Introducción parte 2 

La densidad, por ser una propiedad intensiva, no depende de la masa presente, por lo que la proporción de masa sobre volumen permanece sin cambio para un material dado; en otras palabras, el volumen aumenta conforme lo hace la masa. Toda la materia posee masa y volumen, sin embargo, la masa de sustancias diferentes ocupa distintos volúmenes. La propiedad que nos permite medir la ligereza o pesadez de una sustancia recibe el nombre de densidad. Cuanto mayor sea la densidad de un cuerpo, más pesado nos parecerá.

 

Así, como en el Sistema Internacional, la masa se mide en kilogramos (kg) y el volumen en metros cúbicos (m3) la densidad se medirá en kilogramos por metro cúbico (kg/m3).

 

La mayoría de las sustancias tienen densidades similares a las del agua por lo que, de usar esta unidad, se estarían usando siempre números muy grandes. Para evitarlo, se suele emplear otra unidad de medida el gramo por centímetro cúbico (gr/cm3).

 

La densidad de un cuerpo está relacionada con su flotabilidad, una sustancia flotará sobre otra si su densidad es menor.

 

Usualmente la densidad depende de la temperatura.   Si la temperatura aumenta la densidad disminuye debido a que el volumen aumenta.

 

La densidad es una propiedad utilizada también para la identificación de materiales, aunque no es del todo confirmatoria, ya que, para confirmar el tipo de material, se deben realizar el análisis de otras propiedades, como color, pH, etc.

 

La densidad de la materia se asocia a menudo con la historia del filósofo griego Arquímedes, a quien supuestamente encargaron la tarea de determinar si la corona del rey había sido forjada usando oro puro o si había sido diluida con otros metales.

 

Durante un baño de inmersión, Arquímedes se dio cuenta de que podía calcular el desplazamiento del líquido, sin tener que fundirla o romperla; y que conociendo la densidad del oro, que es una constante, podía luego pesar la corona y determinar, usando la fórmula que arriba detallamos, si se trataba de oro puro o de una aleación, pues la densidad del oro habría variado al mezclarlo con otros metales