsarlos por el espacio hasta las distantes esferas de los sistemas remotos, pasando por un considerable número de influencias de orden material que los frenan y obstruyen, y a pesar de las distintas fuerzas de atracción de la gravedad. La gran cantidad de energía de la velocidad necesaria para escapar del agarre de la gravedad de un Sol es suficiente para garantizar que el rayo de Sol viaje con velocidad incesante hasta encontrar amplias masas de materia; después de lo cual se transforma rápidamente en calor con la liberación de otras energías.
41:5.6 (461.2) En su vuelo por el espacio, la energía, ya sea de luz o tenga otras formas, avanza de forma directa. Las partículas de orden material cruzan el espacio como si fuesen una descarga cerrada de fusilería. Se desplazan en línea o secuencia recta e ininterrumpida salvo cuando actúan bajo el impulso de fuerzas superiores, y exceptuando que siempre han de obedecer a la fuerza de atracción de la gravedad lineal, inherente a la masa material, y a la presencia de la gravedad circular de la Isla del Paraíso.
41:5.7 (461.3) Podría parecer que la energía solar se propaga en ondas, pero esta impresión se debe a la acción y coexistencia de diversos tipos de influencias. Si se observa detenidamente una determinada forma de energía organizada, se percibirá que no se mueve en ondas sino en línea recta. Es la presencia de una segunda o tercera forma de fuerza-energía la que puede dar lugar a que la corriente energética parezca viajar en forma de ondas. Esto mismo le sucede al agua de lluvia que cae en una tormenta cerrada cuando viene acompañada de fuertes vientos. La lluvia al caer parece a menudo formar una cortina de agua u ondearse por el mismo viento. No obstante, las gotas de lluvia caen verticalmente de forma ininterrumpida; es la acción del viento la que produce ese visible efecto de cortina de agua y de ondas.
41:5.8 (461.4) Es tal la acción de ciertas energías de orden secundario y de otras no descubiertas, presentes en las regiones espaciales de vuestro universo local, que en las emanaciones de luz solar parecen producirse ciertos fenómenos de ondulación al igual que una fragmentación en porciones infinitesimales de longitud y peso definidas. Y, en un sentido práctico, eso es exactamente lo que sucede. Es difícil que podáis alcanzar a entender mejor el comportamiento de la luz hasta ese momento en el que lleguéis a tener una más clara noción de la interacción e interrelación de las distintas fuerzas del espacio y energías solares que operan en las regiones espaciales de Nebadón. Vuestra confusión actual también se debe a un incompleto conocimiento de esta cuestión en lo que respecta a la actividad correlacionada que se establece en la dirección personal y no personal del universo matriz —presencias, actuaciones y coordinación del Actor Conjunto y del Absoluto Indeterminado—.
6. EL CALCIO: EL ERRANTE DEL ESPACIO
41:6.1 (461.5) Al interpretar los fenómenos espectrales, debe recordarse que el espacio no está vacío; que la luz, al atravesar el espacio organizado, sufre una ligera modificación como producto de las distintas formas de energía y materia que circulan por todo él. Algunas de las líneas, indicativas de materia desconocida, que aparecen en el espectro de vuestro Sol se deben a modificaciones de elementos bien conocidos que flotan reducidos a añicos por todo el espacio; se trata de remanentes fragmentarios de las violentas conflagraciones solares que ocurren de forma natural. El espacio está surcado de estos residuos errantes, especialmente de sodio y calcio.
41:6.2 (461.6) El calcio es, de hecho, el elemento principal de la materia que impregna el espacio de todo Orvontón. Todo nuestro suprauniverso está salpicado de piedra sumamente pulverizada. La piedra es literalmente el material básico usado para la construcción de los planetas y de las esferas del espacio. La nube cósmica, el gran manto espacial, está compuesta, en su mayor parte, de átomos modificados de calcio. El átomo de piedra es uno de los elementos de la materia más extendidos y persistentes. No solo resiste la ionización solar —desintegración parcial— sino que mantiene su identidad asociativa incluso tras haber sido sacudido por los destructivos rayos X y fragmentado por las altas temperaturas solares. El calcio posee una individualidad y una longevidad sin parangón entre las otras formas más comunes de la materia.
41:6.3 (462.1) Tal como vuestros físicos suponen, estos mermados restos de calcio solar literalmente viajan en los rayos de luz recorriendo distancias diferentes, lo que facilita enormemente su amplia diseminación por todo el espacio. El átomo de sodio, con ciertas modificaciones, es también capaz de trasladarse de un lugar a otro en la luz y en la energía. La proeza del calcio es incluso más extraordinaria ya que su masa duplica a la del sodio. La impregnación de parte del calcio del espacio local se debe al hecho de que, bajo una forma modificada, se escapa de la fotosfera solar viajando, en el más estricto sentido de la palabra, en los rayos solares salientes. De todos los elementos solares, el calcio, a pesar de su masa relativa —puesto que contiene veinte electrones giratorios—, es el que más éxito tiene en lograr escapar del interior del Sol en dirección hacia los reinos del espacio. Esto explica por qué existe una capa de calcio, una superficie de piedra gaseosa, en el sol, de casi diez mil kilómetros de espesor; y esto a pesar del hecho de que hay diecinueve elementos más ligeros, y numerosos otros más pesados, por debajo de esta capa.
41:6.4 (462.2) El calcio es un elemento activo y versátil cuando se somete a las temperaturas solares. El átomo de piedra tiene dos electrones ágiles y levemente enlazados en sus órbitas externas, que están muy próximos el uno del otro. En la reacción atómica, este átomo pierde pronto su electrón externo; tras lo cual, sucede en él un imponente proceso de moción continua del electrón número diecinueve de adelante y atrás entre la órbita electrónica diecinueve y la órbita veinte en su movimiento alrededor del núcleo. Este electrón, al oscilar con dicho movimiento más de veinticinco mil veces por segundo entre su propia órbita y la del otro electrón, y acompañante perdido, hace que el mermado átomo de piedra sea capaz de vencer en parte a la gravedad y emprender así con éxito un viaje en las corrientes emergentes de luz y energía, entre los rayos del sol, hacia la libertad y la aventura. Este átomo de calcio se mueve hacia fuera impulsándose mediante sacudidas alternas, asiendo y soltando el rayo de Sol unas veinticinco mil veces por segundo. Y esta es la razón por la que la piedra es el principal componente de los mundos del espacio. La piedra tiene una sobresaliente capacidad para escapar de su prisión solar.
41:6.5 (462.3) La adaptabilidad de este diestro electrón de calcio se refleja en el hecho de que, cuando las fuerzas solares de los rayos X y de las temperaturas lo lanzan al círculo de la órbita superior, solo permanece en esta una millonésima de segundo, pero antes de que la potencia de la gravedad eléctrica del núcleo atómico lo haga retroceder a su antigua órbita, es capaz de completar un millón de rotaciones alrededor del centro del átomo.
41:6.6 (462.4) Vuestro Sol se ha desprendido de un volumen enorme de su calcio; perdió cantidades inmensas en las épocas de incontrolables erupciones durante la formación del sistema solar. Una gran parte del calcio solar se halla ahora en la corteza exterior del sol.
41:6.7 (462.5) Se debe recordar que los análisis del espectro solar solamente muestran la composición de la superficie del sol. Por ejemplo: estos espectros presentan muchas líneas de hierro, pero el hierro no es el elemento principal del sol. Este fenómeno se debe casi exclusivamente a la temperatura actual de la superficie del sol, algo menos de 3315 grados (C), la cual es muy favorable para el registro del espectro del hierro.
7. FUENTES DE LA ENERGÍA SOLAR
41:7.1 (463.1) La temperatura interna de muchos soles, incluido el vuestro, es mucho más alta de lo que comúnmente se cree. En el interior de los soles no existen prácticamente átomos enteros; todos están más o menos desintegrados por el intenso bombardeo de los rayos X, algo propio de temperaturas tan altas. Sean cuales fueran los elementos materiales que puedan aparecer en las capas exteriores de los soles, los que están en el interior siguen un proceso muy similar por la acción disociativa de los disruptivos rayos X. Estos rayos son los grandes niveladores de la estructura del átomo.
41:7.2 (463.2) La temperatura de la superficie de vuestro Sol es de casi 3315 grados (C), pero a medida que se penetra en el interior esta se incrementa rápidamente hasta alcanzar la increíble cifra de aproximadamente 19 440 000 grados (C), en las regiones centrales. (Todas estas temperaturas están expresadas en grados Celsius).
41:7.3 (463.3) Todos estos fenómenos son indicios de un ingente consumo de energía, y las fuentes de energía solar, por orden de importancia, son:
41:7.4 (463.4) 1. La completa destrucción de los átomos y, finalmente, de los electrones.
41:7.5 (463.5) 2. La transmutación de los elementos, incluyendo el grupo radioactivo de energías liberadas de este modo.
41:7.6 (463.6) 3. La acumulación y transmisión de ciertas energías espaciales universales.
41:7.7 (463.7) 4. La materia espacial y los meteoros que incesantemente se precipitan sobre los abrasadores soles.
41:7.8 (463.8) 5. La contracción solar; el enfriamiento y la consiguiente contracción de los soles producen energía y calor a veces en una cantidad superior a la que proporciona la materia espacial.
41:7.9 (463.9) 6. La acción de la gravedad a altas temperaturas transforma ciertas vías circulatorias de la potencia en energías radiantes.
41:7.10 (463.10) 7. La luz y alguna otra materia recapturadas que son atraídas de nuevo al Sol tras haber salido de él, junto con otras energías que tienen un origen extrasolar.
41:7.11 (463.11) Existe una capa reguladoras de gases calientes (a veces con millones de grados de temperatura) que envuelve a los soles, y que actúa para estabilizar la pérdida de calor, aparte de prevenir las impredecibles fluctuaciones producidas por la disipación del calor. Durante la vida activa de los soles, la temperatura interna, de 19 440 000 grados (C), continúa siendo más o menos la misma a pesar del progresivo descenso de la temperatura externa.
41:7.12 (463.12) Tratad de imaginaros 19 440 000 grados (C) de calor, conjuntamente con ciertas presiones de la gravedad, como el punto de ebullición electrónico. Bajo dicha presión y a esa temperatura todos los átomos se degradan y desintegran en sus componentes electrónicos y en otros componentes ancestrales; incluso los electrones y otras agrupaciones de ultimatones pueden desintegrarse, pero la acción de los soles no trae consigo la degradación de los ultimatones.
41:7.13 (463.13) Estas temperaturas solares actúan acelerando enormemente a los ultimatones y a los electrones, al menos a aquellos de estos últimos que continúan existiendo en estas condiciones. Os daréis cuenta de lo que las altas temperaturas traen consigo en cuanto a la aceleración de la actividad de ultimatones y electrones cuando os detengáis a considerar que una gota de agua común contiene más de mil trillones de átomos. Esto equivale a la energía que producirían más de cien caballos de vapor durante dos años seguidos. El calor total que en la actualidad emite el Sol de vuestro sistema solar cada segundo es suficiente como para hacer hervir toda el agua de todos los océanos de Urantia en tan solo un segundo de tiempo.
41:7.14 (464.1) Solamente los soles que están en operación en los canales directos de las corrientes principales de la energía del universo pueden brillar para siempre. Estos hornos solares arden de forma indefinida porque tienen la capacidad de reponer su pérdida de materia tomando energía de la fuerza espacial y de energías análogas en circulación. Pero las estrellas que están muy apartadas de estos canales principales de recarga están llamadas a sufrir el agotamiento de su energía —esto es, a enfriarse de forma gradual y a acabar por apagarse—.
41:7.15 (464.2) Estos soles muertos o moribundos pueden vigorizarse por el impacto de alguna colisión o pueden recargarse debido a la acción de ciertas islas del espacio de energía no luminosa o apropiándose, por medio de la gravedad, de soles o sistemas cercanos más pequeños. La mayoría de los soles muertos siguen este u otros medios evolutivos para reactivarse. Aquellos soles que finalmente no consiguen recargarse de este modo están llamados a desintegrarse por explosión de su masa, cuando la condensación gravitatoria alcance el nivel crítico de la condensación ultimatónica por presión de la energía. Estos soles desaparecidos se convierten, de este modo, en una de las formas más raras de energía, magníficamente adaptada para energizar a otros soles mejor situados.
8. REACCIONES DE LA ENERGÍA SOLAR
41:8.1 (464.3) En aquellos soles que están dentro de la vía circulatoria de los canales de energía espacial, la energía solar se libera por medio de varias cadenas complejas de reacción nuclear, la más común de las cuales es la reacción de hidrógeno-carbono-helio. En esta metamorfosis, el carbono actúa como catalizador de la energía, puesto que, en realidad, no sufre cambio alguno durante ese proceso de conversión del hidrógeno en helio. En ciertas condiciones de altas temperaturas, el hidrógeno penetra en los núcleos del carbono; y puesto que el carbono no puede contener más de cuatro de dichos protones, cuando se alcanza este estado de saturación, comienza a emitir protones con tanta rapidez como llegan los nuevos. En esta reacción las partículas entrantes de hidrógeno salen como átomos de helio.
41:8.2 (464.4) La reducción del contenido de hidrógeno aumenta la luminosidad de los soles. En esos soles llamados a apagarse, el punto álgido de su luminosidad se alcanza en el momento del agotamiento del hidrógeno. Con posterioridad a esta circunstancia, el brillo se mantiene como resultado del proceso de contracción gravitatoria. Tal estrella acabará por convertirse en lo que se denomina una estrella enana blanca, esto es, en una esfera extremadamente condensada.
41:8.3 (464.5) En grandes soles —pequeñas nebulosas circulares— cuando se agota el hidrógeno y comienza a tener efecto la contracción gravitatoria, si dicho cuerpo no es lo suficientemente opaco como para retener la presión interna que da sostén a las regiones gaseosas exteriores, se produce un colapso repentino. Los cambios electro-gravitatorios dan origen a grandes cantidades de pequeñas partículas desprovistas de potencial eléctrico, y tales partículas se escapan rápidamente del interior del sol, ocasionando así, en pocos días, el desplome de un Sol gigantesco. Fue la emigración de estas “partículas fugitivas” la que ocasionó el desmoronamiento de la nova gigante de la nebulosa Andrómeda hace unos cincuenta años. Este enorme cuerpo estelar colapsó en cuarenta minutos del tiempo de Urantia.
41:8.4 (464.6) Por regla general, en los soles residuales en enfriamiento sigue existiendo una inmensa eyección de materia bajo la forma de extensas nubes de gases nebulares. Y todo esto explica el origen de muchos tipos de nebulosas irregulares, como la nebulosa del Cangrejo que se originó hace aproximadamente novecientos años, y en la que todavía se hace patente su esfera matriz, como una estrella solitaria cerca del centro de esta irregular masa nebular.
9. LA ESTABILIDAD DE LOS SOLES
41:9.1 (465.1) Los soles más grandes ejercen tal control gravitatorio sobre sus electrones que la luz solamente puede escaparse gracias a la ayuda de los poderosos rayos X. Dichos rayos penetran por todo el espacio y están implicados en el mantenimiento de las agrupaciones ultimatónicas básicas de la energía. Las grandes pérdidas de energía del Sol en sus primeros días, tras alcanzar su máxima temperatura —más de 19 440 000 grados (C)—, no se deben tanto al escape de luz como a la fuga de ultimatones. Para emprender la aventura de su conjunción electrónica y materialización de la energía, estas energías ultimatónicas se escapan hacia el espacio causando, en los soles más jóvenes, una auténtica explosión de energía.
41:9.2 (465.2) Los átomos y los electrones están sujetos a la gravedad. Los ultimatones no están sujetos a la gravedad local, a la interacción de la atracción material, pero si obedecen enteramente a la gravedad absoluta o gravedad del Paraíso, a la dirección, a la moción en arco, del círculo universal y eterno del universo de los universos. La energía ultimatónica no responde a la atracción lineal o directa de la gravedad de las masas materiales cercanas o lejanas, sino que siempre se impulsa siguiendo la vía circular de la gran elipse de la extensa creación.
41:9.3 (465.3) Vuestro propio centro solar irradia casi cien mil millones de toneladas de materia real cada año, mientras que los soles gigantescos pierden materia a un enorme ritmo durante su etapa de crecimiento inicial, durante sus primeros mil millones de años. La vida de un Sol se estabiliza una vez que su temperatura alcanza el grado máximo y se empiezan a liberar las energías subatómicas. Es precisamente en este punto crítico cuando los soles más grandes experimentan sus incontrolables y violentas pulsaciones.
41:9.4 (465.4) La estabilidad del Sol depende por completo del equilibrio entre dos fuerzas oponentes como son la gravedad y el calor —unas formidables presiones contrabalanceadas por temperaturas inimaginables—. La elasticidad del gas interior de los soles da sostén a las capas superpuestas de diversos materiales, y cuando la gravedad y el calor están en equilibrio, el peso de los materiales exteriores iguala exactamente la presión de la temperatura de los gases que subyacen en el interior. En muchas de las estrellas más jóvenes, la persistente condensación de la gravedad produce temperaturas internas en constante aumento y, a medida que aumenta el calor interior, la presión interior que producen los rayos X en conjunto con los vientos de extraordinarios gases, llega a ser de tal magnitud que, en conjunción con el movimiento centrífugo, los soles comienzan a arrojar sus capas externas hacia el espacio, compensando así la falta de equilibrio entre la gravedad y el calor.
41:9.5 (465.5) Hace mucho tiempo que vuestro Sol alcanzó un equilibrio relativo entre sus ciclos de expansión y contracción, esas perturbaciones que producen las gigantescas pulsaciones de muchas de las estrellas más jóvenes. Vuestro Sol está completando ahora sus seis mil millones de años de existencia. En este momento, pasa por su periodo de mayor eficacia en el uso de la energía. Durante más de veinticinco mil millones de años, brillará con la eficiencia que le caracteriza ahora. Es probable que experimente un período de declive parcial de esta eficiencia tan largo como la combinación de los dos períodos, el de su juventud y el de su funcionamiento estabilizado.
10. ORIGEN DE LOS MUNDOS HABITADOS
41:10.1 (465.6) Algunas de las estrellas variables, en estado de máxima pulsación o cercanas a dicho estado, están dando origen a sistemas secundarios, muchos de los cuales acabarán siendo como vuestro propio Sol y sus planetas circundantes. Vuestro Sol se encontraba en ese preciso estado de potente pulsación cuando el masivo sistema de Angona se colocó muy cerca, y la superficie externa del Sol comenzó a arrojar auténticas corrientes —capas continuas— de materia. Esto prosiguió con una violencia en aumento hasta que se produjo una mayor cercanía de Angona, momento en el que el Sol alcanzó su límite de cohesión y un enorme pináculo de materia, el ancestro de vuestro sistema solar, salió despedido. En circunstancias similares, la máxima aproximación de la atrayente masa provoca que se desprendan planetas enteros, incluso una cuarta parte o un tercio del sol. Estas grandes eyecciones forman ciertos tipos peculiares de mundos rodeados de nubes, de esferas muy parecidas a Júpiter y Saturno.
41:10.2 (466.1) La mayoría de los sistemas solares, sin embargo, tuvieron un origen enteramente diferente al vuestro, y esto es también cierto para aquellos que se crearon mediante las mareas gravitatorias. Pero cualquiera que sea el modo en el que se generen los mundos, la gravedad es siempre causa de la creación de algún tipo de sistema solar; o sea, un Sol central o isla oscura con planetas, satélites, subsatélites y meteoros.
41:10.3 (466.2) El aspecto físico de los diferentes mundos está, en buena parte, determinado por su modo de origen, su situación astronómica y su entorno físico. Otros factores determinantes son la edad, el tamaño, el índice de rotación y la velocidad a la que se desplaza por el espacio. Tanto los mundos que se originaron por contracción gaseosa como aquellos que lo hicieron por un gradual incremento de materia sólida se caracterizan por tener montañas y, durante su vida primitiva, si no son demasiado pequeños, por tener agua y aire. Los mundos que resultan de derretimiento-división o de colisiones carecen a veces de extensas cadenas montañosas.
41:10.4 (466.3) Durante las primeras eras de todos estos nuevos mundos, los terremotos son frecuentes, y todos ellos se distinguen por grandes perturbaciones físicas. Esto ocurre de manera especial en esas esferas que se formaron por contracción de gases; se trata de mundos nacidos de los inmensos anillos nebulares que quedan a raíz de la condensación y contracción tempranas de algunos soles determinados. Los planetas que tienen un doble origen, como Urantia, pasan por unas etapas de juventud menos violentas y tempestuosas. No obstante, vuestro mundo experimentó una fase primitiva de grandes cataclismos, caracterizada por erupciones volcánicas, terremotos, inundaciones y formidables tormentas.
41:10.5 (466.4) Urantia está relativamente aislada en las lindes de Satania, y vuestro sistema solar es, con una excepción, el que se encuentra más alejado de Jerusem, mientras que el mismo sistema local de Satania está próximo al sistema más exterior de la constelación Norlatiadec, que a su vez se desplaza por el borde externo de Nebadón. Verdaderamente, estabais entre las criaturas más humildes de toda la creación hasta que Miguel, al darse de gracia, elevó a vuestro planeta a una posición de honor que atrajo poderosamente el interés de todo el universo. A veces el último es el primero, al igual que el más humilde será en verdad el más grande.
41:10.6 (466.5) [Exposición de un arcángel que colabora con el jefe de los centros de la potencia de Nebadón.]
Escrito 42
Energía, mente y materia
42:0.1 (467.1) Los pilares del universo son materiales en el sentido de que la energía es la base de toda existencia, y el Padre Universal rige la energía pura. La fuerza, la energía, es la única cosa que constituye un monumento imperecedero en demostración y prueba de la existencia y la presencia del Absoluto Universal. Esta inmensa corriente de energía que emana de las Presencias del Paraíso nunca ha cesado, jamás ha fallado; nunca ha interrumpido su sostenimiento infinito.
42:0.2 (467.2) La actuación sobre la energía del universo está siempre en conformidad con la voluntad personal y los mandatos omnisapientes del Padre Universal. Este dominio personal de la potencia manifestada y de la energía circulatoria se modifica por los actos y las decisiones, en correlación, del Hijo Eterno, así como también por los propósitos unidos del Hijo y del Padre, que el Actor conjunto lleva a efecto. Estos seres divinos actúan personalmente y de forma individual; también lo hacen en las personas y potestades de un número casi ilimitado de seres de rango inferior, cada uno de los cuales expresa de forma diversa, por todo el universo de los universos, este propósito eterno y divino. Pero tales modificaciones o transmutaciones funcionales y provisionales de la potencia divina no disminuyen de modo alguno la verdad de la declaración de que toda la fuerza-energía está bajo la total dirección de un Dios personal que reside en el centro de todas las cosas.
1. LAS FUERZAS Y LAS ENERGÍAS DEL PARAÍSO
42:1.1 (467.3) El fundamento del universo es la materia, pero la esencia de la vida es el espíritu. El Padre de los espíritus es también el predecesor de los universos; el Padre eterno del Hijo Primigenio es igualmente la fuente eterna del modelo primigenio, la Isla del Paraíso.
42:1.2 (467.4) La materia —la energía—, al no ser sino diferentes manifestaciones de la misma realidad cósmica, es como fenómeno del universo algo intrínseco al Padre Universal. “Todas las cosas en él subsisten”. La materia quizás parezca poner de manifiesto una energía inherente y exhibir una potencia autocontenida, pero las líneas de la gravedad que participan de las energías e intervienen en todos estos fenómenos físicos proceden, y dependen, del Paraíso. El ultimatón, la primera forma mensurable de energía, tiene el Paraíso como su núcleo.
42:1.3 (467.5) Existe una forma de energía desconocida en Urantia que es innata a la materia y que está presente en el espacio universal. Cuando por fin se realice este descubrimiento, los físicos creerán que han resuelto el misterio de la materia, al menos de manera parcial. Y, así, habrán dado un paso más en el acercamiento al Creador; así habrán llegado a comprender una faceta más de la manera divina; pero, de ningún modo, habrán encontrado a Dios ni tampoco habrán establecido la existencia de la materia o el funcionamiento de las leyes naturales, al margen del procedimiento cósmico que parte del Paraíso y del propósito incentivador del Padre Universal.
42:1.4 (468.1) Tras haber alcanzado un progreso incluso mayor y haber realizado nuevos descubrimientos, una vez que Urantia haya avanzado de forma considerable en comparación con el conocimiento actual, aunque consigáis el dominio de las rotaciones energéticas de las unidades eléctricas de la materia hasta el punto de modificar sus manifestaciones físicas —incluso después de todos estos logros, los científicos serán siempre incapaces de crear un solo átomo de materia o de originar un destello de energía o de añadir a la materia aquello que llamamos vida—.
42:1.5 (468.2) La creación de la energía y el don de la vida son prerrogativas del Padre Universal y de los seres personales creadores vinculados a él. El río de la energía y de la vida es un flujo continuo que proviene de las Deidades, es una corriente universal conjunta de la fuerza del Paraíso que fluye hacia todo el espacio. Esta energía divina se difunde por toda la creación. Los organizadores de la fuerza inician esos cambios e instituyen esas modificaciones de la fuerza espacial que resultan en la energía; los directores de la potencia transmutan la energía en materia; así nacen los mundos materiales. Los portadores de vida inician ciertos procesos en la materia inerte que dan lugar a lo que llamamos vida, vida material. Los supervisores de la potencia morontial desempeñan igualmente su actividad en todos los ámbitos de transición entre los mundos materiales y los espirituales. Los creadores espirituales de más elevado orden inauguran procesos similares en las formas divinas de la energía, y de aquí surgen las formas espirituales superiores de vida inteligente.
42:1.6 (468.3) La energía procede del Paraíso; se modela según directiva divina. La energía —la energía pura— participa de la naturaleza de lo divino; se diseña a semejanza de los tres Dioses que forman uno solo, al igual que obran en la sede del universo de los universos. Y toda la fuerza se encauza en el Paraíso, viene de las Presencias del Paraíso y regresa a ellas, y es en esencia una manifestación de la Causa Incausada —el Padre Universal—; y sin el Padre nada de lo que existe existiría.
42:1.7 (468.4) La fuerza que procede de la Deidad autoexistente es en sí misma por siempre existente. La fuerza-energía es imperecedera, indestructible; estas manifestaciones del Infinito pueden estar sujetas a transmutaciones ilimitadas, a transformaciones sin fin, y a eternas metamorfosis, pero en ningún sentido o grado, ni siquiera en la más mínima magnitud imaginable, pueden o podrían experimentar jamás la extinción. Pero la energía, aunque surge del infinito, no se manifiesta de modo infinito; tal como en la actualidad se concibe, existen límites exteriores en el universo matriz.
42:1.8 (468.5) La energía es eterna pero no infinita; responde siempre a la atracción globalizada de la Infinitud. La fuerza y la energía siempre tienen una continuidad; habiendo salido del Paraíso, deben regresar allí, aunque se necesiten era tras era para que se complete la vía circulatoria decretada. Aquello que se origina en la Deidad del Paraíso solo puede tener el Paraíso o la Deidad como destino.
42:1.9 (468.6) Y todo esto confirma nuestra convicción de un universo de universos circular, limitado de alguna manera, pero inmenso y ordenado. Si esto no fuese así, entonces, en algún momento, más tarde o más temprano, aparecería algún indicio del agotamiento de la energía. Todas las leyes, las configuraciones, la administración y el testimonio de los exploradores del universo apuntan a la existencia de un Dios infinito y, sin embargo, por ahora, indican, igualmente, la existencia de un universo finito, de una existencia circular sin fin, casi ilimitada, pero, no obstante, finita en contraste con la infinitud.
2. LOS SISTEMAS DE ENERGÍA UNIVERSALES NO ESPIRITUALES (LAS ENERGÍAS FÍSICAS)
42:2.1 (469.1) Es de hecho difícil encontrar en lengua inglesa palabras que puedan designar y describir con propiedad los distintos niveles de la fuerza y de la energía —física, mental o espiritual—. En estas narraciones no podemos adoptar vuestras definiciones, generalmente aceptadas, de fuerza, energía y potencia. Existe tal insuficiencia lingüística que nos vemos obligados a asignar múltiples significados a estos términos. En este escrito, por ejemplo, la palabra energía se usa para significar todas las fases y formas de movimiento, acción y potencial fenomenales, mientras que fuerza se aplica a los estadios pregravitatorios de la energía y potencia a los estadios posgravitatorios de la energía.
42:2.2 (469.2) Trataré, sin embargo, de reducir la confusión conceptual proponiendo la conveniencia de adoptar la siguiente categorización para la fuerza cósmica, la energía emergente y la potencia del universo —o energía física—:
42:2.3 (469.3) 1. La potencia del espacio. Alude a la incontestable y libre presencia espacial del Absoluto Indeterminado. En un sentido extrínseco, este concepto se aplica al potencial de la fuerza-espacio del universo que es inherente a la totalidad operativa del Absoluto Indeterminado, mientras que, en un sentido intrínseco, implica la totalidad de la realidad cósmica —universos— que emanaron en la eternidad de la Isla del Paraíso, y que no tiene principio, ni fin, ni movimiento, ni cambio.
42:2.4 (469.4) En el lado inferior del Paraíso se dan con probabilidad tres fenómenos característicos que se reparten en tres zonas donde la fuerza absoluta está presente y opera: la zona axial del Absoluto Indeterminado, la zona de la Isla del Paraíso misma y la zona intermedia, compuesta por ciertas instancias intermedias o funciones ecualizadoras y compensadoras no identificadas. Estas tres zonas concéntricas constituyen el centro del ciclo paradisíaco de la realidad cósmica.
42:2.5 (469.5) La potencia espacial es una prerrealidad; es el ámbito del Absoluto Indeterminado y es sensible solamente a la atracción personal del Padre Universal, a pesar de que sea aparentemente modificable por la presencia de los organizadores mayores primarios de la fuerza.
42:2.6 (469.6) En Uversa, se hace referencia a la potencia espacial como ABSOLUTA.
42:2.7 (469.7) 2. La fuerza primordial. Representa el primer cambio fundamental en la potencia espacial y puede ser una de las funciones del Paraíso Inferior en su vinculación con el Absoluto Indeterminado. Sabemos que la presencia espacial que sale del Paraíso inferior está de algún modo modificada respecto a la entrante. Mas a pesar de cualquiera de estas posibles correlaciones, la transmutación, claramente identificada, de la potencia espacial en fuerza primordial es la función diferenciadora primaria debido a la tensión-presencia de los organizadores vivos de la fuerza del Paraíso.
42:2.8 (469.8) La fuerza pasiva y potencial se convierte en activa y primordial en respuesta a la resistencia ofrecida por la presencia espacial de los organizadores mayores de la fuerza y devenidos primarios. La fuerza emerge entonces del dominio exclusivo del Absoluto Indeterminado a los ámbitos de respuesta múltiple —respuesta a ciertos movimientos primigenios iniciados por el Dios de Acción y acto seguido a ciertos movimientos compensatorios que emanan del Absoluto Universal—. La fuerza primordial es, según parece, reactiva a la causalidad trascendental en proporción a la absolutidad.
42:2.9 (469.9) A la fuerza primordial se la denomina a veces energía pura; en Uversa nos referimos a ella como SEGREGATA.
42:2.10 (470.1) 3. Las energías emergentes. La presencia pasiva de los organizadores primarios de la fuerza es suficiente para transformar la potencia espacial en fuerza primordial y, sobre este campo espacial activado, estos mismos organizadores de la fuerza dan comienzo a su labor de activación. En los ámbitos de la manifestación de la energía, la fuerza primordial, antes de aparecer como potencia del universo, está llamada a pasar por dos fases distintas de transmutación. Estos dos niveles de energía emergente son:
42:2.11 (470.2) a. La energía poderosa. Es una energía efectivamente orientable, movible de forma masiva, enormemente tensionada y de fuerte reacción —son sistemas gigantescos de energía puestos en movimiento por la acción de los organizadores primarios de la fuerza—. Al principio, esta energía primaria o poderosa no es claramente susceptible a la atracción de la gravedad del Paraíso, aunque es probable que se haga susceptible como agregado de masa o en función de su orientación espacial al conjunto de influencias absolutas que operan desde la zona del Paraíso inferior. Cuando la energía emerge hasta un nivel en el que comienza a responder a la atracción circular y absoluta de la gravedad del Paraíso, los organizadores primarios de la fuerza ceden paso a la actividad de sus colaboradores secundarios.
42:2.12 (470.3) b. La energía gravitatoria. La energía que hace entonces su aparición responde a la atracción de la gravedad y lleva consigo el potencial de la potencia del universo; se convierte en la predecesora activa de toda la materia del universo. Esta energía secundaria, o energía gravitatoria, es el efecto de la elaboración de la energía que resulta de la presión de su presencia y de las tendencias en tensión establecidas por los organizadores mayores de la fuerza y trascendentales adjuntos. En respuesta a la labor de estos operadores de la fuerza, la energía del espacio pasa rápidamente de su estadio de energía poderosa al de gravitatorio, volviéndose así directamente susceptible a la atracción circular de la gravedad (absoluta) del Paraíso, revelando, al mismo tiempo, cierto potencial de sensibilidad a la atracción de la gravedad lineal, intrínseca a la masa material, que hace pronto su aparición como resultado de los estadios electrónico y poselectrónico de la energía y de la materia. Cuando surge dicha respuesta a la gravedad, estos organizadores mayores de la fuerza adjuntos pueden retirarse de los ciclones energéticos del espacio siempre y cuando los directores de la potencia del universo sean factibles de ser asignados a ese campo de actuación.
42:2.13 (470.4) Estamos bastante inseguros respecto a las causas exactas de los primeros estadios de la evolución de la fuerza, pero reconocemos la acción inteligente del Último en los dos niveles en los que se manifiesta la energía emergente. En Uversa, cuando se considera a las energías poderosa y gravitatoria de forma conjunta, se las denomina ULTIMATA.
42:2.14 (470.5) 4. La potencia del universo. La fuerza del espacio se transforma primero en energía del espacio y, de ahí, en energía regida por la gravedad. De este modo, la energía física ha alcanzado un desarrollo tal que se puede conducir hacia los canales de la potencia y ponerse al servicio de los múltiples propósitos de los creadores del universo. Los versátiles directores, centros y controladores de la energía física llevan a cabo esta tarea en el gran universo —las creaciones organizadas y habitadas—. Estos directores de la potencia del universo asumen el control, más o menos completo, de veintiuna de las treinta fases de la energía, que constituyen el sistema energético actual de los siete suprauniversos. Este ámbito de la potencia-energía-materia es el campo de la acción inteligente del Séptuplo, que actúa bajo la acción directiva espacio temporal del Supremo.
42:2.15 (470.6) En Uversa nos referimos a los reinos de la potencia del universo como GRAVITA.
42:2.16 (470.7) 5. La energía de Havona. Conceptualmente hablando, este escrito se ha acercado al Paraíso a medida que hemos narrado la transmutación de la fuerza del espacio, nivel tras nivel, hasta el nivel de carácter operativo de la energía-potencia de los universos del tiempo y del espacio. Continuando hacia el Paraíso, nos encontramos, entonces, con una fase preexistente de la energía característica del universo central. Aquí el ciclo evolutivo parece revertirse; la energía-potencia parece ahora comenzar a replegarse hacia atrás, hacia la fuerza, pero una fuerza de naturaleza muy distinta a la potencia del espacio y a la fuerza primordial. Los sistemas de energía de Havona no son dobles; son trinos. Este es el ámbito de la energía existencial del Actor Conjunto, que obra en nombre de la Trinidad del Paraíso.
42:2.17 (471.1) En Uversa estas energías de Havona se conocen como TRIATA.
42:2.18 (471.2) 6. La energía trascendental. Este sistema de energía opera en el nivel superior del Paraíso y desde este, y solo con respecto a los seres absonitos. En Uversa se la denomina TRANOSTA.
42:2.19 (471.3) 7. La monota. La energía tiene una estrecha afinidad con la divinidad cuando se trata de energía del Paraíso. Nos inclinamos a creer que la monota es la energía viva y no espiritual del Paraíso —un equivalente en la eternidad de la energía viva y espiritual del Hijo Primigenio—, de ahí, el sistema de energía no espiritual del Padre Universal.
42:2.20 (471.4) No nos es posible diferenciar entre la naturaleza del espíritu del Paraíso y la monota del Paraíso. Aparentemente son iguales. Poseen nombres distintos, pero resulta difícil comentar mucho sobre una realidad cuyas manifestaciones espirituales y no espirituales solo se pueden distinguir por el nombre.
42:2.21 (471.5) Sabemos que las criaturas finitas pueden tener la experiencia de adorar al Padre Universal mediante el ministerio del Dios Séptuplo y de los modeladores del pensamiento, pero albergamos la duda de que un ser personal subabsoluto, ni incluso los directores de la potencia, pueda comprender la infinitud de la energía de la Primera Gran Fuente y Centro. Hay algo de lo que podemos tener certeza: si los directores de la potencia son conocedores del método por el que la fuerza del espacio experimenta esa metamorfosis, no nos revelan su secreto al resto de nosotros. Soy de la opinión de que no entienden del todo la labor de los organizadores de la fuerza.
42:2.22 (471.6) Estos mismos directores de la potencia son catalizadores de la energía; esto es, mediante su presencia hacen que la energía se segmente, se organice o se acumule formando unidades. Todo esto supone que debe haber algo inherente a la energía que provoque este modo de actuación en presencia de estas criaturas de la potencia. Hace mucho tiempo que los melquisedecs de Nebadón denominaron al fenómeno de la transmutación de la fuerza cósmica en potencia del universo como una de las siete “infinitudes de la divinidad”. Y esto es todo lo que podréis conocer al respecto durante vuestro ascenso en el universo local.
42:2.23 (471.7) A pesar de nuestra incapacidad para comprender enteramente el origen, la naturaleza y las transmutaciones de la fuerza cósmica, estamos totalmente familiarizados con todas las fases del comportamiento de la energía emergente desde los tiempos de su respuesta directa e inequívoca a la acción de la gravedad del Paraíso —aproximadamente desde el momento en que los directores de la potencia de los suprauniversos comienzan a desempeñar su actividad—.
3. CLASIFICACIÓN DE LA MATERIA
42:3.1 (471.8) Salvo en el universo central, la materia es idéntica en todos los universos. En cuanto a sus propiedades físicas, la materia depende del índice de rotación de sus componentes, del número y tamaño de los elementos rotatorios, de su distancia al cuerpo nuclear o del contenido espacial de la materia, al igual que de la presencia de ciertas fuerzas todavía por descubrir en Urantia.
42:3.2 (471.9) En los diversos soles, planetas y cuerpos del espacio existen diez grandes divisiones de la materia:
42:3.3 (472.1) 1. La materia ultimatónica: los componentes físicos primigenios de la existencia material, las partículas de energía de la que se forman los electrones.
42:3.4 (472.2) 2. La materia subelectrónica: el estadio de explosión y repulsión de los extraordinarios gases solares.
42:3.5 (472.3) 3. La materia electrónica (o estadio eléctrico de diferenciación de la materia): electrones, protones y distintos otros elementos que entran a formar parte de la diversa configuración de las agrupaciones de electrones.
42:3.6 (472.4) 4. La materia subatómica: materia que existe abundantemente en el interior de los soles calientes.
42:3.7 (472.5) 5. Átomos fragmentados: que se encuentran en los soles en enfriamiento y por todo el espacio.
42:3.8 (472.6) 6. La materia ionizada: átomos individuales que han perdido sus electrones exteriores (activos químicamente) a causa de la actividad eléctrica, térmica, de los rayos X o por los solventes.
42:3.9 (472.7) 7. La materia atómica: el estadio químico de la organización de los elementos, las unidades constituyentes de la materia molecular o visible.
42:3.10 (472.8) 8. El estadio molecular de la materia: materia en un estado de materialización relativamente estable tal como existe en Urantia en condiciones ordinarias.
42:3.11 (472.9) 9. La materia radioactiva: la tendencia y acción disruptiva de los elementos más pesados en condiciones de calor moderado y de presión gravitatoria atenuada.
42:3.12 (472.10) 10. La materia colapsada: la materia relativamente estacionaria que se halla en el interior de los soles fríos o muertos. Esta forma de materia no es realmente estacionaria; todavía tiene cierta actividad ultimatónica e incluso electrónica, pero dichos elementos están muy próximos el uno del otro, y sus índices de rotación están enormemente disminuidos.
42:3.13 (472.11) La clasificación de la materia anteriormente expuesta se ha realizado en base a la configuración de esta y no en base a la forma en la que aparece ante los seres creados. Tampoco tiene en cuenta los estadios preemergentes de la energía ni sus materializaciones eternas en el Paraíso y en el universo central.
4. TRANSMUTACIONES DE LA ENERGÍA Y DE LA MATERIA
42:4.1 (472.12) La luz, el calor, la electricidad, el magnetismo, la acción química, la energía y la materia son —en su origen, naturaleza y destino— una misma cosa, junto con otras realidades materiales aún por conocer en Urantia.
42:4.2 (472.13) No comprendemos del todo los casi interminables cambios a los que la energía física se ve sometida. En un universo, aparece como luz; en otro, como luz más calor; en otro, toma formas desconocidas en Urantia; en incontables millones de años puede reaparecer bajo la forma de energía eléctrica activa, emergente y expansiva o de potencia magnética; e incluso después puede aparecer de nuevo en otro universo bajo alguna forma de materia variable, atravesando una serie de metamorfosis, con su consiguiente desaparición física externa en algún gran cataclismo cósmico. Y, luego, tras indecibles eras y tras deambular de modo interminable por innumerables universos, de nuevo esta misma energía puede resurgir y modificar muchas veces su forma y potencial; de este modo, continúan estas transformaciones era tras era y por incontables regiones espaciales. Así pues, la materia prosigue su recorrido, sufriendo las transmutaciones del tiempo pero girando siempre fiel alrededor del círculo de la eternidad; y aunque por mucho tiempo se le impida retornar a su fuente, siempre es susceptible a esta, y siempre avanza por la ruta ordenada por la Persona Infinita que la envió.
42:4.3 (473.1) Los centros de la potencia y sus colaboradores se implican bastante en la labor de transmutar el ultimatón en las vías circulatorias y rotaciones del electrón. Estos singulares seres rigen y componen la potencia al actuar capazmente sobre las unidades básicas de la energía materializada, los ultimatones. Son los regidores de la energía que circula en su estado primitivo. En conjunción con los controladores físicos, son capaces de controlar y dirigir eficazmente la energía incluso después de que se haya transmutado al nivel eléctrico, el llamado estadio electrónico. Pero su radio de acción se restringe sobremanera cuando la energía organizada electrónicamente vira en las circunvoluciones de los sistemas atómicos. En el momento de tal materialización, estas energías se sitúan al completo alcance del poder de atracción de la gravedad lineal.
42:4.4 (473.2) La gravedad actúa positivamente en las líneas de fuerza y en los canales de energía de los centros de la potencia y de los controladores físicos, pero estos seres, en el ejercicio de sus atributos de antigravedad, solo se relacionan negativamente con ella.
42:4.5 (473.3) Por todo el espacio, el frío y otras influencias entran en acción para organizar de forma creativa a los ultimatones en electrones. El calor es proporcional a la actividad electrónica, mientras que el frío significa simplemente ausencia de calor —reposo relativo de la energía—, el estatus de la carga de fuerza universal del espacio a condición de que ni la energía emergente ni la materia organizada estén presentes y respondiendo a la gravedad.
42:4.6 (473.4) La presencia y acción de la gravedad impiden que aparezca el cero absoluto teórico; en el espacio interestelar no existe la temperatura de cero absoluto. En todo el espacio organizado, hay corrientes de energía, vías circulatorias de la potencia y actuaciones de los ultimatones, así como también energías electrónicas organizadoras, que responden a la gravedad. A efectos prácticos, el espacio no está vacío. Incluso la atmósfera de Urantia se hace cada vez menos densa hasta que a unos cinco mil kilómetros comienza a desvanecerse en la materia espacial media de esta sección del universo. El espacio más vacío que se conoce en Nebadón contiene unos cien ultimatones —el equivalente de un electrón— por cada 16,38 centímetro cúbico. En la práctica, esta escasez de materia se considera como espacio vacío.
42:4.7 (473.5) En los ámbitos de la evolución de la energía y de la materia, la temperatura —el calor y el frío— constituye solo un elemento secundario respecto de la gravedad. Los ultimatones obedecen sin resistencia a las temperaturas extremas. Las bajas temperaturas favorecen ciertas formas de construcción electrónica y ensamblaje atómico, mientras que las altas temperaturas facilitan toda clase de fragmentación atómica y desintegración de la materia.
42:4.8 (473.6) Cuando se someten al calor y a la presión de ciertos estados solares internos, todas las combinaciones de la materia salvo las más básicas pueden llegar a fragmentarse. El calor puede, por consiguiente, vencer, en gran manera, a la estabilidad gravitatoria. Si bien, no existe calor ni presión solar conocidos que puedan convertir de nuevo a los ultimatones en energía poderosa.
42:4.9 (473.7) Los soles abrasadores pueden transformar la materia en diversas formas de energía, pero los mundos oscuros y el conjunto del espacio exterior pueden retrasar la acción de los electrones y de los ultimatones hasta el punto de convertir a estas energías en la materia de los universos. Ciertas combinaciones de electrones de naturaleza similar, al igual que muchas de las combinaciones elementales de la materia nuclear, se forman en las temperaturas extremadamente bajas del espacio abierto, aumentando más tarde al agregarse a concentraciones mayores de energía en proceso de materialización.
42:4.10 (473.8) Durante toda esta interminable metamorfosis de la energía y de la materia debemos tener en cuenta el efecto de la presión gravitatoria y el comportamiento antigravitatorio de las energías ultimatónicas bajo ciertas condiciones de temperatura, velocidad y rotación. La temperatura, las corrientes de energía, la distancia y la presencia de los organizadores vivos de la fuerza y de los directores de la potencia repercuten igualmente sobre todos los fenómenos de transmutación de la energía y de la materia.
42:4.11 (474.1) El aumento de la masa en la materia es equivalente al aumento de la energía dividido por el cuadrado de la velocidad de la luz. En un sentido dinámico, el trabajo que la materia en reposo puede llevar a cabo es equivalente a la energía consumida en reunir sus partes desde el Paraíso, menos la resistencia de las fuerzas vencidas durante el tránsito y la mutua atracción ejercida por las partes de la materia.
42:4.12 (474.2) La existencia de formas preelectrónicas de la materia se indica por los dos pesos atómicos del plomo. En su formación inicial, el plomo pesa levemente más que el que se origina por la desintegración del uranio mediante las emanaciones de radio; y esta diferencia de peso atómico representa la pérdida real de energía al producirse la fragmentación atómica.
42:4.13 (474.3) La integridad relativa de la materia está asegurada por el hecho de que puede absorber o liberar la energía solamente en esas cantidades exactas que los científicos de Urantia han denominado “quanta”. En los mundos materiales, esta inteligente disposición sirve para mantener a los universos en funcionamiento.
42:4.14 (474.4) La magnitud de energía que se absorbe o emite cuando varían las posiciones de los electrones o de otros elementos es siempre un “quantum” o algún múltiplo de este, pero el comportamiento de las vibraciones u ondulaciones de dichas unidades de energía se determina enteramente por las dimensiones de las estructuras materiales implicadas. Las ondulaciones de esta energía tienen un diámetro 860 veces mayor que el diámetro de los ultimatones, electrones, átomos u otras unidades que actúan de este modo. La interminable confusión que acompaña a la observación del comportamiento de la mecánica cuántica ondulatoria se debe a la sobreimposición de las ondas de energía: dos crestas pueden combinarse para formar una cresta de doble altura, mientras que al encontrarse una cresta y una depresión se anulan mutuamente.
5. LAS MANIFESTACIONES DE LA ENERGÍA ONDULATORIA
42:5.1 (474.5) En el suprauniverso de Orvontón hay cien octavas de energía ondulatoria. De estos cien grupos de manifestaciones energéticas, en Urantia se conocen, en su totalidad o en parte, sesenta y cuatro. En la escala del suprauniverso, los rayos del Sol constituyen cuatro octavas: los rayos visibles abarcan una sola octava, la número cuarenta y seis de esta serie; el próximo es el grupo de rayos ultravioletas, mientras que diez octavas más arriba están los rayos X, seguidos por los rayos gamma del radio. Treinta y dos octavas por encima de la luz visible del Sol están los rayos de energía del espacio exterior, que con tanta frecuencia se mezclan con partículas diminutas de materia altamente energizadas, a ellos vinculadas. Justo por debajo de la luz solar visible, se hallan los rayos infrarrojos, y treinta octavas más abajo está el grupo de radiotransmisión.
42:5.2 (474.6) Desde el punto de vista del conocimiento científico de la Urantia del siglo XX, estas manifestaciones de la energía ondulatoria se pueden clasificar en los diez grupos siguientes:
42:5.3 (474.7) 1. Los rayos infraultimatónicos —o rotaciones limítrofes de ultimatones al empezar a adoptar una forma definitiva—. Se trata del primer estadio de la energía emergente en el que los fenómenos ondulatorios se pueden detectar y medir.
42:5.4 (474.8) 2. Los rayos ultimatónicos. La acumulación de la energía en las diminutas esferas de los ultimatones ocasiona vibraciones en el contenido del espacio que son perceptibles y mensurables. Y, mucho antes de que los físicos descubran el ultimatón, harán sin duda observaciones de estos rayos que se precipitan sobre Urantia. Estos rayos, cortos y potentes, son el resultado de la actividad inicial de los ultimatones cuando su velocidad disminuye hasta ese punto en el que hacen un viraje hacia la organización electrónica de la materia. A medida que los ultimatones se combinan para formar electrones, se produce una condensación y un consiguiente almacenamiento de energía.
42:5.5 (475.1) 3. Los rayos espaciales cortos. Tienen las longitudes de onda más cortas de todas aquellas específicamente electrónicas y conforman la etapa preatómica de esta forma de materia. Para que se produzcan estos rayos espaciales se precisan temperaturas extraordinariamente altas o bajas. Son de dos clases: una que acompaña el nacimiento de los átomos y la otra que es indicativo de la desintegración atómica. Emanan en mayores cantidades desde el plano más denso del suprauniverso, la Vía Láctea, que es también el plano más denso de los universos exteriores.
42:5.6 (475.2) 4. El estadio electrónico. Este estadio de la energía es la base de toda materialización en los siete suprauniversos. Cuando los electrones pasan desde los niveles de energía superiores a los inferiores en su traslación orbital, siempre se emite quanta. El cambio orbital de los electrones resulta en la eyección o absorción de partículas mensurables, muy precisas y uniformes, de luz-energía, mientras que cualquier electrón cede una partícula de luz-energía cuando colisiona. Las manifestaciones de la energía ondulatoria contribuyen también al comportamiento de los cuerpos con carga positiva y de otros elementos de la etapa electrónica.
42:5.7 (475.3) 5. Los rayos gamma —o emanaciones que son características de la disociación espontánea de la materia atómica—. El mejor ejemplo de esta forma de actividad electrónica se encuentra en los fenómenos asociados con la desintegración del radio.
42:5.8 (475.4) 6. El grupo de rayos X. El siguiente paso en la desaceleración del electrón produce las distintas formas de rayos X solares junto con aquellos rayos X que se generan de forma artificial. La carga electrónica crea un campo eléctrico; el movimiento da lugar a una corriente eléctrica; la corriente produce un campo magnético. Cuando un electrón se detiene de repente, la perturbación electromagnética resultante produce el rayo X; el rayo X es esa perturbación. Los rayos X solares son idénticos a los que se generan de forma mecánica para explorar el interior del cuerpo humano, salvo que son nimiamente más largos.
42:5.9 (475.5) 7. Los rayos ultravioletas o rayos químicos de la luz solar y sus diversas producciones por medios mecánicos.
42:5.10 (475.6) 8. La luz blanca: la totalidad de la luz visible de los soles.
42:5.11 (475.7) 9. Los rayos infrarrojos: la desaceleración de la actividad electrónica hasta acercarse al estadio de calor apreciable.
42:5.12 (475.8) 10. Las ondas hertzianas: energías utilizadas en Urantia para la radiotransmisión.
42:5.13 (475.9) De todas estas diez fases del movimiento ondulatorio de la energía, el ojo humano es sensible solamente a una octava, o totalidad de la luz solar ordinaria.
42:5.14 (475.10) El llamado éter es simplemente un nombre colectivo utilizado para designar al conjunto de actividades de la fuerza y de la energía que se producen en el espacio. Los ultimatones, los electrones y otras acumulaciones masivas de energía constituyen partículas uniformes de materia y, en su recorrido por el espacio, avanzan en realidad en línea recta. La luz y otras formas de manifestaciones reconocibles de la energía consisten en una sucesión de determinadas partículas de energía, que se mueven en línea recta salvo cuando la gravedad o la intervención de otras fuerzas las modifican. El hecho de que estas secuencias de partículas de energía aparezcan como fenómenos ondulatorios, cuando son objeto de ciertas observaciones se debe a la resistencia de la capa no diferenciada de energía que impregna todo el espacio, al hipotético éter, y a la atracción intergravitatoria entre las distintas partículas de materia que las acompañan. El espaciamiento de los intervalos entre las partículas de materia, junto con la velocidad inicial de los haces de energía, determina el aspecto ondulado de muchas formas de energía-materia.
42:5.15 (476.1) La excitación del contenido del espacio produce una reacción de tipo ondulatorio al paso de partículas de materia que se mueven con rapidez, tal como el paso de un barco por el agua trae consigo olas de amplitud e intervalo variables.
42:5.16 (476.2) El comportamiento de la fuerza primordial da realmente lugar a fenómenos que, en muchos sentidos, son análogos a vuestro supuesto éter. El espacio no está vacío; por todo el espacio, las esferas giran y se sumergen en un inmenso océano desplegado de fuerza-energía; el contenido espacial de un átomo tampoco está vacío. No obstante, el éter no existe; y la ausencia misma de este hipotético elemento posibilita que los planetas habitados se puedan librar de caer en el Sol y de que los envolventes electrones logren resistirse a precipitarse en el núcleo atómico.
6. ULTIMATONES, ELECTRONES Y ÁTOMOS
42:6.1 (476.3) Aunque la carga espacial de la fuerza universal es homogénea e indiferenciada, la organización de la energía evolucionada en materia implica la concentración de la energía en masas específicas con dimensiones determinadas y peso establecido —la concretización de la respuesta a la gravedad—.
42:6.2 (476.4) La gravedad local o lineal se vuelve totalmente operativa al aparecer la organización atómica de la materia. La materia preatómica desarrolla una leve respuesta a la gravedad cuando se la activa mediante rayos X y otras energías similares; si bien, la gravedad lineal no ejerce atracción alguna apreciable sobre las partículas de energía electrónica libres, sin ligación, no cargadas, ni sobre los ultimatones sueltos.
42:6.3 (476.5) Los ultimatones operan por atracción mutua, respondiendo solamente a la gravedad circular del Paraíso. Al no responder a la gravedad lineal, se mantienen, pues, en la deriva universal del espacio. Los ultimatones son capaces de acelerar su velocidad de rotación hasta el punto de poseer un efecto parcialmente antigravitatorio, pero no pueden, con independencia de los organizadores de la fuerza o de los directores de la potencia, alcanzar la velocidad crítica y escapar de su pérdida de individualidad, o sea, volver al estadio de energía poderosa. Por naturaleza, los ultimatones cesan su estado físico solo cuando forman parte de la desintegración final de un Sol enfriado y moribundo.
42:6.4 (476.6) Los ultimatones, desconocidos en Urantia, antes de cumplir los condicionamientos previos de rotación-energía para su organización electrónica, pasan por un periodo de desaceleración que entraña muchos estadios de actividad de orden físico. Realizan tres tipos diferentes de acciones: resistencia mutua a la fuerza cósmica, rotaciones individuales con potencial antigravitatorio y posicionamiento intraelectrónico de los cien ultimatones mutuamente correlacionados.
42:6.5 (476.7) La atracción que se ejercen mutuamente mantiene a cien ultimatones unidos en la formación de un electrón; y nunca hay ni más ni menos que cien ultimatones en un electrón típico. La pérdida de uno o más ultimatones merma la configuración característica del electrón, lo que da origen a una de las diez formas modificadas del electrón.
42:6.6 (476.8) Los ultimatones no describen órbitas ni giran siguiendo vías circulatorias en el interior de los electrones, pero se despliegan o agrupan conforme a su velocidad de rotación axial, estableciendo de este modo diferentes dimensiones electrónicas. Esta misma velocidad de rotación axial del ultimatón determina igualmente la reacción negativa o positiva de los distintos tipos de unidades electrónicas. La totalidad de la separación y agrupación de la materia electrónica, junto con la diferenciación eléctrica de los cuerpos con carga negativa y positiva de la energía-materia, resultan de esta diversidad operativa de la interacción entre los ultimatones que la componen.
42:6.7 (477.1) El átomo posee un diámetro algo por encima de 1/39 370 000 de centímetro, mientras que un electrón pesa un poco más de 1/2000 del átomo más pequeño, el hidrógeno. El protón, de carga positiva, característico del núcleo atómico, aunque puede que no sea más grande que un electrón, de carga negativa, pesa casi dos mil veces más.
42:6.8 (477.2) Si se aumentase la masa de la materia hasta que la masa de un electrón fuese equivalente a la décima parte de una onza, y entonces se ampliase la escala proporcionalmente, el volumen de dicho electrón llegaría a ser tan grande como el de la tierra. Si aumentáramos el volumen de un protón —mil ochocientas veces más pesado que un electrón— hasta el tamaño de la cabeza de un alfiler, entonces, comparativamente, esta alcanzaría un diámetro equivalente al de la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
7. LA MATERIA ATÓMICA
42:7.1 (477.3) La configuración de la materia se asemeja a la del sistema solar. En el centro de cualquier diminuto universo de energía existe una porción nuclear de orden material relativamente estable, más o menos inmóvil. Esta unidad central posee la posibilidad de manifestarse de manera triple. Rodeando este centro de energía, en una profusión ilimitada aunque en orbitas fluctuantes, dan vueltas las unidades de energía, comparables de algún modo a los planetas que circundan el Sol en algún conjunto estrellado como vuestro propio sistema solar.
42:7.2 (477.4) Dentro del átomo, los electrones giran alrededor del protón central en un espacio que es en comparación casi igual al de los planetas que giran alrededor del Sol en el espacio del sistema solar. Existe la misma distancia relativa, en comparación con el tamaño real, entre el núcleo atómico y la órbita electrónica interna que entre el planeta interno, Mercurio, y vuestro Sol.
42:7.3 (477.5) Las rotaciones axiales de los electrones y sus velocidades orbitales alrededor del núcleo atómico sobrepasan la imaginación humana, por no mencionar la velocidad de los ultimatones que los componen. Las partículas positivas de radio se alejan volando hacia el espacio a una velocidad de dieciséis mil kilómetros por segundo, mientras que las partículas negativas alcanzan una velocidad que se aproxima a la de la luz.
42:7.4 (477.6) Los universos locales se crean siguiendo el sistema decimal. En un universo doble, hay exactamente cien materializaciones atómicas diferenciables de energía espacial, la máxima configuración posible de la materia en Nebadón. Dichas cien formas de materia constan, en sucesión regular, de entre uno a cien electrones que giran alrededor de un núcleo central relativamente compacto. Es esta acumulación ordenada y constante de distintas energías la que constituye la materia.
42:7.5 (477.7) Estos cien elementos no se muestran de modo reconocible en la superficie de un planeta, pero están presentes en algún lugar, lo han estado o están en proceso de evolución. Las condiciones que rodean el origen y la consiguiente evolución de un planeta determinan cuántas de estas cien clases de átomos serán observables. Los átomos más pesados no se hallan en la superficie de muchos mundos. También en Urantia, los elementos conocidos más pesados manifiestan una tendencia a desintegrarse, tal como se ilustra en el comportamiento del radio.
42:7.6 (477.8) La estabilidad del átomo depende del número de neutrones eléctricamente inactivos situados en el cuerpo central. El comportamiento químico se deriva enteramente de la actividad de los electrones en su libre rotación.
42:7.7 (478.1) Nunca ha sido posible en Orvontón acumular, de forma natural, más de cien electrones orbitales en un sistema atómico. Cuando, de modo artificial, se han añadido ciento un electrones en un campo orbital, el resultado ha sido siempre la desintegración instantánea del protón central junto con la violenta dispersión de los electrones y de las otras energías liberadas.
42:7.8 (478.2) Aunque los átomos puedan contener de entre uno a cien electrones orbitales, únicamente los diez electrones externos de los átomos de mayor tamaño giran alrededor del núcleo central de forma diferenciada y discreta, dando vueltas de manera intacta y compacta alrededor de órbitas exactas y definidas. Los treinta electrones más cercanos al centro son difíciles de observar o detectar como corpúsculos separados y organizados. Este mismo índice relativo del comportamiento electrónico con relación a su proximidad al núcleo ocurre en todos los átomos, independientemente del número de electrones que posean. A mayor cercanía al núcleo, menor individualidad de orden electrónico existe. La extensión ondulatoria de la energía de un electrón puede expandirse tanto que puede llegar a ocupar la totalidad de las órbitas atómicas menores; esto es especialmente cierto de los electrones más cercanos al núcleo atómico.
42:7.9 (478.3) Los treinta electrones orbitales más internos poseen individualidad, pero sus sistemas energéticos tienden a entremezclarse, extendiéndose de un electrón al otro y casi de órbita en órbita. Los treinta electrones siguientes constituyen la segunda familia, o zona energética, y poseen una mayor individualidad al ser corpúsculos de materia que ejercen un control más completo sobre estos sistemas conjuntos de energía. Los otros treinta que le siguen, correspondientes a la tercera zona energética, están más individualizados y circulan en órbitas más exactas y definidas. Los últimos diez electrones, presentes solamente en los diez elementos más pesados, poseen el distintivo de la independencia y son, por lo tanto, capaces de escapar con mayor o menor libertad del control del núcleo matriz. Con un mínimo de variación de temperatura y presión, los componentes de este cuarto grupo más externo de electrones escapan de la atracción del núcleo central, como queda ilustrado en la desintegración espontánea del uranio y de otros elementos semejantes.
42:7.10 (478.4) Los primeros veintisiete átomos, aquellos que contienen de uno a veintisiete electrones orbitales, resultan más fáciles de apreciar que los demás. Del veintiocho en adelante nos encontramos, cada vez más, con la imprevisibilidad de la supuesta presencia del Absoluto Indeterminado. No obstante, parte de esta imprevisibilidad electrónica se debe al diferencial de velocidad de la rotación axial de los ultimatones y a su inexplicable propensión a “amontonarse”. Hay otras fuerzas —de orden físico, eléctrico, magnético y gravitatorio— que operan igualmente y traen consigo un comportamiento electrónico variable. Por lo tanto, los átomos se asemejan a las personas en cuanto a su previsibilidad. Los estadísticos pueden formular leyes aplicables a un gran número de átomos o de personas, pero no a un solo átomo o a una sola persona.
8. LA COHESIÓN DEL ÁTOMO
42:8.1 (478.5) Aunque la gravedad es uno de los diversos factores que mantienen unidos a los minúsculos sistemas de energía atómica dentro de estas unidades físicas elementales y entre ellas mismas, hay también presente una energía fuerte y desconocida, la clave de su constitución básica y de su comportamiento fundamental, una fuerza, todavía por descubrir en Urantia. Se trata de una influencia de rango universal que impregna todo el espacio existente dentro de esta diminuta estructura energética.
42:8.2 (478.6) El espacio interelectrónico de un átomo no está vacío. Por todo el átomo se producen manifestaciones ondulatorias, perfectamente sincronizadas con la velocidad de los electrones y las rotaciones de los ultimatones, que activan dicho espacio interelectrónico. Las leyes que conocéis sobre la atracción positiva y negativa no resultan del todo válidas para esta fuerza; su comportamiento, pues, es a veces imprevisible. Esta influencia no identificada parece ser la respuesta del Absoluto Indeterminado en relación con la fuerza espacial.
42:8.3 (479.1) Los protones cargados y los neutrones no cargados del núcleo del átomo se mantienen unidos debido a la función alternante del mesotrón, una partícula de materia ciento ochenta veces más pesada que el electrón. Sin este elemento, la carga eléctrica transportada por los protones tendría un efecto desestabilizador en el núcleo atómico.
42:8.4 (479.2) Por la constitución de los átomos, ni las fuerzas eléctricas ni las gravitatorias podrían mantener al núcleo unido. La integridad del núcleo se preserva gracias a la acción de reciprocidad y cohesión del mesotrón, que es capaz de integrar partículas cargadas y no cargadas debido a su potencia de fuerza-masa de orden superior y por la actividad añadida que hace que los protones y los neutrones cambien constantemente de lugar. El mesotrón consigue que la carga eléctrica de las partículas nucleares se proyecte incesantemente de un lado a otro entre los protones y los neutrones. En una infinitésima parte de un segundo, una partícula nuclear es un protón cargado y, en la siguiente, un neutrón no cargado. Y estas alternancias de la condición energética son tan increíblemente rápidas que se despoja a la carga eléctrica de cualquier posibilidad de actuar como fuerza desestabilizadora. De este modo, el mesotrón obra como un “portador de energía” que contribuye sobremanera a la estabilidad nuclear del átomo.
42:8.5 (479.3) La presencia y la acción del mesotrón dan también explicación a otro misterio atómico. Cuando los átomos tienen un comportamiento radioactivo, emiten mucha más energía de la que cabría esperar. Este exceso de radiación se deriva de la desintegración del mesotrón, o “portador de energía”, que, de ese modo, se convierte en un simple electrón. En su desintegración, el mesotrón emite también ciertas pequeñas partículas no cargadas.
42:8.6 (479.4) La presencia del mesotrón explica ciertas propiedades cohesivas del núcleo atómico, pero no justifica la cohesión entre protones ni la adhesión entre neutrones. La paradójica fuerza fuerte que da integridad y cohesión al átomo es una forma de energía todavía no descubierta en Urantia.
42:8.7 (479.5) Estos mesotrones se encuentran con abundancia en los rayos espaciales que, de forma tan incesante, inciden sobre vuestro planeta.
9. LA FILOSOFÍA NATURAL
42:9.1 (479.6) No solo la religión es dogmática, también la filosofía natural tiende al dogmatismo. Cuando un célebre maestro religioso llegó a la conclusión de que el número siete era esencial en la naturaleza porque hay siete orificios en la cabeza humana, si hubiese conocido más química, podría haber argumentado dicha opinión basándose en un fenómeno real del mundo físico. En todos los universos físicos del tiempo y del espacio, a pesar de que la energía se constituya de forma universal siguiendo el sistema decimal, existe un recordatorio siempre presente y real de que la configuración electrónica de la premateria tiene un orden séptuplo.
42:9.2 (479.7) El número siete es clave en el universo central y en el sistema espiritual de transmisión de los rasgos esenciales del carácter, pero el número diez, el sistema decimal, es intrínseco a la energía, la materia y a la creación material. No obstante, el mundo del átomo sí despliega ciertos caracteres que recurren periódicamente en grupos de siete —un distintivo de nacimiento que porta este mundo material y que indica su remoto origen espiritual—.
42:9.3 (480.1) Esta persistente constitución creativa de carácter séptuplo se presenta en los reinos de la química en forma de propiedades físicas y químicas semejantes, que recurren en periodos discriminados de siete cuando los elementos básicos se disponen por orden de sus pesos atómicos. Cuando los elementos químicos de Urantia se ordenan así en hileras siguiendo esta disposición, cualquier cualidad o propiedad dada tiende a recurrir de siete en siete. Este cambio periódico en orden de siete se repite de forma decreciente y con variaciones en toda la tabla química, siendo observable de forma más acusada en las agrupaciones atómicas primeras o más ligeras. Empezando con uno cualquiera de los elementos, una vez anotada alguna de sus propiedades, dicha cualidad cambiará en los seis elementos consecutivos, pero al llegar al octavo suele reaparecer, esto es, el octavo elemento químicamente activo se parece al primero, el noveno al segundo y así sucesivamente. Este hecho del mundo físico muestra, de modo inconfundible, la constitución séptupla de la energía ancestral y es indicativo de la realidad fundamental que subyace a la diversidad séptupla de las creaciones del tiempo y el espacio. El hombre debería también tomar nota de que existen siete colores en el espectro natural.
42:9.4 (480.2) Pero no todas las hipótesis de la filosofía natural tienen validez; el éter hipotético, por ejemplo, no representa sino un intento ingenioso del hombre por vertebrar su desconocimiento de los fenómenos espaciales. La filosofía del universo no se puede basar en las observaciones de la llamada ciencia. Si no presenciase la metamorfosis, el científico tendería a negar la posibilidad de que una oruga se transforme en mariposa.
42:9.5 (480.3) La estabilidad física en conjunción con la plasticidad biológica está presente en la naturaleza solamente gracias a la casi infinita sabiduría de los arquitectos mayores de la creación. Nada inferior a esta sabiduría trascendental podría jamás diseñar unidades de materia que son al mismo tiempo tan estables y tan eficientemente adaptables.
10. LOS SISTEMAS DE ENERGÍA UNIVERSALES NO ESPIRITUALES (LOS SISTEMAS DE LA MENTE MATERIAL)
42:10.1 (480.4) La extensión sin fin de la realidad cósmica relativa, desde la absolutidad de la monota del Paraíso hasta la absolutidad de la potencia del espacio, parece indicar que existe cierta evolución en la relación entre las realidades no espirituales de la Primera Fuente y Centro —aquellas realidades que están ocultas en la potencia del espacio, que se revelan en la monota y se manifiestan de forma provisional en los niveles cósmicos intermedios—. Este ciclo eterno de energía, al encauzarse en el Padre de los universos, es absoluto y, siendo absoluto, no es susceptible de expansión ni como hecho ni como valor; sin embargo, el Padre Primigenio incluso en este momento —como siempre— se realiza a sí mismo en un escenario de significados espacio temporales en continuo despliegue, y de contenidos espacio temporales transcendidos, en un escenario de relaciones cambiantes en donde la energía-materia se somete a la gradual acción directiva del espíritu vivo y divino a través del afán experiencial de la mente personal viva.
42:10.2 (480.5) Las energías universales no espirituales se vinculan de nuevo a los sistemas vivos de las mentes no creadoras en distintos niveles, algunos de los cuales se pueden describir de la siguiente manera:
42:10.3 (480.6) 1. La mente con anterioridad a los espíritus asistentes. Este nivel de la mente es no experiencial y en los mundos habitados están bajo el ministerio de los controladores físicos mayores. Se trata de la mente mecánica, el intelecto no educable de las formas más primitivas de la vida material, pero esta mente no educable opera en muchos niveles además del de la vida planetaria primitiva.
42:10.4 (481.1) 2. La mente atendida por los espíritus asistentes. Se corresponde al ministerio del espíritu materno del universo local que obra a través de sus siete espíritus asistentes en un nivel de la mente material, susceptible de ser educada (nivel no mecánico). En este nivel, la mente material adquiere experiencias como intelecto subhumano (animal) a través de los cinco primero asistentes de la mente; como intelecto humano (moral), en los siete asistentes; como intelecto sobrehumano (seres intermedios) en los últimos dos ayudantes.
42:10.5 (481.2) 3. Las mentes morontiales en evolución —o conciencia en expansión de los seres personales evolutivos en su andadura ascendente en el universo local—. Es el don del espíritu materno del universo local en conjunción con el hijo creador. Este nivel de la mente conlleva la configuración de un vehículo vital de tipo morontial, una síntesis de lo material y de lo espiritual, que se lleva a efecto por los supervisores de la potencia morontial del universo local. La mente morontial opera de forma diferenciada en respuesta a los 570 niveles de vida morontial, revelando una creciente capacidad de vinculación con la mente cósmica en los niveles de realización de carácter superior. Este es el curso evolutivo de las criaturas mortales, pero el Hijo del universo y el Espíritu del universo también otorgan la mente de orden no morontial a los hijos no morontiales de las creaciones locales.
42:10.6 (481.3) La mente cósmica. Se trata de la mente séptupla diversificada del tiempo y del espacio, cada faceta de la cual cuenta con el ministerio de uno de los siete espíritus mayores en cada uno de los siete suprauniversos. La mente cósmica abarca todos los niveles de la mente finita y se coordina de forma experiencial con los niveles evolutivos en cuanto deidad de la Mente Suprema y de forma trascendental con los niveles existenciales de la mente absoluta —las vías circulatorias directas del Actor Conjunto—.
42:10.7 (481.4) En el Paraíso, la mente es absoluta; en Havona, es absonita; en Orvontón, es finita. La mente siempre implica la presencia-actividad de un ministerio vivo además de diversos sistemas de energía, y esto es cierto de todos los niveles y de todos los tipos de mente. Pero, más allá de la mente cósmica resulta, cada vez más difícil representar las relaciones de la mente con la energía no espiritual. La mente de Havona es subabsoluta pero supraevolutiva; al ser existencial-experiencial, está más cerca de lo absonito que cualquier otro concepto que se os haya revelado. La mente del Paraíso sobrepasa la comprensión humana; es existencial, no espacial y no temporal. Sin embargo, todos estos niveles mentales están eclipsados por la presencia universal del Actor Conjunto —por la atracción de la gravedad mental del Dios de la mente del Paraíso—.
11. LOS MECANISMOS DEL UNIVERSO
42:11.1 (481.5) En la valoración y el reconocimiento de la mente se debe tener presente que el universo no es ni mecánico ni mágico; es una creación de la mente y un mecanismo que se rige mediante leyes. Pero, aunque en su aplicación práctica, las leyes de la naturaleza operan en lo que parece ser el doble ámbito de lo físico y lo espiritual, en la realidad ambos niveles son uno solo. La Primera Fuente y Centro es la causa primordial de toda materialización y, al mismo tiempo, el Padre primero y final de todos los espíritus. El Padre del Paraíso se manifiesta de forma personal en los universos externos a Havona solo como energía pura y espíritu puro —como los modeladores del pensamiento y otras fracciones similares de la Deidad—.
42:11.2 (481.6) Los mecanismos no gobiernan en absoluto toda la creación; el universo de los universos en su totalidad está planificado por una mente, creado por una mente y regido por una mente. Pero el componente divino que dirige el universo de los universos es demasiado perfecto para que, mediante los métodos científicos de la mente finita del hombre, se pueda apreciar rastro alguno de la preeminencia de la mente infinita. Esta mente creadora, rectora y sostenedora no es ni mente material ni mente creatural; es mente espiritual que obra en y desde los niveles creadores de la realidad divina.
42:11.3 (482.1) La facultad de distinguir y descubrir una mente en los mecanismos del universo depende por completo de las dotes, el alcance y la capacidad de la mente investigadora que se implique en esta tarea de observación. La mente del espacio-tiempo, configurada a partir de las energías del tiempo y del espacio, está sujeta al mecanismo de acción de estos dos factores.
42:11.4 (482.2) En el espacio-tiempo, el movimiento y la gravitación del universo constituyen facetas gemelas del mecanismo impersonal del universo de los universos. El grado de respuesta a la gravedad del espíritu, de la mente y de la materia es mayormente independiente del tiempo, pero solo los niveles espirituales verdaderos de la realidad lo son también del espacio (son no espaciales). Los niveles mentales superiores del universo —los niveles mentales espirituales— pueden ser igualmente no espaciales, pero los de la mente material, como la mente humana, son susceptibles a las interacciones de la gravitación del universo, y pierden esta respuesta solamente en proporción a su grado de identificación con el espíritu. Los niveles de la realidad espiritual se determinan por su contenido espiritual, y la espiritualidad en el tiempo y el espacio es inversamente proporcional a su respuesta a la gravedad lineal.
42:11.5 (482.3) La respuesta a la gravedad lineal mide de modo cuantitativo la energía no espiritual. Toda masa —o energía organizada— está sujeta a esta atracción de la gravedad excepto cuando el movimiento y la acción de la mente actúan sobre ella. La gravedad lineal es la fuerza cohesiva de corto alcance del macrocosmos, algo así como las fuerzas de cohesión intraatómica constituyen las fuerzas de corto alcance del microcosmos. La energía física materializada, organizada como la conocida materia, no puede atravesar el espacio sin tener un efecto de respuesta en la gravedad. Aunque dicha respuesta es directamente proporcional a la masa, esta sufre tal modificación por el espacio que media que el resultado final no es más que una somera aproximación cuando se expresa como inversamente proporcional al cuadrado de la distancia. El espacio acaba por imperar sobre la gravitación lineal gracias a la presencia en él de las influencias antigravitatorias de numerosas fuerzas supramateriales que operan para neutralizar la acción de la gravedad y toda reacción a ella.
42:11.6 (482.4) Los mecanismos cósmicos, extremadamente complejos y sumamente automatizados, siempre tienen tendencia a ocultar la presencia de una mente latente, inventiva o creativa, a todas y cada una de las inteligencias que están muy por debajo de los niveles del universo en los que naturalmente se desenvuelven estos mismos mecanismos. Por ello, resulta inevitable que los mecanismos superiores del universo hayan de parecer como desprovistos de mente para los órdenes inferiores de criaturas. La única excepción posible a esta afirmación sería suponer la existencia de algún tipo de mente subyacente al asombroso fenómeno de un universo que aparentemente se mantiene por sí mismo —pero esto es una cuestión más bien filosófica que de la experiencia real—.
42:11.7 (482.5) No existen mecanismos inmutables cuando es una mente la que coordina el universo. Hay un fenómeno universal que hace que evolución progresiva y automantenimiento cósmico estén enlazados. La capacidad evolutiva del universo es inagotable en la infinitud de la espontaneidad. El avance hacia una unidad armoniosa, hacia una creciente síntesis experiencial que se superpone a una cada vez mayor complejidad de relaciones, solo se puede llevar a efecto por una mente resoluta y directiva.
42:11.8 (482.6) Cuanto más elevada sea la mente del universo en su vinculación con cualquier fenómeno de este, más difícil les resultará descubrirla a mentes de orden inferior. Y, puesto que la mente que gobierna el mecanismo del universo es espíritu-mente creativo (la mente misma del Infinito), a las mentes de menor rango no les resulta posible ni descubrirla ni percibirla, mucho menos le será factible hacerlo a la mente más humilde de todas, a la mente humana. La mente animal evolutiva, aunque busca por naturaleza a Dios, no es por sí misma ni en sí misma intrínsecamente conocedora de Dios.
12. MODELO Y FORMA: EL PREDOMINIO DE LA MENTE
42:12.1 (483.1) La evolución de los mecanismos del universo supone e indica la presencia y el predominio no visible de la mente creativa. La facultad que posee el intelecto mortal para concebir, diseñar y crear mecanismos automáticos demuestra que las cualidades superiores, creativas y resolutivas de la mente del hombre tienen una predominante influencia en el planeta. La mente siempre tiene tendencia a:
42:12.2 (483.2) 1. Crear mecanismos materiales.
42:12.3 (483.3) 2. Descubrir misterios ocultos.
42:12.4 (483.4) 3. Explorar circunstancias remotas.
42:12.5 (483.5) 4. Construir sistemas mentales.
42:12.6 (483.6) 5. Alcanzar objetivos de sabiduría.
42:12.7 (483.7) 6. Conseguir niveles espirituales.
42:12.8 (483.8) 7. Lograr los destinos divinos: supremo, último y absoluto.
42:12.9 (483.9) La mente es siempre creativa. La mente, de la que están dotados los seres, ya sea animal, mortal, morontial, ascendente espiritual o de un finalizador, es siempre apta para dar origen a un cuerpo adecuado para servir los propósitos de la identidad de la criatura viva. Pero el fenómeno de la presencia del ser personal o del modelo de una identidad, como tal, no es una manifestación de la energía, ni física ni mental ni espiritual. La forma personal es el elemento configurativo del ser vivo; supone la organización de las energías, y esto, más la vida y el movimiento, es el mecanismo de la existencia creatural.
42:12.10 (483.10) Incluso los seres espirituales tienen formas, y estas formas espirituales (modelos) son reales. Incluso los órdenes más elevados de seres personales espirituales tienen formas —presencias personales en todos los sentidos análogas a los cuerpos mortales de Urantia—. Casi todos los seres que concurren en los siete suprauniversos poseen formas. Pero existen algunas excepciones a esta regla general: los modeladores del pensamiento parecen no disponer de una forma hasta después de fusionarse con las almas supervivientes de sus compañeros mortales. Los mensajeros solitarios, los espíritus inspirados de la Trinidad, los auxiliares personales del Espíritu Infinito, los mensajeros de la gravedad, los archivistas trascendentales y algunos otros más tampoco tienen una forma perceptible. Pero estos son algunos pocos casos de carácter excepcional; la inmensa mayoría posee genuinas formas personales, formas que caracterizan individualmente a los seres, y que son reconocibles y personalmente diferenciables.
42:12.11 (483.11) La conjunción de la mente cósmica y del ministerio de los espíritus asistentes de la mente trae consigo el tabernáculo físico adecuado para el ser humano en evolución. Asimismo, la mente morontial particulariza la forma morontial para todos los supervivientes mortales. Al igual que el cuerpo mortal es personal y característico de cada ser humano, la forma morontial será, del mismo modo, sumamente particularizada y adecuadamente característica de la mente creativa que lo rige. Dos formas morontiales no tienen más parecido entre ellas que dos cuerpos, cualesquiera que sean. Los supervisores de la potencia morontial auspician, y los serafines acompañantes proporcionan, el material morontial indiferenciado a partir del cual puede la vida morontial comenzar su actividad. Y, tras la vida morontial, se descubrirá que las formas espirituales son igualmente diferentes, personales y características de sus respectivos moradores de espíritu-mente.
42:12.12 (483.12) En el mundo material vosotros creéis que el cuerpo tiene un espíritu, pero nosotros consideramos que es el espíritu el que tiene un cuerpo. Los ojos materiales son en verdad las ventanas del alma nacida del espíritu. El espíritu es el arquitecto; la mente, el constructor; el cuerpo, el edificio material.
42:12.13 (484.1) En los universos fenoménicos, las energías físicas, espirituales y mentales, como tales y en sus estados puros, no interactúan por completo como realidades. En el Paraíso, las tres energías son coiguales, en Havona se coordinan, mientras que en los niveles existentes en el universo, en los que se desarrolla una actividad de orden finito, se han de hallar todos los rangos en cuanto a la preeminencia de lo material, lo mental y lo espiritual. En el espacio y el tiempo, en situaciones no personales, la energía física parece predominar, pero también parece que cuanto más se aproxima la actividad del espíritu-mente a la divinidad de propósito y a la supremacía de acción, más preeminente se vuelve la faceta espiritual de la energía y, en su nivel último, el espíritu-mente puede adquirir casi una total preponderancia. En el nivel absoluto, el espíritu es sin duda soberano. Y, a partir de ahí hacia el exterior, a través de los reinos del tiempo y del espacio, siempre y cuando haya presente una realidad espiritual divina, dondequiera que obre un espíritu-mente genuino, existirá siempre una tendencia a crearse un equivalente material o físico de esa realidad espiritual.
42:12.14 (484.2) El espíritu es la realidad creativa; su equivalente físico es el reflejo en el espacio-tiempo de la realidad espiritual, la consecuencia física de la acción creativa del espíritu-mente.
42:12.15 (484.3) La mente predomina con carácter universal sobre la materia, al igual que es, a su vez, sensible a la acción directiva última del espíritu. Y, en el hombre mortal, solo esa mente que libremente se rinde a la dirección del espíritu puede tener la esperanza de sobrevivir a la existencia material del espacio-tiempo como hijo inmortal del mundo espiritual eterno del Supremo, del Último y del Absoluto: del Infinito.
42:12.16 (484.4) [Exposición, a instancias de Gabriel, de un mensajero poderoso de servicio en Nebadón.]
Escrito 43
Las constelaciones
43:0.1 (485.1) Por lo común, se hace referencia a Urantia con el número 606 de Satania, de Norlatiadec de Nebadón, lo que quiere decir: mundo habitado seiscientos seis del sistema local de Satania, situado en la constelación de Norlatiadec, una de las cien constelaciones del universo local de Nebadón. Al ser las constelaciones las principales divisiones de la que constan los universos locales, sus gobernantes vinculan los sistemas locales de mundos habitados a la administración central del universo local con sede en Lugar de Salvación y, mediante la reflectividad, a la administración de los suprauniversos, competencia de los ancianos de días en Uversa.
43:0.2 (485.2) El gobierno de vuestra constelación está situado en un conjunto de 771 esferas arquitectónicas, de las cuales, la más grande y más central es Edentia, la sede administrativa de los Padres de la constelación o Altísimos de Norlatiadec. Edentia es aproximadamente cien veces mayor que vuestro mundo. Las setenta esferas principales que rodean Edentia son unas diez veces el tamaño de Urantia, mientras que los diez satélites que giran alrededor de cada uno de estos setenta mundos son más o menos de las dimensiones de Urantia. Estas 771 esferas arquitectónicas tienen un tamaño prácticamente comparable al de esas otras constelaciones.
43:0.3 (485.3) El cálculo del tiempo y la distancia en Edentia es el usado en Lugar de Salvación y, como las esferas de la capital del universo, los mundos-sede de la constelación están completamente provistos de todos los órdenes de inteligencias celestiales. En general, estos seres personales no son muy diferentes de los que se describen en relación con la administración del universo.
43:0.4 (485.4) Los serafines supervisores, el tercer orden de ángeles del universo local, están asignados al servicio de las constelaciones. Instauran su sede en las esferas capitales y sirven ampliamente en los mundos de formación morontial que las circundan. En Norlatiadec, las setenta esferas principales, junto con los setecientos satélites menores, están habitadas por los univitatias, los ciudadanos permanentes de la constelación. Todos estos mundos arquitectónicos están enteramente regidos por diferentes grupos de vida nativa, en su mayor parte no revelados, pero en los que están incluidos los eficientes espirongas y los hermosos espornagias. Al constituir el punto medio del régimen de formación morontial, la vida morontial de las constelaciones, como es de esperar, es tanto típica como ideal.
1. LA SEDE CENTRAL DE LA CONSTELACIÓN
43:1.1 (485.5) Edentia tiene abundantes y fascinantes altiplanicies, de extensas elevaciones de materia física coronada de vida morontial e impregnada de gloria espiritual, pero carece de cadenas montañosas escarpadas tal como las que se encuentran en Urantia. Hay decenas de miles de brillantes lagos conectados entre sí por miles y miles de arroyos, pero no hay grandes océanos ni ríos torrenciales. Solo las altiplanicies carecen de estos arroyos en superficie.
43:1.2 (486.1) El agua en Edentia y en esferas arquitectónicas similares no difiere de la existente en los planetas evolutivos. Los sistemas hidráulicos de tales esferas son tanto de superficie como subterráneos, y el aire húmedo circula de forma constante. Se puede circunnavegar Edentia siguiendo diferentes rutas acuáticas, aunque el medio principal de transporte es la atmósfera. Los seres espirituales viajan de forma natural por encima de la superficie de la esfera, mientras que los seres morontiales y materiales hacen uso de medios materiales y semimateriales para cruzar la atmósfera.
43:1.3 (486.2) Edentia y los mundos vinculados a esta sede central poseen una auténtica atmósfera; se trata de una mezcla habitual de tres gases, característica de tales creaciones arquitectónicas, que incluye los dos elementos de la atmósfera de Urantia además del gas morontial, conveniente para la respiración de las criaturas morontiales. Si bien, aunque dicha atmósfera es tanto material como morontial, no hay tormentas ni huracanes; tampoco hay verano ni invierno. Esta ausencia de perturbaciones atmosféricas y de variaciones estacionales faculta el embellecimiento exterior de estos mundos específicamente creados.
43:1.4 (486.3) Las altiplanicies de Edentia gozan de un espléndido relieve físico y de una belleza enaltecida por la inagotable profusión de vida que abunda a todo su largo y ancho. Salvo algunas construcciones de carácter más bien aislado, estas altiplanicies no han sido tocadas por las manos de criatura alguna. La ornamentación material y morontial se circunscribe a las zonas habitadas. En las elevaciones menores, bellamente engalanadas tanto con arte biológico como con arte morontial, se sitúan una excepcionales residencias.
43:1.5 (486.4) En la cumbre de la séptima cadena de altiplanicies, se encuentran las salas de resurrección de Edentia, en las que despiertan los mortales ascendentes de los órdenes modificados secundarios de ascensión. Estas cámaras de reconstitución de la criatura están bajo la supervisión de los melquisedecs. La primera de las esferas receptoras de Edentia (al igual que el planeta Melquisedec cercano a Lugar de Salvación) tiene también salas especiales de resurrección, en las que se reconstituye al mortal de dichos órdenes modificados.
43:1.6 (486.5) Los melquisedecs también mantienen dos facultades especiales en Edentia. Por un lado, está la escuela de emergencias, que se dedica al estudio de los problemas surgidos por la rebelión en Satania y, por otro, la escuela del ministerio de gracia, que se dedica a la enseñanza de los nuevos problemas que resultan del hecho de que Miguel realizó su último ministerio de gracia en uno de los mundos de Norlatiadec. Esta última facultad se estableció hace casi cuarenta mil años, inmediatamente después de que Miguel anunciara que había elegido Urantia como mundo para dicho último ministerio.
43:1.7 (486.6) El mar de cristal, el área de recepción de Edentia, está cerca del centro administrativo y está rodeado por el anfiteatro de esta sede central. Circundando esta área, se hallan los centros de gobierno para las setentas divisiones de gestión de los asuntos de la constelación. La mitad de Edentia está dividida en setenta secciones triangulares, cuyas lindes convergen en los edificios que conforman la sede de sus sectores respectivos. El resto de la esfera es un inmenso parque natural: los jardines de Dios.
43:1.8 (486.7) Durante vuestras visitas periódicas a Edentia, aunque podréis perfectamente examinar todo el planeta, pasaréis la mayoría de vuestro tiempo en ese triángulo de gestión administrativa, cuyo número corresponde al de vuestro mundo de residencia actual. Siempre seréis bien recibidos en calidad de observadores en las asambleas legislativas.
43:1.9 (486.8) El área morontial asignada a los mortales ascendentes con residencia en Edentia está situada en la zona intermedia del triángulo número treinta y cinco colindante con la sede de los finalizadores, que se halla en el triángulo treinta y seis. La sede de los univitatias ocupa una enorme área de la región intermedia del triángulo treinta y cuatro justo al lado de la zona residencial reservada a los ciudadanos morontiales. A partir de esta configuración, es posible observar que se han adoptado disposiciones para dar cabida al menos a setenta grupos mayores de vida celestial e, igualmente, que cada uno de estos setenta sectores triangulares se correlaciona con alguna de las setenta esferas principales de formación morontial.
43:1.10 (487.9) El mar de cristal de Edentia es una inmensa superficie circular de vidrio de alrededor de ciento sesenta kilómetros de circunferencia y de unos cuarenta y ocho kilómetros de profundidad. Este espléndido vidrio sirve de campo de recepción para todos los serafines de transporte y para algunos otros seres que llegan de lugares externos a la esfera; este mar de cristal facilita enormemente el aterrizaje de dichos serafines.
43:1.11 (487.2) En casi todos los mundos arquitectónicos, hay este tipo de área de vidrio; y, aparte de su valor decorativo, responde a muchos propósitos; se usa para describir el fenómeno de la reflectividad del suprauniverso a grupos allí reunidos y como factor determinante en la transformación de la energía para modificar las corrientes del espacio y para adaptar otras corrientes de energía física entrantes.
2. EL GOBIERNO DE LAS CONSTELACIONES
43:2.1 (487.3) Las constelaciones constituyen las unidades autónomas de los universos locales; cada una de ellas se rige según sus propias disposiciones legislativas. Cuando los tribunales de Nebadón juzgan los asuntos del universo, todas las cuestiones internas se deciden conforme a las leyes imperantes en la constelación correspondiente. Son los administradores de los sistemas locales los que se encargan de la ejecución de los decretos judiciales de Lugar de Salvación en conjunción con las promulgaciones de las constelaciones.
43:2.2 (487.4) Así pues, las constelaciones funcionan como unidades legislativas o elaboradoras de leyes, mientras que los sistemas locales sirven como unidades de ejecución o de aplicación de las leyes. El gobierno de Lugar de Salvación es el organismo supremo de coordinación judicial.
43:2.3 (487.5) Aunque el poder judicial supremo corresponde a la administración central del universo local, en la sede central de cada constelación existen dos tribunales secundarios pero de importancia mayor: el consejo Melquisedec y el tribunal del Altísimo.
43:2.4 (487.6) Los melquisedecs primeramente realizan una revisión judicial de los casos problemáticos. Se faculta a doce miembros de este orden, con cierta necesaria experiencia en los planetas evolutivos y en los mundos de gobierno del sistema, para revisar pruebas, recopilar alegaciones y formular veredictos provisionales, los cuales se comunican al tribunal del Altísimo, o Padre reinante de la constelación. El componente humano del mencionado tribunal está integrado por siete jueces, todos ellos mortales ascendentes. Cuanto más ascendáis en el universo, más ciertos estaréis de ser juzgados por seres de vuestra misma clase.
43:2.5 (487.7) El órgano legislativo de la constelación está dividido en tres grupos. Su organización comienza con la cámara baja de los ascendentes, integrada por un grupo de mil representantes mortales bajo la autoridad de un finalizador. Cada sistema nombra a diez miembros para que participen en esta asamblea deliberante. En la actualidad, en Edentia, este organismo no está al completo.
43:2.6 (487.8) La cámara media de los legisladores está compuesta por las multitudes seráficas y sus colaboradores, otros hijos del espíritu materno del universo local. A este grupo, que cuenta con cien miembros, lo nombran los seres personales supervisores que dirigen a su vez la diversa actividad de dichos seres cuando desempeñan su labor en la constelación.
43:2.7 (488.1) El órgano consultivo u órgano legislador de más alto rango de la constelación está compuesto por la cámara de los iguales —la cámara de los Hijos divinos—. Los Padres Altísimos son los que eligen a este colectivo de diez miembros. Solo aquellos Hijos divinos que hayan adquirido una especial experiencia pueden servir en esta cámara alta. Se trata de un grupo que determina hechos y ahorra tiempo, y sirve de manera eficaz a las dos divisiones de menor rango de la asamblea legislativa.
43:2.8 (488.2) El consejo conjunto de legisladores se compone de tres miembros de cada una de estas ramas separadas de la asamblea deliberante de la constelación y está presidido por el Altísimo reinante de menor rango. Este grupo sanciona la forma final de todas las disposiciones y autoriza su promulgación por medio de los informadores. Con su aprobación, esta comisión suprema convierte en ley de la constelación las disposiciones legislativas; sus medidas son definitivas. Los pronunciamientos legislativos de Edentia constituyen la ley fundamental de todo Norlatiadec.
3. LOS ALTÍSIMOS DE NORLATIADEC
43:3.1 (488.3) Los gobernantes de las constelaciones pertenecen al orden vorondadec de filiación del universo local. Cuando se les destina al servicio activo en calidad de gobernantes de las constelaciones o en alguna otra función, a estos Hijos se les conoce como los Altísimos por personificar la más alta sabiduría en asuntos de gobierno emparejada con la lealtad más juiciosa e inteligente de todos los órdenes de los Hijos de Dios del universo local. Su integridad personal y su lealtad al grupo nunca se han puesto en cuestión; nunca se ha dado en Nebadón deslealtad alguna de parte de los hijos vorondadecs.
43:3.2 (488.4) Gabriel nombra al menos a tres hijos vorondadecs como los Altísimos de cada una de las constelaciones de Nebadón. Al miembro que preside este trío se le conoce como el Padre de la constelación y a sus dos colaboradores como el Altísimo de mayor rango y el Altísimo de rango menor. Los Padres de las constelaciones reinan por diez mil años de tiempo regular (alrededor de 50 000 años de Urantia), habiendo previamente servido como colaborador de menor y de mayor rango respectivamente durante períodos iguales.
43:3.3 (488.5) El salmista sabía que Edentia estaba gobernada por tres Padres de la constelación y, por consiguiente, se refirió a su morada en plural: “Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de los tabernáculos de los Altísimos”.
43:3.4 (488.6) A lo largo de los siglos ha existido una gran confusión en Urantia con relación a los distintos gobernantes del universo. Muchos maestros posteriores llegaron a confundir sus imprecisas y ambiguas deidades tribales con los Padres Altísimos. Incluso más tarde, los hebreos fusionaron todos estos gobernantes celestiales en una deidad compuesta. Uno de sus maestros comprendió que los Altísimos no eran los gobernantes supremos, puesto que dijo: “El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente”. En los textos que se conservan en Urantia es muy difícil a veces saber con exactitud qué quieren decir con el término “Altísimo”. Pero Daniel lo comprendió plenamente cuando dijo “El Altísimo gobierna en el reino de los hombres y lo da a quien él quiere”.
43:3.5 (488.7) Los Padres de las constelaciones se implican poco con los seres individuales de los planetas habitados, pero están estrechamente relacionados con las funciones legislativa y elaboradora de leyes de las constelaciones, que tanto incumben a cada una de las razas mortales y al grupo nacional de los mundos habitados.
43:3.6 (489.1) Aunque el régimen de la constelación se sitúa entre vosotros y la administración del universo, por lo común, de manera individual, no prestaríais mucha atención al gobierno de la constelación, sino que normalmente os centraríais, en su mayor parte, en el sistema local de Satania; pero Urantia está, de forma temporal, íntimamente vinculada a los gobernantes de la constelación debido a ciertas circunstancias planetarias y en relación con el sistema local que resultaron de la rebelión de Lucifer.
43:3.7 (489.2) En el momento de la secesión de Lucifer, los Altísimos de Edentia asumieron ciertos niveles de autoridad planetaria en los mundos rebeldes, y continúan haciendo uso de esta atribución. Hace mucho tiempo que los ancianos de días dieron su confirmación a tal asunción de poder sobre estos mundos insubordinados. Sin duda, continuarán ejerciendo esa jurisdicción que asumieron mientras Lucifer esté vivo. En un sistema leal, una gran parte de esta autoridad se confiaría generalmente al soberano del sistema.
43:3.8 (489.3) Pero todavía existe otro modo en el que Urantia mantuvo una singular relación con los Altísimos. Cuando Miguel, el hijo creador, realizaba su última misión de gracia, toda vez que el sucesor de Lucifer no poseía plenos poderes en el sistema local, los Altísimos de Norlatiadec se encargaron directamente de supervisar todos los asuntos relativos a este ministerio de Miguel en Urantia.
4. EL MONTE DE LA ASAMBLEA: EL FIEL DE DÍAS
43:4.1 (489.4) El monte santísimo de la asamblea es la morada del fiel de días, el representante de la Trinidad del Paraíso que opera en Edentia.
43:4.2 (489.5) Este fiel de días es un Hijo de la Trinidad del Paraíso y está presente en Edentia en calidad de representante personal de Emanuel desde la creación de dicho mundo-sede. Siempre está a la diestra de los Padres de la constelación para prestarles asesoramiento, pero jamás brinda sus consejos a menos que se le pida. Los elevados Hijos del Paraíso nunca toman parte en la dirección de los asuntos de los universos locales salvo cuando los actuales gobernantes de tales dominios se lo soliciten. Pero todo lo que el unión de días es para el hijo creador, lo es el fiel de días para los Altísimos de una constelación.
43:4.3 (489.6) La residencia del fiel de días de Edentia constituye, para la constelación, el centro del sistema paradisíaco de comunicación e información externo al universo. Estos Hijos de la Trinidad, con sus asistentes personales de Havona y del Paraíso, en conjunción con el unión de días encargado de la supervisión, se mantienen en contacto directo y permanente con los miembros de su orden en todos los universos, incluyendo Havona y el Paraíso.
43:4.4 (489.7) El monte santísimo es de una espléndida belleza y está magníficamente decorado, pero la morada del Hijo del Paraíso es modesta si se la compara con la morada central de los Altísimos y las setenta construcciones que la rodean, y que constituyen el complejo residencial de los hijos vorondadecs. Estas instalaciones son exclusivamente residenciales; están completamente retiradas de los grandes edificios que conforman la sede administrativa en donde se tramitan los asuntos de la constelación.
43:4.5 (489.8) La residencia del fiel de días de Edentia está situada al norte de las residencias de los Altísimos y se le conoce como “el monte de la asamblea del Paraíso”. En esta montaña consagrada, los mortales ascendentes se reúnen periódicamente para oír narrar a este Hijo del Paraíso el largo y fascinante viaje de los mortales a su paso por los mil millones de mundos de perfección de Havona para continuar hasta el indescriptible gozo del Paraíso. Aquí, en estas congregaciones de carácter especial, que tienen lugar en el monte de la Asamblea, los mortales morontiales llegan a tener un más profundo conocimiento de los distintos grupos de seres personales originarios del universo central.
43:4.6 (490.1) Cuando el traidor Lucifer, antiguo soberano de Satania, dio noticia de su reivindicación de una mayor área de autoridad en el esquema de gobierno del universo local, buscaba reemplazar a todos los órdenes superiores de filiación. Se lo propuso en su corazón, diciendo: “En lo alto, levantaré mi trono sobre los Hijos de Dios; y en el monte de la asamblea me sentaré, en los extremos del norte; y seré semejante al Altísimo”.
43:4.7 (490.2) Los cien soberanos de los sistemas acuden regularmente a los cónclaves de Edentia que deliberan sobre el bien común de la constelación. Tras la rebelión de Satania, los archirrebeldes de Jerusem solían presentarse en estos consejos tal como lo habían hecho en ocasiones anteriores. Y no se halló el modo de detener esta arrogancia e insolencia hasta que Miguel completó su ministerio de gracia en Urantia y asumió la soberanía ilimitada sobre todo Nebadón. Desde ese día, en Edentia, nunca se ha permitido a estos instigadores del pecado asistir a los consejos de los soberanos leales de los sistemas.
43:4.8 (490.3) El hecho de que los maestros de otro tiempo tenían conocimiento de estas cuestiones se demuestra por este texto: “Y hubo un día en el que los Hijos de Dios se presentaron delante de los Altísimos, y entre ellos vino también Satanás para presentarse delante de ellos”. Esta es la constatación de un hecho, con independencia del contexto en el que pueda aparecer.
43:4.9 (490.4) Desde el triunfo de Cristo, todo Norlatiadec se purifica de pecados y de rebeldes. En algún momento, antes de la muerte de Miguel en la carne, el colaborador del caído Lucifer, Satanás, trató de asistir a uno de los cónclaves de Edentia, pero el sentimiento de unión contra los archirrebeldes había llegado al punto en el que las puertas de la conmiseración estaban tan absolutamente cerradas que no se encontró apoyo alguno para los adversarios de Satania. Cuando no se abren las puertas al mal, no se da pie al pecado. Las puertas de los corazones de toda Edentia se cerraron para Satanás; el rechazo de los soberanos de los sistemas allí congregados fue unánime, y fue en este momento cuando el Hijo del Hombre “vio a Satanás caer de los cielos como un rayo”.
43:4.10 (490.5) Desde la rebelión de Lucifer se dispone de una nueva construcción cerca de la residencia del fiel de días. Este edificio de carácter transitorio constituye la sede del Altísimo de enlace, que actúa en estrecho contacto con el Hijo del Paraíso, en calidad de asesor para el gobierno de la constelación en todas las cuestiones relacionadas con la política y la actitud del orden de Días hacia el pecado y la rebelión.
5. LOS PADRES DE EDENTIA DESDE LA REBELIÓN DE LUCIFER
43:5.1 (490.6) La rotación en cargos de los Altísimos de Edentia quedó suspendida en el momento de la rebelión de Lucifer. En la actualidad, contamos con los mismos gobernantes que estaban de turno en aquel momento. Deducimos que estos gobernantes no serán reemplazados hasta que Lucifer y sus colaboradores sean definitivamente destruidos.
43:5.2 (490.7) No obstante, el gobierno actual de la constelación, se ha ampliado hasta constar de doce Hijos del orden de los vorondadecs. Estos son los siguientes:
43:5.3 (490.8) 1. El Padre de la Constelación. El actual gobernante Altísimo de Norlatiadec es el número de secuencia 617 318 de los vorondadecs de Nebadón. Prestó servicios en muchas de las constelaciones de todo nuestro universo local antes de asumir sus responsabilidades con respecto a Edentia.
43:5.4 (490.9) 2. El colaborador Altísimo de rango mayor.
43:5.5 (491.1) 3. El colaborador Altísimo de rango menor.
43:5.6 (491.2) 4. El asesor Altísimo: el representante personal de Miguel desde que este alcanzó su estatus de hijo mayor.
43:5.7 (491.3) 5. El mandatario Altísimo: el representante personal de Gabriel emplazado en Edentia desde la rebelión de Lucifer.
43:5.8 (491.4) 6. El jefe Altísimo de los observadores planetarios: el director de los observadores Vorondadec emplazados en los mundos de Satania en aislamiento.
43:5.9 (491.5) 7. El árbitro Altísimo: el hijo vorondadec a quien se le confió el cometido de corregir todos los problemas resultantes de la rebelión surgida en la constelación.
43:5.10 (491.6) 8. El gestor de emergencias Altísimo: el hijo vorondadec encargado de la labor de adaptar los estatutos de emergencia del poder legislativo de Norlatiadec a los mundos de Satania aislados por la rebelión.
43:5.11 (491.7) 9. El mediador Altísimo: el hijo vorondadec con la misión de armonizar los cambios surgidos por el ministerio de gracia habidos en Urantia con la administración rutinaria de la constelación. La existencia de cierta actividad de parte de algunos arcángeles y de numerosos otros servicios atípicos en Urantia, junto con la actividad especial de las brillantes estrellas vespertinas en Jerusem, requiere la intervención de este Hijo.
43:5.12 (491.8) 10. El juez auditor Altísimo: el jefe del tribunal de emergencia dedicado a la resolución de los problemas especiales surgidos en Norlatiadec por la confusión derivada de la rebelión en Satania.
43:5.13 (491.9) 11. El Altísimo de enlace: el hijo vorondadec adscrito a los gobernantes de Edentia pero con nombramiento en calidad de asesor especial del fiel de días con respecto al mejor camino a seguir en la gestión de los problemas relativos a la rebelión y a la deslealtad de las criaturas.
43:5.14 (491.10) 12. El director Altísimo: el presidente del consejo de emergencia de Edentia. Todos los seres personales asignados a Norlatiadec como consecuencia de la sublevación ocurrida en Satania constituyen el consejo de emergencia que está presidido por un hijo vorondadec de una extraordinaria experiencia.
43:5.15 (491.11) Lo anterior no tiene en cuenta a los numerosos vorondadecs, enviados de las constelaciones de Nebadón, y a algunos otros que residen igualmente en Edentia.
43:5.16 (491.12) Desde la rebelión de Lucifer, los Padres de Edentia han prestado una especial atención a Urantia y otros mundos aislados de Satania. Hace mucho tiempo que el profeta percibió la mano rectora de los Padres de la constelación en los asuntos de las naciones: “Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, cuando hizo dividir a los hijos de Adán, estableció los límites de los pueblos”.
43:5.17 (491.13) En cualquier mundo en cuarentena o en aislamiento hay un hijo vorondadec que actúa en calidad de observador. No toma parte en la administración del planeta salvo cuando el Padre Altísimo de la constelación lo manda intervenir en los asuntos de las naciones. En realidad, es este observador Altísimo el que “tiene dominio sobre el reino de los hombres”. Urantia es uno de los mundos aislados de Norlatiadec y, desde la traición de Caligastia, hay un observador vorondadec emplazado en el planeta. Cuando Maquiventa Melquisedec desempeñó su ministerio en Urantia con una forma semimaterial, rindió, tal como está escrito, un respetuoso homenaje al observador Altísimo en aquel momento allí destinado: “Y Melquisedec rey de Salem y sacerdote del Altísimo”. Melquisedec reveló la relación de este observador Altísimo con Abraham cuando dijo, “Bendito sea el Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”.
6. LOS JARDINES DE DIOS
43:6.1 (492.1) Las capitales de los sistemas están singularmente embellecidas por construcciones de orden material y mineral, mientras que la sede del universo refleja más la gloria espiritual, pero las capitales de las constelaciones constituyen la cúspide de la actividad morontial y de la ornamentación viva. En los mundos-sede de las constelaciones, este tipo de ornamentación viva se utiliza de forma más generalizada, y es esta preponderancia de la vida —el arte botánico— la que hace que a estos mundos se les llame “los jardines de Dios”.
43:6.2 (492.2) Alrededor de la mitad de Edentia está destinada a los excelentes jardines de los Altísimos, que se encuentran entre las creaciones morontiales más fascinantes del universo local. Esto explica por qué tan a menudo haya, en los mundos habitados de Norlatiadec, sitios de extraordinaria belleza con el apelativo de “jardines del Edén”.
43:6.3 (492.3) En un lugar central de estos magníficos jardines, se encuentra el santuario de culto de los Altísimos. El salmista debe haber tenido algún conocimiento de estas cosas cuando escribió: “¿Quién subirá las colinas de los Altísimos? ¿Quién estará en su lugar sagrado? El limpio de manos y puro de corazón, el que no ha elevado su alma a cosas vanas ni ha jurado con engaño”. En este templo, los Altísimos, cada décimo día de ocio, guían a toda Edentia en adoración contemplativa al Dios Supremo.
43:6.4 (492.4) Los mundos arquitectónicos gozan de diez formas de vida de tipo material. En Urantia hay vida vegetal y vida animal, pero en un mundo como Edentia existen diez grupos de órdenes materiales de vida. Si pudieseis contemplarlos, rápidamente clasificaríais a las tres primeras de vegetales y a las tres últimas de animales, pero seríais manifiestamente incapaces de comprender la naturaleza de los cuatro grupos intermedios de fértiles y fascinantes formas de vida.
43:6.5 (492.5) Incluso la vida ostensiblemente animal es muy distinta a la de los mundos evolutivos, tan distinta que resulta del todo imposible que la mente mortal pueda percibir el carácter único y el temperamento cariñoso de estas criaturas sin habla. Vuestra imaginación sería incapaz de concebir las miles y miles de criaturas vivas que allí existen. Toda la creación animal es de un orden enteramente diferente al de las toscas especies animales de los planetas evolutivos. Toda esta vida animal es, por otro lado, muy inteligente y delicadamente servicial, y todas las diversas especies son sorprendentemente dóciles y conmovedoramente amigables. En estos mundos arquitectónicos no hay criaturas carnívoras; en toda Edentia no existe nada que pueda atemorizar a un ser vivo.
43:6.6 (492.6) La vida vegetal es también muy distinta a la de Urantia; se compone de variedades tanto de tipo material como morontial. La vegetación de tipo material tiene un colorido verde que la caracteriza, mientras que el equivalente morontial de vida de carácter vegetal tiene una tonalidad del color de las violetas o de las orquídeas con diversos matices y reflejos. Esta vegetación morontial es simplemente un brote de energía; cuando se consume, no deja residuo alguno.
43:6.7 (492.7) Al estar dotados de diez grupos de vida de orden físico, por no mencionar las variantes de tipo morontial que poseen, estos mundos arquitectónicos ofrecen enormes posibilidades para el embellecimiento biológico del paisaje y de las construcciones materiales y morontiales. Los artesanos celestiales dirigen a los nativos espornagias en su gran labor de llevar a cabo la decoración vegetal y el engalanamiento biológico. Mientras que vuestros artistas tienen que recurrir a la inerte pintura y al inanimado mármol para plasmar sus conceptos, los artesanos celestiales y los univitatias hacen un uso más frecuente de materiales vivos para representar sus ideas y captar sus ideales.
43:6.8 (493.1) Si disfrutáis de las flores, los arbustos y los árboles de Urantia, vuestros ojos se sentirán agasajados al contemplar la belleza de las plantas y la magnificencia floral de los supremos jardines de Edentia. Pero sobrepasa mi capacidad de descripción poder transmitir a la mente mortal una idea adecuada de la belleza de los mundos celestiales. En verdad, el ojo no ha visto glorias como las que os aguardan a vuestra llegada a estos mundos en vuestra aventura de ascensión como mortales.
7. LOS UNIVITATIAS
43:7.1 (493.2) Los univitatias son los ciudadanos permanentes de Edentia y de los mundos vinculados a esta sede de la constelación; la totalidad de los setecientos setenta mundos que rodean tal sede están bajo su supervisión. Esta progenie del hijo creador y del espíritu creativo tiene su existencia en un plano que media entre lo material y lo espiritual, pero no son seres morontiales. Los nativos de cada una de las setenta esferas principales de Edentia poseen diferentes formas visibles, y a los mortales morontiales se les adapta su forma morontial para que se corresponda con la escala ascendente de los univitatias cada vez que dichos mortales trasladan su residencia de una esfera a otra de Edentia, en su paso consecutivo desde el mundo número uno al setenta.
43:7.2 (493.3) Espiritualmente, los univitatias son similares; intelectualmente, varían al igual que lo hacen los mortales; en su forma, guardan un gran parecido con la del estado morontial de la existencia; y se crean para obrar en calidad de setenta órdenes diferentes de seres personales. Cada uno de estos órdenes de univitatias presenta diez variaciones principales de actividad intelectual, y cada uno de estos tipos de variantes intelectuales preside las escuelas de formación especial y culturales, dedicadas a la socialización progresiva de tipo ocupacional o práctica de alguno de los diez satélites que giran alrededor de cada uno de los mundos principales de Edentia.
43:7.3 (493.4) Estos setecientos mundos menores son esferas técnicas donde se imparte una enseñanza de carácter práctico sobre el funcionamiento de todo el universo local, y están disponibles para todas las clases de seres inteligentes. Estas escuelas, en las que se instruye en destrezas especiales y en conocimiento técnico, no se dirigen exclusivamente a los mortales ascendentes, aunque sean estos estudiantes morontiales los que constituyen con diferencia el grupo más grande de todos aquellos que asisten a estos cursos de formación. Cuando se os admita en cualquiera de los setenta mundos principales de cultura social, de inmediato se os concederá autorización para cada uno de los diez satélites que lo rodean.
43:7.4 (493.5) En las diversas colonias de cortesía, los mortales morontiales ascendentes predominan entre los directores de reversión, si bien los univitatias representan el grupo más numeroso vinculado al colectivo de Nebadón de artesanos celestiales. En todo Orvontón, ningún ser de fuera de Havona, salvo los abandontes de Uversa, puede igualar a los univitatias en cuanto a habilidad artística, adaptabilidad social y lucidez para la coordinación.
43:7.5 (493.6) En realidad, estos ciudadanos de la constelación no son miembros del colectivo de artesanos, pero trabajan libremente con todos sus grupos y contribuyen de forma considerable a hacer de los mundos de la constelación las esferas principales para el desarrollo de las espléndidas posibilidades artísticas de esta cultura de transición. No desempeñan funciones más allá de los confines de los mundos-sede de la constelación
8. LOS MUNDOS FORMATIVOS DE EDENTIA
43:8.1 (493.7) La dotación física de Edentia y de las esferas que la rodean es casi perfecta; difícilmente podrían igualar la grandeza espiritual de las esferas de Lugar de Salvación, pero superan con creces la magnificencia de los mundos formativos de Jerusem. Todas estas esferas de Edentia están energizadas directamente por las corrientes universales del espacio, y sus imponentes sistemas de potencia, tanto material como morontial, se supervisan y distribuyen con toda pericia por los centros de la constelación, asistidos por un capacitado colectivo de controladores físicos mayores y de supervisores de la potencia morontial.
43:8.2 (494.1) El tiempo transcurrido en los setenta mundos formativos de transición y cultura morontial, en conjunción con todo el periodo de dedicación de los mortales ascendentes en Edentia, es el intervalo de tiempo más estable de la andadura de estos ascendentes hasta que alcanzan el estatus de finalizadores; esta es sin duda la vida morontial característica. Aunque se os vuelve a re-afinar cada vez que pasáis de un preeminente mundo cultural a otro, continuáis conservando el mismo cuerpo morontial; no hay, además, períodos de inconsciencia del ser personal.
43:8.3 (494.2) Ocuparéis vuestra estancia en Edentia y en sus esferas vinculadas principalmente en alcanzar un dominio de la ética de grupo, la clave de una interrelación placentera y provechosa entre los diferentes órdenes de seres personales inteligentes del universo y del suprauniverso.
43:8.4 (494.3) En los mundos de las moradas, completasteis la unificación del ser personal en desarrollo como mortal ascendente; en la capital del sistema, conseguisteis la ciudadanía en Jerusem y llevasteis a cabo la disposición de someter vuestro yo al ejercicio de las actividades de grupo y de otras tareas relacionadas; pero ahora, en los mundos formativos de la constelación, llegaréis a lograr la verdadera socialización en el desarrollo de vuestro ser personal como ser morontial. Este supremo logro de carácter cultural consiste en aprender cómo:
43:8.5 (494.4) 1. Vivir felizmente y trabajar con eficacia con diez semejantes morontiales distintos, mientras que diez de estos grupos se unen para formar compañías de cien miembros y se coaligan después en colectivos de mil.
43:8.6 (494.5) 2. Convivir con alegría y cooperar encarecidamente con diez univitatias, los cuales, aunque intelectualmente similares a los seres morontiales, son muy diferentes en todos los demás aspectos. Y, además, tendréis que interactuar con este grupo de diez en la medida en que este se coordina con otras diez agrupaciones, coaligadas a su vez en un colectivo de mil univitatias.
43:8.7 (494.6) 3. Conseguir una adaptación de forma simultánea tanto con vuestros iguales morontiales como con estos anfitriones univitatias. Adquirir la habilidad de cooperar con voluntariedad y eficacia con vuestro propio orden de seres y en colaboración estrecha y activa con un grupo algo diferente de criaturas inteligentes.
43:8.8 (494.7) 4. Así, al operar socialmente con seres similares y diferentes a vosotros, lograr la armonía intelectual y llevar a efecto una adaptación de orden ocupacional, con ambos grupos de compañeros.
43:8.9 (494.8) 5. Mientras conseguís una satisfactoria socialización de vuestro ser personal tanto a nivel intelectual como ocupacional, lograr una mayor perfección en la habilidad de vivir en estrecho contacto con seres similares y algo diferentes con cada vez menor irritabilidad y enojo. Los directores de reversión contribuyen considerablemente a esto último mediante sus actividades lúdicas de grupo.
43:8.10 (494.9) 6. Conformar todos estos distintos modos de socialización a fin de que favorezcan la coordinación progresiva de vuestra andadura de ascenso al Paraíso; aumentar vuestra percepción del universo al acrecentarse vuestra capacidad para comprender los objetivos y los contenidos eternos subyacentes en este tipo de actividades espacio-temporales aparentemente sin importancia.
43:8.11 (494.10) 7. Y, además, alcanzar el punto culminante de todo este sistema de multisocialización en simultaneidad con el incremento de vuestra percepción espiritual en su relación con el engrandecimiento de todas las facetas de vuestras dotes personales, por medio de la vinculación espiritual y la coordinación morontial con el grupo. Intelectual, social y espiritualmente, dos criaturas con capacidad moral, al cooperar entre ellas, no duplican simplemente sus potenciales personales de éxito en el universo sino que multiplican casi por cuatro sus posibilidades de logro y cumplimiento.
43:8.12 (495.1) Hemos descrito el sistema de socialización de Edentia como la cooperación de un mortal morontial con una agrupación de univitatias de diez individuos, intelectualmente diferentes, en actuación conjunta de orden similar con diez de sus semejantes morontiales. Si bien, en los primeros siete mundos principales, solo un mortal ascendente convive con diez univitatias. En el segundo grupo de siete mundos principales, dos mortales moran con cada uno de los grupos nativos de diez miembros y así sucesivamente hasta que, en el último grupo de siete esferas principales, diez seres morontiales cohabitan con diez univitatias. A medida que aprendéis la mejor manera de socializar con los univitatias, más factible os será aplicar dicha ética perfeccionada a vuestra relación con esos progresadores morontiales compañeros vuestros.
43:8.13 (495.2) Como mortales ascendentes disfrutaréis de vuestra estancia en los mundos de perfeccionamiento de Edentia, pero no experimentaréis esa sensación de satisfacción personal que caracteriza vuestro primer contacto con los asuntos del universo en la sede del sistema o vuestra despedida final de tales realidades en los últimos mundos de la capital del universo.
9. CIUDADANÍA EN EDENTIA
43:9.1 (495.3) Tras completar su formación en el mundo número setenta, los mortales ascendentes fijan su residencia en Edentia. Estos ascendentes asisten ahora, por primera vez, a las “asambleas del Paraíso” y oyen la historia de sus dilatadas andaduras narrada por el fiel de días, el primero de los seres personales supremos con origen en la Trinidad que han conocido.
43:9.2 (495.4) La totalidad de esta estancia en los mundos formativos de la constelación, que culmina con la ciudadanía en Edentia, constituye un período de verdadera dicha celestial para los progresadores morontiales. A lo largo de vuestra estancia en los mundos del sistema, evolucionasteis desde criaturas casi animales a criaturas morontiales; erais más materiales que espirituales. En las esferas de Lugar de Salvación, evolucionaréis desde seres morontiales al estatus de verdaderos espíritus; seréis más espirituales que materiales. Pero en Edentia, los ascendentes están a medio camino entre su estatus anterior y la postrera, a medio camino en su travesía desde el animal evolutivo al espíritu ascendente. Durante toda vuestra estancia en Edentia y en sus mundos, sois “como los ángeles”; avanzáis continuamente, aunque siempre manteniendo un estatus morontial general característico.
43:9.3 (495.5) Esta estancia del mortal ascendente en la constelación es la época de mayor uniformidad y estabilidad de toda su andadura progresiva como ser morontial. Tal experiencia abarca el aprendizaje de socialización de los ascendentes previa a su estatus de espíritus. Es análoga a la experiencia espiritual de los pre-finalizadores de Havona y a la formación de los seres pre-absonitos en el Paraíso.
43:9.4 (495.6) En Edentia, los mortales ascendentes atienden principalmente a las tareas que se les asigna en los setenta mundos de perfeccionamiento de los univitatias. También sirven en distintos puestos en Edentia misma, mayormente en conjunción con el programa de la constelación relativo al bien común del grupo, la raza, la nación y el planeta. Los Altísimos no se implican sobremanera en fomentar el avance individual de los habitantes de los mundos; gobiernan más bien en los reinos de los hombres que en el corazón de las criaturas individuales.
43:9.5 (495.7) El día en que estéis preparados para partir de Edentia y llevar a cabo vuestra andadura en Lugar de Salvación, os detendréis y rememoraréis una de vuestras épocas más hermosas y reconfortantes de formación a este lado del Paraíso. Pero toda esta gloria se engrandecerá, conforme ascendáis hacia el interior y alcancéis una capacidad en aumento para apreciar de forma creciente los contenidos divinos y los valores espirituales.
43:9.6 (496.1) [Auspiciado por Malavatia Melquisedec.]
Escrito 44
Los artesanos celestiales
44:0.1 (497.1) Entre las colonias de cortesía de las distintas sedes de las divisiones administrativas y del universo es factible hallar el orden, excepcional y variado, de seres personales denominado artesanos celestiales. Estos seres son los expertos artistas y artesanos del nivel morontial y de los ámbitos espirituales de menor rango. Son los espíritus y semiespíritus a cargo del engalanamiento morontial y del embellecimiento espiritual. Estos artesanos se reparten por todo el gran universo, ya sean los mundos-sede de los suprauniversos, de los universos locales, de las constelaciones y de los sistemas, al igual que por todas las esferas asentadas en luz y vida; pero su principal ámbito de actividad está en las constelaciones y, especialmente, en los setecientos setenta mundos que rodean a cada una de sus esferas sede.
44:0.2 (497.2) Aunque su labor pueda resultar prácticamente incomprensible para la mente humana, se hace necesario comprender que los mundos morontiales y espirituales no están exentos ni de belleza artística ni de suprema actividad cultural.
44:0.3 (497.3) Los artesanos celestiales no se crean como tales; constituyen un colectivo de seres, seleccionado y llamado para dicho cometido, compuesto por determinados maestros de naturaleza personal, nativos del universo central, y de sus pupilos, voluntarios procedentes de mortales ascendentes y de numerosos otros grupos celestiales. El colectivo primigenio de estos enseñantes artesanos fue en su día nombrado por el Espíritu Infinito en colaboración con los siete espíritus mayores y constaba de siete mil instructores de Havona, mil para cada una de las siete categorías de artesanos. A través de las eras, partiendo de dicho núcleo, se ha desarrollado este brillante colectivo de hábiles laboradores de los asuntos espirituales y morontiales.
44:0.4 (497.4) Cualquier ser personal morontial o entidad espiritual es susceptible de ser admitido en el colectivo de los artesanos celestiales; o sea, cualquier ser por debajo del rango de innata filiación divina. Los hijos ascendentes de Dios provenientes de las esferas evolutivas pueden, tras su llegada a los mundos morontiales, solicitar su admisión en el colectivo de artesanos y, si tienen el talento suficiente, pueden optar por tal andadura durante un periodo de mayor o menor duración. Si bien, nadie puede formar parte de los artesanos celestiales si no es al menos por un milenio, mil años de tiempo del suprauniverso.
44:0.5 (497.5) Todos los artesanos celestiales están inscritos en los registros de la sede del suprauniverso, pero están a cargo de supervisores morontiales de las capitales de los universos. El colectivo central de los supervisores morontiales, que actúa en los mundos-sede de cada universo local, los integran según la labor que realizan en los siguientes grupos diferentes:
44:0.6 (497.6) 1. Los músicos celestiales.
44:0.7 (497.7) 2. Los intérpretes celestiales.
44:0.8 (497.8) 3. Los constructores divinos.
44:0.9 (497.9) 4. Los archivistas del pensamiento.
44:0.10 (498.1) 5. Los operadores de la energía.
44:0.11 (498.2) 6. Los diseñadores y embellecedores.
44:0.12 (498.3) 7. Los laboradores de la armonía.
44:0.13 (498.4) Los primeros maestros de estos siete grupos eran todos naturales de los mundos perfectos de Havona, y Havona contiene los modelos, las obras modelo, para todas las facetas y formas del arte espiritual. Aunque resulte una colosal tarea aventurarse a transferir estas artes de Havona a los mundos del espacio, los artesanos celestiales han mejorado en técnica y ejecución al paso de las eras. Como en todas las otras etapas de la andadura ascendente, a los que han conseguido un mayor avance en cualquier área de actividad se les pide continuamente que transmitan su superior conocimiento y destreza a esos semejantes suyos menos favorecidos.
44:0.14 (498.5) Empezaréis a vislumbrar estas artes trasladadas de Havona, por vez primera, en los mundos de las moradas, y su belleza y vuestra apreciación de su belleza se acrecentarán e intensificarán hasta que os encontréis en las salas espirituales de Lugar de Salvación y contempléis las inspiradoras obras maestras de los excelsos artistas de los reinos espirituales.
44:0.15 (498.6) Toda esta actividad de los mundos morontiales y espirituales es real. Para los seres espirituales el mundo espiritual es una realidad. Para nosotros, lo más irreal es el mundo material. Los espíritus, con sus formas de orden superior, atraviesan con facilidad la materia ordinaria. Los espíritus elevados no reaccionan a nada material exceptuando a algunas de las energías básicas. Para los seres materiales, el mundo espiritual es más o menos irreal; para los seres espirituales, el mundo material es casi enteramente irreal; es una mera sombra de la sustancia de las realidades espirituales.
44:0.16 (498.7) Con una visión exclusivamente espiritual, no puedo percibir el edificio en el que esta narrativa se traduce y archiva. Un consejero divino procedente de Uversa, que casualmente se encuentra a mi lado, percibe incluso menos estas creaciones puramente materiales. Nos percatamos del aspecto que tienen para vosotros tales construcciones de carácter material visualizando un equivalente espiritual que uno de los transformadores de la energía que nos acompañan muestra a nuestra mente. Este edificio material no es enteramente real para mí, un ser espiritual, pero desde luego que es muy real y muy útil para los mortales materiales.
44:0.17 (498.8) Existen algunas clases de seres que son capaces de percibir la realidad de las criaturas tanto de los mundos espirituales como de los materiales. A esta clase pertenecen las denominadas cuartas criaturas de los servitales de Havona y las cuartas criaturas de los conciliadores. Los ángeles del tiempo y del espacio están capacitados para distinguir entre seres espirituales y materiales, tal como también lo están los mortales ascendentes una vez que se han liberado de la vida en la carne. Tras alcanzar niveles espirituales de orden superior, los ascendentes son capaces de reconocer realidades materiales, morontiales y espirituales.
44:0.18 (498.9) Hay aquí también conmigo un mensajero poderoso de Uversa, un ascendente, en otro tiempo mortal, fusionado con su modelador, que os percibe tal como vosotros sois y, al mismo tiempo, visualiza al mensajero solitario, a los supernafines y a otros seres celestiales presentes. En vuestro largo camino de ascenso, nunca perderéis la facultad de reconocer a los seres con los que habéis estado relacionados en vuestras existencias anteriores. A medida que ascendáis hacia el interior en la escala de la vida, siempre conservareis la capacidad de reconocer a semejantes de niveles previos e inferiores con los que habéis estado en contacto y poder confraternizar con ellos. Con cada nuevo traslado o resurrección se añadirá otro grupo más de seres espirituales a vuestro campo de visión, sin que ello reste en lo más mínimo de vuestra habilidad para reconocer a vuestros amigos y compañeros de estados anteriores.
44:0.19 (498.10) Todo esto se hace posible en las experiencias de los ascendentes mortales gracias a la acción de los modeladores interiores del pensamiento. Al guardar un duplicado de todas vuestras experiencias de la vida, podéis tener la seguridad de que nunca perderéis ninguna cualidad genuina que alguna vez hayáis poseído; y estos modeladores están en esto con vosotros, como parte de vosotros, en realidad, como vosotros mismos.
44:0.20 (499.1) Pero tengo pocas esperanzas de poder transmitir a la mente material la naturaleza de la labor de los artesanos celestiales. Me veo en la necesidad de desvirtuar continuamente el pensamiento y de distorsionar el lenguaje a fin de exponer, a tal tipo de mente, la realidad de esta actividad morontial y de estos fenómenos casi espirituales. Vuestra comprensión no alcanza a entender, y vuestro lenguaje resulta inadecuado para expresar el significado, el valor y las relaciones de esta labor semiespiritual. Y continúo en el intento de instruir a la mente mortal respecto a estas realidades, siendo totalmente consciente de la absoluta imposibilidad de tener demasiado éxito en dicha empresa.
44:0.21 (499.2) No puedo hacer otra cosa sino tratar de esbozar un tosco paralelismo entre la labor realizada por los mortales materiales y las múltiples actividades desempeñadas por los artesanos celestiales. Si las razas de Urantia estuviesen más avanzadas en el arte y en otros logros de tipo cultural, podría abundar con mayor denuedo en hacer avanzar a la mente humana hacia las cosas morontiales partiendo de las materiales. Casi todo lo que puedo esperar conseguir es ser categórico en el hecho de la realidad misma de esta actividad que tiene lugar en los mundos morontiales y espirituales.
1. LOS MÚSICOS CELESTIALES
44:1.1 (499.3) Con el limitado campo auditivo humano, difícilmente podéis apreciar las melodías morontiales. Hay incluso una gama material de hermosos sonidos irreconocible para el sentido del oído humano, por no mencionar el alcance de la armonía morontial y espiritual, inapreciable para vosotros. Las melodías espirituales no son ondas sonoras de orden material sino vibraciones espirituales perceptibles para los espíritus de los seres personales celestiales. La inmensidad del espectro sonoro y el alma expresiva, al igual que su imponente ejecución, en conjunción con la melodía de las esferas, sobrepasan toda comprensión humana. He visto a millones de seres embelesados y en un estado de éxtasis sublime mientras que la melodía de las regiones del espacio se difundía con la energía espiritual de las vías celestiales. Estas magníficas melodías se pueden transmitir hasta las zonas más lejanas del universo.
44:1.2 (499.4) Los músicos celestiales se encargan de generar armonías celestiales actuando sobre las fuerzas espirituales siguientes:
44:1.3 (499.5) 1. El sonido espiritual: interrupciones de la corriente espiritual.
44:1.4 (499.6) 2. La luz espiritual: control e intensificación de la luz de los reinos morontiales y espirituales.
44:1.5 (499.7) 3. Las pulsaciones energéticas: melodía generada gracias al hábil tratamiento de las energías morontiales y espirituales.
44:1.6 (499.8) 4. Las sinfonías de color: melodías de tonos morontiales de color; figuran entre los mayores logros de los músicos celestiales.
44:1.7 (499.9) 5. La armonía de espíritus relacionados: la disposición y conjunción mismas de los distintos órdenes de seres espirituales y morontiales dan origen a melodías majestuosas.
44:1.8 (499.10) 6. La melodía del pensamiento: los pensamientos espirituales pueden alcanzar un grado de perfección hasta el punto de eclosionar en melodías de Havona.
44:1.9 (499.11) 7. La música del espacio: mediante una apropiada sintonización, las melodías de otras esferas se pueden captar en las vías de transmisión del universo.
44:1.10 (500.1) Hay más de cien mil modos distintos de tratar el sonido, el color y la energía, procedimientos análogos al uso humano de los instrumentos musicales. Vuestros conjuntos de baile no son sin duda sino el empeño tosco y distorsionado de las criaturas materiales por aproximarse a la armonía celestial de la colocación de seres y la distribución de seres personales. Las otras cinco formas de melodía morontial resultan irreconocibles para el mecanismo sensorial de los cuerpos materiales.
44:1.11 (500.2) La armonía, la música producto de la combinación melodiosa de los siete niveles, es de hecho el código universal de la comunicación espiritual. La música, tal como la entienden los mortales de Urantia, logra su máxima expresión en las escuelas de Jerusem, la sede del sistema, donde se enseñan las armonías del sonido a los seres semimateriales. Los mortales no responden a las otras formas de melodía morontial y de armonía celestial.
44:1.12 (500.3) En Urantia, el aprecio por la música es tanto de orden físico como espiritual; y vuestros músicos humanos han hecho mucho para elevar el gusto musical desde la cruda monotonía de vuestros antiguos ancestros hasta los niveles superiores de valoración de los sonidos. En gran medida, la mayoría de los mortales de Urantia responde a la música con los músculos físicos y muy poco con la mente y el espíritu; si bien, es de notar la mejora constante que durante más de treinta y cinco mil años se está produciendo en el gusto por la música.
44:1.13 (500.4) El ritmo sincopado constituye un elemento de transición entre la monotonía musical del hombre primitivo y la armonía expresiva y las melodías significativas de vuestros músicos más recientes. Estos primeros tipos de ritmos favorecen el sentimiento de amor hacia la música, sin que ello entrañe el ejercicio de las capacidades intelectuales superiores de aprecio por la armonía y, por lo tanto, tienen un mayor atractivo para seres inmaduros o espiritualmente indolentes.
44:1.14 (500.5) La mejor música de Urantia no es sino un eco fugaz de los espléndidos acordes que oyen los acompañantes celestiales de vuestros músicos, los cuales no dejaron como legado sino fragmentos de estas armonías de las fuerzas morontiales en calidad de melodías musicales de armonía sonora. En la música espiritual y morontial no es infrecuente el uso de los siete modos de expresión y reproducción, de manera que la mente humana está enormemente limitada en cualquier intento por convertir estas melodías de las esferas superiores en meras notas de sonidos musicales. Esto sería como querer reproducir los acordes de una gran orquesta empleando un solo instrumento musical.
44:1.15 (500.6) Aunque en Urantia habéis compuesto algunas bellas melodías, no habéis avanzado en el terreno musical tanto como vuestros planetas vecinos de Satania. Si Adán y Eva hubieran continuado viviendo en la tierra, desde luego que habríais tenido realmente música; pero el don de la armonía, tan importante en la naturaleza de estos seres, se ha debilitado de tal manera debido a vestigios de tendencias no musicales, que solo una entre mil vidas humanas le otorga a la armonía algún considerable aprecio. Pero no os sintáis desalentados, es posible que algún día aparezca en Urantia un verdadero músico y pueblos completos se sentirán cautivados con los espléndidos acordes de sus melodías. Un único ser humano de tales características podría cambiar para siempre el rumbo de toda una nación e incluso el de la totalidad del mundo civilizado. Es literalmente cierto que “la melodía tiene el poder de a un mundo entero transformar”. Por siempre, la música seguirá siendo el lenguaje universal de hombres, ángeles y espíritus. La armonía es el lenguaje de Havona.
2. LOS INTÉRPRETES CELESTIALES
44:2.1 (500.7) El hombre mortal no puede tener la esperanza de obtener más que una noción insuficiente y distorsionada de la labor de estos intérpretes celestiales, la cual he de intentar ilustrar mediante los rudos y limitados símbolos de vuestro lenguaje humano. El mundo espiritual-morontial posee mil y una cosas de valor supremo, cosas dignas de reproducirse aunque desconocidas en Urantia, conocimientos propios de una clase de actividad que apenas ha “percibido la mente del hombre”, esas realidades que Dios tiene en espera para aquellos que sobreviven a la vida en la carne.
44:2.2 (501.1) Hay siete grupos de intérpretes celestiales, cuya tarea voy a tratar de ilustrar mediante la siguiente clasificación:
44:2.3 (501.2) 1. Los cantantes: armonizadores que reiteran las distintas armonías del pasado e interpretan las del presente. Si bien, todo esto se lleva a efecto en el nivel morontial.
44:2.4 (501.3) 2. Los laboradores del color: esos artistas de la luz y de la sombra, a los que vosotros llamaríais dibujantes y pintores; artistas que conservan escenas pasajeras y acontecimientos transitorios para futuro deleite morontial.
44:2.5 (501.4) 3. Los cineastas de la luz: los autores de la conservación de verdaderos fenómenos semiespirituales, de los que vuestras películas serían un crudo ejemplo.
44:2.6 (501.5) 4. Los creadores de espectáculos históricos: aquellos que representan de forma teatral acontecimientos cruciales que se han quedado plasmados en los archivos y en la historia del universo.
44:2.7 (501.6) 5. Los artistas proféticos: aquellos que interpretan la historia en términos de futuro.
44:2.8 (501.7) 6. Los contadores de historias de vida: aquellos que perpetúan el significado y la importancia de las experiencias vividas. Interpretan las experiencias personales del presente en términos de los valores que adquirirán en el futuro.
44:2.9 (501.8) 7. Los intérpretes de asuntos gobernativos: aquellos que hacen representaciones de la importancia de la filosofía de gobierno y del procedimiento administrativo; son los dramaturgos celestiales de la soberanía.
44:2.10 (501.9) Con mucha frecuencia y efectividad, los intérpretes celestiales colaboran con los directores de reversión, combinando la recapitulación de la memoria con ciertas formas de reposo mental y de recreo personal. Ante los cónclaves morontiales y las asambleas espirituales, estos intérpretes se unen a veces para ofrecer formidables espectáculos dramáticos que ilustran el propósito de tales reuniones. Recientemente asistí a una de estas fabulosas actuaciones en la que más de un millón de actores representaron mil escenas de forma consecutiva.
44:2.11 (501.10) Los maestros de asuntos intelectivos de orden superior y los servidores de las criaturas en transición utilizan con libertad y eficacia a estos diversos grupos de intérpretes en su actividad educativa de tipo morontial. Pero no todos sus esfuerzos se dedican a ofrecer ilustraciones de carácter temporal; una parte muy considerable de su tarea es de carácter permanente y quedará como un legado perpetuo para tiempos futuros. Estos artesanos son tan versátiles que, cuando actúan todos juntos, son capaces de representar una era y, en colaboración con los servidores seráficos, pueden verdaderamente ilustrar los valores eternos del mundo espiritual para los videntes mortales del tiempo.
3. LOS CONSTRUCTORES DIVINOS
44:3.1 (501.11) Existen ciudades “cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Tenemos un equivalente espiritual de todo aquello con lo que estáis familiarizados y otras cosas más, imposibles de describir. Tenemos viviendas e instalaciones para el confort espiritual y las necesidades morontiales. Por cada goce material que los humanos pueden llegar a disfrutar, tenemos miles de realidades espirituales que sirven para enriquecer y engrandecer nuestra existencia. Hay siete grupos de constructores divinos, según sea la labor que realicen:
44:3.2 (502.1) 1. Los diseñadores y constructores de viviendas: aquellos que construyen y remodelan las moradas destinadas a seres individuales y a grupos de trabajo. Estas residencias morontiales y espirituales son reales. Serían invisibles para el limitado alcance de vuestra visión, pero son muy reales y bellas para nosotros. Hasta cierto punto, todos los seres espirituales pueden acordar con estos constructores ciertos detalles de la planificación y creación de sus moradas morontiales o espirituales. Estas viviendas se acomodan y ornamentan en conformidad con las necesidades de las criaturas morontiales o espirituales que van a habitarlas. Existe una gran diversidad de oportunidades para la expresión individual.
44:3.3 (502.2) 2. Los constructores de edificios ocupacionales: aquellos que diseñan y montan los edificios para uso de los trabajadores regulares y habituales de los mundos espirituales y morontiales. Estos artesanos son comparables a los que construyen en Urantia los talleres y otras plantas industriales. Los mundos de transición tienen necesariamente un eficiente y organizado sistema de servicio mutuo y una división especializada del trabajo. No todos hacemos de todo. Los seres morontiales y los espíritus evolutivos realizan distintas funciones, y estos constructores de edificios ocupacionales no solamente construyen mejores talleres, sino que también contribuyen al desarrollo profesional de los trabajadores.
44:3.4 (502.3) 3. Los constructores de edificios lúdicos: se hace uso de enormes edificios para los periodos de descanso, que los mortales denominarían de esparcimiento y, en cierto sentido, lúdicos. Se toman medidas para que los directores de reversión, los humoristas de los mundos morontiales, encuentren un entorno apropiado. Los mundos morontiales son las esferas de transición en las que tiene lugar la formación de los seres ascendentes últimamente trasladados desde los planetas evolutivos. Incluso los espíritus de orden superior toman parte de cierta forma de humor nostálgico durante sus períodos de recarga espiritual.
44:3.5 (502.4) 4. Los constructores de edificios de culto: son aquellos experimentados arquitectos de los templos espirituales y morontiales. Todos los mundos de ascensión de los mortales disfrutan de templos de adoración, que son las creaciones de mayor excelencia de los reinos morontiales y de las esferas espirituales.
44:3.6 (502.5) 5. Los constructores de edificios educacionales: aquellos que construyen las sedes de la formación morontial y de la educación espiritual avanzada. El camino siempre está abierto para poder adquirir más conocimiento, para conseguir una información más profunda respecto a vuestra labor presente y futura, al igual que con relación al conocimiento cultural universal; es información concebida para hacer que los ascendentes mortales de los mundos morontiales y espirituales sean más inteligentes y eficientes.
44:3.7 (502.6) 6. Los planificadores de edificios morontiales: aquellos que construyen edificios para albergar las reuniones interrelacionadas de todos los seres personales de todas las regiones espaciales que puedan estar presentes en cualquier determinado momento en cualquier esfera. Estos planificadores colaboran con los supervisores de la potencia morontial para mejorar la coordinación de la vida morontial, conforme esta se va desarrollando.
44:3.8 (502.7) 7. Los constructores de edificios públicos: son los artesanos que planifican y construyen los lugares designados para asambleas, aparte de aquellos de culto. Los lugares dedicados a asambleas públicas son grandes y magníficos.
44:3.9 (502.8) Aunque ni estas construcciones ni su ornamentación resultarían precisamente reales para los órganos sensoriales de los mortales materiales, para nosotros son muy reales. Si pudieseis estar aquí en la carne, no podríais ver estos templos; no obstante, todas estas creaciones supramateriales realmente existen, y las percibimos claramente y las disfrutamos con igual intensidad.
4. LOS ARCHIVISTAS DEL PENSAMIENTO
44:4.1 (503.1) Estos artesanos se dedican a conservar y reproducir el pensamiento de orden superior de los mundos. De acuerdo a la labor que realizan, hay siete grupos de archivistas:
44:4.2 (503.2) 1. Los conservadores del pensamiento. Estos son los artesanos que conservan el pensamiento de más elevado rango de las regiones espaciales. En los mundos morontiales de hecho se atesoran las joyas de la actividad mental. Antes de venir por primera vez a Urantia, consulté los archivos y escuché las transmisiones de los procesos de formación de ideas de algunas de las grandes mentes de este planeta. Los archivistas del pensamiento conservan estas nobles ideas en la lengua de Uversa.
44:4.3 (503.3) Cada suprauniverso tiene su propia lengua, un idioma, predominante en todos sus sectores, que hablan todos sus seres personales. En nuestro suprauniverso se conoce como el idioma de Uversa. Cada universo local también posee el suyo propio. Todos los órdenes superiores de Nebadón son bilingües: hablan tanto la lengua de Nebadón como el idioma de Uversa. Cuando dos seres de diferentes universos locales se encuentran, se comunican en el idioma de Uversa. Sin embargo, si uno de ellos es natural de otro suprauniverso, han de acudir a un traductor. En el universo central hay poca necesidad de lenguaje; hay un entendimiento perfecto y casi total; allí, solo a los Dioses no se les llega a comprender del todo. Se nos enseña que se desprende más comprensión mutua de un encuentro fortuito en el Paraíso que del hecho de comunicarse durante mil años en una lengua humana. Ya en Lugar de Salvación nosotros “conocemos como somos conocidos”.
44:4.4 (503.4) En las esferas morontiales y espirituales, la capacidad de traducir el pensamiento a una lengua sobrepasa la comprensión humana. La velocidad de simplificación del pensamiento para su archivo permanente se puede acelerar tanto de la mano de los expertos archivistas que, en un minuto del tiempo de Urantia, se puede registrar el equivalente de más de medio millón de palabras. Estas lenguas del universo son mucho más completas que la de los mundos en evolución. Los símbolos conceptuales de Uversa totalizan más de mil millones de caracteres, aunque el alfabeto básico únicamente contenga setenta símbolos. La lengua de Nebadón no es tan compleja; su alfabeto tiene cuarenta y ocho símbolos elementales.
44:4.5 (503.5) 2. Los archivistas de conceptos. Este segundo grupo de archivistas se encarga de conservar representaciones conceptuales, modelos de ideas. Se trata de un tipo de archivo permanente, desconocido en los reinos materiales. Con este método, yo podría adquirir más conocimiento en una hora de vuestro tiempo del que vosotros seríais capaces en cien años de lectura detenida de lenguaje escrito ordinario.
44:4.6 (503.6) 3. Los archivistas de ideografías. Tenemos el equivalente tanto de vuestra palabra escrita como el de vuestra palabra hablada, pero, en la conservación del pensamiento, normalmente hacemos uso de la representación de conceptos al igual que de procedimientos ideográficos. Estos encargados de conservar ideografías son capaces de mejorar mil veces el trabajo de los archivistas de conceptos.
44:4.7 (503.7) 4. Los auspiciadores de la oratoria. Este grupo de archivistas se ocupan de la tarea de conservar el pensamiento para reproducirlo mediante la oratoria. Si bien, en la lengua de Nebadón, en una exposición de media hora, se podría abarcar el contenido de toda la vida de cualquiera de los mortales de Urantia. Vuestra única esperanza de comprender estos hechos consiste en deteneros a reflexionar sobre vuestra desordenada y confusa vida onírica, esto es, cómo en pocos segundos, en estas fantasías nocturnas, pasan ante vosotros años de experiencia.
44:4.8 (503.8) La oratoria del mundo espiritual es uno de los placeres singulares que os aguardan a vosotros, que solo habéis oído los rudimentarios y abigarrados discursos de Urantia. Existe una armonía musical y una eufonía expresiva en las alocuciones de Lugar de Salvación y Edentia que llegan a inspirar de un modo más allá de toda descripción; conceptos apremiantes como bellas gemas en tiaras de gloria. ¡Pero no puedo conseguirlo! ¡No puedo transmitir a la mente humana la grandeza y la profundidad de estas realidades de otro mundo!
44:4.9 (504.1) 5. Los directores de transmisión. Las transmisiones del Paraíso, de los suprauniversos y de los universos locales se hallan bajo la supervisión general de este grupo de conservadores del pensamiento. Sirven como censores y editores al igual que como coordinadores del material que se emite. Adaptan al suprauniverso todo lo que se transmite del Paraíso, del mismo modo que adaptan y traducen lo que se transmite de los ancianos de días a los idiomas específicos de los universos locales.
44:4.10 (504.2) También se han de modificar las transmisiones del universo local para su recepción de parte de los sistemas y de los distintos planetas. La transmisión de estos informes espaciales se supervisa detenidamente, y siempre existe una confirmación de envío que garantiza que dichos informes se han recibido correctamente en cada uno de los mundos de un determinado canal de comunicación. Desde el punto de vista técnico, estos directores de transmisión son expertos en el uso de las corrientes del espacio a efecto de comunicación de información.
44:4.11 (504.3) 6. Los archivistas del ritmo. Sin duda los urantianos denominarían poetas a estos artesanos, aunque sus obras difieren de vuestras producciones poéticas y las trascienden de modo casi infinito. El ritmo es menos extenuante tanto para los seres morontiales como para los espirituales, por lo que, con frecuencia, se procura aumentar la efectividad al igual que el deleite mediante la ejecución de numerosos cometidos de forma rítmica. Ojalá pudierais tener el privilegio de oír algunas de las transmisiones poéticas de las asambleas de Edentia y así disfrutar de la riqueza de color y tono de estos genios de la constelación, maestros en esta espléndida forma de expresión personal y armonización social.
44:4.12 (504.4) 7. Los archivistas morontiales. No sé cómo describir para la mente material la labor de este importante grupo de archivistas del pensamiento, cuya labor consiste en conservar las imágenes conjuntas de las diversas categorías de asuntos morontiales y acontecimientos espirituales. Haciendo uso de un rudo ejemplo, son los fotógrafos grupales de los mundos de transición. Rescatan para el futuro las escenas vitales y las relaciones entre estas épocas de avance progresivo, conservándolas en los archivos de las salas de registros morontiales.
5. LOS OPERADORES DE LA ENERGÍA
44:5.1 (504.5) Estos interesantes y eficaces artesanos se encargan de todos los tipos de energía: física, mental y espiritual.
44:5.2 (504.6) 1. Los operadores de la energía física. Estos operadores sirven durante largos períodos de tiempo con los directores de la potencia y son expertos en el manejo y control de muchas de las facetas de la energía física. Son conocedores de las tres corrientes básicas y de las treinta divisiones secundarias de la energía de los suprauniversos. Estos seres resultan de una ayuda inestimable para los supervisores de la potencia morontial de los mundos de transición. Son los perseverantes estudiosos de las proyecciones cósmicas del Paraíso.
44:5.3 (504.7) 2. Los operadores de la energía mental. Estos operadores son los expertos en la intercomunicación entre los seres morontiales y otros tipos de seres inteligentes. Esta forma de comunicación entre mortales es prácticamente inexistente en Urantia. Son los especialistas en fomentar la aptitud de los seres morontiales ascendentes para comunicarse entre sí, y en su labor se incluyen numerosas aventuras sin parangón en la coordinación de intelectos, algo que sobrepasa en mucho mi capacidad de poder describirlas para la mente material. Estos artesanos son los diligentes estudiosos de las vías del Espíritu Infinito de circulación de la mente.
44:5.4 (505.1) 3. Los operadores de la energía espiritual. Estos operadores constituyen un grupo fascinante. Al igual que la energía física, la energía espiritual actúa conforme a leyes establecidas; es decir, cuando se somete a examen, la fuerza espiritual permite establecer conclusiones sólidas y puede ser abordada con precisión, tal como se hace con las energías físicas. En el mundo espiritual, existen leyes tan seguras y fiables como las de los reinos materiales. Durante los últimos millones de años, estos estudiosos de las leyes fundamentales del Hijo Eterno, que rigen la energía espiritual en su aplicación a los órdenes morontiales y a otros órdenes de seres celestiales a lo largo de todos los universos, han llevado a efecto muchas mejoras en cuanto al procedimiento de toma de la energía espiritual.
44:5.5 (505.2) 4. Los operadores de lo compuesto. Es el intrépido y bien formado grupo de seres dedicados a la conjunción con carácter operativo de las tres fases primigenias de la energía divina en su manifestación por todos los universos como energía física, mental y espiritual. Son los sagaces seres personales que buscan en realidad descubrir la presencia del Dios Supremo en el universo, porque en dicha persona de la Deidad ha de acaecer la unificación experiencial de toda la divinidad del gran universo. Y, hasta cierto punto, estos artesanos han cosechado algún éxito en tiempos recientes.
44:5.6 (505.3) 5. Los asesores de transportes. Este colectivo de consejeros técnicos de los serafines transportadores colabora de muy hábil manera con los estudiosos de las estrellas para establecer rutas y asistir de otros modos a los jefes de transporte de los mundos del espacio. Son los supervisores de los desplazamientos que tienen lugar en las esferas y están presentes en todos los planetas habitados. En Urantia, hay en servicio un colectivo de setenta asesores de transporte.
44:5.7 (505.4) 6. Los expertos en comunicación. Urantia también dispone de un servicio de doce técnicos en comunicación interplanetaria e interuniversal. Estos seres, de dilatada experiencia, son expertos conocedores de las leyes que rigen las transmisiones e interferencias tal como se aplican a las comunicaciones que se entablan en los mundos del espacio. Este colectivo se encarga de todas las formas de mensajes espaciales, salvo aquellos que provienen de los mensajeros solitarios y de los mensajeros de la gravedad. En Urantia, una gran parte de su labor se ha de llevar a cabo haciendo uso de los canales de comunicación de los arcángeles.
44:5.8 (505.5) 7. Los maestros del descanso. El descanso divino está en relación con el procedimiento de toma de la energía espiritual. Precisamente, la energía morontial y espiritual se deben reponer al igual que la energía física, pero no por las mismas razones. En mi deseo de informaros, me veo obligado a ofreceros explicaciones algo rudimentarias; no obstante, nosotros los del mundo espiritual hemos de hacer periódicamente una pausa en nuestras actividades regulares y trasladarnos a lugares adecuados de encuentro en los que tomamos el descanso divino y así recuperamos nuestras energías agotadas.
44:5.9 (505.6) Se os impartirán vuestras primeras clases en estos temas, cuando lleguéis a los mundos de las moradas tras haberos convertido en seres morontiales. Sabéis del círculo más interior de Havona y que, una vez que los peregrinos del espacio hayan pasado por los círculos precedentes, han de ser inducidos al largo descanso reparador del Paraíso. Esto no es solamente un requisito de orden práctico con relación al tránsito desde la andadura en el tiempo hasta el servicio en la eternidad, sino que es también una necesidad, una forma de descanso necesaria para poder reponer las pérdidas de energía propias de los últimos pasos a dar como ascendentes y almacenar las reservas de potencia espiritual que harán falta para la próxima etapa: la andadura sin fin.
44:5.10 (506.1) Estos operadores de la energía también desempeñan centenares de otras funciones, demasiado numerosas como para ser enumeradas, como el asesoramiento a serafines, querubines y sanobines respecto a los modos más eficientes de toma de energía y en cuanto al mantenimiento del equilibrio más beneficioso de las fuerzas divergentes entre los querubines activos y los sanobines pasivos. Estos expertos seres prestan su ayuda de muchas otras maneras a las criaturas morontiales y espirituales en su afán por entender el descanso divino, algo tan esencial para el empleo satisfactorio de las energías básicas del espacio.
6. DISEÑADORES Y EMBELLECEDORES
44:6.1 (506.2) ¡Cómo me gustaría encontrar la manera de describir la espléndida tarea de estos excepcionales artesanos! Pero cualquier intento de mi parte por explicar su labor de embellecimiento espiritual solo evocaría en vuestra mente material vuestros propios esfuerzos, lastimosos pero meritorios, por llevar a cabo estas cosas en vuestro mundo de mente y materia.
44:6.2 (506.3) Aunque, de acuerdo con la actividad que realizan, incorporan más de mil subdivisiones, este colectivo se agrupa principalmente en las siete categorías siguientes:
44:6.3 (506.4) 1. Los artesanos del color. Son los que hacen que los diez mil tonos de color del reflejo espiritual repiquen en la expresión de sus delicados y bellos mensajes de armonía. Salvo la percepción del color, no existe nada en la experiencia humana comparable con este tipo de actividad.
44:6.4 (506.5) 2. Los diseñadores del sonido. Estos diseñadores de lo que vosotros llamaríais sonido reproducen diferentes manifestaciones de ondas espirituales de aprecio en los mundos morontiales. En realidad, estos impulsos son los magníficos reflejos de las puras y gloriosas almas espirituales de las multitudes celestiales.
44:6.5 (506.6) 3. Los diseñadores de las emociones. Estos seres, que dan realce y conservan las sensaciones, preservan los sentimientos de orden morontial y las emociones de lo divino para el estudio y la edificación de los hijos del tiempo y para la inspiración y embellecimiento de los progresadores morontiales y de los espíritus en su avance.
44:6.6 (506.7) 4. Los artistas de las fragancias. Resulta, en efecto, desafortunado establecer una comparación entre esta labor suprema de carácter espiritual y la identificación física de las fragancias, pero los mortales de Urantia tendrían dificultad en reconocer este ministerio con cualquier otra apelación. Estos artesanos crean sus distintas sinfonías para la edificación y deleite de los hijos de la luz en su camino de avance. No existe nada en la tierra que se pueda comparar, ni siquiera remotamente, con este tipo de grandeza espiritual.
44:6.7 (506.8) 5. Los embellecedores de las presencias. Estos artesanos no se ocupan de las artes de la ornamentación personal ni del sistema de embellecimiento creatural. Se dedican a dar origen a innumerables reacciones individuales de júbilo en las criaturas morontiales y espirituales escenificando el significado de las relaciones, en función de los valores posicionales asignados a los diferentes órdenes morontiales y espirituales en las asambleas conjuntas en las que estos distintos seres participan. Estos artistas colocan a los seres supramateriales de la manera en la que vosotros colocaríais notas musicales, olores y escenas vivas y, entonces, los combinan formando himnos de gloria.
44:6.8 (506.9) 6. Los diseñadores de los sentidos. ¡Y qué se os puede decir de estos artistas! Vagamente os puedo indicar que estos seres mejoran los sentidos morontiales e igualmente se esfuerzan por acrecentar el gusto por la belleza, agudizando el desarrollo de los sentidos espirituales
44:6.9 (507.1) 7. Los armonizadores de lo morontial. Son los maestros artesanos que, cuando todos los demás han realizado sus respectivas contribuciones, aportan al conjunto de seres morontiales sus toques últimos y culminantes, logrando de este modo una estimulante caracterización de lo divinamente bello, una fuente de inspiración perdurable para los seres espirituales y sus acompañantes morontiales. Pero, antes de que podáis comenzar a percibir la gloria artística y la belleza estética de los mundos morontiales y espirituales, tendréis que aguardar la liberación de vuestro cuerpo de origen animal.
7. LOS LABORADORES DE LA ARMONÍA
44:7.1 (507.2) Estos artistas no se encargan de la música ni de la pintura ni de nada semejante, como quizás habréis podido suponer. Se ocupan del tratamiento y la organización de las fuerzas y energías específicas presentes en el mundo espiritual, pero inidentificables para los mortales. Si pudiese encontrar el más mínimo elemento de comparación, procuraría describir esta excepcional área de logro espiritual, pero desespero en ese sentido porque no tengo esperanza alguna de transmitir a la mente mortal este rango de arte celestial. No obstante, lo que no se puede describir sí se puede dar a entender:
44:7.2 (507.3) La belleza, el ritmo y la armonía están intelectualmente relacionados son espiritualmente afines. La verdad, el hecho y la relación son nociones intelectualmente inseparables y están vinculados con los conceptos filosóficos de la belleza. La bondad, la rectitud y la justicia están filosóficamente interrelacionadas y espiritualmente entrelazadas con la verdad viva y la belleza divina.
44:7.3 (507.4) Los conceptos cósmicos de la verdadera filosofía, la manifestación del arte celestial o el afán del mortal por describir su reconocimiento humano de la belleza divina no pueden ser jamás verdaderamente satisfactorios si tal esforzado progreso creatural carece de unificación. Estas expresiones del impulso divino de la criatura evolutiva pueden ser intelectualmente verdaderas, emocionalmente bellas y espiritualmente buenas; pero el alma real de la expresión estará ausente a menos que estas realidades de la verdad, estos contenidos de la belleza y estos valores de la bondad se unifiquen en la experiencia de vida del artesano, del científico o del filósofo.
44:7.4 (507.5) Estas cualidades divinas están perfecta y absolutamente unificadas en Dios. Y cualquier hombre o ángel conocedores de Dios poseen el potencial para expresarse a sí mismos sin límites en niveles continuamente progresivos conforme logra unidad en sí mismo tratando parecerse más como Dios; esto conlleva la unión de la verdad eterna, de la belleza universal y de la bondad divina en la vida evolutiva.
8. ASPIRACIONES HUMANAS Y LOGROS MORONTIALES
44:8.1 (507.6) Aunque los artesanos celestiales no operan de forma personal en los planetas materiales, tales como Urantia, sí acuden, periódicamente, desde las sedes centrales del sistema, para ofrecer su ayuda a los seres de las razas mortales particularmente dotados de forma natural. Cuando tienen dicho destino, estos artesanos actúan temporalmente bajo la supervisión de los ángeles planetarios del progreso. Las multitudes seráficas cooperan con estos artesanos, procurando ayudar a aquellos artistas mortales que poseen dotes innatas y que también poseen modeladores con alguna particular experiencia previa.
44:8.2 (507.7) Son tres los posibles orígenes de las capacidades humanas de carácter especial: en el fondo, siempre existe una aptitud connatural o innata. La habilidad especial nunca es un don arbitrario de los Dioses; en cualquier talento extraordinario subyace siempre un factor congénito. Además de esta habilidad natural, o más bien complementaria a ella, se puede dar la aportación de la guía del modelador del pensamiento en aquellos seres cuyos modeladores que los habitan pueden haber adquirido experiencias reales y genuinas en otros mundos y en otras criaturas mortales. En esos casos, en los que tanto la mente humana como el modelador interior son excepcionalmente hábiles, se puede delegar en los artesanos espirituales la armonización de estos talentos y ayudar e inspirar, por otro lado, a estos mortales a que persigan ideales cada vez más perfectos, intentando manifestarlos realzados para la edificación del mundo.
44:8.3 (508.1) No existe distinción de clases entre los artesanos espirituales. Por muy humildes que sean vuestros orígenes, si tenéis la capacidad y el don de la expresión, estos se os reconocerán convenientemente y se os valorará a medida que ascendéis en la escala de la experiencia morontial y del logro espiritual. No puede haber desventajas por la herencia humana ni carencias por el entorno que no se lleguen a compensar por completo y erradicar del todo en vuestra andadura morontial. Y, de forma progresiva, mediante vuestro propio esfuerzo personal, hallaréis esas satisfacciones incumplidas en vuestros logros artísticos y en la expresión plena de vuestra propia realización. Por fin, se podrán satisfacer las aspiraciones de aquellos menos favorecidos evolutivamente. Aunque los Dioses no otorgan talentos ni capacidades de forma arbitraria a los hijos del tiempo, sí facilitan que todos sus nobles anhelos logren satisfacerse y que toda sed humana de autoexpresión suprema quede gratificada.
44:8.4 (508.2) Si bien, todos los seres humanos deben recordar que muchas de esas ansias por destacar que afligen a los mortales durante su vida en la carne no perdurarán en estos mismos mortales durante su andadura morontial y espiritual. Los seres morontiales ascendentes aprenden a socializar sus previos deseos puramente egoístas y aspiraciones egocéntricas. No obstante, aquellas cosas que con tanto empeño anhelasteis realizar en la tierra y que las circunstancias os negaron insistentemente, si, una vez que hayáis adquirido en vuestra andadura morontial un auténtico conocimiento de la mota, aún queréis que se hagan realidad, de cierto que se os ofrecerá la oportunidad de poder encontrar satisfacción plena a esos deseos por tan largo tiempo acariciados.
44:8.5 (508.3) Antes de que los mortales ascendentes salgan del universo local para emprender su andadura espiritual, saciarán todos esos anhelos de orden intelectual, artístico y social o verdaderas aspiraciones, que caracterizaron sus planos de existencia mortal o morontial. Se trata de una satisfacción que todos alcanzarán por igual en cuanto a la expresión y a la realización de uno mismo, pero no en cuanto al logro de un estatus experiencial de carácter idéntico ni a la total anulación de la propia individualidad respecto a destrezas, técnicas y expresión. Si bien, la nueva disimilitud espiritual surgida con relación al logro de esa experiencia personal no llegará, por ello, a nivelarse o a equilibrarse hasta que, en vuestra andadura en Havona, no hayáis completado el último círculo. Y luego los residentes del Paraíso se enfrentarán con la necesidad de ajustar esa disimilitud absonita de la experiencia personal, que solo se puede nivelar alcanzando como grupo el estatus último creatural —el destino de los finalizadores mortales como espíritus de la séptima etapa—.
44:8.6 (508.4) Y este es el relato de los artesanos celestiales, ese colectivo cosmopolita de espléndidos trabajadores que tanto contribuye a glorificar las esferas arquitectónicas con su representación artística de la belleza divina de los Creadores del Paraíso.
44:8.7 (508.5) [Redactado por un arcángel de Nebadón.]
Escrito 45
La administración del sistema local
45:0.1 (509.1) El centro administrativo de Satania está compuesto por un conjunto de cincuenta y siete esferas arquitectónicas: Jerusem, sus siete satélites principales y los cuarenta y nueve subsatélites. Jerusem, la capital del sistema, es casi cien veces el tamaño de Urantia, aunque su gravedad es algo menor. Los satélites principales de Jerusem son los siete mundos de transición; cada uno de ellos es aproximadamente diez veces más grande que Urantia, mientras que los siete subsatélites de estas esferas son más o menos del tamaño de Urantia.
45:0.2 (509.2) Los siete mundos de las moradas son los siete subsatélites del mundo de transición número uno.
45:0.3 (509.3) Todo este sistema de cincuenta y siete mundos arquitectónicos está iluminado, calentado, provisto de agua y de energía de manera independiente con la coordinación del centro de la potencia de Satania y de los controladores físicos mayores, en conformidad con el procedimiento establecido respecto a la organización y disposición físicas de estas esferas especialmente creadas. Los nativos espornagias también les prestan sus cuidados y las mantienen de otras maneras.
1. LOS MUNDOS DE CULTURA Y TRANSICIÓN
45:1.1 (509.4) Por lo general, a los siete mundos principales que giran alrededor de Jerusem se les conoce como “las esferas de cultura y transición”. El consejo ejecutivo supremo de Jerusem designa a sus gobernantes periódicamente. Estas esferas están numeradas y poseen los siguientes nombres:
45:1.2 (509.5) Esfera número 1: El mundo de los finalizadores. Es la sede del colectivo de los finalizadores del sistema local. Está rodeada por los mundos receptores —los siete mundos de las moradas— tan intensamente dedicados al cumplimiento del plan de ascensión de los mortales. El mundo de los finalizadores está al alcance de los habitantes de estos siete mundos de las moradas. Los serafines de transporte se encargan de trasladar a los seres personales ascendentes de un lado a otro en estos peregrinajes, cuyo propósito es cultivar su fe en el destino último de los mortales en transición. Aunque los finalizadores y sus construcciones no suelen ser apreciables para la visión morontial, de vez en cuando experimentaréis un sentimiento que excede toda emoción cuando los transformadores de la energía y los supervisores de la potencia morontial os permitan vislumbrar, de forma momentánea, a estos elevados seres personales espirituales que, definitivamente, han llevado a término su ascensión al Paraíso, y han regresado a esos mundos mismos en los que vosotros estáis comenzando este largo viaje, como compromiso y garantía de que es posible y podéis llevar a fin tal formidable empresa. Al menos una vez al año, todos los residentes temporales de los mundos de las moradas acuden a esta esfera para tomar parte en estas citas de visualización de finalizadores.
45:1.3 (510.1) Esfera número 2: El mundo de la morontia. Este planeta es la sede de los supervisores de la vida morontial. Está rodeado por las siete esferas en las que los jefes morontiales forman a sus colaboradores y ayudantes, que son tanto seres morontiales como mortales ascendentes.
45:1.4 (510.2) Al pasar, en vuestro camino de progreso, por los siete mundos de las moradas, también lo haréis por estas esferas culturales y sociales en las que tendréis un contacto cada vez mayor con el nivel morontial. Cuando avancéis del primero al segundo mundo de morada, tendréis derecho a un permiso para visitar la sede del mundo de transición número dos, el mundo de la morontia, y así sucesivamente. Y, cuando estéis presentes en una de estas seis esferas culturales, podréis, previa invitación, visitar y observar cualquiera de los siete mundos que la rodean y en los que se desarrollan actividades afines relativas a dicho grupo.
45:1.5 (510.3) Esfera número 3: El mundo de los ángeles. Es la sede de todas las multitudes seráficas involucradas en la actividad del sistema. Está rodeada por los siete mundos de formación e instrucción angélica. Se trata de las esferas sociales seráficas.
45:1.6 (510.4) Esfera número 4: El mundo de los superángeles. Esta esfera es la residencia habitual en Satania de las brillantes estrellas vespertinas y de una inmensa concurrencia de seres del mismo y de casi igual rango. Los siete satélites de este mundo están destinados a los siete grupos principales de estos seres celestiales no identificados.
45:1.7 (510.5) Esfera número 5: Los mundos de los Hijos de Dios. Este planeta es la sede de los Hijos divinos de todos los órdenes, incluyendo a los hijos trinitizados por criaturas. Los siete mundos que lo rodean están dedicados a las distintas agrupaciones de estos hijos divinamente afines.
45:1.8 (510.6) Esfera número 6: El mundo del Espíritu. Esta esfera sirve de lugar de encuentro en el sistema de los elevados seres personales del Espíritu Infinito. Los siete satélites que lo rodean están destinados a los distintos grupos de estos diversos órdenes. Si bien, en el mundo de transición número seis no hay representación del Espíritu ni tampoco se observa dicha presencia en las capitales del sistema; la benefactora divina de Lugar de Salvación está por todos los lugares de Nebadón.
45:1.9 (510.7) Esfera número 7: El mundo del Padre. Es la esfera silenciosa del sistema. Ningún grupo de seres tiene ahí su domicilio. El gran templo de la luz ocupa un lugar central, pero no se puede percibir a nadie en él. Se acoge con beneplácito a todos los seres de todos los mundos del sistema que deseen ir a hacer culto de adoración.
45:1.10 (510.8) Los siete satélites que rodean al mundo del Padre tienen un uso diferente según sea el sistema. En Satania, se emplean actualmente como esferas de detención para los grupos en reclusión debido a la rebelión de Lucifer. Edentia, la capital de la constelación, no tiene mundos de prisión equivalentes; desde hace mucho tiempo, los pocos serafines y querubines que se unieron a los rebeldes durante la rebelión de Satania están confinados en estos mundos de aislamiento de Jerusem.
45:1.11 (510.9) Como residentes del séptimo mundo de morada, tendréis acceso al séptimo mundo de transición, a la esfera del Padre Universal, y también se os permitirá visitar los mundos de prisión de Satania que rodean a este planeta, en donde actualmente están confinados Lucifer y la mayoría de esos seres personales que lo secundaron en su rebelión contra Miguel. Durante recientes eras, se ha podido observar este triste espectáculo, que continuará sirviendo como una seria advertencia para todo Nebadón, hasta que los ancianos de días dicten su veredicto sobre el pecado de Lucifer y de sus colaboradores caídos, que rechazaron la salvación que Miguel, su Padre del universo, brindaba.
2. EL SOBERANO DEL SISTEMA
45:2.1 (511.1) El mandatario en jefe de un sistema local de mundos habitados es un hijo lanonandec primario, el soberano del sistema. En nuestro universo local a estos soberanos se les encomiendan grandes responsabilidades de gobierno; se les otorgan prerrogativas personales poco frecuentes. No todos los universos, ni siquiera Orvontón, están organizados de manera que se permita al soberano del sistema poseer unos poderes tan extraordinariamente amplios en el uso de su criterio personal para dirigir los asuntos del sistema. Pero, en toda la historia de Nebadón, tan solo en tres ocasiones han sido estos mandatarios, de ilimitados poderes, desleales. La rebelión de Lucifer ocurrida en el sistema de Satania fue la última y la más generalizada de todas.
45:2.2 (511.2) En Satania, incluso tras esta calamitosa sublevación, en absoluto se han producido cambios en el modo de gobernar el sistema. Lanaforge, el actual soberano del sistema, ostenta todo el poder y ejerce toda la autoridad con los que se invistió a su indigno predecesor salvo en ciertas cuestiones, que los ancianos de días aún no han restituido a este sucesor de Lucifer, cuestiones que están, en este momento, bajo la supervisión de los Padres de la constelación.
45:2.3 (511.3) El jefe actual de Satania es un gobernante magnífico y benévolo y un soberano probado en rebeliones. Cuando servía como asistente del soberano del sistema, Lanaforge se mantuvo fiel a Miguel durante una anterior sublevación acontecida en el universo de Nebadón. Este señor de Satania, poderoso y de extraordinaria sabiduría, es un administrador acreditado por la experiencia. En el momento de la segunda rebelión de uno de los sistemas de Nebadón, cuando el soberano del sistema se equivocó y cayó en las sombras, Lanaforge, el primer asistente de este errado jefe, llevó las riendas del gobierno y dirigió los asuntos del sistema de tal modo que consiguió que se perdiesen relativamente pocos seres personales tanto en los mundos-sede como en los planetas habitados de ese infortunado sistema. Lanaforge tiene el mérito de ser el único hijo lanonandec primario de todo Nebadón que obró con esa gran lealtad al servicio de Miguel y en el momento mismo de la transgresión de su hermano de autoridad superior y precursor en rango. Con toda probabilidad, Lanaforge no saldrá de Jerusem hasta que no se hayan superado todos los efectos de este desatino y se hayan erradicado de Satania todas las consecuencias de la rebelión.
45:2.4 (511.4) Aunque no todos los asuntos de los mundos aislados de Satania se han puesto de nuevo bajo su jurisdicción, Lanaforge muestra un gran interés por el bien de estos y visita Urantia con frecuencia. Al igual que en otros sistemas normales, el soberano preside el consejo del sistema compuesto por los gobernantes de los mundos, esto es, los príncipes planetarios y los gobernadores generales residentes de los mundos aislados. Este consejo planetario se reúne periódicamente en la sede del sistema —“Cuando se congregan los Hijos de Dios”—.
45:2.5 (511.5) Una vez a la semana, cada diez días de Jerusem, el soberano celebra un cónclave con algún grupo de los distintos órdenes de seres personales domiciliado en este mundo-sede. Estos son momentos placenteros y poco ceremoniosos de la vida en Jerusem; son ocasiones que nunca caerán en el olvido. En esta esfera existe un grado sumo de fraternidad entre todos los distintos órdenes de seres y entre cada uno de estos grupos y el soberano del sistema.
45:2.6 (511.6) Estas singulares asambleas tienen lugar en el mar de cristal, el gran lugar de afluencia de la capital del sistema. Se trata de acontecimientos puramente sociales y espirituales; en ellos, no se comenta nada concerniente a la administración del planeta ni incluso al plan de ascensión. Son momentos en los que los mortales ascendentes se reúnen simplemente para su disfrute y para conocer a sus compañeros de Jerusem. Los grupos no invitados por el soberano a estos ratos semanales de esparcimiento se congregan en sus propias sedes.
3. EL GOBIERNO DEL SISTEMA
45:3.1 (512.1) El mandatario en jefe de un sistema local, el soberano del sistema, cuenta siempre con el apoyo de dos o tres hijos lanonandecs, que actúan como asistentes primero y segundo respectivamente. Pero en el gobierno del sistema de Satania hay actualmente un equipo asistente de siete lanonandecs.
45:3.2 (512.2) 1. El soberano del sistema: Lanaforge, número 2709 de los lanonandecs primarios y sucesor del apóstata Lucifer.
45:3.3 (512.3) 2. El primer asistente del soberano: Mansurotia, número 17 841 de los lanonandecs terciarios. Se le envió a Satania junto con Lanaforge.
45:3.4 (512.4) 3. El segundo asistente del soberano: Sadib, número 271 402 del orden terciario de lanonandecs. Sadib vino también a Satania con Lanaforge.
45:3.5 (512.5) 4. El custodio del sistema: Holdant, número 19 del colectivo de lanonandecs terciarios, guardián y encargado de todos los espíritus en reclusión por encima del orden de existencia mortal. Holdant vino igualmente a Satania con Lanaforge.
45:3.6 (512.6) 5. El archivista del sistema: Vilton, secretario de los lanonandecs de Satania, número 374 del tercer orden. Vilton fue un miembro del grupo inicial de Lanaforge.
45:3.7 (512.7) 6. El director del ministerio de gracia: Fortant, número 319 847 de las reservas de los lanonandecs secundarios y director temporal de toda la actividad del universo transferida a Jerusem desde el ministerio de gracia de Miguel en Urantia. Fortant lleva novecientos años, en tiempo de Urantia, formando parte del equipo asistente de Lanaforge.
45:3.8 (512.8) 7. El alto asesor: Hanavard, número 67 de los hijos lanonandecs primarios y miembro del alto colectivo de asesores y coordinadores del universo. Actúa como presidente en funciones del consejo ejecutivo de Satania. Hanavard es el duodécimo de este orden de seres en servir en Jerusem desde el tiempo de la rebelión de Lucifer.
45:3.9 (512.9) Este grupo directivo de siete lanonandecs constituye el gobierno de urgencia, que fue necesario ampliar por las dificultades surgidas a raíz de la rebelión de Lucifer. Al ser el sistema una unidad administrativa y no judicial, solo existen tribunales menores en Jerusem, si bien, el gobierno Lanonandec cuenta con el apoyo del consejo ejecutivo de Jerusem, el órgano consultivo supremo de Satania. Este consejo está compuesto por doce miembros:
45:3.10 (512.10) 1. Hanavard, el presidente Lanonandec.
45:3.11 (512.11) 2. Lanaforge, el soberano del sistema.
45:3.12 (512.12) 3. Mansurotia, el primer asistente del soberano.
45:3.13 (512.13) 4. El jefe de los melquisedecs de Satania.
45:3.14 (512.14) 5. El director en funciones de los portadores de vida de Satania.
45:3.15 (512.15) 6. El jefe de los finalizadores de Satania.
45:3.16 (512.16) 7. El adán original de Satania, supervisor jefe de los hijos materiales.
45:3.17 (512.17) 8. El director de las multitudes seráficas de Satania.
45:3.18 (512.18) 9. El jefe de los controladores físicos de Satania.
45:3.19 (512.19) 10. El director de los supervisores de la potencia morontial del sistema.
45:3.20 (513.1) 11. El director en funciones de las criaturas intermedias del sistema.
45:3.21 (513.2) 12. El jefe en funciones del colectivo de mortales ascendentes.
45:3.22 (513.3) Periódicamente, este consejo elige a tres miembros en calidad de representantes del sistema local en el consejo supremo de la sede del universo, pero esta representación está en suspenso debido a la rebelión. Satania dispone ahora de un observador en la sede del universo local, no obstante, desde el ministerio de gracia de Miguel, el sistema ha reanudado la elección de diez miembros para la asamblea legislativa de Edentia.
4. LOS VEINTICUATRO CONSEJEROS
45:4.1 (513.4) En el centro de los siete círculos residenciales angélicos de Jerusem está la sede del consejo consultivo de Urantia, compuesta por veinticuatro consejeros. Juan el Revelador aludió a ellos como los veinticuatro ancianos: “Alrededor del trono había veinticuatro tronos, y en los tronos vi sentados a veinticuatro ancianos vestidos de ropas blancas”. El trono situado en el centro de este grupo de tronos es el asiento de juicio del arcángel que preside; es el trono del llamamiento nominal a la resurrección, de misericordia y justicia, para toda Satania. Este asiento de juicio siempre ha estado en Jerusem, pero los veinticuatro asientos que lo rodean se colocaron en su sitio no hace más de mil novecientos años, poco después de que Cristo Miguel asumiera la soberanía plena de Nebadón. Estos veinticuatro consejeros son sus delegados personales en Jerusem, y tienen autoridad para representar al hijo mayor en todos los asuntos concernientes a dicho llamamiento a la resurrección de Satania, al igual que en otras muchas facetas del plan de ascensión de los mortales en los mundos aislados del sistema. Estos delegados se nombran para llevar a efecto las peticiones especiales de Gabriel y los mandatos, poco usuales, de Miguel.
45:4.2 (513.5) Los veinticuatro consejeros se reclutaron de las ocho razas de Urantia, y los últimos de este grupo se sumaron en el momento del llamamiento nominal a la resurrección llevado a cabo por Miguel mil novecientos años atrás. Este consejo consultivo de Urantia se compone de los miembros siguientes:
45:4.3 (513.6) 1. Onagar, la privilegiada mente de la era anterior al príncipe planetario, que condujo a sus semejantes a la adoración de “El Dador del Aliento”.
45:4.4 (513.7) 2. Mansant, el gran maestro de la edad posterior al príncipe planetario de Urantia, que guió a sus semejantes a la veneración de “La Gran Luz”.
45:4.5 (513.8) 3. Onamonalontón, un jefe del hombre rojo de tiempos remotos, que llevó a esta raza desde la adoración de muchos dioses hasta la veneración de “El Gran Espíritu”.
45:4.6 (513.9) 4. Orlandof, un príncipe de los hombres azules, que dirigió a estos al reconocimiento de la divinidad de “El Jefe Supremo”.
45:4.7 (513.10) 5. Porshunta, el oráculo de la extinta raza naranja, que encaminó a este pueblo a la adoración de “El Gran Maestro”.
45:4.8 (513.11) 6. Singlangtón, el primero de los hombres amarillos en enseñar y encauzar a su pueblo hacia la adoración de “La Verdad Única” en sustitución de muchas verdades diferentes. Hace miles de miles de años que el hombre amarillo sabe de la existencia de un solo Dios.
45:4.9 (513.12) 7. Fantad, aquel que liberó a los hombres verdes de las tinieblas y los condujo a la adoración de “La Única Fuente de Vida”.
45:4.10 (513.13) 8. Orvonón, aquel que formó a las razas de color índigo y las guió en el ancestral servicio de “El Dios de Dioses”.
45:4.11 (514.1) 9. Adán, que cayó en descrédito pero se le rehabilitó, fue el padre planetario de Urantia, un hijo material de Dios degradado a la condición de un ser mortal, pero que sobrevivió y se le elevó posteriormente a este estado por decreto de Miguel.
45:4.12 (514.2) 10. Eva, la madre de la raza violeta de Urantia, que fue castigada junto con su compañero por su transgresión e igualmente rehabilitada junto con él, y destinada para servir con este grupo de supervivientes mortales.
45:4.13 (514.3) 11. Enoc, el primero de los mortales de Urantia en fusionarse con el modelador del pensamiento durante su vida mortal en la carne.
45:4.14 (514.4) 12. Moisés, libertador de un grupo remanente de la absorbida raza violeta e impulsor del resurgir de la adoración al Padre Universal bajo el nombre de “El Dios de Israel”.
45:4.15 (514.5) 13. Elías, un alma trasladada que consiguió un espléndido logro espiritual durante la era posterior al hijo material.
45:4.16 (514.6) 14. Maquiventa Melquisedec, el único Hijo de este orden que se dio de gracia a las razas de Urantia. Aunque todavía se le considera un melquisedec, se ha erigido “para siempre como sacerdote de los Altísimos”, asumiendo eternamente su destino de servicio como mortal ascendente, al haber habitado en Urantia, en Salem, semejando un hombre mortal, en los días de Abraham. Recientemente, se le proclamó príncipe planetario vicerregente de Urantia con sede en Jerusem y se le revistió de autoridad para actuar en nombre de Miguel, actualmente el príncipe planetario del mundo en el que experimentó su último ministerio de gracia en forma humana. Pese a esto, Urantia sigue bajo la supervisión de gobernadores generales residentes sucesivos, miembros de estos veinticuatro consejeros.
45:4.17 (514.7) 15. Juan el Bautista, el precursor de la misión de Miguel en Urantia y, en la carne, primo lejano del Hijo del Hombre.
45:4.18 (514.8) 16. 1 2 3 Primero, el líder de las criaturas intermedias leales que estaban al servicio de Gabriel en el momento de la traición de Caligastia. Miguel lo elevó a este puesto poco después de alcanzar su incondicionada soberanía.
45:4.19 (514.9) A petición de Gabriel, este grupo selecto de seres personales está exento por ahora de seguir el régimen de ascensión, y no tenemos idea de cuánto tiempo servirá en esta condición.
45:4.20 (514.10) Los asientos número 17, 18, 19 y 20 no se ocupan permanentemente, sino que se toma posesión de ellos de forma temporal mediante el consentimiento unánime de los dieciséis miembros permanentes, y se conservan vacantes para su asignación futura a mortales ascendentes de la presente era, la era posterior a la misión del Hijo de gracia en Urantia.
45:4.21 (514.11) De igual manera, los asientos número 21, 22, 23 y 24 están ocupados temporalmente al tiempo que se reservan para los grandes maestros de otras épocas futuras que sin duda sucederán a la actual. En las eras de luz y vida de Urantia se prevén épocas de hijos magistrados e hijos preceptores, con independencia de que pueda haber o no venidas imprevistas de Hijos divinos.
5. LOS HIJOS MATERIALES
45:5.1 (514.12) Las grandes categorías en las que se divide la vida celestial tienen su sede y sus inmensas reservas en Jerusem, incluyendo a los diversos órdenes de Hijos divinos, elevados espíritus, superángeles, ángeles y criaturas intermedias. La vivienda central de este extraordinario sector es el templo principal de los hijos materiales.
45:5.2 (515.1) La zona perteneciente a los adanes atrae la atención de todos los recién llegados a Jerusem. Es un área inmensa consistente en mil núcleos centrales, aunque cada familia de hijos e hijas materiales vive en su propia heredad hasta el momento en el que sus miembros parten para desempeñar su servicio en los mundos evolutivos del espacio o hasta que emprenden su andadura de ascensión hacia el Paraíso.
45:5.3 (515.2) Estos hijos materiales conforman la clase más elevada de seres con poderes de reproducción sexual que se puede encontrar en las esferas de formación de los universos evolutivos. Y son realmente materiales; los adanes y las evas planetarios son claramente visibles incluso para las razas mortales de los mundos habitados. Constituyen el último eslabón físico en la cadena de seres personales, que se extiende desde la naturaleza divina y la perfección de arriba hasta la humanidad y la existencia material de abajo. Los hijos materiales sirven como mediadores entre el invisible príncipe planetario y las criaturas materiales de estos mundos habitados y tienen un contacto mutuo.
45:5.4 (515.3) En el último censo del milenio realizado en Lugar de Salvación, había, según los registros de Nebadón, 161 632 840 hijos e hijas materiales con el estatus de ciudadanos en las capitales de los sistemas locales. La población de hijos materiales difiere según el sistema, y su número está en constante aumento a causa de su predisposición natural a la reproducción. En el ejercicio de sus funciones reproductivas, no se guían enteramente por los deseos particulares de los seres personales que entablan dicho contacto, sino también por los órganos de gobierno y los consejos asesores de superior rango.
45:5.5 (515.4) Estos hijos e hijas materiales son los habitantes permanentes de Jerusem y de los mundos vinculados a esta sede del sistema. Ocupan inmensas heredades en dicha sede y participan extensamente en la gestión local de esta esfera capital, haciéndose cargo, con la ayuda de seres intermedios y de ascendentes, de casi todas las cuestiones rutinarias.
45:5.6 (515.5) En Jerusem, a estos Hijos de capacidad reproductiva se les permite experimentar con el modelo de autogobierno a la manera de los melquisedecs, y están alcanzando una forma de sociedad muy avanzada. Los órdenes superiores de filiación se reservan su derecho de veto, pero en casi todos los respectos, los adanitas de Jerusem se gobiernan a sí mismos mediante sufragio universal y un gobierno representativo. Esperan que algún día se les pueda conceder una autonomía prácticamente completa.
45:5.7 (515.6) El carácter del servicio de los hijos materiales está en gran parte determinado por sus edades. Aunque no reúnen los requisitos para ser admitidos en la Universidad Melquisedec de Lugar de Salvación —por ser materiales y estar circunscritos por lo común a ciertos planetas—, los melquisedecs, no obstante, mantienen importantes colectivos de docentes en las sedes de cada sistema para la instrucción de las generaciones más jóvenes de hijos materiales. Con el fin de lograr el desarrollo de estos hijos e hijas materiales de mayor juventud, se les facilitan sistemas educativos y de formación espiritual que alcanzan la cima de la perfección en ámbito, técnica y nivel práctico.
6. FORMACIÓN ADÁNICA DE LOS SERES ASCENDENTES
45:6.1 (515.7) Los hijos e hijas materiales, junto con sus hijos, constituyen en sí una fascinante escena que nunca cesa de despertar la curiosidad y atraer la atención de todos los mortales ascendentes. Son tan similares a vuestras propias razas, también materiales y de naturaleza sexual, que ambos encontráis un gran interés mutuo en haceros partícipes de vuestros pensamientos y compartir momentos de contactos fraternales.
45:6.2 (515.8) Los supervivientes mortales pasan una gran parte de su tiempo de ocio en la capital del sistema observando y estudiando los hábitos de la vida y la conducta de estas criaturas superiores, semifísicas y sexuadas, porque estos ciudadanos de Jerusem son sus benefactores y mentores directos desde el momento en el que consiguen la ciudadanía en dicho mundo-sede hasta que se despiden de este para dirigirse a Edentia.
45:6.3 (516.1) En los siete mundos de las moradas, los mortales ascendentes gozan de muchas oportunidades para poder compensar cualquier carencia de orden experiencial vivenciada en sus mundos de origen, ya sea a causa de la herencia, del medio ambiente o del prematuro y desafortunado término de su andadura en la carne. Esto es verdad en todos los sentidos salvo en cuanto a la vida sexual humana y al reajuste que conlleva. Miles de mortales llegan a los mundos de las moradas sin haberse beneficiado especialmente de las experiencias que se derivan de haber tenido, en sus esferas nativas, relaciones sexuales corrientes. La vida en los mundos de las moradas puede ofrecer escasas posibilidades de resarcir estas carencias tan personales. La experiencia sexual, en un sentido físico, para estos ascendentes ha concluido, pero en relación estrecha con los hijos y las hijas materiales, de forma individual y como miembros de su grupo, estos mortales sexualmente deficientes pueden compensar las consecuencias de orden social, intelectual, emocional y espiritual de tal deficiencia. Así pues, a todos los mortales a quienes las circunstancias o mal juicio los privaron de los beneficios de una relación sexual provechosa en los mundos evolutivos, aquí, en las capitales de los sistemas, se les ofrecerán las máximas oportunidades de adquirir estas indispensables experiencias humanas en vinculación estrecha y afectuosa con estas excelsas criaturas adánicas, residentes permanentes de las capitales del sistema.
45:6.4 (516.2) Ningún mortal superviviente, ser intermedio o serafín puede ascender al Paraíso, llegar al Padre e incorporarse en el colectivo final sin haber pasado por la sublime experiencia de desarrollar una relación paterna con un hijo evolutivo de los mundos o por alguna otra experiencia análoga y equivalente. La relación entre hijo y padre es fundamental para acercarse al concepto esencial del Padre Universal y de sus hijos del universo. Por eso, tal experiencia debe ser esencial para la formación vital de todos los ascendentes.
45:6.5 (516.3) Las criaturas intermedias ascendentes y los serafines evolutivos han de experimentar esta relación de paternidad en conjunción con los hijos y las hijas materiales de la sede del sistema. Por ello, estos seres ascendentes, sin capacidad de reproducción, adquieren el sentido de la paternidad ayudando a los adanes y las evas de Jerusem a criar y educar a su progenie.
45:6.6 (516.4) Todos los supervivientes mortales que no hayan experimentado la paternidad en los mundos evolutivos también deben adquirir esta necesaria formación durante su período de estancia en los hogares de los hijos materiales de Jerusem y como colaboradores parentales de estos excelentes padres y madres. Esto es una realidad salvo en la medida en que dichos mortales hayan podido resarcir sus carencias en la guardería infantil del sistema, situada en el primer mundo cultural y de transición de Jerusem.
45:6.7 (516.5) La guardería infantil probatoria de Satania está al cuidado de ciertos seres personales morontiales del mundo de los finalizadores; la mitad del planeta se dedica a esta labor de criar a niños. Aquí se reciben y reconstituyen algunos de los hijos de los mortales supervivientes, tal como aquellos que perecieron en los mundos evolutivos antes de adquirir un estatus espiritual individual. La ascensión de cualquiera de sus dos progenitores naturales garantiza que se pueda conceder a estos hijos mortales retomar su estado personal en este planeta, residencia de los finalizadores en el sistema. Allí se les dará la oportunidad de demostrar, consiguientemente, mediante el ejercicio de su libre voluntad, si optan o no por seguir el camino de ascensión que siguieron sus padres. Aquí los niños aparecen como en el mundo en el que nacieron, salvo por la ausencia de diferenciación sexual. No existe reproducción de orden humano tras haber experimentado la vida en los mundos habitados.
45:6.8 (517.1) Los estudiantes de los mundos de las moradas con uno o más niños en las guarderías probatorias del mundo de los finalizadores, y que carecen de una esencial experiencia paterna, pueden solicitar un permiso a los melquisedecs para interrumpir sus deberes como ascendentes en los mundos de las moradas y efectuar su traslado temporal al mundo de los finalizadores, en el que dispondrán de la posibilidad de actuar como padres colaboradores de sus propios hijos y de otros niños. Este servicio de cuidado paterno se les puede reconocer más tarde en Jerusem como demostración de que han satisfecho la mitad de la formación que se les exige en las familias de los hijos y de las hijas materiales.
45:6.9 (517.2) Mil parejas de hijos e hijas materiales, voluntarios de la colonia de su orden en Jerusem, se encargan de la supervisión de la guardería probatoria. Cuentan con la asistencia directa de un número aproximadamente igual de grupos parentales voluntarios de midsonitas, que hacen allí escala para prestar este servicio en su camino desde el mundo de este orden en Satania hasta un destino no revelado en sus mundos especiales de reserva entre las esferas de los finalizadores de Lugar de Salvación.
7. LAS ESCUELAS DE LOS MELQUISEDECS
45:7.1 (517.3) Los melquisedecs son los directores de ese gran colectivo de instructores —criaturas volitivas parcialmente espiritualizadas y otros seres— que tan razonablemente bien ejercen sus funciones en Jerusem y en los mundos vinculados a esta sede, aunque especialmente en los siete mundos de las moradas. Aquellos mortales que no logran fusionarse con sus modeladores durante su vida en la carne hacen un alto en estos planetas y se rehabilitan de forma transitoria para recibir una ayuda más extensa y disfrutar de una nueva oportunidad de continuar en su afán por conseguir logros espirituales, aquel mismo afán que la muerte truncó prematuramente. O si, por cualquier otra razón, ya sea por desventajas hereditarias, entorno desfavorable o confabulación de circunstancias, las aspiraciones de esa alma no llegaron a tomar forma, sin importar cuál sea la razón, todos aquellos que sean honestos en sus propósitos y nobles en espíritu estarán presentes, tal como son, en esos planetas para reanudar su empeño. Allí deberán aprender a dominar lo esencial de la andadura eterna, hacerse de esas cualidades que no pudieron adquirir, o no adquirieron, durante su existencia terrenal.
45:7.2 (517.4) Las brillantes estrellas vespertinas (y sus coiguales no nombrados) con frecuencia sirven en calidad de maestros como parte de las distintas iniciativas educativas del universo, en las que se incluyen aquellas auspiciadas por los melquisedecs. Los hijos preceptores de la Trinidad también prestan su colaboración y añaden sus toques de la perfección del Paraíso a estas escuelas de formación y progreso. Pero toda la actividad que aquí se desarrolla no tiene como objetivo exclusivo hacer avanzar a los mortales ascendentes; mucha de esta actividad se encamina, igualmente, a la formación progresiva de los seres personales espirituales nativos de Nebadón.
45:7.3 (517.5) Los hijos melquisedecs dirigen más de treinta centros educativos distintos en Jerusem. Estas escuelas de formación empiezan con la facultad de autoevaluación y terminan con las escuelas de ciudadanía de Jerusem, en las que los hijos y las hijas materiales se unen con los melquisedecs y otros seres en su supremo esfuerzo por capacitar a los supervivientes mortales para que asuman la alta responsabilidad que conlleva el gobierno representativo. Todo el universo se organiza y administra siguiendo un diseño de carácter representativo. Entre los seres no perfectos, el gobierno representativo constituye el ideal divino del autogobierno.
45:7.4 (517.6) Cada cien años de tiempo del universo, en cada uno de los sistemas se seleccionan diez representantes para ocupar sus escaños en la asamblea legislativa de la constelación. Los elige el consejo de los mil electores de Jerusem; se trata de un órgano elector que tiene el cometido de asegurar la representación del sistema en todas esas cuestiones de carácter delegado o electivo. Este consejo designa a los representantes o demás delegados, todos los cuales han de ser graduados de la escuela superior de la Facultad de Administración de los melquisedecs, al igual que todos los que componen este grupo de mil electores. Los melquisedecs patrocinan la mencionada escuela, contando últimamente con la ayuda de los finalizadores.
45:7.5 (518.1) Hay muchos órganos electores en Jerusem que se designan periódicamente en sus cargos de autoridad por tres órdenes de ciudadanía: los hijos y las hijas materiales, los serafines y sus colaboradores, incluyendo a las criaturas intermedias, y los mortales ascendentes. Para recibir el honor de ser nombrado representante, el candidato debe haber logrado el cumplido reconocimiento de parte de las escuelas de administración de los melquisedecs.
45:7.6 (518.2) En Jerusem, entre estos tres grupos de ciudadanos, el sufragio es universal, pero el voto se emite de forma diferenciada en conformidad con la adquisición personal de mota —sabiduría morontial reconocida y debidamente acreditada—. En las elecciones que tienen lugar en Jerusem, el voto emitido por un ser personal se valora entre uno y mil. Los ciudadanos de Jerusem se categorizan, pues, de acuerdo al grado conseguido de mota.
45:7.7 (518.3) Periódicamente, los ciudadanos de Jerusem se presentan ante los examinadores melquisedecs, que dan fe de sus logros en sabiduría morontial. Luego lo hacen ante el colectivo de examinadores de las brillantes estrellas vespertinas o ante aquellos a quienes estas designan, que determinan el grado de percepción espiritual alcanzado. Acto seguido comparecen ante los veinticuatro consejeros y sus colaboradores, que emiten juicio sobre el estatus experiencial de socialización adquirido. Estas tres consideraciones se elevan ante los evaluadores de la ciudadanía del gobierno representativo, que calculan con prontitud el nivel de mota y asignan, en conformidad a este, las valoraciones respectivas para ejercer el sufragio.
45:7.8 (518.4) Bajo la supervisión de los melquisedecs, los ascendentes mortales, en especial aquellos que son tardos en conseguir la unificación de su ser personal en los nuevos niveles morontiales, reciben el acogimiento de los hijos materiales y una formación intensiva diseñada para corregir tales deficiencias. Ningún mortal ascendente deja la sede del sistema para emprender su andadura en la constelación y alcanzar un nivel más amplio y diversificado de socialización, hasta que estos hijos materiales no certifiquen que han adquirido un ser personal de mota status —alguien en quien la existencia humana, completada, se relaciona experiencialmente y se combina con la andadura morontial incipiente, ambas a su vez debidamente integradas mediante la acción directiva espiritual del modelador del pensamiento—.
45:7.9 (518.5) [Exposición de un melquisedec con destino temporal en Urantia.]
Escrito 46
La sede central del sistema local
46:0.1 (519.1) Jerusem, la sede de Satania, es una capital de tipo medio de un sistema local y, aparte de las numerosas circunstancias excepcionales ocasionadas por la rebelión de Lucifer y el ministerio de gracia de Miguel en Urantia, es una esfera convencional del orden de otras similares. Vuestro sistema local ha pasado por algunas experiencias tormentosas, pero en la actualidad se gobierna con una gran eficacia y, conforme transcurren las eras, los efectos de la discordia se van erradicando de forma lenta pero segura. Se están restableciendo el orden y la buena voluntad, y las condiciones de Jerusem se acercan, cada vez más, al estatus celestial que describen vuestras tradiciones, porque esta sede del sistema es, en verdad, el cielo esperado por la mayoría de los creyentes religiosos del siglo XX.
1. ASPECTOS FÍSICOS DE JERUSEM
46:1.1 (519.2) Jerusem se divide en mil sectores latitudinales y diez mil zonas longitudinales. Esta esfera tiene siete capitales principales y setenta centros administrativos menores. En las siete capitales jurisdiccionales, se lleva a cabo una actividad variada; el soberano del sistema, al menos una vez al año, hace acto de presencia en cada una de dichas capitales.
46:1.2 (519.3) La milla regular de Jerusem equivale a unas siete millas de Urantia. El peso estándar, el “gradant”, se ha estimado en el sistema decimal partiendo del ultimatón en su mayor grado de desarrollo y se corresponde a unos doscientos ochenta gramos de vuestro peso. El día de Satania es igual a tres días del tiempo de Urantia, menos una hora, cuatro minutos y quince segundos, que corresponden al tiempo de duración de la rotación axial de Jerusem. El año del sistema se compone de cien días de tiempo de Jerusem. Las horas del sistema las emiten los cronoldecs mayores.
46:1.3 (519.4) La energía de Jerusem está magníficamente regida y circula por toda la esfera en canales segmentados que se alimentan directamente de las cargas energéticas del espacio y están bajo la experta dirección de los controladores físicos mayores. La resistencia natural al paso de estas energías por los canales físicos de conducción produce el calor necesario para crear la temperatura estable de esta esfera. La temperatura a plena luz del día se mantiene alrededor de veintiún grados centígrados, mientras que durante el período de recesión de la luz desciende a algo menos de diez grados.
46:1.4 (519.5) El sistema de iluminación de Jerusem no os debería resultar difícil de comprender. No hay ni días ni noches, ni estaciones de calor y frío. Los transformadores de la potencia se encargan del mantenimiento de cien mil puntos centrales desde los que proyectan las energías enrarecidas hacia arriba a través de la atmósfera planetaria, experimentando ciertos cambios, hasta que alcanzan la capa límite de aire eléctrico de la esfera; entonces estas energías se reflejan hacia abajo como luz suave, tamizada y uniforme, de una intensidad parecida a la de la luz del sol que brilla sobre Urantia a las diez de la mañana.
46:1.5 (520.1) Con una iluminación de tales características, los rayos de luz no parecen provenir de un solo lugar, sino que simplemente se filtran y dispersan desde el cielo, emanando por igual desde todas las direcciones del espacio. Esta luz es muy similar a la luz natural del sol, excepto que irradia mucho menos calor. De ello se puede deducir que los mundos-sede son cuerpos no luminosos del espacio; si Jerusem estuviese muy cerca de Urantia, no sería visible.
46:1.6 (520.2) Los gases que reflejan esta luz-energía desde la parte superior de la ionosfera de Jerusem hacia el suelo son muy similares a los que se encuentran en las capas superiores de aire de Urantia y que dan lugar a los fenómenos aurorales de vuestras llamadas luces del norte, aunque estas se producen por causas diferentes. En Urantia, es este mismo escudo gaseoso el que impide que las ondas de transmisión terrestre se escapen porque, al elevarse directamente hacia el exterior, chocan con dicho cinturón que hace que reboten y que retornen a la tierra. De este modo, las transmisiones, cuando se desplazan por el aire alrededor de vuestro mundo, se mantienen cerca de la superficie.
46:1.7 (520.3) La esfera se mantiene así iluminada de forma uniforme durante el setenta y cinco por ciento del día de Jerusem; luego hay una recesión gradual de la luz hasta que, en el momento de mínima iluminación, la intensidad de esta se aproxima a la de vuestra luna llena en una noche clara. Es la hora calma para todo Jerusem. Tan solo las estaciones de transmisión y recepción permanecen operativas durante este período de descanso y recuperación.
46:1.8 (520.4) Jerusem recibe la tenue luz de algunos soles cercanos —una especie de luz brillante de las estrellas—, pero no depende de ellos; los mundos como Jerusem no están expuestos a las vicisitudes de las perturbaciones solares ni han de afrontar el problema de un sol en período de enfriamiento o moribundo.
46:1.9 (520.5) Los siete mundos de estudio y transición y sus cuarenta y nueve satélites se calientan, iluminan, energizan y proveen de agua por el mismo procedimiento de Jerusem.
2. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS DE JERUSEM
46:2.1 (520.6) En Jerusem echaréis de menos las cadenas de montañas escarpadas de Urantia y de otros mundos evolutivos. Tampoco hay terremotos ni precipitaciones de lluvia; no obstante, disfrutaréis de las bellas altiplanicies y de otras singulares variaciones de su topografía y paisaje. Jerusem tiene áreas inmensas que se conservan en su “estado natural”. La magnificencia de estas regiones excede en mucho la capacidad imaginativa humana.
46:2.2 (520.7) Hay miles y miles de lagos pequeños, pero no hay ríos embravecidos ni extensos océanos. No hay lluvias ni tormentas ni ventiscas en ninguno de los mundos arquitectónicos, pero, cuando la temperatura desciende a su máximo, algo que se produce en paralelo a la recesión de la luz, la humedad se condensa en forma de precipitación diaria. (El punto de rocío es más elevado en un mundo de tres gases que en un planeta de dos gases como Urantia). La humedad es necesaria tanto para la vida física de las plantas como para los seres vivos del mundo morontial, pero dicha humedad se origina, mayormente, gracias al sistema de circulación del subsuelo que se extiende por toda la esfera, y que llega incluso a las mismas cimas de las altiplanicies. Este sistema hidráulico no es totalmente subterráneo, ya que existen muchos canales que comunican entre sí a los destellantes lagos de Jerusem.
46:2.3 (520.8) La atmósfera de Jerusem está constituida por una mezcla de tres gases. Este aire es muy similar al de Urantia aunque tiene un gas adicional, propicio para la respiración del orden de vida morontial. Este tercer gas de ninguna manera hace al aire irrespirable para los animales o plantas de los órdenes materiales.
46:2.4 (521.1) El sistema de transporte está vinculado a las corrientes circulatorias implicadas en el movimiento de la energía, las cuales están situadas a intervalos de dieciséis kilómetros. Adaptando sus mecanismos físicos, los seres materiales del planeta pueden trasladarse a una velocidad que varía entre trescientos y ochocientos kilómetros por hora. Las aves transportadoras vuelan a una velocidad aproximada de ciento sesenta kilómetros por hora. Los artefactos aéreos usados por los hijos materiales viajan a unos ochocientos kilómetros por hora. Los seres materiales y los incipientes seres morontiales han de hacer uso de estos medios mecánicos de transporte, si bien, los seres personales espirituales se desplazan enlazando con las fuerzas superiores y las fuentes espirituales de la energía.
46:2.5 (521.2) En Jerusem y en los mundos vinculados a esta sede se dan las típicas diez categorías de la vida física, características de las esferas arquitectónicas de Nebadón. Y, puesto que no hay evolución orgánica en Jerusem, no existen formas de vida antagonistas ni pugna por la existencia ni la ley del más fuerte. Hay más bien una adaptación creativa que prefigura la belleza, la armonía y la perfección de los mundos eternos del universo central y divino. Y, en toda esta perfección creativa, existe el más asombroso encaje entre la vida física y la morontial, que los artesanos celestiales y sus colaboradores combinan de manera artística.
46:2.6 (521.3) De hecho, Jerusem es un preludio de la gloria y el esplendor paradisíacos. Y, por mucho que se intente describirlos, no abriguéis la esperanza de llegar a tener una idea adecuada de estos gloriosos mundos arquitectónicos. Hay poco que sea comparable a vuestro mundo y, si este fuese el caso, las cosas de Jerusem trascienden tanto a las de Urantia que cualquier comparación parecería prácticamente incongruente y distorsionada. En realidad, hasta que no lleguéis a Jerusem es difícil que podáis albergar noción alguna que se acerque a un verdadero concepto de estos mundos celestiales; sin embargo, en un futuro no muy lejano se comparará vuestra experiencia venidera en la capital del sistema con vuestra llegada postrera a las esferas más remotas de formación del universo, del suprauniverso y de Havona.
46:2.7 (521.4) El sector de fabricación y de laboratorios de Jerusem ocupa una amplia área, la cual, por su carencia de chimeneas humeantes, sería difícil de reconocer por los habitantes de Urantia; no obstante, en conexión con estos mundos especiales, hay todo un intrincado y eficaz sistema organizado de orden material al igual que unos procedimientos mecánicos perfectos y unos logros físicos que asombrarían e incluso sobrecogerían a vuestros químicos e inventores más experimentados. Considerad que este primer mundo en el que os detenéis en vuestro viaje al Paraíso es mucho más material que espiritual. Durante toda vuestra estancia en Jerusem y en sus mundos de transición, estaréis mucho más cerca de las cosas materiales de vuestra vida terrestre de lo que estaréis en vuestra ulterior y progresiva existencia espiritual.
46:2.8 (521.5) El monte Serafín, con sus casi cuatro mil seiscientos metros, constituye la elevación de mayor altitud de Jerusem y el punto de salida de todos los serafines transportadores. Se utilizan numerosos desarrollos de tipo mecánico a fin de suministrar la energía inicial necesaria para escapar de la gravedad planetaria y vencer la resistencia del aire. Durante todo el periodo de luz y, a veces, hasta bien entrada su recesión, cada tres segundos del tiempo de Urantia parte uno de los transportes seráficos. Los transportadores toman vuelo a una velocidad aproximada de veinticinco millas regulares por segundo del tiempo de Urantia y no alcanzan su velocidad estándar hasta que no se sitúan a más de dos mil millas de Jerusem.
46:2.9 (521.6) Los transportes llegan al campo de vidrio, al llamado mar de cristal. Alrededor de esta área se hallan las estaciones de recepción de los distintos órdenes de seres que surcan el espacio utilizando el transporte seráfico. Cerca de la estación receptora del mar polar de los visitantes estudiantiles, puedes ascender al observatorio nacarado y contemplar el inmenso mapa en relieve de todo el planeta sede.
3. LAS ESTACIONES DE RECEPCIÓN Y TRANSMISIÓN DE JERUSEM
46:3.1 (522.1) Las transmisiones procedentes del suprauniverso y del Paraíso-Havona se reciben en Jerusem en coordinación con Lugar de Salvación y mediante un procedimiento relacionado con el vidrio polar, o mar de cristal. Además de su capacidad para la recepción de estos comunicados de más allá de Nebadón, existen tres grupos diferentes de estaciones receptoras. Dichos grupos, distintos pero tricirculares, están configurados para la recepción de estas emisiones que se realizan desde los mundos locales, desde la sede de la constelación y desde la capital del universo local. Todas ellas automáticamente se manifiestan de modo que puedan resultar perceptibles para todas las clases de seres presentes en el anfiteatro receptor central; de todos los atractivos de los que goza el mortal ascendente en Jerusem, ninguno es más fascinante ni capta más su atención como el de escuchar un inagotable flujo de informes espaciales provenientes del universo.
46:3.2 (522.2) Rodeando la estación de recepción de transmisiones de Jerusem, hay un enorme anfiteatro construido con materiales resplandecientes, en su mayor parte desconocidos en Urantia, que es capaz de albergar a cinco mil millones de seres —materiales y morontiales— además de dar cabida a incontables seres personales espirituales. El entretenimiento favorito de todo Jerusem es pasar su tiempo de ocio en esta estación receptora a fin de conocer el bienestar y el estado de las cosas del universo. Es la única actividad planetaria que no decae durante la recesión de la luz.
46:3.3 (522.3) A este anfiteatro, llegan continuamente los mensajes de Lugar de Salvación. Cerca de aquí, al menos una vez al día, se reciben desde Edentia las palabras de los Padres Altísimos de la constelación. Periódicamente, a través de Lugar de Salvación, se transmiten las emisiones regulares y especiales procedentes de Uversa y, cuando los mensajes proceden del Paraíso, la población al completo se reúne en torno al mar de cristal, y los colaboradores de Uversa añaden al sistema de transmisión del Paraíso el fenómeno de la reflectividad para que se haga visible todo lo que se oiga. De esta manera, conforme viajan hacia el interior en su eterna aventura, se ofrece a los supervivientes mortales un anticipo continuo del progresivo aumento de lo bello y lo grandioso.
46:3.4 (522.4) La estación emisora de Jerusem está situada en el polo opuesto de la esfera. Todas las transmisiones con destino a los distintos mundos se realizan desde las capitales de los sistemas, salvo los mensajes de Miguel, que suelen alcanzar su destino directamente a través de los canales de transmisión de los arcángeles.
4. LAS ÁREAS RESIDENCIALES Y ADMINISTRATIVAS
46:4.1 (522.5) Jerusem tiene grandes extensiones que se dedican a áreas residenciales, mientras que tiene otras que se destinan a la realización de las necesarias funciones administrativas relacionadas con la supervisión de los asuntos de 619 esferas habitadas, de 56 mundos de cultura y transición y de la capital misma del sistema. En Jerusem y en Nebadón esta distribución se configura de la siguiente manera:
46:4.2 (522.6) 1. Los círculos: las áreas residenciales para los no nativos.
46:4.3 (522.7) 2. Los cuadrados: las áreas ejecutivas y administrativas del sistema.
46:4.4 (522.8) 3. Los rectángulos: el punto de encuentro de la vida nativa de inferior rango.
46:4.5 (522.9) 4. Los triángulos: las áreas locales o administrativas de Jerusem.
46:4.6 (522.10) Tal distribución de la actividad del sistema en círculos, cuadrados, rectángulos y triángulos es común a todas las capitales de los sistemas de Nebadón. Es posible que en otro universo predomine una disposición totalmente diferente. Son los hijos creadores los que, de acuerdo con sus distintos planes, deciden estas cuestiones.
46:4.7 (523.1) Nuestro relato de estas áreas residenciales y administrativas no tiene en cuenta las bellas e inmensas heredades de los hijos materiales de Dios —los ciudadanos permanentes de Jerusem— ni tampoco hace alusión a numerosos otros órdenes de fascinantes criaturas espirituales y semiespirituales. Por ejemplo: Jerusem goza del eficiente servicio de los espirongas, creados para desempeñar sus funciones en el sistema. Estos seres se dedican al ministerio espiritual de los residentes y visitantes supramateriales. Constituyen un extraordinario grupo de admirables seres inteligentes que son servidores de transición de las criaturas morontiales de mayor rango y de los asistentes morontiales, cuya labor consiste en mantener y embellecer todas las creaciones morontiales. Son para Jerusem lo que las criaturas intermedias son para Urantia: ayudantes mediadores que operan entre lo material y lo espiritual.
46:4.8 (523.2) Las capitales de los sistemas son singulares en el sentido de que son los únicos mundos en los que se muestran, de modo casi perfecto, las tres fases de la existencia universal: la material, la morontial y la espiritual. Si eres un ser personal material, morontial o espiritual, te sentirás en casa en Jerusem; así se sienten también los seres de naturaleza combinada como las criaturas intermedias y los hijos materiales.
46:4.9 (523.3) Jerusem posee magníficos edificios tanto de tipo material como morontial, aunque la magnificencia de las zonas puramente espirituales no es menos excelente ni plena. ¡Ojalá pudiese encontrar palabras que me sirvieran para hablaros de los equivalentes morontiales del excelente equipamiento físico de Jerusem! ¡Ojalá pudiese describir la sublime grandeza y la magnífica perfección de las instalaciones de orden espiritual de este mundo-sede! Por mucho que vuestra imaginación pueda llegar a concebir la perfección de la belleza y la plenitud de medios empleados, sería difícil que se pudiesen aproximar a estas grandiosidades. Y Jerusem no es sino el primer paso en el camino hacia la suprema perfección que caracteriza la belleza del Paraíso.
5. LOS CÍRCULOS DE JERUSEM
46:5.1 (523.4) Se les da el nombre de “círculos de Jerusem” a las zonas residenciales reservadas para los principales grupos de vida del universo. En esta narración se mencionan los siguientes conjuntos de círculos:
46:5.2 (523.5) 1. Los círculos de los Hijos de Dios.
46:5.3 (523.6) 2. Los círculos de los ángeles y de los espíritus de superior rango.
46:5.4 (523.7) 3. Los círculos de los auxiliares del universo, incluyendo a los hijos trinitizados por criaturas no asignados a los hijos preceptores de la Trinidad.
46:5.5 (523.8) 4. Los círculos de los controladores físicos mayores.
46:5.6 (523.9) 5. Los círculos de los mortales ascendentes seleccionados, incluyendo a las criaturas intermedias.
46:5.7 (523.10) 6. Los círculos de las colonias de cortesía.
46:5.8 (523.11) 7. Los círculos del colectivo final.
46:5.9 (523.12) Cada uno de estos agrupamientos residenciales consiste en siete círculos concéntricos que se elevan sucesivamente. Todos ellos están construidos conforme a unas mismas directrices pero tienen tamaños diferentes y están fabricados con materiales distintos. Todos están rodeados por recintos de grandes proporciones, que se erigen formando espaciosos paseos envolviendo por completo a cada uno de los siete conjuntos de círculos concéntricos.
46:5.10 (524.1) 1. Los círculos de los Hijos de Dios. Aunque los Hijos de Dios poseen su propio planeta de socialización —uno de los mundos de cultura y transición—, también ocupan en Jerusem estas extensas áreas. En dicho mundo, los ascendentes mortales se relacionan libremente con todos los órdenes de filiación divina. Allí llegaréis a conocerlos personalmente y a amarlos, si bien su vida social se ciñe, considerablemente, a ese mundo especial y a sus satélites. Sin embargo, en los círculos de Jerusem, se puede observar a estos distintos grupos de filiación en sus menesteres. Y, puesto que la visión morontial tiene un inmenso alcance, podréis caminar por los paseos de los Hijos de Dios y contemplar la fascinante labor de sus numerosos órdenes.
46:5.11 (524.2) Los siete círculos de los Hijos de Dios son concéntricos y se elevan de forma consecutiva, de tal manera que cada uno de los círculos exteriores, de mayor tamaño, tiene vistas a los círculos interiores, de menor tamaño. Cada cual está rodeado de un muro construido con resplandecientes gemas de cristal que sirve de paseo público. Estos muros son tan elevados que es factible visualizar desde ellos la totalidad de sus respectivos círculos residenciales. Las numerosas puertas —entre cincuenta y ciento cincuenta mil—, que dan acceso a estos muros, están hechas de cristales nacarados individuales.
46:5.12 (524.3) El primero de los círculos de esta área reservada a los Hijos divinos está ocupado por los hijos magistrados y sus asistentes personales. Aquí se centran todos los planes y la actividad directa pertinentes a los servicios de gracia y judiciales de estos juristas. También, a través de este centro de actividad, los avonales del sistema se mantienen en contacto con el universo.
46:5.13 (524.4) El segundo círculo está ocupado por los hijos preceptores de la Trinidad. En esta área sagrada, los dainales y sus colaboradores llevan a cabo la formación de los hijos preceptores primarios recién incorporados. Para esta tarea cuentan con la eficiente ayuda de una división de ciertos coiguales de las brillantes estrellas vespertinas. Los hijos trinitizados por criaturas ocupan un sector dentro del círculo de los dainales o preceptores de la Trinidad que, al tener, al menos, origen en la Trinidad, son los que más próximos están de representar al Padre Universal en un sistema local. Este segundo círculo constituye un área de extraordinario interés para todos los pobladores de Jerusem.
46:5.14 (524.5) El tercer círculo está asignado a los melquisedecs. Aquí residen los jefes del sistema, encargados de supervisar la casi interminable actividad de estos versátiles Hijos. Los melquisedecs son los padres adoptivos y asesores permanentes de los mortales ascendentes durante toda su andadura en Jerusem, desde que llegan al primero de los mundos de las moradas. Dejando al margen la labor siempre presente que realizan los hijos y las hijas materiales, no sería equivocado afirmar que la que llevan a cabo los melquisedecs ejerce una predominante influencia en Jerusem.
46:5.15 (524.6) El cuarto círculo es el hogar de los vorondadecs y de todos los otros órdenes de Hijos de Dios visitantes y observadores que no tienen otro acomodo. Los Padres Altísimos de la constelación establecen su domicilio en este círculo cuando se hallan en visitas de inspección en el sistema local. Los perfeccionadores de la sabiduría, los consejeros divinos y los censores universales residen en él cuando están de servicio en el sistema.
46:5.16 (524.7) El quinto círculo es la morada de los lanonandecs, el orden de filiación de los soberanos de los sistemas y de los príncipes planetarios. Estos tres grupos de lanonandecs interactúan entre sí como uno solo cuando residen en esta área. En dicho círculo se encuentran las reservas de lanonandecs del sistema; el soberano del sistema dispone, en la colina de la administración, de un templo situado en el centro del grupo de edificios de gobernación.
46:5.17 (524.8) El sexto círculo es el lugar de estancia de los portadores de vida del sistema. Aquí se congregan todas las categorías de estos Hijos divinos, y desde aquí salen hacia sus mundos de destino.
46:5.18 (524.9) El séptimo círculo es el punto de encuentro de los hijos ascendentes, esto es, de aquellos mortales destinados, junto con sus acompañantes seráficos, a desempeñar temporalmente actos de servicio en la sede del sistema. Todos aquellos que una vez fueron mortales y que gozan de una condición superior a la de ciudadanos de Jerusem e inferior a la de finalizadores se consideran como pertenecientes al grupo que tiene su sede en este círculo.
46:5.19 (525.1) Los círculos reservados a los Hijos de Dios ocupan una enorme extensión y tenían, en su centro, hace mil novecientos años, un gran espacio abierto. Sin embargo, esta zona central está ahora ocupada por el monumento en recuerdo de Miguel, terminado hace quinientos años. Hace cuatrocientos noventa y cinco años, cuando se le dedicó este templo, Miguel acudió en persona, y todo Jerusem oyó el emocionante relato del ministerio de gracia de un hijo mayor en Urantia, el más pequeño de los planetas de Satania. En la actualidad, este monumento constituye el centro de todos los menesteres relacionados con la gestión del sistema, modificada como consecuencia de este ministerio de gracia, sin exceptuar la mayor parte de la actividad recientemente transferida desde Lugar de Salvación. La dotación de este monumento suma más de un millón de seres personales.
46:5.20 (525.2) 2. Los círculos de los ángeles. Al igual que el área residencial de los Hijos de Dios, los círculos de los ángeles constan de siete círculos concéntricos que se elevan de forma sucesiva, cada cual con vistas a las zonas interiores.
46:5.21 (525.3) El primer círculo de los ángeles está ocupado por los seres personales superiores del Espíritu Infinito, tales como los mensajeros solitarios y sus colaboradores, que puedan estar emplazados en el mundo-sede. El segundo círculo está dedicado a las multitudes de mensajeros, a los asesores técnicos, a los acompañantes, a los inspectores y a los archivistas que puedan estar realizando actos de servicio periódicos en Jerusem. El tercer círculo pertenece a los espíritus servidores de los órdenes y agrupaciones de seres de índole superior.
46:5.22 (525.4) El cuarto círculo está asignado a los serafines gestores, y los serafines que sirven en un sistema local como Satania forman una “innumerable multitud de ángeles”. El quinto círculo lo ocupan los serafines planetarios, mientras que el sexto es el hogar de los servidores de las criaturas en transición. El séptimo círculo es el área de estancia de ciertos órdenes de serafines no revelados. Los archivistas de todos estos grupos de ángeles no residen con sus compañeros, sino que lo hacen en el templo de los archivos de Jerusem. En este triple edificio, todos los archivos se conservan por triplicado. En la sede de un sistema, los registros siempre se guardan en forma material, morontial y espiritual.
46:5.23 (525.5) Estos siete círculos están rodeados por las exposiciones panorámicas de Jerusem, de cinco mil millas regulares de circunferencia, dedicadas a la presentación en su estatus evolutivo de los mundos poblados de Satania. Las exposiciones sufren revisiones constantes con el fin de poder verdaderamente representar las condiciones actualizadas de los distintos planetas. Sin duda, este inmenso lugar de paseo con vistas a los círculos de los ángeles será la primera visión de Jerusem que captará vuestra atención cuando, en vuestras primeras visitas, se os permita disponer de abundante tiempo libre.
46:5.24 (525.6) Las exposiciones están a cargo de los nativos de Jerusem, pero cuentan con la ayuda de los ascendentes de los distintos mundos de Satania que, en su camino a Edentia, hacen estancia en Jerusem. Para la descripción de las condiciones planetarias y del progreso de los mundos se utilizan numerosas técnicas. Aunque conocéis algunas, muchas de ellas son desconocidas en Urantia. Estas exposiciones ocupan la margen externa de este inmenso muro; el resto del paseo está casi completamente vacío y extraordinaria y magníficamente embellecido.
46:5.25 (525.7) 3. Los círculos de los auxiliares del universo, en su enorme espacio central, albergan la sede de las estrellas vespertinas. Aquí se encuentra la sede de Galantia en el sistema, el jefe adjunto de este poderoso grupo de superángeles y el primero en alcanzar dicho nombramiento entre todas las estrellas vespertinas ascendentes. Aunque sea una de las construcciones más recientes, se trata de uno de los sectores administrativos de mayor magnificencia de Jerusem. Este punto central tiene cincuenta kilómetros de diámetro. La sede de Galantia es un cristal fundido de una pieza, totalmente transparente. Estos cristales de naturaleza morontial y material cuentan con un gran aprecio entre los seres morontiales y los materiales. Las estrellas vespertinas creadas ejercen su influencia sobre todo Jerusem, siendo poseedores de tales atributos extrapersonales. Todo este mundo está envuelto en fragancia espiritual desde que mucha de su actividad se transfirió aquí desde Lugar de Salvación.
46:5.26 (526.1) 4. Los círculos de los controladores físicos mayores. Los distintos órdenes de estos controladores físicos se distribuyen concéntricamente alrededor del inmenso templo de la potencia, que preside el jefe de la potencia del sistema en colaboración con el jefe de los supervisores de la potencia morontial. Este templo es uno de los dos sectores de Jerusem donde no se permite el acceso de los mortales ascendentes ni de las criaturas intermedias; el otro es el sector de desmaterialización, en el área de los hijos materiales, compuesto de una serie de laboratorios en los que los serafines de transporte transforman a los seres materiales en un estado bastante parecido al del orden morontial de existencia.
46:5.27 (526.2) 5. Los círculos de los mortales ascendentes. El área central de estos círculos lo ocupa un grupo de 619 zonas monumentales planetarias que representan a los mundos habitados del sistema. Periódicamente, estas construcciones experimentan grandes cambios. Los mortales de cada uno de los mundos gozan del privilegio de poder convenir ocasionalmente ciertas modificaciones o incorporaciones a sus monumentos planetarios. Incluso, en este momento, se están efectuando muchos cambios en las construcciones dedicadas a Urantia. En el centro de estos 619 templos, hay un modelo prototipo de Edentia y de sus numerosos mundos de culturización de los ascendentes. Este modelo tiene un diámetro de cuarenta millas y es una reproducción exacta de la organización de Edentia, fiel al original en cada uno de sus detalles.
46:5.28 (526.3) Para los ascendentes, es un placer servir en Jerusem y contemplar el quehacer de otros grupos. Todo lo que se hace en estos distintos círculos está completamente abierto a la observación de la totalidad de Jerusem.
46:5.29 (526.4) En dicho mundo se desarrollan tres tipos diferentes de actividad: labor, progreso y esparcimiento. Esto es, servicio, estudio y ocio. Dicho de otra manera, son: interacción social, esparcimiento en grupos y adoración divina. La interrelación con diversos grupos de seres personales, con órdenes de seres muy distintos a los de uno mismo, es de un gran valor educativo.
46:5.30 (526.5) 6. Los círculos de las colonias de cortesía. Los siete círculos de las colonias de cortesía están embellecidos por tres construcciones de grandes proporciones: el inmenso observatorio astronómico de Jerusem, la gigantesca galería de arte de Satania y el enorme salón de actos de los directores de reversión, que conforman el escenario de la actividad morontial dedicada al reposo y al esparcimiento.
46:5.31 (526.6) Los artesanos celestiales dirigen la labor de los espornagias y proveen esa gran cantidad de ornamentos creativos y de monumentos conmemorativos que abundan en cualquier espacio de reunión público. Los talleres de los artesanos se encuentran entre los más grandes y bellos de todas las inigualables construcciones de este extraordinario mundo. Las otras colonias de cortesía mantienen unas sedes amplias y excelentes. Muchos de estos edificios están construidos en su totalidad de gemas de cristal. Todos los mundos arquitectónicos están repletos de cristal y de los llamados metales preciosos.
46:5.32 (527.1) 7. Los círculos de los finalizadores contienen, en su centro, una singular construcción. Y este mismo templo vacío se encuentra por todo Nebadón, en cada uno de los mundos-sede de sus sistemas. En Jerusem, dicho edificio está sellado con la insignia de Miguel y porta la siguiente inscripción: “Por dedicar a la séptima etapa espiritual —el servicio eterno—”. Gabriel selló este misterioso templo y nadie, excepto Miguel, podrá romper el sello de su soberanía colocado por la brillante estrella de la mañana. Algún día contemplaréis este templo silencioso, aunque no podáis comprender su misterio.
46:5.33 (527.2) Otros círculos de Jerusem: Además de estos círculos residenciales, existen en Jerusem numerosos otros igualmente destinados a viviendas.
6. LOS CUADRADOS EJECUTIVOS-ADMINISTRATIVOS
46:6.1 (527.3) Las divisiones ejecutivas-administrativas del sistema se encuentran situadas en los inmensos cuadrados departamentales, cuyo número asciende a mil. Cada unidad de gobernación consta de cien subdivisiones de diez subgrupos cada una. Estos mil cuadrados se distribuyen en diez grandes sectores, conformándose así los diez departamentos administrativos siguientes:
46:6.2 (527.4) 1. Mantenimiento físico y mejoramiento material, los ámbitos de la potencia y de la energía físicas.
46:6.3 (527.5) 2. Arbitraje, ética y juicio administrativo.
46:6.4 (527.6) 3. Asuntos planetarios y locales.
46:6.5 (527.7) 4. Asuntos de la constelación y del universo.
46:6.6 (527.8) 5. Educación y otra actividad de los melquisedecs.
46:6.7 (527.9) 6. Progreso físico planetario y del sistema, los ámbitos científicos de la actividad que se desarrolla en Satania.
46:6.8 (527.10) 7. Asuntos morontiales.
46:6.9 (527.11) 8. Actividad y ética puramente espirituales.
46:6.10 (527.12) 9. Ministerio a los ascendentes.
46:6.11 (527.13) 10. Filosofía del gran universo.
46:6.12 (527.14) Estas construcciones son transparentes; de ahí que incluso los visitantes estudiantiles puedan ver toda la actividad que tiene lugar con relación al sistema.
7. LOS RECTÁNGULOS: LOS ESPORNAGIAS
46:7.1 (527.15) Los mil rectángulos de Jerusem dan cabida a los seres nativos de menor rango de este planeta sede; en el centro de estos se encuentra la inmensa sede circular de los espornagias.
46:7.2 (527.16) En Jerusem los logros agrícolas de los maravillosos espornagias os llenarán de asombro. Allí la tierra se cultiva, en gran parte, con un propósito estético y de ornamentación. Los espornagias son los jardineros paisajistas de los mundos-sede y, en su tratamiento de los espacios abiertos de Jerusem, son a la vez originales y artísticos. En el cultivo de la tierra, los espornagias utilizan tanto a animales como a un gran número de dispositivos mecánicos; hacen un uso experto e inteligente de los mecanismos de la potencia del entorno a su cargo al igual que de numerosos órdenes de hermanos suyos menores pertenecientes a creaciones animales de inferior rango, muchos de los cuales se les facilitan en estos mundos especiales. En la actualidad, este orden de vida animal está en gran parte dirigido por criaturas intermedias ascendentes procedentes de las esferas evolutivas.
46:7.3 (528.1) En los espornagias no residen los modeladores. No poseen almas que sobrevivan, pero gozan de una larga vida, que puede alcanzar a veces hasta cuarenta o cincuenta mil años regulares. Su número es ingente, y proporcionan su ministerio físico a todos los órdenes de seres personales del universo que necesiten este servicio de índole material.
46:7.4 (528.2) Aunque los espornagias no poseen ni desarrollan almas que puedan sobrevivir, aunque no tengan ser personal, sí desarrollan, no obstante, una individualidad que los capacita para la reencarnación. Cuando, al pasar el tiempo, los cuerpos físicos de estas criaturas singulares se deterioran por el uso y la edad, sus creadores, en colaboración con los portadores de vida, dan origen a nuevos cuerpos en los que los viejos espornagias vuelven a establecer su morada.
46:7.5 (528.3) De todo el universo de Nebadón, los espornagias son las únicas criaturas que experimentan esta clase o cualquiera otra clase de reencarnación. Estos seres solo son receptivos a los primeros cinco espíritus asistentes de la mente; no responden a los espíritus de adoración ni al de sabiduría. Pero una mente sensible a estos cinco asistentes equivale a una totalidad o nivel sexto de la realidad, y este es el factor que continúa como identidad experiencial.
46:7.6 (528.4) Cuando intento describir a estas criaturas, útiles y extraordinarias, me faltan elementos con los que poder establecer comparaciones, ya que no existen animales en los mundos evolutivos con los que se puedan comparar. No son seres evolutivos puesto que los portadores de vida los diseñaron en su forma y condición actuales. Son bisexuales y procrean en la medida en que se les necesita para responder a las necesidades de una población creciente.
46:7.7 (528.5) Quizás la mejor manera de evocar en las mentes de Urantia algo de la naturaleza de estas criaturas, bellas y serviciales, es diciendo que representan una combinación de los rasgos de un caballo fiel y de un perro cariñoso, y manifiestan una inteligencia que excede a la de los tipos superiores de chimpancé. Y, juzgándoles según los criterios de la belleza física de Urantia, son seres muy hermosos. Aprecian en mucho las atenciones que los residentes materiales y semimateriales de estos mundos arquitectónicos les dispensan. Tienen una visión que les permite reconocer —además de a los seres materiales— a las creaciones de carácter morontial, a los órdenes angélicos menores, a las criaturas intermedias y a algunos de los órdenes de seres personales espirituales de menor rango. No comprenden la adoración del Infinito ni captan la trascendencia del Eterno, pero, por el afecto que sienten hacia sus superiores, sí participan en las devociones espirituales externas de sus mundos.
46:7.8 (528.6) Hay quienes creen que, en una futura era del universo, estos fieles espornagias conseguirán librarse de su estado animal y alcanzar un valioso destino evolutivo de crecimiento intelectual progresivo e incluso de logro espiritual.
8. LOS TRIÁNGULOS DE JERUSEM
46:8.1 (528.7) Los asuntos puramente locales y rutinarios de Jerusem se dirigen desde cien triángulos. Estas unidades se agrupan en torno a diez magníficas construcciones, sedes de la administración local de Jerusem. Alrededor de los triángulos hay una representación panorámica de la historia de la sede del sistema. Actualmente, se han prescindido de más de dos millas regulares de esta historia circular. Este sector se restablecerá en el momento en el que Satania sea readmitida como parte de la familia de la constelación. Siguiendo los decretos de Miguel, todo está previsto para tal acontecimiento, si bien, el tribunal de los ancianos de días aún no ha concluido su dictamen sobre los asuntos de la rebelión de Lucifer. Satania no puede volver a una hermandad plena con Norlatiadec mientras dé cabida a archirrebeldes, seres de alto origen que cayeron de la luz a las tinieblas.
46:8.2 (529.1) Cuando Satania pueda volver al seno de la constelación, entonces se considerará la readmisión de los mundos aislados en la familia de planetas habitados del sistema, que viene acompañada de su restablecimiento a la comunión espiritual de los mundos. Pero incluso si Urantia quedara restablecida en las vías circulatorias del sistema, vosotros seguiríais en una situación difícil por el hecho de que todo vuestro sistema permanece en cuarentena por disposición de Norlatiadec, que la separaba parcialmente de todos los demás sistemas.
46:8.3 (529.2) Pero en poco tiempo, el veredicto sobre Lucifer y de sus colaboradores restituirá el sistema de Satania a la constelación de Norlatiadec y, posteriormente, Urantia y las demás esferas aisladas regresarán a las vías de Satania y, una vez más, estos mundos podrán gozar del privilegio de la comunicación interplanetaria y de la comunión entre sistemas.
46:8.4 (529.3) Llegará el fin para los rebeldes y la rebelión. Los gobernantes supremos son misericordiosos y pacientes, pero la ley con relación al mal deliberado se ejecuta de modo universal e infalible. “La paga del pecado es muerte” —la obliteración eterna—.
46:8.5 (529.4) [Exposición de un arcángel de Nebadón.]
Escrito 47
Los siete mundos de las moradas
47:0.1 (530.1) El hijo creador, cuando estaba en Urantia, dijo: “en el universo de mi Padre hay muchas moradas”. En cierto sentido, los cincuenta y seis mundos que rodean a Jerusem están dedicados a la culturización y transición de los mortales ascendentes, si bien, los que más concretamente se conocen como los mundos de las moradas son los siete satélites del mundo número uno.
47:0.2 (530.2) El mundo mismo de transición número 1, la sede del colectivo de los finalizadores destinados a Satania, está, en alto grado de exclusividad, centrado en la actividad relacionada con los ascendentes. En la actualidad, este mundo sirve de sede a más de cien mil compañías de finalizadores, y hay mil de estos seres glorificados en cada uno de dichos grupos.
47:0.3 (530.3) Cuando un sistema se asienta en luz y vida, y a medida que los mundos de las moradas cesan uno tras otro de servir en calidad de estaciones de formación, hay una creciente población de finalizadores que se va congregando en estos sistemas más antiguos y de mayor grado de perfección.
47:0.4 (530.4) Los siete mundos de morada están bajo la responsabilidad de los supervisores morontiales y de los melquisedecs. En cada uno de ellos hay un gobernador en funciones, que es directamente responsable ante los gobernantes de Jerusem. En cada cual, los conciliadores de Uversa mantienen una sede y, contigua a esta, también en cada uno de estos mundos, se halla el punto de encuentro local de los asesores técnicos. De igual manera, en cada uno de ellos, los directores de reversión y los artesanos celestiales mantienen una sede colectiva. Los espirongas realizan su servicio desde el mundo de morada número dos en adelante, mientras que los siete mundos, en común con otros planetas de transición y cultura y el mundo-sede, poseen una abundante provisión de espornagias, creados iguales.
1. EL MUNDO DE LOS FINALIZADORES
47:1.1 (530.5) Aunque en el mundo de transición número uno solo residen los finalizadores y determinados grupos de niños que pudieron salvarse y sus cuidadores, se toman medidas para acoger a todas las clases de seres espirituales, mortales en transición y visitantes estudiantiles. Los espornagias, que realizan sus servicios en todos estos mundos, se muestran anfitriones hospitalarios con todos aquellos seres a los que pueden identificar. Tienen una vaga sensación respecto a los finalizadores pero no los pueden visualizar. Deben considerarlos tal como vosotros consideráis a los ángeles en vuestro actual estado físico.
47:1.2 (530.6) A pesar de que el mundo de los finalizadores es una esfera de una exquisita belleza física y de una extraordinaria ornamentación de tipo morontial, la gran morada espiritual situada en su centro de actividad, el templo de los finalizadores, no es visible sin ayuda ni para la visión material ni para la morontial en fase temprana. Pero los transformadores de la energía pueden hacer visibles para los mortales ascendentes muchas de estas realidades, y así lo hacen cada cierto tiempo, a medida que surge la ocasión, en las reuniones de clase de los estudiantes de los mundos de las moradas que tienen lugar en esta esfera cultural.
47:1.3 (531.1) Durante toda vuestra estancia en los mundos de las moradas seréis, en cierto modo, espiritualmente consciente de la presencia de vuestros hermanos glorificados que alcanzaron el Paraíso, pero es muy estimulante poder observarlos alguna vez cuando desarrollan sus quehaceres en sus residencias de la sede del sistema. No lograréis ver a los finalizadores de forma espontánea hasta que no hayáis adquirido una verdadera visión espiritual.
47:1.4 (531.2) En el primer mundo de morada todos los supervivientes han de cumplir los requisitos exigidos por la comisión de padres de sus planetas nativos. La actual comisión de Urantia está compuesta por doce parejas de progenitores, llegadas recientemente, que han tenido como mortales la experiencia de criar a tres o más hijos hasta la pubertad. En esta comisión se sirve de forma rotatoria y, como regla general, durante diez años solamente. Todos aquellos cuya experiencia como padres no es de la satisfacción de los miembros de dicha comisión deberán, con posterioridad, adquirir la necesaria capacitación realizando sus servicios en los hogares de los hijos materiales de Jerusem o, en parte, en la guardería probatoria del mundo de los finalizadores.
47:1.5 (531.3) Pero con independencia de la experiencia adquirida como progenitores, los padres de los mundos de las moradas con hijos en fase de crecimiento en la guardería probatoria gozan de todo tipo de oportunidades para colaborar con los custodios morontiales de estos niños en su instrucción y formación. Se permite a dichos padres que se desplacen hasta allí para visitarlos hasta cuatro veces al año. Y, de toda la andadura del ascendente, una de las escenas más bellas y conmovedoras es observar cómo los padres de los mundos de las moradas se unen en un abrazo con su progenie humana cuando realizan esos peregrinajes periódicos al mundo de los finalizadores. Aunque uno o ambos progenitores puedan dejar el mundo de morada antes que su hijo, muy a menudo son coetáneos durante algún tiempo.
47:1.6 (531.4) Ningún mortal ascendente puede eludir la experiencia de criar niños —los suyos propios o los de otros— ya sea en los mundos materiales o posteriormente en Jerusem, en el mundo de los finalizadores. Los padres han de pasar por esta imprescindible experiencia tan ciertamente como las madres. En los pueblos modernos de Urantia existe la idea, lamentable y equivocada, de que la crianza de los hijos es en gran parte tarea de las madres. Pero los hijos necesitan a sus padres tanto como a sus madres y los padres necesitan de esta experiencia paternal tanto como las madres.
2. LAS GUARDERÍAS PROBATORIAS
47:2.1 (531.5) Las escuelas infantiles de Satania están situadas en el mundo de los finalizadores, o primera de las esferas de cultura y transición de Jerusem. Estas escuelas tienen la labor de cuidar y formar a los niños del tiempo, incluyendo a los que han fallecido en los mundos evolutivos del espacio antes de que se tenga constancia de su individualidad en los archivos del universo. En el caso de la supervivencia de uno de los padres o de ambos, el guardián del destino designa al querubín que lo acompaña como custodio de la identidad potencial del niño, encomendándole la tarea de poner a estas almas no desarrolladas en las manos de los maestros de los mundos de las moradas, en las guarderías probatorias de los mundos morontiales.
47:2.2 (531.6) Estos mismos querubines, dejados por sus serafines, son los que, como maestros de los mundos de las moradas, bajo la supervisión de los melquisedecs, mantienen a su cuidado estas amplias instalaciones educativas para la formación de los pupilos en fase de prueba del mundo de los finalizadores. Dichos pupilos, estos hijos de los mortales ascendentes, siempre se hacen personales en el estatus físico exacto que tenían al morir, salvo por su capacidad de reproducción. Su despertar se produce en el preciso momento en el que cualquiera de sus progenitores llega al primer mundo de morada. Estos niños reciben, entonces, tal como son, todo tipo de oportunidades para poder optar por la vía celestial al igual que lo hubieran hecho en los mundos donde la muerte puso fin a su andadura en la vida de forma tan prematura.
47:2.3 (532.1) En el mundo guardería se agrupan las criaturas en período de prueba según tengan o no modelador, porque los modeladores, tal como hacen en los mundos del tiempo, acuden aquí a morar en estos niños humanos. A los niños que no tienen edad para recibir un modelador, se les presta cuidados en grupos de cinco, cuyas edades oscilan desde un año o menos de edad hasta aproximadamente cinco años, o sea la edad en la que llega el modelador.
47:2.4 (532.2) Todos los niños de los mundos evolutivos que tienen modeladores del pensamiento, pero que antes de morir no habían tomado una decisión en lo concerniente a su andadura hacia el Paraíso, retoman también su ser personal en el mundo de los finalizadores del sistema, en donde asimismo crecen en las familias de los hijos materiales y de sus colaboradores tal como lo hacen los pequeños que llegaron sin modelador, pero que recibirán sus mentores misteriosos una vez que alcancen la edad necesaria para realizar esta elección moral.
47:2.5 (532.3) En el mundo de los finalizadores, los niños y jóvenes en los que mora el modelador se educan también en familias de cinco, con edades comprendidas desde los seis y los catorce años; estas familias la integran niños, aproximadamente, de seis, ocho, diez, doce y catorce años de edad. En cualquier momento, tras cumplir los dieciséis, si han tomado su decisión final de sobrevivir, se trasladan al primer mundo de morada y comienzan su ascensión al Paraíso. Algunos se inclinan por esta opción antes de dicha edad y proceden a las esferas de ascensión, pero hay muy pocos niños por debajo de los dieciséis años, siguiendo los criterios temporales de Urantia, en los mundos de las moradas.
47:2.6 (532.4) Los serafines guardianes asisten espiritualmente a estos jóvenes de las guarderías probatorias del mundo de los finalizadores tal como hacen con los mortales de los planetas evolutivos; a su vez, los fieles espornagias los asisten en sus necesidades físicas. Así pues, estos niños, crecen en dicho mundo de transición hasta el momento en que toman su decisión final.
47:2.7 (532.5) Una vez que la vida material ha llegado a su fin, si no se ha optado por la vida ascendente, o si estos niños del tiempo no se han decidido categóricamente por la aventura que los llevaría a Havona, la muerte inevitablemente daría término a esta fase de prueba en la que se encuentran. No existe juicio para tales casos; no hay resurrección de esta segunda muerte. Simplemente, se vuelven como si nunca hubieran existido.
47:2.8 (532.6) Pero si eligen el camino de perfección del Paraíso, se les prepara, de forma inmediata, para su traslado al primer mundo de morada. Muchos de ellos llegan allí a tiempo de unirse a sus padres en la ascensión a Havona. Tras pasar por Havona y alcanzar las Deidades, estas almas de origen mortal, que lograron salvarse, componen la ciudadanía permanente de ascendentes. Estos niños que no adquirieron la valiosa y esencial experiencia evolutiva en sus mundos de origen no se incorporan en el colectivo final.
3. EL PRIMER MUNDO DE MORADA
47:3.1 (532.7) En los mundos de las moradas, los supervivientes mortales resucitados continúan su vida exactamente donde la dejaron en el momento en el que los sorprendió la muerte. Cuando os dirijáis desde Urantia al primer mundo de morada, notaréis un cambio considerable, pero si procedierais de una esfera del tiempo más normal y progresiva, sería difícil que os percataseis de la diferencia a no ser por el hecho de que tendríais un cuerpo distinto; el tabernáculo de carne y hueso ha quedado atrás, en el mundo en el que nacisteis.
47:3.2 (532.8) La sala de resurrección, el enorme templo de reconstitución del ser personal, constituye el núcleo de toda la actividad que se desarrolla en el primer mundo de morada. Esta gigantesca construcción es el punto central de encuentro de los guardianes seráficos de destino, de los modeladores del pensamiento y de los arcángeles de la resurrección. Los portadores de vida también colaboran con estos seres celestiales en la resurrección de los muertos.
47:3.3 (533.1) Las transcripciones de la mente de las criaturas mortales y sus patrones memorísticos activos, tal como se presentan al transformarse desde los niveles materiales a los espirituales, están en posesión única de los modeladores del pensamiento, ya separados de los seres en los que habitaron. Estos factores espiritualizados de la mente, la memoria y el ser personal de la criatura forman parte para siempre de dichos modeladores. La matriz de la mente de la criatura y los potenciales pasivos de su identidad están presentes en el alma morontial encomendada al cuidado de los guardianes seráficos de destino. Y es el reencuentro del alma morontial, confiada a los serafines, y la mente espiritual, confiada al modelador, lo que hace que se reconstituya el ser personal de la criatura y signifique la resurrección del superviviente dormido.
47:3.4 (533.2) Si un ser personal transitorio de origen humano nunca llegara a reconstituirse de este modo, los elementos espirituales de esta criatura mortal que no han logrado sobrevivir continuarían para siempre como una parte integral del legado experiencial e individual del modelador que la habitó.
47:3.5 (533.3) Desde el Templo de la Nueva Vida se extienden siete alas radiales, que constituyen las salas de resurrección de las razas mortales. Cada una de estas construcciones se dedica a la reconstitución de una de las siete razas del tiempo. Hay cien mil cámaras personales de resurrección en cada una de estas siete alas que desembocan en las salas circulares de reconstitución por grupo y sirven como cámaras de despertar para al menos un millón de seres. Estas salas están rodeadas de cámaras en las que se reconstituye el ser personal de las razas mezcladas de los mundos normales de épocas posadánicas. Sea cual fuere el método que se pueda emplear en los distintos mundos del tiempo respecto a las resurrecciones especiales o dispensacionales, la reconstitución verdadera y consciente de un ser personal real y pleno tiene lugar en las salas de resurrección del mundo de morada número uno. Durante toda la eternidad retendréis en vuestra memoria la profunda impresión que os causó haber podido presenciar estas mañanas de resurrección por primera vez.
47:3.6 (533.4) Desde las salas de resurrección os dirigiréis al sector de los melquisedecs, en el que se os asignará residencia de carácter permanente. Luego dispondréis de un período de diez días de libertad personal. Seréis libres para explorar las inmediaciones de vuestro nuevo hogar y para familiarizaros con el plan de acción que de inmediato os espera. También tendréis tiempo de satisfacer vuestro deseo de consultar los registros y visitar a vuestros seres queridos y a otros amigos terrestres que puedan haberos antecedido en estos mundos. Al término de este período de diez días de ocio, comenzaréis la segunda etapa de vuestro viaje al Paraíso, porque los mundos de las moradas son de hecho esferas de formación y no meramente planetas de estancia.
47:3.7 (533.5) En el mundo de morada número uno (o en otro mundo, en caso de tener un estatus avanzado) reanudaréis vuestra formación intelectual y vuestro desarrollo espiritual en el nivel exacto en el que se vieron interrumpidos a causa de la muerte. Entre el momento de muerte planetaria o traslado y la resurrección en el mundo de morada, el hombre mortal no obtiene absolutamente nada aparte de experimentar el hecho mismo de la supervivencia. Empezáis allí justo donde lo dejasteis aquí.
47:3.8 (533.6) Casi todo lo que ocurre en el mundo de morada número uno está relacionado con la atención a las deficiencias. Los supervivientes que llegan a esta primera esfera de estancia manifiestan tal grado y variación de defectos de carácter como criaturas y de deficiencias en su experiencia humana, que la actividad principal de este mundo consiste en la corrección y cura de estos múltiples legados de la vida en la carne de los mundos evolutivos materiales del tiempo y del espacio.
47:3.9 (534.1) La estancia en el mundo de morada número uno está concebida para elevar el desarrollo de los supervivientes mortales al menos hasta el estatus posadánico de los mundos evolutivos normales. En el terreno espiritual, los estudiantes de este mundo están, por supuesto, muy por encima de ese estatus de desarrollo meramente humano.
47:3.10 (534.2) Si no tenéis que permanecer en este mundo, al cabo de diez días entraréis en el sueño de traslación y proseguiréis al mundo número dos y, a partir de entonces, cada diez días avanzaréis así hasta llegar al mundo que os corresponde.
47:3.11 (534.3) El centro de los siete círculos mayores de gestión de la administración del primer mundo de morada lo ocupa el templo de los acompañantes morontiales, los guías personales asignados a los mortales ascendentes. Estos acompañantes, cuyo número en los mundos morontiales de Satania asciende a varios millones, son progenie del espíritu materno del universo local. Aparte de aquellos asignados como acompañantes de grupos, tendréis mucho que ver con los intérpretes y traductores, con los custodios de edificios y con los supervisores de excursiones. Todos estos acompañantes cooperan ampliamente con aquellos seres involucrados en el desarrollo personal de los factores mentales y espirituales de vuestro cuerpo morontial.
47:3.12 (534.4) Cuando dais comienzo a vuestra andadura en el primer mundo de morada, por cada compañía de mil mortales ascendentes hay destinado un acompañante morontial, pero, a medida que avancéis en vuestro progreso por las siete esferas de morada, encontraréis un mayor número de ellos. Estos seres, bellos y versátiles, son colaboradores sociables y guías encantadores. Pueden optar por acompañar tanto a seres individuales como a grupos elegidos de cualquiera de las esferas de cultura y transición, incluidos sus mundos satélites. Son los guías de excursiones y los compañeros de ocio de todos los mortales ascendentes. Con frecuencia, acompañan a los grupos de supervivientes en sus visitas periódicas a Jerusem y, en cualquier momento en el que estéis allí, podréis dirigiros al sector de los registros de la capital del sistema y encontraros con mortales ascendentes de los siete mundos de morada, ya que viajan libremente de un sitio a otro, trasladándose entre sus lugares de residencia y la sede del sistema.
4. EL SEGUNDO MUNDO DE MORADA
47:4.1 (534.5) Es en esta esfera en la que os iniciáis más a fondo en la vida de los mundos de las moradas. Las agrupaciones empiezan a tomar forma en la vida morontial; los grupos de trabajo y las organizaciones sociales comienzan a operar, las comunidades adquieren proporciones establecidas y, en su avance progresivo, los mortales dan principio a nuevos esquemas sociales y de gobierno.
47:4.2 (534.6) Los supervivientes fusionados con el Espíritu comparten los mundos de las moradas con los mortales ascendentes fusionados con el modelador. Aunque los distintos órdenes de vida celestial difieren, todos ellos son amigables y fraternales. En los mundos de ascensión no encontraréis nada parecido a la intolerancia humana ni a la discriminación de los insensibles sistemas de castas.
47:4.3 (534.7) Conforme ascendáis por los mundos de las moradas uno a uno, mayor será la afluencia de actividad morontial de parte de los supervivientes en su camino de perfección. Al mismo tiempo que avancéis, lograréis una mejor percepción de las características de Jerusem tal como se presentan en los mundos de las moradas. En el mundo de morada número dos, se os mostrará el mar de cristal.
47:4.4 (534.8) Con cada avance de un mundo de morada a otro, adquirís un cuerpo morontial recién desarrollado y convenientemente adaptado. Os dormís en el transporte seráfico y os despertáis en las salas de resurrección con un cuerpo nuevo pero sin desarrollar, de forma parecida a cuando llegasteis al mundo de morada número uno, excepto por el hecho de que el modelador del pensamiento no os abandona durante estos sueños de tránsito entre los mundos de las moradas. Una vez que habéis pasado desde los mundos evolutivos al primero de dichos mundos de las moradas, vuestro ser personal permanece intacto.
47:4.5 (535.1) A medida que ascendáis en la vida morontial, vuestra memoria, que está encomendada al modelador, permanece totalmente intacta. Esas asociaciones mentales de índole puramente animal y enteramente materiales desaparecieron de forma natural junto con el cerebro físico; si bien, el modelador hace una copia de todo lo que merece la pena de vuestra vida mental, y que constituya un valor digno de sobrevivir, y lo guarda como parte de vuestra memoria personal durante toda vuestra andadura como ascendentes. Tendréis conciencia de todas vuestras vivencias valiosas, al mismo tiempo que avanzáis de un mundo de morada a otro y de un sector del universo a otro —hasta llegar incluso al Paraíso—.
47:4.6 (535.2) Aunque tengáis un cuerpo morontial, continuáis, en vuestro recorrido por todos estos siete mundos, comiendo, bebiendo y descansando. Consumís alimentos de orden morontial, una categoría de energía viva desconocida en los mundos materiales. El cuerpo morontial hace un uso completo tanto del alimento como del agua; no hay deshechos residuales. Tened en cuenta que el mundo de morada número uno es una esfera muy material con las características de los primeros comienzos del régimen morontial. Sois todavía casi humanos y no estáis muy alejados de las limitadas perspectivas de la vida mortal, pero en cada mundo os aguarda un determinado tipo de progreso. De esfera en esfera os volvéis menos material, más intelectual y un poco más espiritual. De los siete mundos de morada, es en los tres últimos donde se da un mayor progreso espiritual.
47:4.7 (535.3) En el primer mundo de morada se compensaron en gran parte las deficiencias biológicas. Las deficiencias de la experiencia planetaria relativas a la vida sexual, a la relación familiar y a la labor parental se corrigieron allí o se trazó algún proyecto para enmendarse en el futuro entre las familias de los hijos materiales en Jerusem.
47:4.8 (535.4) Más concretamente, en el mundo de morada número dos, se facilita la eliminación de todo orden de conflicto intelectual y la curación de cualquier tipo de desarmonía mental. El esfuerzo, comenzado en el primer mundo, por tener un dominio de la mota morontial prosigue aquí con mayor empeño. El desarrollo que se alcanza en el mundo de morada número dos es equiparable a la condición intelectual que se consigue en los mundos evolutivos ideales con posterioridad a la visita de un hijo magistrado.
5. EL TERCER MUNDO DE MORADA
47:5.1 (535.5) En este tercer mundo se encuentra la sede de los maestros de los mundos de las moradas. Aunque desempeñan su labor en dichas esferas, mantienen su sede, como grupo, en el centro de los círculos escolares del mundo número tres. Hay millones de estos instructores en dichos mundos al igual que en los mundos morontiales de orden superior. Estos querubines glorificados y de gran avance sirven en calidad de maestros morontiales desde los mundos de las moradas hasta la última esfera de formación de ascendentes del universo local. Los maestros morontiales se contarán entre los últimos en daros un cariñoso adiós, cuando se acerque el momento de la despedida y tengáis que partir —al menos durante algunas eras— del universo en el que tuvisteis vuestro origen, cuando viajéis envueltos en un serafín en dirección a los mundos receptores del sector menor del suprauniverso.
47:5.2 (535.6) Cuando os halláis en el primer mundo de morada, se os da permiso para visitar el primer mundo de transición, la sede de los finalizadores y de las guarderías probatorias del sistema encargadas del cuidado de los niños evolutivos no desarrollados. Cuando lleguéis al mundo de morada número dos, tendréis autorización para visitar de forma periódica el mundo de transición número dos, en el que se ubica la sede de la supervisión morontial de toda Satania y las escuelas de formación para los distintos órdenes morontiales. Cuando lleguéis al mundo de morada número tres, se os concederá de inmediato permiso para visitar la tercera esfera de transición, la sede de los órdenes angélicos y lugar donde tienen su domicilio las distintas escuelas de formación del sistema. Las visitas desde este mundo a Jerusem resultan cada vez de mayor provecho y de creciente interés para los mortales en su camino de progreso.
47:5.3 (536.1) El tercer mundo de morada es un mundo de grandes logros personales y sociales para todos aquellos que no pudieron adquirir en sus mundos de origen, antes de liberarse de la carne, un grado de experiencia equivalente al de estos círculos culturales. En esta esfera se da comienzo a una labor educativa de índole positivo. En los dos primeros mundos de morada, la formación tiene un carácter mayormente negativo por el hecho de que se trata de compensar las deficiencias en cuanto a la experiencia de la vida en la carne. En este tercer mundo de morada, los supervivientes comienzan de lleno a formarse en la cultura morontial progresiva. El propósito principal de dicha formación es mejorar la comprensión respecto a la correlación entre la morontia mota y la lógica humana, la coordinación entre la morontia mota y la filosofía humana. Los mortales supervivientes adquieren ahora un conocimiento práctico de la verdadera metafísica. Es en realidad una iniciación a la comprensión inteligente de los contenidos cósmicos y de las interrelaciones existentes en el universo. La cultura del tercer mundo de morada comparte la naturaleza de la época posterior al ministerio de gracia de un Hijo del Paraíso en un planeta habitado normal.
6. EL CUARTO MUNDO DE MORADA
47:6.1 (536.2) Cuando llegáis al cuarto mundo de morada, ya os habéis incorporado de pleno a la andadura morontial; habéis recorrido un largo camino de progreso desde que iniciasteis vuestra existencia material. Ahora se os da permiso para visitar el mundo de transición número cuatro y poder familiarizaros con la sede y las escuelas de formación de los superángeles, incluidas las brillantes estrellas vespertinas. Gracias a los buenos oficios de estos superángeles del cuarto mundo de transición, a los visitantes morontiales, durante sus visitas periódicas a Jerusem, se les posibilita estar muy cerca de los distintos órdenes de Hijos de Dios. Esto es así porque, de modo paulatino, se les van abriendo a los mortales en su avance, y a medida que realizan esas reiteradas visitas a este mundo-sede, nuevos sectores de la capital del sistema. Nuevos ámbitos de magnificencia se van progresivamente desplegando ante las mentes en expansión de estos seres ascendentes.
47:6.2 (536.3) En el cuarto mundo de morada, el ascendente, de manera individual, encuentra un lugar más propicio para participar en los grupos de trabajo y actividades de clase de la vida morontial. Los ascendentes desarrollan aquí un mayor aprecio por las transmisiones y por las otras facetas de la cultura y el progreso que se desarrollan en el universo local.
47:6.3 (536.4) Es durante el período de formación en este cuarto mundo de morada cuando realmente se introduce a los ascendentes mortales, por vez primera, en las exigencias y placeres de la auténtica vida social de las criaturas morontiales. Y es de hecho una nueva experiencia para las criaturas evolutivas participar en actividades sociales no basadas ni en el engrandecimiento personal ni en la búsqueda interesada. Se les muestra un nuevo orden social fundamentado en el mutuo entendimiento y empatía, en el amor desinteresado del servicio mutuo y en el irresistible impulso de compartir un supremo destino común —lograr en el Paraíso la perfección divina y la perfección de adoración—. Los ascendentes están tomando conciencia de lo que conlleva conocer a Dios, revelar a Dios, buscar a Dios y encontrar a Dios.
47:6.4 (536.5) La cultura de índole intelectual y social de este cuarto mundo de morada es comparable a la vida social y mental de la era posterior a la llegada de un hijo preceptor a los planetas de evolución normal. El nivel espiritual de este cuarto mundo es mucho más avanzado que el de dicha dispensación que se realiza a los mortales.
7. EL QUINTO MUNDO DE MORADA
47:7.1 (537.1) El traslado al quinto mundo de morada representa un formidable paso adelante en la vida de los progresadores morontiales. Vuestras vivencias en este mundo verdaderamente preludian la vida en Jerusem. Aquí comenzáis a daros cuenta del elevado destino de los mundos evolutivos leales, puesto que pueden avanzar con normalidad hasta esta etapa siguiendo su curso natural de desarrollo planetario. La cultura de este mundo de morada corresponde en general a esa temprana era de luz y vida de los planetas que gozan de un progreso evolutivo normal. Y esto os ayudará a comprender por qué se ha dispuesto con tanta claridad que ese orden de seres con un alto nivel de culturización y de progreso, que a veces pueblan esos mundos evolutivos avanzados, estén exentos de pasar por una o más, incluso por todas las esferas de morada.
47:7.2 (537.2) Teniendo dominio de la lengua del universo local antes de partir del cuarto mundo de morada, dedicaréis entonces más tiempo a perfeccionar la lengua de Uversa a fin de conocer ambos idiomas antes de llegar a Jerusem en calidad de residentes. Todos los mortales ascendentes que hacen el recorrido desde la sede del sistema hasta Havona son bilingües. Después, solo se necesita ampliar el vocabulario del suprauniverso, e incrementarlo aún más como requisito para poder residir en el Paraíso.
47:7.3 (537.3) A la llegada al mundo de morada número cinco, se da permiso al peregrino para visitar el mundo de transición correspondiente a dicho número: la sede de los Hijos del Paraíso. Aquí el mortal ascendente se familiariza personalmente con los distintos grupos de filiación divina. Ha tenido noticia de estos magníficos seres y ya se ha encontrado con ellos en Jerusem, pero es en este momento cuando llega realmente a conocerlos.
47:7.4 (537.4) En el quinto mundo de morada empezáis a estar informados acerca de los mundos de estudio de la constelación. Aquí conoceréis al primero de los instructores que comienzan a prepararos para vuestra siguiente estancia en la constelación. Esta preparación continúa en los mundos de morada seis y siete, aunque es en el sector de los mortales ascendentes de Jerusem donde finalmente se completa.
47:7.5 (537.5) En este mundo de morada tiene lugar un verdadero surgimiento de la conciencia cósmica; vuestras miras se orientan al universo. Se trata en efecto de un período en el que se ensanchan los horizontes. La mente en expansión de los mortales ascendentes comienza a tomar conciencia de que un destino extraordinario y espléndido, supremo y divino, aguarda a todos los que concluyen el camino de continuo ascenso al Paraíso; un camino que tan laboriosamente, pero con tanto júbilo y buenos auspicios iniciaron. Llegado a este punto aproximado, el ascendente mortal medio comienza a experimentar en su vida un genuino entusiasmo por el ascenso a Havona. El estudio se vuelve voluntario, el servicio desinteresado, natural y la adoración, espontánea. Está brotando un auténtico carácter morontial; se está desarrollando una verdadera criatura morontial.
8. EL SEXTO MUNDO DE MORADA
47:8.1 (537.6) A los residentes de esta esfera se les permite visitar el mundo de transición número seis, donde adquieren un mayor conocimiento acerca de los elevados espíritus del suprauniverso, aunque no puedan ver a muchos de estos seres celestiales. Aquí reciben sus primeras clases respecto a la andadura espiritual que les espera y que comienza inmediatamente tras completar la formación morontial del universo local.
47:8.2 (537.7) El asistente del soberano del sistema visita con frecuencia este mundo, y aquí se da comienzo a la instrucción preliminar en el método de administración del universo. En este momento se imparten las primeras clases relacionadas con los asuntos de todo un universo.
47:8.3 (538.1) Es una era brillante para los mortales ascendentes que evidencia, por lo general, la perfecta fusión de la mente humana con el modelador divino. En potencia, esta fusión podría haberse producido con anterioridad, pero la identidad real y operativa no se consigue muchas veces hasta el momento en el que se reside en el quinto mundo de morada o incluso en el sexto.
47:8.4 (538.2) El llamamiento seráfico del superángel a cargo de los supervivientes resucitados y del arcángel asignado a aquellos que acuden a juicio al tercer día señala la unión de la mente inmortal evolutiva con el modelador eterno y, luego, en presencia de los acompañantes morontiales de dicho superviviente, tales mensajeros pronuncian estas palabras de confirmación: “Este es un hijo amado en quien tengo complacencia”. Esta sencilla ceremonia constituye la incorporación de los mortales ascendentes al servicio en su andadura eterna a los que se les llama desde el Paraíso.
47:8.5 (538.3) Inmediatamente tras confirmarse la fusión con el modelador, el nuevo ser morontial se presenta por primera vez a sus semejantes con su nuevo nombre y se le otorgan cuarenta días de retiro espiritual de toda actividad rutinaria para recogerse en sí mismo, escoger una de las rutas optativas que lo llevarán a Havona y elegir algunos de los diferentes métodos existentes para lograr el Paraíso.
47:8.6 (538.4) Pero estos brillantes seres son todavía más o menos materiales; están lejos de ser auténticos espíritus; espiritualmente hablando, son más como supramortales; todavía son algo inferiores a los ángeles. Pero están realmente convirtiéndose en magníficas criaturas.
47:8.7 (538.5) Durante la estancia en el mundo número seis, los estudiantes de este mundo de morada alcanzan un estado de desarrollo equiparable al del elevado desarrollo característico de aquellos mundos evolutivos que han progresado con normalidad más allá de la etapa inicial de luz y vida. La organización social de este mundo de morada es de un orden superior. La sombra de la naturaleza mortal va paulatinamente disminuyendo a medida que vais ascendiendo, uno tras otro, a estos mundos. Os convertís en criaturas cada vez más adorables mientras dejáis atrás los toscos vestigios de vuestro origen animal planetario. “Haber salido de la gran tribulación” hace que los mortales glorificados se vuelvan compasivos, muy solidarios y tolerantes.
9. EL SÉPTIMO MUNDO DE MORADA
47:9.1 (538.6) La experiencia en esta esfera representa la culminación de la andadura que sigue de inmediato a la muerte. Durante vuestra estancia en este séptimo mundo de morada, recibiréis formación de mano de muchos maestros, todos los cuales cooperarán en la tarea de prepararos para vuestra residencia en Jerusem. Aquí prácticamente desaparece toda perceptible diferencia entre los mortales que proceden de los mundos aislados y atrasados y los supervivientes que lo hacen de esferas más avanzadas e iluminadas. En este mundo se depura todo resto de herencia desafortunada, de un entorno dañino y de tendencias planetarias no espirituales. Aquí se erradican los últimos vestigios de la “marca de la bestia”.
47:9.2 (538.7) Mientras se hace estancia en el mundo de morada número siete, se concede permiso para visitar el mundo de transición número siete, el mundo del Padre Universal. Aquí empezáis a adorar al Padre Invisible de un modo nuevo y más espiritual, una costumbre que proseguiréis cada vez con mayor intensidad durante todo vuestro largo camino de ascenso. En este mundo de cultura y transición, encontraréis el templo del Padre, pero no lo veréis a él.
47:9.3 (538.8) Aquí comienza la agrupación de las promociones de graduados para residir en Jerusem. Habéis recorrido un mundo tras otro de manera individual, pero ahora os preparáis para partir con destino a Jerusem en grupos, aunque, dentro de determinados límites, un ascendente puede optar por demorar su salida del séptimo mundo de morada con el fin de que algún miembro rezagado de su grupo de trabajo terrestre o del mundo de morada pueda unirse a él.
47:9.4 (539.1) El equipo asistente del séptimo mundo de morada se congrega en el mar de cristal para presenciar vuestra partida hacia Jerusem con estatus de residentes. Puede que hayáis visitado Jerusem cientos o miles de veces, pero siempre lo habéis hecho como invitados; nunca antes os habíais dirigido a la capital del sistema en compañía de un grupo de semejantes vuestros, que se estuvieran despidiendo para la eternidad de toda su andadura en los mundos de las moradas como mortales ascendentes. Pronto se os dará la bienvenida en el área de recepción de este mundo-sede como ciudadanos de Jerusem.
47:9.5 (539.2) Será un gran disfrute para vosotros poder recorrer en vuestro progreso los siete mundos de desmaterialización; en verdad, son esferas desmortalizantes. En el primer mundo de morada, sois mayormente humanos, simplemente un ser mortal sin cuerpo material, una mente humana alojada en una forma morontial —un cuerpo material del mundo morontial pero no un habitáculo mortal de carne y hueso—. En realidad pasáis de la condición de mortales a la de inmortales en el momento en que os fusionáis con el modelador, y para cuando hayáis acabado vuestra andadura en Jerusem, seréis plenamente seres morontiales.
10. LOS CIUDADANOS DE JERUSEM
47:10.1 (539.3) La recepción de un nuevo grupo de graduados procedente de los mundos de las moradas es la señal para que todo Jerusem se congregue en un comité conjunto de bienvenida. Incluso los espornagias se alborozan con la llegada de esos ascendentes de origen evolutivo que supieron triunfar, que participaron en la carrera planetaria y finalizaron su camino de progreso por los mundos de las moradas. En estos momentos de regocijo, los únicos ausentes son los controladores físicos y los supervisores del poder morontial.
47:10.2 (539.4) Juan el Revelador tuvo una visión de la llegada de una promoción de estos mortales desde el séptimo mundo de morada a su primer cielo, a las glorias de Jerusem. Juan escribió: “Y vi como un mar de vidrio mezclado con fuego, y a aquellos que habían alcanzado la victoria sobre la bestia que originariamente estaba en ellos y sobre su imagen que persistía a lo largo de los mundos de las moradas y, finalmente, sobre su última marca y sobre el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios y cantando el cántico de liberación del temor humano y de la muerte”. (Se dispondrá en todos estos mundos de comunicaciones espaciales más elaboradas; y se posibilitará vuestra recepción de estas desde cualquier parte si lleváis el “arpa de Dios”, un dispositivo de índole morontial que compensa la incapacidad de acomodar directamente el inmaduro mecanismo sensorial morontial a la recepción de las comunicaciones espaciales).
47:10.3 (539.5) Pablo tuvo también la visión de un colectivo de ciudadanos ascendentes en Jerusem, en su camino de perfección, pues escribió: “Pero vosotros os habéis acercado al monte Sión y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, y a la compañía de innumerables ángeles, a la gran asamblea de Miguel, y a los espíritus de los hombres justos que se están haciendo perfectos”.
47:10.4 (539.6) Una vez que los mortales consiguen ser residentes de la sede del sistema, ya no habrá, en un sentido literal, más resurrecciones. La forma morontial que se os otorgó al partir de los mundos de las moradas, una vez que completasteis allí vuestra andadura, es la que os acompañará hasta el fin de vuestro paso por el universo local. Periódicamente, se originarán cambios en ella, pero conservaréis esa misma forma hasta que le digáis adiós cuando emerjáis como espíritus de la primera etapa en anticipación a vuestro tránsito a los mundos de promoción de la cultura y de formación espiritual del suprauniverso.
47:10.5 (540.1) Durante toda la andadura de estos mortales en los mundos de la moradas, son siete las veces que experimentan el sueño reconstituyente y el despertar de la resurrección. Pero la última sala de la resurrección, la cámara final del despertar, quedó atrás en el séptimo mundo de morada. Nunca más el cambio de forma conllevará la pérdida de la conciencia o la ruptura en la continuidad de la memoria personal.
47:10.6 (540.2) El ser personal humano, que tuvo sus comienzos en los mundos evolutivos y residió en el tabernáculo de la carne —que se habitó de los mentores misteriosos y se invistió del espíritu de la verdad—, no se moviliza, realiza y ni unifica del todo hasta el día en que el ciudadano de Jerusem tiene autorización para dirigirse a Edentia y se le proclama como verdadero miembro del colectivo morontial de Nebadón, esto es, un superviviente inmortal vinculado a un modelador, un ascendente en camino al Paraíso —un ser personal con estatus morontial y un auténtico hijo de los Altísimos—.
47:10.7 (540.3) La muerte física es un modo de escapar de la carne; y la experiencia de una vida de progreso en los mundos de las moradas, en las siete esferas de formación correctora y de educación cultural, representa el acceso de los supervivientes mortales a la andadura morontial, a la vida de transición que media entre la existencia material evolutiva y el más elevado logro espiritual de los ascendentes del tiempo, cuyo destino es conseguir llegar hasta los umbrales de la eternidad.
47:10.8 (540.4) [Auspiciado por una brillante estrella vespertina.]
Escrito 48
La vida morontial
48:0.1 (541.1) Los Dioses no pueden transformar —y de hecho no lo hacen—, mediante algún acto misterioso e imaginativo de magia, a una criatura de tosca naturaleza animal en un espíritu perfeccionado. Cuando los Creadores desean dar origen a seres perfectos, lo hacen por creación directa y primigenia, pero nunca llevan a cabo, en un solo paso, la conversión de criaturas de origen animal y material en seres de perfección.
48:0.2 (541.2) La vida morontial, que transcurre a lo largo de distintas etapas dentro de la andadura del ascendente en el universo local, es el único camino posible al alcance de los mortales materiales para poder adentrarse en el umbral del espíritu. ¿Qué magia podría albergar la muerte, la disolución material del cuerpo humano, que en un solo paso pudiera transformar de forma instantánea la mente mortal y material en un espíritu inmortal y perfeccionado? Estas creencias no son sino supersticiones que nacen de la ignorancia y de complacientes fábulas.
48:0.3 (541.3) Siempre este estado morontial transitorio media entre el estado mortal de los seres humanos supervivientes y su posterior estatus espiritual. Dicho estado intermedio de progreso en el universo varía notablemente entre las diferentes creaciones locales, pero en su misión y objetivos todas ellas son bastante similares. La organización de los mundos de las moradas y de los mundos morontiales superiores de Nebadón es bastante común en los regímenes morontiales transitorios de esta parte de Orvontón.
1. MATERIALES MORONTIALES
48:1.1 (541.4) En el universo local, los ámbitos morontiales son esferas que sirven de enlace entre el nivel material y el espiritual en los que las criaturas tienen su existencia. Esta vida morontial se conoce en Urantia desde los primeros días del príncipe planetario. En ocasiones, se ha impartido a los mortales la enseñanza de este estado de transición y el concepto, aunque de una forma distorsionada, se ha incorporado a las religiones de hoy en día.
48:1.2 (541.5) Las esferas morontiales constituyen en sí facetas transitorias por las que los mortales pasan en su camino de ascensión por los mundos de progreso del universo local. Solo los siete mundos que rodean la esfera de los finalizadores de los sistemas tienen la denominación de mundos de las moradas, si bien, son las cincuenta y seis moradas de transición del sistema, en común con las esferas superiores que están alrededor de las sedes de las constelaciones y del universo, las que ostentan la denominación de mundos morontiales. Estas creaciones son partícipes de la belleza física y de la magnificencia morontial de las esferas sedes del universo local.
48:1.3 (541.6) Todos estos mundos son esferas arquitectónicas y doblan en número de elementos a los planetas evolutivos. Al tener cien elementos físicos, estos mundos hechos a medida no solo poseen abundancia de metales pesados y cristales, sino que asimismo tienen, exactamente, cien formas de una singular composición energética llamada material morontial. Los controladores físicos mayores y los supervisores de la potencia morontial son capaces de modificar las rotaciones de las unidades primarias de la materia y de transformar al mismo tiempo tales combinaciones energéticas de tal modo que pueden crear esta nueva sustancia.
48:1.4 (542.1) La temprana vida morontial de los sistemas locales es muy parecida a la de vuestro actual mundo material, y se vuelve menos física y más verdaderamente morontial en los mundos de estudio de la constelación. Conforme avanzáis a las esferas de Lugar de Salvación, mayor es el logro de niveles espirituales.
48:1.5 (542.2) Los supervisores de la potencia morontial son capaces de llevar a efecto la unión de la energía material y de la espiritual, configurando de este modo la materialización de una forma morontial, que es receptiva a la superposición de un espíritu rector. Cuando recorréis la vida morontial de Nebadón, estos mismos pacientes y hábiles supervisores de la potencia morontial os proporcionarán, de forma sucesiva, 570 cuerpos morontiales, constituyendo cada cual una fase dentro de vuestra transformación progresiva. Desde el momento en que partís de los mundos materiales hasta que se os designa como espíritu de primera etapa en Lugar de Salvación, experimentareis exactamente 570 cambios morontiales separados, de carácter ascendente. Ocho de ellos ocurren en el sistema, setenta y uno en la constelación y 491 durante vuestra estancia en las esferas de Lugar de Salvación.
48:1.6 (542.3) En vuestros días en la carne mortal, el espíritu divino reside en vosotros, casi como algo aparte —en realidad una ocupación del hombre por parte del espíritu otorgado por el Padre Universal—. Si bien, en la vida morontial el espíritu se volverá una parte real de vuestra persona a medida que pasáis sucesivamente por las 570 transformaciones progresivas y ascendéis del estado material al estado espiritual de vida creatural.
48:1.7 (542.4) Pablo tenía conocimiento de la existencia de los mundos morontiales y de la realidad del material morontial, pues escribió: “Tienen en el cielo una mejor y más perdurable sustancia”. Y estos materiales morontiales son reales, tangibles, tal como “la ciudad asentada sobre sus cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios”. Cada una de estas magníficas esferas es “un país mejor, esto es, celestial”.
2. LOS SUPERVISORES DE LA POTENCIA MORONTIAL
48:2.1 (542.5) Estos singulares seres se ocupan exclusivamente de la supervisión de toda actividad que conlleve una combinación operativa de las energías espirituales y las físicas o semimateriales. Atienden exclusivamente el progreso morontial. No es que asistan a los mortales en su estado de transición, sino que, más bien, posibilitan a las criaturas morontiales, en su progreso el entorno de dicha transición. Son los canales de la potencia morontial que sustentan y energizan las fases morontiales de los mundos de transición.
48:2.2 (542.6) Los supervisores de la potencia morontial son los vástagos del espíritu materno del universo local. Tienen un diseño bastante común, aunque en su naturaleza difieren según las distintas creaciones locales. Se crean para la labor específica que realizan y no precisan de formación previa alguna para asumir sus responsabilidades.
48:2.3 (542.7) La creación de los primeros supervisores de la potencia morontial es simultánea a la llegada del primer superviviente mortal a las orillas de los primeros mundos de las moradas del universo local. Se crean en grupos de mil, y se clasifican de la siguiente manera:
48:2.4 (542.8) 1. Los reguladores de las vías circulatorias. . . 400
48:2.5 (542.9) 2. Los coordinadores de los sistemas. . . 200
48:2.6 (542.10) 3. Los custodios planetarios. . . 100
48:2.7 (543.1) 4. Los controladores combinados. . . 100
48:2.8 (543.2) 5. Los estabilizadores de enlace. . . 100
48:2.9 (543.3) 6. Los resintonizadores selectivos. . . 50
48:2.10 (543.4) 7. Los registradores adjuntos. . .50
48:2.11 (543.5) Los supervisores de la potencia siempre sirven en el universo del que son nativos. Se rigen mediante la acción espiritual conjunta del Hijo del universo y del Espíritu del universo, pero, por lo demás, conforman un grupo totalmente autónomo. Mantienen sedes en cada uno de los primeros mundos de moradas de los sistemas locales, donde operan en estrecho contacto tanto con los controladores físicos como con los serafines; si bien, en cuanto a la manifestación de la energía y a su aplicación espiritual, desempeñan su actividad en su propio mundo.
48:2.12 (543.6) A veces también trabajan en relación con los fenómenos supramateriales de los mundos evolutivos en calidad de servidores, temporalmente asignados. Pero es raro que sirvan en los planetas habitados; tampoco lo hacen en los mundos formativos superiores del suprauniverso, sino que se dedican principalmente al régimen de transición determinado para el progreso morontial de un universo local.
48:2.13 (543.7) 1. Los reguladores de las vías circulatorias. Estos singulares seres coordinan la energía física y espiritual y regulan su flujo por los canales individuales de las esferas morontiales. Estas vías circulatorias son exclusivamente planetarias; se limitan a un único mundo. Las vías circulatorias morontiales son distintas, aunque complementarias, de las físicas y de las espirituales de los mundos de transición. Se precisan millones de estos reguladores para energizar incluso un sistema de mundos de morada como el de Satania.
48:2.14 (543.8) Los reguladores de las vías circulatorias impulsan esos cambios en las energías materiales que las hacen supeditarse al control y a la regulación de sus colaboradores. Estos seres además de generar potencia morontial regulan dichas vías circulatorias. Al igual que una dinamo puede parecer generar electricidad de la atmósfera, estas dinamos morontiales vivas parecen transformar las energías del espacio, presentes por doquier, en esos materiales que los supervisores morontiales tejen en los cuerpos y en las actividades de vida de los mortales ascendentes.
48:2.15 (543.9) 2. Los coordinadores de los sistemas. Al tener cada uno de los mundos morontiales un orden distinto de energía morontial, a los seres humanos les resulta extremadamente difícil visualizar estas esferas. Si bien, de forma sucesiva, en su transición en cada una de ellas, los supervivientes ascendentes, percibirán la vida vegetal y todo lo demás relativo a la existencia morontial progresivamente modificada en correspondencia con su creciente espiritualización. Y, puesto que el sistema energético de cada uno de estos mundos se individualiza de esta manera, los coordinadores actúan a fin de armonizar y combinar estos diferentes sistemas de potencia en una unidad de carácter operativo para las esferas vinculadas a algún grupo determinado.
48:2.16 (543.10) Conforme avanzan de un mundo morontial a otro, los mortales ascendentes progresan paulatinamente de lo físico a lo espiritual; de ahí la necesidad de proveerles de una escala ascendente de esferas morontiales al igual que de una escala ascendente de formas morontiales.
48:2.17 (543.11) Cuando los seres ascendentes de los mundos de las moradas pasan de una esfera a otra, los serafines transportadores los llevan a los receptores de los coordinadores de los sistemas del mundo más avanzado. Aquí, en esos excepcionales templos, en el centro de las setenta alas radiales, donde se localizan las cámaras de transición, similares a las salas de resurrección del mundo en el que se recibe inicialmente a los mortales de origen terrestre, los coordinadores de los sistemas efectúan hábilmente los necesarios cambios en la forma creatural. Se necesitan unos siete días de tiempo regular para llevar a cabo estos primeros cambios de la forma morontial.
48:2.18 (544.1) 3. Los custodios planetarios. Cada mundo morontial, desde las esferas de morada hasta las sedes del universo, está bajo la custodia —en lo que se refiere a cuestiones morontiales— de setenta guardianes, que constituyen, como autoridad morontial suprema, el consejo planetario local. Este consejo concede el material para las formas morontiales a todas las criaturas ascendentes que llegan a las esferas y da su autorización para que se efectúen aquellos cambios en la forma creatural, que hacen posible que un ascendente prosiga a la esfera siguiente. Tras recorrer los mundos de las moradas, pasaréis de una fase de vida morontial a otra sin tener que perder la conciencia. La inconsciencia acompaña solamente a las primeras metamorfosis y a las transiciones posteriores de un universo a otro y de Havona al Paraíso.
48:2.19 (544.2) 4. Los controladores combinados. En el centro de cada unidad administrativa de un mundo morontial hay siempre emplazado uno de estos seres, sumamente mecánicos. El controlador combinado es sensible a las energías físicas, espirituales y morontiales, y opera con ellas; y, en colaboración con él siempre hay dos coordinadores de los sistemas, cuatro reguladores de las vías circulatorias, un custodio planetario, un estabilizador de enlace y un archivista adjunto o un resintonizador selectivo.
48:2.20 (544.3) 5. Los estabilizadores de enlace. Regulan la energía morontial en conjunción con las fuerzas físicas y espirituales de los ámbitos morontiales. Posibilitan la conversión de la energía morontial en material morontial. Todo el sistema organizativo de la existencia morontial depende de estos estabilizadores. Reducen las rotaciones de la energía hasta ese punto en el que la materialización ocurre. Pero no hallo términos que me puedan servir para comparar o ilustrar el ministerio de estos seres. Sobrepasa por completo la imaginación humana.
48:2.21 (544.4) 6. Los resintonizadores selectivos. A medida que progresáis de un grupo o fase de un mundo morontial a otro, es necesario que se os re-afine o se os ponga en sintonía con vuestro avance, y es labor de estos resintonizadores selectivos manteneros en sincronía progresiva con la vida morontial.
48:2.22 (544.5) Aunque las formas morontiales básicas de la vida y de la materia son idénticas desde el primer mundo de morada hasta la última esfera de transición del universo, existe una progresión conveniente que se extiende, de forma gradual, desde lo material hasta lo espiritual. Vuestra adaptación a esta creación esencialmente uniforme pero cada vez más avanzada y espiritualizada se realiza mediante esta resintonización selectiva. A pesar de que seguís reteniendo la misma forma morontial, tal ajuste en los componentes del ser personal equivale a una nueva creación.
48:2.23 (544.6) Podréis presentaros a las pruebas de estos examinadores en repetidas ocasiones y, en cuanto demostréis un adecuado logro espiritual, les será un placer daros la certificación de la elevada posición conseguida. Estos cambios progresivos tienen como resultado reacciones cambiantes según el entorno morontial tales como alteraciones en las necesidades alimentarias y en numerosas otras prácticas personales.
48:2.24 (544.7) Los resintonizadores selectivos prestan igualmente un gran servicio al agrupar a los seres personales morontiales a efectos de estudio, enseñanza y otros proyectos. De manera natural, indican quiénes son los que desempeñarán una mejor labor en las relaciones de tipo temporal.
48:2.25 (544.8) 7. Los archivistas adjuntos. El mundo morontial tiene sus propios archivistas, que sirven en colaboración con los archivistas espirituales en la supervisión y custodia de los archivos y de otros datos característicos de las creaciones morontiales. Los archivos morontiales están a disposición de todos los órdenes de seres personales.
48:2.26 (545.1) Todos los mundos de transición morontial son igualmente accesibles tanto para los seres materiales como para los espirituales. Como progresadores morontiales tendréis un contacto permanente y completo con el mundo material y con los seres personales materiales, mientras podréis percibir a los seres espirituales y fraternizar cada vez más con ellos; y en el momento en que concluyáis el régimen morontial, habréis podido ver a todos los órdenes de espíritus, salvo a algunos de rango superior como los mensajeros solitarios.
3. LOS ACOMPAÑANTES MORONTIALES
48:3.1 (545.2) Estos anfitriones de los mundos de las moradas y de los mundos morontiales son vástagos del espíritu materno del universo local. Se crean de era en era, en grupos de cien mil. Actualmente, hay en Nebadón más de setenta mil millones de estos excepcionales seres.
48:3.2 (545.3) Los melquisedecs instruyen a los acompañantes morontiales para el servicio en un planeta especial cerca de Lugar de Salvación; no pasan por las escuelas centrales de los melquisedecs. Su servicio se extiende desde los mundos de las moradas de menor rango de los sistemas hasta las esferas de estudio superiores de Lugar de Salvación, pero pocas veces se les encuentra en los mundos habitados. Sirven bajo la supervisión general de los Hijos de Dios y bajo la dirección inmediata de los melquisedecs.
48:3.3 (545.4) Los acompañantes morontiales mantienen diez mil sedes en el universo local —una en cada uno de los primeros mundos de morada de los sistemas locales—. Constituyen un orden casi totalmente autónomo y, en general, forman un grupo de seres inteligentes y leales; si bien, en ocasiones, en relación con algunos lamentables disturbios celestiales, se ha sabido que se han descarriado. Miles de estas válidas criaturas se perdieron durante los tiempos de la rebelión de Lucifer en Satania. Vuestro sistema local posee ahora su contingente completo de estos seres, pero solo en los últimos tiempos se han compensado las pérdidas por dicha rebelión.
48:3.4 (545.5) Existen dos tipos distintos de acompañantes morontiales; uno es enérgico y el otro, reservado, pero, por lo demás, ambos son iguales en estatus. No son criaturas sexuales, pero manifiestan un afecto conmovedoramente hermoso el uno por el otro. Aunque difícilmente tengan ese sentido material (humano) de la camaradería, son parientes muy cercanos de las razas humanas, en cuanto a su orden de existencia como criaturas. Las criaturas intermedias de los mundos son vuestros parientes más cercanos; luego vienen los querubines morontiales y, tras ellos, los acompañantes morontiales.
48:3.5 (545.6) Los acompañantes son seres enternecedoramente afectuosos y encantadoramente sociales. Son personas muy diferentes, y cuando los conozcáis en los mundos de las moradas, una vez que hayáis aprendido a reconocerlos como grupo, pronto percibiréis su individualidad. Todos los mortales se parecen unos a otros; y, al mismo tiempo, cada uno de vosotros es una persona diferente y reconocible.
48:3.6 (545.7) Podemos extraer alguna idea de la naturaleza de la labor de estos acompañantes morontiales a partir de la siguiente clasificación de las tareas que realizan en un sistema local:
48:3.7 (545.8) 1. Los guardianes de los peregrinos no tienen un cometido específico en cuanto a su vinculación con los progresadores morontiales. Estos acompañantes son responsables de toda la andadura morontial y se encargan, por consiguiente, de coordinar el quehacer de todos los demás servidores morontiales de las criaturas en transición.
48:3.8 (546.1) 2. Los receptores de los peregrinos y acompañadores libres. Estos son los acompañantes sociales de los recién llegados a los mundos de las moradas. Uno de ellos estará de cierto disponible para daros la bienvenida cuando os despertéis de vuestro primer sueño de tránsito del tiempo en el mundo inicial de morada, cuando experimentéis la resurrección a la vida morontial tras la muerte de la carne. Y, desde el momento en que, al despertaros, se os haga este acto formal de bienvenida hasta el día en el que dejéis el universo local en calidad de espíritu de primera etapa, estos acompañantes estarán siempre con vosotros.
48:3.9 (546.1) Los acompañantes morontiales no se asignan permanentemente a los mortales ascendentes de forma individual. Un ascendente, en uno de los mundos de las moradas o de los mundos de orden superior, puede tener un acompañante diferente en varias ocasiones sucesivas o puede pasar largos períodos de tiempo sin acompañante alguno. Todo dependerá de las necesidades al igual que de la provisión de estos acompañantes.
48:3.10 (546.1) 3. Los anfitriones de los visitantes celestiales. Estas gentiles criaturas se dedican a entretener a los grupos sobrehumanos de estudiantes visitantes y de otros seres celestiales que puedan encontrarse en los mundos de transición. Tendréis muchas oportunidades de visitar cualquier mundo que ya hayáis logrado por vuestra propia experiencia. Los estudiantes visitantes cuentan con permiso para acceder a todos los planetas habitados, incluyendo aquellos en aislamiento.
48:3.11 (546.1) 4. Los coordinadores y los directores de enlace. Estos acompañantes se dedican a facilitar las interrelaciones morontiales y a prevenir la confusión. Son los instructores de la conducta social y del progreso morontial; auspician clases y otras actividades de grupo entre los mortales ascendentes. Mantienen extensas áreas en las que congregan a sus pupilos y, ocasionalmente, solicitan la ayuda de los artesanos celestiales y de los directores de reversión para realzar sus programas. A medida que vayáis progresando, tendréis un estrecho contacto con estos acompañantes y llegaréis a profesar un gran cariño a ambos grupos. Será una cuestión de azar que gocéis de la presencia de un acompañante del tipo enérgico o del reservado.
48:3.12 (546.1) 5. Los intérpretes y los traductores. Durante el comienzo de vuestra andadura en los mundos de las moradas, recurriréis con frecuencia a los intérpretes y traductores. Conocen y hablan todas las lenguas del universo local; son los lingüistas de los mundos.
48:3.13 (546.1) No adquiriréis nuevos idiomas de forma automática; allí los aprenderéis tal como lo hacéis aquí, y estos brillantes seres serán vuestros profesores de idiomas. En los mundos de las moradas estudiaréis primero la lengua de Satania y, después, la de Nebadón. Y, mientras estéis aprendiendo estas nuevas lenguas, los acompañantes morontiales serán vuestros eficientes intérpretes y traductores. En ninguno de estos mundos encontraréis jamás a un visitante que no tenga como intérprete a un acompañante morontial.
48:3.14 (546.1) 6. Los supervisores de excursiones y de reversión. Estos acompañantes estarán con vosotros en los viajes más largos a la esfera sede y a los mundos de cultura y transición que la rodean. Planifican, dirigen y supervisan todas las visitas individuales y grupales que se realizan a los mundos de formación y culturales del sistema.
48:3.15 (546.1) 7. Los custodios de superficies y edificios. Incluso las construcciones materiales y morontiales aumentan en perfección y grandiosidad, conforme avanzáis en vuestra andadura por los mundos de las moradas. Como individuos y como grupos se os está permitido realizar ciertos cambios en las residencias que se os asignen como sede durante vuestra estancia en estos diferentes mundos. Mucha de la actividad de estas esferas tiene lugar en los recintos abiertos de los llamados círculos, cuadrados y triángulos. La mayoría de las estructuras de estos mundos no tiene techo, sino que se trata de recintos magníficamente construidos y exquisitamente ornamentados. Las condiciones climáticas y otras condiciones físicas imperantes en los mundos arquitectónicos hacen que los techos sean del todo innecesarios.
48:3.16 (547.1) Estos custodios de las fases de transición de la vida ascendente gestionan de forma suprema las cuestiones de índole morontial. Se crearon para esta labor y, en espera de la efectuación del Ser Supremo, continuarán siempre siendo acompañantes morontiales; no desempeñan ningún otro cometido.
48:3.17 (547.2) A medida que los sistemas y los universos se asientan en luz y vida, cada vez más los mundos de las moradas cesan de actuar como esferas transitorias de formación morontial. Más y más los finalizadores instituyen su nuevo régimen formativo, que parece estar diseñado para transformar la conciencia cósmica desde el nivel actual del gran universo al de los futuros universos exteriores. Los acompañantes morontiales están destinados a desempeñar su labor cada vez más en colaboración con los finalizadores y en otras numerosas regiones espaciales no reveladas en este momento en Urantia.
48:3.18 (547.3) Como podéis imaginaros, estos seres contribuirán probablemente en mucho a vuestro disfrute de los mundos de las moradas, ya sea vuestra estancia larga o breve. Y continuaréis disfrutando de ellos durante toda vuestra ascensión hasta Lugar de Salvación. No son, en un sentido estricto, parte esencial de vuestra experiencia como supervivientes. Podríais alcanzar Lugar de Salvación sin ellos, pero los echaríais mucho de menos. Constituyen el gran placer personal de vuestra andadura ascendente en el universo local.
4. LOS DIRECTORES DE REVERSIÓN
48:4.1 (547.4) La alegría jubilosa y el equivalente de la sonrisa son tan universales como la música. Existe un equivalente morontial y espiritual de la alegría y de la risa. La vida ascendente se divide casi por igual entre trabajo y ocio —cese de actividad—.
48:4.2 (547.5) El esparcimiento celestial y el humor sobrenatural difieren bastante de sus análogos humanos, pero todos nos permitimos de hecho alguna forma de ambos; y realmente logran para nosotros, en nuestro estado, casi lo que el humor ideal es capaz de hacer por vosotros en Urantia. Los acompañantes morontiales, ayudados muy capazmente por los directores de reversión, son hábiles auspiciadores del ocio.
48:4.3 (547.6) Comprenderíais con más facilidad la labor de los directores de reversión si los comparásemos con las mejores clases de humoristas de Urantia, aunque resultaría un modo enormemente tosco y algo desacertado de expresar la idea del cometido de estos directores del cambio y del esparcimiento, de estos servidores del humor supremo de los mundos morontiales y espirituales.
48:4.4 (547.7) Al hablar del humor espiritual, permitidme que os diga primero lo que no es. El humor espiritual nunca acentúa los infortunios de los débiles y errados ni es jamás irreverente con la rectitud y la gloria divinas. Nuestro humor se manifiesta de acuerdo a tres categorías generales:
48:4.5 (547.8) 1. Expresiones humorísticas reminiscentes. Son ocurrencias nacidas al recordar episodios de nuestra propia experiencia de luchas, conflictos y, a veces, temor, y a menudo de una ansiedad infantil y sin sentido. Para nosotros, esta faceta humorística proviene de la profundamente arraigada y permanente capacidad de buscar en el pasado recuerdos con los que hacer más placentera y, por lo tanto, más ligera la pesada carga del presente.
48:4.6 (548.1) 2. El humor corriente. Guarda relación con la falta de sentido de mucho de lo que tan a menudo nos ocasiona serias preocupaciones y el regocijo al descubrir la insignificancia de muchas de nuestras graves ansiedades personales. Valoramos mejor esta faceta humorística cuando somos capaces de reducir las ansiedades del presente en favor de las certezas del futuro.
48:4.7 (548.2) 3. El regocijo profético. Quizás sea difícil para los mortales imaginar esta faceta humorística, pero se obtiene una peculiar satisfacción de la seguridad de que “todas las cosas ayudan a bien” —para los espíritus y los seres morontiales al igual que para los mortales—. Este aspecto del humor celestial nace de nuestra fe en los amorosos y vigilantes cuidados de nuestros superiores y en la estabilidad divina de nuestros directores supremos.
48:4.8 (548.3) Pero los directores de reversión de los mundos no se encargan exclusivamente de ilustrar el elevado humor de los distintos órdenes de seres inteligentes; también se ocupan de dirigir el divertimento, esto es, el esparcimiento espiritual y el entretenimiento morontial. En este respecto, cuentan con la entusiasta cooperación de los artesanos celestiales.
48:4.9 (548.4) Los mismos directores de reversión no son un grupo creado; son un colectivo llamado para este fin que incluye seres que van desde los nativos de Havona hasta los progresadores morontiales de los mundos evolutivos, pasando por las multitudes de mensajeros del espacio y los espíritus servidores del tiempo. Todos son voluntarios entregados a la tarea de ayudar a sus semejantes a lograr el cambio de pensamiento y el reposo mental; actitudes sumamente útiles para recuperar las energías perdidas.
48:4.10 (548.5) Cuando se está parcialmente agotado por el esfuerzo puesto en la consecución de unos objetivos y, mientras se aguarda para poder renovar las energías perdidas, se puede encontrar gratificación y deleite en revivir cosas que sucedieron en otros días y en otras eras. Sosiega rememorar nuestras experiencias tempranas como parte de la raza humana o del orden al que se pertenece. Y esa es exactamente la razón por la que estos artistas se llaman directores de reversión —ayudan a revertir la memoria a un estado de desarrollo anterior o a un estatus de nuestro ser, de menor experiencia—.
48:4.11 (548.6) Todos los seres disfrutan de este tipo de reversión salvo aquellos que son creadores innatos, de ahí que se revigoricen a sí mismos de forma automática, y otros tipos de seres sumamente especializados, tales como los centros de la potencia y los controladores físicos, que son, siempre y eternamente, completamente metódicos en todas sus reacciones. Esta liberación periódica de la tensión producida en el desempeño de responsabilidades es parte habitual de la vida en todos los mundos de todo el universo de los universos, pero no en la Isla del Paraíso. Los seres originarios de esta morada central no sufren agotamiento y, por lo tanto, no están sujetos a la re-energización. Y con dichos seres que gozan de la eterna perfección del Paraíso no puede haber tal reversión a las experiencias evolutivas.
48:4.12 (548.7) La mayoría de nosotros ha ascendido desde estadios existenciales inferiores o, dentro de nuestros propios órdenes, a través de sus niveles progresivos, y es estimulante y, en cierta medida, divertido, recordar ciertos episodios de nuestras experiencias tempranas. Da sosiego contemplar lo que pertenece al pasado de nuestro orden y que perdura en el recuerdo como posesión de la mente. El futuro significa lucha y avance; denota trabajo, esfuerzo y logro; pero el pasado tiene el regusto de las cosas que ya se han dominado y conseguido; contemplar el pasado permite relajarse y examinarse de una forma tan despreocupada como para suscitar en nosotros alegría espiritual, al igual que un estado morontial de mente que raya en el júbilo.
48:4.13 (548.8) Hasta el humor humano se vuelve más amable cuando ilustra circunstancias relacionadas con un estado de desarrollo algo anterior al que se tiene en ese momento o cuando describe a seres pretendidamente superiores como víctimas de experiencias con frecuencia asociadas a los que supuestamente son inferiores. Vosotros, habitantes de Urantia, habéis permitido que mucho de lo que es a la vez ofensivo y cruel se llegue a confundir con vuestro humor, pero, de manera general, se os podría felicitar por tener un sentido del humor relativamente agudo. Algunas de vuestras razas poseen una gran disposición para el humor, lo que le sirve de enorme ayuda en sus andaduras terrenales. Es evidente que habéis recibido una gran parte de este humor del legado adánico, mucho más del que habéis obtenido en este sentido en el terreno de la música o del arte.
48:4.14 (549.1) Durante los momentos de esparcimiento, durante esos momentos en los que sus habitantes evocan recuerdos estimulantes de un estadio existencial inferior, toda Satania se ve iluminada por el placentero humor de un colectivo de directores de reversión procedentes de Urantia. El sentido de humor celestial siempre nos acompaña, incluso si nos hallamos involucrados en las tareas más difíciles. Previene el enaltecimiento exacerbado de nuestra propia importancia. Pero no nos damos rienda suelta, esto es “lo pasamos bien”, salvo cuando estamos en un período de receso de las serias responsabilidades de nuestros respectivos órdenes.
48:4.15 (549.2) Cuando tenemos la tentación de caer en el envanecimiento de nosotros mismos, si nos detenemos a contemplar la infinitud de la grandeza y magnificencia de nuestros hacedores, nuestro engreimiento se torna un absoluto sinsentido, que raya incluso en lo cómico. Una de los cometidos del humor es la de ayudarnos a todos a tomarnos menos en serio. El humor es el antídoto divino contra la exaltación del ego.
48:4.16 (549.3) La necesidad de expansionarse y entretenerse mediante el humor es mayor en aquellos órdenes de seres ascendentes que se encuentran sujetos a una tensión constante debido a su lucha por avanzar. Los dos extremos de la vida tienen poca necesidad de divertimento. Los hombres primitivos no tienen aptitud para este y los seres perfectos del Paraíso no lo precisan. Las multitudes de Havona componen, de manera natural, un conjunto jubiloso y regocijante de seres personales supremamente felices. En el Paraíso, la calidad de la adoración hace innecesaria las actividades de reversión. Pero, entre aquellos que comienzan sus andaduras muy por debajo de la meta de perfección del Paraíso, hay un gran espacio para el ministerio de los directores de reversión.
48:4.17 (549.4) A mayor elevación de las especies humanas, mayor será la tensión y mayor su aptitud para el humor, al igual que su necesidad de recurrir a él. En el mundo del espíritu lo contrario es cierto: cuanto más ascendamos menor es la necesidad de buscar esparcimiento en las experiencias de reversión. Pero al descender en la escala de la vida espiritual desde el Paraíso hasta las multitudes seráficas, existe una necesidad creciente para la misión de la alegría y el ministerio del júbilo. Aquellos seres que más precisan del estímulo de la reversión periódica al estado intelectual de experiencias anteriores son los órdenes superiores de las especies humanas, los seres morontiales, los ángeles y los hijos materiales, junto con todos los órdenes similares de seres personales.
48:4.18 (549.5) El humor obra como una válvula automática de seguridad que evita la acumulación de excesivas tensiones debido a la monotonía de una contemplación seria y prolongada de uno mismo, en conjunción con la intensa lucha por lograr progreso en nuestro desarrollo y alcanzar unos nobles objetivos. El humor actúa también haciendo decrecer nuestra conmoción por el efecto inesperado de algún hecho o de alguna verdad, de algún hecho firmemente inflexible y de alguna verdad flexible y siempre viva. El ser personal humano, nunca seguro de con qué se va a encontrar, rápidamente capta mediante el humor —entiende el porqué y adquiere conocimiento— la naturaleza inesperada de la situación, sea esta hecho o verdad.
48:4.19 (549.6) Aunque el humor de Urantia es extremadamente tosco y escasamente artístico, sí desempeña un valioso servicio tanto como garantía de salud como para liberar la tensión emocional, previniendo así un estado nervioso perjudicial y una contemplación demasiado seria de uno mismo. El humor y el ocio —el esparcimiento— no surgen como reacciones a un continuado esfuerzo futuro; son siempre los ecos de una mirada atrás, de una reminiscencia del pasado. También en Urantia y tal como sois ahora, siempre os ha resultado revitalizante cuando, por un breve período de tiempo, habéis podido hacer una pausa en el ejercicio de tareas nuevas y de índole intelectual superior y habéis recordado las actividades más simples de vuestros antepasados.
48:4.20 (550.1) Los principios en los que se sustenta el ocio en Urantia están bien fundados, filosóficamente hablando, y se continuarán aplicando a lo largo de vuestra vida de continuo ascenso hasta las orillas eternas del Paraíso, pasando por las vías circulatorias de Havona. Como seres ascendentes, estáis en posesión de los recuerdos personales de todas las etapas anteriores de vuestras existencias y, sin esta evocación del pasado, que conforma vuestra identidad, el humor del presente, ya se trate de la risa humana o de la alegría morontial, no tendría fundamento. Es esta rememoración de las experiencias pasadas la que constituye la base del divertimento y el entretenimiento del momento presente. Así, durante toda vuestra larga andadura como mortales y, después, como seres cada vez más espirituales, disfrutaréis de los equivalentes celestiales de vuestro humor terrestre. Y esa parte de Dios (el modelador), que se convierte en una parte eterna del ser personal del mortal ascendente, confiere los matices de divinidad a las expresiones de regocijo, incluso de risa espiritual, de las criaturas ascendentes del tiempo y del espacio.
5. LOS MAESTROS DE LOS MUNDOS DE LAS MORADAS
48:5.1 (550.2) Los maestros de los mundos de las moradas constituyen un colectivo de querubines y sanobines solitarios pero glorificados. Cuando un peregrino del tiempo avanza desde un mundo probatorio del espacio hasta los mundos de las moradas y los mundos correlacionados de formación morontial va acompañado de su serafín personal o grupal: el guardián del destino. En los mundos donde transcurre la existencia mortal, el serafín cuenta con la hábil ayuda de los querubines y sanobines; pero cuando su pupilo mortal se libera de las ataduras de la carne e inicia su camino ascendente, cuando comienza la vida posmaterial o morontial, el serafín que lo atendía deja de necesitar los servicios de sus anteriores asistentes, el querubín y el sanobín.
48:5.2 (550.3) Estos asistentes, a los que el serafín ha dejado de necesitar a su servicio, son, con frecuencia, convocados a la sede central del universo. Allí reciben la afectuosa acogida del espíritu materno del universo y continúan después a las esferas de formación del sistema, en calidad de maestros de los mundos de las moradas. A menudo, dichos maestros visitan los mundos materiales y desempeñan su labor desde los mundos de las moradas de índole inferior hasta las más elevadas esferas educativas vinculadas a la sede del universo. A petición propia, pueden retornar a su anterior tarea al servicio de los serafines.
48:5.3 (550.4) En Satania, hay muchos miles de millones de estos maestros, y su número aumenta de forma constante porque, en la mayoría de los casos, cuando un serafín continúa su ascenso al interior con el mortal fusionado con el modelador, tanto el querubín como el sanobín quedan atrás.
48:5.4 (550.5) Como sucede con la mayoría de los otros instructores, son los melquisedecs los que designan a los maestros de los mundos de las moradas. En general, están bajo la dirección de los acompañantes morontiales, pero como seres individuales y como instructores se hallan bajo la supervisión de los jefes en funciones de las escuelas o esferas en las que puedan ejercer como instructores.
48:5.5 (550.6) Estos querubines de avanzado grado de excelencia trabajan normalmente en parejas, tal como lo hacían cuando estaban unidos al serafín. Están, por naturaleza, muy próximos al orden morontial de existencia y son maestros innatamente comprensivos de los mortales ascendentes; dirigen, con gran eficiencia, el plan de formación del mundo de morada y el sistema de instrucción morontial.
48:5.6 (551.1) En las escuelas de la vida morontial, los mencionados maestros imparten su enseñanza de forma individual, grupal, por clases y colectiva. En los mundos de las moradas, estas escuelas están organizadas en tres grupos generales de cien divisiones cada uno: las escuelas de pensamiento, las escuelas de sentimiento y las escuelas de acción. Cuando llegáis a la constelación, se añaden las escuelas de ética, de administración y de adaptación social. En los mundos de la sede central del universo, os incorporaréis a las escuelas de filosofía, divinidad y espiritualidad pura.
48:5.7 (551.2) Aquellas cosas que podríais haber aprendido en la tierra pero que no conseguisteis hacerlo se han de aprender bajo la tutela de estos fieles y pacientes maestros. No existen caminos reales, atajos ni senderos fáciles para llegar al Paraíso. Con independencia de las variaciones individuales del itinerario, debéis dominar las materias que se imparten en una esfera antes de continuar a la siguiente; al menos, esto es así una vez que dejáis el mundo en el que nacisteis.
48:5.8 (551.3) Uno de los objetivos de la andadura morontial es erradicar de forma permanente los rasgos animales que quedan como vestigios en los supervivientes mortales tales como la falta de resolución, la carencia de compromiso, la insinceridad, la evitación de problemas, la arbitrariedad y la búsqueda de lo fácil. Durante la vida en los mundos de las moradas, se imparte pronto a los jóvenes pupilos morontiales la enseñanza de que posponer algo no significa, de ninguna manera, evitar hacerlo. Tras la vida en la carne, no se puede disponer del factor tiempo como modo de evadir situaciones o eludir obligaciones incómodas.
48:5.9 (551.4) Los maestros de los mundos de las moradas comienzan su servicio en las esferas de estancia de inferior orden y avanzan, mediante la experiencia, por las esferas educativas del sistema y de la constelación hasta llegar a los mundos formativos de Lugar de Salvación. No están sometidos a ningún entrenamiento específico ni antes ni después de ser acogidos por el espíritu materno del universo. Ya se capacitaron para desempeñar su labor durante el servicio que llevaron a cabo como colaboradores seráficos en los mundos nativos de sus pupilos, residentes ahora en los mundos de las moradas. En los mundos habitados, tuvieron un conocimiento real de estos mortales evolutivos; son maestros prácticos y compasivos, instructores sabios y comprensivos y guías capaces y eficaces. Están enteramente familiarizados con el plan dispuesto para los ascendentes y poseen una gran experiencia en las fases iniciales de su camino de progreso.
48:5.10 (551.5) Muchos de estos maestros de más experiencia, aquellos que han servido por mucho tiempo en los mundos de las vías circulatorias de Lugar de Salvación, son de nuevo acogidos por el espíritu materno del universo y, de este segundo acogimiento, estos querubines y sanobines emergen en rango de serafín.
6. LOS SERAFINES DE LOS MUNDOS MORONTIALES: LOS SERVIDORES DE LAS CRIATURAS EN TRANSICIÓN
48:6.1 (551.6) Aunque todos los órdenes de ángeles, desde los ayudantes planetarios hasta los serafines supremos, prestan sus servicios en los mundos de las moradas, son los servidores de las criaturas en transición los que están asignados con mayor exclusividad a este quehacer. Estos ángeles pertenecen al sexto orden de servidores seráficos, y su ministerio consiste en facilitar el tránsito de las criaturas materiales y mortales desde la vida temporal en la carne hasta las primeras etapas de la existencia morontial de estos siete mundos.
48:6.2 (551.7) Debéis comprender que, en realidad, la vida morontial del mortal ascendente tiene sus inicios en los mundos habitados, en el momento en el que se forja el alma, en ese instante en el que el modelador espiritual acude a habitar en la mente de la criatura de estatus moral. Y, desde ese momento en adelante, el alma del mortal adquiere potencialmente la capacidad para obrar en niveles sobrenaturales, incluso para ser reconocida en los niveles superiores de las esferas morontiales del universo local.
48:6.3 (552.1) Sin embargo, no seréis conscientes del ministerio de estos serafines hasta que no lleguéis a los mundos de las moradas, en donde desempeñan una incansable labor para facilitar el avance de sus pupilos mortales. Se asignan al servicio en las siete divisiones siguientes:
48:6.4 (552.2) 1. Los evangelistas seráficos. En el momento en el que recobráis la conciencia en los mundos de las moradas, figuráis en los registros del sistema como espíritus evolutivos. Es cierto que aún no tenéis condición de verdaderos espíritus, pero ya no sois seres mortales o materiales; habéis emprendido una andadura de índole preespiritual y se os ha admitido debidamente a la vida morontial.
48:6.5 (552.3) En los mundos de las moradas, los evangelistas seráficos os ayudarán a elegir certeramente entre las distintas rutas alternativas para Edentia, Lugar de Salvación, Uversa y Havona. Si existen varias de ellas igualmente aconsejables, se os presentarán ante vosotros para que podáis optar por la que más atractiva os resulte. Estos serafines, entonces, presentan sus recomendaciones a los veinticuatro asesores de Jerusem sobre la trayectoria más conveniente a tomar por cada una de las almas ascendentes.
48:6.6 (552.4) No se os da la posibilidad de escoger incondicionalmente vuestro futuro rumbo, pero sí podréis hacer vuestra elección dentro de los límites de aquello, que los servidores de las criaturas en transición y sus superiores han dispuesto sensatamente como el más idóneo para vuestros futuros logros espirituales. El mundo espiritual se gobierna por el principio de respeto a vuestra libre voluntad, siempre que la vía por la que optéis no sea en vuestro propio detrimento ni en perjuicio de vuestros compañeros.
48:6.7 (552.5) Estos evangelistas seráficos se dedican a anunciar el evangelio del eterno progreso, el celebrado triunfo de lograr la perfección. En los mundos de las moradas, los evangelistas proclaman la gran ley de la preservación y el predominio de la bondad: Ningún acto bueno se pierde del todo; puede verse obstaculizado durante mucho tiempo pero jamás queda anulado por completo, y es eternamente efectivo en razón a la divinidad que lo motiva.
48:6.8 (552.6) También en Urantia, estos evangelistas aconsejan a los maestros humanos de la verdad y la rectitud a que se adhieran a la predicación de “la bondad de Dios, que te guía al arrepentimiento”, para proclamar “el amor de Dios, que echa fuera todo temor”. Estas verdades se han anunciado en vuestro mundo:
48:6.9 (552.7) Los Dioses son mis custodios; no me perderé;
48:6.10 (552.8) de la mano me conducirán por los bellos y gloriosos senderos reconfortantes de la vida eterna.
48:6.11 (552.9) Ante esta presencia divina no me faltará el alimento ni tendré sed de agua.
48:6.12 (552.10) Aunque descienda al valle de la incertidumbre o ascienda a los mundos de la duda,
48:6.13 (552.11) aunque camine en soledad o con mis semejantes,
48:6.14 (552.12) aunque triunfe en los coros de la luz o flaquee en los lugares solitarios de las esferas,
48:6.15 (552.13) tu buen espíritu me asistirá y tu ángel glorioso me confortará.
48:6.16 (552.14) Aunque descienda a las profundidades de la oscuridad y de la muerte misma,
48:6.17 (552.15) no dudaré de ti, ni te temeré,
48:6.18 (552.16) Porque sé que en la plenitud de los tiempos y en la gloria de tu nombre,
48:6.19 (552.17) me elevarás hasta sentarme junto a ti en las altas almenas.
48:6.20 (553.1) Este fue el relato susurrado al pastorcillo durante la noche. No pudo memorizarlo palabra por palabra, pero, recordándolo lo mejor que pudo, lo transmitió casi como ha quedado hoy en día.
48:6.21 (553.2) Estos serafines son también los evangelistas de la buena nueva del logro de la perfección para todo el sistema al igual que para el mortal ascendente de forma individual. Incluso en este momento, en el joven sistema de Satania, sus enseñanzas y planes incluyen medidas para esas eras futuras en las que los mundos de las moradas cesarán de servir a los ascendentes mortales como trampolines para llegar a las esferas de arriba.
48:6.22 (553.3) 2. Los intérpretes de las razas. No todas las razas de los seres mortales son semejantes. Es cierto que existe un modelo planetario que se manifiesta en las naturalezas y tendencias físicas, mentales y espirituales de las diversas razas de un determinado mundo; pero también hay tipos raciales diferenciados y tendencias sociales muy claras que caracterizan a la progenie de estos distintos tipos básicos de seres humanos. En los mundos del tiempo, los intérpretes seráficos de las razas prosiguen los esfuerzos de los comisionados de las razas para armonizar sus diversos puntos de vista y continúan actuando en los mundos de las moradas, en los que estas mismas diferencias tienden, en cierta medida, a persistir. En un confuso planeta, como lo es Urantia, estos brillantes seres apenas han dispuesto de oportunidades claras para poder desempeñar su cometido, pero son los hábiles sociólogos y los inteligentes asesores étnicos del primer cielo.
48:6.23 (553.4) Deberíais reflexionar sobre el enunciado “el cielo” y “el cielo de los cielos”. El cielo imaginado por la mayoría de vuestros profetas era el primero de los mundos de las moradas del sistema local. Cuando el apóstol habló de ser “arrebatado hasta el tercer cielo”, se refería a aquel momento en el que su modelador se separó de él durante el sueño y, en ese inusual estado, se vio proyectado al tercero de los siete mundos de las moradas. Algunos de vuestros sabios tuvieron la visión de un cielo más grande, “el cielo de los cielos”, en el que el primero se refería a la percepción de los séptuplos mundos de las moradas; el segundo, a Jerusem; el tercero, a Edentia y sus satélites; el cuarto, a Lugar de Salvación y las esferas educativas que lo rodean; el quinto, a Uversa; el sexto, a Havona; y el séptimo, al Paraíso.
48:6.24 (553.5) 3. Los planificadores de la mente. Estos serafines se dedican a agrupar convenientemente a los seres morontiales y a organizar su trabajo en equipo en los mundos de las moradas. Son los psicólogos del primer cielo. La mayoría de los miembros de este grupo especial de servidores seráficos ha tenido experiencia previa en calidad de ángeles guardianes de los hijos del tiempo, pero sus pupilos, por alguna razón, no lograron adquirir el estado personal en los mundos de las moradas o pudieron sobrevivir, de otro modo, mediante la fusión con el Espíritu.
48:6.25 (553.6) La tarea de los planificadores de la mente consiste en estudiar la naturaleza, la experiencia y la condición de las almas fusionadas con el modelador en su tránsito por los mundos de las moradas y facilitar su agrupamiento en razón de cometidos y progreso. Estos planificadores de la mente no traman nada ni manipulan, ni se aprovechan de manera alguna de la ignorancia o de otras limitaciones de los estudiantes de estos mundos. Son totalmente ecuánimes y sumamente justos. Respetan vuestra recién nacida voluntad morontial; os consideran seres volitivos autónomos y tratan de estimular en vosotros un rápido desarrollo y avance. Estáis aquí frente a verdaderos amigos y asesores que os comprenden, ángeles que son realmente capaces de ayudaros “a veros a vosotros mismos como los demás os ven” y “a conoceros tal como los ángeles os conocen”.
48:6.26 (553.7) También en Urantia, estos serafines imparten la perpetua verdad: si tu propia mente no te sirve de mucho, puedes cambiarla por la mente de Jesús de Nazaret, que siempre te servirá bien.
48:6.27 (554.1) 4. Los asesores morontiales. Estos serafines se llaman así porque se encargan de la enseñanza, dirección y asesoramiento de los mortales supervivientes de los mundos de origen humano, de esas almas en tránsito hacia las escuelas superiores de la sede del sistema. Son los maestros de aquellos que buscan conocer la unidad experiencial subyacente en los diferentes niveles de la vida, aquellos que intentan integrar los contenidos y unificar los valores. Tal es la labor de la filosofía en la vida mortal y de la mota en las esferas morontiales.
48:6.28 (554.2) La mota es más que una filosofía de índole superior; es para la filosofía lo que los dos ojos son con relación a uno solo; posee un efecto estereoscópico sobre los contenidos y los valores. El hombre material ve el universo, por así decirlo, con un único ojo —plano—. Los estudiantes de los mundos de las moradas adquieren perspectiva cósmica —profundidad— al superponer su percepción de la vida morontial sobre su percepción de la vida física. Y consiguen definir con claridad estos puntos de vista materiales y morontiales, en buena medida, gracias al incansable ministerio de estos asesores seráficos, que tan pacientemente imparten sus enseñanzas a los estudiantes de los mundos de las moradas y a los progresadores morontiales. Muchos de estos asesores educativos, pertenecientes al orden supremo de los serafines, comenzaron su andadura en calidad de asesores de las almas recién liberadas de los mortales del tiempo.
48:6.29 (554.3) 5. Los técnicos. Son los serafines que ayudan a los nuevos seres ascendentes a adaptarse al medio ambiente, nuevo y relativamente extraño, de las esferas morontiales. La vida en los mundos de transición supone un contacto real con las energías y los materiales tanto de los niveles físicos como de los morontiales y, hasta cierto punto, con las realidades espirituales. Los ascendentes deben adaptarse a cada uno de los nuevos niveles morontiales y, en todo ello, cuentan con la gran ayuda de los técnicos seráficos. Estos serafines obran como enlaces con los supervisores de la potencia morontial y con los controladores físicos mayores y actúan, mayormente, en calidad de instructores de los peregrinos ascendentes en lo que se refiere a la naturaleza de esas energías utilizadas en las esferas de transición. Sirven como surcadores del espacio en casos de emergencias y tienen, además, numerosos otros cometidos tanto de orden regular como especial.
48:6.30 (554.4) 6. Los maestros-archivistas. Estos serafines son los archivistas del proceso de interacción existente en la zona limítrofe entre lo espiritual y lo físico, de la relación de hombres y ángeles, de la actividad morontial de los mundos de inferior rango del universo. También sirven en calidad de instructores de métodos de registro, eficientes y efectivos, de hechos acaecidos. Recoger y coordinar datos conexos de forma inteligente es un arte, y este arte se realza en colaboración con los artesanos celestiales, e incluso los ascendentes mortales consiguen así estrechar sus vínculos con los serafines archivistas.
48:6.31 (554.5) Los archivistas de todos los órdenes seráficos dedican cierta cantidad de tiempo a educar y formar a los progresadores morontiales. Estos custodios angélicos de los hechos del tiempo son los perfectos instructores de todos los que buscan informarse de tales hechos. Antes de abandonar Jerusem, estaréis bastante familiarizados con la historia de Satania y de sus 619 mundos habitados, y son los archivistas seráficos los que os darán a conocer una gran parte de ella.
48:6.32 (554.6) Todos estos ángeles son parte de una serie de archivistas que se extiende desde los custodios de menor rango de los hechos del tiempo y de las verdades de la eternidad hasta los de mayor rango. Algún día os enseñarán a buscar verdades al igual que hechos, a expandir vuestra alma al igual que vuestra mente. Incluso ahora deberíais aprender a regar el jardín de vuestro corazón al mismo tiempo que os aventuráis en los áridos senderos del conocimiento. Las formas no tienen valor cuando se han aprendido las lecciones. No nace polluelo sin cascarón, y ningún cascarón tiene valor alguno una vez que el polluelo ha nacido. Pero a veces el error es de tal envergadura que rectificarlo mediante la revelación podría ser fatal para esas verdades que emergen lentamente, y que son esenciales para derribar el error mediante la experiencia. Cuando los niños tienen sus ideales, no se los quitéis; dejadlos que crezcan. Y, mientras aprendéis a pensar como hombres, también deberíais aprender a orar como niños.
48:6.33 (555.1) La ley es la vida misma y no las reglas de su conducta. El mal es una transgresión de la ley, no una violación de las reglas de conducta relativas a la vida, que es la ley. La falsedad no es una cuestión de técnica narrativa sino un acto premeditado de perversión de la verdad. La creación de imágenes nuevas a partir de hechos pasados, la reafirmación de la vida paterna en la vida de los vástagos: estos son triunfos hermosos y creativos de la verdad. La sombra del giro de un cabello, premeditada con algún fin desleal, la más leve deformación o perversión de unos principios elementales: estas cosas constituyen falsedad. Pero el fetiche de la verdad convertida en meros hechos, de la verdad fosilizada, de la atadura de hierro de la llamada verdad invariable, os tiene asidos ciegamente en el círculo cerrado de los fríos datos. Técnicamente, se puede estar correctos en cuanto a los hechos y, no obstante, errar eternamente en cuanto a la verdad.
48:6.34 (555.2) 7. Las reservas de serafines servidores. En el primer mundo de morada se mantiene un gran colectivo de todos los órdenes de estos serafines. De entre todos los órdenes de serafines, los servidores de las criaturas en transición, son, tras los guardianes del destino, los que más próximos están a los humanos. Con ellos pasaréis muchos de vuestros momentos de ocio. A los ángeles les complace servir y, a menudo, cuando no están asignados a algún servicio, se prestan como voluntarios para realizarlo. En el alma de muchos ascendentes mortales prende por primera vez el fuego divino de la voluntad de servir gracias a su amistad personal con los servidores voluntarios de las reservas seráficas.
48:6.35 (555.3) De ellos aprenderéis a dejar que la tensión se transforme en estabilidad y certidumbre; a ser fieles y determinados y, sin embargo, alegres; a aceptar los retos sin quejas y a enfrentaros a las dificultades e incertidumbres sin temor. Os preguntarán: Si fracasáis, ¿os levantaréis para perseverar de nuevo? Si triunfáis, ¿mantendréis vuestro aplomo —vuestra actitud estable y espiritualizada—, mientras os esforzáis en la larga lucha por romper las cadenas de la inercia material, por lograr la libertad de la existencia espiritual?
48:6.36 (555.4) Incluso como los mortales, estos ángeles han sido igualmente objeto de muchas decepciones, y os harán saber que, a veces, vuestras decepciones más frustrantes se han convertido en vuestras mayores bendiciones. A veces la semilla que se planta necesita morir, como vuestras esperanzas más preciadas, antes de que pueda renacer para dar los frutos de una nueva vida y de una nueva oportunidad. Y de ellos aprenderéis a sufrir menos pesadumbre y decepciones, primero, haciendo menos planes personales con relación a otras personas y, luego, una vez que hayáis cumplido fielmente con vuestro deber, aceptando vuestra suerte.
48:6.37 (555.5) Aprenderéis que aumentáis vuestra carga y disminuís vuestra posibilidad de éxito si os tomáis demasiado en serio. Nada puede tener prioridad sobre la tarea a realizar en la esfera que os corresponde por estatus —en este mundo o en el próximo—. La labor de prepararse para la siguiente esfera de orden superior es muy importante, pero nada iguala la importancia de la que tenéis que hacer en el mundo en el que vivís en este momento. Pero aunque la tarea es importante, el yo no lo es. Cuando os sentís importantes, perdéis energía por el desgaste de conservar la dignidad del ego, de manera que resta poca para abordar vuestra propia tarea. La importancia que uno se da a sí mismo, en lugar de la importancia que se da a la tarea, agota a las criaturas inmaduras; es el elemento del ego el que agota y no el esfuerzo por alcanzar unos logros. Podéis llevar a cabo una labor importante si no os dais importancia a vosotros mismos; podríais hacer varias cosas tan fácilmente como una sola, si os dejaseis fuera a vosotros mismos. La variedad tranquiliza; la monotonía es lo que cansa y agota. Todos los días son iguales —o bien la vida o la alternativa de la muerte—.
7. LA MOTA MORONTIAL
48:7.1 (556.1) Los planos inferiores de la mota morontial enlazan directamente con los niveles superiores de la filosofía humana. En el primer mundo de morada, se acostumbra a impartir la enseñanza de la mota a los estudiantes menos avanzados mediante un método de paralelismos, o sea, en una columna se exponen los conceptos más sencillos de los significados de la mota y, en la columna contraria, se citan enunciados análogos de la filosofía humana.
48:7.2 (556.2) No hace mucho tiempo, mientras realizaba una misión en el primer mundo de morada de Satania, se me presentó la ocasión de observar este método de enseñanza; y, aunque no puedo exponer el contenido de la lección en mota, sí se me permite dejar constancia de los veintiocho enunciados de la filosofía humana que este instructor morontial estaba utilizando a modo de ilustración para ayudar a estos nuevos habitantes del mundo de morada, en sus primeros intentos por captar la relevancia y el contenido de la mota. Los enunciados que servían de ilustración de la filosofía humana eran:
48:7.3 (556.3) 1. Mostrar algún talento especial no significa estar en posesión de aptitudes espirituales. El ingenio no es un sustituto del verdadero carácter.
48:7.4 (556.4) 2. Pocas personas viven a la altura de la fe que realmente tienen. El miedo irracional es un fraude intelectual de gran envergadura que atenta contra el alma del mortal en evolución.
48:7.5 (556.5) 3. No se pueden sobrepasar las capacidades que nos son inherentes. Una botella de medio litro no tiene capacidad para albergar un litro. No se pueden forzar las nociones espirituales de modo mecánico dentro del molde de la memoria material.
48:7.6 (556.6) 4. Pocos mortales se atreven jamás a beneficiarse de forma alguna de todos los méritos que como ser personal les brinda el ministerio combinado de la naturaleza y de la gracia. La mayoría de las almas empobrecidas son, en este sentido, verdaderamente ricas, pero se niegan a creerlo.
48:7.7 (556.7) 5. Las dificultades pueden suponer un reto para la persona común y hacer fracasar al temeroso, pero no son sino un estímulo para los verdaderos hijos de los Altísimos.
48:7.8 (556.8) 6. Disfrutar de privilegios sin abuso, hacer uso de una libertad sin libertinaje, poseer poder y negarse categóricamente a utilizarlo para el engrandecimiento propio: estos son los signos de una civilización elevada.
48:7.9 (556.9) 7. En el cosmos no acontecen accidentes por azar o imprevistos. Tampoco los seres celestiales asisten a los seres de inferior rango que se niegan a actuar acorde con la luz de la verdad que está en ellos.
48:7.10 (556.10) 8. El esfuerzo no siempre produce alegría, pero sin esfuerzo inteligente no hay felicidad.
48:7.11 (556.11) 9. La acción resulta en fuerza; la moderación, en fascinación.
48:7.12 (556.12) 10. La rectitud hace sonar los acordes armónicos de la verdad, y la melodía reverbera por todo el cosmos hasta lograr incluso el reconocimiento del Infinito.
48:7.13 (556.13) 11. El débil posterga las decisiones, pero el fuerte actúa. La vida no es sino un día de trabajo —hacedlo bien—. Los actos son nuestros; las consecuencias, de Dios.
48:7.14 (556.14) 12. La mayor aflicción del cosmos es no haber estado nunca afligido. Los mortales solo adquieren sabiduría experimentando tribulaciones.
48:7.15 (556.15) 13. Las estrellas se perciben mejor desde el solitario aislamiento de las profundidades experienciales que desde las cumbres iluminadas y exultantes de las montañas.
48:7.16 (556.16) 14. Estimulad la sed de verdad de los que están próximos a vosotros; dad consejos solamente cuando se os pidan.
48:7.17 (557.1) 15. La afectación es el descabellado intento de los ignorantes por parecer sabios, la pretensión del alma yerma por parecer opulenta.
48:7.18 (557.2) 16. No podéis percibir las verdades espirituales hasta que no la sintáis vivencialmente y muchas de ellas no se sienten realmente salvo en la adversidad.
48:7.19 (557.3) 17. La ambición es nociva hasta que no alcanza un grado sumo de socialización. No adquirís en verdad virtud alguna hasta que vuestros actos no os hagan merecedores de ella.
48:7.20 (557.4) 18. La impaciencia emponzoña el espíritu; la ira es como una piedra que se arrojara a un nido de avispas.
48:7.21 (557.5) 19. Dejad atrás la ansiedad. Las decepciones más difíciles de soportar son las que nunca llegan.
48:7.22 (557.6) 20. Solo un poeta es capaz de percibir poesía en el prosaísmo de la existencia rutinaria.
48:7.23 (557.7) 21. La elevada misión de cualquier arte es prefigurar, mediante la creación de ilusiones, la realidad superior del universo, es cristalizar las emociones del tiempo en el pensamiento de la eternidad.
48:7.24 (557.8) 22. El alma evolutiva no se vuelve divina por lo que hace, sino por lo que procura hacer.
48:7.25 (557.9) 23. La muerte no ha añadido nada al bagaje intelectual ni a los dones espirituales, pero sí ha añadido, al estatus experiencial, la conciencia de la supervivencia.
48:7.26 (557.10) 24. El destino de la eternidad se determina en cada momento por los logros de la vida diaria. Los actos de hoy conforman el destino de mañana.
48:7.27 (557.11) 25. La grandeza no reside tanto en poseer fuerza como en hacer un uso sensato y divino de esta.
48:7.28 (557.12) 26. El conocimiento solamente se posee al compartirlo; está salvaguardado por la sabiduría y se socializa mediante el amor.
48:7.29 (557.13) 27. El progreso exige el desarrollo de la individualidad; lo general busca perpetuarse en la normalización.
48:7.30 (557.14) 28. Los argumentos en defensa de cualquier proposición son inversamente proporcionales a la verdad que contiene.
48:7.31 (557.15) Esta es la tarea de los principiantes del primer mundo de morada, mientras que los pupilos más avanzados de los mundos siguientes van adquiriendo dominio sobre los niveles superiores de percepción cósmica y mota morontial.
8. LOS PROGRESADORES MORONTIALES
48:8.1 (557.16) Desde el momento en el que culminan su formación en los mundos de las moradas hasta que logran el estatus espiritual en su andadura en el suprauniverso, se denomina progresadores morontiales a los ascendentes. Vuestro paso por esta maravillosa vida fronteriza será una experiencia inolvidable, un recuerdo fascinante. En un sentido evolutivo, es el portal a la vida espiritual y al logro final de la perfección como criaturas a través de los que los ascendentes alcanzan el objetivo del tiempo: hallar a Dios en el Paraíso.
48:8.2 (557.17) Existe un propósito inequívoco y divino en todo este sistema morontial y, posteriormente, espiritual diseñado para el progreso de los mortales, en esta compleja escuela, en el universo, de formación de criaturas ascendentes. Es la intención de los creadores proporcionar a las criaturas del tiempo una oportunidad escalonada de alcanzar el dominio de los detalles del funcionamiento y de la gobernación del gran universo, y este prolongado programa de formación se lleva a cabo, del mejor modo, haciendo que los mortales supervivientes escalen de forma gradual y realmente participen en cada paso de esta ascensión.
48:8.3 (558.1) El plan de supervivencia dispuesto para los mortales tiene un objetivo práctico y útil. No sois los destinatarios de toda esta labor divina y de toda esta esmerada formación solamente para que podáis sobrevivir y gozar de una dicha sin fin y de una calma eterna. El objetivo es la realización de un servicio supremo que se oculta tras el horizonte de la actual era del universo. Si los Dioses hubiesen querido llevaros sencillamente a una larga y eterna excursión de placer, ciertamente no hubiesen transformado, en tan gran medida, el universo completo en una inmensa y compleja escuela de formación práctica, solicitando a una gran parte sustancial de la creación celestial que acudiera en calidad de maestros e instructores, y luego pasar era tras era guiándoos, uno a uno, por tal gigantesca escuela formativa de la experiencia. Fomentar el sistema diseñado para el progreso de los mortales parece ser una de las principales ocupaciones del presente universo organizado, y la mayoría de los innumerables órdenes de inteligencias creadas está implicada, de forma directa o indirecta, en dar impulso a alguna fase de este plan progresivo de perfección.
48:8.4 (558.2) Al ascender en la escala de la vida desde el hombre mortal hasta llegar al acogimiento de la Deidad, realmente, y dentro de los límites de la presente era del universo, vivís la vida misma de cada una de las posibles facetas y etapas en la senda de perfección de la existencia creatural. Desde el hombre mortal hasta el finalizador del Paraíso se incluye todo lo que ahora se puede ser —comprende todo lo que es presentemente posible para los órdenes vivos de criaturas inteligentes, perfeccionadas, finitas—. Si el destino futuro de los finalizadores del Paraíso es servir en los nuevos universos ahora en formación, seguro que en dicha creación, nueva y futura, no habrá órdenes de seres experienciales creados, cuyas vidas sean totalmente diferentes de las vidas que los finalizadores mortales han vivido en algún mundo como parte de su formación en ascenso, como una de las etapas de su progreso multisecular desde el animal hasta el ángel y desde el ángel hasta el espíritu y desde el espíritu hasta Dios.
48:8.5 (558.3) [Exposición de un arcángel de Nebadón.]
Escrito 49
Los mundos habitados
49:0.1 (559.1) En su origen y naturaleza, todos los mundos habitados son evolutivos. Estas esferas constituyen el sitio de propagación, la cuna evolutiva, de las razas mortales del tiempo y del espacio. Cada una de las etapas que conforma la vida del ascendente constituye una verdadera escuela de formación para la que le espera a continuación, y esto es así en cada una de esas etapas por las que el hombre pasa en su ascenso y progreso al Paraíso; es igualmente cierto tanto para las experiencias tempranas de los mortales en un planeta evolutivo como para su instrucción en la escuela última de los melquisedecs en la sede del universo, a la que los mortales ascendentes únicamente asisten justo antes de trasladarse para formar parte del régimen del suprauniverso y llegar a ser espíritus de la primera etapa.
49:0.2 (559.2) Atendiendo a su administración de índole celestial, todos los mundos habitados se agrupan básicamente en sistemas locales, y cada uno de estos sistemas locales alberga un límite aproximado de mil mundos evolutivos. Son los ancianos de días los que decretan este límite, y se refiere a los planetas actuales evolutivos habitados por seres mortales de estatus de supervivencia. En este grupo no se encuentran ni los mundos definitivamente asentados en luz y vida ni los planetas de la etapa prehumana del desarrollo de la vida.
49:0.3 (559.3) La misma Satania es un sistema sin concluir de solo 619 mundos habitados. Estos planetas están numerados sucesivamente, de acuerdo a su registro como mundos habitados por criaturas de voluntad. Así pues, a Urantia se le dio el número 606 de Satania, lo que significa que es el mundo número 606 de este sistema local en el que el largo proceso evolutivo de la vida concluyó con la aparición de seres humanos. Hay treinta y seis planetas no habitados próximos a la etapa de dotación de la vida y varios otros que se están preparando para ser objeto de la labor de los portadores de vida. Existen casi doscientas esferas en evolución que en los próximos millones de años estarán listas para la implantación de la vida.
49:0.4 (559.4) No todos los planetas son idóneos para albergar la vida mortal. Los pequeños planetas con un alto índice de velocidad de rotación axial son totalmente inadecuados como hábitats para la vida. En algunos de los sistemas físicos de Satania, los planetas que giran alrededor de un sol central son demasiado grandes para ser habitados; su gran masa ejerce una excesiva fuerza de gravedad. Muchas de estas enormes esferas tienen satélites, a veces seis o incluso más, y estas lunas tienen frecuentemente un tamaño muy similar al de Urantia, de modo que son prácticamente idóneas para ser habitadas.
49:0.5 (559.5) El mundo habitado más antiguo de Satania, el mundo número uno, es Anova; es uno de los cuarenta y cuatro satélites que giran alrededor de un enorme planeta oscuro, aunque expuesto a la luz diferenciada de tres soles vecinos. Anova se halla en un avanzado estadio de civilización y progreso.
1. LA VIDA PLANETARIA
49:1.1 (559.6) Los universos del tiempo y del espacio se desarrollan de forma gradual; la forma en la que la vida —planetaria o celestial— avanza no es ni arbitraria ni mágica. Puede que la evolución cósmica no sea siempre comprensible (previsible), pero no es en absoluto accidental.
49:1.2 (560.1) La unidad biológica de la vida material es la célula protoplásmica o formación colectiva de energías químicas, energías eléctricas y otras energías elementales. Las fórmulas químicas difieren en cada sistema, y el método de reproducción de la célula viva es ligeramente diferente en cada universo local; si bien, los portadores de vida son siempre los catalizadores vivos que inician las reacciones primordiales de la vida material; son los inductores de las vías circulatorias energéticas de la materia viva.
49:1.3 (560.2) Todos los mundos de un mismo sistema local comparten una inequívoca afinidad física; sin embargo, cada planeta posee su propia escala de vida y no hay dos mundos que sean exactamente idénticos en cuanto a sus recursos vegetales y animales. Estas variaciones planetarias de los tipos de vida del sistema son producto de las decisiones de los portadores de vida. Pero estos seres no actúan de forma irreflexiva o arbitraria; los universos se dirigen de acuerdo con la ley y el orden. Las leyes de Nebadón se originan en los mandatos divinos de Lugar de Salvación, y el orden evolutivo de vida de Satania está en consonancia con el modelo evolutivo de Nebadón.
49:1.4 (560.3) La evolución es la regla del desarrollo humano, pero el proceso mismo varía enormemente en los diferentes mundos. La vida tiene a veces un foco de inicio, a veces tres, tal como ocurrió en Urantia. Por lo general, en los mundos atmosféricos, la vida tiene origen marino, aunque no siempre; depende significativamente de las condiciones físicas del planeta. Los portadores de vida disponen de mucho margen en el ejercicio de su tarea de iniciar la vida.
49:1.5 (560.4) En el desarrollo de la vida planetaria, la forma vegetal siempre precede a la animal y alcanza un pleno grado de desarrollo antes de que se establezcan diferencias con los modelos de vida animal. Todos los tipos de vida animal se desarrollan a partir de los modelos básicos del reino vegetal de seres vivos; no se organizan por separado.
49:1.6 (560.5) Las primeras etapas de la evolución de la vida no se explican del todo partiendo de la visión que tenéis actualmente de ellas. El hombre mortal no es un accidente evolutivo. Existe un sistema preciso, una ley universal, que determina el despliegue del plan de vida planetario en las esferas del espacio. El tiempo y la creación de un gran número de especies no son determinantes en dicho despliegue. Los ratones se reproducen con mucha mayor rapidez que los elefantes y, sin embargo, los elefantes evolucionan más rápidamente que los ratones.
49:1.7 (560.6) La evolución planetaria se rige por un proceso metódico y controlado. El desarrollo de organismos superiores a partir de grupos inferiores de vida no es accidental. A veces, el proceso evolutivo sufre retrasos temporales debido a la destrucción de los linajes favorables de plasma vital que algunas especies exclusivas portan. Con frecuencia, se necesitan muchas eras para recuperar y corregir el daño ocasionado por la pérdida de una sola estirpe de orden superior de la herencia humana. Debéis proteger celosa e inteligentemente estas estirpes de protoplasma vivo, exclusivas y superiores, una vez que hacen su aparición. Y en la mayoría de los mundos habitados se les da mucho más valor a estos potenciales superiores de la vida de lo que se les da en Urantia.
2. TIPOS FÍSICOS DE CRIATURAS PLANETARIAS
49:2.1 (560.7) En cada sistema, hay un modelo estándar y básico de vida vegetal y animal. Pero los portadores de vida se ven a menudo en la necesidad de modificar estos modelos básicos para adaptarlos a la variabilidad de las condiciones físicas con las que se enfrentan en numerosos mundos del espacio. Los portadores fomentan un tipo de criatura mortal propia del sistema, pero existen siete tipos distintos de criaturas, al igual que miles y miles de variaciones menores de estas siete destacadas diferenciaciones.
49:2.2 (561.1) 1. Los tipos atmosféricos.
49:2.3 (561.2) 2. Los tipos elementales.
49:2.4 (561.3) 3. Los tipos gravitacionales.
49:2.5 (561.4) 4. Los tipos térmicos
49:2.6 (561.5) 5. Los tipos eléctricos.
49:2.7 (561.6) 6. Los tipos energizadores.
49:2.8 (561.7) 7. Los tipos innominados.
49:2.9 (561.8) El sistema de Satania contiene todos estos tipos de criaturas y numerosos grupos intermedios, aunque algunos están escasamente representados.
49:2.10 (561.9) 1. Los tipos atmosféricos. Es la naturaleza de la atmósfera de los mundos habitados la que determina sus diferencias físicas; hay otros condicionantes que contribuyen a estas diferencias planetarias de la vida, pero son relativamente menores.
49:2.11 (561.10) Las condiciones atmosféricas existentes en Urantia en la actualidad son casi ideales para el sostenimiento del tipo de seres humanos dotados de respiración, pero dicho tipo puede modificarse de tal manera que pueda ser viable la vida tanto en planetas supraatmosféricos como en subatmosféricos. Estas modificaciones también se extienden a la vida animal, que difiere bastante en las distintas esferas habitadas. Tanto en los mundos subatmosféricos como en los supraatmosféricos se llevan a efecto grandes modificaciones en el orden animal.
49:2.12 (561.11) De los tipos atmosféricos de Satania, cerca del dos y medio por ciento son subrespiradores, aproximadamente un cinco por ciento suprarespiradores y más del noventa y uno por ciento respiradores de tipo medio, lo que supone un total de noventa y ocho y medio por ciento de los mundos de Satania.
49:2.13 (561.12) A seres tales como los que forman las razas de Urantia se les clasifica como respiradores de tipo medio; representáis el promedio o la clase típica de existencia mortal en cuanto a la respiración. Si existiesen criaturas inteligentes en un planeta con una atmósfera similar a la de vuestro vecino cercano, Venus, pertenecerían al grupo de los suprarespiradores, mientras que a aquellos que habitaran en un planeta con una atmósfera tan tenue como la de vuestro vecino exterior, Marte, se les denominaría “sobrespiradores”.
49:2.14 (561.13) Si los mortales habitaran en un planeta desprovisto de aire, como vuestra luna, pertenecerían a un orden aparte, al de los no respiradores. Este tipo de criaturas conlleva una adaptación radical o extrema al medio ambiente planetario y se analizará por separado. Los no respiradores suponen el uno y medio por ciento que resta de los mundos de Satania.
49:2.15 (561.14) 2. Los tipos elementales. Estas diferenciaciones tienen que ver con la relación de los mortales con el agua, el aire y la tierra y, en lo que respecta a esta relación con dichos hábitats, hay cuatro especies distintas de vida inteligente. Las razas de Urantia pertenecen al orden terrestre.
49:2.16 (561.15) Es completamente imposible que podáis imaginar el medio ambiente que predomina durante las primeras eras de algunos mundos. Estas excepcionales condiciones hacen que la vida evolutiva animal permanezca en su hábitat reproductivo marino por períodos más largos de los que lo hacen en aquellos planetas en los que pronto tiene lugar un entorno terrestre y atmosférico hospitalario. Por el contrario, en algunos mundos de los suprarespiradores, cuando el planeta no es demasiado grande, resulta a veces oportuno dar origen a un tipo de criatura mortal que pueda surcar fácilmente la atmósfera. La aparición de estos navegantes del aire media entre los grupos acuáticos y los grupos terrestres. Hasta cierto punto, siempre viven en el suelo, llegando a evolucionar hasta convertirse en ocupantes de la tierra. Pero en algunos mundos, durante muchas eras, continúan volando incluso tras haberse convertido en seres del tipo terrestre.
49:2.17 (562.1) Es a la vez sorprendente y entretenido observar cómo se va conformando la incipiente civilización de las razas primitivas de los seres humanos, en algunos casos, en el aire y en las copas de los árboles y, en otros, en medio de las aguas poco profundas de cuencas tropicales resguardadas, al igual que en los fondos, los bordes y las orillas de estos jardines marinos de las tempranas razas de tan extraordinarias esferas. También en Urantia existió una prolongada era en la que el hombre primitivo se protegió a sí mismo e hizo avanzar su civilización primitiva viviendo, en su mayor parte, en las copas de los árboles tal como lo hicieron sus primeros ascendientes arbóreos. En Urantia todavía contáis con un grupo de diminutos mamíferos (de la familia de los murciélagos) que navegan por el aire y con otros mamíferos como vuestras focas y ballenas, cuyo hábitat es marino.
49:2.18 (562.2) En Satania, de los tipos elementales de criaturas, el siete por ciento son acuáticos; el diez por ciento, aéreos; el setenta por ciento, terrestres; y el trece por ciento, una combinación de los tipos terrestres y aéreos. Si bien, estas modificaciones de las primeras criaturas inteligentes no hacen que sean ni peces humanos ni pájaros humanos. Pertenecen a los tipos de criaturas humanas y prehumanas; no son ni suprapeces ni pájaros enaltecidos, sino inequívocamente mortales.
49:2.19 (562.3) 3. Los tipos gravitacionales. Modificando el diseño creativo, se crean seres inteligentes que sean capaces de obrar con libertad en esferas más pequeñas o más grandes que Urantia, de manera que se puedan acomodar en cierta medida a la gravedad de aquellos planetas que no tienen ni el tamaño ni la densidad idóneos.
49:2.20 (562.4) Hay variabilidad en la altura de los diversos tipos planetarios de mortales. En Nebadón, la media es de alrededor de dos metros. Algunos de los mundos más grandes están poblados por seres que tienen solamente una altura de unos sesenta y seis centímetros. La estatura de los mortales oscila entre esta última, pasando por la altura promedio en los planetas de tamaño medio, hasta aproximadamente tres metros en las esferas habitadas más pequeñas. En Satania existe una sola raza por debajo de metro y veinte de altura. El veinte por ciento de los mundos habitados de Satania está poblado por mortales de los tipos gravitacionales modificados que ocupan los planetas más grandes y más pequeños.
49:2.21 (562.5) 4. Los tipos térmicos. Es posible crear seres vivos que puedan soportar temperaturas tanto muy superiores como muy inferiores a las del espectro vital de Urantia. Según se clasifican en función de los mecanismos de regulación de la temperatura, existen cinco órdenes distintos de seres. En esta escala, las razas de Urantia corresponderían al número tres. El treinta por ciento de los mundos de Satania están poblados por razas de los tipos térmicos modificados. El doce por ciento de estas razas pertenecen al espectro de temperaturas más altas; el dieciocho por ciento, al de temperaturas más bajas; los urantianos, a su vez, se situarían en el grupo de temperaturas de tipo medio.
49:2.22 (562.6) 5. Los tipos eléctricos. El comportamiento eléctrico, magnético y electrónico de los mundos varía enormemente. Existen diez diseños de vida mortal conformados de diversos modos a fin de soportar el diferencial de energía de las esferas. Estas diez variaciones en el diseño de la vida responden también, de forma ligeramente diferente, a los rayos químicos de la luz solar ordinaria. Pero estas leves variaciones físicas no afectan en nada a la vida intelectual o espiritual.
49:2.23 (562.7) De los grupos eléctricos existentes de seres mortales, casi el veintitrés por ciento pertenece a la clase número cuatro, al tipo urantiano de existencia. Estos tipos se distribuyen de la manera siguiente: el uno por ciento pertenece a la clase número 1; el dos por ciento, a la 2; el cinco por ciento, a la 3; el veintitrés por ciento a la 4; el veintisiete por ciento, a la 5; el veinticuatro por ciento, a la 6; el ocho por ciento, a la 7; el cinco por ciento, a la 8; el tres por ciento, a la 9; el dos por ciento, a la 10. Son cifras en porcentajes totales.
49:2.24 (563.1) 6. Los tipos energizadores. No todos los mundos son similares en cuanto al modo de absorber energía. No todos los mundos habitados tienen un océano atmosférico idóneo para el intercambio respiratorio de gases, tal como el que se halla presente en Urantia. Durante las etapas primeras y posteriores de muchos planetas, los seres de vuestro orden actual no podrían existir cuando los factores respiratorios de un planeta aparecen en un grado muy elevado o muy bajo; si bien, cuando todos los demás requisitos indispensables para la vida inteligente son satisfactorios, a menudo, los portadores de vida establecen en dichos mundos una forma de vida mortal modificada, dando lugar a seres que son competentes para llevar a cabo directamente los intercambios de sus procesos vitales por medio de la energía luminosa y de las transmutaciones directas de la potencia de los controladores físicos mayores.
49:2.25 (563.2) Los animales y los seres humanos presentan seis tipos diferentes de nutrición: los subrespiradores emplean el primero; los habitantes marinos, el segundo; los respiradores medios, el tercero, como en el caso de Urantia. Los suprarespiradores emplean el cuarto tipo de absorción de energía, mientras que los no respiradores, el quinto orden de nutrición y de energía. El séptimo modo de energización se limita a las criaturas intermedias.
49:2.26 (563.3) 7. Los tipos innominados. En la vida planetaria encontramos otras muchas variaciones físicas de diferente índole, pero todas ellas son enteramente cuestiones relativas a la modificación anatómica, a la diferenciación fisiológica y al ajuste electroquímico, y no afectan a la vida intelectual o espiritual.
3. LOS MUNDOS DE LOS NO RESPIRADORES
49:3.1 (563.4) En su mayor parte, los planetas están poblados por seres inteligentes dotados de respiración. Si bien, hay igualmente órdenes de mortales que están facultados para vivir en mundos con poco aire o sin aire. De los mundos habitados de Orvontón, este tipo de seres suma menos del siete por ciento. En Nebadón dicho porcentaje es menor del tres por ciento. Solo hay nueve de estos mundos en todo Satania.
49:3.2 (563.5) En Satania hay un número tan escaso de mundos habitados por seres del tipo de los no respiradores porque en este sector de Norlatiadec, de más reciente organización, hay todavía abundancia de cuerpos espaciales meteóricos; y los mundos sin la fricción que produce la capa protectora de la atmósfera están sometidos a un incesante bombardeo de estos vagabundos del espacio. Hay incluso algunos cometas compuestos de enjambres de meteoros, pero, por regla general, son cuerpos disgregados y más pequeños de materia.
49:3.3 (563.6) Millones y millones de meteoritos penetran diariamente en la atmósfera de Urantia a una velocidad de unos trescientos veinte kilómetros por segundo. En los mundos de los no respiradores, sus avanzadas razas han de realizar grandes esfuerzos para protegerse del daño que causan los meteoros. Para ello, construyen instalaciones eléctricas que se encargan de desintegrar o desviar los meteoros, y se enfrentan a serios peligros si se aventuran más allá de las zonas protegidas. Estos mundos están también sometidos a catastróficas tormentas eléctricas de una naturaleza desconocida en Urantia. Durante esos momentos de enormes fluctuaciones energéticas, los habitantes deben refugiarse en construcciones especiales provistas de aislamiento protectores.
49:3.4 (563.7) La vida en los mundos de los no respiradores es radicalmente distinta de la que existe en Urantia. Los no respiradores no consumen alimentos ni beben agua como lo hacen las razas de Urantia. Las reacciones de su sistema nervioso, el mecanismo regulador de la temperatura y el metabolismo de los singulares pobladores de estos mundos son del todo diferentes en cuanto a esas mismas funciones en los mortales de Urantia. Salvo en la reproducción, varían en casi todos los actos de la vida, e incluso en los modos de procreación son algo diferentes.
49:3.5 (564.1) En los mundos de los no respiradores, las especies animales son radicalmente distintas a las que se encuentran en los planetas atmosféricos. El plan de vida en estos mundos varía de la forma de existencia que se lleva en un mundo atmosférico; e incluso hay variación en cuanto a la supervivencia al optar por la fusión con el Espíritu. No obstante, estos seres disfrutan de la vida y desarrollan los quehaceres propios de su entorno con las mismas vicisitudes y gozos relativos que experimentan los mortales que viven en los mundos atmosféricos. En cuanto a la mente y al carácter, los no respiradores no difieren de otros tipos mortales.
49:3.6 (564.2) Os podría interesar sobremanera el comportamiento planetario de este tipo de mortales porque una raza de seres de este tipo habita en una esfera muy cercana a Urantia.
4. LAS CRIATURAS EVOLUTIVAS DE VOLUNTAD
49:4.1 (564.3) Hay grandes diferencias entre los mortales de los distintos mundos, incluso entre aquellos pertenecientes al mismo orden intelectual y físico; si bien, todos los mortales de dignidad y voluntad son animales erectos, bípedos.
49:4.2 (564.4) Existen seis razas evolutivas básicas: tres primarias —la roja, la amarilla y la azul—; y tres secundarias —la naranja, la verde y la índigo—. Todas estas razas están presentes en la mayoría de los mundos habitados, pero muchos de los planetas de seres de tres cerebros únicamente albergan a los tres tipos primarios. Igualmente, algunos sistemas locales solo tienen estas tres razas.
49:4.3 (564.5) Los seres humanos poseen una media de doce sentidos físicos especiales, aunque los sentidos de los mortales con tres cerebros están ligeramente más desarrollados que los de los seres con uno y dos cerebros; pueden ver y oír bastante mejor que las razas de Urantia.
49:4.4 (564.6) Normalmente los niños nacen uno a uno; los nacimientos múltiples son una excepción, y la vida familiar es bastante similar en cualquier tipo de planeta. La igualdad entre los sexos prevalece en todos los mundos avanzados; los hombres y las mujeres son iguales en cuanto a su dotación de mente y a su condición espiritual. Estimamos que un planeta no ha salido de la barbarie mientras uno de los sexos intente tiranizar al otro. Este rasgo, que forma parte de la experiencia de las criaturas, siempre mejora notablemente tras la llegada de un hijo y de una hija material.
49:4.5 (564.7) En todos los planetas iluminados y calentados por el sol se producen variaciones de estaciones y temperaturas. En todos los mundos atmosféricos, la agricultura es universal; el cultivo de la tierra es la ocupación común de las razas de todos estos planetas en su camino de avance.
49:4.6 (564.8) En sus días tempranos, todos los mortales afrontan las mismas habituales luchas con enemigos microscópicos que experimentáis ahora en Urantia, aunque quizás no de forma tan generalizada. La duración de la vida varía en los diferentes planetas desde los veinticinco años de los mundos primitivos hasta los cerca de quinientos años de las esferas de mayor avance y antigüedad.
49:4.7 (564.9) Todos los seres humanos son gregarios, tanto en un aspecto tribal como racial. Esta separación en grupos es innata a su origen y constitución, y solo el avance de la civilización y la espiritualización paulatina pueden modificar esta tendencia. Los problemas sociales, económicos y gobernativos de los mundos habitados varían en conformidad con la edad de los planetas y con el grado de influencia que las sucesivas estancias de los Hijos divinos han ejercido sobre ellos.
49:4.8 (564.10) La mente es la dádiva del Espíritu Infinito y obra por completo de la misma manera en los distintos entornos. La mente de los mortales es semejante, con independencia de las diferencias estructurales y químicas que caracterizan las naturalezas físicas de las criaturas de voluntad de los sistemas locales. A pesar de las diferencias planetarias personales o físicas, la vida mental de todos estos distintos órdenes de mortales es muy similar, y las trayectorias que siguen inmediatamente tras la muerte, muy parecidas.
49:4.9 (565.1) Pero la mente mortal no puede sobrevivir sin el espíritu inmortal. La mente del hombre es mortal; solo el espíritu que se otorga de gracia es inmortal. La supervivencia depende de la espiritualización por el ministerio del modelador —del nacimiento y evolución del alma inmortal—; al menos, no debe haberse desarrollado un antagonismo hacia la misión del modelador, consistente en efectuar la transformación espiritual de la mente material.
5. LOS GRUPOS PLANETARIOS DE MORTALES
49:5.1 (565.2) Resulta algo difícil realizar una descripción satisfactoria de los grupos planetarios de mortales porque sabéis muy poco de ellos, y porque se dan muchas variaciones. Se puede, no obstante, hacer un estudio de las criaturas mortales desde numerosos puntos de vista, entre los que están los siguientes:
49:5.2 (565.3) 1. La adaptación al medio ambiente planetario.
49:5.3 (565.4) 2. Los grupos de mortales del tipo cerebral.
49:5.4 (565.5) 3. Los grupos receptivos al espíritu.
49:5.5 (565.6) 4. Las épocas planetarias de los mortales.
49:5.6 (565.7) 5. Los grupos correlacionados de criaturas afines.
49:5.7 (565.8) 6. Los grupos de mortales que se fusionan con el modelador.
49:5.8 (565.9) 7. Los métodos de salida del planeta.
49:5.9 (565.10) Las esferas habitadas de los siete suprauniversos están pobladas por mortales que se pueden clasificar, al mismo tiempo, dentro de una o más categorías de cada una de estas siete clases generales de vida evolutiva creatural. Pero, incluso en esta clasificación general, no están contemplados seres tales como los midsonitas ni ciertas otras formas de vida inteligente. Los mundos habitados, tal como se describen en estas narrativas, están poblados por criaturas mortales evolutivas, pero existen otras formas de vida.
49:5.10 (565.11) 1. La adaptación al medio ambiente planetario. Existen tres grupos generales de mundos habitados desde el punto de vista de la adaptación de la vida creatural al entorno planetario: el grupo de adaptación normal, el grupo de adaptación radical y el grupo experimental.
49:5.11 (565.12) En la adaptación normal a las condiciones planetarias, se siguen los modelos físicos generales previamente considerados. Los mundos de los no respiradores son un ejemplo de adaptación radical o extrema, pero en este grupo también se incluyen otros tipos de mortales. Los mundos experimentales están, por lo general, perfectamente adaptados a las formas típicas de existencia, y en estos planetas decimales los portadores de vida tratan de producir, en los diseños regulares de vida, variaciones que puedan resultar beneficiosas. Al ser un planeta experimental, vuestro mundo difiere notablemente de sus esferas hermanas de Satania; en Urantia han aparecido muchas formas de vida que no se hallan en ningún otro lugar; igualmente, hay muchas especies comunes que no tienen presencia en vuestro planeta.
49:5.12 (565.13) En el universo de Nebadón, todos los mundos en los que se ha modificado la vida están vinculados secuencialmente y constituyen un área especial de los asuntos del universo que recibe la atención de administradores asignados a tal tarea. Hay un colectivo de directores del universo, cuyo jefe es el veterano finalizador conocido en Satania como Tabamantia, que se encarga de inspeccionar periódicamente a todos estos mundos experimentales.
49:5.13 (566.1) 2. Los grupos de mortales del tipo cerebral. La única uniformidad física existente entre los mortales es el cerebro y el sistema nervioso; sin embargo, el órgano cerebral tiene tres configuraciones básicas. Hay seres de uno, dos y tres cerebros. Los urantianos tienen dos cerebros y son algo más imaginativos, aventureros y filosóficos que los mortales de un solo cerebro, pero algo menos espirituales, éticos y tendentes a la adoración que los órdenes de tres cerebros. Estas diferencias cerebrales se observan incluso en la vida animal prehumana.
49:5.14 (566.2) Partiendo del tipo de corteza cerebral de los dos hemisferios propios de los urantianos podéis, por analogía, comprender algo del tipo de seres de un solo cerebro. La noción del tercer cerebro, de los órdenes que lo poseen, se puede concebir mejor si se entiende como algo que ha evolucionado a partir de la configuración de vuestro cerebro, de índole inferior o rudimentario, y que ha alcanzado un grado de desarrollo que le hace regir principalmente las actividades físicas, dejando libres a los dos cerebros para cometidos superiores: uno para funciones intelectuales y, el otro, para la labor del modelador del pensamiento de crear equivalentes espirituales.
49:5.15 (566.3) Mientras que los logros planetarios de las razas con un solo cerebro están levemente limitados en comparación con los de los órdenes de dos cerebros, los planetas más antiguos pertenecientes al grupo de tres cerebros poseen civilizaciones que asombrarían a los urantianos y que avergonzaría, en cierto modo, a la vuestra si se la compara con ellas. En cuanto al desarrollo mecánico y a la civilización material, e incluso en cuanto a su progreso intelectual, los mundos de mortales con dos cerebros son capaces de equipararse a las esferas de los habitantes con tres cerebros. Pero con relación al dominio superior de la mente y al desarrollo de la reciprocidad intelectual y espiritual, vosotros os encontráis en un nivel algo inferior.
49:5.16 (566.4) Todas estas valoraciones comparativas referidas al progreso intelectual o a los logros espirituales de un mundo o grupo de mundos deben en justicia tener en consideración la edad planetaria; muchas, muchísimas cosas, dependen del factor de la edad, de la ayuda de los mejoradores biológicos y de las misiones posteriores de los diferentes órdenes de Hijos divinos.
49:5.17 (566.5) Aunque los pueblos con tres cerebros son susceptibles de experimentar una evolución planetaria ligeramente superior a la de los órdenes de uno o dos cerebros, todos poseen el mismo tipo de plasma vital y llevan a cabo, en sus planetas, tareas de índole muy similar, semejantes a las realizadas por los seres humanos de Urantia. Estos tres tipos de mortales se reparten por los mundos de los sistemas locales. En la mayoría de los casos, las condiciones planetarias tuvieron muy poco que ver con la decisión de los portadores de vida de implantar a estos diversos órdenes de mortales en los distintos mundos; es pues, prerrogativa de los portadores de vida trazar un plan y ejecutarlo.
49:5.18 (566.6) Estos tres órdenes están en igualdad de condiciones en cuanto a su camino de ascensión. Cada uno de ellos ha de pasar por la misma escala de desarrollo intelectual y cada cual debe superar las mismas pruebas de progreso espiritual. Sin excepción alguna, no existe ninguna discriminación por parte de la administración del sistema ni en cuanto a las acciones directivas de la constelación respecto a estos diferentes mundos; incluso los regímenes de los príncipes planetarios son idénticos.
49:5.19 (566.7) 3. Los grupos receptivos al espíritu. En cuanto a su configuración, y con relación a su conexión con las cuestiones espirituales, la mente se clasifica en tres grupos. Esta clasificación no hace referencia a los órdenes de mortales de uno, dos y tres cerebros, sino fundamentalmente a la química glandular y se refiere, de manera más particular, a la constitución de ciertas glándulas comparables a los órganos pituitarios. En algunos mundos, las razas tienen una glándula; en otros, dos, como en el caso de los urantianos; mientras que, en otras esferas, las razas tienen tres de estos singulares órganos. La imaginación innata y la receptividad espiritual de los mortales ciertamente se ven influenciadas por esta diferencia de dotación química.
49:5.20 (566.8) De estos tipos de mortales receptivos al espíritu, el sesenta y cinco por ciento pertenecen al segundo grupo, al igual que las razas de Urantia. El doce por ciento, menos receptivos por naturaleza, se integra en el primer tipo, mientras que el veintitrés por ciento tiene una mayor propensión a lo espiritual durante la vida física. No obstante, estas distinciones no perviven tras la muerte natural; todas estas diferencias raciales atañen solamente a la vida en la carne.
49:5.21 (567.1) 4. Las épocas planetarias de los mortales. En esta clasificación, se hace mención a las sucesivas dispensaciones temporales en la medida en la que repercuten en el estatus planetario del hombre y en su recepción del ministerio celestial.
49:5.22 (567.2) La vida se inicia en los planetas de mano de los portadores de vida, que velan por su desarrollo hasta algún tiempo después de la aparición evolutiva del hombre mortal. Antes de dejar el planeta, los portadores de vida instauran como corresponde a un príncipe planetario en calidad de gobernante del mundo. Con él, llega un contingente completo de auxiliares de menor rango y ayudantes servidores. Con simultaneidad a su llegada, tiene lugar el primer juicio de los vivos y de los muertos.
49:5.23 (567.3) Con la gradual aparición de los grupos humanos, este príncipe planetario llega para inaugurar la civilización humana y centrar su atención en la sociedad humana. Vuestro confuso mundo no se puede considerar como modelo estándar de los primeros días del reinado de los príncipes planetarios, puesto que, casi al comienzo de este gobierno en Urantia, vuestro príncipe planetario, Caligastia, se unió a la rebelión de Lucifer, el soberano del Sistema. Desde entonces, vuestro planeta ha seguido un tormentoso rumbo.
49:5.24 (567.4) En un mundo evolutivo normal, las razas progresan de forma natural hasta alcanzar su cúspide biológica durante el régimen del príncipe planetario; poco después, el soberano del sistema envía a ese planeta a un hijo y a una hija material. Estos seres, venidos de fuera, sirven en calidad de mejoradores biológicos; su transgresión en Urantia hizo que vuestra historia planetaria se complicara aún más.
49:5.25 (567.5) Cuando el progreso intelectual y ético de una raza humana ha llegado a los límites de su desarrollo evolutivo, llega un hijo avonal del Paraíso en misión de magistrado y, más adelante, cuando el estatus espiritual de dicho mundo se acerca al límite de su logro natural, acude al planeta un Hijo de gracia del Paraíso. La misión principal de este Hijo de gracia consiste en establecer el nuevo estatus planetario, liberar al espíritu de la verdad para que realice su misión en el planeta y llevar a efecto la llegada universal de los modeladores del pensamiento.
49:5.26 (567.6) Aquí, una vez más, Urantia se desvía de la normalidad: jamás se ha producido esta misión de un hijo magistrado en vuestro mundo ni vuestro Hijo de gracia pertenecía al orden de los avonales; vuestro planeta tuvo el extraordinario honor de convertirse en el lugar de nacimiento humano del Hijo soberano: Miguel de Nebadón.
49:5.27 (567.7) Como resultado del ministerio sucesivo de todos los órdenes de filiación divina, los mundos habitados y sus razas evolutivas comienzan a acercarse a la cima de su desarrollo planetario. Dichos mundos han alcanzado un grado de madurez que los hace propicios para la misión culminante de la llegada de los hijos preceptores de la Trinidad. Esta época de los hijos preceptores es la antesala de la era planetaria final —la cúspide evolutiva—: la era de luz y vida.
49:5.28 (567.8) Esta clasificación de los seres humanos será objeto de una atención especial en uno de los escritos siguientes.
49:5.29 (567.9) 5. Los órdenes de criaturas afines. Los planetas no solo se organizan de forma vertical en sistemas, constelaciones y así sucesivamente; la administración del universo también contempla la formación de grupos de carácter horizontal atendiendo al tipo, al grupo y a otras relaciones que se establecen entre las criaturas. Esta gestión lateral del universo corresponde, más en particular, a la coordinación de acciones de naturaleza afín que se fomentan, de manera independiente, en las distintas esferas. Periódicamente, estas clases correlacionadas de criaturas del universo están sujetas a la inspección de un colectivo combinado de elevados seres personales, presidido por finalizadores con una larga experiencia.
49:5.30 (568.1) Estos factores de afinidad se ponen de manifiesto en todos los niveles, porque existe correspondencia entre los seres personales no humanos al igual que entre las criaturas mortales —incluso entre órdenes humanos y sobrehumanos—. Los seres inteligentes se relacionan verticalmente en doce grandes grupos de siete divisiones principales cada uno. La coordinación de estos grupos de seres vivos, singularmente correlacionados, se lleva probablemente a efecto a través de algún modo de proceder del Ser Supremo, no del todo comprendido.
49:5.31 (568.2) 6. Los grupos que se fusionan con el modelador. La relación entre el estatus del ser personal y el mentor misterioso interior es del todo determinante a la hora de clasificar o agrupar espiritualmente a todos los mortales durante su existencia previa a su fusión. Casi el noventa por ciento de los mundos habitados de Nebadón está poblado por mortales que se fusionan con el modelador, a diferencia de un universo cercano en el que poco más de la mitad de los mundos albergan a seres que pueden optar por la fusión eterna con el modelador interior.
49:5.32 (568.3) 7. Métodos de salida del planeta. Fundamentalmente, existe una única manera en la que la vida humana pueda iniciarse en los mundos habitados: mediante la procreación de las criaturas y el nacimiento natural; pero hay un gran número de métodos dispuestos para que el hombre pueda dejar su estatus planetario y acceder al caudal de seres ascendentes que fluyen hacia el interior, hacia el Paraíso.
6. SALIDA DEL PLANETA
49:6.1 (568.4) En su totalidad, los distintos tipos físicos y grupos planetarios de mortales gozan por igual del ministerio de los modeladores del pensamiento, de los ángeles guardianes y de los diversos órdenes de las multitudes de mensajeros del Espíritu Infinito. Todos los mortales se liberan por igual de las ataduras de la carne al desprenderse de la dependencia de la muerte natural, y todos se dirigen por igual a los mundos morontiales para su evolución espiritual y su progreso mental.
49:6.2 (568.5) Con cierta periodicidad, por petición de las autoridades planetarias o de los gobernantes del sistema, se realizan resurrecciones especiales de los supervivientes dormidos. Estas resurrecciones ocurren al menos cada milenio de tiempo planetario, cuando “muchos” pero no todos “de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán”. Estas resurrecciones especiales brindan la ocasión de convocar a grupos especiales de seres ascendentes a objeto de rendir un servicio específico dentro del plan del universo local dispuesto para la ascensión de los mortales. Existen razones prácticas al igual que vínculos afectivos relacionados con este tipo de resurrecciones.
49:6.3 (568.6) A lo largo de las primeras eras de los mundos habitados, muchos son los llamados a las esferas de las moradas en las resurrecciones especiales y milenarias, pero la mayoría de los supervivientes retoman su ser personal al inaugurarse una nueva dispensación en conexión con la llegada de un Hijo divino al planeta en el que va a realizar su servicio.
49:6.4 (568.7)1. Los mortales del orden de supervivencia dispensacional o grupal. Con la llegada del primer modelador a un mundo habitado, también hacen su aparición los serafines guardianes, indispensables para poder salir del planeta. Durante todo el período de interrupción de la vida de los supervivientes durmientes, los valores espirituales y las realidades eternas de sus almas recién desarrolladas e inmortales permanecen bajo la sagrada custodia de los serafines personales o de grupo.
49:6.5 (568.8) Los guardianes de grupo asignados a los supervivientes dormidos siempre desempeñan su cometido con los hijos judiciales cuando estos hacen su aparición en los mundos. “Enviará sus ángeles y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos”. Con cada serafín destinado a la reconstitución del ser personal de uno de los mortales dormidos obra el modelador retornado, la misma fracción inmortal del Padre que vivió en él durante sus días en la carne, y es así como se restablece la identidad y resurge el ser personal. Durante el sueño de sus tutorados, estos modeladores en proceso de espera sirven en Lugar de la Divinidad. En este intervalo de tiempo jamás moran en otra mente mortal.
49:6.6 (569.1) Mientras que los mundos más antiguos de los mortales albergan a tipos de seres humanos de gran avance y excelencia espiritual que están prácticamente exentos de pasar por la vida morontial, las épocas tempranas de las razas de origen animal se distinguen por la existencia de mortales primitivos cuya falta de desarrollo les imposibilita la fusión con sus modeladores. El despertar de estos mortales se efectúa gracias a los serafines guardianes en conjunción con una fracción individualizada del espíritu inmortal de la Tercera Fuente y Centro.
49:6.7 (569.2) Así pues, los supervivientes dormidos de una era planetaria retoman su ser personal en los llamamientos nominales de las dispensaciones. Pero en cuanto a los seres personales no salvables de algún mundo, ningún espíritu inmortal está presente para actuar con los guardianes de grupo de destino, y esto constituye la cesación de la existencia de la criatura. Aunque en algunos de vuestros registros se han descrito estos acontecimientos como si tuviesen lugar en los planetas donde se da la muerte física, en realidad todos suceden en los mundos de las moradas.
49:6.8 (569.3)2. Los mortales de los órdenes individuales de ascensión. El progreso individual de los seres humanos se mide por su logro sucesivo y por su travesía (consecución) de los siete círculos cósmicos. Estos círculos, indicativos del progreso realizado por los mortales, representan niveles que conjugan valores intelectuales, sociales, espirituales y de percepción cósmica. Comenzando en el séptimo círculo, los mortales se esfuerzan por alcanzar el primero y, a todos los que han llegado al tercero, se les asigna de inmediato guardianes personales de destino. Estos mortales pueden retomar su ser personal en el transcurso de la vida morontial, con independencia de juicios dispensacionales o de otra índole.
49:6.9 (569.4) Durante las eras primitivas de un mundo evolutivo, pocos mortales son juzgados al tercer día. Pero, con el transcurso del tiempo, cada vez se asignan más guardianes personales de destino a los mortales, acrecentándose así el número de estas criaturas evolutivas que retoman su ser personal en el primer mundo de morada, al tercer día después de su muerte física. En tales ocasiones, el retorno del modelador señala el despertar del alma humana, y esto supone una reconstitución del ser personal de los muertos tan real como cuando, en los mundos evolutivos, se hace el llamamiento general al fin de una dispensación.
49:6.10 (569.5) Hay tres grupos de ascendentes individuales: el grupo de menor avance llega al mundo de morada inicial o primero, el de un mayor avance empieza su andadura morontial en cualquiera de los mundos de las moradas intermedios en conformidad con el progreso planetario que le haya precedido y el de más avance de estos órdenes comienza realmente su vida morontial en el séptimo mundo de morada.
49:6.11 (569.6) 3. Los mortales de los órdenes de ascensión dependientes de un período de prueba. Ante el universo, la llegada del modelador restablece la identidad, y todos los seres en los que han morado los modeladores reciben el llamamiento nominal de la justicia. Pero la vida temporal en los mundos evolutivos es incierta, y muchos mueren jóvenes antes de haber optado por la andadura al Paraíso. Estos niños y jóvenes, en los que el modelador ha habitado, siguen al progenitor de estatus espiritual más avanzado, continuando, pues, hasta el mundo de los finalizadores del sistema (la guardería probatoria) al tercer día, en la resurrección especial, o en el momento de los llamamientos nominales milenarios y dispensacionales regulares.
49:6.12 (570.1) Los niños que fallecen demasiado jóvenes como para tener un modelador del pensamiento retoman su ser personal en el mundo de los finalizadores de los sistemas locales en simultaneidad con la llegada de cualquiera de sus progenitores a los mundos de las moradas. El niño adquiere su identidad física en el momento en el que nace como mortal, pero, en lo concerniente a la supervivencia, todos los niños sin modelador se consideran todavía como vinculados a sus padres.
49:6.13 (570.2) A su debido tiempo, los modeladores del pensamiento acuden a morar en estos pequeños; a su vez, el ministerio seráfico que se dispensa a los dos grupos de órdenes dependientes de un período de prueba es similar, en general, al del progenitor más avanzado o equivalente al del único progenitor, en caso de que solo uno de ellos sobreviva. A aquellos que consiguen llegar al tercer círculo, con independencia del estatus de sus padres, se les otorga guardianes personales.
49:6.14 (570.3) En las esferas de los finalizadores de la constelación y de las sedes del universo, se mantienen guarderías probatorias similares para los niños sin modelador de los órdenes modificados primarios y secundarios de ascendentes.
49:6.15 (570.4) 4. Los mortales de los órdenes modificados secundarios de ascensión. Se trata de seres humanos progresivos que habitan en los mundos evolutivos intermedios. Por regla general, no son inmunes a la muerte natural, pero están exentos de pasar por los siete mundos de las moradas.
49:6.16 (570.5) El grupo menos perfeccionado de estos mortales se despierta en la sede de su sistema local, pasando de largo los mundos de las moradas. El grupo intermedio va a los mundos de formación de la constelación, pasando de largo todo el régimen morontial del sistema local. Incluso más adelante, en las eras planetarias de conquista espiritual, muchos supervivientes se despiertan en la sede de la constelación y comienzan allí la ascensión al Paraíso.
49:6.17 (570.6) Pero antes de que cualquiera de dichos grupos pueda seguir adelante, estos mortales deben regresar en calidad de instructores a esos mismos mundos que dejaron atrás como estudiantes y adquirir una amplia experiencia docente. Posteriormente, todos ellos continuarán hacia el Paraíso por las rutas establecidas para el progreso de los mortales.
49:6.18 (570.7) 5. Los mortales del orden modificado primario de ascensión. Son mortales pertenecientes al tipo de vida evolutiva que se fusiona con el modelador, y que, con mucha frecuencia, caracterizan las etapas finales del desarrollo humano en un mundo en evolución. Estos seres glorificados están exentos de cruzar el umbral de la muerte; se someten al asimiento por el Hijo; son trasladados de entre los vivos y aparecen de inmediato ante la presencia de este Hijo soberano en la sede del universo local.
49:6.19 (570.8) Se trata de seres personales que se fusionan con sus modeladores durante su vida en la carne y, al fusionarse, surcan el espacio libremente antes de revestirse de las formas morontiales. Estas almas fusionadas se trasladan de forma directa junto con el modelador a las salas de resurrección en las esferas morontiales superiores, donde reciben su vestimenta morontial inicial exactamente de la misma manera que los otros mortales que llegan de los mundos evolutivos.
49:6.20 (570.9) Este orden modificado primario puede aplicarse a los seres de cualquier grupo planetario, desde las etapas inferiores hasta las superiores de los mundos en los que se da la fusión con el modelador, pero se utiliza con mayor frecuencia en las esferas más antiguas, tras haberse beneficiado de las numerosas estancias de los Hijos divinos.
49:6.21 (570.10) Con el establecimiento de la era planetaria de luz y vida, muchos se dirigen a los mundos morontiales del universo, siguiendo el proceso de traslado del orden modificado primario. Más adelante, en las etapas de mayor avance y asentamiento de la vida, cuando la mayoría de los mortales que dejan sus mundos se incluyen en esta clase, se considera que el planeta pertenece a este grupo. En estas esferas, desde hace mucho asentadas en luz y vida, la muerte física ocurre cada vez con menor frecuencia.
49:6.22 (571.1) [Exposición de un melquisedec de la Escuela de Administración Planetaria de Jerusem.]
Escrito 50
Los príncipes planetarios
50:0.1 (572.1) Aunque pertenecen al orden de los hijos lanonandecs, los príncipes planetarios realizan un servicio tan especial que generalmente se les considera como un grupo separado. Tras ser certificados por los melquisedecs como lanonandecs secundarios, a estos Hijos del universo local se les destina a las reservas de su orden en la sede de la constelación. Desde aquí, el soberano del sistema les asigna diversos cometidos hasta que finalmente se les designa como príncipes planetarios y se les envía a gobernar los mundos habitados en evolución.
50:0.2 (572.2) La señal para que un soberano del sistema emprenda la acción de asignar a un gobernante a un planeta determinado se produce en el momento en el que recibe la petición de los portadores de vida para que envíe a un responsable que se haga cargo de la administración del planeta, toda vez que han establecido la vida y han desarrollado seres evolutivos inteligentes. A todos los planetas habitados por criaturas mortales evolutivas se les asigna un gobernante planetario de este orden de filiación.
1. LA MISIÓN DE LOS PRÍNCIPES
50:1.1 (572.3) El príncipe planetario y sus hermanos asistentes constituyen el mayor acercamiento personal (aparte de la encarnación) que el Hijo Eterno del Paraíso puede tener a las humildes criaturas del tiempo y del espacio. Es verdad que el hijo creador, por medio de su espíritu, establece contacto con las criaturas de los mundos, pero el príncipe planetario es el último de los órdenes de Hijos personales que se extiende desde el Paraíso hasta los hijos de los hombres. El Espíritu Infinito, en las personas de los guardianes del destino y otros seres angélicos, tiene una gran proximidad a las criaturas del tiempo; el Padre Universal vive en el hombre mediante la presencia prepersonal de los mentores misteriosos; pero el príncipe planetario constituye ese afán postrero del Hijo Eterno y de sus Hijos por acercarse a vosotros. En un mundo de reciente habitación, el príncipe planetario es el único representante completamente divino, nacido del hijo creador (vástago del Padre Universal y del Hijo Eterno) y de la benefactora divina del universo (la Hija del Espíritu Infinito).
50:1.2 (572.4) El príncipe de un mundo recientemente habitado está rodeado de un leal colectivo de ayudantes y asistentes y de un gran número de espíritus servidores. El colectivo a cargo de estos mundos nuevos debe pertenecer a órdenes de rango inferior al de los administradores de un sistema a fin de que sean, de manera innata, compasivos y comprensivos ante los problemas y las dificultades planetarias; si bien, todo este esfuerzo por proporcionar a los mundos evolutivos un gobierno solidario implica una mayor probabilidad de que estos seres personales, casi humanos, puedan descarriarse por la exaltación de su propia mente y erigirse por encima de la voluntad de los gobernantes supremos.
50:1.3 (572.5) Al estar totalmente solos como representantes de carácter divino en los distintos planetas, estos Hijos están sometidos a duras pruebas, y Nebadón, desgraciadamente, ha sufrido varias rebeliones. En la creación de los soberanos de los sistemas y de los príncipes planetarios se produce la manifestación personal de un concepto que se ha ido distanciando cada vez más del Padre Universal y del Hijo Eterno, y existe el riesgo creciente de que se pierda el sentido de las proporciones respecto a la propia importancia, y de una mayor probabilidad de ser incapaz de comprender verdaderamente los valores y la relaciones de los numerosos órdenes de seres divinos y de su gradación jerárquica. El hecho de que el Padre no esté presente de manera personal en el universo local impone, igualmente, a todos estos Hijos una cierta prueba de fe y lealtad.
50:1.4 (573.1) Pero estos príncipes de los mundos normalmente no fracasan en su labor de organizar y administrar las esferas habitadas, y su éxito facilita, considerablemente, las misiones posteriores de los hijos materiales, que llegan para implantar en los hombres primitivos de los mundos las formas más elevadas de vida creatural. Su gobierno también contribuye considerablemente a preparar a los planetas para los Hijos de Dios del Paraíso, que acuden con posterioridad para juzgar a los mundos e inaugurar las sucesivas dispensaciones.
2. LA ADMINISTRACIÓN PLANETARIA
50:2.1 (573.2) En el universo, todos los príncipes planetarios están bajo la jurisdicción administrativa de Gabriel, el mandatario en jefe de Miguel, mientras que en cuanto a autoridad inmediata, lo están bajo la acción ejecutiva de los soberanos del sistema.
50:2.2 (573.3) Los príncipes planetarios pueden necesitar, en cualquier momento, el asesoramiento de los melquisedecs, sus antiguos instructores y tutores, pero no se les insta a que soliciten dicha asistencia de forma arbitraria, y si esta no se solicita voluntariamente, los melquisedecs no interfieren en la administración del planeta. Estos gobernantes de los mundos pueden también recurrir al asesoramiento de los veinticuatro consejeros seleccionados de los mundos de gracia del sistema. En Satania, estos consejeros son todos actualmente nativos de Urantia. En la sede de la constelación, existe un consejo análogo de setenta consejeros igualmente seleccionados de entre los seres evolutivos de los mundos.
50:2.3 (573.4) El gobierno de los planetas evolutivos durante sus agitados comienzos es en gran medida autocrático. Los príncipes planetarios organizan grupos especiales de asistentes a partir del colectivo de ayudantes planetarios que lo acompaña. Normalmente, se rodean de un consejo supremo de doce miembros, pero el modo en el que este se elige y constituye varía en los diferentes mundos. Un príncipe planetario también puede tener como asistente a uno o más miembros del tercer orden de su propio grupo de filiación y, a veces, en ciertos mundos, a un compañero de su mismo rango, a un lanonandec secundario.
50:2.4 (573.5) En su totalidad, la comitiva de un gobernante mundial está integrada por seres personales del Espíritu Infinito, al igual que por ciertas clases de seres evolucionados de orden superior y por mortales ascendentes procedentes de otros mundos. Por término medio, esta comitiva consta de unos mil seres y, a medida que el planeta progresa, el número de ayudantes puede aumentar hasta cien mil o más. En cualquier momento en que surja la necesidad de más ayudantes, los príncipes planetarios solo tienen que solicitarlos a sus hermanos, los soberanos del sistema, y, de inmediato, se les concede su petición.
50:2.5 (573.6) En naturaleza, organización y administración, los planetas presentan grandes variaciones, pero todos disponen de tribunales de justicia. El sistema judicial de un universo local tiene sus comienzos en los tribunales del príncipe planetario, que están presididos por un miembro de su comitiva personal. Los decretos de estos tribunales reflejan una actitud sumamente paternal y discrecional. Todos los problemas que implican más de lo reglamentado en cuanto a los habitantes planetarios están sujetos a apelación ante los tribunales superiores, pero los asuntos pertenecientes al entorno del mundo del príncipe, se regulan en gran parte de acuerdo a su discreción personal.
50:2.6 (574.1) Las comisiones itinerantes de conciliadores sirven y complementan a los tribunales planetarios, y tanto los rectores espirituales como los controladores físicos están sujetos a las conclusiones de estos conciliadores. Pero ningún plan de acción se lleva a cabo arbitrariamente sin el consentimiento del Padre de la constelación, porque los “Altísimos gobiernan en los reinos de los hombres”.
50:2.7 (574.2) Los controladores y transformadores asignados a los planetas pueden también colaborar con los ángeles y con otros órdenes de seres celestiales haciendo visibles a estos seres personales para las criaturas mortales. En ocasiones especiales, los ayudantes seráficos e incluso los melquisedecs pueden hacerse visibles para los habitantes de los mundos evolutivos, como efectivamente hacen. La principal razón para llevar ascendentes mortales de la capital del sistema como parte de la comitiva del príncipe planetario es facilitar la comunicación con los habitantes de dichos mundos.
3. LA COMITIVA CORPÓREA DEL PRÍNCIPE
50:3.1 (574.3) Cuando se dirige a un mundo joven, el príncipe planetario lleva generalmente consigo a un grupo de seres ascendentes voluntarios de la sede del sistema local. Estos seres ascendentes acompañan al príncipe en calidad de asesores y ayudantes en la labor de dar comienzo a la mejora de las razas. Este colectivo de ayudantes materiales constituye el nexo de unión entre el príncipe y las razas de los mundos. Caligastia, el príncipe de Urantia, llevaba un contingente de cien ayudantes de este tipo.
50:3.2 (574.4) Estos asistentes voluntarios son ciudadanos de la capital del sistema; ninguno de ellos está fusionado con su modelador interior. El estatus de los modeladores de dichos servidores voluntarios continúa siendo el de residentes de la sede del sistema mientras estos progresadores morontiales retoman temporalmente su anterior estado material.
50:3.3 (574.5) Los portadores de vida, los arquitectos de la forma, proporcionan a dichos voluntarios los nuevos cuerpos físicos en los que habitarán durante los períodos de su estancia en el planeta. Estas formas personales, aunque exentas de las enfermedades comunes de los mundos están, como los cuerpos morontiales incipientes, sujetas a ciertos accidentes de naturaleza mecánica.
50:3.4 (574.6) Normalmente, se retira del planeta a la comitiva corpórea del príncipe en conexión con el siguiente juicio que tiene lugar en el momento de la llegada a la esfera del segundo Hijo. Antes de partir, es habitual que asignen a sus mutuos vástagos y a ciertos nativos voluntarios de orden superior los diversos cometidos que les eran propios. En esos mundos, en los que estos ayudantes del príncipe han sido autorizados para emparejarse con los grupos superiores de las razas nativas, es dicha progenie la que generalmente los reemplaza.
50:3.5 (574.7) Los asistentes del príncipe planetario rara vez se emparejan con las razas del mundo, sino siempre entre ellos mismos. De estas uniones resultan dos clases de seres: el tipo primario de criaturas intermedias y ciertos tipos elevados de seres materiales que permanecen adscritos a la comitiva del príncipe una vez que en el momento de la llegada de Adán y de Eva se retira del planeta a sus progenitores. Estos hijos no se emparejan con las razas mortales, salvo en el caso de ciertas situaciones de emergencia y, únicamente, por indicación del príncipe planetario. En tal circunstancia, sus hijos —los nietos de la comitiva corpórea— gozan del mismo estatus que las razas mejor dotadas de su época y generación. En todos los vástagos de los asistentes del príncipe planetario habita el modelador.
50:3.6 (575.1) Al final de la dispensación del príncipe, cuando llega el momento en que esta “comitiva de reversión” ha de retornar a la sede del sistema para reanudar su andadura hacia el Paraíso, estos seres ascendentes se presentan ante los portadores de vida para entregar sus cuerpos materiales. Entran en el sueño de transición y se despiertan libres de su vestimenta mortal y envueltos en las formas morontiales, listos para el transporte seráfico de vuelta a la capital del sistema, donde los aguardan los modeladores de los que se separaron. Se hallan una dispensación completa por detrás de su grupo de Jerusem, pero han adquirido una experiencia única y extraordinaria, un raro capítulo en la andadura de un mortal ascendente.
4. LAS SEDES CENTRALES Y LAS ESCUELAS PLANETARIAS
50:4.1 (575.2) La comitiva corpórea del príncipe comienza pronto a organizar las escuelas planetarias de formación y cultura, en las que se instruye a lo más selecto de las razas evolutivas para enviarlos luego a enseñar estas mejores costumbres a su pueblo. Estas escuelas del príncipe están situadas en la sede material del planeta.
50:4.2 (575.3) La comitiva corpórea realiza gran parte del trabajo físico relacionado con el establecimiento de esta ciudad sede. Dichas ciudades sede, o asentamientos, de los primeros tiempos del príncipe planetario son muy diferentes de lo que un mortal de Urantia pudiera imaginar. En comparación con eras posteriores, son sencillas y se caracterizan por una ornamentación de tipo mineral y por una construcción material relativamente avanzada. Y todo esto contrasta con el régimen adánico, centrado en torno a una sede jardín, desde la que su labor en favor de las razas prosigue durante la segunda dispensación de los Hijos del universo.
50:4.3 (575.4) En el asentamiento sede de vuestro mundo, todos los habitáculos humanos disponían de bastante terreno. Aunque las remotas tribus seguían cazando y buscando alimentos, los estudiantes y maestros de las escuelas del príncipe eran todos agricultores y horticultores. El tiempo se dividía casi por igual entre las ocupaciones siguientes:
50:4.4 (575.5) 1. Labor física. El cultivo de la tierra, relacionado con la construcción y el embellecimiento de viviendas.
50:4.5 (575.6) 2. Actividades sociales. Representación de obras y agrupaciones socioculturales.
50:4.6 (575.7) 3. Educación aplicada. Instrucción individual relacionada con la enseñanza a grupos de familias, complementada por clases de formación especializada.
50:4.7 (575.8) 4. Formación vocacional. Escuelas de matrimonio y tareas domésticas, escuelas de arte y oficios y clases para la formación de los maestros —seglares, culturales y religiosos—.
50:4.8 (575.9) 5. Cultura espiritual. La fraternidad de los maestros, la ilustración de la infancia y de los grupos juveniles y la formación de los hijos nativos adoptados como misioneros para su pueblo.
50:4.9 (575.10) El príncipe planetario no es visible para los seres mortales; es una prueba de fe creer las declaraciones de los seres semimateriales de su comitiva. Pero estas escuelas de cultura y formación están bien adaptadas a las necesidades de cada planeta, y pronto surge entre las razas de los hombres una entusiasta y encomiable rivalidad en sus denuedos por conseguir la admisión a estas distintas instituciones de enseñanza.
50:4.10 (575.11) Desde este centro mundial de cultura y logro se irradia, paulatinamente, a todos los pueblos, una influencia edificante y civilizadora que de forma lenta y segura transforma a las razas evolutivas. Mientras tanto, los niños, instruidos y espiritualizados, de los pueblos aledaños que se adoptaron y educaron en las escuelas del príncipe regresan a sus grupos nativos y, en la medida de su capacidad, establecen allí nuevos e influyentes centros de enseñanza y cultura, que dirigen en conformidad con el plan de las escuelas del príncipe.
50:4.11 (576.1) En Urantia, estos planes para el progreso del planeta y el desarrollo cultural iban bien encaminados, se desarrollaban de forma muy satisfactoria, hasta que la adhesión de Caligastia a la rebelión de Lucifer puso fin de forma bastante brusca y oprobiosa a todo este proyecto.
50:4.12 (576.2) Para mí, uno de los episodios más profundamente impactantes de esta rebelión fue conocer la cruel perfidia de Caligastia, un miembro de mi propia orden de filiación, que con deliberación y alevosía distorsionó sistemáticamente la forma de instrucción y adulteró las enseñanzas que se impartían en todas las escuelas planetarias de Urantia, operativas en esa época. El completo colapso de estas escuelas no tardó en producirse.
50:4.13 (576.3) Muchos de los vástagos de los seres ascendentes pertenecientes a la comitiva materializada del príncipe se mantuvieron leales, desertando de las filas de Caligastia. Los síndicos melquisedecs de Urantia alentaron a estos seres leales y, en tiempos posteriores, sus descendientes hicieron mucho por defender los conceptos planetarios de la verdad y de la rectitud. La labor de estos leales evangelistas contribuyó a prevenir la total erradicación de la verdad espiritual en Urantia. Estas valerosas almas y sus descendientes mantuvieron vivo algún conocimiento sobre el gobierno del Padre y conservaron para las razas del mundo el concepto de las sucesivas dispensaciones planetarias de los distintos órdenes de Hijos divinos.
5. EL PROGRESO DE LA CIVILIZACIÓN
50:5.1 (576.4) Los príncipes leales de los mundos habitados están adscritos de forma permanente a los planetas a los que originariamente fueron asignados. Los Hijos del Paraíso y sus dispensaciones pueden ir sucediendo, pero un príncipe planetario triunfante continúa siendo el gobernante de su mundo. Su labor, del todo independiente de las misiones de los Hijos de superior rango, tiene como objeto fomentar el desarrollo de la civilización planetaria.
50:5.2 (576.5) En cuanto al progreso de la civilización, apenas hay parecido entre dos planetas cualesquiera. Los aspectos específicos del despliegue evolutivo de los mortales difieren en los distintos y numerosos mundos. No obstante, pese a esta diversificación plural del desarrollo planetario en sus características físicas, intelectuales y sociales, todas las esferas evolutivas progresan según indicaciones bien precisas.
50:5.3 (576.6) Bajo el benevolente gobierno de un príncipe planetario, fortalecido por los hijos materiales y reforzado por las misiones periódicas de los Hijos del Paraíso, las razas mortales de un mundo de tipo medio del espacio y del tiempo pasarán consecutivamente, en su desarrollo, por las siguientes siete épocas:
50:5.4 (576.7) 1. La época de la nutrición. Las criaturas prehumanas y las razas precursoras del hombre primitivo se preocupan primordialmente de los problemas de la alimentación. Estos seres evolutivos dedican su tiempo de vigilia a buscar alimento o a luchar, tanto de forma ofensiva como defensiva. La búsqueda del alimento es vital para las mentes de estos primitivos antepasados de la civilización posterior.
50:5.5 (576.8) 2. La era de la seguridad. En cuanto al cazador primitivo le queda algún tiempo libre de su búsqueda de alimentos, lo dedica a incrementar su seguridad. Cada vez se presta más atención a las técnicas de guerra. Se fortifican las viviendas y se afianzan los lazos de unión entre clanes mediante el mutuo temor e inculcando el odio a los grupos ajenos. El instinto de preservación siempre sigue al sustento de sí mismo.
50:5.6 (577.1) 3. La era del confort material. Una vez que se solucionan parcialmente los problemas de alimentación y se alcanza un cierto grado de seguridad, el tiempo de ocio sobrante se usa para conseguir confort personal. El lujo y la necesidad rivalizan por convertirse en el centro de atención de la actividad humana. Con demasiada frecuencia, esta era se caracteriza por la tiranía, la intolerancia, la gula y la embriaguez. Los miembros peor dotados de las razas se inclinan por los excesos y la brutalidad. Paulatinamente, en una civilización que avanza, los peor dotados que están a la búsqueda del placer se subyugan a los grupos mejor dotados y amantes de la verdad.
50:5.7 (577.2) 4. La búsqueda del conocimiento y de la sabiduría. El alimento, la seguridad, el placer y el ocio sientan las bases para el desarrollo de la cultura y para la difusión del conocimiento. El esfuerzo por llevar el conocimiento a la práctica da como resultado la sabiduría, y la civilización hace verdaderamente su aparición cuando una cultura aprende a beneficiarse y a mejorar por medio de la experiencia. El alimento, la seguridad y el confort material tienen todavía predominancia en la sociedad, pero muchos seres con visión de futuro tienen hambre de conocimiento y sed de sabiduría. Todos los niños tienen la oportunidad de aprender haciendo; la educación es el lema de estas eras.
50:5.8 (577.3) 5. La época de la filosofía y la fraternidad. Cuando los mortales aprenden a pensar y empiezan a beneficiarse de la experiencia, se vuelven filosóficos —comienzan a razonar en su interior y a realizar un juicio crítico—. En esta era, la sociedad se hace ética y los mortales se convierten realmente en seres morales. En tal mundo de progreso, los seres morales y de sabiduría están capacitados para instaurar la fraternidad humana. Los seres éticos y morales aprenden a vivir siguiendo la regla de oro.
50:5.9 (577.4) 6. La era de la conquista espiritual. Cuando los mortales evolutivos han pasado en su desarrollo por las etapas física, intelectual y social, tarde o temprano alcanzan esos niveles de percepción personal que los impulsan a buscar la satisfacción espiritual y el entendimiento cósmico. La religión está finalizando su recorrido ascendente desde los ámbitos emocionales del temor y de la superstición hasta los niveles superiores de la sabiduría cósmica y de la experiencia espiritual personal. Con la educación se aspira a la percepción de los contenidos y con la cultura se llegan a comprender las relaciones cósmicas y los auténticos valores. Estos mortales evolutivos son genuinamente cultos, verdaderamente instruidos y excelentes conocedores de Dios.
50:5.10 (577.5) 7. La era de luz y vida. Es el florecimiento de las sucesivas eras de seguridad física, expansión intelectual, cultura social y consecución espiritual. Estos logros humanos ahora se combinan, relacionan y coordinan en una unidad cósmica y en un servicio desinteresado. Dentro de las limitaciones de la naturaleza finita y de las dotes materiales, no hay fronteras en cuanto a las posibilidades de logro evolutivo, que se abren ante las generaciones en su camino de avance y que viven sucesivamente en estos mundos excelsos y estables del tiempo y del espacio.
50:5.11 (577.6) Tras prestar servicios en sus esferas durante las continuadas dispensaciones de la historia del mundo y durante las épocas de progreso y avance planetarios, a los príncipes planetarios, llegado el momento de inaugurarse la era de luz y vida de estas esferas, se les asciende al rango de soberanos planetarios
6. LA CULTURA PLANETARIA
50:6.1 (578.1) El aislamiento de Urantia hace imposible que podamos dar muchos detalles sobre la descripción de la vida y del medio ambiente de vuestros vecinos de Satania. En estas exposiciones nos encontramos limitados tanto por la cuarentena planetaria como por el aislamiento del sistema. Toda nuestra tarea de informar a los mortales de Urantia ha de guiarse por estas restricciones; si bien, dentro de lo que está permitido, se os ha dado a conocer el progreso de un mundo evolutivo de tipo medio, y podéis comparar el camino seguido en ese mundo con la condición actual de Urantia.
50:6.2 (578.2) El desarrollo de la civilización en Urantia no ha sido diferente del de otros mundos que han padecido el infortunio del aislamiento espiritual. Pero si se le compara con los mundos leales del universo, vuestro planeta manifiesta una gran confusión y un enorme retraso en todas las etapas relativas al progreso intelectual y al logro espiritual.
50:6.3 (578.3) Vosotros los urantianos, debido a vuestras desdichas planetarias, no es mucho lo que podéis alcanzar a comprender de la cultura de los mundos normales. Pero no debéis imaginar a los mundos evolutivos, ni siquiera a los más perfectos, como esferas en las que la vida se desarrolla de forma plácida como en un lecho de flores. La vida inicial de las razas mortales siempre viene acompañada de lucha. El esfuerzo y la decisión son componentes esenciales de la adquisición de los valores de supervivencia.
50:6.4 (578.4) La cultura presupone calidad de mente; la cultura no puede prosperar al menos que la mente consiga un mayor grado de excelencia. El intelecto de orden superior intentará formar una cultura noble y encontrará algún modo de lograr esa meta. Las mentes menos dotadas despreciarán la cultura superior aunque se les ofrezca ya formada. Mucho depende también de las misiones consecutivas de los Hijos divinos y del conocimiento que se adquiere en las eras de sus respectivas dispensaciones.
50:6.5 (578.5) No debéis olvidar que todos los mundos de Satania llevan doscientos mil años bajo la proscripción espiritual de parte de Norlatiadec como resultado de la rebelión de Lucifer. Y han de pasar muchas eras hasta que se puedan superar los impedimentos sobrevenidos por el pecado y la secesión. Vuestro mundo todavía prosigue una trayectoria irregular y accidentada a causa de la doble tragedia que significó la rebeldía de un príncipe planetario y la transgresión de un hijo material. Ni siquiera el ministerio de gracia de Cristo Miguel en Urantia logró evadirse inmediatamente de las consecuencias temporales que tuvo esta grave equivocación para la administración temprana del mundo.
7. LAS RECOMPENSAS DEL AISLAMIENTO
50:7.1 (578.6) En primera instancia, podría parecer que Urantia y los mundos similarmente aislados son bastante desafortunados al verse privados de la presencia y de la influencia beneficiosa de seres personales sobrehumanos tales como un príncipe planetario y un hijo o una hija materiales. No obstante, el aislamiento de estas esferas proporciona a sus razas una oportunidad única para ejercitar la fe y para desarrollar un excepcional grado de confianza en la fiabilidad cósmica, que no depende de la vista ni de otras consideraciones materiales. Al final, puede resultar que las criaturas mortales procedentes de los mundos en cuarentena debido a la rebelión sean, mayormente, afortunadas. Nos hemos percatado de que a estos seres ascendentes se les encomiendan muy pronto numerosas misiones especiales como parte de iniciativas cósmicas, cuyo logro se fundamenta en algo esencial: una fe incuestionable y una confianza sublime.
50:7.2 (579.1) En Jerusem, los seres ascendentes de estos mundos aislados tienen su propio sector residencial y se les conoce con el nombre de “agondontes”, lo que significa criaturas evolutivas de voluntad que pueden creer sin ver, perseverar cuando están aisladas y vencer, incluso estando solas, dificultades insuperables. Los agondontes conforman convenientemente un grupo que persiste a lo largo de todo el ascenso del universo local y la travesía del suprauniverso; desaparece durante la estancia en Havona, pero vuelve a reaparecer de inmediato al alcanzar el Paraíso para persistir de forma definitiva en el colectivo final de los mortales. Tabamantia es un agondonte con la condición de finalizador; es un superviviente procedente de una de las esferas en cuarentena que estuvieron involucradas en la primera rebelión acaecida en los universos del tiempo y del espacio.
50:7.3 (579.1) A través de toda la trayectoria de camino al Paraíso, al esfuerzo le sigue su recompensa, como a la causa su resultado. Estas recompensas destacan individualmente a unos seres respecto al promedio, proporcionan diferentes experiencias a las criaturas y, en el colectivo de finalizadores, contribuyen a la versatilidad de sus actuaciones últimas.
50:7.4 (579.1) [Exposición de un hijo lanonandec secundario del colectivo de reserva.]
Escrito 51
Los adanes planetarios
51:0.1 (580.1) Durante la dispensación de un príncipe planetario, el hombre primitivo alcanza el límite de su desarrollo evolutivo natural, y este logro biológico indica al soberano del sistema el momento de enviar a ese mundo al segundo orden de filiación: a los mejoradores biológicos. Estos Hijos, dado que hay dos de ellos —el hijo material y la hija material—, normalmente se conocen en los planetas como “Adán y Eva". Adán es el hijo material primigenio de Satania, y aquellos que acuden a los mundos del sistema como mejoradores biológicos llevan siempre el nombre de dicho Hijo primero y primigenio del singular orden al que pertenecen.
51:0.2 (580.2) Estos Hijos constituyen el don material del hijo creador a los mundos habitados. Junto con el príncipe planetario, permanecen en el planeta que se les ha asignado durante todo el curso evolutivo de dicha esfera. Esta aventura no conlleva mucho riesgo en un mundo con un príncipe planetario, pero en un planeta apóstata, en un lugar sin gobernante espiritual y privado de comunicación interplanetaria, tal misión entraña un grave peligro.
51:0.3 (580.3) Aunque no podéis albergar la esperanza de conocer todo en torno a la labor que realizan estos Hijos en todos los mundos de Satania y en otros sistemas, en otros escritos se describe más plenamente la vida y experiencias de esta fascinante pareja, Adán y Eva, miembro del colectivo de mejoradores biológicos de Jerusem, que acudió a Urantia para la elevación de sus razas. Aunque no se cumplieron por completo los planes para este mejoramiento de vuestras razas autóctonas, la misión de Adán no fue del todo en vano; Urantia se ha beneficiado de forma inconmensurable del don otorgado al mundo por Adán y Eva; entre sus semejantes y en los consejos en las alturas, su labor no se considera una total pérdida.
1. ORIGEN Y NATURALEZA DE LOS HIJOS MATERIALES DE DIOS
51:1.1 (580.4) Los hijos e hijas materiales o sexuados son vástagos del hijo creador; el espíritu materno del universo no participa en la creación de estos seres destinados a realizar su cometido en los mundos evolutivos en calidad de mejoradores físicos.
51:1.2 (580.5) Este orden material de filiación no es homogéneo en todo el universo local. En cada sistema local, el hijo creador da origen solamente a una pareja de estos seres; estas parejas primigenias, al tener que adaptarse al patrón de vida de sus respectivos sistemas, son de diversa naturaleza. Esto es una condición necesaria puesto que, de otra manera, el potencial reproductor de los adanes no sería de utilidad respecto al de los seres mortales evolutivos de los mundos de cualquier sistema concreto. El adán y eva que vinieron a Urantia provenían de la pareja primigenia de hijos materiales de Satania.
51:1.3 (580.6) La altura de los hijos materiales varía entre los dos metros y medio y los tres metros, y sus cuerpos resplandecen con un halo de luz radiante de tonalidad violeta. Aunque circula sangre material por sus cuerpos materiales, están igualmente repletos de energía divina y saturados con luz celestial. Estos hijos materiales (los adanes) e hijas materiales (las evas) son iguales entre sí; difieren tan solo en su naturaleza reproductora y en ciertas dotes químicas. Son iguales pero diferenciados, masculino y femenino —complementarios por lo tanto— y están concebidos para servir en pareja en casi todas sus misiones.
51:1.4 (581.1) Los hijos materiales disfrutan de una doble nutrición; realmente tienen doble naturaleza y constitución, al participar de la energía materializada tal como lo hacen los seres físicos de los mundos, a la vez que mantienen plenamente su existencia inmortal mediante la ingestión directa y natural de ciertas energías cósmicas. Si fracasan en alguna misión o incluso si se rebelan de forma consciente y deliberada, este orden de Hijos queda aislado, desconectado de la fuente de luz y vida del universo. En ese momento, se vuelven prácticamente seres materiales, destinándoseles a seguir el curso de la vida material en el mundo que se les ha asignado y obligándoseles a contar con el fallo de los magistrados de los universos. La muerte física finalmente acabará con la andadura planetaria de unos hijos o hijas materiales tan desacertados e insensatos.
51:1.5 (581.2) Los adanes y las evas primigenios, o creados de forma directa, están inherentemente dotados de inmortalidad, al igual que todos los demás órdenes de filiación del universo local, pero sus hijos e hijas se caracterizan por la disminución del potencial de inmortalidad. Esta pareja primigenia no puede transmitir inmortalidad incondicionada a los hijos e hijas que han procreado. Su progenie depende, para continuar con la vida, de que estén sincronizados intelectualmente y de forma ininterrumpida con la vía circulatoria de la gravedad mental del Espíritu. Desde el comienzo del sistema de Satania, se han perdido trece adanes planetarios por rebelión y transgresión, y 681 204 en puestos subordinados de confianza. La mayoría de estas deserciones se produjeron en la época de la rebelión de Lucifer.
51:1.6 (581.3) Mientras viven como ciudadanos permanentes en las capitales de los sistemas, incluso cuando actúan en misiones en las que descienden a los planetas evolutivos, los hijos materiales no poseen modelador del pensamiento, pero, a través de estos mismos servicios que prestan, adquieren la capacidad experiencial para ser morada de un modelador y partícipes de la andadura de ascensión al Paraíso. Estos seres tan extraordinarios y tan magníficamente útiles constituyen el eslabón que vincula el mundo espiritual con el mundo físico. Se encuentran en las sedes de los sistemas, donde se reproducen y se comportan como ciudadanos materiales de su entorno y, desde aquí, se envían a los mundos evolutivos.
51:1.7 (581.4) A diferencia de otros Hijos creados para el servicio planetario, este orden material de filiación no es, por naturaleza, invisible para criaturas materiales como los habitantes de Urantia. Estos Hijos de Dios se pueden ver y entender, y ellos pueden, a su vez, mezclarse de hecho con las criaturas del tiempo, incluso podrían procrear con ellas, aunque esta tarea de mejoramiento biológico recae, por lo general, en la progenie de los adanes planetarios.
51:1.8 (581.5) En Jerusem, los fieles hijos de cualquier adán y eva son inmortales, pero los vástagos de un hijo e hija materiales procreados con posterioridad a su llegada a un planeta evolutivo no son de la misma manera inmunes a la muerte natural. Cuando se rematerializa a estos Hijos en un mundo evolutivo con un fin reproductor, ocurre un cambio en el mecanismo trasmisor de la vida. Los portadores de vida deliberadamente privan a los adanes y las evas planetarios de la facultad de engendrar hijos e hijas inmortales. Si no se rebelan, un adán y una eva en misión planetaria pueden vivir de forma indefinida, pero sus hijos, dentro de ciertos límites, experimentan una longevidad que disminuye al paso de cada generación.
2. EL TRASLADO DE LOS ADANES PLANETARIOS
51:2.1 (582.1) Al recibir la noticia de que otro mundo habitado ha alcanzado la cumbre de su evolución física, el soberano del sistema reúne en la capital de dicho sistema al colectivo de hijos e hijas materiales; y tras analizar las necesidades de este mundo evolutivo, se selecciona, de entre el grupo de voluntarios, a dos miembros —un adán y una eva del colectivo de mayor rango y experiencia de los hijos materiales— para emprender tal aventura, someterse al profundo sueño preparatorio a fin de ser envueltos en un serafín y ser transportados desde su hogar, en donde sirven de forma conjunta, a un mundo nuevo, con nuevas oportunidades y nuevos peligros.
51:2.2 (582.2) Los adanes y las evas son criaturas semimateriales y, como tales, los serafines no los pueden transportar. Antes de poder viajar en un serafín para su traslado al mundo de destino, deben someterse en la capital del sistema a la desmaterialización. Los serafines transportadores son capaces de efectuar en los hijos materiales y en otros seres semimateriales unos cambios que les permitan ser envueltos en el serafín y ser, pues, trasladados, a través del espacio, desde un mundo o un sistema a otro. Se necesitan unos tres días de tiempo regular para preparar este traslado, y se requiere la cooperación de un portador de vida para restablecer a esta criatura desmaterializada a su existencia normal, una vez llega a término su viaje en trasporte seráfico.
51:2.3 (582.3) A pesar de haber un procedimiento de desmaterialización para preparar a los adanes en su viaje desde Jerusem a los mundos evolutivos, no hay un método equivalente para sacarlos de dichos mundos, a menos que todo el planeta tenga que ser desalojado, en cuyo caso, se instauraría, de urgencia, este procedimiento de desmaterialización para toda la población salvable. Si alguna catástrofe de tipo físico acechara la morada planetaria de una raza en evolución, los melquisedecs y los portadores de vida seguirían dicho procedimiento para todos los supervivientes, y el transporte seráfico llevaría a estos seres al nuevo mundo dispuesto para que continuaran su existencia. La evolución de la raza humana, una vez iniciada en un mundo del espacio, debe continuar independiente por completo de la supervivencia física de ese planeta, pero durante las eras evolutivas no se concibe otra manera de que el adán y la eva planetarios abandonen el mundo que han elegido.
51:2.4 (582.4) Al llegar a su destino planetario, se rematerializa al hijo y a la hija material, bajo la dirección de los portadores de vida. Todo este proceso lleva de diez a veintiocho días de tiempo de Urantia. Durante todo el período de reconstrucción, continúan en la inconsciencia de la dormición seráfica. Cuando se ha completado la reconstitución del organismo físico, estos hijos e hijas materiales permanecen en sus nuevos hogares y en sus nuevos mundos prácticamente tal como estaban antes de someterse en Jerusem al proceso de desmaterialización.
3. LAS MISIONES ADÁNICAS
51:3.1 (582.5) En los mundos habitados, los hijos e hijas materiales construyen sus propios hogares ajardinados, siendo pronto ayudados por sus propios hijos. Por lo general, el príncipe planetario escoge el emplazamiento y su comitiva corpórea realiza, con la ayuda de muchos de los órdenes mejor dotados de las razas nativas, gran parte de los preparativos iniciales.
51:3.2 (583.1) Se llaman Jardines del Edén en honor de Edentia, la capital de la constelación, y debido a que se diseñan siguiendo la grandeza botánica del mundo-sede de los Padres Altísimos. Estos hogares ajardinados se emplazan, por lo general, en sectores apartados, en una zona cerca de los trópicos. Son creaciones extraordinarias en mundos ordinarios. No podéis haceros una idea de estos bellos centros de cultura partiendo del incompleto relato del malogrado desarrollo de tal proyecto en Urantia.
51:3.3 (583.2) Los adanes y las evas planetarios significan, en potencia, la plena dádiva de gracia física a las razas mortales. La actividad principal de esta pareja, venida de fuera, consiste en multiplicarse y elevar a los hijos del tiempo. Pero no hay, de forma inmediata, cruzamiento entre los seres del jardín y los seres del mundo; durante muchas generaciones Adán y Eva permanecen biológicamente separados de los mortales evolutivos, mientras desarrollan una raza fuerte a partir de su orden. En los mundos habitados, este es el origen de la raza violeta.
51:3.4 (583.3) El príncipe planetario y su comitiva realizan los planes destinados al avance de la raza y Adán y Eva los llevan a cabo. Y fue aquí donde vuestro hijo material y su compañera se encontraron con un gran inconveniente al llegar a Urantia. Caligastia se opuso astuta y contundentemente a la misión adánica; y, a pesar de que los síndicos melquisedecs de Urantia habían advertido oportunamente tanto a Adán como a Eva de los peligros planetarios consecuentes a la presencia del príncipe planetario rebelde. Este archirrebelde, mediante una astuta estratagema, se mostró más hábil que la pareja edénica y los incitó a la violación del pacto de responsabilidad que habían contraído como gobernantes visibles de vuestro mundo. El traidor príncipe planetario consiguió poner a vuestro adán y eva en una situación comprometida, pero fracasó en su intento de implicarlos en la rebelión de Lucifer.
51:3.5 (583.4) El quinto orden de ángeles, o ayudantes planetarios, está adscrito a la misión adánica y siempre acompaña a los adanes planetarios en sus aventuras en los mundos. El colectivo que, por lo general, se asigna inicialmente a esta misión suma unos cien mil. Cuando se precipitó de forma prematura la tarea de Adán y de Eva en Urantia, cuando se desviaron del plan establecido, fue una de las voces seráficas del Jardín la que les amonestó por su censurable conducta. Y vuestra narración de este suceso pone bien de manifiesto la tendencia de vuestras tradiciones planetarias a atribuir a Dios nuestro Señor todo lo sobrenatural. Debido a esto, los urantianos, a menudo se sienten confundidos acerca de la naturaleza del Padre Universal por habérsele atribuido a él, de forma tan generalizada, las palabras y actos de todos sus colaboradores y subordinados. En el caso de Adán y Eva, el ángel del Jardín no era otro que el jefe de los ayudantes planetarios entonces en servicio. Este serafín, Solonia, dio a conocer el malogro del plan divino y solicitó el regreso a Urantia de los síndicos melquisedecs.
51:3.6 (583.5) Las criaturas intermedias secundarias son connaturales a las misiones adánicas. Como ocurre con la comitiva corpórea del príncipe planetario, los descendientes de los hijos e hijas materiales son de dos clases: sus hijos físicos y el orden secundario de criaturas intermedias. Estos servidores planetarios materiales, aunque generalmente invisibles, contribuyen notablemente al avance de la civilización e incluso al sometimiento de minorías insubordinadas que traten de socavar el desarrollo social y el progreso espiritual.
51:3.7 (583.6) No se debe confundir a los seres intermedios secundarios con el orden primario de estos seres, que se remonta a los tiempos cercanos a la llegada del príncipe planetario. En Urantia, la mayoría de estas criaturas intermedias anteriores se unieron a la rebelión de Caligastia y, desde Pentecostés, han estado internados. Muchos seres del grupo adánico, que no permanecieron leales al gobierno planetario están igualmente internados.
51:3.8 (584.1) El día de Pentecostés, los seres intermedios primarios y secundarios leales se unieron de forma voluntaria y, desde entonces, han obrado en los asuntos del mundo como una unidad. Sirven bajo el liderazgo de seres intermedios leales elegidos alternativamente de ambos grupos.
51:3.9 (584.2) Cuatro órdenes filiales han visitado vuestro mundo: Caligastia, el príncipe planetario; Adán y Eva, hijos materiales de Dios; Maquiventa Melquisedec, el “sabio de Salem” en los días de Abraham; y Cristo Miguel, que vino como el Hijo del Paraíso en su ministerio de gracia. ¡Nada hubiese sido más hermoso y válido si a Miguel, el gobernante supremo del universo de Nebadón, lo hubieran recibido en vuestro mundo un príncipe planetario leal y eficiente y un hijo material devoto y triunfante! ¡Ambos podrían haber hecho tanto para potenciar la labor de vida y la misión del Hijo de gracia! Pero no todos los mundos han sido tan desafortunados como Urantia, ni las misiones de los adanes planetarios han sido siempre tan difíciles y tan arriesgadas. Cuando alcanzan el éxito, contribuyen al desarrollo de un gran pueblo, continuando como cabezas visibles de los asuntos planetarios incluso más allá de la era del asentamiento de ese mundo en luz y vida.
4. LAS SEIS RAZAS EVOLUTIVAS
51:4.1 (584.3) Durante las primeras eras de los mundos habitados, la raza dominante es la del hombre rojo, habitualmente la primera en alcanzar niveles humanos de desarrollo. Si bien, aunque el hombre rojo constituya la raza más antigua de los planetas, los pueblos de color que le siguen comienzan a surgir muy temprano en la era de la aparición de los mortales.
51:4.2 (584.4) Las primeras razas están, de alguna manera, mejor dotadas que las posteriores; el hombre rojo se sitúa muy por encima de la raza índigo o negra. Los portadores de vida confieren la dotación plena de las energías vivas a la raza inicial, o raza roja, y cada manifestación evolutiva sucesiva de un grupo distinto de mortales representa una variación a expensas de la dotación primigenia. Incluso la estatura de los mortales tiende a disminuir desde el hombre rojo hasta la raza índigo, aunque en Urantia, entre los pueblos verde y naranja, aparecieron estirpes inesperadas de gigantismo.
51:4.3 (584.5) En esos mundos que tienen las seis razas evolutivas, los pueblos mejor dotados son las razas primera, tercera y quinta —la roja, la amarilla y la azul—. Las razas evolutivas, por lo tanto, alternan en su capacidad para el crecimiento intelectual y el desarrollo espiritual, siendo la segunda, la cuarta y la sexta, en cierto modo, las menos dotadas. Estas razas secundarias son los pueblos que faltan en determinados mundos y aquellos que han sido exterminados en muchos otros. En Urantia, es de lamentar que hayáis perdido una buena parte de vuestros mejor dotados hombres azules, excepto por su persistencia en vuestra mezclada “raza blanca”. La pérdida de vuestros linajes naranja y verde no reviste gran importancia.
51:4.4 (584.6) La evolución de seis —o de tres— razas de color, aunque parezca empeorar la dotación primigenia del hombre rojo, proporciona ciertas variaciones muy convenientes en los grupos de mortales y permite la manifestación, de otra manera inalcanzable, de distintos potenciales humanos. Estas modificaciones son beneficiosas para el progreso de la humanidad en su conjunto, siempre que sean, con posterioridad, mejoradas por la introducción de la raza adánica o raza violeta. En Urantia no se llevó a cabo con amplitud este plan habitual de cruzamiento, y el fracaso en el cumplimiento del plan de evolución racial imposibilita que, partiendo de la observación de los restos de estas primeras razas en vuestro mundo, entendáis, en buena medida, la condición de estos pueblos en un típico planeta habitado.
51:4.5 (585.1) En los primeros días del desarrollo racial, existe una ligera tendencia entre los hombres rojos, los amarillos y los azules al cruzamiento; se da una inclinación similar a entremezclarse en las razas naranja, verde e índigo.
51:4.6 (585.2) Normalmente, las razas más adelantadas utilizan a los humanos más atrasados como obreros. Aquí radica el origen de la esclavitud en los planetas durante las primeras eras. Por lo general, los hombres rojos someten a los hombres naranjas y los reducen a la condición de sirvientes —a veces los exterminan—. Los hombres amarillos y los hombres rojos generalmente confraternizan, pero no siempre. La raza amarilla normalmente esclaviza a la verde, mientras que el hombre azul somete al índigo. Estas razas de hombres primitivos no les dan mayor importancia al hecho de utilizar los servicios de sus congéneres más atrasados en trabajos forzosos que la que le darían los urantianos al hecho de comprar y vender caballos y ganado.
51:4.7 (585.3) En la mayoría de los mundos, la servidumbre involuntaria no pervive a la dispensación del príncipe planetario, aunque sea todavía frecuente obligar a los deficientes mentales y a los delincuentes sociales a realizar trabajos no voluntarios. Pero, en todas las esferas normales, esta clase de esclavitud primitiva queda abolida poco después de la importada raza violeta o raza adánica.
51:4.8 (585.4) Estas seis razas evolutivas están destinadas a mezclarse y enaltecerse mediante el cruzamiento con la progenie de los mejoradores adánicos. Si bien, antes de que se mezclen estos pueblos, los menos dotados e inaptos quedan, en gran medida, excluidos. El príncipe planetario y el hijo material, junto con otras autoridades planetarias pertinentes, deciden sobre la aptitud adaptativa de los linajes reproductores. La dificultad de llevar a cabo, en Urantia, un programa tan radical se debe a la ausencia de expertos competentes que decidan sobre la adaptación o inadaptación biológica de los miembros de las razas de vuestro mundo. A pesar de este obstáculo, parece que deberíais ser capaces de estar de acuerdo con el apartamiento biológico de vuestros linajes más acentuadamente inaptos, deficientes, en declive degenerativo y antisociales.
5. CRUZAMIENTO RACIAL: LA DOTACIÓN DE LA SANGRE ADÁNICA
51:5.1 (585.5) Cuando un Adán y una Eva Planetarios llegan a un mundo habitado, sus superiores los han instruido plenamente sobre la mejor manera de llevar a efecto el mejoramiento de las razas de seres inteligentes que allí existen. El plan a seguir no es inflexible, se deja mucho del ministerio de esta pareja a su propio criterio, y los errores no son infrecuentes, especialmente en mundos como Urantia, con desórdenes e insurrección.
51:5.2 (585.6) Por lo general, los pueblos violetas no comienzan a mezclarse con los nativos del planeta hasta que su propio grupo no suma más de un millón de seres. Pero, entretanto, la comitiva del príncipe planetario proclama que los hijos de los Dioses han descendido, por así decirlo, para efectuar su unión con las razas de los hombres; y la gente espera anhelante la llegada de ese día en el que se les anuncie que aquellos cualificados como pertenecientes a estirpes raciales mejor dotadas pueden dirigirse al Jardín del Edén para ser elegidos por los hijos y las hijas de Adán, como padres y madres evolutivos de un nuevo orden humano que surge de la mezcla de razas.
51:5.3 (585.7) En mundos normales, el adán y la eva planetarios nunca se emparejan con las razas evolutivas. Esta labor de mejoramiento biológico es obra de la progenie adánica. Pero estos adanitas no salen a encontrarse con las razas; la comitiva del Príncipe trae al Jardín del Edén a los hombres y mujeres mejor dotados para que, de forma voluntaria, se emparejen con los vástagos adánicos. Y, en la mayoría de los mundos, ser elegido aspirante para emparejarse con los hijos y las hijas del jardín representa un gran honor.
51:5.4 (586.1) Por primera vez, aminoran las guerras raciales y las otras luchas tribales, al mismo tiempo que las razas del mundo pugnan cada vez más por alcanzar reconocimiento y admisión al jardín. En el mejor de los casos, solo podéis llegar a tener una mínima idea de cómo esta lucha competitiva pasa a ocupar en un planeta normal el centro de toda su actividad. En Urantia, todo este plan de mejoramiento de las razas se quebró prematuramente.
51:5.5 (586.2) La raza violeta es un pueblo monógamo, y todo hombre o mujer promete, al unirse con los hijos y las hijas adánicos, no tomar ninguna otra pareja e instruir a sus hijos o hijas en el emparejamiento único. Los hijos de cada una de estas uniones se educan y forman en las escuelas del príncipe planetario y, posteriormente, se les permite marchar a la raza de sus progenitores evolutivos, para desposarse allí con miembros de los grupos elegidos de mortales mejor dotados.
51:5.6 (586.3) Cuando este linaje de los hijos materiales se agrega a las razas en evolución de los mundos, se inicia una nueva era, una gran era en el progreso evolutivo. Tras este derramamiento procreador de capacidad y de rasgos supraevolutivos importados, sobrevienen una serie de rápidos avances en la civilización y en el desarrollo racial; en cien mil años se hacen más avances que en un millón de años de enfrentamientos previos. En vuestro mundo, a pesar de que se malograron los planes dispuestos, se ha efectuado un gran progreso desde el momento en que se produjo el don a vuestros pueblos del plasma vital de Adán.
51:5.7 (586.4) Pero aunque los hijos por línea pura del Jardín del Edén planetario puedan darse a los miembros mejor dotados de las razas evolutivas y, por lo tanto, elevar el nivel biológico de la humanidad, no resultaría beneficioso que estas estirpes de mortales de Urantia se emparejaran con las razas menos dotadas; proceder de forma tan insensata pondría en peligro toda la civilización de vuestro mundo. Al no haber logrado armonizar las razas según el método adánico, debéis ahora resolver vuestros problemas planetarios de mejoramiento racial mediante otros métodos, en gran parte humanos, de adaptación y de control.
6. EL RÉGIMEN EDÉNICO
51:6.1 (586.5) En la mayoría de los mundos habitados, los Jardines del Edén permanecen como magníficos centros culturales y continúan operativos era tras era como modelos sociales de proceder y uso planetarios. Incluso en los primeros tiempos, cuando los pueblos violetas están relativamente apartados, sus escuelas acogen a aspirantes idóneos provenientes de las razas del mundo; entretanto, con el desarrollo industrial del jardín se abren nuevas vías de intercambio comercial. Los adanes y las evas y su progenie contribuyen así a la repentina expansión de la cultura y al rápido mejoramiento de las razas evolutivas de sus mundos. Y el cruzamiento de las razas evolutivas y los hijos de Adán sirve de refuerzo y sella todas estas relaciones, teniendo como resultado la inmediata elevación del estatus biológico, el aumento del potencial intelectual y el realce de la receptividad espiritual.
51:6.2 (586.6) En los mundos normales, la sede jardín de la raza violeta se erige como segundo centro de la cultura mundial y, junto con la ciudad sede del príncipe planetario, marca la pauta del desarrollo de la civilización. A lo largo de los siglos, las escuelas de dicha ciudad sede y las escuelas jardín de Adán y de Eva son coetáneas. Por lo general, no están muy distantes entre sí, y cooperan armoniosamente en labores conjuntas.
51:6.3 (587.1) Pensad lo que significaría para vuestro mundo si en algún lugar del Levante hubiese un centro mundial de civilización, una gran universidad planetaria de la cultura, que hubiese estado operando de forma ininterrumpida durante 37 000 años. Y, de nuevo, deteneos a pensar cómo se reforzaría la autoridad moral de un centro tan antiguo gracias a la proximidad de otra sede más antigua dedicada al ministerio celestial, cuyas tradiciones ejercerían una importancia creciente de 500 000 años de armoniosa influencia evolutiva. Es la costumbre la que acaba por difundir a todo el mundo los ideales del Edén.
51:6.4 (587.2) Las escuelas de los príncipes planetarios se ocupan principalmente de la filosofía, de la religión, de la moral y de los logros intelectuales y artísticos de orden superior. Las escuelas jardín de Adán y Eva están normalmente dedicadas a las artes prácticas, al entrenamiento intelectual básico, a la cultura social, al desarrollo económico, a las relaciones comerciales, a la preparación física y al gobierno civil. Estos centros mundiales acaban por fusionarse, pero la verdadera vinculación a veces no ocurre hasta los tiempos del primer hijo magistrado.
51:6.5 (587.3) La existencia continuada del adán y eva planetarios, junto con el núcleo de la línea pura de la raza violeta, confiere un crecimiento estable a la cultura edénica en virtud de que llega a actuar, con el convincente valor de la tradición, sobre la civilización de un mundo. En estos hijos e hijas materiales inmortales, encontramos el último e indispensable eslabón que enlaza a Dios con el hombre, salvando el abismo casi infinito entre el Creador eterno y los más modestos seres personales finitos del tiempo. He aquí a un ser de elevado origen que es físico, material, incluso sexual como los mortales de Urantia, que puede ver y comprender al invisible príncipe planetario y desvelarlo a las criaturas mortales del mundo, porque los hijos y las hijas materiales son capaces de ver a todos los órdenes menores de seres espirituales; visualizan al príncipe planetario y a toda su comitiva, a los visibles y a los invisibles.
51:6.6 (587.4) Con el paso de los siglos, mediante el cruzamiento de su progenie con las razas de los hombres, estos mismos hijos e hijas materiales se llegan a aceptar como los ancestros comunes de la humanidad, como los padres que comparten los ahora mezclados descendientes de las razas evolutivas. Se pretende que los mortales que parten de un mundo habitado tengan la experiencia de reconocer a siete padres:
51:6.7 (587.5) 1. El padre biológico: el padre en la carne.
51:6.8 (587.6) 2. El padre del mundo: el adán planetario.
51:6.9 (587.7) 3. El padre de las esferas: el soberano del sistema.
51:6.10 (587.8) 4. El Padre Altísimo: el Padre de la constelación.
51:6.11 (587.9) 5. El Padre del universo: el hijo creador y gobernante supremo de las creaciones locales.
51:6.12 (587.10) 6. Los supra-Padres: los ancianos de días que gobiernan el suprauniverso.
51:6.13 (587.11) 7. El Padre Espiritual o Padre de Havona: el Padre Universal, que mora en el Paraíso y da su espíritu como dádiva para que viva y obre en las mentes de las modestas criaturas que habitan el universo de los universos.
7. ADMINISTRACIÓN CONJUNTA
51:7.1 (587.12) En ocasiones, los hijos avonales del Paraíso acuden a los mundos habitados para llevar a cabo actuaciones judiciales, pero el primer avonal en llegar en calidad de magistrado inaugura la cuarta dispensación del mundo evolutivo del tiempo y del espacio en el que hace aparición. En planetas donde se acepta de manera generalizada a dicho hijo magistrado, este permanece por una era; y, por consiguiente, el planeta prospera bajo el gobierno conjunto de tres Hijos: el príncipe planetario, el hijo material y el hijo magistrado; los dos últimos son visibles para todos los habitantes del mundo.
51:7.2 (588.1) Antes de que el primer hijo magistrado concluya su misión en un mundo evolutivo normal, ya se ha efectuado la unión de la labor educativa y administrativa del príncipe planetario y del hijo material. Esta fusión de la doble dirección de un planeta da origen a una administración del mundo de un orden nuevo y eficaz. Cuando el hijo magistrado parte, el adán planetario asume la dirección externa de la esfera. El hijo y la hija materiales actúan, pues, de forma conjunta en calidad de regidores del planeta hasta el asentamiento del mundo en la era de luz y vida; con lo cual, el príncipe planetario es elevado a la condición de soberano planetario. Durante esta era de progreso evolutivo, Adán y Eva se convierten en lo que se podría llamar presidentes conjuntos del mundo glorificado.
51:7.3 (588.2) En cuanto la nueva y consolidada capital del mundo evolutivo está bien establecida, y con la celeridad con la que se pueda formar adecuadamente a capaces regidores de menor rango, se fundan unas capitales secundarias en tierras distantes y entre los distintos pueblos. Antes de la llegada de otro Hijo para la inauguración de una dispensación, se habrán creado entre cincuenta y cien de estos centros secundarios.
51:7.4 (588.3) El príncipe planetario y su comitiva continúan fomentando los ámbitos de actividad espirituales y filosóficos. Adán y Eva prestan una atención especial a la condición física, científica y económica del mundo. Los dos grupos dedican por igual sus energías a promover las artes, las relaciones sociales y los logros intelectuales.
51:7.5 (588.4) En el momento de inaugurarse la quinta dispensación de los asuntos del mundo, ya se ha conseguido instaurar una magnífica administración de la actividad planetaria. La existencia mortal en una esfera tan bien regentada es, en efecto, estimulante y fructífera. Y ojalá pudiesen los urantianos observar la vida en un planeta así, pues de inmediato apreciarían el valor de aquellas cosas que su mundo ha perdido al abrazar el mal y participar en la rebelión.
51:7.6 (588.5) [Exposición de un hijo lanonandec secundario del colectivo de reserva.]
Escrito 52
Épocas planetarias de los mortales
52:0.1 (589.1) Desde el inicio de la vida en un planeta evolutivo hasta el momento en el que finalmente florece en la era de luz y vida, aparecen, dentro del contexto mundial, siete épocas relacionadas con el progreso de la vida humana. Estas sucesivas eras se definen con referencia a las misiones planetarias de los Hijos divinos, las cuales, en un mundo habitado de tipo medio, ocurren en el siguiente orden:
52:0.2 (589.2) 1. El hombre antes de la llegada del príncipe planetario.
52:0.3 (589.3) 2. El hombre tras la llegada del príncipe planetario.
52:0.4 (589.4) 3. El hombre tras la llegada de Adán.
52:0.5 (589.5) 4. El hombre tras la llegada del hijo magistrado.
52:0.6 (589.6) 5. El hombre tras la llegada del hijo de gracia.
52:0.7 (589.7) 6. El hombre tras la llegada del hijo preceptor.
52:0.8 (589.8) 7. La era de luz y vida.
52:0.9 (589.9) En el momento en el que son físicamente adecuados para la vida, los mundos del espacio constan en el registro de los portadores de vida y, a su debido tiempo, se envía a estos, a dichos planetas, con el propósito de dar inicio a la vida. A todo el período desde el comienzo de la vida hasta la aparición del hombre se le denomina era prehumana y antecede a las épocas que consecutivamente acontecen en la vida de los mortales y a las que aludiremos en la siguiente narración.
1. EL HOMBRE PRIMITIVO
52:1.1 (589.3) Desde el momento en que el hombre emerge del nivel animal —cuando puede decidir adorar al Creador— y hasta la llegada del príncipe planetario, a las criaturas mortales volitivas se les llaman hombres primitivos. Hay seis tipos fundamentales de razas de hombres primitivos, y estos primeros pueblos aparecen sucesivamente en el orden de los colores del espectro, comenzando con el rojo. El tiempo que lleva en tomar forma este desarrollo temprano de la vida varía considerablemente en los diferentes mundos, oscilando entre ciento cincuenta mil años y más de un millón de años del tiempo de Urantia.
52:1.2 (589.4) Las razas evolutivas de color —roja, naranja, amarilla, verde, azul e índigo— comienzan a aparecer en la época en la que el hombre primitivo está desarrollando un lenguaje simple y está comenzando a ejercitar la imaginación creativa. Llegado ese momento, el hombre está bien acostumbrado a permanecer en posición erguida.
52:1.3 (589.5) Los hombres primitivos son grandes cazadores y fieros luchadores. La ley de esta era es la supervivencia física de los más aptos; el gobierno de estos tiempos es enteramente tribal. En muchos mundos, durante las primeras luchas raciales, algunas de las razas evolutivas desaparecen, tal como aconteció en Urantia. Generalmente, las que logran sobrevivir terminan por mezclarse con los pueblos adánicos, esto es, con la raza violeta más tarde importada.
52:1.4 (589.6) A la luz de la civilización posterior, esta era del hombre primitivo constituye un episodio largo, sombrío y sangriento. La ética de la selva y la moral de los bosques primigenios no están en consonancia con las reglas de las dispensaciones posteriores de la religión revelada y su elevado desarrollo espiritual. En los mundos normales y no experimentales, esta época es muy diferente a la acontecida en Urantia, que está marcada por luchas dilatadas en el tiempo y extraordinariamente brutales. Cuando salgáis de ese primer mundo en el que vivís, empezaréis a daros cuenta de la causa de esta larga y dolorosa lucha que se entabla en los mundos evolutivos, y, a medida que avancéis en vuestra senda al Paraíso, más llegaréis a comprender la conveniencia de estos hechos, aparentemente extraños. No obstante, a pesar de todas las vicisitudes de las primeras eras de la aparición del ser humano, los logros del hombre primitivo representan un capítulo magnífico, incluso heroico, en los anales de los mundos evolutivos del tiempo y el espacio.
52:1.5 (590.1) El hombre evolutivo primitivo no es una criatura pintoresca. En general, estos mortales primitivos viven en cuevas o acantilados. También construyen cabañas rudimentarias en los grandes árboles. Antes de llegar a adquirir un elevado índice de inteligencia, los planetas en donde habitan se encuentran a veces invadidos de las clases más grandes de animales. Pero, temprano en esta era, los mortales aprenden a encender y a mantener el fuego y, con el incremento de la imaginación inventiva y de la mejora en las herramientas, el hombre evolutivo pronto somete a los animales de más tamaño y más difíciles de manejar. Las razas primitivas hacen igualmente un amplio uso de los animales voladores más grandes. Estas enormes aves son capaces de transportar a una o dos personas de tamaño medio durante un vuelo ininterrumpido de más de ochocientos kilómetros. En algunos planetas, estas aves son de gran utilidad al estar dotadas de un alto grado de inteligencia; a menudo, pueden incluso articular muchas palabras en los idiomas del mundo. Son bastante inteligentes, muy obedientes e increíblemente afectuosas. Hace tiempo que estas aves de pasajeros se extinguieron en Urantia, pero vuestros primeros ancestros disfrutaron de sus servicios.
52:1.6 (590.2) La adquisición por parte del hombre de juicio ético, de voluntad moral, coincide normalmente con la aparición del lenguaje primitivo. Al alcanzar el nivel humano, tras este emerger de la voluntad mortal, estos seres, se hacen receptivos a la morada temporal de los modeladores divinos y, cuando mueren, los arcángeles, cumplidamente, eligen a muchos de ellos como supervivientes y los confirman para su posterior resurrección y fusión con el Espíritu. Los arcángeles acompañan siempre a los príncipes planetarios, y el juicio de una dispensación del mundo es simultáneo a la llegada del príncipe.
52:1.7 (590.3) Todos los mortales en los que habita el modelador del pensamiento son adoradores en potencia; han sido “alumbrados por la verdadera luz” y poseen la capacidad de ir a la búsqueda de un encuentro mutuo con la divinidad. No obstante, la religión primitiva o biológica del hombre primitivo consiste, en su mayor parte, en la persistencia de un miedo animal instintivo acompañada de un asombro ignorante y de una superstición tribal. La supervivencia de la superstición en las razas de Urantia no dice mucho de vuestro desarrollo evolutivo ni es compatible con vuestros logros, por otra parte magníficos, en el ámbito del progreso material. Pero esta religión temprana del miedo responde a un propósito muy valioso porque sirve de freno al encendido temperamento de estas criaturas primitivas. Es la precursora de la civilización y el terreno en el que el príncipe planetario y sus asistentes plantarán después la semilla de la religión revelada.
52:1.8 (590.4) El príncipe planetario llega ordinariamente en unos cien mil años tras el momento en que el hombre logra la posición erguida; el soberano del sistema lo envía una vez que los portadores de vida le informan que la voluntad ha entrado en acción, aunque relativamente pocos han alcanzado este estado de desarrollo. Normalmente, el príncipe planetario y su comitiva visible tienen una buena acogida de parte de los mortales primitivos; de hecho, los miran a menudo con asombro y reverencia y, si no se les refrena, casi con adoración.
2. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL PRÍNCIPE PLANETARIO
52:2.1 (591.1) Con la llegada del príncipe planetario, empieza una nueva dispensación. El gobierno hace su aparición en la tierra y se llega a una época tribal avanzada. Durante algunos miles de años de este régimen, se llevan a cabo grandes progresos sociales. Durante esta época, en condiciones normales, los mortales consiguen un elevado estado de civilización. No continúan en la barbarie por tan largo período de tiempo como en el caso de las razas de Urantia. Si bien, la rebelión obra tales cambios en un mundo habitado, que es difícil que podáis llegar a tener alguna idea de lo que significa tener un régimen así en un planeta normal.
52:2.2 (591.2) La duración media de esta dispensación es de unos quinientos mil años, algunas veces más, otras veces menos. Durante esta era, el planeta se conecta e integra en las vías circulatorias del sistema, y se asigna a un contingente completo de ayudantes seráficos y de otros órdenes celestiales a su administración. Los modeladores del pensamiento acuden en un creciente número, y los guardianes seráficos aumentan su régimen de supervisión de los mortales.
52:2.3 (591.3) Cuando el príncipe planetario llega a un mundo primitivo, es la religión evolutiva del miedo y la ignorancia la que prevalece. El príncipe y su comitiva imparten las primeras revelaciones de la verdad superior y de la organización del universo de una manera sencilla y, por lo general, con relación a los asuntos del sistema local. Antes de la llegada del príncipe planetario, la religión sigue un proceso totalmente evolutivo. Luego, progresa de la mano tanto de las revelaciones sucesivas como del crecimiento evolutivo. Cada dispensación, cada una de las épocas en las que transcurre la existencia mortal, es perceptora de un relato ampliado de la verdad espiritual y de la ética religiosa. El desarrollo de la capacidad de los habitantes de un mundo en cuanto a su receptividad espiritual determina, notablemente, su grado de avance espiritual y la magnitud de esta revelación de naturaleza religiosa.
52:2.4 (591.4) En cada una de estas dispensaciones se asiste a un amanecer espiritual, y las diferentes razas y sus diversas tribus tienden a desarrollar sistemas especiales de pensamiento religioso y filosófico. Dos tendencias recorren uniformemente todas estas religiones raciales: los temores primigenios del hombre primitivo y las revelaciones posteriores del príncipe planetario. En algunos aspectos, los urantianos parecen no haber salido del todo de esta etapa evolutiva del planeta. Conforme prosigáis este estudio, os percataréis con más claridad de cómo el curso seguido por vuestro mundo se desvía del curso normal de progreso y desarrollo evolutivos.
52:2.5 (591.5) Pero el príncipe planetario no es el “Príncipe de la Paz”. Las luchas raciales y las guerras tribales continúan durante esta dispensación, aunque con frecuencia y severidad decrecientes. Esta es la gran era de la dispersión racial, que culmina en un período de intenso nacionalismo. El color es la base de la formación de grupos tribales y nacionales, y las diferentes razas a menudo desarrollan idiomas por separado. En su expansión, cada grupo de mortales tiende a buscar el aislamiento. Es la existencia de muchas lenguas la que favorece esta separación. Antes de la unificación de las distintas razas, sus implacables guerras resultan a veces en la erradicación de pueblos completos; los hombres naranjas y los verdes son particularmente propensos a dicha extinción.
52:2.6 (591.6) En los mundos de tipo medio, durante la última parte del gobierno del príncipe, la vida nacional empieza a reemplazar a la organización tribal o, más bien, a superponerse a los grupos tribales ya formados. No obstante, el gran logro social de la época del príncipe es la gradual aparición de la vida familiar. Hasta este momento, las relaciones humanas han sido principalmente de índole tribal; ahora, comienza el hogar a tomar forma.
52:2.7 (591.7) Esta es la dispensación en la que se consigue la igualdad de sexos. En algunos planetas, el hombre gobierna a la mujer; en otros, impera lo opuesto. Durante esta época, en los mundos normales se establece la igualdad plena entre sexos, lo que representa un paso previo al más consumado logro de los ideales de la vida familiar. Estos son los albores de la era de oro del hogar. Paulatinamente, la idea del gobierno tribal va dando paso a la doble noción de vida nacional y vida familiar.
52:2.8 (592.1) Durante esta época, la agricultura hace su aparición. El crecimiento de la idea de la familia resulta incompatible con la vida itinerante y agitada del cazador. Poco a poco se va asentando la costumbre de vivir en un lugar fijo y labrar la tierra. La domesticación de los animales y el desarrollo del arte doméstico avanzan con rapidez. Al alcanzarse la cúspide de la evolución biológica, se llega a un alto nivel de civilización, pero hay poco desarrollo de orden mecánico; la invención es el rasgo característico de la siguiente era.
52:2.9 (592.2) Las razas se depuran y se elevan a un alto grado de perfección física y vigor intelectual antes del fin de esta era. El desarrollo primitivo de un mundo normal se fundamenta, significativamente, en el plan diseñado para promover el aumento de los tipos de mortales mejor dotados con una reducción proporcional de los peor dotados. Y el fracaso de vuestros antiguos pueblos al no discriminar entre estos dos tipos de mortales que explica la presencia de tantos seres con deficiencias y en declive degenerativo entre las razas actuales de Urantia.
52:2.10 (592.3) Uno de los grandes logros de la era del príncipe consiste en restringir la multiplicación de seres con deficiencias mentales y socialmente inadaptados. Mucho antes de la época de la llegada de los segundos Hijos, los adanes, la mayoría de los mundos se aplican seriamente a la tarea de la depuración de la raza, algo que los pueblos de Urantia aún no han emprendido con seriedad.
52:2.11 (592.4) Este problema de la mejora de la raza no es una tarea de tanta envergadura si se emprende en esta era temprana de la evolución humana. El período anterior de luchas tribales y de dura competición por la supervivencia racial ha apartado a la mayoría de las estirpes anormales y con deficiencias. Una persona con un retraso mental profundo no tiene muchas posibilidades de sobrevivir en una organización social tribal primitiva y beligerante. Es el sentimiento equivocado de vuestras civilizaciones parcialmente perfeccionadas el que fomenta, protege y perpetúa las estirpes irremediablemente deficientes de las razas humanas evolutivas.
52:2.12 (592.5) No es ternura ni altruismo prodigar una ineficaz conmiseración a seres humanos en declive degenerativo, a mortales irrecuperablemente anormales y deficientemente dotados. Incluso en el más normal de los mundos evolutivos, existen suficientes diferencias entre seres individuales y entre numerosos grupos sociales como para garantizar el pleno ejercicio de todas esas nobles cualidades nacidas del sentimiento altruista y del ministerio desinteresado a los mortales, sin perpetuar linajes de la humanidad en evolución socialmente inadaptados y en declive moral. Hay muchas oportunidades para el ejercicio de la tolerancia y del altruismo en favor de aquellos seres desafortunados y necesitados, que no han perdido irreparablemente su herencia moral ni han destruido para siempre su derecho espiritual de nacimiento.
3. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DE ADÁN
52:3.1 (592.6) Cuando el ímpetu originario de la vida evolutiva ha culminado su etapa biológica, cuando el hombre ha alcanzado la cúspide del desarrollo animal, llega un orden segundo de filiación y se inaugura la segunda dispensación de gracia y ministerio. Esto es cierto en todos los mundos evolutivos. Cuando se ha alcanzado el más elevado nivel de vida evolutiva, cuando el hombre primitivo ha ascendido todo lo posible en la escala biológica, siempre aparecen en el planeta, enviados por el soberano del sistema, un hijo y una hija materiales.
52:3.2 (593.1) Los modeladores del pensamiento cada vez se otorgan en su mayor parte a los hombres posadánicos, y un número en constante aumento de estos mortales adquiere la capacidad para fusionarse, posteriormente, con el modelador. Mientras obran en calidad de Hijos descendentes, los adanes no poseen modeladores, pero sus vástagos planetarios —por línea directa o cruzamiento— se convierten, en su momento, en legítimos aspirantes para ser receptores de los mentores misteriosos. Al término de la era posadánica, el planeta dispone de su contingente completo de servidores celestiales; simplemente que no se otorgan los modeladores destinados a fusionarse de manera generalizada.
52:3.3 (593.2) El objetivo primordial del régimen adánico es influir sobre el hombre evolutivo para que termine su tránsito de la etapa de civilización en la que se encuentra de cazador y pastor a la de agricultor y horticultor, que se complementará con expansiones urbanas e industriales. Diez mil años de esta dispensación de mejoradores biológicos son suficientes para efectuar una magnífica transformación. Veinticinco mil años de tal administración, que conjunta la sabiduría del príncipe planetario y la de los hijos materiales, preparan normalmente, la esfera para la llegada de un hijo magistrado.
52:3.4 (593.3) En esta época generalmente se evidencia el fin del proceso de exclusión de los inaptos y la consiguiente depuración de las estirpes raciales; en los mundos normales, las anómalas tendencias de origen animal llegan a eliminarse casi por completo de las razas reproductoras de ese mundo.
52:3.5 (593.4) La progenie adánica nunca se cruza con los linajes menos dotados de las razas evolutivas. El plan divino tampoco contempla el emparejamiento personal de los adanes y las evas planetarios con los pueblos evolutivos. Este proyecto de mejoramiento racial es labor de su progenie. Si bien, los vástagos de los hijos y de las hijas materiales se preparan para dicha actuación durante generaciones antes de emprender este ministerio en favor de la mezcla de razas.
52:3.6 (593.5) El don del plasma vital adánico, otorgado a las razas mortales, resulta en la inmediata elevación de la capacidad intelectual al igual que en la aceleración del progreso espiritual. Habitualmente, se da también cierto mejoramiento físico. En un mundo de tipo medio, la dispensación posadánica es una era de grandes invenciones, del control de la energía y del desarrollo mecánico. Esta es la era en la que aparece una diversificada manufacturación de productos y se produce el control de las fuerzas naturales; es la edad de oro de la exploración y del sometimiento definitivo del planeta. Una gran parte del progreso material de los mundos ocurre durante este período en el que se inicia el desarrollo de las ciencias físicas, justamente una época como la que Urantia está ahora experimentando. Vuestro mundo sufre un retraso de toda una dispensación o más respecto al calendario regular previsto para los planetas.
52:3.7 (593.6) Hacia el final de la dispensación adánica en un planeta normal, las razas están prácticamente mezcladas, de modo que ciertamente se puede anunciar que “De una sangre ha hecho Dios todas las naciones”, y que su Hijo “ha hecho a todos los pueblos de un solo color”. El color de esta raza cruzada es de un tono algo aceitunado de tinte violeta, el “blanco” racial de las esferas.
52:3.8 (593.7) El hombre primitivo es en gran parte carnívoro; los hijos y las hijas materiales no comen carne, pero, en pocas generaciones, sus vástagos normalmente tienden a una alimentación de tipo omnívoro; no obstante, grupos completos de sus descendientes continúan a veces sin comer carne. Este origen doble de las razas posadánicas explica la presencia, en estos linajes humanos mezclados, de vestigios anatómicos pertenecientes tanto a grupos de animales herbívoros como a carnívoros.
52:3.9 (593.8) Al cabo de diez mil años de cruzamiento racial, los linajes resultantes muestran diferentes grados de mezcla anatómica; algunas razas portan más signos de ancestros no comedores de carne, mientras que otras poseen más rasgos distintivos y características físicas de sus progenitores evolutivos carnívoros. La mayoría de estas razas del mundo se vuelven pronto omnívoras, subsistiendo a base de una amplia variedad de alimentos tanto del reino animal como del reino vegetal.
52:3.10 (594.1) La época posadánica constituye la dispensación del internacionalismo. Al ir concluyendo la labor de la mezcla racial, el nacionalismo declina y la hermandad entre los hombres comienza verdaderamente a tomar forma. El gobierno representativo empieza a sustituir a la monarquía o forma paternalista de gobierno. El sistema educativo se extiende por todo el mundo y, paulatinamente, la lengua del pueblo violeta reemplaza los idiomas de las razas. Hasta que las razas no están bastante bien mezcladas y no se habla una lengua común es raro que se logre la paz y la cooperación globales.
52:3.11 (594.2) Durante los últimos siglos de la era posadánica se desarrolla un renovado interés por el arte, la música y la literatura, y este despertar a escala mundial es la señal para la aparición del hijo magistrado. La cúspide del desarrollo de esta era se manifiesta en el interés generalizado respecto a las realidades intelectuales, a la verdadera filosofía. La religión se vuelve menos nacionalista; se convierte cada vez más en una cuestión planetaria. Estas eras se distinguen por el relato de nuevas revelaciones de la verdad. También los Altísimos de las constelaciones empiezan a gobernar en los asuntos de los hombres. La verdad se revela hasta el nivel de la administración de las constelaciones.
52:3.12 (594.3) Esta era se caracteriza por un gran avance ético; la meta de la sociedad es lograr la hermandad entre los hombres. La paz mundial —el cese del conflicto racial y de la animosidad nacional— señala que el planeta está preparado para la llegada del tercer orden de filiación: el hijo magistrado.
4. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO MAGISTRADO
52:4.1 (594.4) En los planetas normales y leales, esta época se inicia con las razas mortales mezcladas y biológicamente aptas. No hay problemas de raza ni de color; literalmente, todas las naciones y razas son de una sola sangre. Florece la hermandad entre los hombres, y las naciones aprenden a vivir en paz y tranquilidad en el planeta. Dicho mundo se halla en vísperas de un desarrollo intelectual supremo y culminante.
52:4.2 (594.5) Cuando un mundo evolutivo así está preparado para la era de los magistrados, un miembro del alto orden de hijos avonales hace su aparición en misión como magistrado. El príncipe planetario y los hijos materiales tienen su origen en el universo local; el hijo magistrado procede del Paraíso.
52:4.3 (594.6) Cuando los avonales del Paraíso llegan a las esferas de los mortales en actuaciones judiciales, solamente en calidad de jueces de una dispensación, nunca se encarnan. Pero cuando acuden en misión como magistrados, al menos en la primera que realizan, siempre se encarnan, aunque no experimentan el nacimiento ni tampoco mueren como los habitantes del mundo. Pueden vivir durante generaciones en aquellos casos en los que permanecen como gobernantes de determinados planetas. Cuando su misión concluye, abandonan la vida planetaria y regresan a su condición anterior de filiación divina.
52:4.4 (594.7) Cada nueva dispensación expande el horizonte de la religión revelada y los hijos magistrados amplían la revelación de la verdad hasta incluir los asuntos del universo local y todos sus integrantes.
52:4.5 (594.8) Tras la primera llegada de un hijo magistrado, las razas llevan pronto a cabo su liberación económica. El trabajo diario que se precisa para garantizar la propia independencia correspondería a dos horas y media de vuestro tiempo. No entraña riesgo alguno liberar a estos mortales éticos e inteligentes de tal atadura. Estas cultivadas personas saben cómo usar su tiempo libre para el mejoramiento personal y el avance planetario. Esta era es testigo de un nuevo impulso en la depuración de los linajes raciales al restringirse la reproducción entre los individuos menos aptos y peor dotados.
52:4.6 (595.1) El gobierno político y la administración social de las razas siguen mejorando y el autogobierno está bien consolidado hacia el final de esta era. Al decir autogobierno aludimos al más elevado tipo de gobierno representativo. Estos mundos solo promocionan y honran a los líderes y gobernantes más capacitados para asumir responsabilidades sociales y políticas.
52:4.7 (595.2) Durante esta época, la mayoría de los mortales del mundo son morada de los modeladores. Pero incluso entonces, todavía no se otorgan a los mentores divinos de forma generalizada. Los modeladores destinados a la fusión todavía no se conceden a todos los mortales planetarios; aún hace falta que las criaturas de voluntad opten por los mentores misteriosos.
52:4.8 (595.3) Durante las últimas eras de esta dispensación, la sociedad empieza a regresar a formas de vida más simples. La compleja naturaleza de una civilización que avanza está tocando su fin; los mortales están aprendiendo a vivir de un modo más natural y eficaz. Y esta tendencia se incrementa en cada una de las épocas venideras. Es la era del florecimiento del arte, la música y la enseñanza superior. Las ciencias físicas ya han alcanzado la cima de su desarrollo. En un mundo ideal, al final de esta época se asiste plenamente a un gran despertar religioso, a una lucidez espiritual a escala mundial. Este grado inmenso de vivificación de la naturaleza espiritual de las razas es la señal para la llegada del Hijo de gracia y la inauguración de la quinta época de los mortales.
52:4.9 (595.4) Puede suceder que alguno de los muchos planetas no esté preparado para recibir a un Hijo de gracia tras una sola misión en rango de magistrado; en tal caso, habrá una segunda e incluso una sucesión de misiones de hijos magistrados; cada una de ellas hará que las razas avancen de una dispensación a otra hasta que el planeta esté listo para el don del Hijo de gracia. En la segunda misión y en las misiones venideras, los hijos magistrados pueden o no encarnarse. Pero cualquiera que sea el número de hijos magistrados que pueda hacer su aparición —y estos pueden también venir, en ese mismo estatus, después del Hijo de gracia—, la llegada de cada uno de ellos señala el fin de una dispensación y el comienzo de otra.
52:4.10 (595.5) Estas dispensaciones de los hijos magistrados abarcan una duración entre veinticinco y cincuenta mil años del tiempo de Urantia. A veces, alguno de estos periodos de tiempo es más corto y, en raras ocasiones, incluso más largo. Pero en la plenitud de los tiempos, uno de estos mismos hijos magistrados nacerá como el Hijo de gracia del Paraíso.
5. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO DE GRACIA
52:5.1 (595.6) Cuando se consigue cierta excelencia de desarrollo intelectual y espiritual en un mundo habitado, siempre llega un Hijo de gracia del Paraíso. En los mundos normales no aparece en la carne hasta que las razas no han alcanzado los más elevados niveles de desarrollo intelectual y de logro ético. Si bien, en Urantia, el Hijo de gracia, vuestro propio hijo creador, apareció al final de la dispensación adánica, pero ese no es el orden habitual de los acontecimientos en los mundos del espacio.
52:5.2 (595.7) Cuando los mundos han alcanzado un grado de madurez que los hace propicios para la espiritualización, llega el Hijo de gracia. Estos Hijos siempre pertenecen al orden avonal o de los magistrados salvo en el caso, que sucede una sola vez en cada universo local, en el que el hijo creador se prepara para su último ministerio de gracia en un mundo evolutivo, tal como ocurrió cuando Miguel de Nebadón apareció en Urantia para darse como don a vuestras razas mortales. Solo un mundo entre casi diez millones puede disfrutar de dicha dádiva; todos los demás mundos avanzan espiritualmente gracias al ministerio de gracia de un Hijo del Paraíso del orden de los avonales.
52:5.3 (595.8) El Hijo de gracia llega a un mundo con una elevada cultura educativa y se encuentra con una raza espiritualmente formada y preparada para asimilar enseñanzas avanzadas y apreciar su misión. Es una época caracterizada por la búsqueda a escala mundial de cultura moral y de verdad espiritual. El gran anhelo que mueve a los mortales de esta dispensación es la comprensión de la realidad cósmica y la comunión con la realidad espiritual. Las revelaciones de la verdad se amplían hasta incluir el suprauniverso. Hacen su aparición sistemas de enseñanza enteramente nuevos y gobiernos que reemplazan a los rudimentarios regímenes de tiempos anteriores. La alegría de vivir adquiere un nuevo color y las respuestas a la vida se glorifican hasta alcanzar alturas de tonalidades y cualidades celestiales.
52:5.4 (596.1) El Hijo de gracia vive y muere para la elevación espiritual de las razas mortales del mundo. Instituye el “camino nuevo y vivo”; su vida es una encarnación de la verdad del Paraíso en carne mortal —el espíritu mismo de la verdad— en cuyo conocimiento los hombres se harán libres.
52:5.5 (596.2) En Urantia, la institución de este “camino nuevo y vivo” constituyó un hecho al igual que una verdad. Debido al aislamiento de Urantia por la rebelión de Lucifer, había quedado en suspenso el sistema previsto por el que los mortales, al morir, pueden pasar directamente a las orillas de los mundos de las moradas. Antes de los días de Cristo Miguel, en Urantia todas las almas dormían hasta las resurrecciones dispensacionales o hasta las resurrecciones milenarias especiales. Ni incluso a Moisés se le permitió ir al otro lado hasta que no tuvo lugar una resurrección especial; Caligastia, el príncipe planetario caído, se oponía a tal liberación. Si bien, desde el día de Pentecostés, los mortales de Urantia pueden, de nuevo, continuar directamente a las esferas morontiales.
52:5.6 (596.3) Tras su resurrección, al tercer día después de abandonar su vida encarnada, el Hijo de gracia asciende a la derecha del Padre Universal, le da testimonio de su misión y regresa al hijo creador en la sede central del universo local. En ese momento, el avonal de gracia y el creador Miguel envían su espíritu conjunto, el espíritu de la verdad, al mundo en el que se otorgó. Este es el momento en el que “el espíritu del Hijo triunfante se derrama sobre toda carne”. El espíritu materno del universo también participa en este don del espíritu de la verdad y, en concurrencia con esto, se promulga el edicto para la concesión de los modeladores del pensamiento. A partir de entonces, todas las criaturas volitivas de mente normal de ese mundo recibirán un modelador en cuanto alcancen la edad de responsabilidad moral, de elección espiritual.
52:5.7 (596.4) Si este avonal de gracia tuviera que regresar al mundo tras su misión, no se encarnaría sino que vendría “en gloria con las multitudes seráficas”.
52:5.8 (596.5) La era que sigue al Hijo de gracia puede tener una duración entre diez mil y cien mil años. Estas eras dispensacionales no tienen un tiempo establecido de duración. Se trata de una época de gran progreso ético y espiritual. Bajo la influencia espiritual de estas épocas, el carácter humano sufre formidables transformaciones y experimenta un extraordinario desarrollo. Es factible poner en práctica la regla de oro. Las enseñanzas de Jesús tienen una aplicabilidad real en un mundo de mortales que han adquirido la formación previa de parte de los Hijos anteriores a los Hijos de gracia con sus dispensaciones para ennoblecer el carácter y aumentar la cultura.
52:5.9 (596.6) Durante esta era casi se ha resuelto el problema de la enfermedad y de la delincuencia. La reproducción selectiva ya ha eliminado en gran medida el declive degenerativo. Prácticamente, se ha vencido a la enfermedad debido al gran grado de resistencia de las razas adánicas y a la aplicación inteligente y mundial de los descubrimientos de las ciencias físicas de las épocas precedentes. Durante este período, la duración media de la vida está muy por encima del equivalente de trescientos años del tiempo de Urantia.
52:5.10 (597.1) A lo largo de esta época, hay una paulatina disminución de la supervisión gubernamental. El verdadero autogobierno comienza a actuar; cada vez se necesitan menos leyes restrictivas. Las ramas militares de la resistencia nacional van desapareciendo; la era de la armonía internacional está, en verdad, llegando. Existen muchas naciones, en su mayor parte determinadas por la distribución de la tierra, pero solamente una raza, un idioma y una religión. Los asuntos de los mortales se acercan mayormente, aunque no del todo, al estado ideal. ¡Verdaderamente es una era grande y gloriosa!
6. LA ERA POSTERIOR A LA MISIÓN DE GRACIA EN URANTIA
52:6.1 (597.2) El Hijo de gracia es el Príncipe de Paz. Llega con el mensaje, “Paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres”. En los mundos normales se trata de una dispensación de paz a nivel mundial; las naciones ya no se adiestran para la guerra. Pero estos beneficiosos efectos no estaban presentes a la llegada de Cristo Miguel, vuestro Hijo de gracia. Urantia no avanza en un orden normal. Vuestro mundo no está en sintonía con la secuencia planetaria. Vuestro Maestro, cuando estaba en la tierra, previno a sus discípulos que su venida no traería a Urantia el habitual reino de paz. Les dijo claramente que habría “guerras y rumores de guerra”, y que las naciones se levantarían unas contra otras. En otro momento dijo: “No penséis que he venido a traer paz a la tierra”.
52:6.2 (597.3) Incluso en los mundos evolutivos normales, no es tarea fácil llevar a cabo la hermandad del hombre a escala mundial. En un planeta confuso y sin orden como Urantia, para lograr algo así, se necesita mucho más tiempo y esfuerzo. Sin ayuda, la evolución social difícilmente puede conseguir resultados satisfactorios en una esfera espiritualmente aislada. La revelación religiosa es esencial para llevar a cabo dicha hermandad en Urantia. Y, aunque Jesús ha mostrado el camino para alcanzar de inmediato la hermandad espiritual, conseguir la hermandad social en vuestro mundo depende mucho de que se lleven a efecto las siguientes transformaciones personales y adaptaciones planetarias:
52:6.3 (597.4) 1. Fraternidad social. La multiplicación de los contactos sociales internacionales e interraciales y de las relaciones fraternales por medio de viajes, comercio y juegos competitivos. El desarrollo de un lenguaje común y la multiplicación de personas plurilingües. El intercambio racial y nacional de estudiantes, maestros, industriales y filósofos religiosos.
52:6.4 (597.5) 2. Interacción intelectual fecunda. La hermandad es imposible en un mundo cuyos habitantes son tan primitivos que no son capaces de reconocer la insensatez del desmesurado egoísmo. Debe producirse un intercambio de literatura nacional y racial. Cada raza debe familiarizarse con el pensamiento de todas las razas; cada nación debe conocer la forma de sentir de todas las naciones. La ignorancia engendra sospecha, y la sospecha es incompatible con la indispensable actitud de compasión y amor.
52:6.5 (597.6) 3. Despertar ético. Solo una conciencia ética puede revelar la inmoralidad de la intolerancia humana y la pecaminosidad de la lucha fratricida. Solo una conciencia moral puede condenar los males de la envidia nacional y de los celos raciales. Solo los seres morales estarán siempre en búsqueda de esa percepción espiritual imprescindible para vivir la regla de oro.
52:6.6 (598.1) 4. Sabiduría política. La madurez emocional es fundamental para el dominio de uno mismo. Solo la madurez emocional garantizará que los métodos internacionales de juicios civilizados sustituyan al arbitraje bárbaro de la guerra. Habrá algún día sabios estadistas que trabajarán por el bienestar de la humanidad procurando, al mismo tiempo, obrar en el interés de sus grupos nacionales o raciales. La astucia política de carácter egoísta es, en última instancia, suicida —dañina para todas aquellas cualidades duraderas que garantizan la supervivencia planetaria del grupo—.
52:6.7 (598.2) 5. Percepción espiritual. La hermandad del hombre se basa al fin y al cabo en el reconocimiento de la paternidad de Dios. La forma más rápida de lograr la hermandad de los hombres en Urantia consiste en llevar a efecto la transformación espiritual de la humanidad de hoy en día. El único modo de acelerar la tendencia natural de la evolución social es ejerciendo presión desde arriba, incrementando así la percepción moral y mejorando, al mismo tiempo, la capacidad del alma de cada uno de los mortales para comprender y amar a todos los demás. La comprensión mutua y el amor fraterno son elementos civilizadores trascendentales y factores poderosos en la consecución de la hermandad de los hombres.
52:6.8 (598.3) Si se os pudiera llevar desde vuestro mundo atrasado y confuso hasta un planeta normal que se encontrara ahora en la era posterior a la llegada del Hijo de gracia, pensaríais que se os habría trasladado al cielo de vuestras tradiciones. Os resultaría difícil creer que estáis observando una esfera habitada por seres mortales siguiendo su curso evolutivo normal. Estos mundos están dentro de las vías circulatorias espirituales de su ámbito y disfrutan de todas las ventajas de las transmisiones del universo y de los servicios de la reflectividad del suprauniverso.
7. EL HOMBRE TRAS LA LLEGADA DEL HIJO PRECEPTOR
52:7.1 (598.4) El siguiente orden de Hijos en llegar a un mundo evolutivo medio es el de los hijos preceptores de la Trinidad, los Hijos divinos de la Trinidad del Paraíso. Y, de nuevo, nos damos cuenta de que Urantia no está en sintonía con sus esferas hermanas: vuestro Jesús prometió que regresaría. Ciertamente cumplirá su promesa, pero nadie sabe si su segunda venida antecederá o seguirá a la aparición de los hijos magistrados o de los hijos preceptores en Urantia.
52:7.2 (598.5) Los hijos preceptores acuden en grupos a los mundos en camino de espiritualización. Un hijo preceptor planetario cuenta con la asistencia y el apoyo de setenta Hijos primarios, doce Hijos secundarios y tres de los más elevados y experimentados Hijos del orden supremo de los dainales. Este colectivo permanece durante algún tiempo en el mundo, el suficiente como para llevar a cabo la transición de las épocas evolutivas a la era de luz y vida —no menos de mil años de tiempo planetario y, con frecuencia, mucho más—. Dicha misión es el modo en el que la Trinidad hace su contribución a los esfuerzos realizados hasta ese momento por todos los seres personales divinos que han dispensado sus servicios en un mundo habitado.
52:7.3 (598.6) La revelación de la verdad se amplía ahora hasta incluir el universo central y el Paraíso. Las razas se vuelven espirituales en grado sumo. Un gran pueblo ha alcanzado su evolución y una gran época está en camino. Los sistemas de enseñanza, económicos y administrativos del planeta están experimentando transformaciones radicales. Se están estableciendo nuevos valores y relaciones. El reino de los cielos está manifestándose en la tierra y la gloria de Dios se derrama en el mundo.
52:7.4 (598.7) En esta dispensación muchos mortales son trasladados de entre los vivos. A medida que avanza la era de los hijos preceptores de la Trinidad, la lealtad espiritual de los mortales del tiempo se hace cada vez más universal. La muerte natural se vuelve menos frecuente a medida que los modeladores se fusionan, cada vez con mayor frecuencia, con aquellos en los que moran durante la vida en la carne. El planeta se categoriza, finalmente, como perteneciente al orden modificado primario de ascensión de los mortales.
52:7.5 (599.1) La vida durante esta era es agradable y provechosa. El declive degenerativo y los linajes antisociales resultantes de la larga lucha evolutiva han desaparecido prácticamente. La duración de la vida se acerca a los quinientos años de Urantia; se evita el incremento de la raza humana mediante la regulación inteligente de la tasa reproductiva. Un orden enteramente nuevo de sociedad hace su aparición. Todavía existen grandes diferencias entre los mortales, pero el estado de la sociedad está más cerca de los ideales de la hermandad social y de la igualdad espiritual. El gobierno representativo está desapareciendo; el mundo está pasando a gobernarse mediante el autocontrol individual. La labor del gobierno se dirige principalmente a las tareas colectivas de la administración social y de la coordinación económica. La edad de oro está en marcha; la meta temporal de la larga e intensa lucha evolutiva planetaria está próxima. La recompensa de los tiempos pronto se hará realidad; la sabiduría de los Dioses está a punto de manifestarse.
52:7.6 (599.2) Durante esta época, la administración física del mundo precisa alrededor de una hora diaria de parte de cualquier persona adulta; esto es, el equivalente de una hora de Urantia. El planeta está en estrecho contacto con los asuntos del universo, y sus habitantes examinan las últimas transmisiones con el mismo gran interés que vosotros manifestáis ahora por las últimas ediciones de vuestros periódicos diarios. Estas razas se ocupan de mil cosas de interés desconocidas en vuestro mundo.
52:7.7 (599.3) Cada vez más crece una genuina lealtad planetaria hacia el Ser Supremo. Generación tras generación, más miembros de la raza humana caminan en consonancia con aquellos que practican la justicia y viven la misericordia. De forma lenta pero segura, el mundo se gana para el servicio gozoso de los Hijos de Dios. En gran parte, las dificultades físicas y los problemas materiales se han resuelto; el planeta madura hacia una vida avanzada y una existencia más estable.
52:7.8 (599.4) Ocasionalmente, a lo largo de dicha dispensación, siguen llegando hijos preceptores a estos pacíficos mundos. Y no dejan el mundo hasta que se percatan de que el plan evolutivo con relación a ese planeta se está cumpliendo sin problema. Por lo general, un hijo magistrado en calidad de juez acompaña a los hijos preceptores en sus sucesivas misiones, mientras que otro hijo magistrado, del mismo rango, obra en el momento de su partida, y estas actuaciones judiciales continúan a través de las eras durante el transcurso del régimen dispuesto para los mortales del espacio y el tiempo.
52:7.9 (599.5) Con cada misión periódica de los hijos preceptores de la Trinidad, ese excelso mundo se enaltece de forma consecutiva hasta alturas, siempre en ascenso, de sabiduría, espiritualidad e iluminación cósmica. Si bien, los nobles nativos de esta esfera son aún finitos y mortales. Nada es perfecto; sin embargo, en el funcionamiento de un mundo imperfecto y en la vida de sus habitantes humanos se están desarrollando cualidades que rozan la perfección.
52:7.10 (599.6) Los hijos preceptores de la Trinidad pueden regresar muchas veces al mismo mundo. Pero tarde o temprano, en relación con la finalización de alguna de sus misiones, se eleva al príncipe planetario a la condición de soberano planetario, y el soberano del sistema hace su aparición para proclamar el ingreso de dicho mundo en la era de luz y vida.
52:7.11 (599.7) Juan dijo lo siguiente acerca del fin de la última misión de los hijos preceptores (al menos esa sería la cronología en un mundo normal): “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva y la nueva Jerusalén descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una princesa hermoseada para su príncipe”.
52:7.12 (600.1) Esta es la misma tierra renovada, ese planeta en avanzado estado de desarrollo, que el antiguo vidente visualizó cuando escribió: “‘Pues así como los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a hacer perdurarán en mi presencia, así perduraréis vosotros y vuestros hijos. Así que de luna nueva en luna nueva y de sabbat en sabbat vendrá toda carne a adorar ante mí’, dice el Señor”.
52:7.13 (600.2) Son los mortales de esta era los que se describen como “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo alabado; y daréis a conocer las alabanzas de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
52:7.14 (600.3) Sea cual sea la particular historia natural de algún determinado planeta, al margen de que haya sido un mundo enteramente leal, contaminado por el mal o maldecido por el pecado —sea cual sea su historia—, tarde o temprano, la gracia de Dios y el ministerio de los ángeles dan paso al día de la venida de los hijos preceptores de la Trinidad; y su partida, tras su misión final, inaugurará esta magnífica era de luz y vida.
52:7.15 (600.4) Todos los mundos de Satania pueden unirse en la esperanza de aquel que escribió: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielo nuevo y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por eso, amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él en paz, sin mancha e irreprochables”.
52:7.16 (600.5) La partida del colectivo de los hijos preceptores, al final de su primer reinado o de algún reinado posterior, da paso al comienzo de la era de luz y vida —el umbral de transición entre el tiempo y la antesala de la eternidad—. El logro, a nivel planetario, de esta era de luz y vida sobrepasa en mucho las expectativas más anheladas de los mortales de Urantia, que no tienen más visión a largo plazo respecto a la vida futura que aquella que sus creencias religiosas imparten, y que describen el cielo como el destino inmediato y como la morada final de los mortales supervivientes.
52:7.17 (600.6) [Auspiciado por un mensajero poderoso temporalmente adscrito a los asistentes de Gabriel.]
Escrito 53
La rebelión de Lucifer
53:0.1 (601.1) Lucifer era un brillante hijo lanonandec primario de Nebadón. Había realizado servicios en muchos sistemas, había sido un alto consejero de su grupo y se distinguía por su sabiduría, sagacidad y eficiencia. Lucifer era el número 37 de su orden, y cuando recibió el nombramiento de los melquisedecs, se le consideraba uno de los cien seres personales más capaces y brillantes entre los más de setecientos mil de su clase. Partiendo de unos comienzos tan magníficos, por medio del mal y del error, abrazó el pecado y figura en el momento presente como uno de los tres soberanos de los sistemas de Nebadón que cedieron ante el impulso del yo y se rindieron a los sofismas de la falsa libertad personal —rechazo a la lealtad del universo y desprecio de las obligaciones fraternales, esto es, ceguera a las relaciones cósmicas—.
53:0.2 (601.2) En el universo de Nebadón, los dominios de Cristo Miguel, hay diez mil sistemas de mundos habitados. En toda la historia de los hijos lanonandecs, en toda su labor a lo largo de estos miles de sistemas y en la sede del universo, únicamente tres soberanos de los sistemas fueron declarados en desacato al gobierno del hijo creador.
1. LOS LÍDERES DE LA REBELIÓN
53:1.1 (601.3) Lucifer no era un ser ascendente; fue un Hijo creado del universo local, y de él se dijo: “Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado hasta que se halló en ti maldad”. Había estado muchas veces en consulta con los Altísimos de Edentia. Y Lucifer reinaba “sobre la montaña santa de Dios”, el monte de gobernación de Jerusem, porque era el mandatario en jefe de un gran sistema de 607 mundos habitados.
53:1.2 (601.4) Lucifer era un ser magnífico, un ser personal brillante; seguía a los Padres Altísimos de la constelación en línea directa de autoridad. A pesar de la transgresión de Lucifer, antes del ministerio de gracia de Miguel en Urantia, las inteligencias de menor rango se abstuvieron de mostrarle falta de respeto ni menosprecio. Incluso el arcángel de Miguel, en el momento de la resurrección de Moisés, “no se atrevió a proferir juicio de acusación contra él, sino que simplemente dijo: ‘El Señor te reprenda’”. El juicio de estos asuntos es de la incumbencia de los ancianos de días, los gobernantes del suprauniverso.
53:1.3 (601.5) En este momento, Lucifer es el soberano caído y depuesto de Satania. El enaltecimiento de uno mismo resulta sumamente nefasto, incluso para los elevados seres personales del mundo celestial. De Lucifer se dijo: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor”. Vuestro profeta de antaño vio su triste estado cuando escribió: “¡Cómo caíste del cielo, Lucero, hijo de la mañana! ¡Derribado fuiste a tierra, tú que te atreviste a confundir a los mundos!”.
53:1.4 (602.1) En Urantia se supo muy poco acerca de Lucifer ya que, para defender su causa en vuestro planeta, se asignó a Satanás, su primer ayudante. Satanás formaba parte del mismo grupo de hijos lanonandecs del orden primario, pero nunca había ejercido como soberano del sistema; se involucró por completo en la insurrección de Lucifer. El “diablo” no es otro que Caligastia, el depuesto príncipe planetario de Urantia y un Hijo del orden secundario de los lanonandecs. Cuando Miguel estaba en Urantia en carne, Lucifer, Satanás y Caligastia se aliaron para hacer fallar su misión de gracia. Pero fracasaron rotundamente.
53:1.5 (602.2) Abadón era el jefe de la comitiva de Caligastia. Siguió a su señor en la rebelión y, desde entonces, ha actuado como mandatario en jefe de los rebeldes de Urantia. Beelzebú era el líder de las criaturas intermedias desleales que se aliaron con las fuerzas del traidor Caligastia.
53:1.6 (602.3) El dragón acabó por convertirse en la representación simbólica de todos estos malvados personajes. Al triunfar Miguel, “Gabriel bajó de Lugar de Salvación y encadenó al dragón (a todos los líderes rebeldes) por una era”. De los rebeldes seráficos de Jerusem se ha escrito: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propio hogar, los ha guardado bajo oscuridad, con ligaduras eternas, para el juicio del gran día”.
2. LAS CAUSAS DE LA REBELIÓN
53:2.1 (602.4) Lucifer y su primer asistente, Satanás, habían reinado en Jerusem durante más de quinientos mil años cuando sus corazones empezaron a disponerse contra el Padre Universal y contra quien era por aquel entonces su Hijo vicerregente: Miguel.
53:2.2 (602.5) En el sistema de Satania no se daban condiciones particulares o especiales que favorecieran o hicieran pensar en la rebelión. Consideramos que esta idea se originó y tomó forma en la mente de Lucifer, y que pudo haber instigado dicha rebelión independientemente de donde pudiera haber estado emplazado. Lucifer anunció primero sus planes a Satanás, pero se precisaron varios meses para corromper la mente de su capaz y brillante compañero. Sin embargo, una vez convertido a las teorías rebeldes, se volvió un firme y ferviente defensor “de la afirmación personal y de la libertad”.
53:2.3 (602.6) Nadie jamás le propuso a Lucifer que se rebelara. La idea de la afirmación personal oponiéndose a la voluntad de Miguel y a los planes del Padre Universal, tal como Miguel los representaba, se originó en su propia mente. Sus relaciones con el hijo creador habían sido estrechas y siempre cordiales. En ningún momento, antes del enaltecimiento de su propia mente, había expresado Lucifer públicamente insatisfacción alguna respecto a la administración del universo. A pesar de su silencio, por más de cien años de tiempo regular, el unión de días de Lugar de Salvación, mediante la reflectividad, había estado comunicando a Uversa que en la mente de Lucifer no reinaba del todo la paz. Esta información también se remitió al hijo creador y a los Padres de la constelación de Norlatiadec.
53:2.4 (602.7) Durante todo este período, Lucifer se volvió cada vez más crítico en cuanto al conjunto del plan de la administración del universo, pero siempre profesó una lealtad incondicional hacia los gobernantes supremos. Su primera declarada deslealtad se manifestó con motivo de una visita de Gabriel a Jerusem, unos pocos días antes de la proclamación pública de la Declaración Libertaria de Lucifer. Gabriel quedó tan hondamente impresionado ante la certeza de una inminente insurrección, que se trasladó directamente a Edentia para consultar con los Padres de la constelación acerca de las medidas a emplear en caso de tal manifiesta rebelión.
53:2.5 (603.1) Resulta muy difícil señalar la causa o causas exactas que acabaron por desembocar en la rebelión de Lucifer. Solo estamos seguros de una cosa: cualesquiera que fueran sus comienzos, tuvieron su origen en la mente de Lucifer. Debe haberse dado un envanecimiento de sí mismo que lo hizo caer en el autoengaño, así que Lucifer, durante algún tiempo, verdaderamente se convenció a sí mismo de que su idea de rebelarse era en realidad por el bien del sistema, cuando no del universo completo. Cuando reconoció que sus planes no podrían desarrollarse a su satisfacción, Lucifer había ido ya sin duda demasiado lejos como para poder poner término al malicioso orgullo que lo guiaba desde un principio. En algún momento, en este transcurso de circunstancias, se volvió deshonesto, y el mal evolucionó en pecado deliberado y obstinado. Esto se demuestra por el comportamiento que este brillante mandatario adoptó a continuación. Durante mucho tiempo, se le ofreció la oportunidad de arrepentirse, pero tan solo algunos de sus subordinados aceptaron la misericordia que se les brindaba. Por solicitud de los Padres de la constelación, el fiel de días de Edentia, presentó en persona el plan de Miguel para la salvación de estos flagrantes rebeldes, pero se rechazaba la misericordia del hijo creador cada vez con mayor desprecio y arrogancia.
3. EL MANIFIESTO DE LUCIFER
53:3.1 (603.2) Cualesquiera que fuesen las raíces de la agitación de los corazones de Lucifer y Satanás, la revuelta final tomó forma en la Declaración Libertaria de Lucifer. La causa de los rebeldes se hizo patente en tres epígrafes:
53:3.2 (603.3) 1. La realidad del Padre Universal. Lucifer alegaba que el Padre Universal no existía en realidad, que la gravedad física y la energía del espacio eran intrínsecas al universo y que el Padre era un mito inventado por los Hijos del Paraíso para poder preservar el gobierno de los universos en el nombre del Padre. Negaba que el ser personal fuese un don del Padre Universal. Incluso insinuaba que los finalizadores estaban en connivencia con los Hijos del Paraíso para instruir en el engaño a toda la creación, puesto que nunca traían una idea inequívoca del verdadero ser personal del Padre, tal como se le percibe en el Paraíso. Para su ventaja, llamaba ignorancia a la reverencia. La acusación era aplastante, terrible y blasfema. Fue este ataque encubierto a los finalizadores el que sin duda motivó a los ciudadanos ascendentes en aquel entonces en Jerusem a adoptar una postura de firmeza y a mantener una inalterable resistencia ante todas las propuestas del rebelde.
53:3.3 (603.4) 2. El gobierno universal del hijo creador: Miguel. Lucifer sostenía que los sistemas locales debían ser autónomos. Se quejaba del derecho de Miguel, el hijo creador, a la soberanía de Nebadón en nombre de un hipotético Padre del Paraíso y de la exigencia impuesta a todos los seres personales de dar su lealtad a este Padre invisible. Afirmaba que todo el plan de adoración era una astuta trama urdida para el engrandecimiento de los Hijos del Paraíso. Estaba dispuesto a reconocer a Miguel como su padre-creador, pero no como su Dios ni como gobernante legítimo.
53:3.4 (603.5) Lucifer atacó con gran dureza el derecho de los ancianos de días —o “potentados extranjeros”— a interferir en los asuntos de los sistemas y de los universos locales. Denunció a estos gobernantes como tiranos y usurpadores. Instó a sus seguidores a creer que ninguno de ellos podía hacer nada para obstaculizar que operara un autogobierno, si los hombres y los ángeles tenían el coraje de imponerse a sí mismos y reclamar con valentía sus derechos.
53:3.5 (603.6) Sostenía que se impidiera la actuación de los ejecutores de los ancianos de días en los sistemas locales, si los seres nativos hacían valer su independencia. Mantenía que la inmortalidad era intrínseca a los seres personales del sistema, que la resurrección era natural e involuntaria y que todos los seres vivirían eternamente, a no ser por los actos arbitrarios e injustos de tales ejecutores de los ancianos de días.
53:3.6 (604.1) 3. El ataque al plan de formación de los mortales ascendentes en el universo. Lucifer mantenía que se empleaba demasiado tiempo y energía en el exhaustivo sistema de formación de los mortales en los fundamentos de la administración del universo, fundamentos que, como alegaba, eran poco éticos y sin solidez. Se quejaba de la dilatadísima duración del programa con el que se preparaba a los mortales del espacio para un destino desconocido, y apuntó a la presencia del colectivo de los finalizadores en Jerusem como prueba de que estos mortales habían pasado eras capacitándose para un destino que era pura ficción. Mofándose, remarcó que los finalizadores habían encontrado un destino no más glorioso que el de volver a unas humildes esferas similares a las de su origen. Insinuó que el exceso de disciplina y la prolongada formación les había corrompido y que, en realidad, habían traicionado a sus semejantes mortales al cooperar con un sistema que esclavizaba a toda la creación a la ficción de un mítico destino eterno para los mortales ascendentes. Defendía que los ascendentes debían disfrutar de la libertad de su propia independencia personal. Cuestionó y condenó la totalidad del plan de ascensión de los mortales promovido por los Hijos de Dios del Paraíso con el apoyo del Espíritu Infinito.
53:3.7 (604.2) Y con esta declaración libertaria Lucifer emprendió su desenfrenado derrotero de oscuridad y muerte.
4. EL ESTALLIDO DE LA REBELIÓN
53:4.1 (604.3) El manifiesto de Lucifer se emitió en el cónclave anual de Satania en el mar de cristal, en presencia de las multitudes de Jerusem allí congregadas, el último día del año, hace unos doscientos mil años, tiempo de Urantia. Satanás proclamó que las fuerzas universales —físicas, intelectuales y espirituales— podrían ser objeto de culto, pero que solamente se podría rendir lealtad al gobernante efectivo y actual, a Lucifer, “amigo de hombres y de ángeles” y “Dios de la libertad”.
53:4.2 (604.4) La afirmación personal fue el grito de guerra de la rebelión de Lucifer. Uno de sus argumentos principales consistía en que, si el autogobierno era bueno y adecuado para los melquisedecs y para otros grupos, debía de ser igualmente bueno para todos los órdenes de inteligencia. Fue atrevido y tenaz en su defensa de la “igualdad de la mente” y “la hermandad de la inteligencia”. Mantenía que todo gobierno debía estar limitado a los planetas locales y a su confederación voluntaria en los sistemas locales. Rechazaba cualquier otra supervisión. Prometió a los príncipes planetarios que gobernarían los mundos como mandatarios supremos. Denunció que la actividad legislativa se localizara en la sede de la constelación y que se dirigieran los asuntos judiciales desde la capital del universo. Sostenía que todas estas funciones gobernativas debían concentrarse en las capitales de los sistemas, y procedió a establecer su propia asamblea legislativa y a organizar sus propios tribunales, poniéndolos bajo la jurisdicción de Satanás. Y dispuso que los príncipes de los mundos apóstatas hicieran lo mismo.
53:4.3 (604.5) Todo el consejo administrativo de Lucifer se unió a él y todos prestaron juramento públicamente como funcionarios del gobierno del nuevo jefe de “los mundos y de los sistemas liberados”.
53:4.4 (605.1) Aunque con anterioridad ya habían tenido lugar dos rebeliones en Nebadón, estas habían ocurrido en constelaciones distantes. Lucifer sostenía que estas insurrecciones no habían triunfado porque la mayoría de las inteligencias no siguieron a sus líderes. Afirmaba que “las mayorías gobiernan”, que “la mente es infalible”. Al parecer, la libertad que le permitieron los gobernantes del universo lo hizo afianzarse en muchos de sus perversos argumentos. Se enfrentó a todos sus superiores; no obstante, parece que no tuvieron en cuenta sus actos. Se le dio vía libre para llevar adelante su provocador plan sin obstáculos.
53:4.5 (605.2) Lucifer señaló que todos los aplazamientos de la justicia en nombre de la misericordia demostraban la incapacidad de los Hijos del Paraíso para detener la rebelión. Se enfrentó públicamente y cuestionó con arrogancia a Miguel, a Emanuel y a los ancianos de días para destacar seguidamente el hecho de que su inacción era una prueba evidente de la impotencia de los gobiernos del universo y del suprauniverso.
53:4.6 (605.3) Gabriel estuvo personalmente presente durante todas estas deslealtades y únicamente anunció que él, en su debido momento, hablaría en nombre de Miguel, y que se dejaría a todos los seres decidir en libertad y sin interferencias; que el “gobierno de los Hijos en nombre del Padre solo deseaba una lealtad y una devoción que fuesen voluntarias, sinceras y a prueba de sofismas”.
53:4.7 (605.4) A Lucifer se le permitió formar y organizar al completo su gobierno en rebeldía antes de que Gabriel hiciera intento alguno por impugnar el derecho a la secesión ni por contrarrestar la propaganda de los insurgentes. Pero, de forma inmediata, los Padres de la constelación confinaron la acción de estos seres desleales al sistema de Satania. Este periodo dilatorio, sin embargo, resultó ser un tiempo de gran aflicción y prueba para los seres leales de toda Satania. Durante algunos años, todo se sumió en el caos, y una gran confusión reinó en los mundos de las moradas.
5. LA NATURALEZA DEL CONFLICTO
53:5.1 (605.5) Cuando estalló la rebelión de Satania, Miguel consultó con Emanuel, su hermano del Paraíso y, tras esta trascendental reunión, Miguel anunció que seguiría el mismo principio que había caracterizado su conducta en sublevaciones similares en el pasado, esto es, una actitud de no injerencia.
53:5.2 (605.6) En el momento de esta rebelión y de las dos que la precedieron, en el universo de Nebadón no existía ninguna autoridad soberana de forma absoluta y personal. Miguel gobernaba por derecho divino como vicerregente del Padre Universal, pero aún no por derecho personal propio. No había acabado su andadura de gracia; todavía no había sido investido de “toda potestad en el cielo y en la tierra”.
53:5.3 (605.7) Desde el estallido de la rebelión hasta el día de su entronización como soberano gobernante de Nebadón, Miguel nunca se interpuso a las fuerzas rebeldes de Lucifer; se les permitió seguir su curso con entera libertad durante casi doscientos mil años del tiempo de Urantia. Cristo Miguel dispone en este momento de amplio poder y autoridad para tratar de inmediato, incluso sumarialmente, con tales brotes de deslealtad, pero tenemos dudas de que tal autoridad soberana lo lleve a conducirse de forma diferente si se produjera otra sublevación de índole similar.
53:5.4 (605.8) Al haber optado Miguel por mantenerse apartado de la guerra declarada por la rebelión de Lucifer, Gabriel convocó a sus asistentes personales en Edentia y, con la recomendación de los Altísimos, decidió asumir el mando de las multitudes leales de Satania. Miguel permaneció en Lugar de Salvación, mientras que Gabriel se dirigió a Jerusem y se estableció en la esfera dedicada al Padre —el mismo Padre Universal cuyo ser personal Lucifer y Satanás habían cuestionado—, y, en presencia de las multitudes de seres personales leales allí congregados, desplegó el estandarte de Miguel, el emblema material del gobierno de la Trinidad de toda la creación: los tres círculos concéntricos azul celeste sobre un fondo blanco.
53:5.5 (606.1) El emblema de Lucifer era un estandarte blanco con un círculo rojo, en el centro del cual aparecía un círculo de color negro sólido.
53:5.6 (606.2) “Había guerra en el cielo; el comandante de Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón (Lucifer, Satanás y los príncipes apóstatas); y luchaban el dragón y sus ángeles rebeldes, pero no prevalecieron”. Esta “guerra en el cielo” no fue una batalla física de la manera en la que un conflicto así se pudiera concebir en Urantia. En los primeros días de la contienda, Lucifer pronunció sus diatribas continuamente en el anfiteatro planetario. Gabriel, desde su sede, establecida en las cercanías, hizo una constante denuncia de los sofismas del insurgente. Los distintos seres personales presentes en la esfera, que estuviesen en duda respecto a la actitud a tomar, iban y venían de un discurso a otro hasta adoptar una decisión definitiva.
53:5.7 (606.3) Pero esta guerra en el cielo fue muy terrible y muy real. Aunque no presentaba ninguna de las atrocidades propias de la guerra física de los mundos no desarrollados, un conflicto así es mucho más mortífero; en un combate de orden material, la vida humana corre peligro, pero la guerra en el cielo se libraba en términos de vida eterna.
6. UN LEAL COMANDANTE DE SERAFINES
53:6.1 (606.4) Durante el período de tiempo transcurrido entre el brote de las hostilidades y la llegada del nuevo gobernante del sistema y de sus asistentes, se sucedieron muchas gestas nobles e inspiradoras de devoción y lealtad de parte de numerosos seres personales. Pero, entre todas estas valerosas proezas y muestras de devoción, la más apasionante de todas fue la valiente conducta de Manotia, el segundo al mando de los serafines de la sede de Satania.
53:6.2 (606.5) Cuando estalló la rebelión en Jerusem, el jefe de las multitudes seráficas se sumó a la causa de Lucifer. Esto, sin duda, explica por qué se descarrió un número tan grande del cuarto orden de serafines, o serafines gestores de los sistemas. El líder seráfico se dejó cegar espiritualmente por la brillantez personal de Lucifer; sus agradables modos fascinaban a los órdenes de seres celestiales de inferior rango. Sencillamente, no podían comprender cómo una persona tan deslumbrante pudiese estar equivocada.
53:6.3 (606.6) No hace mucho tiempo, al describir sus experiencias con relación al inicio de la rebelión de Lucifer, Manotia dijo: “Pero, en conexión con la emocionante aventura que significó mi actuación en la rebelión de Lucifer, el momento más estimulante para mí fue cuando, en calidad de segundo comandante seráfico, me negué a participar en la afrenta que se había ideado contra Miguel; y los poderosos rebeldes procuraron terminar conmigo mediante la formación de una coligación de fuerzas. Hubo una sublevación terrible en Jerusem, pero ni un solo de los serafines leales sufrió daño alguno”.
53:6.4 (606.7) “Tras la transgresión de mi superior inmediato, recayó sobre mí la responsabilidad de asumir el mando de las multitudes angélicas de Jerusem como director titular de los confusos asuntos seráficos del sistema. Los melquisedecs me dieron su apoyo moral, una mayoría de hijos materiales me prestó su valiosa asistencia, un considerable grupo de mi propio orden me abandonó, pero recibí un magnifico respaldo de los mortales ascendentes de Jerusem”.
53:6.5 (606.8) “Al haber sido inevitablemente expulsados de las vías circulatorias de la constelación a causa de la secesión de Lucifer, dependíamos de la lealtad de nuestro cuerpo de informaciones, que remitía los llamamientos de ayuda a Edentia desde el sistema cercano de Rantulia; y constatamos que el reino del orden, del intelecto de la lealtad y del espíritu de la verdad eran innatamente los vencedores sobre la rebelión, la afirmación de sí mismo y la llamada libertad personal; logramos seguir adelante hasta la llegada del nuevo soberano del sistema, el digno sucesor de Lucifer. E, inmediatamente después, se me asignó al colectivo de los síndicos melquisedecs de Urantia. Asumí la jurisdicción de los órdenes seráficos leales del mundo del traidor Caligastia, que había declarado a su esfera como miembro de nuevo sistema previsto de ‘mundos liberados y de seres personales emancipados' propuesto en la infame declaración libertaria promulgada por Lucifer, en su llamamiento a las 'inteligencias amantes de la libertad, librepensadoras y con visión de futuro de los mundos mal gobernados y mal administrados de Satania’”.
53:6.6 (607.1) Este ángel sigue en activo en Urantia como jefe adjunto de los serafines.
7. LA HISTORIA DE LA REBELIÓN
53:7.1 (607.2) La rebelión de Lucifer se propagó por todo el sistema. Treinta y siete príncipes planetarios secesionistas pusieron mayoritariamente los gobiernos de sus mundos del lado del archirrebelde. Únicamente en Panoptia, el príncipe planetario no consiguió arrastrar a su pueblo con él. En dicho mundo, bajo la dirección de los melquisedecs, el pueblo se unió en apoyo de Miguel. Elanora, una mujer joven de ese planeta de mortales, empuñó el mando de las razas humanas y ni una sola alma de ese mundo, desgarrado por estos conflictos, se alistó bajo la bandera de Lucifer. Y, desde entonces, estos leales panoptianos prestan sus servicios en el séptimo mundo de transición de Jerusem como cuidadores y constructores en la esfera del Padre y en sus siete mundos de detención que la rodean. Los panoptianos no actúan solamente como auténticos custodios de estos mundos, sino que también cumplen las órdenes personales de Miguel con el fin de embellecer estas esferas para algún uso futuro y desconocido. Realizan esta labor cuando, en su camino a Edentia, hacen estancia allí.
53:7.2 (607.3) Durante todo este período, Caligastia defendió la causa de Lucifer en Urantia. Hábilmente, los melquisedecs supieron oponerse al apóstata príncipe planetario, pero los sofismas de una libertad desenfrenada y las delirantes ideas de la afirmación de sí mismo encontraron el camino abierto para servir de engaño a los pueblos primitivos de un mundo joven y sin desarrollar.
53:7.3 (607.4) La propaganda secesionista tuvo que efectuarse acudiendo a la iniciativa personal porque el servicio de transmisiones y todos los otros canales de comunicación interplanetaria se habían suspendido por acción de los supervisores de las vías circulatorias del sistema. En el momento del estallido de la insurrección, todo el sistema de Satania quedó aislado de las vías circulatorias de la constelación y también de las del universo. Durante este período, los agentes seráficos y los mensajeros solitarios enviaban todos los mensajes, tanto los entrantes como los salientes. Las vías circulatorias que accedían a los mundos caídos estaban igualmente cortadas, de modo que Lucifer no podía utilizar este canal para impulsar su perverso plan. Y, mientras el archirrebelde viva dentro de los confines de Satania, estas vías de comunicación no se restablecerán.
53:7.4 (607.5) Fue una rebelión de los lanonandecs. Los órdenes más elevados de filiación del universo local no se adhirieron a la secesión de Lucifer, aunque algunos de los portadores de vida emplazados en los planetas rebeldes se dejaron influir en cierta manera por la rebelión de los príncipes desleales. Ninguno de los hijos trinitizados se descarrió. Los melquisedecs, los arcángeles y las estrellas brillantes vespertinas permanecieron todos leales a Miguel y, con Gabriel, lucharon con valentía por la voluntad del Padre y el gobierno del Hijo.
53:7.5 (608.1) Ningún ser originario del Paraíso estuvo involucrado en deslealtad alguna. Junto con los mensajeros solitarios, establecieron su sede en el mundo del Espíritu y permanecieron bajo el mando del fiel de días de Edentia. Ninguno de los conciliadores apostató ni tampoco se descarrió ni uno solo de los archivistas celestiales. Pero hubo grandes pérdidas entre los acompañantes morontiales y los maestros de los mundos de las moradas.
53:7.6 (608.2) Del orden supremo de los serafines, no se perdió ningún ángel, pero un grupo considerable del orden siguiente, el superior, sucumbió al engaño y se dejaron arrastrar. Igualmente, algunos ángeles del orden tercero o serafines supervisores, cayeron en el error. Si bien, el gran descalabro se produjo en el cuarto grupo, o ángeles gestores, o serafines normalmente destinados al servicio de las capitales de los sistemas. Manotia consiguió salvar a casi dos tercios de ellos, pero algo más de un tercio siguió a su jefe y se sumó a las filas rebeldes. Un tercio de todos los querubines de Jerusem, adscritos a los ángeles gestores, se perdió junto con sus serafines desleales.
53:7.7 (608.3) De los ayudantes angélicos planetarios, los asignados a los hijos materiales, alrededor de un tercio sucumbió al engaño y casi un diez por ciento de los servidores de las criaturas en transición se dejó arrastrar. Juan vio esto de modo simbólico cuando escribió del gran dragón rojo, diciendo: “Y su cola arrastró la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó a la oscuridad”.
53:7.8 (608.4) Aunque la peor de las pérdidas ocurrió en las filas angélicas, la mayoría de los órdenes de inteligencia de inferior rango se implicaron en la deslealtad. De los 681 217 hijos materiales que se perdieron en Satania, el noventa y cinco por ciento cayó víctima de la rebelión de Lucifer. Un gran número de criaturas intermedias se perdió en determinados planetas, cuyos príncipes planetarios se sumaron a la causa de Lucifer.
53:7.9 (608.5) En muchos aspectos, esta rebelión fue la más extendida y devastadora de todas las ocurridas en Nebadón. Se involucraron más seres personales en esta insurrección que en las dos anteriores. Quedará como una eterna ignominia que los emisarios de Lucifer y Satanás no respetaran las guarderías infantiles de formación del planeta cultural de los finalizadores, sino que, por el contrario, trataron de corromper a estas mentes en desarrollo, salvadas misericordiosamente, de los mundos evolutivos.
53:7.10 (608.6) Los mortales ascendentes eran vulnerables, pero resistieron mejor a los sofismas de la rebelión que los espíritus menores. Aunque cayeron muchos de aquellos de los mundos de las moradas de inferior orden que no habían llegado a fusionarse con sus modeladores, está escrito, para gloria de la solidez del plan de ascensión, que ni uno solo miembro de los ciudadanos ascendentes de Satania con residencia en Jerusem participó en la rebelión de Lucifer.
53:7.11 (608.7) Hora tras hora y día tras día, las estaciones de transmisión de todo Nebadón se atestaban de ansiosos espectadores de toda clase de inteligencias celestiales que cabe imaginar. Acudían para escrutar los boletines sobre la rebelión de Satania y celebrar los informes que incesantemente se hacían eco de la inquebrantable lealtad de los mortales ascendentes, los cuales, bajo el mando de los melquisedecs, conseguían resistir a la acción conjunta y continuada de las insidiosas fuerzas del mal, que tan rápidamente habían cerrado filas en torno al estandarte de la secesión y del pecado.
53:7.12 (608.8) Entre el comienzo de la “guerra en el cielo” y la toma de posesión del sucesor de Lucifer transcurrieron más de dos años del tiempo del sistema. Pero por fin llegó el nuevo soberano, que arribó al mar de cristal con sus asistentes. Yo me encontraba entre las reservas que Gabriel había movilizado en Edentia y recuerdo bien el primer mensaje de Lanaforge dirigido al Padre de la constelación de Norlatiadec. Decía así: “Ni un solo ciudadano de Jerusem se ha perdido. Todos los mortales ascendentes sobrevivieron a la dura y decisiva prueba y salieron totalmente triunfantes y victoriosos”. Y este mensaje llegó a Lugar de Salvación, a Uversa y al Paraíso, afirmando la certeza de que la experiencia de sobrevivir de los mortales ascendentes es la mayor garantía contra la rebelión y la salvaguardia más segura contra el pecado. El número de este noble grupo de Jerusem era de un total de 187 432 811 fieles mortales.
53:7.13 (609.1) Con la llegada de Lanaforge, los archirrebeldes fueron derrocados y apartados de todas sus competencias gobernativas, aunque se les permitió moverse con libertad por Jerusem, por las esferas morontiales e incluso por los distintos mundos habitados. Y prosiguieron con su empeño de engañar y de tentar las mentes de hombres y ángeles, confundiéndolas e induciéndolas en el error. Pero en cuanto a su tarea en el monte de gobernación de Jerusem, “no se halló ya lugar para ellos”.
53:7.14 (609.2) Aunque se despojó a Lucifer de toda autoridad en la administración de Satania, no existía en aquel entonces ningún poder ni tribunal del universo local que pudiese detener o destruir a este malvado rebelde; en aquel momento, Miguel no había sido elevado a gobernante soberano. Los ancianos de días apoyaron a los Padres de la constelación en la toma del gobierno del sistema, pero jamás han formulado oficialmente ninguna decisión posterior respecto a las muchas apelaciones todavía pendientes con relación al presente estatus o a la futura extinción de Lucifer, Satanás y sus colaboradores.
53:7.15 (609.3) Por consiguiente, estos archirrebeldes pudieron deambular por todo el sistema buscando infiltrar nuevamente sus doctrinas del descontento y de la afirmación de sí mismo. Pero en casi doscientos mil años de tiempo de Urantia, no han logrado engañar a ningún otro mundo. Desde la caída de los treinta y siete mundos, ningún otro se ha perdido, ni siquiera aquellos mundos más jóvenes que se han poblado tras el día de la rebelión.
8. EL HIJO DEL HOMBRE EN URANTIA
53:8.1 (609.4) Lucifer y Satanás deambularon libremente por el sistema de Satania hasta el fin de la misión de gracia de Miguel en Urantia. Estuvieron juntos en vuestro mundo por última vez durante el momento de su ataque al Hijo del Hombre, perpetrado conjuntamente.
53:8.2 (609.5) Con anterioridad, cuando los príncipes planetarios, los “Hijos de Dios” se congregaban regularmente, “venía también Satanás”, reclamando que él representaba a todos los mundos aislados de los príncipes planetarios caídos. Pero, desde el último ministerio de gracia de Miguel, no se le concede en Jerusem tal libertad. Tras su intento de corromper a Miguel durante su ministerio en la carne, en toda Satania, aparte de los mundos aislados por el pecado, no se alberga ningún sentimiento de compasión hacia Lucifer y Satanás.
53:8.3 (609.6) Exceptuando a los planetas de los príncipes planetarios apóstatas, el ministerio de gracia de Miguel puso fin a la rebelión de Lucifer en todo Satania. Y de ahí el sentido que adquiere la experiencia personal de Jesús cuando cierto día, poco antes de morir en la carne, manifestó a sus discípulos: “Y yo vi a Satanás caer del cielo como un rayo”. Había venido con Lucifer a Urantia para librar la última y decisiva batalla.
53:8.4 (609.7) El Hijo del Hombre confiaba en tener éxito, y sabía que su triunfo en vuestro mundo resolvería para siempre el estatus de sus enemigos seculares, no solamente en Satania sino también en los otros dos sistemas sumidos en el pecado. Cuando vuestro Maestro, en respuesta a las proposiciones de Lucifer, contestó con serenidad y con aplomo divino, “Ponte detrás de mí, Satanás”, se abrió el camino a la supervivencia de los mortales y a la seguridad para los ángeles. Ese fue, en principio, el verdadero fin de la rebelión de Lucifer. Es cierto que los tribunales de Uversa no han emitido aún la resolución mandatoria sobre la apelación de Gabriel pidiendo la extinción de los rebeldes, pero no hay duda de que tal decreto estará disponible a su debido tiempo, al haberse dado ya el primer paso en la vista de este caso.
53:8.5 (610.1) El Hijo del Hombre reconoció a Caligastia formalmente como el príncipe de Urantia hasta cerca del tiempo de su muerte. Dijo Jesús: “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera”. Y, estando incluso más cerca de acabar su labor de vida, anunció: “El príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. Este mismo príncipe, destronado y en deshonra, es el que una vez fue llamado “Dios de Urantia”.
53:8.6 (610.2) El último acto de Miguel antes de dejar Urantia fue ofrecer misericordia a Caligastia y Daligastia, pero desdeñaron su considerado ofrecimiento. Caligastia, vuestro príncipe planetario apóstata, está todavía libre en Urantia para proseguir con sus perversos objetivos, si bien, no tiene absolutamente ningún poder para entrar en la mente de los hombres, ni tampoco puede acercarse a sus almas para tentarlas o corromperlas, a menos que estas realmente deseen ser maldecidas por su perversa presencia.
53:8.7 (610.3) Antes del ministerio de gracia de Miguel, estos gobernantes de las tinieblas intentaron mantener su autoridad en Urantia y, persistentemente resistieron a los seres personales celestiales menores y subordinados. Pero, a partir del día de Pentecostés, el traidor Caligastia y Daligastia, su igualmente despreciable colaborador, están supeditados a la majestad divina de los modeladores del pensamiento del Paraíso y del protector espíritu de la verdad, el espíritu de Miguel, que se derramó sobre toda carne.
53:8.8 (610.4) Pero incluso así, ningún espíritu caído ha tenido nunca el poder de invadir la mente ni de hostigar las almas de los hijos de Dios. Ni Satanás ni Caligastia podrían perturbar o acercarse a los hijos de Dios por la fe; la fe es una armadura eficaz contra el pecado y la iniquidad. Es verdad: “Todo aquel que ha nacido de Dios se guarda y el maligno no lo toca”.
53:8.9 (610.5) En general, cuando se supone que hay mortales débiles y disolutos bajo la influencia de diablos y demonios, lo que sucede es que se encuentran intrínsecamente dominados por sus propias tendencias indignas y envilecidas, se dejan llevar por sus propias inclinaciones naturales. Se ha atribuido al diablo mucho mal que no le corresponde. Caligastia, desde la cruz de Cristo, es relativamente impotente.
9. EL ESTADO ACTUAL DE LA REBELIÓN
53:9.1 (610.6) En los primeros días de la rebelión de Lucifer, Miguel ofreció la salvación a todos los rebeldes. A todos aquellos que dieran prueba de arrepentimiento sincero, les brindó, en cuanto alcanzara la soberanía plena del universo, el perdón y la reintegración en alguna forma de servicio en el universo. Ninguno de los líderes aceptó este ofrecimiento de misericordia. Pero miles de ángeles y órdenes menores de seres celestiales, incluyendo a cientos de hijos e hijas materiales, aceptaron la misericordia anunciada por los panoptianos y, en el momento de la resurrección de Jesús mil novecientos años atrás, se les concedió la rehabilitación. En aquel entonces, se les trasladó al mundo del Padre de Jerusem, en el que deben permanecer, oficialmente, hasta que los tribunales de Uversa emitan una resolución en la cuestión de Gabriel contra Lucifer. Pero nadie duda de que, cuando se dicte el veredicto de ejecución, esto seres personales arrepentidos y rescatados quedarán eximidos del decreto de extinción. Estas almas, puestas a prueba, trabajan ahora con los panoptianos en la tarea de cuidar el mundo del Padre.
53:9.2 (611.1) El archiimpostor no ha estado en Urantia desde los días en los que trató de desviar a Miguel de su propósito de terminar su ministerio de gracia y acabara por establecerse firmemente como gobernante incondicional de Nebadón. Cuando Miguel se erigió permanentemente como cabeza del universo de Nebadón, Lucifer fue detenido por los agentes de los ancianos de días de Uversa y, desde entonces, ha estado preso en el satélite número uno del grupo de satélites pertenecientes al mundo del Padre, una de las esferas de transición de Jerusem. Y aquí los gobernantes de otros mundos y sistemas contemplan el fin del soberano infiel de Satania. Pablo conocía la condición de estos líderes rebeldes tras el ministerio de gracia de Miguel, pues en sus escritos se refirió a los jefes de Caligastia como “huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
53:9.3 (611.2) Al asumir la soberanía suprema de Nebadón, Miguel pidió a los ancianos de días autorización para internar a todos los seres personales implicados en la rebelión de Lucifer pendientes del fallo de los tribunales del suprauniverso en el caso de Gabriel contra Lucifer, tal como consta en las actas del tribunal supremo de Uversa desde hace casi doscientos mil años, según vuestro cálculo del tiempo. Con respecto al grupo de la capital del sistema, los ancianos de días accedieron a la petición de Miguel con una sola salvedad: se permitía a Satanás hacer visitas periódicas a los príncipes apóstatas de los mundos caídos hasta que tales mundos apóstatas aceptaran a otro Hijo de Dios, o hasta el momento en que los tribunales de Uversa comenzaran a resolver el litigio de Gabriel contra Lucifer.
53:9.4 (611.3) Satanás podía ir a Urantia porque no teníais ningún Hijo de Dios de rango —ni un príncipe planetario ni un hijo material— que residiera allí. Desde entonces, se ha proclamado a Maquiventa Melquisedec príncipe planetario vicerregente de Urantia, y la apertura del caso de Gabriel contra Lucifer ha sido la señal para que se inaugurasen regímenes temporales planetarios en todos los mundos aislados. Es verdad que Satanás realizó visitas periódicas a Caligastia y a otros príncipes caídos hasta el mismo momento del relato de estas revelaciones, cuando tuvo lugar la primera vista con relación a la petición de Gabriel a favor de poner fin a la existencia de los archirrebeldes. Satanás está ahora detenido incondicionalmente en los mundos prisiones de Jerusem.
53:9.5 (611.4) A partir del último ministerio de gracia de Miguel, nadie en todo Satania ha deseado ir a los mundos prisiones en ayuda de los rebeldes internados. Y ningún otro ser ha abrazado la causa del impostor. Durante mil novecientos años, esta situación ha permanecido inalterable.
53:9.6 (611.5) No esperamos que se supriman las actuales restricciones de Satania hasta que los ancianos de días no decidan finalmente la destrucción de los archirrebeldes. Las vías circulatorias del sistema no se restablecerán mientras que Lucifer siga vivo. Entretanto, él está completamente inactivo.
53:9.7 (611.6) La rebelión ha terminado en Jerusem. Esto sucede en los mundos caídos en cuanto llegan los Hijos divinos. Creemos que todos los rebeldes que pudieran en algún momento aceptar la misericordia ya lo han hecho. Estamos a la espera de una notificación directa que prive a estos traidores de su existencia como seres personales. Prevemos que el veredicto de Uversa se presentará vía comunicado ejecutorio y tendrá como efecto la disolución de los rebeldes internados. Entonces buscaréis sus lugares, pero no los hallaréis. “Y todos los que os conocieron de entre los pueblos se quedarán atónitos por causa vuestra; habéis sido objeto de espanto, pero dejaréis de serlo para siempre”. Así pues, todos estos indignos traidores “serán como si no hubieran existido”. Todos aguardan el decreto de Uversa.
53:9.8 (611.7) Pero hace eras que los siete mundos prisiones de Satania de oscuridad espiritual significan una seria advertencia para todo Nebadón, proclamando de forma elocuente y efectiva la gran verdad de que “el camino de los transgresores es duro”; que “cada pecado encierra la semilla de su propia destrucción”; que “la paga del pecado es muerte”.
53:9.9 (612.1) [Exposición de Manovandet Melquisedec, antiguamente adscrito a los síndicos de Urantia.]
Escrito 54
Los problemas de la rebelión de Lucifer
54:0.1 (613.1) Al hombre evolutivo le resulta difícil comprender del todo el significado y el alcance del mal, el error, el pecado y la iniquidad. El hombre es lento en percibir que el contraste entre perfección e imperfección ocasiona el mal en potencia; que la oposición entre verdad y falsedad crea error y confusión; que el don divino de la libre voluntad resulta en los dos polos divergentes del pecado y la rectitud; que la búsqueda perseverante de la divinidad conduce al reino de Dios a diferencia de su continuo rechazo, que conduce a los dominios de la iniquidad.
54:0.2 (613.2) Los Dioses no crean el mal y no permiten ni el pecado ni la rebelión. El mal en potencia existe en el tiempo, en un universo que acoge diferentes niveles de contenidos y de valores de la perfección. El pecado está en potencia en todos los ámbitos en los que los seres imperfectos gozan de la facultad de elegir entre el bien y el mal. La misma presencia contradictoria de la verdad y la mentira, de lo real y lo falso, constituye la potencialidad del error. La elección deliberada del mal constituye el pecado; el rechazo intencionado de la verdad es error; la obstinada búsqueda del pecado y del error es iniquidad.
1. LA VERDADERA LIBERTAD Y LA FALSA LIBERTAD
54:1.1 (613.3) De todos los desconcertantes problemas que se derivaron de la rebelión de Lucifer, ninguno ha causado tanta adversidad como la que surge de la deficiente capacidad de los mortales evolutivos inmaduros en diferenciar entre la verdadera y la falsa libertad.
54:1.2 (613.4) La verdadera libertad es la búsqueda de los siglos y la recompensa del progreso evolutivo. La falsa libertad es el sutil engaño del error y el mal que el tiempo y el espacio respectivamente conllevan. La libertad perdurable se basa en la realidad de la justicia —la inteligencia, la madurez, la fraternidad y la ecuanimidad—.
54:1.3 (613.5) La libertad, cuando se mueve por motivos poco inteligentes y sin restricción ni control, destruye la propia existencia cósmica. La verdadera libertad se relaciona progresivamente con la realidad y está siempre atenta a la ecuanimidad social, a la justicia cósmica, a la fraternidad del universo y a las obligaciones divinas.
54:1.4 (613.6) La libertad resulta suicida cuando se desconecta de la justicia material, de la ecuanimidad intelectual, de la indulgencia social, del deber moral y de los valores espirituales. La libertad es inexistente aparte de la realidad cósmica, y toda realidad personal es proporcional a sus relaciones con la divinidad.
54:1.5 (613.7) La voluntad propia desenfrenada y la expresión descontrolada de uno mismo equivalen al egoísmo absoluto, a la suma impiedad. Si no viene acompañada de una creciente conquista del yo, la libertad es creación de una egocéntrica imaginación humana. La libertad inducida por nuestro propio yo es una ilusión conceptual, un atroz engaño. El libertinaje que se enmascara bajo la apariencia de libertad preludia una esclavitud deplorable.
54:1.6 (614.1) LA VERDADERA LIBERTAD es compañera del genuino respeto de uno mismo; la falsa libertad es el adlátere de la admiración de sí mismo. La verdadera libertad es el fruto del autocontrol; la falsa libertad, la asunción de la autoafirmación. El autocontrol conduce al servicio altruista; la admiración propia tiende a la explotación de los demás para el engrandecimiento egoísta del ser errado, que está dispuesto a renunciar al fruto honesto de su esfuerzo en pro de un injusto poder sobre sus semejantes.
54:1.7 (614.2) Incluso la sabiduría es divina y honorable solamente cuando tiene dimensiones cósmicas y está espiritualmente motivada.
54:1.8 (614.3) No hay error más grande que esa especie de autoengaño que lleva a los seres inteligentes a ansiar ejercer su poder sobre otras personas como medio de privarlas de sus libertades naturales. La regla de oro de la ecuanimidad humana clama contra tal impostura, arbitrariedad, egoísmo e injusticia. Únicamente la verdadera y auténtica libertad es compatible con el reino del amor y con el ministerio de la misericordia.
54:1.9 (614.4) ¡Cómo osa la pertinaz criatura vulnerar los derechos de sus semejantes en nombre de la libertad personal cuando los gobernantes supremos del universo se mantienen, con misericordioso respeto, al margen de estas prerrogativas de la voluntad y de estos potenciales del ser personal! Ningún ser tiene el derecho de privar a otros, en el ejercicio de su supuesta libertad personal, de esos privilegios de vida conferidos por los Creadores y debidamente respetados por todos sus leales colaboradores, subordinados y ciudadanos regulares.
54:1.10 (614.5) El hombre evolutivo puede que tenga que luchar por sus libertades materiales contra tiranos y opresores, en un mundo de pecado e iniquidad o en las épocas tempranas de una esfera primitiva en evolución, pero esto no es así en los mundos morontiales ni en las esferas espirituales. La guerra es la herencia del hombre evolutivo primitivo; si bien, hace tiempo que en esos mundos donde la civilización avanza de manera normal, se considera una infamia el enfrentamiento físico como método de solventar conflictos raciales.
2. EL ROBO DE LA LIBERTAD
54:2.1 (614.6) Junto con el Hijo y el Espíritu, Dios proyectó la eterna Havona y, desde ese momento, se estableció el modelo eterno de participación igualitaria en la creación —el compartir—. Este modelo de compartición es el diseño magistral para cada uno de los Hijos e Hijas de Dios que salen al espacio con el empeño de reproducir, en el tiempo, el universo central de perfección eterna.
54:2.2 (614.7) Cualquier criatura de cualquier universo en evolución que aspira a hacer la voluntad del Padre está destinada a convertirse en la acompañante de los creadores espacio-temporales en esta magnífica aventura de lograr la perfección de manera experiencial. Si esto no fuera cierto, el Padre no habría dotado a estas criaturas de una libre voluntad creativa, ni tampoco habitaría en ellas ni llegaría realmente a hacerse su compañero por medio de su propio espíritu.
54:2.3 (614.8) La locura de Lucifer consistió en intentar hacer lo que no era factible: eludir el tiempo en un universo experiencial. El delito de Lucifer fue intentar privar a todos los seres personales de Satania de sus derechos creativos: el menoscabo subrepticio de la participación personal de las criaturas —participación por propia voluntad— en la larga lucha evolutiva por alcanzar la condición de luz y vida tanto de forma individual como colectiva. Al hacer esto, este antiguo soberano de vuestro sistema colocaba el propósito temporal de su propia voluntad directamente en oposición al propósito eterno de la voluntad de Dios, tal como se revela en el don de la libre voluntad otorgada a las criaturas personales. De este modo, la rebelión de Lucifer amenazaba con vulnerar, en todo lo posible, el poder de libre elección de los ascendentes y servidores del sistema de Satania, esto es, amenazaba con privar para siempre, a cada uno de estos seres, de la apasionante experiencia de contribuir con algo personal y único al monumento que lentamente se erige a la sabiduría experiencial, y que algún día existirá en la forma del sistema perfeccionado de Satania. Así pues, el manifiesto de Lucifer, disfrazado bajo los ropajes de la libertad, representa a la clara luz de la razón, una imponente amenaza que buscaba perpetrar el robo de la libertad personal y llevarlo a cabo a una escala evidenciada únicamente dos veces en toda la historia de Nebadón.
54:2.4 (615.1) En resumen, Lucifer habría despojado a hombres y ángeles de lo que Dios les había dado, esto es, del privilegio divino de participar en la creación de sus propios destinos y del destino de este sistema local de mundos habitados.
54:2.5 (615.2) No hay en todo el universo ser alguno cuya libertad le dé legitimidad para privar a otros seres de la verdadera libertad, del derecho de amar y ser amado, del privilegio de adorar a Dios y de servir a sus semejantes.
3. LA DILACIÓN DE LA JUSTICIA
54:3.1 (615.3) A las criaturas morales y de voluntad de los mundos evolutivos siempre les ha preocupado irreflexivamente poder dar respuesta a la pregunta de por qué los omnisapientes creadores permiten el mal y el pecado. No alcanzan a comprender que ambos son inevitables si la criatura ha de ser realmente libre. La libertad de la voluntad del hombre en evolución o del magnífico ángel no es un mero concepto filosófico, un ideal simbólico. La facultad del hombre para optar por el bien o el mal es una realidad del universo. Esta libertad para elegir por sí mismos es un don de los gobernantes supremos, y no permitirán que ningún ser o grupo de seres despoje a ninguna persona del amplio universo de esta libertad divinamente otorgada —incluso si estos seres errados e ignorantes gozan de esta mal llamada libertad personal—.
54:3.2 (615.4) Aunque la identificación consciente e incondicionada con el mal (o pecado) equivale a la no existencia (reducción a la nada), entre el momento de dicha identificación personal con el pecado y la ejecución del castigo —el resultado natural de tal deliberada acogida del mal— siempre se ha de dejar transcurrir un período de tiempo lo suficientemente amplio como para permitir que la sentencia, en cuanto al estatus en el universo de dicho ser, resulte enteramente satisfactoria para todos los seres personales del universo implicados, y que sea tan ecuánime y justa como para que tenga la aprobación del pecador mismo.
54:3.3 (615.5) Pero si este rebelde del universo, que se opone a la realidad de la verdad y de la bondad, se niega a aceptar el veredicto, y si el culpable conoce en su corazón la justicia de su condena pero rehúsa a hacer tal confesión, entonces la ejecución de la sentencia debe demorarse en conformidad con el criterio de los ancianos de días. Y los ancianos de días se niegan a la disolución de ningún ser hasta que todos los valores morales y todas las realidades espirituales no hayan dejado de existir tanto en el malhechor como en todos sus adeptos y en los posibles partidarios.
4. LA MISERICORDIOSA DILACIÓN
54:4.1 (615.6) Otro problema algo difícil de explicar en la constelación de Norlatiadec está relacionado con las razones que permitieron a Lucifer, Satanás y a los príncipes caídos obrar el mal durante tanto tiempo antes de ser detenidos, internados y juzgados.
54:4.2 (616.1) Aquellos que son padres, que han tenido y criado hijos, están mejor capacitados para comprender por qué Miguel, un padre-creador, puede ser lento en condenar y poner fin a sus propios hijos. La historia del hijo pródigo que Jesús narró ilustra bien cómo un padre amoroso es capaz de esperar durante largo tiempo el arrepentimiento de su errado hijo.
54:4.3 (616.2) El mero hecho de que la malvada criatura pueda realmente escoger hacer el mal —cometer el pecado— establece el hecho en sí de la libre voluntad y justifica plenamente la tardanza en la ejecución de la justicia, siempre que la misericordia que se brinda pueda conducir al arrepentimiento y a la rehabilitación.
54:4.4 (616.3) Lucifer gozaba ya de la mayor parte de las libertades que buscaba y recibiría las demás en el futuro. Perdió todos estos preciosos dones por ceder a la impaciencia y rendirse al deseo de poseer lo que se ansía en el momento, y poseerlo haciendo caso omiso de cualquier obligación de respeto de los derechos y libertades de todos los otros integrantes del universo de los universos. Las obligaciones éticas son innatas, divinas y universales.
54:4.5 (616.4) Conocemos muchas razones por las que los gobernantes supremos no dieron fin o internaron de inmediato a los líderes de la rebelión de Lucifer. Pero no hay duda de que existen todavía otras razones, posiblemente mejores, que nos son desconocidas. Miguel de Nebadón personalmente demoró, en su misericordia, la ejecución de la justicia. De no haber sido por el afecto que sentía este padre-creador hacia sus errados Hijos, la justicia suprema del suprauniverso habría obrado. Si hubiese ocurrido en Nebadón un incidente similar al de la rebelión de Lucifer mientras Miguel estaba encarnado en Urantia, los instigadores de tal mal podrían haber sido ineludiblemente reducidos a la nada de forma instantánea.
54:4.6 (616.5) Sin la contención de la misericordia divina, la justicia suprema puede obrar instantáneamente. Pero el ministerio de la misericordia que se dispensa a los hijos del tiempo y del espacio siempre facilita esta dilación, este intervalo salvador entre la siembra y la cosecha. Si la siembra es buena, tal intervalo proporciona la verificación y la edificación del carácter; si la siembra es mala, esta misericordiosa demora proporciona tiempo para el arrepentimiento y la rectificación. Este aplazamiento de la sentencia y de la terminación de la existencia de los malvados es connatural al ministerio misericordioso de los siete suprauniversos. Dicha contención de la justicia por la misericordia demuestra que Dios es amor, y que este Dios de amor gobierna los universos y rige con misericordia el destino y el juicio de todas sus criaturas.
54:4.7 (616.6) Las demoras que se originan en la misericordia son por mandato de la voluntad libre de los creadores. De la paciencia en el tratamiento de los pecaminosos rebeldes, se puede obtener un bien para el universo. Aunque es del todo muy cierto que el bien no puede venir del mal para aquel que concibe y hace el mal, es igualmente cierto que todas las cosas (incluyendo el mal, potencial o manifiesto) cooperan para el bien de todos los seres que conocen a Dios, desean hacer su voluntad y ascienden al Paraíso de acuerdo con su plan eterno y su propósito divino.
54:4.8 (616.7) No obstante, estas misericordiosas demoras no son interminables. A pesar del largo retraso existente (tal como se calcula el tiempo en Urantia) en la sentencia respecto a la rebelión de Lucifer, podemos dar crédito que durante el período en el que se efectuaba esta revelación, se celebró la primera vista en el caso pendiente en Uversa de Gabriel contra Lucifer y, poco después, se emitió el mandato de los ancianos de días ordenando que desde ese momento se confinara a Satanás en el mundo prisión junto con Lucifer. Esto ponía fin a la posibilidad de que Satanás realizara otras visitas a cualquiera de los mundos caídos de Satania. La justicia en un universo que se rige por la misericordia puede ser lenta, pero de cierto llega.
5. LA SABIDURÍA DE LA DEMORA
54:5.1 (617.1) De las muchas razones que me son conocidas por las que no se internó ni sentenció antes a Lucifer y a sus aliados, se me permite enumerar las siguientes:
54:5.2 (617.2) 1. La misericordia exige que todo infractor tenga tiempo suficiente para adoptar plenamente una actitud consciente con relación a sus malévolos pensamientos y actos pecaminosos.
54:5.3 (617.3) 2. La justicia suprema se rige por el amor de un Padre; por lo tanto, la justicia nunca pondrá fin a lo que la misericordia puede salvar. A todo malhechor se le otorga tiempo para aceptar la salvación.
54:5.4 (617.4) 3. Ningún padre cariñoso se precipita a imponer un castigo a algún miembro errado de su familia. La paciencia no puede obrar con independencia del tiempo.
54:5.5 (617.5) 4. Aunque la maleficencia es siempre perjudicial para una familia, la sabiduría y el amor aconsejan a los hijos honestos que tengan paciencia con el hermano errado durante el tiempo que su cariñoso padre le otorga, para que el pecador pueda dilucidar su equivocado camino y aceptar la salvación.
54:5.6 (617.6) 5. Con independencia de la actitud de Miguel hacia Lucifer, a pesar de ser el padre-creador de Lucifer, no era competencia del hijo creador ejercer jurisdicción sumaria contra el apóstata soberano del sistema, porque en aquel momento aún no había completado su andadura de gracia por la que llegaría a alcanzar la soberanía incondicional sobre Nebadón.
54:5.7 (617.7) 6. Los ancianos de días podían haber reducido a la nada de inmediato a estos rebeldes, pero rara vez terminan con la existencia de los infractores sin una audiencia completa. En esta ocasión, declinaron desautorizar las decisiones tomadas por Miguel.
54:5.8 (617.8) 7. Es evidente que Emanuel aconsejó a Miguel que se mantuviese al margen de los rebeldes y permitiese que la rebelión prosiguiese su curso natural hasta que desapareciera por sí misma. Y la sabiduría del unión de días es el reflejo en el tiempo de la sabiduría unida de la Trinidad del Paraíso.
54:5.9 (617.9) 8. El fiel de días de Edentia aconsejó a los Padres de la constelación que permitieran a los rebeldes seguir libremente su curso, a fin de que toda comprensión hacia estos malhechores se erradicase cuanto antes de los corazones de todos los ciudadanos, presentes y futuros, de Norlatiadec —de toda criatura mortal, morontial o espiritual—.
54:5.10 (617.10) 9. En Jerusem, el representante personal del mandatario supremo de Orvontón aconsejó a Gabriel que impulsara cualquier posible oportunidad para que toda criatura viva pudiese madurar en conciencia una decisión respecto a aquellas cuestiones relacionadas con la Declaración Libertaria de Lucifer. Al haberse planteado el problema de la rebelión, el asesor en el Paraíso de Gabriel para casos de emergencia indicó que, si no se ofrecía plena e incondicionadamente esta posibilidad a todas las criaturas de Norlatiadec, entonces, en nombre de la autoprotección, se extendería la cuarentena determinada por el Paraíso a todas estas criaturas posiblemente tibias y dubitativas de toda la constelación. Para mantener abiertas las puertas de la ascensión al Paraíso a los seres de Norlatiadec, era necesario facilitar el desarrollo de la rebelión en su totalidad y garantizar que los seres, de alguna manera implicados en ella, pudieran determinar enteramente su actitud.
54:5.11 (617.11) 10. La benefactora divina de Lugar de Salvación promulgó un mandato, que constituía su tercera proclamación independiente, indicando que no se hiciera nada para paliar a medias, reprimir pusilánimamente u ocultar de alguna otra manera el horrible semblante de los rebeldes y de la rebelión. Se ordenó a las multitudes angélicas que dieran cabida plena y posibilidad sin límites a la manifestación del pecado, ya que sería el modo más rápido de lograr la absoluta y definitiva erradicación de la plaga del mal y del pecado.
54:5.12 (618.1) 11. Se organizó en Jerusem un consejo de emergencia de ex-mortales integrado por mensajeros poderosos, esto es, mortales glorificados que habían tenido experiencia personal en situaciones similares, junto con sus compañeros. Asesoraron a Gabriel en el sentido de que si para reprimir la rebelión se aplicaban métodos de represión de la rebelión discrecionales o sumarios, al menos un número tres veces mayor de seres podrían descarriarse. Todo el colectivo de consejeros de Uversa acordó recomendar a Gabriel que permitiese que dicha rebelión siguiera por completo su curso natural, aunque fuese preciso un millón de años para poner fin a sus consecuencias.
54:5.13 (618.2) 12. El tiempo, incluso en un universo temporal, es relativo: si un mortal de Urantia con una vida de duración media cometiese un delito que provocara una conmoción a escala mundial y si se le detuviera, se le juzgara y se le sentenciara a la pena capital a los dos o tres días de perpetrar dicho delito, ¿os parecería a vosotros mucho tiempo? Y, sin embargo, estos dos o tres días serían la comparación más aproximada al tiempo restante de la vida de Lucifer, incluso si su juicio, ya iniciado, no se terminara en cien mil años de Urantia. Desde el punto de vista de Uversa, en donde el litigio está pendiente, este lapso de tiempo relativo significaría que el delito de Lucifer se sometió a juicio a los dos segundos y medio de haberse cometido. Desde el punto de vista del Paraíso, el dictado de la sentencia es simultáneo al acto delictivo.
54:5.14 (618.3) Hay un número equivalente de razones para no haber puesto fin sumariamente a la rebelión de Lucifer que os resultarían parcialmente comprensibles, pero que no se me permite exponer. Puedo informaros de que en Uversa se enseñan cuarenta y ocho razones que justifican que el mal siga su curso completo de su propia quiebra moral y extinción espiritual. No dudo de que exista otro igual número de razones desconocidas para mí.
6. EL TRIUNFO DEL AMOR
54:6.1 (618.4) Cualesquiera que sean las dificultades que los mortales evolutivos pudieran tener al intentar comprender la rebelión de Lucifer, debería quedar claro a todo pensador reflexivo que el modo de tratar a los rebeldes es una confirmación del amor divino. La misericordia amorosa que se ofrece a los rebeldes parece haber implicado a muchos seres inocentes en dificultades y aflicciones, pero todos estos apesadumbrados seres personales deben tener la seguridad de que los omnisapientes Jueces juzgarán sus destinos con misericordia al igual que con justicia.
54:6.2 (618.5) En todas sus relaciones con los seres inteligentes, tanto el hijo creador como su Padre del Paraíso se gobiernan por el amor. Es imposible comprender muchas facetas de la actitud de los gobernantes del universo hacia los rebeldes y las rebeliones —hacia el pecado y los pecadores—, a menos que se recuerde que Dios como Padre prevalece sobre todas las demás manifestaciones de la Deidad en todas sus relaciones divinas con la humanidad. También se debería recordar que la misericordia mueve a todos los hijos creadores del Paraíso.
54:6.3 (618.6) Si el padre afectuoso de una familia grande decide mostrar misericordia hacia uno de sus hijos culpable de graves maleficencias, es muy posible que el ofrecimiento de la misericordia que se hace a este hijo en su mal comportamiento pueda ocasionar adversidades temporales en todos los demás hijos que tienen un buen comportamiento. Esta posible circunstancia es inevitable; tal riesgo es inseparable del hecho en sí de tener un padre amoroso y de ser parte de una familia. Cada uno de los miembros de la familia se beneficia de la recta conducta de todos los demás miembros; asimismo, cada cual ha de sufrir las consecuencias temporales inmediatas de la mala conducta de cualquier otro miembro. Las familias al igual que los grupos, las naciones, las razas, los mundos, los sistemas, las constelaciones y los universos conllevan relaciones vinculantes que poseen individualidad y, por lo tanto, todo miembro de algún grupo, grande o pequeño, cosecha los beneficios y sufre las consecuencias del buen hacer y de la maleficencia de todos los otros miembros del grupo en cuestión.
54:6.4 (619.1) Pero hay algo que debería quedar claro: si habéis de sufrir las funestas consecuencias del pecado de un miembro de vuestra familia, de algún conciudadano o semejante mortal, incluso de la rebelión en el sistema o en algún otro sitio —sea lo que sea que tengáis que soportar debido a la maleficencia de vuestros colaboradores, semejantes o superiores— podéis contar con la eterna certeza de que dichas tribulaciones son aflicciones pasajeras. Ninguna de estas consecuencias concomitantes con el mal comportamiento de algún integrante del grupo puede jamás poner en peligro vuestras expectativas eternas ni privaros, en lo más mínimo, de vuestro derecho divino a ascender al Paraíso y llegar a Dios.
54:6.5 (619.2) Y hay una compensación para estas vicisitudes, demoras y decepciones que acompañan de forma invariable al pecado de la rebelión. Entre las muchas repercusiones importantes de la rebelión de Lucifer que se puedan reseñar, quiero prestar atención especial a la magnífica trayectoria de esos mortales ascendentes, ciudadanos de Jerusem que, por resistirse a los sofismas del pecado, se abrieron camino para convertirse en futuros mensajeros poderosos, en seres de mi propio orden. Todo ser que pudo soportar la prueba que representó este funesto episodio de inmediato avanzó en su estatus administrativo y acentuó sus méritos espirituales.
54:6.6 (619.3) En un principio, la sublevación de Lucifer pareció ser un absoluto desastre para el sistema y para el universo. Paulatinamente, empezaron a sucederse sus beneficios. Trascurridos veinticinco mil años de tiempo del sistema (veinte mil años de tiempo de Urantia), los melquisedecs comenzaron a impartir la enseñanza de que la bondad, como resultado de la locura de Lucifer, había comenzado a equipararse al mal causado. En su totalidad, el mal había llegado casi a estabilizarse en ese momento; solo continuaba creciendo en ciertos mundos aislados, mientras que los efectos beneficiosos continuaban multiplicándose y extendiéndose por todo el universo y el suprauniverso, incluso hasta Havona. Los melquisedecs imparten ahora la enseñanza de que el bien resultante de la rebelión de Satania es más de mil veces la suma de todo el mal.
54:6.7 (619.4) Pero lograr tan extraordinaria y beneficiosa cosecha de la maleficencia solamente podría ocurrir gracias a la actitud sabia, divina y misericordiosa de todos los superiores de Lucifer, desde los Padres de la constelación de Edentia hasta el Padre Universal del Paraíso. El paso del tiempo ha incrementado el bien conseguido a partir de la locura de Lucifer y, puesto que el mal punible se había desarrollado por completo en un relativamente corto período de tiempo, resultaba evidente que los gobernantes del universo, omnisapientes y previsores, claramente prolongarían el período de tiempo para cosechar resultados cada vez más beneficiosos. Pese a otras muchas razones que explican la demora en la detención y sentencia de los rebeldes de Satania, en sí mismo, este bien que se ha recibido hubiese sido suficiente para explicar por qué no se internó a estos pecadores antes, y por qué no se les ha sentenciado y dado fin.
54:6.8 (619.5) Las mentes mortales, de poca visión de futuro y confinadas en el tiempo, no deberían criticar las demoras temporales de los previsores y omnisapientes administradores de los asuntos del universo.
54:6.9 (620.1) Uno de los errores del pensamiento humano en lo que concierne a estos problemas consiste en la idea de que todos los mortales evolutivos de un planeta en evolución habrían optado por emprender la andadura hacia el Paraíso si su mundo no hubiese sido maldecido por el pecado. La facultad de rechazar la supervivencia no data de los tiempos de la rebelión de Lucifer. En cuanto a su andadura hacia el Paraíso, el hombre mortal siempre ha gozado de la facultad de la libre elección.
54:6.10 (620.2) A medida que ascendéis y experimentáis la supervivencia, ampliaréis vuestros conceptos sobre el universo y extenderéis vuestro horizonte en cuanto a contenidos y valores; y, seréis de este modo capaces de tener una mejor comprensión de por qué a seres como Lucifer y Satanás se les permite continuar en su rebeldía. También comprenderéis mejor de qué manera se puede obtener el bien último (si no inmediato) del mal limitado en el tiempo. Tras lograr el Paraíso, realmente estaréis iluminados y os sentiréis confortados cuando oigáis a los filósofos superáficos analizar y explicar estas profundas cuestiones que llevarán a ajustes en el universo. Pero incluso entonces, dudo de que en vuestra propia mente encontréis una plena satisfacción. Por lo menos, yo no la encontré ni siquiera cuando llegué a alcanzar así la cumbre de la filosofía del universo. No conseguí una completa comprensión de estas complejidades hasta después de que se me hubiese destinado a cometidos de orden administrativo en el suprauniverso, en donde, en base a la experiencia real, adquirí la competencia conceptual adecuada para comprender los múltiples aspectos de tales cuestiones, en cuanto a la equidad cósmica y a la filosofía espiritual. A medida que ascendéis en dirección al Paraíso, entenderéis cada vez más que muchos aspectos problemáticos de la administración del universo solamente se pueden comprender con posterioridad a vuestra adquisición de una mayor capacidad experiencial y al logro de una mejorada percepción espiritual. La sabiduría cósmica es fundamental para comprender las situaciones cósmicas.
54:6.11 (620.3) [Exposición de un mensajero poderoso, actualmente adscrito al gobierno del suprauniverso de Orvontón, que experimentó la supervivencia en la primera rebelión de un sistema de los universos del tiempo; interviene en esta materia a petición de Gabriel de Lugar de Salvación.]
Escrito 55
Las esferas de luz y vida
55:0.1 (621.1) Para un planeta del tiempo y del espacio, la era de luz y vida significa haber alcanzado su estatus evolutivo final. Desde los tempranos tiempos del hombre primitivo, los mundos habitados pasan por sucesivas épocas planetarias: las anteriores y posteriores a la era del príncipe planetario, la era posadánica, la era posterior a la llegada del hijo magistrado y la era posterior a la llegada del Hijo de gracia. Y luego se prepara a dichos mundos para alcanzar la cima de su evolución, para asentarse en el estatus de luz y vida, mediante el ministerio de las misiones planetarias consecutivas de los hijos preceptores de la Trinidad, con sus revelaciones en constante avance de la verdad divina y de la sabiduría cósmica. En esta labor por establecer la postrera era planetaria, los hijos preceptores cuentan siempre con la asistencia de las brillantes estrellas vespertinas y, a veces, con la de los melquisedecs.
55:0.2 (621.2) Esta era de luz y vida, inaugurada por los hijos preceptores al concluir su última misión planetaria, continúa de forma indefinida en los mundos habitados. En su avance, cada etapa asentada en el estatus de luz y vida se puede ver como una sucesión de dispensaciones basadas en las actuaciones judiciales periódicas de los hijos magistrados; si bien, dichas actuaciones son puramente ordinarias, de ninguna manera alteran el curso de los acontecimientos planetarios.
55:0.3 (621.3) Solo aquellos planetas que consiguen existir en las vías circulatorias principales del suprauniverso tienen asegurada la continuidad de su supervivencia, pero, hasta donde sabemos, estos mundos asentados en luz y vida están destinados a continuar su curso durante las eras eternas de todo tiempo futuro.
55:0.4 (621.4) En el desarrollo de la era de luz y vida en un mundo evolutivo se dan siete etapas y, en este sentido, cabe señalar que los mundos de los mortales que se fusionan con el Espíritu evolucionan de modo idéntico a aquellos grupos que se fusionan con el modelador. Estas siete etapas de luz y vida son las siguientes:
55:0.5 (621.5) 1. La primera etapa o etapa planetaria.
55:0.6 (621.6) 2. La segunda etapa o etapa del sistema.
55:0.7 (621.7) 3. La tercera etapa o etapa de la constelación.
55:0.8 (621.8) 4. La cuarta etapa o etapa del universo local.
55:0.9 (621.9) 5. La quinta etapa o etapa del sector menor.
55:0.10 (621.10) 6. La sexta etapa o etapa del sector mayor.
55:0.11 (621.11) 7. La séptima etapa o etapa del suprauniverso.
55:0.12 (621.12) Al concluir esta narrativa, se describen estas etapas progresivas en su relación con la organización del universo, pero en cualquier mundo se pueden lograr los valores planetarios de cualquier etapa con total independencia del desarrollo de otros mundos o de los niveles supraplanetarios de la administración del universo.
1. EL TEMPLO MORONTIAL
55:1.1 (622.1) La presencia del templo morontial en la capital de un mundo habitado evidencia la admisión de dicha esfera permanentemente en las eras de luz y vida. Antes de que los hijos preceptores dejen un mundo, una vez concluida su misión, inauguran esta época final en lo que se refiere a logros evolutivos; presiden ese día en el que “el templo sagrado desciende a la tierra”. Este acontecimiento, que señala el comienzo de la era de luz y vida, se ve honrado con la presencia personal del Hijo de gracia del Paraíso de ese planeta, que acude para ser testigo de este gran día. Ahí, en este templo de inigualable belleza, este Hijo de gracia proclama, como nuevo soberano planetario, al que durante tanto tiempo fue príncipe planetario, confiriendo a ese fiel hijo lanonandec nuevos poderes y una más amplia autoridad sobre los asuntos planetarios. El soberano del sistema también está presente y da su confirmación a estos pronunciamientos.
55:1.2 (622.2) El templo morontial consta de tres partes: en el centro se encuentra el santuario del Hijo de gracia del Paraíso. A la derecha está la sede del ex-príncipe planetario, ahora soberano planetario; y, cuando se halla presente en el templo, este hijo lanonandec es visible para los seres más espirituales del planeta. A la izquierda se encuentra la sede del jefe en funciones de los finalizadores adscritos al planeta.
55:1.3 (622.3) Aunque se dice que los templos planetarios “descienden del cielo”, en realidad no se transporta material alguno desde la sede del sistema. La estructura de cada uno de ellos se diseña en miniatura en la capital del sistema y los supervisores de la potencia morontial, con posterioridad, traen al planeta los planos que han sido aprobados. Aquí, en colaboración con los rectores físicos mayores, proceden a construir el templo morontial, de acuerdo con las especificaciones establecidas.
55:1.4 (622.4) El templo morontial de tipo medio tiene capacidad para unos trescientos mil espectadores. Estos edificios no se usan para la adoración ni para el entretenimiento ni para recibir transmisiones; se dedican a las ceremonias especiales del planeta tales como las comunicaciones con el soberano del sistema o con los Altísimos, las ceremonias especiales de visualización diseñadas para revelar la presencia personal de seres espirituales y la contemplación cósmica silenciosa. Las escuelas de filosofía cósmica celebran aquí sus ceremonias de graduación, y aquí también los mortales del mundo reciben el reconocimiento a nivel planetario por sus eminentes logros en el servicio social y por otros destacados éxitos.
55:1.5 (622.5) Este templo morontial sirve también de lugar de reunión para presenciar el traslado de mortales vivos a un orden de existencia morontial. Debido a que está compuesto de material morontial, este templo en el que se producen los traslados no se desintegra en la llameante gloria del fuego consumidor que arrasa totalmente los cuerpos físicos de esos mortales, cuando llegan a experimentar la fusión final con sus modeladores divinos. En un mundo grande, estas llamaradas de partida son casi continuas y, conforme se incrementa el número de traslados, se disponen santuarios secundarios de vida morontial en diferentes zonas del planeta. No hace mucho tiempo residí en un mundo del alejado norte en el que había veinticinco santuarios morontiales en funcionamiento.
55:1.6 (622.6) En los mundos aún por asentarse en la eras de luz y vida, en planetas sin templos morontiales, este destellante acto de fusión muchas veces se da en la atmósfera planetaria, adonde las criaturas intermedias y los controladores físicos elevan al aspirante al traslado.
2. MUERTE Y TRASLADO
55:2.1 (623.1) La muerte física natural no es una inevitabilidad para el ser humano. La mayoría de los seres evolutivos en estado avanzado, los ciudadanos de los mundos que existen en la era final de luz y vida, no mueren; se les traslada directamente de la vida en la carne al orden de existencia morontial.
55:2.2 (623.2) El proceso de traslación de la vida material al estado morontial —la fusión del alma inmortal con el modelador interior—, aumenta en frecuencia de manera proporcional al progreso evolutivo del planeta. Al principio, solo unos pocos mortales consiguen en cada era alcanzar niveles de progreso espiritual para tal traslado, pero con la llegada de las sucesivas eras de los hijos preceptores, acontece un número mayor de fusiones con el modelador antes de la terminación de las vidas, cada vez más prolongadas, de estos mortales en su camino de avance; y llegado el momento de la última misión de los hijos preceptores, hay aproximadamente una cuarta parte de tales magníficos mortales que está exenta de la muerte natural.
55:2.3 (623.3) Más adelante en la era de luz y vida, las criaturas intermedias o sus colaboradores perciben el próximo estatus de una probable unión de un alma con su modelador y se lo indican a los guardianes del destino, los cuales, a su vez, se lo comunican al grupo de finalizadores bajo cuya jurisdicción este mortal pueda encontrarse; entonces, el soberano planetario emite un llamamiento para que dicho mortal renuncie a todos sus cometidos en el planeta, se despida de su mundo de origen y acuda al interior del templo del soberano planetario, para aguardar allí su tránsito al estatus morontial, la destellante traslación, desde el entorno material y evolutivo hasta el nivel morontial en el que ocurre el progreso preespiritual.
55:2.4 (623.4) Cuando la familia, los amigos y el grupo de trabajo de ese aspirante a la fusión se han reunido en el templo morontial, se les distribuye alrededor del lugar central donde están los aspirantes en reposo, conversando entretanto de forma distendida con sus amigos allí congregados. Se forma un círculo intermedio de seres personales celestiales a fin de proteger a los mortales materiales de la acción de las energías que se manifiestan en el instante del “destello de vida” y que libera a este aspirante de las ataduras a la carne material, haciendo con ello, de dicho mortal evolutivo, lo que la muerte natural hace de aquellos que se liberan de la carne de ese modo.
55:2.5 (623.5) En el espacioso templo, se pueden congregar muchos aspirantes a la fusión al mismo tiempo. Y ¡qué hermoso acontecimiento es que los mortales se reúnan así para presenciar la ascensión de sus seres queridos en llamas espirituales!, y ¡qué diferencia con aquellas tempranas épocas en las que los mortales debían confiar a sus muertos a los elementos terrestres! Las escenas de llantos y lamentaciones, típicas de las épocas más primitivas de la evolución humana, se sustituyen ahora por una alegría exultante y el entusiasmo más sublime conforme estos mortales conocedores de Dios se despiden temporalmente de sus seres queridos, al ser liberados de sus vínculos materiales por un fuego espiritual de incontenible grandeza y ascendente gloria. En los mundos asentados en luz y vida, “los funerales” son momentos de suprema alegría, de profunda satisfacción y de inexpresable esperanza.
55:2.6 (623.6) Las almas de estos mortales en progreso están cada vez más llenas de fe, esperanza y confianza. El ánimo que inspira a los que se han reunido alrededor del santuario de traslación se asemeja al de esos gozosos amigos y familiares, que se congregan en la ceremonia de graduación de un miembro de su grupo o que se unen para ser testigos de la concesión de algún gran honor a uno de los suyos. Y sería de gran utilidad que los mortales menos avanzados pudieran aprender a ver la muerte natural con un poco de esta misma alegría y esparcimiento.
55:2.7 (624.1) Tras el destellante acto de fusión, los espectadores mortales no pueden ver nada de sus allegados al ser trasladados. Estas almas trasladadas continúan, transportadas por los modeladores, directamente a la sala de resurrección del mundo morontial de formación que le corresponda. Un arcángel, asignado a dicho mundo el día en que se inicia su asentamiento en luz y vida, se encarga de supervisar todo lo relacionado con el traslado de seres humanos vivos al mundo morontial.
55:2.8 (624.2) Cuando un mundo alcanza la cuarta etapa de luz y vida, más de la mitad de los mortales deja el planeta trasladándose de entre los vivos. La disminución de la muerte se hace cada vez más manifiesta, pero no conozco ningún sistema cuyos mundos habitados, incluso si llevan mucho tiempo asentados en vida, estén completamente libres de la muerte natural como modo de escapar de las ataduras de la carne. Y hasta que no se logre tal elevado estado de evolución planetaria de forma uniforme, los mundos morontiales de formación del universo local deben continuar prestando servicio como esferas culturales y educativas para los progresadores morontiales evolutivos. La supresión de la muerte es teóricamente posible, pero según he podido observar, esto aún no ha ocurrido. Quizás se pueda alcanzar tal estatus en un futuro distante, durante las consecutivas épocas de la séptima etapa de asentamiento en vida de un planeta.
55:2.9 (624.3) Las almas trasladadas durante las florecientes eras asentadas en vida no pasan por los mundos de las moradas. Tampoco residen en calidad de estudiantes en los mundos morontiales del sistema o de la constelación. No pasan por ninguna de las etapas tempranas de la vida morontial. Son los únicos mortales ascendentes que casi llegan a eludir el período morontial transitorio, que lleva desde la existencia material al estatus semiespiritual. Inicialmente, en su camino de ascensión, estos mortales asidos por el Hijo prestan sus servicios en los mundos de progreso de la sede del universo. Y, desde estos mundos de estudio de Lugar de Salvación, vuelven como maestros a aquellos mismos mundos que dejaron atrás, dirigiéndose posteriormente hacia el interior, hacia el Paraíso, por la ruta establecida para la ascensión de los mortales.
55:2.10 (624.4) Si pudierais visitar un planeta en una avanzada etapa de desarrollo, comprenderíais enseguida las razones por las que se han dispuesto formas diferentes de admisión de los mortales ascendentes en los mundos de las moradas y en los mundos morontiales superiores. Entenderíais de inmediato que los seres que proceden de estas esferas con tal alto grado de evolución están preparados para reanudar su ascensión al Paraíso con mucha más antelación que el mortal ordinario, que llega de un mundo como Urantia, atrasado y sin orden.
55:2.11 (624.5) Sea cual sea el nivel de logros planetarios desde el que los seres humanos puedan ascender a los mundos morontiales, las siete esferas de las moradas les ofrecen una gran oportunidad para adquirir, como estudiantes-maestros, esa experiencia que no pudieron adquirir debido al estatus avanzado de sus planetas nativos.
55:2.12 (624.6) El universo aplica, de forma indefectible, estos métodos de igualación destinados a asegurar que no se prive a ningún ascendente de experiencia alguna que pueda resultar esencial para su ascensión.
3. LAS ERAS DE ORO
55:3.1 (624.7) Durante esta era de luz y vida, el mundo, bajo el gobierno paternal del soberano planetario, prospera cada vez más. Llegado este punto, los mundos van progresando bajo el impulso de un solo idioma, de una sola religión y, en las esferas normales, de una sola raza. Pero esta era no es perfecta. Estos mundos todavía disponen de hospitales bien equipados, de residencias para el cuidado de los enfermos. Todavía queda por resolver la cuestión del cuidado de las lesiones por accidentes y de las ineludibles enfermedades asociadas con la decrepitud de la edad avanzada y los trastornos de la senilidad. Aún no se han vencido del todo las enfermedades ni se ha llegado a dominar a la perfección a los animales terrestres; pero, comparados con los primeros tiempos del hombre primitivo de la era anterior a la llegada del príncipe planetario, estos mundos son como el Paraíso. Si se os pudiera transportar de repente a uno de estos planetas en dicha etapa de desarrollo, lo describiríais instintivamente como el cielo en la tierra.
55:3.2 (625.1) Durante esta era de progreso y perfección relativos, el gobierno humano continúa con su gestión de los asuntos materiales. Las actividades públicas del mundo asentado en la primera etapa de luz y vida que visité recientemente se financiaban mediante el diezmo. Todo trabajador adulto —y todos los ciudadanos en buenas condiciones físicas tenían alguna ocupación— pagaba al tesoro público el diez por ciento de su ingreso o de algún ingreso que tuviera, el cual se repartía de la siguiente manera:
55:3.3 (625.2) 1. El tres por ciento se gastaba en fomentar la verdad: la ciencia, la educación y la filosofía.
55:3.4 (625.3) 2. El tres por ciento se destinaba a la belleza: al esparcimiento, al ocio social y al arte.
55:3.5 (625.4) 3. El tres por ciento se dedicaba a la bondad: al servicio social, al altruismo y a la religión.
55:3.6 (625.5) 4. El uno por ciento se destinaba a las reservas de seguros contra el riesgo de incapacidad laboral por accidentes, enfermedades, vejez o desastres inevitables.
55:3.7 (625.6) Los recursos naturales de este planeta se administraban como posesiones sociales, como bienes comunitarios.
55:3.8 (625.7) En este mundo, el honor más elevado que se otorgaba a un ciudadano era la orden del “servicio supremo”, el único grado de reconocimiento que se confería en el templo morontial. Este reconocimiento se concedía a aquellos que se habían distinguido durante mucho tiempo en alguna faceta relativa a descubrimientos de orden supramaterial o al servicio social planetario.
55:3.9 (625.8) La mayoría de los puestos sociales y gobernativos se ocupaban conjuntamente por hombres y mujeres. La mayor parte de la educación se impartía asimismo de forma conjunta; de la misma manera, todas las responsabilidades judiciales se desempeñaban similarmente por parejas así vinculadas.
55:3.10 (625.9) En estos espléndidos mundos, el período de procreación no se prolonga durante mucho tiempo. No es bueno que haya demasiados años de diferencia de edad entre los hijos de una familia. Cuanta menos diferencia exista entre ellos, más pueden estos contribuir a su formación mutua. Y, en tales mundos, se les forma magníficamente mediante sistemas de competición que incitan al esfuerzo en ámbitos y niveles avanzados a fin de conseguir logros que los lleven al dominio de la verdad, la belleza y la bondad. No sintáis temor puesto que, incluso en estas esferas con tal grado de glorificación, se manifiesta el mal, mal tanto real como potencial, de forma más que suficiente como para que pueda resultar de estímulo a la hora de optar entre la verdad y el error, entre el bien y el mal, entre el pecado y la rectitud.
55:3.11 (625.10) No obstante, hay un cierto e inevitable coste añadido a la existencia humana en dichos planetas evolutivos avanzados. Cuando un mundo asentado en luz y vida progresa más allá de su tercera etapa, a todos los seres ascendentes, antes de llegar al sector menor, los destinan, de forma transitoria, a alguna tarea en un mundo que esté en los primeros estadios de su evolución.
55:3.12 (626.1) Cada una de estas sucesivas eras conlleva logros planetarios de carácter progresivo en todas sus facetas. En la etapa inicial de luz, la revelación de la verdad se amplía hasta abarcar el funcionamiento del universo de los universos, mientras que, en la segunda era, el estudio de la Deidad constituye el intento de dominar el concepto multifacético de la naturaleza, misión, ministerio, relaciones, origen y destino de los hijos creadores, el primer nivel del Dios Séptuplo.
55:3.13 (626.2) Un planeta del tamaño de Urantia, cuando esté bien asentado en luz, contará con alrededor de cien centros administrativos secundarios. Estos centros de menor rango estarían presididos por uno de los siguientes grupos de cualificados administradores:
55:3.14 (626.3) 1. Jóvenes hijos e hijas materiales traídos desde la sede del sistema para actuar como asistentes del adán y de la eva gobernantes.
55:3.15 (626.4) 2. La progenie de la comitiva semihumana del príncipe planetario que se reprodujo en ciertos mundos para estas y otras responsabilidades similares.
55:3.16 (626.5) 3. La progenie planetaria directa de Adán y de Eva.
55:3.17 (626.6) 4. Criaturas intermedias materializadas y humanizadas.
55:3.18 (626.7) 5. Mortales en condiciones de fusionarse con su modelador que, a petición propia, están exentos temporalmente de ser trasladados por orden del modelador personificado que ostenta la jefatura del universo, para poder continuar en el planeta en ciertos puestos gobernativos de importancia.
55:3.19 (626.8) 6. Mortales especialmente formados en las escuelas planetarias de administración que también han conseguido la orden del servicio supremo del templo morontial.
55:3.20 (626.9) 7. Ciertas comisiones electivas compuestas por tres ciudadanos debidamente cualificados que son a veces elegidas por la ciudadanía por indicación del soberano planetario, conforme a sus dotes especiales para llevar a cabo alguna tarea precisa que sea necesaria en ese sector planetario específico.
55:3.21 (626.10) El gran obstáculo al que se enfrenta Urantia para poder alcanzar un elevado destino planetario de luz y vida se halla en el problema de la enfermedad, el declive degenerativo, la guerra, las razas multicolores y el multilingüismo.
55:3.22 (626.11) Hasta no haber conseguido un solo idioma, una sola religión y una sola filosofía, ningún mundo evolutivo puede aspirar a progresar más allá de la primera etapa de su asentamiento en luz. Tener una única raza facilita considerablemente tal logro; si bien, la existencia de muchos pueblos en Urantia no es impedimento para que pueda alcanzar etapas superiores.
4. REAJUSTES GOBERNATIVOS
55:4.1 (626.12) En las etapas sucesivas de existencia permanente en luz y vida, estos mundos habitados experimentan un prodigioso progreso bajo la administración, sabia y comprensiva, del colectivo final voluntario, esto es, de ascendentes que han alcanzado el Paraíso y que regresan para servir a sus hermanos en la carne. Estos finalizadores cooperan de forma activa con los hijos preceptores de la Trinidad, pero no empiezan realmente a participar en los asuntos del mundo hasta que el templo morontial no hace su aparición en la tierra.
55:4.2 (626.13) Al inaugurarse de manera oficial el ministerio planetario del colectivo final, la mayoría de las multitudes celestiales se retiran. Pero los guardianes seráficos del destino continúan desempeñando su ministerio personal entre los mortales que progresan en luz; de hecho, estos ángeles acuden en número cada vez mayor durante las eras asentadas en luz y vida, puesto que cada vez hay grupos más numerosos de seres humanos, que alcanzan cooperativamente el tercer círculo cósmico durante el transcurso de su vida planetaria.
55:4.3 (627.1) Esta es simplemente la primera de las modificaciones gobernativas consecutivas que resultan del desarrollo de las eras de logros cada vez de mayor excelencia, que se van sucediendo en los mundos habitados, a medida que pasan de la primera etapa de su permanente existencia a la séptima.
55:4.4 (627.2) 1. La primera etapa de luz y vida. Son tres los gobernantes que se encargan de la administración de un mundo en esta primera etapa:
55:4.5 (627.3) a. El soberano planetario, contando en ese momento con el asesoramiento de uno de los hijos preceptores de la Trinidad, sería con toda probabilidad el jefe del colectivo final de estos Hijos que actúan en el planeta.
55:4.6 (627.4) b. El jefe del colectivo planetario de finalizadores.
55:4.7 (627.5) c. Adán y Eva, que unifican de forma conjunta el doble liderazgo del príncipe soberano y del jefe de los finalizadores.
55:4.8 (627.6) Las criaturas intermedias, elevadas en su estatus y liberadas, actúan en calidad de intérpretes para los guardianes seráficos y para los finalizadores. En su postrera misión, uno de los últimos actos de los hijos preceptores de la Trinidad consiste en liberar a los seres intermedios del planeta y promoverlos (o restablecerlos) a un estatus planetario avanzado, asignándolos a puestos de responsabilidad en la nueva administración de la esfera que se ha asentado en luz y vida. En el espectro de la visión humana, ya se han efectuado ciertos cambios necesarios para permitir a los mortales reconocer a estos primos vuestros, anteriormente invisibles, del antiguo régimen adánico. Esto es posible gracias a los descubrimientos últimos de la ciencia física en conjunción con la ampliación de las funciones planetarias de los controladores físicos mayores.
55:4.9 (627.7) El soberano del sistema tiene autoridad para liberar a las criaturas intermedias en cualquier momento después de la primera etapa de asentamiento de luz y vida del planeta, a fin de que puedan humanizarse en el nivel morontial con la ayuda de los portadores de vida y de los controladores físicos y, tras recibir sus modeladores del pensamiento, emprender su ascensión al Paraíso.
55:4.10 (627.8) En la tercera etapa y en las siguientes, algunos de los seres intermedios siguen aún actuando principalmente en calidad de seres personales de enlace para los finalizadores; si bien, conforme se entra en cada una de las etapas de luz y vida, nuevos órdenes de servidores con esta labor de enlace van reemplazando, en su mayor parte, a los seres intermedios; muy pocos de ellos permanecen más allá de la cuarta etapa de luz. La séptima etapa presenciará la llegada de los primeros servidores absonitos procedentes del Paraíso para realizar su actividad en los puestos de ciertas criaturas del universo.
55:4.11 (627.9) 2. La segunda etapa de luz y vida. Esta época se anuncia en los mundos mediante la llegada de un portador de vida que se convierte, de forma voluntaria, en el asesor de los gobernantes planetarios con respecto al impulso de la depuración y estabilización de la raza humana. De este modo, los portadores de vida participan activamente en el fomento de la evolución de la raza humana —física, social y económicamente—. Y luego extienden su supervisión para impulsar la depuración del linaje humano mediante la rigurosa exclusión de los vestigios de subdesarrollo que persisten y que tienen un menor potencial en cuanto a su naturaleza intelectual, filosófica, cósmica y espiritual. Quienes diseñan e implantan la vida en un mundo habitado son totalmente competentes para asesorar a los hijos e hijas materiales, que poseen plena e incuestionable autoridad para depurar a la razas evolutivas de todas las influencias que puedan ir en su detrimento.
55:4.12 (627.10) Desde la segunda etapa y durante toda la andadura de un planeta asentado en luz y vida, los hijos preceptores sirven en calidad de consejeros de los finalizadores. Durante tales misiones, realizan este servicio de forma voluntaria y no por designación; y lo hacen exclusivamente con el colectivo de los finalizadores, salvo que, con consentimiento del soberano del sistema, tengan que estar disponibles como asesores del adán y de la eva planetarios.
55:4.13 (628.1) 3. La tercera etapa de luz y vida. Durante esta época, en los mundos habitados se llega a una nueva percepción de los ancianos de días, la segunda fase del Dios Séptuplo, y los representantes de estos gobernantes del suprauniverso emprenden nuevas relaciones con el gobierno planetario.
55:4.14 (628.2) En cada una de las siguientes eras de la existencia permanente de estos mundos, los finalizadores, en el ejercicio de sus funciones, adquieren cada vez mayores competencias. Existe una estrecha relación laboral entre los finalizadores, las estrellas vespertinas (los superángeles) y los hijos preceptores de la Trinidad.
55:4.15 (628.3) Durante esta era o la siguiente, uno de los hijos preceptores, asistido por un cuarteto de espíritus servidores, se adscribe al mandatario en jefe humano electo, que ahora se vincula al soberano planetario en calidad de administrador conjunto de los asuntos del mundo. Estos mandatarios jefes humanos sirven durante veinticinco años de tiempo planetario, y este nuevo acontecimiento facilita que el adán y la eva planetarios puedan conseguir liberarse, durante las siguientes eras, de las responsabilidades que durante tan largo tiempo asumieron en el planeta.
55:4.16 (628.4) Los cuartetos de espíritus servidores están compuestos por el jefe seráfico de la esfera, el consejero secoráfico del suprauniverso, el arcángel de traslaciones y el omniafín que actúa como representante personal del centinela con asignación emplazado en la sede del sistema. Pero estos asesores nunca ofrecen sus consejos a menos que se les soliciten.
55:4.17 (628.5) 4. La cuarta etapa de luz y vida. Hacen su aparición en los mundos los hijos preceptores de la Trinidad ejerciendo nuevas funciones. Ayudados por los hijos trinitizados por criaturas vinculados a su orden durante tan largo período de tiempo, acuden ahora a estos mundos de forma voluntaria, en calidad de consejeros y asesores del soberano planetario y de sus colaboradores. Estas parejas —los hijos trinitizados del Paraíso Havona y los hijos trinitizados por ascendentes— conforman perspectivas diferentes del universo y experiencias personales diversas, que son de suma utilidad para los gobernantes planetarios.
55:4.18 (628.6) En cualquier momento tras esta era, el adán y la eva planetarios pueden solicitar al hijo creador soberano que los libere de sus cometidos planetarios a objeto de comenzar con su ascenso al Paraíso; o pueden permanecer en el planeta como directores del nuevo orden emergente de sociedad, en su creciente espiritualización, compuesta por mortales avanzados que se afanan por entender las enseñanzas filosóficas de los finalizadores descritas por las brillantes estrellas vespertinas, que están asignadas en ese momento a estos mundos para colaborar en parejas con los seconafines procedentes de la sede del suprauniverso.
55:4.19 (628.7) Los finalizadores se dedican fundamentalmente a dar inicio a las nuevas actividades supramateriales de la sociedad —sociales, culturales, filosóficas, cósmicas y espirituales—. Hasta donde podemos percibir, estos continuarán en tal ministerio hasta bien entrada la séptima época de estabilidad evolutiva; época en la que, posiblemente, puedan emprender su ministerio en el espacio exterior; con lo que suponemos que sus puestos se ocuparán por los seres absonitos del Paraíso.
55:4.20 (628.8) 5. La quinta etapa de luz y vida. Los reajustes de esta etapa de existencia permanente atañen casi enteramente a los ámbitos físicos, que conciernen principalmente a los controladores físicos mayores.
55:4.21 (628.9) 6. La sexta etapa de luz y vida es testigo del desarrollo de nuevas funciones de las vías circulatorias mentales del mundo. La sabiduría cósmica parece volverse una parte esencial del ministerio de la mente en el universo.
55:4.22 (628.10) 7. La séptima etapa de luz y vida. Al comienzo de la séptima época, un asesor voluntario, enviado por los ancianos de días, se une al preceptor de la Trinidad, consejero del soberano planetario y, más tarde, se sumará un tercer consejero proveniente del mandatario supremo del suprauniverso.
55:4.23 (629.1) Durante esta época, si no antes, Adán y Eva siempre quedan liberados de sus cometidos planetarios. Si hay un hijo material en el colectivo de los finalizadores, este se puede vincular al mandatario en jefe humano y, a veces, es un melquisedec quien se ofrece como voluntario para este puesto. Si un ser intermedio está entre los finalizadores, todos los miembros de ese orden que permanezcan en el planeta quedan liberados de forma inmediata.
55:4.24 (629.2) Al ser liberados de un destino de tan larga duración, el adán y la eva planetarios pueden elegir entre las siguientes andaduras:
55:4.25 (629.3) 1. Pueden quedar liberados del planeta y, desde la sede del universo, comenzar de inmediato su andadura al Paraíso, recibiendo sus modeladores del pensamiento al concluir su experiencia morontial.
55:4.26 (629.4) 2. Con mucha frecuencia, el adán y la eva planetarios recibirán sus modeladores mientras están todavía viviendo en un mundo asentado en luz, coincidiendo con la recepción de modeladores por algunos de sus hijos de linaje puro importado, que se han ofrecido como voluntarios para servir en el planeta durante un período de tiempo. Posteriormente, pueden todos dirigirse a la sede del universo y comenzar desde allí su andadura al Paraíso.
55:4.27 (629.5) 3. Tal como hacen los hijos e hijas materiales de la capital del sistema, los adanes y las evas planetarios pueden optar por dirigirse directamente al mundo midsonita y, durante una breve estancia, recibir allí sus modeladores.
55:4.28 (629.6) 4. Pueden decidir regresar a la sede del sistema y ocupar, por un tiempo, puestos en el tribunal supremo, para, una vez desempeñado este servicio, recibir sus modeladores y comenzar la ascensión al Paraíso.
55:4.29 (629.7) 5. Tras dejar sus responsabilidades gobernativas, pueden optar por volver a su mundo nativo para servir como maestros durante una temporada y, en el momento de su traslado a la sede del universo, convertirse en moradas de los modeladores.
55:4.30 (629.8) A lo largo de todas estas épocas, los hijos e hijas materiales llegados de fuera para prestar su asistencia ejercen una enorme influencia en el progreso del orden social y económico. Son potencialmente inmortales, al menos hasta ese momento en el que eligen humanizarse, recibir modeladores y partir hacia el Paraíso.
55:4.31 (629.9) En los mundos evolutivos, los seres deben humanizarse para recibir al modelador del pensamiento. Todos los miembros ascendentes del colectivo de finalizadores mortales han sido habitados por el modelador y se han fusionado con él, salvo los serafines que, en el momento de su incorporación a este colectivo, son habitados por el Padre mediante la acción de otro tipo de espíritu
5. LA CIMA DEL DESARROLLO MATERIAL
55:5.1 (629.10) Es difícil para las criaturas mortales que viven en mundos afligidos por el pecado, dominados por el mal, egoístas y aislados como Urantia, poder concebir la perfección física, los logros intelectuales y el desarrollo espiritual característicos de estas épocas de avance evolutivo en las esferas exentas de pecado.
55:5.2 (629.11) Estas etapas avanzadas de los mundos asentados en luz y vida constituyen la cima de su desarrollo material evolutivo. En dichos mundos culturales, la ociosidad y las fricciones de las eras primitivas anteriores han quedado atrás. La pobreza y la desigualdad social se han desvanecido, el declive degenerativo ha desaparecido y la delincuencia es poco común. La locura ha dejado prácticamente de existir y la deficiencia mental es una rareza.
55:5.3 (629.12) El estatus económico, social y gobernativo de estos mundos ha alcanzado un alto grado de perfección. La ciencia, el arte y la industria florecen y la maquinaria de la sociedad funciona sin complicaciones, alcanzando grandes logros materiales, intelectuales y culturales. La industria se ha puesto en su mayor parte al servicio de las grandes metas de esta magnífica civilización. La vida económica de un mundo así se ha vuelto ética.
55:5.4 (630.1) La guerra se ha convertido en historia, y ya no existen ejércitos ni fuerzas de policía. El gobierno desaparece de forma paulatina. Lentamente, el control de uno mismo está contribuyendo a que las leyes dictadas por los humanos se conviertan en algo obsoleto. En una civilización con un grado intermedio de progreso, el alcance del gobierno civil y de la reglamentación jurídica es inversamente proporcional a la moral y a la espiritualidad de la ciudadanía.
55:5.5 (630.2) Las escuelas han mejorado notablemente y se dedican a la formación de la mente y a la expansión del alma. Los centros de arte son excelentes y las organizaciones musicales extraordinarias. Los templos de culto con sus escuelas adjuntas de filosofía y de religión de orden vivencial son creaciones bellas y grandiosas. Las zonas de culto al aire libre son igualmente sublimes en simplicidad y equipamiento artístico.
55:5.6 (630.3) Las provisiones para el juego competitivo, el humor y para otras facetas en cuanto a logros de carácter personal y de grupo son abundantes y oportunas. Una particularidad de la actividad competitiva en un mundo con tal alto grado de cultura está relacionada con el esfuerzo individual y de grupo por sobresalir en las ciencias y en las filosofías de la cosmología. La literatura y la oratoria florecen y el idioma ha progresado tanto como para simbolizar conceptos al igual que para expresar ideas. La vida es alentadoramente sencilla; el hombre ha logrado, por fin, coordinar un elevado orden de progreso mecánico con impresionantes realizaciones intelectuales, y ha hecho sombra a los dos con sus excelentes logros espirituales. La búsqueda de la felicidad trae consigo gozo y satisfacción.
6. EL SER HUMANO INDIVIDUAL
55:6.1 (630.4) A medida que los mundos avanzan en su asentamiento de luz y vida, la sociedad se hace cada vez más pacífica. La persona, aunque no menos independiente y dedicada a su familia, se ha vuelto más altruista y fraternal.
55:6.2 (630.5) En Urantia, y en vuestra situación, podéis escasamente apreciar el estatus avanzado y la naturaleza progresiva de las iluminadas razas de estos mundos perfeccionados. Estas personas constituyen el florecimiento de las razas evolutivas. Pero estos seres son todavía mortales; continúan respirando, comiendo, durmiendo y bebiendo. Esta gran evolución no comporta estar en el cielo, pero es un sublime anuncio de los mundos divinos que están por llegar en la ascensión al Paraíso.
55:6.3 (630.6) En un mundo normal, hace tiempo que, durante las épocas posadánicas, se llevó a la raza humana a un alto grado de aptitud biológica y, ahora, era tras era, a lo largo de su asentamiento en luz y vida, la evolución física del hombre prosigue. Tanto la vista como el oído se amplían. Para esta época, las cifras de población se han estabilizado. La reproducción se regula de acuerdo a las necesidades planetarias y a las dotes hereditarias innatas: los mortales del planeta, durante esta era, se dividen entre cinco y diez grupos, y los grupos de menor orden solo tienen permiso para engendrar la mitad del número de hijos que los grupos de orden superior. A lo largo de la era de luz y vida, el mejoramiento continuado de tan magnífica raza depende en gran medida de la reproducción selectiva de aquellas estirpes raciales que manifiestan cualidades superiores de naturaleza social, filosófica, cósmica y espiritual.
55:6.4 (630.7) Los modeladores continúan llegando como en eras evolutivas anteriores y, con el paso de las distintas épocas, estos mortales son cada vez más capaces de comunicarse con la fracción del Padre que habita en su interior. Durante las etapas embrionarias y previas al estatus espiritual del desarrollo evolutivo, los espíritus asistentes de la mente siguen aún desempeñando su labor. El espíritu santo y el ministerio de los ángeles se muestran incluso más eficaces conforme se suceden las épocas asentadas en vida. En la cuarta etapa de luz y vida, los mortales avanzados parecen experimentar un contacto, significativo y consciente, con la presencia espiritual del espíritu mayor con jurisdicción sobre el suprauniverso, mientras que la filosofía de dicho mundo se centra en el intento de comprender las nuevas revelaciones del Dios Supremo. A un número mayor de la mitad de los habitantes humanos de los planetas de este estatus avanzado se les traslada de entre los vivos al estado morontial. Esto es, “las cosas viejas pasaron; he aquí que todas son hechas nuevas”.
55:6.5 (631.1) Entendemos que la evolución física habrá llegado a su pleno desarrollo al término de la quinta época de la era de luz y vida. Observamos que el límite máximo de desarrollo espiritual en su relación con la mente humana en evolución se determina por el nivel de los valores morontiales y contenidos cósmicos conjuntos adquiridos en la fusión con el modelador. Pero, en lo que se refiere a la sabiduría: aunque en realidad no lo sabemos, suponemos que no puede existir jamás un límite a la evolución intelectual y al logro de la sabiduría. En un mundo de la séptima etapa, la sabiduría puede agotar los potenciales materiales, emprender el conocimiento de la mota y, finalmente, incluso paladear la grandeza absonita.
55:6.6 (631.2) Notamos que en estos mundos de la séptima etapa, sumamente evolucionados, los seres humanos, antes de ser trasladados, aprenden completamente el idioma del universo local; y he visitado algunos planetas muy antiguos en los que los abandontes enseñaban a los mortales de mayor edad la lengua del suprauniverso. Y he observado en estos mundos el modo por el que los seres personales absonitos revelan la presencia de los finalizadores en el templo morontial.
55:6.7 (631.3) Esta es la historia de la magnífica meta hacia la que los esfuerzos humanos de los mundos evolutivos se dirigen; y todo ello acontece incluso antes de que los seres humanos emprendan su andadura morontial; todo este espléndido desarrollo es factible de conseguir por los mortales materiales en los mundos habitados en la temprana etapa misma de esa andadura, interminable e impenetrable, que lleva a la ascensión al Paraíso y al logro de la divinidad.
55:6.8 (631.4) Pero ¿podéis posiblemente imaginar qué clase de mortales evolutivos están ahora llegando procedentes de los mundos que desde hace mucho tiempo están asentados en la séptima época de luz y vida? Son semejantes a los que llegan a los mundos morontiales de la capital del universo local para empezar su andadura de ascensión.
55:6.9 (631.5) Si los mortales de la consternada Urantia pudieran visualizar algunos de estos mundos más avanzados que llevan tiempo asentados en luz y vida, nunca más volverían a cuestionar la sabiduría del plan evolutivo de la creación. Incluso si no hubiese un futuro de eterno progreso para las criaturas, las magníficas realizaciones evolutivas de las razas humanas de tales mundos de perfección y logro justificarían ampliamente, de por sí, la creación del hombre en los mundos del tiempo y del espacio.
55:6.10 (631.6) A menudo nos preguntamos: si el gran universo se asentara en luz y vida, ¿se destinaría todavía a sus magníficos mortales ascendentes al colectivo final? Pero no lo sabemos.
7. LA PRIMERA ETAPA O ETAPA PLANETARIA
55:7.1 (631.7) Esta época se extiende desde la aparición del templo morontial en la nueva sede planetaria hasta el momento del asentamiento de todo el sistema en luz y vida. Los hijos preceptores de la Trinidad inauguran esta era al término de sus sucesivas misiones en el mundo, cuando el príncipe planetario es elevado a la condición de soberano planetario por el mandato y la presencia personal del Hijo de gracia del Paraíso de esa esfera. En concurrencia con esto, los finalizadores inician su participación activa en los asuntos planetarios.
55:7.2 (632.1) Según es perceptible de forma externa y visible, los gobernantes reales, o directores, de este mundo establecido en luz y vida, son los hijos e hijas materiales, el adán y la eva planetarios. Los finalizadores son invisibles como lo es el príncipe soberano, salvo cuando están en el templo morontial. En el sentido estricto de la palabra, los verdaderos jefes del régimen planetario son, por consiguiente, el hijo y la hija materiales. El conocimiento de esta jerarquía ha dado pie a la idea de la existencia de reyes y reinas en todos los mundos del universo. Y los reyes y las reinas comportan un gran logro en estas circunstancias ideales, cuando se puede determinar en el mundo que seres personales tan elevados actúen en nombre de gobernantes todavía más elevados aunque invisibles.
55:7.3 (632.2) Cuando vuestro mundo logre llegar a tal era, no hay duda de que Maquiventa Melquisedec, ahora príncipe planetario vicerregente de Urantia, ocupará el puesto del soberano planetario; y, según se supone en Jerusem desde hace mucho tiempo, lo acompañarán un hijo y una hija del adán y la eva de Urantia, que se quedan entonces en Edentia en calidad de pupilos de los Altísimos de Norlatiadec. Estos hijos de Adán quizás presten sus servicios en Urantia colaborando con el soberano melquisedec, puesto que se les privó del poder de procrear hace casi 37 000 años, en el momento que renunciaron a sus cuerpos materiales en Urantia como preparación para su desplazamiento a Edentia.
55:7.4 (632.3) Esta era asentada en luz y vida prosigue hasta que todos los planetas habitados del sistema llegan a un periodo de estabilización; y, después, cuando el mundo más joven —el último en alcanzar la luz y vida—, ha experimentado tal asentamiento durante un milenio de tiempo del sistema, todo el sistema entra en este estatus estabilizado y los mundos, de forma individual, se inician en esa época en la que el sistema se asienta en la era de luz y vida.
8. LA SEGUNDA ETAPA O ETAPA DEL SISTEMA
55:8.1 (632.4) Cuando un sistema se asienta por completo en vida, se inaugura un nuevo orden de gobierno. Los soberanos planetarios se convierten en miembros del cónclave del sistema, y este nuevo órgano de administración, sujeto al veto de los Padres de la constelación, es supremo en autoridad. Dicho sistema de mundos habitados se vuelve prácticamente autónomo. En el mundo-sede del sistema se constituye la asamblea legislativa, y cada planeta envía a dicha asamblea a sus diez representantes. Inmediatamente, se establecen los tribunales en las capitales de los sistemas; solo las apelaciones se llevan a la sede del universo.
55:8.2 (632.5) Con el asentamiento del sistema en vida, el centinela con asignación, representante del mandatario supremo del suprauniverso, se convierte voluntariamente en el asesor del tribunal supremo del sistema y en el legítimo presidente de la nueva asamblea legislativa.
55:8.3 (632.6) Tras el asentamiento de todo un sistema en luz y vida, los soberanos de los sistemas no se desplazan de un lado a otro. El soberano permanece en perpetuidad al frente de su sistema. Los soberanos asistentes continúan cambiando como en eras anteriores.
55:8.4 (632.7) Durante esta época de estabilización, llegan, por vez primera, los midsonitas desde los mundos-sede del universo en los que residen para actuar en calidad de consejeros en las asambleas legislativas y de asesores en los tribunales judiciales. Estos midsonitas se afanan también por impartir nuevos significados mota de valor supremo en iniciativas educativas que auspician conjuntamente con los finalizadores. Lo que los hijos materiales hicieron biológicamente por las razas mortales las criaturas midsonitas lo hacen ahora por estos humanos unificados y glorificados en los ámbitos, siempre en avance, de la filosofía y del pensamiento espiritualizado.
55:8.5 (633.1) En los mundos habitados, los hijos preceptores se convierten en colaboradores voluntarios de los finalizadores, y estos mismos hijos preceptores también acompañan a los finalizadores a los mundos de las moradas, una vez que todo el sistema está asentado en luz y vida y estas esferas han dejado de utilizarse como mundos receptores diferenciados; esto ocurre al menos en el momento en que toda la constelación ha evolucionado de esta manera. Pero no hay en Nebadón grupos que hayan avanzado tanto.
55:8.6 (633.2) No se nos permite revelar cuál es la labor de los finalizadores que supervisarán el nuevo empleo que se le dará a los mundos de las moradas. Sin embargo, se os ha informado de que por todos los universos hay distintos tipos de criaturas inteligentes que no se han descrito en estas narrativas.
55:8.7 (633.3) Y, entonces, a medida que los sistemas se van asentando uno a uno en luz y vida, gracias al progreso de los mundos que los componen, llega el momento en que el último sistema de alguna determinada constelación consigue la estabilización y los administradores del universo —el hijo mayor, el unión de días y la brillante estrella de la mañana— acuden a la capital de la constelación para proclamar a los Altísimos como líderes incondicionales de la familia recientemente desarrollada en perfección de cien sistemas de mundos habitados asentados en luz.
9. LA TERCERA ETAPA O ETAPA DE LA CONSTELACIÓN
55:9.1 (633.4) La unificación de toda una constelación de sistemas asentados en luz va acompañada de una nueva distribución del poder ejecutivo y de nuevos reajustes en la administración del universo. Esta época es testigo de los avanzados logros conseguidos en todos los mundos habitados, pero se caracteriza, de forma particular, por los reajustes que se realizan en la sede de la constelación, con una acusada modificación de las relaciones que se establecen tanto con la supervisión de los sistemas como con el gobierno del universo local. Durante esta era, mucha de la actividad de la constelación y del universo se transfiere a las capitales de los sistemas, y los representantes del suprauniverso asumen un nuevo orden de relación más cercano con los gobernantes de los planetas, de los sistemas y del universo. En simultaneidad a estos nuevos vínculos, algunos administradores del suprauniverso se establecen voluntariamente en las capitales de las constelaciones en calidad de asesores de los Padres Altísimos.
55:9.2 (633.5) Cuando una constelación se asienta así en luz, el poder legislativo cesa y toma su lugar la cámara de los soberanos de los sistemas, presidida por los Altísimos. Entonces, por vez primera, estos órganos directivos tratan directamente con el gobierno del suprauniverso en cuestiones relativas a las relaciones con Havona y con el Paraíso. Por lo demás, la constelación continúa relacionada con el universo igual que antes. De etapa en etapa de asentamiento en vida, los univitatias continúan con la supervisión de los mundos morontiales de la constelación.
55:9.3 (633.6) A medida que transcurren las eras, los Padres de las constelaciones asumen más y más las pormenorizadas funciones gobernativas o de supervisión que anteriormente se centraban en la sede del universo. Al alcanzarse la sexta etapa de estabilización, estas constelaciones, unificadas, habrán logrado una autonomía casi completa. Con el paso a la séptima etapa de asentamiento, se evidenciará sin duda la exaltación de estos gobernantes a la verdadera dignidad que sus nombres indican: los Altísimos. A todos los efectos, las constelaciones tratarán directamente con los gobernantes del suprauniverso, mientras que el gobierno del universo local se expandirá hasta abarcar los cometidos que se derivan de las nuevas obligaciones respecto al gran universo.
10. LA CUARTA ETAPA O ETAPA DEL UNIVERSO LOCAL
55:10.1 (634.1) En cuanto un universo se asienta en luz y vida, entra en las vías circulatorias establecidas del suprauniverso, y los ancianos de días proclaman el establecimiento del consejo supremo de plenos poderes. Este nuevo órgano de gobierno consta de cien fieles de días presididos por el unión de días. El primer acto de este consejo supremo consiste en reconocer la continuidad de la soberanía del hijo creador mayor.
55:10.2 (634.2) La administración del universo, en lo que respecta a Gabriel y al Padre Melquisedec, permanece sin cambios. Este consejo con plenos poderes se ocupa principalmente de los nuevos problemas y de las nuevas condiciones que resultan del avanzado estatus de luz y vida.
55:10.3 (634.3) El inspector adjunto moviliza entonces a todos los centinelas con asignación para constituir el colectivo de estabilización del universo local y pide al Padre Melquisedec que comparta con él su supervisión. Luego, por vez primera, se asigna a un colectivo de espíritus inspirados de la Trinidad al servicio del unión de días.
55:10.4 (634.4) El asentamiento de un universo local completo en luz y vida da comienzo a profundos reajustes en todo el diseño administrativo, desde los mundos habitados individuales hasta la sede del universo. Las nuevas relaciones que se entablan llegan a las constelaciones y a los sistemas. El espíritu materno del universo local desarrolla un nuevo orden de relación con el espíritu mayor del suprauniverso, y Gabriel establece contacto directo con los ancianos de días para ser más eficiente cuando el hijo mayor se ausente de su mundo-sede.
55:10.5 (634.5) Durante esta era y las siguientes, los hijos magistrados continúan desempeñando su función de jueces en las dispensaciones, mientras que cien de estos hijos avonales del Paraíso constituyen el nuevo alto consejo de la brillante estrella de la mañana en la capital del universo. Más tarde, y por petición de los soberanos de los sistemas, uno de estos hijos magistrados se convertirá en el consejero supremo, con base en el mundo-sede, de cada uno de los sistemas locales hasta que se alcance la séptima etapa de unidad.
55:10.6 (634.6) Durante esta época, los hijos preceptores de la Trinidad son, voluntariamente, los asesores no solo de los soberanos planetarios, sino que, en grupos de tres, prestan un servicio similar a los Padres de las constelaciones. Y estos Hijos encuentran por fin su sitio en el universo local, porque, en este momento, se les aparta de la jurisdicción de la creación local y se les asigna al servicio del consejo supremo de ilimitada autoridad.
55:10.7 (634.7) Entonces, el colectivo de finalizadores admite, por vez primera, la jurisdicción de un poder externo al Paraíso: el consejo supremo. Hasta ahora, los finalizadores no reconocían supervisión alguna a este lado del Paraíso.
55:10.8 (634.8) Los hijos creadores de estos universos asentados en luz pasan una gran parte de su tiempo en el Paraíso y en sus mundos vinculados y asesorando a los numerosos grupos de finalizadores que prestan sus servicios en toda la creación local. De esta manera, Miguel, como hombre, consigue una relación de mayor fraternidad con los mortales finalizadores glorificados.
55:10.9 (634.9) Resulta del todo inútil especular sobre la labor de los hijos creadores respecto a los universos exteriores en este momento en proceso inicial de formación. Pero todos hacemos ocasionalmente este tipo de suposiciones. Al alcanzar esta cuarta etapa de desarrollo, el hijo creador queda liberado de responsabilidades gobernativas; progresivamente, la benefactora divina armoniza su ministerio con el del espíritu mayor del suprauniverso y el del Espíritu Infinito. Parece que se está produciendo una nueva y sublime relación entre el hijo creador, el espíritu creativo, las estrellas vespertinas, los hijos preceptores y el creciente colectivo de finalizadores.
55:10.10 (635.1) Si Miguel tuviese que dejar Nebadón, Gabriel, contando con la colaboración del Padre Melquisedec, ostentaría sin duda la jefatura del gobierno. Al mismo tiempo, se otorgaría un nuevo rango a todos los órdenes de ciudadanía permanente, tales como los hijos materiales, los univitatias, los midsonitas, los susatias y los mortales fusionados con el Espíritu. Pero, mientras prosigue la evolución, se necesitarán serafines y arcángeles en la administración del universo.
55:10.11 (635.2) Nos sentimos, sin embargo, convencidos de dos elementos de nuestras suposiciones: si se destina a los hijos creadores a los universos exteriores, no hay duda de que las benefactoras divinas los acompañarán; y estamos igualmente seguros de que los melquisedecs permanecerán en sus universos de origen. Creemos que los melquisedecs están destinados a desempeñar un papel de cada vez mayor responsabilidad en el gobierno y en la administración del universo local.
11. LA ETAPA DE LOS SECTORES MENORES Y MAYORES
55:11.1 (635.3) Los sectores menores y mayores del suprauniverso no figuran directamente en el plan de asentamiento en luz y vida. Tal progreso evolutivo atañe principalmente al universo local como unidad y concierne solamente a sus componentes. Los suprauniversos se asientan en luz y vida cuando todos los universos locales que lo componen llegan a ese grado de perfección. Pero ninguno de los siete suprauniversos ha logrado progresar ni de cerca a tal nivel.
55:11.2 (635.4) La era del sector menor. Hasta donde nuestras observaciones alcanzan, la quinta etapa, o etapa de estabilización del sector menor, guarda relación exclusivamente con el estatus físico y con el asentamiento equilibrado de los cien correlacionados universos locales en las vías circulatorias establecidas del suprauniverso. Al parecer, solo los centros de la potencia y sus colaboradores se ocupan de esta realineación de la creación material.
55:11.3 (635.5) La era del sector mayor. Con respecto a la sexta etapa, o etapa de estabilización del sector mayor, solo podemos hacer conjeturas, puesto que ninguno de nosotros ha sido testigo de tal acontecimiento. No obstante, podemos realizar algunas afirmaciones en cuanto a los reajustes de tipo administrativo o de otro orden que probablemente acompañarían a este estatus tan avanzado en el que estarían los mundos y sus agrupaciones en el universo.
55:11.4 (635.6) Puesto que el estatus del sector menor guarda relación con la coordinación del equilibrio físico, deducimos que la unificación del sector mayor estará relacionada con ciertos nuevos niveles de logros intelectuales, posiblemente referidos a la consecución de algunos avances en la realización suprema de la sabiduría cósmica.
55:11.5 (635.7) Llegamos a estas conclusiones sobre los reajustes que probablemente estarían presentes en la realización de los niveles de progreso evolutivo, todavía por alcanzar, al observar los resultados de dichos logros en los distintos mundos y en las experiencias de los distintos mortales que viven en estas esferas más antiguas y altamente desarrolladas.
55:11.6 (635.8) Que quede claro que ni los mecanismos administrativos ni los procedimientos gubernamentales de un universo o de un suprauniverso pueden en modo alguno limitar ni retrasar el desarrollo evolutivo o el progreso espiritual de un determinado planeta habitado o de un determinado mortal de dicha esfera.
55:11.7 (635.9) En algunos de los universos más antiguos, encontramos mundos asentados en la quinta y en la sexta etapa de luz y vida —e incluso bastante adentrados en la séptima época— cuyos sistemas locales no están todavía asentados en luz. Los planetas más jóvenes pueden retrasar la unificación del sistema, pero esto no obstaculiza en absoluto el progreso de un mundo más antiguo y avanzado. Las limitaciones medioambientales, ni siquiera en un mundo aislado, pueden impedir tampoco los logros personales de mortal alguno; Jesús de Nazaret, como hombre entre los hombres, logró de forma personal el estado de luz y vida en Urantia hace más de mil novecientos años.
55:11.8 (636.1) Observando lo que sucede en los mundos que llevan mucho tiempo asentados en luz, podemos llegar a conclusiones bastante fiables en cuanto a lo que acontecerá cuando todo un suprauniverso se asiente en luz, incluso si no podemos dar por cierto la circunstancia de la estabilización de los siete suprauniversos.
12. LA SÉPTIMA ETAPA O ETAPA DEL SUPRAUNIVERSO
55:12.1 (636.2) No podemos hacer un pronóstico cierto de lo que ocurrirá cuando un suprauniverso se asiente en luz porque nunca se ha llevado a efecto. Según las enseñanzas de los melquisedecs, que nunca han sido desmentidas, deducimos que se sucederán cambios profundos en toda la organización y administración de cada una de las unidades que integran las creaciones del espacio y tiempo desde los mundos habitados hasta la sede del suprauniverso.
55:12.2 (636.3) Por lo general, se cree que un gran número de hijos trinitizados por criaturas, por lo demás sin adscripción, se congregarán en las sedes y en las capitales de las divisiones administrativas de los suprauniversos asentados en luz. Esto se puede hacer en previsión de la llegada algún día de seres del espacio exterior en su camino hacia Havona y el Paraíso, pero no lo sabemos realmente.
55:12.3 (636.4) Si un suprauniverso se estableciese en luz y vida, creemos que, cuando eso pudiera suceder, los supervisores incondicionados del Supremo actualmente en calidad de asesores, se convertirían en el alto órgano administrativo del mundo-sede del suprauniverso. Estos seres personales tienen también la facultad de ponerse en contacto directo con los administradores absonitos, que de inmediato participarían activamente en el suprauniverso asentado en luz. Aunque estos supervisores incondicionados han desempeñado durante mucho tiempo la labor de asesores y consejeros en las unidades evolutivas y avanzadas de la creación, no asumen responsabilidades de tipo administrativo hasta que la autoridad del Ser Supremo no sea soberana.
55:12.4 (636.5) Los supervisores incondicionados del Supremo, que desempeñan de forma más amplia su labor durante esta época, no son finitos ni absonitos, ni últimos ni infinitos; son la supremacía y únicamente representan al Dios Supremo. Constituyen la manifestación personal de la supremacía en el tiempo y en el espacio y, por lo tanto, no obran en Havona. Actúan solamente como unificadores supremos. Puede que intervengan en el sistema de la reflectividad del universo, pero no estamos seguros.
55:12.5 (636.6) Ninguno de nosotros tiene una noción satisfactoria de lo que sucederá cuando la totalidad del gran universo (los siete suprauniversos dependientes de Havona) se asienten en luz y vida. Sin duda, será el acontecimiento de mayor envergadura de los anales de la eternidad desde la aparición del universo central. Hay quienes sostienen que el Ser Supremo mismo emergerá del misterio de Havona que envuelve su persona espiritual y residirá en la sede del séptimo suprauniverso en calidad de soberano, todopoderoso y experiencial, de las creaciones perfeccionadas del tiempo y del espacio. Pero en realidad no lo sabemos.
55:12.6 (636.7) [Exposición de un mensajero poderoso asignado temporalmente al Consejo de Arcángeles de Urantia.]
Escrito 56
La unidad universal
56:0.1 (637.1) Dios es unidad. La Deidad está universalmente coordinada. El universo de los universos constituye un inmenso mecanismo, un todo integrado regido absolutamente por una mente infinita. Los ámbitos físicos, intelectuales y espirituales de la creación universal están correlacionados de forma divina. Lo perfecto y lo imperfecto están realmente interrelacionados y es por ello por lo que la criatura evolutiva finita puede ascender al Paraíso en obediencia al mandato del Padre Universal: “Sed perfectos, como yo soy perfecto”.
56:0.2 (637.2) Los distintos niveles de la creación están todos unificados en los planes y en la administración de los arquitectos del universo matriz. Para la limitada mente de los mortales del espacio y del tiempo, en el universo se pueden presentar problemas y situaciones que podrían aparentemente ser indicativos de disonancia y de ausencia de una eficaz coordinación; pero aquellos de nosotros que podemos observar una extensión más amplia de los fenómenos universales, y que hemos adquirido mayor experiencia en esta destreza de identificar la unidad fundamental subyacente a la diversidad creativa y descubrir la unicidad divina encubierta en el funcionamiento de la pluralidad, percibimos mejor el propósito divino y único presente en todas estas múltiples manifestaciones de la energía creativa universal.
1. LA COORDINACIÓN FÍSICA
56:1.1 (637.3) La creación física o material no es infinita, pero está perfectamente coordinada. Existen la fuerza, la energía y la potencia, pero, en origen, todas son una misma cosa. En su constitución, los siete suprauniversos son aparentemente binarios; el universo central, trino; pero el Paraíso tiene una constitución única. Y el Paraíso es la fuente real de todos los universos materiales —pasados, presentes y futuros—. Si bien, esta derivación cósmica es un acontecimiento de la eternidad; en ningún momento —pasado, presente o futuro—, surgen el espacio o el cosmos material de la Isla Nuclear de Luz. Como fuente cósmica, el Paraíso precede en su acción al espacio y al tiempo; por consiguiente, sus derivaciones parecerían estar huérfanas en el tiempo y en el espacio si no emergieran a través del Absoluto Indeterminado, su depositario último en el espacio y su revelador y regulador en el tiempo.
56:1.2 (637.4) El Absoluto Indeterminado sostiene el universo físico, mientras que el Absoluto de Deidad impele la extraordinaria acción directiva de toda la realidad material; y ambos Absolutos se unifican operativamente mediante el Absoluto Universal. Todos los seres personales —materiales, morontiales, absonitas o espirituales— entienden mejor esta correlación cohesiva del universo material observando cómo la respuesta gravitacional de toda genuina realidad material a la gravedad se centra en el Paraíso inferior.
56:1.3 (638.1) La unificación gravitacional es universal e invariable; la respuesta de la energía pura es igualmente universal e ineludible. La energía pura (fuerza primordial) y el espíritu puro son enteramente pre-sensibles a la gravedad. El Padre Universal rige personalmente estas fuerzas primigenias, inherentes en los Absolutos; de ahí que toda la gravedad se centre en la presencia personal del Padre del Paraíso, energía pura y espíritu puro, y en su morada supramaterial.
56:1.4 (638.2) La energía pura es la antecesora de todas las realidades operativas no espirituales y relativas, mientras que el espíritu puro es el potencial de la acción divina que dirige todos los sistemas energéticos básicos. Y estas realidades, en sus distintas manifestaciones por todo el espacio y tal como se observa en los movimientos del tiempo, están ambas centradas en la persona del Padre del Paraíso. En él son una sola —deben unificarse— porque Dios es uno. El ser personal del Padre está absolutamente unificado.
56:1.5 (638.3) En la naturaleza infinita de Dios Padre no podría haber una realidad binaria, como la física y la espiritual; pero, en el instante en que desviamos nuestra mirada de los niveles infinitos y de la realidad absoluta de los valores personales del Padre del Paraíso, observamos la existencia de estas dos realidades y reconocemos que son enteramente sensibles a su presencia personal; todas las cosas en él subsisten.
56:1.6 (638.4) En el momento en el que os alejáis del concepto incondicionado del ser personal infinito del Padre del Paraíso, debéis asumir que la MENTE es el ineludible sistema que unifica la divergencia creciente en el universo de estas manifestaciones binarias del ser personal monotético y primigenio del Creador, la Primera Fuente y Centro —el YO SOY—.
2. LA UNIDAD INTELECTUAL
56:2.1 (638.5) El Padre-Pensamiento realiza su expresión espiritual en el Hijo-Verbo y, a través del Paraíso, logra expandir la realidad en los extensos universos materiales. Las expresiones espirituales del Hijo Eterno se correlacionan con los niveles materiales de la creación mediante la actuación del Espíritu Infinito, por cuyo ministerio mental sensible al espíritu, y en cuyos actos mentales, directivos de lo físico, las realidades espirituales de la Deidad y las repercusiones materiales de la Deidad se correlacionan entre sí.
56:2.2 (638.6) La mente es el don de carácter operativo del Espíritu Infinito, de ahí que sea infinita en cuanto a su potencial y universal en cuanto a su otorgamiento. El pensamiento primordial del Padre Universal se eterniza y expresa de manera doble: en la Isla del Paraíso y en el Hijo Eterno y Espiritual, su igual en la Deidad. Esta dualidad de la realidad eterna convierte al Dios de la mente, el Espíritu Infinito, en una inevitabilidad. La mente es la indispensable vía de comunicación entre las realidades espirituales y las materiales. Tan solo mediante el ministerio de la mente puede la mente material y evolutiva concebir y comprender al espíritu morador.
56:2.3 (638.7) Esta mente infinita y universal ejerce su ministerio en los universos del tiempo y del espacio en la forma de mente cósmica; y, aunque se extiende desde el temprano ministerio de los espíritus asistentes hasta la espléndida mente del mandatario en jefe de un universo, esta mente cósmica está adecuadamente unificada en la supervisión de los siete espíritus mayores, los cuales están, a su vez, coordinados con la Mente Suprema del tiempo y del espacio y perfectamente correlacionados con la todo incluyente mente del Espíritu Infinito.
3. LA UNIFICACIÓN ESPIRITUAL
56:3.1 (639.1) Al igual que la gravedad mental universal está centrada en la presencia personal y paradisíaca del Espíritu Infinito, del mismo modo, la gravedad espiritual universal se centra en la presencia personal y paradisíaca del Hijo Eterno. El Padre Universal es uno, pero, en el tiempo y en el espacio, se revela en el doble fenómeno de la energía pura y del espíritu puro.
56:3.2 (639.2) Las realidades espirituales del Paraíso son igualmente una sola, pero en todas las situaciones y relaciones espacio-temporales este espíritu único se revela en el fenómeno doble de los seres personales y emanaciones espirituales del Hijo Eterno y de los seres personales e influencias espirituales del Espíritu Infinito y de las creaciones a él vinculadas; y todavía existe un tercer fenómeno —el fraccionamiento del espíritu puro—: la dádiva del Padre de los modeladores del pensamiento y de otras entidades espirituales prepersonales.
56:3.3 (639.3) Al margen de los niveles de actividad del universo en los que podáis encontrar fenómenos espirituales o entrar en contacto con seres espirituales, debéis saber que todos ellos provienen de Dios que es espíritu mediante el ministerio del Hijo Espíritu y del Espíritu Mente Infinito. Y este extenso espíritu opera manifestándose en los mundos evolutivos del tiempo, según se dirige desde las sedes de los universos locales. Desde estas capitales, el espíritu santo y el espíritu de la verdad, junto con el ministerio de los espíritus asistentes de la mente, acuden a los niveles de orden inferior y evolutivos de las mentes materiales.
56:3.4 (639.4) Aunque la mente está más unificada en el nivel de los espíritus mayores en vinculación con el Ser Supremo y como mente cósmica en subordinación a la Mente Absoluta, el ministerio espiritual que se dispensa a los mundos en evolución está más directamente unificado en los seres personales residentes en las sedes de los universos locales y en las personas de las benefactoras divinas que los presiden, las cuales, a su vez, se correlacionan casi perfectamente con la vía circulatoria de la gravedad del Paraíso del Hijo Eterno, en donde se produce la unificación final de todas las manifestaciones espirituales del tiempo y del espacio.
56:3.5 (639.5) Las criaturas pueden alcanzar, mantener y eternizar una existencia perfeccionada mediante la fusión de su mente autoconsciente con una fracción de la dote espiritual pre-trinitaria de alguna de las personas de la Trinidad del Paraíso. La mente mortal es la creación de los Hijos y las Hijas del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito y, cuando se fusiona con el modelador del pensamiento procedente del Padre, comparte la dotación espiritual triple de los reinos evolutivos. Pero estas tres expresiones espirituales se llegan a unificar en perfección en los finalizadores, tal como lo estaban en la eternidad en el YO SOY universal antes de convertirse en el Padre Universal del Hijo Eterno y del Espíritu Infinito.
56:3.6 (639.6) El espíritu debe siempre y en última instancia ser expresión triple y unificarse, en su realización final, en la Trinidad. El espíritu tiene su origen en una sola fuente a través de una expresión triple; y, en su completud, debe alcanzar, como así lo hace, su plena realización en esa unificación divina que se experimenta al encontrar a Dios —la unicidad con la divinidad— en la eternidad, y por medio del ministerio de la mente cósmica que deriva de la expresión infinita del verbo eterno del pensamiento universal del Padre.
4. LA UNIFICACIÓN DEL SER PERSONAL
56:4.1 (639.7) El Padre Universal es un ser personal divinamente unificado; de ahí, que todos sus hijos ascendentes que fueron transportados al Paraíso por el impulso de recuperación de los modeladores del pensamiento, que salieron del Paraíso para habitar en los mortales materiales en obediencia al mandato del Padre, sean, igualmente, seres personales plenamente unificados antes de alcanzar Havona.
56:4.2 (640.1) Por naturaleza, el ser personal trata de unificar todas las realidades que lo constituyen. El ser personal infinito de la Primera Fuente y Centro, el Padre Universal, unifica los siete Absolutos constitutivos de la Infinitud; y el ser personal del hombre mortal, al ser la dádiva exclusiva y directa del Padre Universal, posee igualmente el potencial de unificar los factores constitutivos de la criatura mortal. Dicha creatividad unificadora de todo ser personal creatural es el distintivo de nacimiento de su alta y única fuente y es indicativa, además, de su contacto ininterrumpido con esta misma fuente a través de la vía circulatoria del ser personal, mediante la que dicho ser personal creatural mantiene un contacto directo y sostenido con el Padre de todos los seres personales del Paraíso.
56:4.3 (640.2) Pese a que Dios se manifiesta desde los dominios del Séptuplo, a través de la supremacía y la ultimidad, hasta el Dios Absoluto, la vía circulatoria del ser personal, centrada en el Paraíso y en la persona de Dios Padre, facilita la unificación completa y perfecta de todas estas distintas expresiones de ser personal divino, en lo que respecta a todos los seres personales creaturales de todos los niveles de existencia inteligente y de todos los ámbitos de los universos perfectos, perfeccionados y en camino de perfección.
56:4.4 (640.3) Aunque Dios es para los universos, y en los universos, todo lo que hemos mostrado, no obstante, para vosotros y para todas las demás criaturas conocedoras de Dios, él es uno, vuestro Padre y su Padre. Para un ser personal, Dios no puede ser plural. Dios es el Padre de cada una de sus criaturas y es literalmente imposible que un hijo pueda tener más de un padre.
56:4.5 (640.4) Filosóficamente, cósmicamente y en referencia a los niveles y lugares diferenciados donde se manifiesten, podéis y necesariamente debéis concebir la acción de Deidades plurales y presuponer la existencia de Trinidades plurales; pero, por todo el universo matriz, en la experiencia y en la comunión personal de cada persona en adoración, Dios es uno; y esa Deidad unificada y personal es nuestra progenitora del Paraíso, el Dios Padre, el otorgador, preservador y Padre de todos los seres personales desde el hombre mortal de los mundos habitados hasta el Hijo Eterno de la Isla Central de la Luz.
5. LA UNIDAD DE LA DEIDAD
56:5.1 (640.5) La unicidad, la indivisibilidad, de la Deidad del Paraíso es existencial y absoluta. Hay tres manifestaciones personales eternas de la Deidad —el Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito— pero, en la Trinidad del Paraíso, constituyen en realidad una sola Deidad, indivisa e indivisible.
56:5.2 (640.6) A partir del nivel primigenio de la realidad existencial del Paraíso-Havona, se diversificaron dos niveles subabsolutos y, acto seguido, el Padre, el Hijo y el Espíritu se ocuparon de la creación de numerosos colaboradores y subordinados de índole personal. Y, aunque sea inadecuado en este contexto proceder a considerar la unificación de la deidad absonita en los niveles trascendentales de ultimidad, es factible abordar algunas características de la acción unificadora de los diferentes estados personales de la Deidad en los que la divinidad se manifiesta operativamente a los distintos sectores de la creación y a los diferentes órdenes de seres inteligentes.
56:5.3 (640.7) En cuanto a su acción presente en los suprauniversos, la divinidad se manifiesta activamente en las actuaciones de los creadores supremos —los hijos creadores y los espíritus creativos de los universos locales, los ancianos de días de los suprauniversos y los siete espíritus mayores del Paraíso—. Estos seres constituyen los primeros tres niveles del Dios Séptuplo que conducen hacia el interior, hacia el Padre Universal, y todo este ámbito del Dios Séptuplo está coordinando, en el primer nivel de la deidad experiencial, la evolución del Ser Supremo.
56:5.4 (641.1) En el Paraíso y en el universo central, la unidad de la Deidad es una realidad. En todos los universos evolutivos del tiempo y del espacio, la unidad de la Deidad es un logro.
6. LA UNIFICACIÓN DE LA DEIDAD EVOLUTIVA
56:6.1 (641.2) Cuando las tres personas eternas de la Deidad actúan como Deidad indivisa en la Trinidad del Paraíso consiguen una unidad perfecta; igualmente, cuando crean, ya sea en vinculación o por separado, en su progenie del Paraíso se pone de manifiesto la unidad característica de lo divino. Y esta divinidad de propósito, manifestada por los creadores y por los gobernantes supremos de los dominios del espacio-tiempo, deviene en el potencial de la potencia unificadora de la soberanía de la supremacía experiencial que, en presencia de la unidad energética impersonal del universo, constituye una tensión de la realidad, que únicamente puede resolverse por medio de su adecuada unificación con las realidades personales experienciales de la Deidad experiencial.
56:6.2 (641.3) Las realidades personales del Ser Supremo provienen de las Deidades del Paraíso y, en el mundo piloto de la vía circulatoria exterior de Havona, se unifican con las prerrogativas sobre la potencia del Supremo Todopoderoso procedentes de las divinidades creadoras del gran universo. El Dios Supremo, como persona, existía en Havona antes de la creación de los siete suprauniversos, pero solo actuaba en niveles espirituales. La evolución de la potencia del Todopoderoso de Supremacía, mediante la síntesis de la diversa divinidad que tiene lugar en los universos evolutivos, devino en una nueva presencia de la potencia de la Deidad, que se coordinó con la persona espiritual del Supremo en Havona por medio de la Mente Suprema, que, al mismo tiempo, se trasladó desde el potencial residente en la mente infinita del Espíritu Infinito a la mente operativamente activa del Ser Supremo.
56:6.3 (641.4) Las criaturas de mente material de los mundos evolutivos de los siete suprauniversos solo pueden llegar a comprender la unidad de la Deidad conforme dicha unidad se desarrolla en esta síntesis de la potencia y del ser personal del Ser Supremo. En cualquier nivel de existencia, Dios no puede exceder la capacidad conceptual de los seres que habitan dicho nivel. El hombre mortal debe, por medio del reconocimiento de la verdad, de la apreciación de la belleza y de la adoración de la bondad, evolucionar en su reconocimiento de un Dios de amor y, luego, progresar por los niveles ascendentes en cuanto deidad hasta la comprensión del Supremo. Cuando se ha alcanzado así a comprender la Deidad, como unificada en la potencia, puede entonces manifestarse personalmente en espíritu para el entendimiento y la consecución creatural.
56:6.4 (641.5) Aunque los mortales ascendentes logran comprender la potencia del Todopoderoso en las capitales de los suprauniversos y el ser personal del Supremo en las vías circulatorias exteriores de Havona, no encuentran de hecho al Ser Supremo de la misma manera que están destinados a encontrar a las Deidades del Paraíso. Ni incluso los finalizadores, los espíritus de la sexta etapa, han encontrado al Ser Supremo, ni lo encontrarán probablemente hasta que no hayan alcanzado el estatus de espíritus de la séptima etapa, y hasta que el Supremo realmente no actúe operativamente en la actividad múltiple que se desarrolla en los universos exteriores futuros.
56:6.5 (641.6) Pero cuando los seres ascendentes encuentran al Padre Universal, correspondiente al séptimo nivel del Dios Séptuplo, han logrado llegar al ser personal de la Primera Persona de todos los niveles en cuanto deidad que tienen relaciones personales con las criaturas del universo.
7. REPERCUSIONES EVOLUTIVAS UNIVERSALES
56:7.1 (642.1) El constante avance de la evolución en los universos del espacio-tiempo viene acompañado de revelaciones cada vez más amplias de la Deidad para todas las criaturas inteligentes. Lograr la cima del progreso evolutivo en un mundo, sistema, constelación, universo, suprauniverso o gran universo señala una correspondiente ampliación de la actuación en cuanto deidad en y para estas unidades de la creación en vías de progreso. Y cada aumento a nivel local de la cognición de la divinidad viene aparejado por ciertas repercusiones, bien definidas, de una dilatada manifestación en cuanto deidad respecto a todos los demás sectores de la creación. Al extenderse al exterior, desde el Paraíso, cada nuevo ámbito de cognición y de logro de la evolución constituyen una nueva y creciente revelación de la Deidad experiencial para el universo de los universos.
56:7.2 (642.2) A medida que los componentes que integran un universo local se asientan progresivamente en luz y vida, más se acrecienta la manifestación del Dios Séptuplo. En un planeta, la evolución espacio-temporal comienza con la primera expresión del Dios Séptuplo, bajo el dominio del hijo creador y el espíritu creativo en vinculación. Con el asentamiento de un sistema en luz, esta conjunción Hijo-Espíritu realiza su labor en plenitud; y, cuando una constelación entera se asienta igualmente en luz, la segunda faceta del Dios Séptuplo se hace más activa en todo este ámbito espacial. La culminación de la evolución a niveles administrativos de un universo local viene acompañada de la impartición de ministerios, nuevos y más directos, de los espíritus mayores del suprauniverso; y, en este momento, también comienza la revelación y la cognición crecientes del Dios Supremo, que culmina en la comprensión del Ser Supremo por parte del ascendente, a su paso por los mundos de la sexta vía circulatoria de Havona.
56:7.3 (642.3) El Padre Universal, el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito son manifestaciones existenciales en cuanto deidad para las criaturas inteligentes y, por consiguiente, no se expanden del mismo modo en sus relaciones personales con las criaturas de mente y espíritu de toda la creación.
56:7.4 (642.4) Cabe observar que los mortales ascendentes pueden experimentar la presencia impersonal de los niveles sucesivos de la Deidad mucho antes de volverse suficientemente espirituales y estar adecuadamente formados como para conseguir reconocer personalmente y de forma experiencial a estas Deidades como seres personales y establecer contacto con ellas.
56:7.5 (642.5) Cada nuevo logro evolutivo en un sector de la creación, al igual que cada nueva ocupación del espacio por manifestaciones de la divinidad, viene acompañado de expansiones simultáneas de la revelación operativa de la Deidad en las unidades de toda la creación, en ese momento existentes y previamente organizadas. Esta nueva ocupación de la labor administrativa de los universos y de las unidades que los componen puede que no siempre parezca que se realice exactamente del modo hasta aquí descrito. Esto resulta así porque es habitual enviar por adelantado a unos grupos de administradores, a fin de preparar el camino para las eras siguientes y sucesivas en las que se establecerá una nueva dirección de los asuntos administrativos. Incluso el Dios Último prefigura su trascendental acción directiva sobre los universos durante las postreras etapas del asentamiento en luz y vida de un universo local.
56:7.6 (642.6) Es un hecho que, a medida que el estatus evolutivo de las creaciones del tiempo y del espacio va progresivamente asentándose, se observa en el Dios Supremo el ejercicio de una actuación nueva y más plena, en conjunción con la correspondiente retirada de las primeras tres manifestaciones del Dios Séptuplo. Si y cuando el gran universo llegara a establecerse en luz y vida, ¿cuál será entonces la labor futura de las manifestaciones del creador y del espíritu creativo del Dios Séptuplo si el Dios Supremo asume el control directo de estas creaciones del espacio-tiempo? ¿Es que estos organizadores y pioneros de los universos del tiempo y del espacio serán liberados de sus cometidos para poder desarrollar una actividad similar en el espacio exterior? No lo sabemos, pero hacemos muchas conjeturas sobre estas y otras cuestiones afines.
56:7.7 (643.1) Conforme las fronteras de la Deidad experiencial se extienden hacia el exterior, hacia los ámbitos del Absoluto Indeterminado, vislumbramos la actividad del Dios Séptuplo durante las tempranas épocas evolutivas de estas creaciones del futuro. No estamos todos de acuerdo en cuanto al estatus futuro de los ancianos de días ni el de los espíritus mayores de los suprauniversos. Tampoco sabemos si el Ser Supremo desempeñará su función en estas creaciones como en los siete suprauniversos. Si bien, todos presuponemos que los migueles, los hijos creadores, están destinados a actuar en estos universos exteriores. Algunos sostienen que las eras futuras serán testigos de alguna forma de unión más estrecha que la ya existente entre los hijos creadores y las benefactoras divinas; es incluso posible que dicha unión creadora pueda devenir en alguna nueva expresión de identidad de la conjunción de estos creadores, de naturaleza última. Pero, en realidad, no sabemos nada de estos posibles hechos del futuro no revelado.
56:7.8 (643.2) Sabemos, sin embargo, que en los universos del tiempo y del espacio, el Dios Séptuplo facilita una aproximación progresiva al Padre Universal, y que esta aproximación evolutiva se unifica experiencialmente en el Dios Supremo. Puede conjeturarse que un plan así debería prevalecer en los universos exteriores; por otra parte, los nuevos órdenes de seres que alguna vez puedan habitar estos universos podrían ser capaces de aproximarse a la Deidad en sus últimos niveles y mediante métodos absonitos. En resumen, no tenemos la más mínima noción de qué modo de acercamiento a la Deidad puede resultar efectivo en los universos futuros del espacio exterior
56:7.9 (643.3) Sin embargo, consideramos que, de alguna manera, los suprauniversos perfeccionados se convertirán en parte de las andaduras de ascensión hacia el Paraíso de aquellos seres que habiten las creaciones exteriores. Es muy posible que en esa era futura podamos presenciar cómo estos seres del espacio exterior se acercan a Havona a través de los siete suprauniversos, cuya administración será responsabilidad del Dios Supremo con o sin la colaboración de los siete espíritus mayores.
8. EL UNIFICADOR SUPREMO
56:8.1 (643.4) El Ser Supremo desempeña una labor triple en la experiencia del hombre mortal: en primer lugar, es el unificador de la divinidad espacio temporal o Dios Séptuplo; en segundo lugar, constituye el máximo concepto sobre la Deidad realmente comprensible para las criaturas finitas; en tercer lugar, es la única vía que el hombre mortal tiene para hacer su aproximación a la experiencia trascendental de relacionarse con la mente absonita, el espíritu eterno y el ser personal paradisíaco.
56:8.2 (643.5) Al haber nacido en los universos locales, al haberse criado en los suprauniversos y formado en el universo central, los finalizadores ascendentes abarcan, en sus experiencias personales, todo el potencial posible para llegar a comprender la divinidad espacio temporal del Dios Séptuplo que se unifica en el Supremo. Los finalizadores sirven sucesivamente en suprauniversos distintos a los de su nacimiento, superponiendo así experiencias tras experiencias hasta englobar toda la diversidad séptupla que las criaturas puedan llegar a experimentar. El ministerio de los modeladores interiores posibilita hallar al Padre Universal, pero la experiencia constituye el modo de llegar realmente a conocer al Ser Supremo. Los finalizadores están destinados a servir y a revelar a esta Deidad Suprema en y para los universos futuros del espacio exterior.
56:8.3 (644.1) Tened presente que todo lo que el Dios Padre y sus Hijos del Paraíso hacen por nosotros, nosotros a nuestra vez y en espíritu tenemos la posibilidad de hacerlo por y en el Ser Supremo emergente. En el universo, la experiencia del amor, la felicidad y el servicio es mutua. Dios Padre no necesita que sus hijos le devuelvan todo lo que él les da de gracia, pero ellos a su vez dan (o pueden dar) de gracia todo esto a sus semejantes y al Ser Supremo en evolución.
56:8.4 (644.2) Todos los fenómenos relacionados con la creación reflejan una actividad creadora y espiritual precedente. Jesús dijo, y es literalmente verdad, que “el Hijo solo hace aquellas cosas que ve hacer al Padre”. Con el tiempo, vosotros los mortales comenzaréis a revelar el Supremo a vuestros semejantes e incrementaréis progresivamente esta revelación a medida que ascendáis hacia el Paraíso. Es posible que se os permita en la eternidad, como finalizadores de la séptima etapa, realizar revelaciones crecientes de este Dios a las criaturas evolutivas de los niveles supremos —e incluso últimos—.
9. LA UNIDAD DEL ABSOLUTO UNIVERSAL
56:9.1 (644.3) El Absoluto Indeterminado y el Absoluto de la Deidad se unifican en el Absoluto Universal. Los Absolutos se coordinan en el Último, se condicionan en el Supremo y se modifican, en el espacio-tiempo, en el Dios Séptuplo. En los niveles subinfinitos hay tres Absolutos, pero en la infinitud parecen ser uno. En el Paraíso hay tres manifestaciones personales de la Deidad, pero en la Trinidad son una sola.
56:9.2 (644.4) El principal postulado filosófico del universo matriz es el siguiente: ¿Existía el Absoluto (los tres Absolutos como uno solo en la infinitud) antes que la Trinidad? y ¿es el Absoluto el ancestro de la Trinidad? o ¿es la Trinidad la antecesora del Absoluto?
56:9.3 (644.5) ¿Es el Absoluto Indeterminado una presencia de fuerza independiente de la Trinidad? ¿Implica la presencia del Absoluto de la Deidad una ilimitada acción de la Trinidad? ¿Es el Absoluto Universal la acción final de la Trinidad, e incluso de una Trinidad de Trinidades?
56:9.4 (644.6) A simple vista, el concepto del Absoluto como el ancestro de todas las cosas —incluso de la Trinidad— parece, por su gratificante consistencia y la unificación que conlleva a niveles filosóficos, producir una satisfacción pasajera; si bien, la realidad de la eternidad de la Trinidad del Paraíso invalida este tipo de conclusiones. Se nos enseña, y nosotros así lo creemos, que el Padre Universal y sus colaboradores de la Trinidad son, en cuanto a su naturaleza y existencia, eternos. Por lo tanto, no hay sino una conclusión filosófica que tenga consistencia y es esta: el Absoluto es, para todas las inteligencias del universo, la respuesta impersonal y coordinada de la Trinidad (o Trinidades) a todas las situaciones espaciales fundamentales y primarias, intrauniversales y extrauniversales. Para todas las inteligencias personales del gran universo, la Trinidad del Paraíso por siempre permanece en completud, eternidad, supremacía y ultimidad y, para todos los efectos prácticos respecto a la comprensión personal y a la conciencia creatural, como absoluta.
56:9.5 (644.7) Al examinar esta cuestión, la mente de las criaturas se ve inclinada a realizar una premisa final del YO SOY universal como causa primigenia y fuente incondicionada a la vez de la Trinidad y del Absoluto. Así pues, cuando aspiramos a albergar un concepto personal del Absoluto, volvemos a nuestras ideas e ideales del Padre del Paraíso. Cuando deseamos mejorar nuestra comprensión o aumentar nuestra conciencia de este Absoluto, impersonal, volvemos al hecho de que el Padre Universal es el Padre existencial del ser personal absoluto; el Hijo Eterno es la Persona Absoluta, el Absoluto en estado personal, aunque no en un sentido experiencial. Y, entonces, continuamos imaginando que las Trinidades experienciales culminan en la manifestación experiencial y personal del Absoluto de la Deidad, mientras concebimos al Absoluto Universal como constitutivo de los fenómenos universales y extrauniversales, concernientes a la presencia manifiesta de la actividad impersonal de las conjunciones unificadas y coordinadas de la Deidad de supremacía, de ultimidad y de infinitud —la Trinidad de Trinidades—.
56:9.6 (645.1) Dios Padre es perceptible en todos los niveles desde el finito al infinito y, aunque sus criaturas, desde el Paraíso hasta los mundos evolutivos, lo han percibido de distintas maneras, solo el Hijo Eterno y el Espíritu Infinito lo conocen como infinitud.
56:9.7 (645.2) El ser personal espiritual es absoluto solo en el Paraíso, y el concepto del Absoluto es incondicionado solo en la infinitud. La presencia de la Deidad es absoluta solo en el Paraíso, y la revelación de Dios siempre debe ser parcial, relativa y progresiva hasta que su potencia se vuelva experiencialmente infinita en la potencia espacial del Absoluto Indeterminado, mientras que la manifestación de su persona se vuelva experiencialmente infinita en la presencia manifiesta del Absoluto de la Deidad y mientras estos dos potenciales de la infinitud se vuelvan una realidad unificada en el Absoluto Universal.
56:9.8 (645.3) Pero, más allá de los niveles subinfinitos, los tres Absolutos son uno solo, y así la Deidad engloba la infinitud, con independencia de que cualquier otro orden de existencia tome conciencia propia, alguna vez, de esta infinitud.
56:9.9 (645.4) En la eternidad, el estatus existencial supone autoconciencia existencial de la infinitud, aunque se precise de otra eternidad para experimentar la autorrealización de las potencialidades experienciales inherentes a una eternidad infinita —a una infinitud eterna—.
56:9.10 (645.5) Y Dios Padre es la fuente personal de todas las manifestaciones de la Deidad y de la realidad para todas las criaturas inteligentes y los seres espirituales de todo el universo de los universos. Como seres personales, ahora o en vuestra continuada experiencia durante el futuro eterno en el universo, no importa si conseguís alcanzar al Dios Séptuplo, comprender al Dios Supremo, hallar al Dios Último o intentáis aprehender el concepto del Dios Absoluto, ya que descubriréis, para vuestra satisfacción eterna, que al culminar cada una de las aventuras en las que participéis, en vuestros nuevos niveles experienciales, redescubrís al Dios eterno —al Padre del Paraíso de todos los seres personales del universo—.
56:9.11 (645.6) En el Padre Universal radica la unidad universal tal como debe realizarse de manera suprema, e incluso última, en la unidad posúltima de los valores y contenidos absolutos —la Realidad incondicionada—.
56:9.12 (645.7) Los organizadores mayores de la fuerza salen al espacio y movilizan sus energías para hacerlas sensibles a la gravedad, a la atracción del Paraíso del Padre Universal. Con posterioridad, llegan los hijos creadores, que organizan estas fuerzas sensibles a la gravedad en los universos habitados y ahí crean de forma evolutiva a criaturas inteligentes que reciben dentro de sí al espíritu del Padre del Paraíso, y que luego ascienden al Padre para volverse como él en todos los posibles atributos pertinentes a divinidad.
56:9.13 (645.8) La marcha incesante y en expansión de las fuerzas creativas del Paraíso a través del espacio parece predecir el ámbito en constante despliegue de la atracción gravitatoria del Padre Universal y la inacabable multiplicación de los distintos tipos de criaturas inteligentes capaces de amar a Dios y ser amadas por él y que, al llegar a conocer a Dios, pueden elegir ser como él, pueden optar por alcanzar el Paraíso y hallar a Dios.
56:9.14 (646.1) El universo de los universos está unificado en su totalidad. Dios es uno en potencia y en ser personal. Hay coordinación en todos los niveles de la energía y en todas las facetas del ser personal. Filosófica y experiencialmente, en concepto y en realidad, todas las cosas y los seres tienen su centro en el Padre del Paraíso. Dios lo es todo y está en todos, y sin él no existe ni cosa ni ser alguno.
10. VERDAD, BELLEZA Y BONDAD
56:10.1 (646.2) A medida que los mundos asentados en luz y vida progresan desde su etapa inicial hasta la séptima época, tratan continuadamente de alcanzar la cognición de la realidad del Dios Séptuplo, que se extiende desde la adoración del hijo creador hasta la adoración de su Padre del Paraíso. Durante el curso de esta séptima etapa de la historia de estos mundos, los mortales en constante progreso crecen en el conocimiento del Dios Supremo, mientras que perciben levemente la realidad del preponderante ministerio de Dios Último.
56:10.2 (646.3) Durante esta gloriosa era, la principal actividad de los mortales en su constante avance es la búsqueda de un mejor entendimiento y de una mayor conciencia de los elementos comprensibles de la Deidad: la verdad, la belleza y la bondad. Esto significa el esfuerzo del hombre por percibir a Dios en la mente, en la materia y en el espíritu. Y, conforme el mortal prosigue esta búsqueda, más se ve absorto en el estudio experiencial de la filosofía, de la cosmología y de la divinidad.
56:10.3 (646.4) De alguna manera, alcanzáis a entender la filosofía, y comprendéis la divinidad en la adoración, en el servicio social y en vuestra experiencia espiritual personal, pero con demasiada frecuencia reducís la belleza —la cosmología— al estudio de los toscos esfuerzos artísticos del hombre. La belleza, el arte, es, en su mayor parte, una cuestión de unificación de contrastes. La variedad es esencial para el concepto de la belleza. La belleza suprema, la cima del arte finito, es el escenario de la unificación de la inmensidad de los extremos cósmicos de Creador y criatura. El hombre que encuentra a Dios y Dios que encuentra al hombre —la criatura que se vuelve perfecta como lo es su Creador—; tal es el logro sublime de lo supremamente bello, la consecución de la cúspide del arte cósmico.
56:10.4 (646.5) De ahí que el materialismo, el ateísmo, sea el culmen de la fealdad, el apogeo de la antítesis finita de lo bello. La belleza más elevada reside en la unificación de las variaciones nacidas de una realidad armoniosa y preexistente.
56:10.5 (646.6) Alcanzar los niveles cosmológicos del pensamiento implica:
56:10.6 (646.7) 1. Curiosidad. Sed de armonía y belleza. Perseverancia en el intento de descubrir nuevos niveles de relaciones cósmicas armoniosas.
56:10.7 (646.8) 2. Apreciación estética. Amor por lo bello y aprecio siempre en avance del toque artístico existente en todas las manifestaciones creativas de todos los niveles de la realidad.
56:10.8 (646.9) 3. Sensibilidad ética. Mediante la cognición de la verdad, la apreciación de la belleza lleva al sentido de la idoneidad eterna de aquellas cosas que inciden en el reconocimiento de la verdad divina en las relaciones de la Deidad con todos los seres; y, así, incluso la cosmología lleva a la búsqueda de los valores divinos de la realidad —a la conciencia de Dios—.
56:10.9 (646.10) Los mundos asentados en luz y vida están tan completamente involucrados en la comprensión de la verdad, la belleza y la bondad, porque estos valores cualitativos abarcan la revelación de la Deidad destinada a los mundos del tiempo y del espacio. Los contenidos de la verdad eterna producen, en combinación, una atracción sobre las naturalezas intelectual y espiritual del hombre mortal. En la belleza universal se enmarcan las relaciones armoniosas y los ritmos de la creación cósmica; esto claramente conforma la atracción de índole espiritual y lleva hacia la comprensión unificada y sincrónica del universo material. La bondad divina representa la revelación de los valores infinitos para la mente finita, para que ahí se perciban y eleven al umbral mismo del nivel espiritual de la comprensión humana.
56:10.10 (647.1) La verdad es la base de la ciencia y de la filosofía, y da a la religión su fundamento intelectual. La belleza auspicia el arte, la música y los ritmos significativos de toda experiencia humana. La bondad abarca el sentido de la ética, de la moral y de la religión —la sed de perfección vivencial—.
56:10.11 (647.2) La existencia de la belleza supone la presencia de una mente creatural apreciativa; esto es tan cierto como el hecho de que la evolución progresiva es indicativa de la dominación de la Mente Suprema. La belleza constituye el reconocimiento intelectual de la síntesis armoniosa en el espacio-tiempo de la amplia diversificación de la realidad fenoménica, todo proveniente de una unicidad preexistente y eterna.
56:10.12 (647.3) La bondad constituye el reconocimiento mental de los valores relativos de los distintos niveles de la perfección divina. El reconocimiento de la bondad supone una mente de índole moral, una mente personal con capacidad para distinguir entre el bien y el mal. Pero la posesión de la bondad, la grandeza, es la medida del verdadero logro de la divinidad.
56:10.13 (647.4) El reconocimiento de relaciones verdaderas supone una mente capacitada para distinguir entre la verdad y el error. El don del espíritu de la verdad, del que se revisten las mentes humanas de Urantia, responde infaliblemente a la verdad —a la relación espiritual viva de todas las cosas y de todos los seres a medida que se coordinan en el ascenso eterno a Dios—.
56:10.14 (647.5) Cualquier impulso de cualquier electrón, pensamiento o espíritu es una unidad que actúa en todo el universo. En los niveles mentales y espirituales solo el pecado está aislado y el mal es resistente a la gravedad. El universo es un todo; ninguna cosa o ser existen o viven en aislamiento. La realización de uno mismo resulta potencialmente perniciosa si es antisocial. Es literalmente cierto: “Ningún hombre vive para sí”. La socialización cósmica constituye la forma más elevada de unificación del ser personal. Dijo Jesús: “Si alguno de vosotros quisiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor”.
56:10.15 (647.6) Incluso la verdad, la belleza y la bondad —el acercamiento intelectual del hombre al universo de la mente, la materia y el espíritu— deben combinarse en un concepto unificado de un ideal divino y supremo. Al igual que el ser personal mortal unifica la experiencia humana con la materia, la mente y el espíritu, así este ideal divino y supremo se convierte en potencia unificada en la Supremacía y luego se manifiesta personalmente como un Dios de amor paternal.
56:10.16 (647.7) Cualquier entendimiento de las relaciones de las partes respecto a un todo determinado precisa llegar a una comprensión de la relación de todas las partes con ese todo; y, en el universo, esto conduce a la relación de las partes creadas con el Todo Creativo. La Deidad se convierte, por lo tanto, en la meta trascendental, incluso infinita, del logro universal y eterno.
56:10.17 (647.8) La belleza universal es el reconocimiento del reflejo de la Isla del Paraíso en la creación material, mientras que la verdad eterna es el ministerio especial de los Hijos del Paraíso que no solo se dan de gracia a las razas humanas, sino que además derraman su espíritu de la verdad sobre todos los pueblos. La mejor manera de ilustrar la bondad divina es refiriéndonos al ministerio amoroso de los múltiples seres personales del Espíritu Infinito. Pero el amor, la suma total de estas tres cualidades, es la percepción que tiene el hombre de Dios como su Padre espiritual.
56:10.18 (648.1) La materia física es la sombra espacio-temporal de la resplandeciente energía paradisíaca de las Deidades absolutas. Los contenidos de la verdad son las repercusiones en el intelecto humano del verbo eterno de la Deidad —la comprensión espacio-temporal de los conceptos supremos—. Los valores de la bondad de la divinidad son los ministerios misericordiosos de las personas espirituales del Universal, del Eterno y del Infinito hacia las criaturas espacio temporales finitas de las esferas evolutivas.
56:10.19 (648.2) Estos valores significativos de la realidad de la divinidad se combinan en la relación del Padre con cada una de sus criaturas personales como amor divino. Se coordinan en el Hijo y en sus Hijos como misericordia divina. Manifiestan sus cualidades mediante el Espíritu y sus hijos espirituales como ministerio divino, la imagen de la misericordia amorosa hacia los hijos del tiempo. Estas tres divinidades se manifiestan principalmente por el Ser Supremo como síntesis de la potencia-ser personal. Y se muestran de distintos modos por el Dios Séptuplo en siete relaciones diferentes de contenidos y valores divinos en siete niveles ascendentes.
56:10.20 (648.3) Para el hombre finito la verdad, la belleza, y la bondad abarcan por completo la revelación de la realidad de la divinidad. A medida que esta comprensión-amor de la Deidad encuentra su expresión espiritual en la vida de los mortales que conocen a Dios, se producen los frutos de la divinidad: la paz intelectual, el progreso social, la satisfacción moral, el gozo espiritual y la sabiduría cósmica. En un mundo en su séptima etapa de luz y vida, sus avanzados mortales han aprendido que el amor es lo más grande que hay en el universo —y saben que Dios es amor—.
56:10.21 (648.4) El amor es el deseo de hacer el bien a los demás.
56:10.22 (648.5) [Exposición de un mensajero poderoso de visita en Urantia, por petición del colectivo de reveladores de Nebadón y en colaboración con cierto melquisedec, vicerregente del príncipe planetario de Urantia.]
56:10.23 (648.6) Este escrito sobre la Unidad Universal es el vigésimo quinto de una serie de presentaciones realizadas por diversos autores, que han sido auspiciadas como grupo por una comisión de doce seres personales de Nebadón actuando bajo la dirección de Mantutia Melquisedec. Dictamos estas narrativas y las expresamos en el idioma inglés, mediante un sistema autorizado por nuestros superiores, en el año 1934 del tiempo de Urantia.