Soy una chica universitaria vivo en un apartamento en un recito cerrado, allí también vive mi hermano y otros familiares; hace ya varios días que uno de los vecinos me viene molestando, es un adulto mayor de 70 años, él vive allí solo, porque ya es viudo y sus hijos todos son mayores, además es pensionado.
Me llamo Sandra. Actualmente tengo dieciocho años. Vivo con mis padres Viviana y Héctor en una urbanización de la ciudad de Chiclayo, Perú. Mi padre tiene cuarenta años, es de contextura atlética, estatura como de un metro ochenta, ojos color miel, de piel bronceada y cabello castaño oscuro, en verdad bien guapo.
Cuando llego mi madre el viernes por la noche yo ya estaba durmiendo, pero sentí como se abrió la puerta de mi cuarto, sentí como se sentaba en un pequeño espació en mi cama, y por supuesto, sentí sus dedos acariciando mi rostro y la forma en que quitaba de mis ojos un mechón travieso de cabello.
Soy de estatura promedio tengo cintura pequeña, piernas con caderas pronunciadas y nalgas redondas, mi busto es mediano y bien formado y soy muy caliente y zorrita. Descubri un gusto especial por los hombres mayores entonces me aventure a encontrar algo de diversión con ellos.