El congreso se desarrolló en cuatro sesiones de trabajo que cubrieron 9 áreas temáticas, cada una de las cuales se inició con una conferencia magistral. Se presentaron 48 ponencias de 51 programadas (8 de ellas de forma no presencial), y una mesa redonda con la participación de 7 expertos cubanos. Se contó con la participación de 77 delegados de 9 países (Colombia, Cuba, Bélgica, México, Argentina, España, Italia, Reino Unido y Francia)

En la primera sesión del martes 29 de noviembre se abordaron diversos temas, pero la mayoría de las ponencias correspondieron a la escala territorial y urbana. Como conclusión del debate se ratificó la importancia de las ciudades, de la articulación multiescalar y el enfoque transdisciplinar para enfrentar los retos del desarrollo sustentable.

El miércoles 30 de noviembre la atención se concentró en la escala arquitectónica, aunque algunos trabajos se refirieron a los enfoques teóricos y metodológicos. Quedó fehacientemente demostrada la necesidad de desarrollar proyectos específicos para cada lugar, y de promover soluciones espaciales flexibles. Se hizo alusión a los límites del confort adaptativo y se mostraron ejemplos de viviendas con elevado grado de autonomía energética.

El jueves 1ro de diciembre se dedicó a la conservación del patrimonio y los materiales y tecnologías de construcción. En el debate se abordó el tema de los llamados “elefantes blancos”, obras de arquitectos estrellas que no siempre se adecuan al contexto y que con frecuencia resultan rápidamente obsoletas y poco útiles, más fotografiables que vivibles. Gran interés despertó la experiencia de la recuperación de los Sassi de Matera, y también se debatió sobre las posibilidades reales del uso de materiales naturales y alternativos con respecto a las normativas y regulaciones.