A medida que los años pasaron, la producción del Supra MK4 cesó en 2002. Sin embargo, su legado perduró. Los fanáticos continuaron modificando y restaurando estos vehículos, buscando capturar ese espíritu que había marcado una era. El MK4 se transformó en un coche clásico, un objeto de culto que representaba la cúspide de la era dorada de los autos japoneses. Los precios comenzaron a subir, y en 2020, cuando Toyota presentó el nuevo Supra GR, el mundo del automóvil celebró el regreso de un icono, aunque con un motor y características más modernas.
La historia del Toyota Supra MK4 es mucho más que la de un coche. Es la historia de una máquina que se ganó el corazón de los entusiastas del motor, de las generaciones que crecieron con él y de un legado que sigue vivo, no solo en las pistas de carreras, sino también en el asfalto de las calles y en las memorias de aquellos que soñaron con ser parte de su historia.