por Alejandro Kosak
publicado el 31/07/23
Poesía
Este hornero que me ilumina
las tardes gritó una vez
barbaridades a los corazones de la colonia
rioplatense.
Una misma rosa floreció
mil veces las delicias
de los amantes,
y mil veces más fue su
metáfora.
Mi perro,
que no sabe que el tiempo es sucesivo
y duerme fuera de él,
quizá esperó a algún rey
allá cuando los dragones
aún gobernaban los sueños.
Yo, apenas una mancha
cualquiera en la eternidad,
sospecho que la circular imagen
de un par de signos
es acaso su historia.
Toda su historia.
Estudiante de letras y proyecto de escritor. Es parte del colectivo de escritores Letras&Poesía, integrante del comité editorial de la Revista Rabiosa y miembro del Centro de Estudios Teórico Literarios (CEDINTEL). A veces se olvida de respirar.
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