Documentos de la filosofía española

Entrada “Jordi Corominas” en Addenda a Gonzalo Díaz, Hombres y documentos de la filosofía española, 7 vol. CSIC, Madrid. (1980-2003)

Jordi Corominas nació en Balsareny, provincia de Barcelona, el 17 de marzo de 1961. Se licenció en filosofía el año 1984 en la Universidad Autónoma de Barcelona. Joaquim Maristany en sus cursos de metafísica, Raúl Gabás en su exposición de Heidegger, Victoria Camps en ética y Pere Lluís Font en la asignatura de filosofía de religión son los profesores que más le impactaron. Paralelamente estudió teología y se diplomó en ella el año 1983. Tanto o más que los cursos de filosofía de la facultad civil le marcaron las enseñanzas filosóficas recibidas en la Facultad de Teología: la historia de la filosofía impartida por Eusebi Colomer, Heidegger explicado por el monje de Montserrat Andreu Marques y la fenomenología de la religión expuesta por Via Taltabull. Acabada la carrera y en años sucesivos ejerció como profesor de filosofía en el colegio Lestonnac de Barcelona, profesor de cultura religiosa en el Instituto Fort Pius de esta misma ciudad y profesor de ética en la escuela Blanquerna de magisterio. Se unió en matrimonio con Judit Ribas, también licenciada en filosofía, el año 1985 y en 1987 partieron a Nicaragua donde trabajaron en la alfabetización en Río San Juan, al lado de las míticas islas de Solentiname, cuando el jesuita Fernando Cardenal ejercía de ministro de educación. Allí participaron en la creación de la primera biblioteca de la zona “La Huaca” que llegó a mantener más de cinco mil volúmenes. Su libro Y se ensuciaron las manos explica su experiencia educativa. De 1991 a 1996 trabajó en la Universidad Centroamericana de Managua (UCA), en la reforma de los programas de estudio de filosofía, la edición de cuadernos pedagógicos y la creación del seminario Zubiri-Ellacuría.

En 1997 siguió cursos de doctorado en filosofía iberoamericana en la Universidad Centroamericana de El Salvador (UCA) bajo la dirección de Antonio González y obtuvo el grado de doctor en 1999 con la tesis Aportaciones de Xavier Zubiri al debate ético contemporáneo. De 1999 al año 2001 dirigió el doctorado en filosofía iberoamericana en esta universidad. Desde el año 2002 reside con su esposa y sus dos hijos en Villeneuve sur lot (Francia). Allí ha trabajado durante cuatro años en una larga investigación sobre la vida y la obra de Xavier Zubiri con la idea de contextualizar su pensamiento y reintegrarlo en el acervo cultural español que culminó con la publicación de la biografía: Xavier Zubiri, la soledad sonora en el año 2006.

En América Central conoció el impacto que había tenido Zubiri en algunas universidades jesuitas, sobretodo a través de Ignacio Ellacuría discípulo suyo, y esto le llevó a largos años de estudio de la obra de este autor tratando de asimilar su pensamiento y comprender su evolución, originalidad y contexto.

Actualmente, su interés filosófico más importante está en el desarrollo de la praxeología cuyo libro originario es el de A. González, Estructuras de la praxis. Ensayo de una filosofía primera, ed. Trotta, Madrid, 1997. La praxeología es una propuesta filosófica que puede inscribirse en el movimiento fenomenológico entendido en un sentido amplio. La praxeología pretende ser una filosofía primera que, en diálogo con toda la historia de la filosofía, lleve a cabo una descripción de lo que se nos da lo más libre posible de intereses y presupuestos siguiendo de algún modo las huellas de Zubiri, Ortega, Heidegger y algunos fenomenólogos franceses como Michel Henry. La praxeología, aunque muy influenciada por Zubiri, no pretende ser una determinada lectura de estos autores, sino, sin ambages, una filosofía primera radical que encajando las críticas de la hermenéutica en el sentido de que es imposible un lugar neutro donde exiliarse del lenguaje y de la historia no por ello inhibe su voluntad de irse liberando permanentemente de prejuicios. En este sentido, no persigue justificarse filosóficamente ni por los intereses de los que la cultivan, ni por sus orígenes y contexto, sino a partir de sí misma en un esfuerzo nunca concluso de radicalización. Deslumbrado por la radicalidad, el rigor y el vigor de la propuesta de Antonio González Jordi Corominas intenta proseguir los análisis de la praxeología y asimismo prolongarlos en dos campos: en la ética y en la filosofía de la religión. En ética, dialogando con Apel, pero con bases muy diferentes a las kantianas, persigue la fundamentación de una ética universal de nuevo cuño que aliente el diálogo intercultural y que sea apta para recoger e integrar diferentes perspectivas morales. En filosofía de la religión intenta una definición de la religión más satisfactoria y universal que los conceptos al uso divulgados por la fenomenología y las diferentes ciencias de la religión y la circunscripción de un ámbito originario de análisis en el que puedan integrarse con toda su complejidad y diversidad las vías agnósticas y ateas.