Las Hijas de la Caridad llegaron al pueblo de Arecibo para servir a los ancianos, en el Asilo San Rafael. Sor María Segarra, deseosa por continuar el servicio a los más pobres, tuvo la idea de fundar un hogar para niñas huérfanas, y se dio a la tarea de buscar ayuda para comenzar esta obra. 

Para el año 1926 comienza el servicio a niñas huérfanas, abandonadas por sus padres y/o de extrema pobreza. Este servicio se estuvo ofreciendo por espacio de 96 años. Como respuesta ante  la necesidad de una buena educación se fundó el colegio en el año 1946.