El laboratorio se ubica en el segundo piso del edificio principal del Instituto de Geología. Consiste en 20 m², con bancas de trabajo en los costados largos del laboratorio y una tarja. Cuenta con instalaciones eléctricas y conectividad de voz y datos del Instituto. Una de las bancas está acondicionada para los modelos analógicos y cuenta con una computadora con interfaces de control para motores de paso y cámaras digitales, mientras la otra banca cuenta con dos computadoras de alta capacidad donde se llevan a cabo los modelos numéricos y la reducción de los datos de modelos analógicos así como la visualización de datos. Contamos también con diversas tinas de plástico acrílico rígido que contienen los materiales de los modelos analógicos durante el modelado físico. Estos materiales pueden ser sólidos granulares como arena, microesferas de vidrio o cerámica, o bien pueden ser líquidos de diferentes viscosidades como silicón o jarabe de maíz. Para la captura gráfica de datos primarios utilizamos una cámara de 35 mm Canon SLR digital de 16 Mpixeles con capacidad de video continuo de alta resolución y velocidad. Hemos implementado un sistema de sensores de distancia mediante nubes aleatorias de puntos en el espectro infrarojo para poder hacer mapas 3D de los modelos en tiempo real. Por último contamos con herramienta menor para construcción y mantenimiento, así como materiales de laboratorio como embudos y recipientes.

Para el modelado numérico y la reducción de datos utilizamos software libre (open source) tanto de nuestra creación como de autoría externa. Contamos con el apoyo de diversos talleres universitarios como el de carpintería del Instituto de Geología, el taller mecánico del Instituto de Geofísica, y hemos corrido modelos numéricos en el sistema de visualización IXTLI, de la DGTIC en colaboración con personal académico del centro de Ciencias de la Atmósfera. Para la gestión del proceso enseñanza/aprendizaje utilizamos sistemas de comunicación síncrona y asíncrona que provee la CUAED, lo que permite tanto videoconferencias para reuniones virtuales y sesiones de clase teóricas o prácticas en tiempo real, como la integración de información en plataformas como Moodle, destinadas a facilitar la interacción entre personas en tiempo diferido.