En playas de la luna
vive un cangrejo:
con sus pinzas traslada
trozos de espejo.
Con baldosas de nacar
hace un castillo,
con manojo de bruma
le saca brillo.
Dicen que escribe cartas
con un palito
y las arroja al cielo,
en un frasquito.
Si se cansa se baña,
fresco y contento,
en el mar de la luna,
que es puro invento.
Luego elige un espejo
y se reclina.
Llegará un día esa carta
que se imagina.
María Cristina Ramos Guzmán
Rondas del agua
Nostra ediciones