Cumplir con las inspecciones por una OCA (Organismo de Control Autorizado) no es solo una obligación legal: es una responsabilidad fundamental para proteger a los trabajadores, prevenir accidentes y mantener la continuidad operativa en entornos industriales, comerciales y de servicios.
Este artículo es una guía completa y accesible para empresas, técnicos y responsables de mantenimiento que desean entender el alcance, requisitos y beneficios de las inspecciones reglamentarias por OCA.
Las inspecciones por OCA son revisiones técnicas obligatorias realizadas por entidades acreditadas que verifican si las instalaciones de una empresa cumplen con la normativa vigente de seguridad industrial. Estas inspecciones son esenciales en sectores donde se manejan instalaciones eléctricas, térmicas, de protección contra incendios, ascensores, maquinaria industrial, entre otras.
Estas revisiones son exigidas por ley y reguladas por distintos reglamentos técnicos, como:
Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión (REBT)
Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE)
Reglamento de Seguridad Contra Incendios
Normativas autonómicas y municipales complementarias
El objetivo final es prevenir riesgos, detectar anomalías y evitar accidentes graves que puedan comprometer la integridad de personas, equipos y activos.
La normativa española exige que múltiples instalaciones técnicas sean sometidas a inspecciones periódicas por parte de un OCA autorizado. Algunos ejemplos frecuentes incluyen:
Instalaciones eléctricas de baja o alta tensión, especialmente en locales de pública concurrencia como centros comerciales, clínicas, hoteles, restaurantes o fábricas.
Instalaciones térmicas: sistemas de calefacción, climatización y agua caliente sanitaria.
Sistemas de protección contra incendios: detectores, extintores, redes de rociadores, salidas de emergencia.
Ascensores y plataformas elevadoras.
Equipos a presión, calderas y compresores industriales.
Maquinaria peligrosa y líneas de producción automatizadas.
El incumplimiento de esta obligación no solo implica multas, sino también posibles cierres administrativos y responsabilidad civil o penal en caso de accidentes.
La periodicidad varía en función del tipo de instalación, la actividad desarrollada y el nivel de riesgo. A modo de referencia, algunas frecuencias orientativas según la normativa son:
Instalaciones eléctricas en locales de pública concurrencia: cada 5 años.
Instalaciones térmicas con potencia superior a 70 kW: cada 4 años.
Equipos de presión: cada 2 a 5 años dependiendo de su categoría.
Ascensores: cada 2 o 4 años, según el uso del edificio.
La empresa debe conservar los informes y actas de inspección, y presentarlos a las autoridades cuando sea requerido.
Un OCA no es cualquier empresa técnica: debe estar debidamente acreditado por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) o por el organismo competente de cada comunidad autónoma.
Un buen OCA debe contar con:
Personal técnico con formación específica y experiencia demostrada.
Procedimientos documentados, trazabilidad de resultados y cumplimiento de normativas ISO.
Cobertura nacional o regional para facilitar la planificación y ejecución.
Capacidad de emitir informes válidos ante la administración pública.
Empresas como SIMECAL en España, con más de dos décadas de experiencia, son ejemplo de entidades confiables que actúan como socios técnicos de empresas para lograr cumplimiento normativo sin complicaciones.
Según datos del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), en 2023 se reportaron más de 12.000 accidentes laborales relacionados con fallos técnicos en instalaciones. Muchos de ellos se podrían haber evitado con un mantenimiento preventivo y la debida inspección por OCA.
Además, el coste del incumplimiento puede traducirse en:
Multas que pueden superar los 30.000 euros, dependiendo de la gravedad.
Suspensión de actividades hasta resolver los defectos.
Inhabilitación de licencias o permisos operativos.
Pérdida de cobertura de pólizas de seguros en caso de siniestros.
Prevenir sale mucho más económico que corregir tras un incidente.
El proceso suele seguir una estructura estándar:
Solicitud y contratación del servicio: la empresa contacta al OCA y define el alcance.
Inspección presencial: el técnico evalúa la instalación, toma mediciones, verifica documentación y registros.
Informe técnico: se emite un acta con el resultado (favorable, con defectos leves o graves).
Corrección de defectos: si se detectan no conformidades, se establece un plazo para su subsanación.
Reinspección (si aplica): el OCA verifica que se hayan corregido los defectos detectados.
¿Qué ocurre si mi instalación no pasa la inspección OCA?
Se emite un informe con defectos y se otorga un plazo para corregirlos. Debes demostrar su resolución ante el OCA, quien podrá emitir luego un informe favorable.
¿Puedo elegir cualquier OCA?
Sí, pero debe estar debidamente acreditado. Es recomendable elegir uno con experiencia en tu sector para mayor agilidad y soporte técnico.
¿Las inspecciones OCA incluyen recomendaciones?
Sí. Aunque no asesoran como consultores, suelen indicar buenas prácticas para corregir los defectos y evitar reincidencias.
¿El coste de la inspección OCA varía mucho?
Depende del tipo de instalación y su complejidad. Un local comercial pequeño puede pagar unos 250 €, mientras que una planta industrial puede superar los 1.000 €.
¿Qué pasa si no hago la inspección en el plazo?
Podrías recibir una sanción administrativa, clausura temporal de la actividad o quedar expuesto legalmente en caso de accidentes.
Las inspecciones por OCA son una parte fundamental de la gestión empresarial responsable. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de proteger a tus trabajadores, activos y reputación.
Elegir un OCA con trayectoria, experiencia y rigor técnico es la mejor decisión para operar con tranquilidad y confianza. Además, estar al día con estas inspecciones transmite profesionalismo ante clientes, socios y autoridades.