“Crónica de una muerte anunciada” es una novela escrita por el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez,  publicada por primera vez en 1981. Esta novela está ambientada en un pequeño pueblo en el que ocurre un asesinato y la trama se desenvuelve alrededor de la investigación sobre estos hechos. García Márquez utiliza una estructura narrativa no lineal, en la que va revelando detalles a medida en que avanza la historia.

En este escenario “el pueblo” (denominado así por el autor) vive un ambiente de pesimismo inminente y de impavidez frente al asesinato de Santiago Nasar, marco mediante el cuál hablaremos un hoy sobre el mal manejo económico del gobierno de Guillermo Lasso, objeto de crítica de varios sectores de la sociedad ecuatoriana. Lasso llegó al poder con la promesa de impulsar la economía y el conocido lema de “poner la casa en orden”, manejando las condiciones de vida de los ecuatorianos en un escenario post pandémico bastante adverso.

Uno de los puntos más álgidos del gobierno de Guillermo Lasso ha sido su política de austeridad fiscal. Si bien es cierto que Ecuador ha enfrentado una situación económica difícil como resultado de la pandemia de COVID-19 y la caída en los precios y producción del petróleo, las medidas adoptadas por el gobierno para reducir el gasto público han tenido un impacto negativo. Entre las medidas adoptadas se encuentran la reducción de salarios de los trabajadores públicos, la eliminación de subsidios a los combustibles, el aumento del impuesto a la renta, la reducción de los gastos personales deducibles y la reducción del presupuesto en áreas clave como salud y educación.

Según Eduardo Engel, economista y profesor de la Universidad de Chile, "en economías dolarizadas, la política monetaria y fiscal se ven limitadas por la restricción externa y no se pueden utilizar para resolver problemas macroeconómicos, como la inflación o el desempleo. Por lo tanto, el manejo de la economía en estos países debe enfocarse en mejorar la productividad y la competitividad para atraer inversión y generar empleo." Haciendo todo lo contrario, la eliminación de subsidios a los combustibles, y el incremento de impuestos han sido las medidas más impopulares de Lasso. Si bien es cierto que los subsidios a los combustibles representan un gasto importante para el Estado, también es cierto que su eliminación ha tenido un impacto significativo en la economía de los ecuatorianos, especialmente de los más pobres.

En un artículo publicado en Diario El Universo el 14 de septiembre de 2021, Gabriela Calderón, politóloga y directora del Centro de Investigaciones de la Libertad y el Desarrollo, tempranamente señalaría que "Las medidas adoptadas por el gobierno de Lasso para reducir el gasto público han tenido un impacto negativo en áreas clave como salud y educación. Es necesario que el gobierno adopte medidas más efectivas para mejorar las condiciones de vida de la población." Pero, al igual que en Crónica de una muerte anunciada, estas críticas y advertencias fueron deslegitimadas por los principales líderes de opinión, afines al nuevo gobierno.

Otra arista preocupante es la falta de políticas claras para fomentar la inversión y el crecimiento económico. Si bien Guillermo Lasso ha señalado la necesidad de atraer inversión extranjera y fomentar el sector privado, hasta el momento no se han visto medidas concretas para lograrlo. Para Diego Martínez, economista y director del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad San Francisco de Quito, el gobierno de Lasso “ha fallado en su objetivo de fomentar la inversión y el crecimiento económico”. La evidente falta de un plan económico claro ha generado incertidumbre en los inversionistas. A continuación revisaremos algunas cifras que nos permiten observar el mal manejo económico en comparación con gobiernos anteriores, lo que ha llevado a un aumento en la pobreza y la deuda pública, así como a una contracción significativa de la economía:

• Según el Banco Central del Ecuador, en 2021 la economía ecuatoriana se contrajo un 7,8%. Esto representa la mayor caída del PIB desde 1970. Durante el gobierno anterior de Lenín Moreno, la economía se contrajo un 7,8% en 2020 debido a la pandemia de COVID-19, pero antes de la pandemia, la economía había mostrado señales de recuperación.

• En 2015, durante el gobierno de Rafael Correa, se creó el Bono de Desarrollo Humano, que se otorga a las familias más pobres del país. Durante el gobierno de Lasso, el Bono de Desarrollo Humano ha sido reducido en un 40%.

• Según el Ministerio de Finanzas, la deuda pública del país ha aumentado significativamente durante el gobierno de Lasso. Inicialmente el Ecuador esperaba un déficit fiscal de 2652M para 2023, pero al día de hoy esa cifra alcanza los 2814M.

Para  Mark Weisbrot, economista y codirector del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), "en economías dolarizadas es importante tener una política fiscal responsable y sostenible, ya que no se cuenta con la herramienta de la devaluación para hacer frente a las crisis económicas. Además, es necesario fomentar la inversión en sectores productivos y diversificar la economía para reducir la vulnerabilidad ante choques externos." Esto no se ha hecho. El gobierno de Lasso ha fallado en varias aristas de la gobernabilidad, lo que afecta el riesgo país, provoca la caída de los bonos soberanos, y golpea a la inversión extranjera directa.

Schopenhauer indicaría que la satisfacción de nuestros deseos y necesidades nos da una felicidad temporal, que pronto se desvanece. En este sentido, la gestión de Lasso, que parecía estar más enfocada en el crecimiento económico y la satisfacción de los intereses de ciertos grupos privilegiados, no aborda las necesidades y deseos más profundos de la población, como el acceso a servicios básicos de calidad, la educación, la salud y bienestar. Además, Schopenhauer afirmaba que la vida en sí misma es un sufrimiento constante y que la felicidad es un estado temporal que nunca dura para siempre. En este sentido, la gestión de Guillermo Lasso, que enfatiza la maximización de la riqueza y la acumulación de bienes materiales como un fin en sí mismo, podría ser criticada por perpetuar un modelo de sociedad que promueve la insatisfacción y la infelicidad, especialmente entre aquellos que no tienen acceso a recursos económicos y sociales.

En "Crónica de una muerte anunciada", el pueblo es consciente del peligro inminente que enfrenta uno de sus miembros (Nasar), pero nadie hace nada para evitarlo, lo que lleva a una tragedia. De manera similar, muchos expertos en economía nacionales y representantes de organismos multilaterales han advertido al presidente Lasso que sus políticas económicas están poniendo en riesgo la estabilidad económica del país, pero el gobierno se ratifica en su postura de dar la espalda al gasto social, por lo que no pudo evitar las consecuencias negativas que finalmente se materializaron y hoy lo tienen en jaque: en medio de un juicio político y un elevado rechazo popular, encabezado principalmente por la comunidad indígena.

Tanto en "Crónica de una muerte anunciada" como en el gobierno de Lasso, el pueblo y el gobierno son conscientes de un peligro inminente, pero no hacen nada para evitarlo. Esta inacción lleva a consecuencias negativas y, en cierta medida, bastante predecibles. El gobierno de Guillermo Lasso ha dejado mucho que desear en materia económica. Si bien es cierto que Ecuador enfrenta grandes desafíos dada la disminución de la inversión extranjera directa y problemas en la creación de pleno empleo, las medidas adoptadas por este gobierno han tenido un impacto profundamente negativo en la población, especialmente en la calidad de vida de los ciudadanos más vulnerables.

La falta de políticas claras y coherentes para fomentar la inversión y el crecimiento económico genera desconfianza entre los inversionistas. Es necesario que el gobierno adopte medidas más efectivas y cortoplacistas para impulsar la economía y mejorar las condiciones de los ecuatorianos, en materia de salud y seguridad, pero la permanencia en el modelo de austeridad fiscal es una crónica que ya parece anunciada.