MI EXPERIENCIA
Sumergirme durante tres meses en el programa "Viva la Escuela" fue más que una experiencia voluntaria; Fue un viaje transformador que dejó una marca indeleble en mi trayectoria académica y personal. Estos meses se convirtieron en una travesía de aprendizaje continuo, reflexión profunda sobre la labor docente y crecimiento a niveles que ni siquiera imaginaba.
Desde el momento en que pisé la institución, la energía vibrante de la escuela rural se convirtió en mi fuente de inspiración diaria. Cada día era una nueva oportunidad para sumergirme en las complejidades y recompensas de la educación en un entorno rural. La interacción constante con los estudiantes, maestros y la comunidad en general me proporcionó una perspectiva única sobre los desafíos y las alegrías de la enseñanza en este contexto.
Mi participación en "Viva la Escuela" no solo fue una contribución a la comunidad, sino una inyección de conocimiento y reflexión en mi propio ser. Estar rodeado de educadores apasionados y estudiantes ansiosos por aprender me impulsó a cuestionar y repensar mis propias ideas sobre la educación. Cada día era una oportunidad para aprender no solo sobre los contenidos académicos, sino sobre la importancia de la paciencia, la adaptabilidad y la compasión en el aula.
La constante reflexión sobre la labor docente se convirtió en mi compañera de viaje. Observar las estrategias pedagógicas de los maestros locales, su creatividad para superar desafíos y su dedicación inquebrantable, se convirtió en mi fuente de inspiración. Cada día era una lección en humildad y resiliencia, recordándome que la educación va más allá de los libros de texto; es un acto de amor y compromiso con el crecimiento de las mentes y los corazones.
Este período también fue una oportunidad para mi crecimiento personal. La conexión con la comunidad, el enfrentamiento a situaciones inesperadas y la necesidad de adaptarme constantemente me llevaron fuera de mi zona de confort. Descubrí una fortaleza interior que no sabía que poseía y una pasión renovada por contribuir al campo educativo.
En retrospectiva, estos tres meses fueron un capítulo crucial en mi desarrollo. "Viva la Escuela" no solo me dio la oportunidad de contribuir a una comunidad necesitada, sino que me regaló lecciones que resonarán a lo largo de mi carrera y más allá. Cada día fue un recordatorio de que, en el mundo de la educación, el aprendizaje nunca cesa, y el viaje es tan importante como la meta.