A dos Micras de Una Vida Kaat Vicious
A dos Micras de Una Vida Kaat Vicious
Repentinamente el alboroto llego a ser tal, que los gritos se dispararon sin haber dado inicio nada aun, gracias a la sorpresiva llegada de una figura pública, M’balia Marichal conocida por ser de las primeras y pocas cantantes de color en una agrupación muy famosa en los noventas y principios de los dos miles llamada OV7, quien hizo una aparición repentina, más esta vez parecido al resto, venia como parte del público y recalco parecido, porque ella si tenia mesa en la pequeña zona V.I.P. improvisada, en donde rápidamente subió a una especie de tarima del brazo de su entonces novio, el resto estábamos abajo, de pie en el estacionamiento pelón, donde ya se encontraban encendidas un par de luces que emitían una intensa luz roja y apuntando a la zona que fungirá como el “escenario”.
Naturalmente ya con una presentación así, se dio por iniciada la fiesta y rápidamente se colocaron y comenzó la presentación de la primer banda, de la cual no recuerdo su nombre, pero destacaba gigantescamente por dos factores difíciles de pasar por alto, pues aparte de contar con un sonido sumamente experimental, partícipes de ello, había una chica en la batería y otra en el bajo, lo cual estaba considerado una rareza positiva, pues era en verdad era difícil encontrar bandas que tuvieran o permitieran en sus miembros, el atractivo femenino y en cuanto a la segunda razón, destacaba por su tamaño un instrumento improvisado, hecho a base de tubos blancos y gruesos de PVC, con distintos largos y grosores, a los cuales se les pegaba en una punta con una pequeña raqueta de madera para Ping-Pong, emitiendo sonidos sumamente rítmicos y extraños. Un arranque bastante impactante sin duda.
Para la segunda canción que energéticamente presentaban a grito pelado, “El Tio” se encontraba ya en un estado abstraído y de total fascinación, pues para nosotros que lo conocíamos desde la secundaria, fue obvio que quedo hipnotizado casi al instante, cuando noto que la chica que tocaba el bajo era una versión mejorada en todo, de su gran amor de la secu y digo mejorada, porque sin ánimos de ofender a nadie, porque así le hubiera gustado haber sido a ella, pues esta chica destilaba naturalmente una mezcla de energía mística y una sensualidad exótica que causaban una admiración que difícilmente logra un adolescente cualquiera, delgada pero con las sufiecientes curvas naturales, ojos con un extremo delineador negro, cabello largo, ondulado y negro, ambos enmarcando su bonita cara afilida y de tez blanca, la belleza Millenial por excelencia.
Fue entonces que, para la llegada de la segunda banda, algo aturdidos ya por el barullo de tanta efervescencia, decidí salir junto con “Runas” a buscar de nueva cuenta un poco de silencio en aquel amplio sillón, mientras “El Tio” haría su intento por platicar con dicha bajista.
Lo primero que sentimos reconfortante al tirarnos sobre el sofá, fue su material fresco, ambos soltamos un pequeño suspiro y reímos, el calor del estacionamiento era ya también un factor a tener en cuenta, mientras que el Lobby se mantenía fresco y considerablemente vacío. para ser que solo nos separaba una delgada pared, mirando al techo comenzamos a balbucear y pretendíamos iniciar una charla sobre algo, cuando ambos sentimos cómo se hundió repentinamente el espacio libre o desocupado que habíamos dejado en el sillón, en seguida bajé la vista y creyendo que naturalmente se trataba del “Tio” quien se nos unía, heche una amistosa sonrisa... mas para mi enorme sorpresa, fue que se encontraba aparentemente tranquila una sonriente chica, con las mejillas exageradamente rojas por un obvio efecto de embriaguez, su cabello era largo castaño oscuro, con una bonita chaqueta de mezclilla color verde militar con algunos parches en lo alto de las mangas y otros cuantos bordados en las solapas de la misma, unos pantalones acampanados estilo los 60’s, los cuales contrastaban violentamente con el par de tenis deportivos totalmente blancos que llamaban a la vista sin que uno lo quisiera.
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