por Alejandro Kosak
publicado el 28/01/25
Narrativa breve
No hay loros en Ascasubi, hay tardes con algún cielo particularmente rosado, hay silencios de funeraria hacia eso de las tres y cuarto en plena siesta, y también pueden haber ciertas costumbres que todavía se aguantan o resisten las tendencias de cambiar, como hacen esos viejos que uno ve por ahí que matan el día en la vereda mirando, simplememnte mirando como quienes miran y saben que mirar es lo más humano de lo humano, o quizá como cuando hablamos y en dos o tres sonidos te das cuenta de que armaste una barbaridad y no te terminás de creer, porque al final todas las cosas en esta vida son tan confusas que ni siquiera lo más cercano que tenemos y está todos los días con nosotros nos parece normal, o acaso lo sentimos como brujería, superchería, o alguna persecusión macabra de andá a saber quién, como a mí, que me va pasando que en estos últimos días en el pueblo me afantasmo y voy sintiendo que hasta mi sombra me embroma o me molesta, pero no sé, quizá sea que los días, sin que nada les importe en verdad, siguen yéndose hasta por las esquinas del cementerio, que siempre parece una cosa alejada, imperturbable, hasta que ves que nada en realidad se aleja de nada sino que todos nos acercamos a esas esquinas donde todo demuestra que está en todos lados, de que lo único verdadero puede que sea la costumbre de irnos hacia el final, a ese término negro, y que mientras tanto andamos por acá acaparando el tiempo, usurpándolo como si fuera nuestro, durante días, durante las cosas de los días, y durante los cielos particularmente rosados acompañados de esos vientos que andá a saber a dónde se van realmente, aunque a algún lugar más que seguro se van, pero bueno, nunca ninguna nadería trajo a nadie a otro lugar que no sea a acá, a nuestro propio pedazo de tierra, nuestro propio infierno grande, donde de a poco podemos ir olvidándonos y hacer que los otros también nos olviden con algo más de derecho, pero no, loros no hay, no hay un sólo loro en Ascasubi, y ni siquiera dos, aunque andá a saber si hay algo, en verdad, en algún lugar.
También disponible en Letras & Poesía:
Estudiante de letras y proyecto de escritor. Es parte del colectivo de escritores Letras&Poesía, integrante del comité editorial de la Revista Rabiosa y miembro del Centro de Estudios Teórico Literarios (CEDINTEL). A veces se olvida de respirar.
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