10 años del tsunami de japón

Samuel Díez

El 11 de marzo de 2011 se produjo el terremoto más grande vivido en Japón. El epicentro se inició Pacífico a unos 380m de Tokio, con una magnitud desde 7.9 hasta llegar a 9.2. Al ser de esta magnitud liberó una increíble energía superficial, que se estima que abastecería la ciudad de Los Ángeles durante todo un año. Está considerado el cuarto terremoto más grande hasta la fecha. Todo esto provocó un maremoto y la erupción del volcán Karangetang.

Como consecuencia, se emitió una alerta de tsunami para la costa pacífica de Japón y otros países cercanos. Esta catástrofe trajo olas hasta alrededor de 40 m llegando a las costas de Japón, causando grandes destrozos en vehículos, carreteras, edificios… Diferentes tipos de infraestructuras se vieron dañadas, así como aeropuertos, puertos, comunicaciones… Se estima que los costes se elevaron hasta 10.000 millones de dólares.

Al día siguiente, tras sucesivas réplicas del terremoto de declaró una alerta nuclear en la central de Fukushima Daiichi. Se produjo una explosión que derribó parte del edificio y otra segunda dentro de los reactores. Dejaron de funcionar los generadores eléctricos y los sistemas de enfriamiento. Tres de cuatro unidades fallaron.

70.000 personas fueron evacuadas ese día. Dos días más tarde fueron evacuadas todas las personas que vivían a 20 km de la central. El total de personas trasladadas llegó a 185.000.

El gobierno informó posteriormente de una posible liberación de material radiactivo. En los siguientes días, los trabajadores intentaron enfriar los reactores para así evitar una catástrofe mayor, pero al mismo tiempo se estaban produciendo apagones por todo el país. Mas de 45 millones de personas se vieron afectadas por ello hasta abril.

La crisis reactiva de la planta de Fukushima duró meses. Se vertieron toneladas de desechos y agua radioactiva al mar. Fue el peor accidente nuclear desde Chernóbil (Ucrania). A consecuencia mucha gente se empezó a manifestar en contra de las centrales por su falta de seguridad y negativas consecuencias en caso de fallo.

Debido a esta catástrofe hubo más de 22.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.