La exaltación de los acuerdos electorales por sobre las identidades políticas
Vivimos un clima de época desconcertante en el cual las identidades políticas son dejadas de lado, para poner en primer plano los personalismos y los acuerdos electoralistas. En Neuquén capital no son nuevas estas alianzas entre sectores de derecha del Macrismo y quienes dicen representar las ideas del campo popular que hoy conduce Cristina Fernández de Kirchner. Alianzas que siempre resultan muy difíciles de explicar al electorado y que parecen ser el punto de partida de un acuerdo provincial.
El contexto actual es muy diferente al que dio lugar a la Concertación, un momento en el cual a nivel nacional había coincidencias programáticas entre los dos partidos mayoritarios: el PJ y la UCR. Hoy las coaliciones mayoritarias expresan modelos de país antagónicos difícilmente combinables. El campo nacional y popular, expresado en CFK a nivel nacional y en la provincia del Neuquén por el Movimiento Popular Neuquino, tiene entre sus bases la búsqueda de la justicia social y el desarrollo nacional con inclusión social. En la vereda de enfrente, se articula una alianza profundamente excluyente, que propone una fe ciega en las corporaciones económicas como solución a los problemas de la Nación, una experiencia que vivimos durante 4 años de Macrismo y que nos costó la pulverización del salario real, el cierre de comercios, fábricas y PYMES, el crecimiento de la pobreza y la desocupación, un endeudamiento récord y el condicionamiento del futuro de las y los argentinos.
La tarea de quienes militamos en el campo popular es hacerlo con responsabilidad histórica. Quizás no coincidamos en la pertenencia partidaria, porque es válido que cada quien participe con la herramienta electoral que según su análisis de situación, evalúe más conveniente. Pero la ética debe marcar un límite: no se puede apoyar a nivel nacional una idea y a nivel local el proyecto contrapuesto. Los votos son la voluntad popular en las urnas. No hay necesidad de faltarle el respeto a la democracia. Estas son las formas que cansan a la gente y ayuda a crear un sentido común que concluye que todas las representaciones expresan lo mismo, generando la anti política y bloqueando la participación democrática.