Las formas verbales tienen número: singular (salta) o plural (saltan).
También informan sobre la persona que realiza la acción: primera (salto), segunda (saltas) o tercera persona (saltan).
Además, las formas verbales sitúan las acciones en el tiempo: pasado (saltó), presente (salta) o futuro (saltará).
Algunas formas verbales no expresan la persona que realiza la acción. Estas formas reciben el nombre de formas no personales. Las formas no personales son el infinitivo (saltar), el gerundio (saltando) y el participio (saltado).
Tienen formas compuestas el infinitivo (haber saltado) y el gerundio (habiendo saltado)
Los verbos pueden expresar órdenes, deseos, acciones reales… Las diferentes actitudes del hablante ante la acción se reflejan en el modo. Hay tres modos verbales:
Modo indicativo. Expresa acciones que presentamos como reales. Por ejemplo: Marta estudió Medicina.
Modo subjuntivo. Expresa deseos u órdenes negativas. Por ejemplo: ¡Ojalá nos veamos pronto! No digas eso.
Modo imperativo. Expresa órdenes afirmativas. Por ejemplo: Sé fuerte.
Las formas de un verbo se agrupan en tiempos verbales. Todas las formas de un tiempo verbal expresan el mismo tiempo y presentan la acción de la misma manera. Solo se diferencian en el número y la persona.
Hay distintas clases de tiempos verbales:
Tiempos simples o compuestos.
Tiempos pretéritos (o pasados), presentes o futuros.
Tiempos perfectos o imperfectos.
Los tiempos verbales perfectos expresan acciones acabadas. Los tiempos imperfectos expresan acciones inacabadas. Son perfectos todos los tiempos compuestos y el pretérito perfecto simple. Los demás tiempos verbales son imperfectos
Hay verbos que nombran fenómenos naturales o meteorológicos (atardecer, llover…) y solo tienen formas de tercera persona del singular.
También hay otros verbos que se refieren a hechos o cosas (suceder, ocurrir…) y solo tienen formas de tercera persona del singular o del plural.
Estos verbos en cuya conjugación faltan algunas formas reciben el nombre de verbos defectivos.